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Perspectivas en Nutrición Humana

Print version ISSN 0124-4108

Perspect Nut Hum vol.12 no.1 Medellín Jan./June 2010

 

INVESTIGACIÓN

 

Canasta básica de alimentos real en hogares beneficiarios de la Fundación Ximena Rico Llano de Medellín–Colombia

 

Basic foods in households receiving benefits from Ximena Rico Llano Foundation, Medellín–Colombia

 

 

Eliana María Pérez Tamayo1,; Diana María Sepúlveda Herrera2;Adriana Giraldo Villa3

 

1Escuela de Nutrición y Dietética, Universidad de Antioquia. Medellín–Colombia. empt@pijaos.udea.edu.co

2Escuela de Nutrición y Dietética, Universidad de Antioquia. Medellín–Colombia.

3Candidata a Magíster en Epidemiología. Facultad Nacional de Salud Pública, Universidad de Antioquia. Medellín–Colombia.

 

Artículo recibido: 9 de noviembre de 2009

Aceptado: 12 de mayo de 2010

 

Como citar este artículo: Pérez Tamayo EM, Sepúlveda Herrera DM, Giraldo Villa A. Canasta básica de alimentos real en hogares beneficiarios de la Fundación Ximena Rico Llano de Medellín-Colombia. Perpect Nutr Humana. 2010;12:33-45.

 


Resumen

Objetivo: establecer la composición de la canasta básica de alimentos real, el hábito de compra y el costo de los productos no alimentarios en hogares beneficiarios de la Fundación Ximena Rico Llano de Medellín–Colombia, en el año 2007. Materiales y métodos: estudio transversal en una muestra representativa y aleatoria de 91 hogares de la Fundación. Se aplicó una encuesta estructurada que permitió definir la canasta básica de alimentos real a partir de la disponibilidad mensual de alimentos y la determinación del hábito de compra, volumen de compra, costo, aporte de energía y aporte de proteínas provenientes de los productos alimentarios. Adicionalmente se definió la disponibilidad y costos de los productos no alimentarios adquiridos en los hogares. Resultados: la canasta básica de alimentos estuvo constituida en promedio por 30 alimentos distribuidos en doce grupos; sin embargo 16% de las familias no disponía en su canasta básica de alimentos como carne y vísceras, sustitutos de la carne, leguminosas, lácteos, bebidas, frutas y verduras. El costo de la canasta básica de alimentos fue de $448.623 (US$216), equivalente a 1,03 salarios mínimos mensuales legales vigentes. El costo de los productos no alimenticios equivalía al 14,03% del gasto mensual de los hogares en la canasta. Conclusiones: la canasta básica de alimentos de los hogares de la Fundación Ximena Rico Llano estuvo conformada por 30 alimentos, presentando poca variedad en la compra y comprometiendo el aporte nutricional de la dieta. La adquisición de productos no alimentarios (artículos para aseo personal y del hogar) representa un rubro importante dentro de los gastos mensuales, lo que puede comprometer la compra de alimentos.

Palabras clave: canasta básica de alimentos, ingresos, gastos, consumo de alimentos, seguridad alimentaria y nutricional, acceso a los alimentos, Colombia.


Abstract

Objective: to determine in the households receiving benefits from Ximena Rico Llano foundation Medellin–Colombia, the composition of consumed food, what foods these families use to buy and the cost for no nutritious food. Materials and methods: cross sectional study. Randomized and representative sample of 91 families from the foundation were selected. An structured survey was applied to define the basic foods consumed according the accessibility and to determine what type and how much food families buy, and also the cost, calories and proteins content of these foods. Moreover the cost and the accessibility for no nutritious food were also identified. Results: the basic meals consumed for families were represented for 30 aliments distributed in 12 groups; however 16% of the families didn't have access to staple food like meat, legumes, dairy products, fruits and vegetables. The cost of the basic food was about $448.623 (US$216), it was the equivalent to 1,03 basic wage. The cost for no nutritious food represented 14% of the total Money spending in food per month. Conclusions: the basic foods of the families from Ximena Rico Llano Foundation consisted of 30 aliments, and no variety was observed. These families didn't meet the nutritional requirements. Acquisition of products different to food represented another important investments that restrain families to spent more in staple food.

Key words: food consumption, income, food supply, household food security, Colombia.


 

 

INTRODUCCIÓN

El acceso a los alimentos entendido como la capacidad de las personas para comprar los alimentos disponibles, es considerado uno de los principales determinantes de la seguridad alimentaria y nutricional (SAN) en la mayoría de los países en desarrollo (1). La medición del acceso a los alimentos puede realizarse por medio de diferentes instrumentos, siendo la canasta básica de alimentos (CBA) uno de los más utilizados en América Latina (2).

La CBA se define como un mínimo alimentario para un hogar de referencia, es decir, como un conjunto de alimentos básicos en cantidades apropiadas y suficientes para satisfacer por lo menos las necesidades energéticas y proteicas del grupo familiar (3). Esta es una herramienta que sirve para la determinación y definición de estrategias orientadas a resolver problemas sociales y económicos en diferentes contextos (4).

De acuerdo con las evidencias científicas, la baja calidad y cantidad limitada de los alimentos incluidos en la CBA se relaciona con estrategias negativas de los hogares (como pedir limosna y el trabajo infantil), con el número de personas que integran el hogar, con la ocupación del padre y el jefe del hogar y, en general, con las condiciones socioeconómicas de los grupos familiares (5, 6).

Cuando los alimentos de la CBA no suplen las recomendaciones de energía y nutrientes de las personas trae como consecuencia más evidente un alto grado de inseguridad alimentaria y nutricional (INSAN) y alteraciones en el estado nutricional de los individuos (5), a pesar que las familias se vean obligadas a invertir un alto porcentaje de ingresos en la compra de los alimentos (5). Adicionalmente, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la inseguridad alimentaria se incrementa en los hogares con características sociales y económicas precarias, que se ven obligados a realizar diferentes ajustes en su CBA como la destinación del gasto en alimentos ricos en calorías (cereales) y el abandono de los alimentos con alto contenido de proteína y micronutrientes (carnes, productos lácteos, frutas y hortalizas) que son mucho más costosos (7, 8).

Tomando como referencia los hogares beneficiarios de la Fundación Ximena Rico Llano, que se caracterizan por ser una población altamente vulnerable, apoyada por programas y proyectos de educación, salud, alimentación y atención familiar, el objetivo de este estudio fue establecer la composición de la CBA real de estos hogares para el año 2007, así como determinar el hábito de compra y el costo de los productos no alimentarios, de quienes se presume representan un alto porcentaje del gasto familiar que no es tenido en cuenta en los diferentes indicadores que determinan el umbral mínimo de necesidades, a pesar que constituyen un gasto regular y necesario de los hogares. De este modo se pretende aportar información que sea de gran utilidad para orientar las acciones de mejoramiento de las condiciones alimentarias y nutricionales de la población de la Fundación o de otra población que cuente con características socioeconómicas similares.

 

MATERIALES Y METODOS

Se realizó un estudio descriptivo transversal. La población estuvo constituida por 208 hogares y sus integrantes, beneficiarios de los programas de asistencia alimentaria de la Fundación durante el segundo semestre del año 2007.

La Fundación se encuentra ubicada en el barrio Niquitao, localizado en la Comuna 9 de la ciudad de Medellín. Es una organización no gubernamental (ONG) que atiende a niños y niñas en alto riesgo psicosocial, menores de seis años, clasificados como víctimas del maltrato infantil, abuso sexual, desnutridos y con retraso en el desarrollo; el propósito de la Fundación es mejorar las condiciones de vida de esta población mediante programas y proyectos de educación, salud y atención de la familia (9).

El hogar se definió como unidad de análisis, acogiendo la definición establecida por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en la ''Encuesta nacional de hogares'' en la cual se delimita como una persona o grupo de personas que ocupan la totalidad o parte de una vivienda y que se han asociado para compartir la comida y la dormida o la dormida; clarificando que estos pueden ser familiares o no entre sí (10). Se obtuvo una muestra representativa y aleatoria de 91 hogares, calculada con una confianza de 95% y un error de 6%. Los hogares se seleccionaron mediante muestreo aleatorio simple (11).

Se diseñó una encuesta estructurada para la recolección de la información, la cual fue ajustada luego de la realización de la prueba piloto. El instrumento fue aplicado por un encuestador previamente entrenado.

El análisis estadístico se realizó a partir de medidas descriptivas como la media con sus respectivos intervalos de confianza, desviación estándar, mediana, rango intercuartílico y proporciones. Para el procesamiento de los datos se utilizó el software SPSS versión 14.

Determinación de la CBA real

Para la determinación de la CBA en Colombia, durante los últimos cinco años se han empleado dos metodologías: la canasta básica de alimentos real (canasta usual) y la canasta básica de alimentos recomendada (canasta ajustada) (3, 12). La primera representa los productos más comúnmente comprados y consumidos por el hogar (12) y la segunda establece un conjunto de alimentos básicos sugeridos por profesionales y técnicos, para cubrir las necesidades mínimas de energía y nutrientes de acuerdo con la dieta usual de la población (3).

Es importante aclarar que en esta población solo se calculó y analizó la canasta básica de alimentos real (alimentos comprados y consumidos por el hogar) y para su determinación se desarrollaron dos procedimientos:

Definición de la disponibilidad mensual de alimentos en los hogares

Se estableció mediante la valoración del hábito de compra de los hogares. Para esto se elaboró una encuesta estructurada que examinó aspectos como tipo de alimento, frecuencia de compra, volumen de compra (cantidad en gramos y unidad de medida), especificaciones comerciales de los productos y costo. Se indagó por los alimentos comprados y utilizados en los hogares durante el último mes; lo que sirvió de base para el cálculo de la disponibilidad mensual de alimentos de cada uno de los hogares (Valoración de la canasta básica de alimentos real, establecida en las familias de la FXRL durante el segundo semestre del año 2007).

Para la determinación de los pesos y las medidas de los alimentos, estos se clasificaron previamente en doce grupos: cereales, plátanos y tubérculos, leguminosas y mezclas vegetales, carnes y vísceras, sustitutos de las carnes (huevos y embutidos), leche y productos lácteos, azúcares, grasas, bebidas, frutas, verduras y condimentos. Para estandarizar los pesos y las medidas de los alimentos se recolectó información en diferentes establecimientos comerciales de la ciudad (tiendas de barrio, minimercados, supermercados de cadena y centrales mayoristas). Por último, se construyó una base de datos que definía: marcas comerciales, peso en gramos o volumen en centímetros cúbicos, especificaciones de empacado, presentación del producto y costo por unidad de medida.

Selección de alimentos constituyentes de la CBA

Para la selección de los alimentos que constituían la CBA real de los hogares se aplicaron los criterios de hábito de compra de alimentos, aporte energético, aporte proteico y aporte al volumen (3). Para cada uno de estos criterios se definieron los siguientes puntos de corte: hábito de compra o alimentos comprados por 30% o más de los hogares; contribución energética o alimentos que suministraran 1% o más de la energía total; aporte proteico o alimentos que contribuyeran con 1% o más de las proteínas totales y alimentos que contribuyeran con 0,5% o más al volumen total (3). Igualmente, se estableció el costo como criterio para la selección de los productos de la canasta real, considerando como punto de corte que el alimento suministrará 0,1% o más del costo total de la canasta (13).

Disponibilidad de productos no alimentarios

En las familias evaluadas se estableció la disponibilidad de productos no alimentarios adquiridos y utilizados mensualmente en las viviendas; por la magnitud y duración del estudio, la indagación se limitó a un grupo de artículos de aseo personal y del hogar.

Para establecer los pesos y medidas de los productos no alimentarios se definió un listado de once productos de consumo masivo: jabón de baño, jabón en barra, jabón lavaplatos, detergente en polvo, desinfectante clorado, crema dental, papel higiénico, shampoo, toallas higiénicas femeninas, desodorante y talco antitranspirante. Se analizaron los productos comprados por la familia en el último mes. Se definió el tipo de producto, la frecuencia de compra, el volumen de compra (cantidad en gramos y unidad de medida), especificaciones comerciales de los productos y costo.

