SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.20 número48Electric arc furnace models for flicker study índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

Links relacionados

  • Em processo de indexaçãoCitado por Google
  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO
  • Em processo de indexaçãoSimilares em Google

Compartilhar


Tecnura

versão impressa ISSN 0123-921X

Tecnura vol.20 no.48 Bogotá abr./jun. 2016

 

EDITORIAL

De acuerdo con los resultados de diferentes estudios realizados, tanto de carácter local como regional sobre el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y otros problemas ambientales que ya evidencian consecuencias a nivel global, se puede afirmar que la base de los problemas ambientales del planeta planteada en términos económicos, radica en el exceso de la demanda de los servicios que nuestra especie se surte de él. El planeta nos provee soporte para nuestras funciones vitales, suministro de recursos y materias primas para la producción de bienes y servicios, y lo utilizamos como vertedero de desechos; ignorando durante mucho tiempo que todos los ecosistemas tienen capacidades de oferta limitadas. Desde el mismo punto de vista económico, y a diferencia de cualquier otro bien, en el que a mayor demanda, se genera una mayor oferta; para el caso de los recursos ambientales, ya se sabe que pueden llegar a su agotamiento; y no existe precio suficiente que permita que la oferta se incremente. Los servicios ambientales son bienes totalmente inelásticos.

El crecimiento poblacional de nuestra especie durante los últimos 100 años, que ha sido casi exponencial, sumado al patrón de desarrollo adoptado por la gran mayoría de países basado en el principio del crecimiento económico para satisfacer sus necesidades; ha producido el deterioro ambiental cuyas consecuencias estamos enfrentando. Este principio adoptado como paradigma para determinar el desarrollo de las naciones, ha traído consigo una paradoja que consiste en que para tener unas mejores condiciones de vida de la población, se debe aumentar el consumo de bienes y servicios. Aun de aquellos que no son necesarios y que tampoco contribuyen significativamente a mejorar los índices de calidad de vida, pero que dentro de este patrón, se deben consumir para generar mayor cantidad de empleos y condiciones de vida para quienes participan en el proceso de producción. La consecuencia ha sido un círculo vicioso que se ha escalado con tendencia a volverse espiral y que no se ha podido redirigir a comportamientos que aseguren un uso racional generalizado de los recursos que podemos utilizar.

Otro valor que creo va en contra de comportamientos respetuosos por el medio ambiente es el criterio de "belleza simétrica". La urgencia por alcanzar criterios de homogeneidad, de cero defectos, de acercarse a prototipos promedio que no reflejan la realidad de nadie ni de nada, lleva a que aún en alimentos, en flores, en animales, etc., se quiera bajo cualquier método llegar al prototipo ideal, presionando los procesos de productivos y reproductivos mediante abonos, modificaciones genéticas, pesticidas, etc., que permitan obtener especies "homogéneas" y "bellas", que son las que más se venden. Independientemente del real valor que deben proporcionar: nutrición, utilización, entre otros.

Aunque la agricultura y la ganadería ya son bastante agresivas con la diversidad de los ecosistemas, el demandar productos más grandes, en perfecto estado, de bellos colores, con una mayor productividad en cuanto a cantidad, entre otros; conlleva a que las prácticas para su producción sobrepasen el límite de soporte, sumidero, regulación y suministro que tienen los ecosistemas donde se producen. Resulta trágico además que, estos beneficios no llegan a las personas que más hambre o necesidades insatisfechas padecen, sino a los que ya tienen suficiente, pero que pueden pagar por estas características adicionales que no le agregan valor real a los productos.

Este tipo de valores que no son propios de todas las culturas del planeta, si han venido siendo apropiados de manera global por todos los países, debido a que se han arraigado en el imaginario colectivo, y se consideran "exitosos" en el sentido de generar bienestar a las culturas que los aplican. Aunque ya se evidencian los problemas y las consecuencias que trae consigo, este patrón incontrolado de consumo; la tendencia a profundizar su aplicación se ha mantenido. Así las cosas, si este modelo de crecimiento basado en el aumento del consumo persiste; los escenarios que se vislumbran no dan lugar para ser optimistas sobre la viabilidad de nuestra especie en nuestro propio planeta.

A pesar que la gran mayoría de la población ya es consciente que de seguir en este modelo, en algún momento la humanidad va a colapsar, por lo menos en las características básicas de crecimiento como hoy se conoce, no se ha podido generar otro tipo de valores que permitan que el bienestar de una comunidad dependa de otros factores. No parece realista por ahora desarrollar tecnologías que permitan un desarrollo sostenible; y menos aun que con las actuales se logren los resultados necesarios para detener el deterioro del ambiente, porque lo que han logrado en el mejor de los casos es retrasar el proceso, pero no a la velocidad necesaria para hacer autosostenible el planeta. El desarrollo científico y tecnológico se ha enfocado a hacer más eficientes los procesos productivos desde el punto de vista del rendimiento económico, sin lograr impactar bloques grandes de interacción hombre-naturaleza.

Personalmente creo que pretender detener el deterioro del medio ambiente conservando nuestro actual patrón de desarrollo y consumo, es absolutamente irreal. Es por ello que las acciones que se han tomado no tienen realmente un impacto relevante. Considero que los valores de "éxito" deben revaluarse para conseguir que las diferentes comunidades logren unos niveles de vida dignos pero que no se llegue a niveles de "comodidad" realmente superfluos que lejos de dar sentido a la vida de las personas, terminan frustrándola y quitando sentido a su paso por este planeta. Mientras las personas pensemos que lo que tenemos es lo que nos define; realmente será muy difícil que tomemos decisiones fundamentales como: reciclaje, ahorro, optimización de los recursos que usamos y que adoptemos patrones de "austeridad" que nuestra cultura no acepta de buen agrado y por el contrario, prefiere ambientes de abundancia y que obviamente son tremendamente depredadores. Se consume de más y se desecha de más. Esto no le sirve a nadie, y representa apenas solo el valor de una transacción.

El crecimiento que se da a costa del medio ambiente favoreciendo a quienes ya gozan de estándares altos de condiciones de vida, se está convirtiendo en nuestra espada de Damocles. La sociedad en general y la cultura misma, también deben orientarse a que se inculquen y premien valores de ahorro, de consumir lo mínimo para que alcance para todos. El valor a buscar, debe ser el bienestar, la estabilidad y no el crecimiento económico como hoy se define, porque hasta dónde se crece? Acaso más que mi vecino? El otro es una competencia? ,o, más bien es un colaborador? Enfocar nuestra creatividad y nuestros conocimientos hacia estos valores, constituye hoy por hoy no solo un reto, sino quizá la única manera de redirigir la evolución de nuestra especie. Que aunque ha logrado grandes avances, parece ir inevitablemente al deterioro.

CÉSAR AUGUSTO GARCÍA-UBAQUE
Director

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons