La enfermedad del coronavirus producida por el virus del COVID-19 surgió en diciembre del 2019 en Wuhan, China, descubierta mediante casos de neumonía por una causa desconocida 1,2. Este virus ha ocasionado más de 77,9 millones de casos a nivel mundial 3 . Asimismo, la cantidad de muertes ha ido incrementado: llega a más de 1,6 millones de fallecidos en el mundo 4 . Frente a ello, los países de Latinoamérica han tomado medidas de prevención y contención 5. En el Perú, una de las medidas de prevención ha sido la inmovilización social 6. No obstante, los casos han ido en aumento y han llegado así a más de un millón de casos confirmados, de los cuales un gran porcentaje de ellos son adultos mayores. Asimismo, el riesgo de que la enfermedad se agrave aumenta gradualmente con la edad, ya que el 70% de los fallecidos son mayores de 60 años 7.
La situación de pandemia conlleva a que las personas busquen información a través de los medios de comunicación sobre las medidas que deberían de tomar. Esto hace que haya distintas percepciones sobre los factores de riesgo 8, sobre todo si esta población forma parte del grupo de personas que tienen una alta probabilidad de presentar un caso severo, por ejemplo, los adultos mayores 9.
Dicho lo anterior, un factor de riesgo aumenta la probabilidad de sufrir una enfermedad o lesión 10; al respecto las personas crearán juicios 11, que pueden ser positivos o negativos 12. Asimismo, teniendo en cuenta que estos juicios se basan en un riesgo, se les denomina percepción de riesgo13).
El foco principal de análisis sobre la percepción de riesgo es el aumento que esta tiene frente a la situación de pandemia, lo cual ha sido señalado por diversas investigaciones 14-18. Asimismo, la percepción de riesgo aumenta si existe una desconfianza en las medidas empleadas por el Gobierno 14,17, como también aumenta la preocupación por la familia y por la salud 15. Además, la situación obliga a recurrir a medidas de protección por la misma percepción de riesgo que poseen las personas 18.
Ante esto, esta investigación tuvo como objetivo analizar las percepciones de los factores de riesgo asociados al contagio del coronavirus en adultos mayores pertenecientes a distritos con ingresos bajos de Lima Metropolitana 19).
MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación fue de tipo cualitativo, pues busca explorar la naturaleza del fenómeno por estudiar 20. Asimismo, tuvo un diseño fenomenológico, pues se basó en el análisis e interpretación de la experiencia de los participantes, con una vertiente hermenéutica, ya que interpretó la información obtenida y la comparó con la literatura examinada 21.
Participantes
Los participantes fueron 16 adultos mayores, entre varones y mujeres que pertenecen a distritos con ingresos bajos de Lima Metropolitana; asimismo, se tomó en cuenta tanto a aquellos que hayan sido contagiados o no durante el periodo de la entrevista. Para su selección se utilizó la técnica bola de nieve, pues al estar en el grupo de riesgo se requirió de apoyo para ubicarlos 22.
El acercamiento con los participantes se dio por vía telefónica: se llamó a sus hogares en un espacio en el que se encontraran solos. Los criterios de inclusión fueron ser de nacionalidad peruana, ser mayor de 60 años 23 y aceptar la participación en el estudio. No participaron personas que presentaran deficiencias cognitivas o problemas en la comunicación oral. No hubo personas que se negaran a participar o abandonaran el estudio.
La edad de los adultos mayores oscila entre 61 y 80 años; la edad promedio es de 66 años, de los cuales el 62% son de sexo femenino y el resto, de sexo masculino. Con respecto al lugar de residencia, el 62% son residentes de Mi Perú, 13% de Ate, 13% de San Martín de Porres, 6% de Santa Anita y 6% de San Juan de Lurigancho; y el 50% del total fueron contagiados con coronavirus, mientras que los restantes, al momento de la entrevista, no lo estuvieron (Tabla 1).