Para calcular el costo de los productos no alimentarios se desarrolló un proceso similar al definido para los alimentos, recolectando datos en diferentes establecimientos comerciales de Medellín como: tiendas de barrio, minimercados, supermercados de cadena y centrales mayoristas. En estos lugares se examinaron las marcas comerciales de los productos no alimentarios, su peso en gramos o centímetros cúbicos, sus especificaciones de empacado o presentación comercial y el costo por unidad de medida.

Aspectos éticos

La investigación cumplió con los principios básicos establecidos en la Declaración de Helsinki (14). La participación en este estudio fue voluntaria, se realizaron reuniones previas con los encargados del cuidado del niño o niña en el hogar, con el propósito de discutir los diferentes componentes de la investigación y garantizar que la persona encuestada tuviera conocimiento y pudiese dar información confiable acerca de todos los componentes de la encuesta (aspectos demográficos, aspectos socioeconómicos y seguridad alimentaria y nutricional del hogar). Así mismo, se analizaron los parámetros de confidencialidad de la información antes de firmar el formato de consentimiento informado.

 

RESULTADOS

Características demográficas y económicas de los hogares

De los hogares objeto de estudio 57,1% tenían menos de cinco personas; 38,5% estaban integrados por 5 a 10 personas y 4,4% por 11 o más individuos. El tipo de familia encontrada en los diferentes hogares fue: 42,9% extendidas, 41,8% nucleares completas y 11% monoparental materna.

El ingreso mensual de los hogares fue de $646.478±$490.824 (US$ 312±237) ; 48,4% tenían un ingreso mensual inferior al salario mínimo legal vigente (SMMLV) estimado para Colombia en el año 2007 en $433.700 (US$ 209). En 71,4% de los hogares el jefe era la persona que hacía el mayor aporte económico para el pago de arriendo, servicios públicos y compra de alimentos (Tabla 1).

En cuanto a los integrantes de los hogares, el 53,9% eran mujeres y 46,1% hombres; 57,3% menores de 20 años, de los cuales 26,5% tenía menos de cinco años. La edad promedio de las personas fue de 21±18,5 años y el nivel educativo de mayor frecuencia corresponde a secundaria con 33%. Se resalta además que al momento de la encuesta 50,6% de los integrantes de los hogares presentaba un nivel educativo correspondiente a quinto de primaria o un nivel inferior, un 3,6% son analfabetas.

Composición de la canasta básica de alimentos real

La CBA real de los hogares estuvo constituida por 30 alimentos distribuidos en doce grupos (Tabla 2). El mínimo de alimentos comprado en los hogares fue 25 y el máximo 96 reportados por las familias en la encuesta. En todos los hogares se adquirieron alimentos de grupos como los cereales, los tubérculos y plátanos, los azúcares, las grasas y los condimentos. No obstante, se debe mencionar que 16% de las familias no disponían en su CBA de productos alimenticios de los siguientes grupos: carnes, leguminosas, sustitutos de las carnes (huevos y embutidos), lácteos, bebidas, frutas y verduras.

 

Los grupos de alimentos que tuvieron mayor contribución energética en la CBA fueron los plátanos y tubérculos, los cereales y los azúcares (Tabla 3).

 

Variedad en la canasta básica de alimentos real

Los grupos de alimentos que en promedio presentaron mayor variabilidad fueron las verduras, los cereales y las carnes y vísceras. Las frutas, las bebidas, los lácteos y los sustitutos de las carnes (huevos y embutidos) presentaron la menor variabilidad (Tabla 4). Se encontró que 44% de los hogares compraban mensualmente menos de cinco variedades de frutas y verduras, asimismo adquirían menos de cuatro clases de plátanos, tubérculos y leguminosas.

Costo de la canasta básica de alimentos real

El costo mensual de la CBA de los hogares fue de $448.623 (US$216). El mayor aporte al costo estuvo representado por los cereales (16,1%), seguido por las carnes y vísceras (13,5%) y los lácteos (13,0%) (Tabla 5). El 60% de los hogares adquiría los alimentos de la CBA en tiendas de barrio, graneros y plazas de mercado, sólo 40% de los jefes de los hogares contaba con recursos económicos suficientes para acceder a los supermercados locales debido a que estos establecimientos venden productos con altos costos. La CBA de los hogares tuvo un costo de 1,03 SMMLV para el año 2007, el cual representó el 69,35% de los ingresos mensuales familiares.

