Weil, Z. (2016). The World Becomes What We Teach: Educating a Generation of Solutionaries. Lantern Books: Brooklyn, N.Y.

¿Cómo podemos lograr cambios en un mundo que tiene una desesperada necesidad de soluciones y de ayuda, antes de ceder a los fuegos del infierno creados por la raza humana? Durante estos tiempos de grandes retos globales se ha vuelto cada más evidente que los problemas actuales no pueden resolverse todos con el mismo tipo de pensamiento, o mantener la misma postura a lo largo del tiempo. Tal parece que regresar "al origen" es la mejor y quizá única opción viable y tangible que tenemos. Así, aprobando la frase "la educación es lo que se mantiene después que uno ha olvidado lo que ha aprendido en la escuela", Zoe Weil señala en su nuevo libro que el tipo de educación que se ofrece es relevante para el mundo complicado que vivimos en la actualidad, especialmente desde las primeras experiencias educativas en los años de preescolar hasta la preparatoria.

Entonces, ¿qué debemos enseñar en estos tiempos que nos exigen parámetros tan altos en diversas áreas, y que nos alertan respecto al riesgo en el que está nuestro planeta? ¿Cómo podemos asegurarnos de que estamos educando a nuestros jóvenes para vivir en una cultura de paz y de no violencia? ¿Cómo debe ser la educación de hoy y qué debe incluirse? En el reciente libro de Zoe Weil (cofundadora y presidenta del Institute for Humane Education [Instituto para la Educación Humana]) "The World Becomes What We Teach" [El mundo será lo que enseñemos], se propone un programa educativo que hace énfasis en la construcción de un mundo más justo, sostenible, saludable, imparcial (libre de discriminación), pacífico y humano. Es importante mencionar que el adjetivo "humana" que se da a la educación, en este contexto se refiere a lo "mejor" del ser humano… donde residen cualidades como la compasión y la empatía, así que para efectos de esta reseña se emplearán los concepto humano y humanístico como sinónimos en este sentido.

En este libro, por demás reflexivo, Weil refleja sus más de 30 años de experiencia como educadora humanista. Presenta una revisión sobre la investigación reciente en este tema, realizada por expertos en diversas áreas, y las experiencias de los principales actores en estos programas: los jóvenes. Weil comienza su libro presentando un panorama general del sistema educativo de Estados Unidos (un modelo común de los sistemas escolares de gran parte del mundo), analizando algunas de sus principales -deficiencias y señalando que los programas escolares actuales se concentran casi exclusivamente en los conocimientos de contenidos específicos de distintas áreas, dejando de lado el desarrollo de habilidades esenciales para los jóvenes, como la colaboración, el autocontrol, la comunicación efectiva y el pensamiento creativo y crítico (por mencionar algunas). Si bien se reconoce que los contenidos específicos son esenciales, también se llama la atención sobre la importancia de reevaluar y evaluar qué contenidos deben incluirse en los programas educativos.

La autora realiza un análisis en torno al cuestionamiento sobre qué debe incluirse, cambiarse y reinventarse en la educación primaria y secundaria para asegurar que se dé respuesta a las demandas éticas, planetarias, tecnológicas, individuales y sustentables en un mundo en el que mientras la población aumenta a pasos agigantados, los recursos naturales se consumen y agotan de manera insostenible. Ante este panorama, Weil propone reimaginar y diseñar la educación para contribuir a generar lo que ella ha llamado "solucionadores": gente joven empoderada con herramientas, habilidades, conocimientos, conciencia y entusiasmo, personas capaces de crear un futuro que promueva lo que este mundo necesita con urgencia para sobrevivir de una manera más inteligente y humana. Este libro describe las transformaciones educativas que se requieren para asegurarnos de que se empiece a educar esta generación de solucionadores.

El principal interés de Weil es que el mundo sea lo más justo, pacífico y humano posible para todos sus habitantes (humanos y no-humanos, por igual), por lo que recomienda e insta a adaptar la educación a las necesidades de nuestros tiempos y no sólo a formar personas que aprueben exámenes internacionales que terminan midiendo solo competencias intelectuales. La autora está convencida de que la única manera de que esto puede ocurrir es provocando un cambio en el paradigma educativo actual. Para lograrlo, las escuelas deben adecuarse lo más posible al mundo real, enfocándose en la solución de problemas, tomando en cuenta las necesidades del mundo y los diferentes contextos sociales que conviven en él.

Los niños necesitan educarse de tal forma que se comprometan y se motiven a resolver los problemas, que puedan identificar con claridad la injusticia, la insostenibilidad y las conductas inhumanas, y que, en consecuencia, ayuden a cambiarlas. Para lograrlo, los profesores también necesitan entrenarse y prepararse, así se emplearán nuevas maneras de enseñar la resolución de problemas. Los estudiantes necesitan aprender a ser verdaderos pensadores -creativos y críticos- y a saber diferenciar los hechos de las opiniones; en última instancia, a encontrar nuevas maneras de solucionar los problemas a los que se enfrentarán a lo largo de su vida.

De acuerdo con Weil, el cambio de paradigma es urgente dado el panorama poco alentador de nuestro futuro, en el que el daño causado a las selvas tropicales, los arrecifes y los glaciares parece irreversible, y en el que la mitad de todas las especies podría desaparecer; un mundo de creciente inequidad y de limitado acceso a los recursos necesarios para sobrevivir, en el que los conflictos se podrían acrecentar.

Al revisar las prácticas educativas actuales bajo el lente de Weil, el lector puede contagiarse de ese sentimiento de urgencia para realizar cambios importantes al sistema, que claramente no corresponde a las necesidades de hoy en día. Poner en práctica la propuesta contenida en The World Becomes What We Teach seguramente será un importante paso para motivar a los educadores y a los niños a ser ciudadanos respetuosos, creativos, críticos y activos en el mundo actual.

A veces se necesita valor, talento y corazón para decir lo que todos ya saben, pero no se atreven a expresar. Weil claramente nos lo transmite, de manera brillante y sensible, en este libro, mientras mantiene la esperanza en nuestro mundo, un mundo aparentemente sin esperanza.

El estilo considerado y sin pretensiones de Weil hace de este libro una lectura ligera y agradable. Esta obra, sin duda inspiradora y esperanzadora, provee herramientas para integrar la educación humanista en el currículo educativo tradicional, y ofrece alternativas para empoderar a los educadores en los propósitos de ser más efectivos y dinámicos en su labor de enseñanza.