Tabla 1 Distribución de la muestra
Seudónimo | Sexo | Edad | Lugar de residencia | Nivel de educación | Situación al momento de la entrevista |
---|---|---|---|---|---|
Adrián | M | 64 | Mi Perú | Superior | Contagiado |
Armando | M | 80 | Mi Perú | Tercero de secundaria | Sin contagio |
Salomé | F | 75 | Mi Perú | Primaria completa | Sin contagio |
Rosmery | F | 61 | Mi Perú | Secundaria completa | Sin contagio |
Nora | F | 72 | Mi Perú | Segundo de secundaria | Contagiado |
Mariana | F | 68 | Mi Perú | Secundaria completa | Contagiado |
Lucas | M | 66 | Mi Perú | Cuarto de secundaria | Contagiado |
Efraín | M | 63 | Mi Perú | Superior | Sin contagio |
Joaquín | M | 66 | Mi Perú | Primaria completa | Contagiado |
Elena | F | 65 | Ate | Secundaria completa | Sin contagio |
Manuela | F | 63 | Mi Perú | Secundaria completa | Contagiado |
Fanny | F | 65 | Santa Anita | Secundaria completa | Sin contagio |
Gerald | M | 63 | San Martín | Primaria completa | Sin contagio |
Lara | F | 63 | San Martín | Primaria completa | Sin contagio |
Matilde | F | 64 | San Juan de Lurigancho | Segundo de secundaria | Contagiado |
Romina | F | 62 | Ate | Secundaria completa | Contagiado |
Instrumentos de recolección de información
Se empleó la entrevista a profundidad de tipo semiestructurada. Para la construcción de la guía de entrevista, se elaboró una matriz de categorización utilizando como base el climate change risk perception model (CCRPM) de van der Linden 24,25, modificado por Xie 26 y Dryhurst et ál.14. Asimismo, como criterios de rigurosidad se aplicó una entrevista piloto 27 y se evaluó la misma a través del criterio de nueve jueces expertos en el tema.
Datos sociodemográficos: la guía de entrevista consta de seis preguntas para obtener información acerca de los participantes: nombre, sexo, edad, nivel de educación, distrito de residencia y situación al momento de la entrevista.
Procedimiento
Se contactó con las coordinadoras de las comunidades, quienes nos facilitaron los números telefónicos de los participantes. Por consiguiente, se contactó con los adultos mayores que cumplieron con los criterios de inclusión. Luego, se les explicó las razones de la investigación y se les leyó el consentimiento informado. Una vez aceptado, se realizaron las entrevistas, que fueron telefónicas y tuvieron una duración de 40 y 60 minutos. No hubo repeticiones de entrevistas. Además, fueron grabadas para mantener la fidelidad de la información brindada por el entrevistado. Asimismo, se tomaron notas que permitieron profundizar el análisis. Las entrevistas fueron realizadas por los dos primeros autores de esta investigación. Después de finalizada la investigación, se les entregaron los resultados a los participantes, sobre los cuales realizaron comentarios.
Análisis de datos
Para el análisis de contenido, se utilizó el método híbrido 28 el cual considera el modelo inductivo y deductivo de análisis 29. En tal sentido, se identificaron algunos temas (categorías) de antemano, los cuales se cruzaron con aquellos que emergieron de los datos (subcategorías y códigos). Al respecto, la Tabla 2 describe el sistema de categorías, subcategorías y códigos utilizados durante el análisis.
El análisis de las entrevistas se realizó con el software ATLAS.ti 9. Como criterios de calidad 30 se utilizaron, primero, la estabilidad, a través de la cual dos investigadores codificaron todas las entrevistas, (con la supervisión de un tercer investigador); segundo, la credibilidad, a través de la cual los participantes revisaron las transcripciones de las entrevistas y opinaron al respecto, triangulándose sus respuestas; y, tercero, para evidenciar la saturación de los datos, se aplicó la búsqueda de patrones 31.
Condiciones éticas del estudio
La investigación se ciñó a las normas éticas de la declaración de Helsinki. Asimismo, el protocolo de investigación fue revisado y avalado por el Comité de Investigación Científica de la Red de Salud Puno, y contó con el consentimiento informado de cada uno de los participantes.
RESULTADOS
Según el análisis realizado, se identificaron cinco categorías: el componente cognitivo, experiencial, sociocultural, confianza y eficacia (Tabla 2). Con respecto al primero, el conocer los factores de riesgo como no respetar el distanciamiento social, el uso inadecuado de las mascarillas y la falta de higiene personal generó percepciones negativas como el temor, intranquilidad y preocupación. Asimismo, se encontró que las principales consecuencias son las repercusiones a la salud física, emocional, económica y social y estas causan en ellos percepciones negativas como la preocupación y miedo al contagio de uno mismo y de los demás. Además, se evidenció que las personas toman medidas de protección decretadas por el Gobierno y/o alternas. Ponerlas en práctica hace que haya percepciones positivas, como la tranquilidad y seguridad, pues lo realizan para evitar o reducir el riesgo de contagio.