Hábito de compra y costo de productos no alimentarios en los hogares

En el análisis del hábito de compra de los productos no alimentarios o grupo de productos de aseo personal y del hogar, se observó que los cinco primeros artículos adquiridos en los hogares fueron: crema dental (94,4%), papel higiénico (91,1%), jabón de barra (90,0%), jabón de baño (86,6%) y jabón de lavaplatos (82,2%). El costo de estos productos fue de $90.689±146.736 (US$44±71) y los que mayor contribución tuvieron con relación al gasto total de los artículos de aseo personal y del hogar fueron: límpido (29,8%), detergente en polvo (20,5%), jabón de lavaplatos (13,8%), jabón de barra (12,2%) y crema dental (5,8%). El costo de los productos no alimentarios representó 14,03% de los ingresos mensuales de los hogares.

 

DISCUSIÓN

En el departamento de Antioquia (Colombia), durante el año 2005, los grupos de alimentos que tuvieron mayor contribución porcentual al volumen de alimentos disponibles para una semana en los hogares fueron los cereales, los tubérculos, los plátanos, los azúcares y los lácteos, 19,8% de los hogares no dispusieron de frutas, 17,5% de leche y productos lácteos y 11,1% de verduras. Asimismo, 32,6% de los hogares presentaron una adecuación de disponibilidad de energía baja (13). Hallazgos similares comparten los hogares de la Fundación, en quienes se evidencia una disponibilidad limitada de alimentos, donde los grupos que tuvieron mayor contribución energética en la CBA fueron los plátanos y tubérculos, los cereales y los azúcares, y donde 16% de las familias no disponía en su CBA de productos alimentarios como las carnes y vísceras, leguminosas, sustitutos de las carnes (huevos y embutidos), lácteos, bebidas, frutas y verduras.

Los estudios indican que en los hogares con bajos ingresos económicos la mayor cantidad de calorías proceden de alimentos fuentes los carbohidratos como el maíz, el arroz, el trigo, los plátanos y los tubérculos (15). Al aumentar los ingresos la alimentación se hace más compleja y variada: crece la ingestión de grasas, en particular de origen animal y el porcentaje de calorías procedentes de los alimentos amiláceos se reduce al 30%. Aumenta el porcentaje de calorías procedentes de los azúcares, pero el aporte relativo de proteínas se mantiene constante, aunque las proteínas de origen vegetal se sustituyen parcialmente por las de origen animal. Asimismo, el total de proteínas aumenta con el incremento de la disponibilidad total (o consumo) de calorías (2, 16).

De igual forma, en el casco urbano de Leticia en el departamento del Amazonas (Colombia), en un estudio realizado en 2005 se encontró que 47,3% de las familias estaba en situación de miseria e incluían frecuentemente en la CBA del hogar alimentos de bajo costo y alto aporte energético como tubérculos y plátanos (plátano verde, yuca y fariña), disminuyendo la compra de frutas y verduras, conducta alimentaria no saludable que promovía deficiencias especificas de micronutrientes (17).

Estos hallazgos señalan que poblaciones vulnerables como la población de la Fundación a menudo cuentan con dietas poco variadas, no balanceadas y altamente energéticas, situación que evidentemente pone en duda que el consumo de calorías y nutrientes cubra los requerimientos de las personas y contribuya a mantener un adecuado estado nutricional (18), aspecto aún más preocupante, si se considera que 26,5% de la población atendida tiene menos de cinco años, edad que constituye el periodo de más alto riesgo de alterar el crecimiento y sufrir desnutrición (16).

Resultados similares se han reportado en estudios de CBA desarrollados en otras regiones del país, por ejemplo, en el área urbana de la ciudad de Bogotá durante el año 2004 se determinó que los hogares de estratos más bajos, que tenían mayor número de integrantes, contaban con una menor cantidad de dinero para la adquisición de una apropiada CBA y presentaban importantes deficiencias de energía, hierro, calcio y vitamina A (19). En la población en estudio cerca del 43% de los hogares tenía más de cinco integrantes, posible determinante que podría dar a pensar las altas tasas de dependencia económica, al observar a su vez que en promedio solo 1,78 (DE 0,845) personas por hogar trabajan, mientras que en promedio 5,58 (DE 2,371) viven de forma permanente en el hogar.