Frente al componente experiencial, en afecto, se encontraron percepciones negativas hacia los sentimientos frente al riesgo de contagio como el distanciamiento hacia las personas, preocupación y/o miedo por contagiarse, preocupación por la seguridad de los demás y desconfianza hacia los demás. Del mismo modo, en cuanto a la experiencia personal, se hallaron percepciones negativas por la falta de vivencias pasadas como la incapacidad para enfrentar la enfermedad.
En la categoría sociocultural, compuesta por normas sociales, se evidenció percepciones positivas frente a las normas sociales como seguridad y apoyo social; mientras que, en preocupación por el otro, se hallaron percepciones frente al pensamiento de los demás, como el cuidado o preocupación por su familia (nietos, hijos, tíos), amistades o conocidos.
El componente de confianza, compuesta por confianza hacia el Gobierno, muestra percepciones negativas sobre las medidas que este toma, como la inseguridad, desprotección e intranquilidad; percepciones positivas, como la tranquilidad y la seguridad, y percepciones negativas hacia el comportamiento de los demás frente a las medidas del gobierno como inseguridad e intranquilidad. Otra de las subcategorías es la confianza hacia la ciencia. Estas originan, por una parte, percepciones positivas hacia los avances científicos, como percepciones de seguridad y esperanza frente a los avances científicos para encontrar la cura para la enfermedad; asimismo, genera percepciones negativas, como la inseguridad y preocupación frente a la cura para la enfermedad.
Esta percepción se ha presentado más en las personas que han contraído el virus del COVID-19. La última sub-categoría de este componente es la confianza que se deposita los profesionales de la salud; allí hay percepciones negativas (como la inseguridad, intranquilidad y desprotección frente al tratamiento de los profesionales de salud) como también percepciones positivas (como percepciones de seguridad y tranquilidad frente al tratamiento de los profesionales de salud).
Finalmente, la categoría de eficacia implica la creencia que tiene una persona sobre la eficacia de las medidas de mitigación que se dan en una situación de riesgo. Allí encontramos las medidas personales, que producen percepciones positivas frente a las medidas de protección (como la satisfacción y la seguridad). Asimismo, hay percepciones negativas frente a sus medidas de protección (como la insatisfacción y la inseguridad). Por otro lado, se encuentra la subcategoría de medidas colectivas, que originó percepciones positivas frente a las medidas de seguridad colectivas implementadas para la sociedad (como la satisfacción y la seguridad). Del mismo modo, esta sub-categoría causa percepciones negativas frente al incumplimiento de las medidas colectivas tomadas por los demás (como la insatisfacción y la inseguridad).
DISCUSIÓN
Esta investigación se propuso analizar las percepciones de los factores de riesgo asociados al contagio del coronavirus en adultos mayores pertenecientes a distritos con ingresos bajos de Lima Metropolitana. Los resultados hallados en el componente cognitivo, subcategoría conocimiento-causas, concuerdan con las investigaciones de Li et ál.15, quienes indican que la preocupación se presenta por la sensibilidad de contagiarse por factores de riesgo sociales. La subcategoría de conocimiento-consecuencias es consistente con los estudios de van der Linden 25, quien señala que las personas tendrán una mayor percepción de riesgo, como la preocupación, si es que estas manejan la información y conocen la gravedad de sus consecuencias. Por otro lado, lo encontrado en la subcategoría de conocimiento-respuesta es apoyado por diferentes investigaciones 16,24 en las cuales señalan que, al momento de que la persona sienta que se va a contagiar, va a tomar una conducta protectora con el fin de reducir el impacto del fenómeno del riesgo.
En cuanto a la segunda categoría, componente experiencial, los resultados evidenciados concuerdan con lo señalado por Li et ál.15, quienes manifestaron que la sensibilidad de las personas aumenta frente a los factores de riesgo social, las emociones positivas disminuyen y muestran menos interés por las relaciones amicales. La subcategoría de experiencia personal coincide con lo encontrado por Xie et ál.26 quienes señalaron que la percepción de riesgo dependía en gran medida de las experiencias que ha tenido la persona.