Algunas investigaciones sugieren que en poblaciones vulnerables los problemas alimentarios se presentan principalmente por los bajos ingresos económicos (6). En el estudio podría presumirse lo mismo, teniendo en cuenta que 48,4% tenía un ingreso mensual inferior al SMMLV para el año 2007, que obliga a destinar un alto porcentaje de sus ingresos a la compra de alimentos que para este caso representa 69,35% de los ingresos mensuales familiares, y aun así no logran cubrir adecuadamente sus necesidades nutricionales.

Proporciones de gasto elevada en alimentos son usuales en poblaciones con características similares, por ejemplo en el municipio de Puerto Nariño en el departamento del Amazonas (Colombia), durante el año 2001, se determinó que los hogares pobres destinaban más de 70% de sus ingresos mensuales en la adquisición de una CBA inapropiada, compuesta únicamente por 15 alimentos que no alcanzaban a cubrir las necesidades de calorías y micronutrientes de todos los integrantes del grupo familiar (20). Del mismo modo, en la canasta básica de alimentos de los hogares del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Colombia), calculada durante el año 2005, se evidenció que 23% de la población de este departamento no lograba satisfacer sus necesidades calóricas diarias y 53,0% no cubría sus recomendaciones de calcio, a pesar de invertir entre 40% y 60% de sus ingresos mensuales para la compra de alimentos (21).

Por otro lado, las sugerencias de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), en cuanto a la determinación de las necesidades no alimentarias, parten del supuesto de que los hogares que satisfacen la ingesta alimentaria tienen la capacidad de satisfacer otras necesidades no alimentarias. Si bien este supuesto tiene consistencia analítica para la medición, no es satisfactorio en contextos de alta intensidad de pobreza o vulnerabilidad, en los que la calidad nutricional es deficiente y de baja calidad (17). Como punto clave, en este estudio se indagó además por la compra mensual de productos de aseo personal y del hogar de quienes se presumía representan un alto porcentaje del gasto familiar que no es tenido en cuenta en los diferentes indicadores que determinan el umbral mínimo de necesidades, encontrando que el gasto en estos artículos es similar al dinero destinado para la compra de cereales, carnes y lácteos. Por consiguiente, la compra de estos productos puede estar desplazada por otros grupos de alimentos o limitar el incremento y variedad de grupos como las frutas y las verduras. El costo de los artículos no alimentarios representó el 14,03% de los ingresos mensuales de los hogares.

De esta forma es cuestionable pensar que 69,35% de los ingresos mensuales familiares deben ser destinados a alimentación, 14,03% a productos no alimentarios, y tan solo un 16,62% se destinaría a suplir las demás necesidades básicas como educación, salud, vestuario y recreación, entre otros.

 

CONCLUSIÓN

La CBA de los hogares de la Fundación Ximena Rico Llano estuvo conformada por 30 alimentos, con poca variedad comprometiendo el aporte nutricional de la dieta. La compra de productos no alimentarios (artículos para aseo personal y del hogar) representa un rubro importante dentro de los gastos mensuales, que puede comprometer la adquisición de alimentos. Es importante tener en cuenta este aspecto, debido a que las familias tienen niños y niñas menores de cinco años que necesitan de una adecuada alimentación por la etapa de crecimiento en la que se encuentran.

 

LIMITACIONES

Este estudio presenta las desventajas propias que conlleva indagar por ingresos y gastos familiares, teniendo en cuenta que las personas tienen recelo en dar a conocer la cantidad de dinero que ganan o gastan y como resultado del tipo de preguntas se corre el riesgo de obtener una proporción considerable de datos faltantes, subestimaciones o sobreestimaciones de la información, además a un posible sesgo de la memoria.

 

AGRADECIMIENTOS

A la Fundación Ximena Rico Llano por el acompañamiento para el desarrollo de este proyecto de investigación.

Al Centro de Investigación en Alimentación y Nutrición (CIAN) de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Antioquia por el apoyo financiero y administrativo brindado en este estudio.

A las familias que permitieron el ingreso a sus hogares y suministraron generosamente la información contenida en este trabajo.

 

Referencias

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