En cuanto a la categoría sociocultural, los resultados hallados dentro de la subcategoría de normas sociales se vincula con la literatura de Sparkman y Walton 32, en la cual indican que las normas sociales que se consideran nuevas y emergentes pueden tener un impacto positivo en el comportamiento. Por otro lado, en cuanto a la sub-categoría de preocupación por el otro, el hallazgo se vincula con las investigaciones de Dryhurst et ál.14 y Li 15, quienes manifiestan que las personas tendrán una mayor preocupación por su familia, su salud o si tienen una conducta prosocial.
En la cuarta categoría, confianza, subcategoría confianza en el Gobierno, los resultados encontrados concuerdan con diversos investigadores 14,17, quienes determinaron que las percepciones de riesgo aumentan o disminuyen si existe una desconfianza en las medidas empleadas por el Gobierno frente a la situación de riesgo. Por otra parte, también se evidenciaron percepciones positivas. Esto concuerda con la investigación de Dryhurst et ál.14 quienes plantearon que los niveles más altos de confianza se asocian con niveles más bajos de percepción de riesgo. Del mismo modo, los resultados encontrados sobre el comportamiento de los demás en cuanto a las medidas implementadas por el Gobierno concuerdan con los del estudio de Van Bavel et ál.33 quienes manifiestan que el comportamiento de las personas puede influir en la propagación de una pandemia. En cuanto a la sub-categoría de confianza en la ciencia, se evidenció que hay percepciones positivas sobre los avances científicos. Sin embargo, también se hallaron percepciones negativas. Cabe recalcar que no se han hallado investigaciones que contrasten ello, como tampoco estudios que muestren la existencia de una percepción distinta entre las personas contagiadas y no contagiadas; sin embargo, Xie et ál.26 y Dryhurst et ál.14 indicaron que las percepciones dependerán de la confianza que siente o no la persona sobre la situación de riesgo. En lo que concierne a confianza en los profesionales de la salud frente a la situación de riesgo, se evidenciaron percepciones negativas y positivas, según Xie et ál.26 y Dryhurst et ál.14, las percepciones de riesgo se verán influenciadas por la confianza que tiene la persona en los profesionales de la salud.
Finalmente, la categoría de eficacia señaló que las medidas personales utilizadas en situación de riesgo causan percepciones positivas (como satisfacción y seguridad), debido a que las ponen en práctica de manera constante. Ello concuerda con lo planteado por Germani et ál.18, quienes indicaron que la situación provoca un empleo continuo en las medidas de protección por la misma percepción de riesgo que poseen las personas. Asimismo, generan percepciones negativas. Según los estudios de Xie et ál.26) y Dryhurst et ál.14 la percepción de riesgo dependerá de la creencia que tenga la persona sobre la eficacia de las medidas de mitigación que se dan en una situación de riesgo. En cuanto a las medidas colectivas implementadas para la sociedad, los resultados hallados coinciden con lo mencionado por Dryhurst et ál.14, quienes señalaron que las creencias de eficacia colectivas más altas reducen las percepciones de riesgo sobre el CO-VID-19; mientras que las personas que tienen la creencia de que las acciones del Gobierno no son efectivas perciben un mayor riesgo.
No obstante, también se halló que el incumplimiento de las medidas colectivas tomadas por los demás ocasiona percepciones negativas como la insatisfacción e la inseguridad, ya que según Dryhurst et ál.14, la propagación de la enfermedad está influenciada por las personas o por la voluntad de adoptar conductas preventivas de salud pública.
En síntesis, los factores de riesgo identificados por los adultos mayores, como el distanciamiento social, el uso inadecuado de mascarillas y la falta de higiene personal, generaron percepciones tanto negativas como positivas. Entre las negativas están el miedo al contagio de uno mismo y de los demás, intranquilidad, preocupación, inseguridad, desprotección e incapacidad para enfrentar el virus. Entre las percepciones positivas están la tranquilidad, seguridad, apoyo social, protección a la familia, satisfacción y esperanza hacia los avances científicos.
Entre las limitaciones que tuvo el presente estudio, están la falta de investigaciones a nivel nacional e internacional sobre el COVID-19, específicamente en adultos mayores; asimismo, la dificultad para poder tener acceso a la muestra, a causa del aislamiento social obligatorio; y, al encontrarse los adultos mayores dentro de la población de riesgo, se tuvieron que realizar las entrevistas de manera telefónica, hecho que limitó la observación de la conducta o los gestos no verbales ♠