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Perspectivas en Nutrición Humana

Print version ISSN 0124-4108

Perspect Nut Hum vol.21 no.2 Medellín July/Dec. 2019  Epub Nov 14, 2019

https://doi.org/10.17533/udea.penh.v21n2a04 

Artículo de investigación

Significados y usos que los habitantes de una vereda en Chigorodó, Antioquia, Colombia, dan a los alimentos que producen

Significance and Uses of Foods Cultivated by Rural Inhabitants of Chigorodó, Antioquia, Colombia

Yesenia Miranda-Hernández1 

Andrea Sánchez-González2 

Ledys Yuliana Machado-Suárez3 

Luz Natalia Rodríguez-Villamil4  * 

1 Estudiante Nutrición y Dietética, Escuela de Nutrición y Dietética, seccional Urabá, Universidad de Antioquia (UdeA). Chigorodó, Antioquia, Colombia. yesenia2606@hotmail.es

2 Estudiante Nutrición y Dietética, Escuela de Nutrición y Dietética, seccional Urabá, Universidad de Antioquia (UdeA). Chigorodó, Antioquia, Colombia. andreasg9524@hotmail.com

3 Estudiante Nutrición y Dietética, Escuela de Nutrición y Dietética, seccional Urabá, Universidad de Antioquia (UdeA). Carepa, Antioquia, Colombia. lyms2011@hotmail.com

4 Socioantropología de la Alimentación, Escuela de Nutrición y Dietética, Universidad de Antioquia (UdeA). Carrera 75 N.° 65-87, Medellín, Colombia. ORCID: orcid.org/0000-0001-7237-1917. luz.rodriguez@udea.edu.co


Resumen

Antecedentes:

la agricultura familiar se reconoce como una práctica importante para que las poblaciones mejoren el acceso a alimentos propios y los ingresos, y contribuyan a la seguridad alimentaria en su región.

Objetivo:

conocer los significados y usos dados por los habitantes de una vereda del municipio de Chigorodó, Antioquia, a los alimentos que producen.

Materiales y métodos:

investigación cualitativa basada en etnografía enfocada. Los datos se recolectaron mediante entrevistas semiestructuradas a 14 participantes, observación participante y elaboración de mapas de los predios. La información obtenida se transcribió, leyó y codificó, identificando aspectos significativos, relaciones entre los datos, hasta conformar categorías preliminares y emergentes, que fueron validadas con los participantes.

Resultados:

las razones para cultivar incluyen vocación, tradición familiar y necesidad del sustento. Vivir en el campo se relaciona con felicidad, tranquilidad y salud. Los alimentos más cultivados son plátano, mango, limón, coco, guayaba; además se crían animales. Los participantes dan a lo producido usos alimentarios, cosméticos, medicinales y de aseo; algunos productos también se venden o intercambian.

Conclusión:

los alimentos producidos aportan a la soberanía alimentaria y a la economía familiar, tienen usos que reflejan diversos saberes; se resalta el papel protagónico de la mujer en la agricultura familiar.

Palabras clave: alimentos; seguridad alimentaria y nutricional; agricultura; cultivos agrícolas; producción de cultivos; alimentación; investigación cualitativa

Abstract

Background:

Family farming is a practice that makes it possible for the population to obtain food and income while contributing to the food security of their region.

Objective:

To understand the significance and uses that the inhabit¬ants of a rural settlement, located in the Chigorodó municipality in the Department of Antioquia, place on the food they grow.

Materials and Methods:

A qualitative study, based on focused ethnography, in which data were collected via active observation, semi-structured interviews administered to 14 participants, and property mapping. The data were transcribed, read and coded. Significant aspects and data relationships were identified. Preliminary and emergent categories were consolidated and the results were validated with the participants.

Results:

Among the reasons for growing food, the following stand out: vocation, tradition, and need to support one’s family. Additionally, living in the countryside is associated with happiness, tranquility and health. The most common types of food produced are: plantain, mango, lime, coconut and guava. In addition, they also raise animals. Household use the foods and products they cultivate for food, cosmetics, medicine, and cleaning. Outside the household these products are sold and traded. Further¬more, people express diverse knowledge on the medicinal and cosmetic uses of plants as well as on how to grow them.

Conclusions:

Growing food contributes to the food security of these households and their family economy. Likewise, the leading role of women is highlighted in this activity. Finally, a diverse body of everyday knowledge was observed in this study.

Keywords: Food; food and nutrition security; agriculture; agricultural crops; crop production; feeding; qualitative research

INTRODUCCIÓN

El informe de 2015 sobre el alcance de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, presentado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), afirma que frente a la erradicación de la pobreza extrema y el hambre se ha avanzado significativamente en la meta de reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, la proporción de personas que padecen hambre. Sin embargo, situaciones relacionadas con el precio de los alimentos, el aumento del desempleo, las recesiones económicas y los desastres naturales han limitado los avances para mejorar la seguridad alimentaria, en especial en las regiones más vulnerables del mundo 1.

En medio de esta realidad, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) reconoce el avance de América Latina en el cumplimiento de esta meta, lo cual se relaciona con la existencia de intervenciones en seguridad alimentaria y programas para pequeños agricultores. En este mismo documento, la FAO destaca la importancia de la agricultura familiar, la cual produce el 80 % del total mundial de alimentos, corresponde al 90 % de las explotaciones agrícolas y genera más rendimientos; aunque tiene menor productividad, la mayoría de sus agricultores son pobres y tienen inseguridad alimentaria 2.

La agricultura familiar es una forma de articular la cría y cultivo de alimentos, gestionada y administrada por una familia y depende principalmente de la mano de obra familiar 3; además, puede definirse como “aquella forma de producción agropecuaria que depende fundamentalmente del trabajo familiar y que constituye al mismo tiempo unidad de producción y reproducción social” 4p.3).

Se ha reconocido la importancia de la agricultura familiar para mejorar la seguridad alimentaria, conservar la producción de alimentos tradicionales, generar empleo, conservar la cultura, la identidad, los recursos naturales y la biodiversidad 5, además de contribuir al autoabastecimiento de alimentos para las propias familias rurales que trabajan en sus propias producciones.

En Colombia, la agricultura familiar constituye el 78,4 % del total de explotaciones agrícolas, las cuales producen entre el 50 y el 60 % de los alimentos de la canasta básica 6. El Censo Nacional Agropecuario 7 reporta que el 66,8 % de los trabajadores permanentes de las unidades de producción agrícola menores a 5 hectáreas pertenecen al hogar, 23,7 % son mujeres y estas unidades destinan el 60 % de la producción para el autoconsumo.

La investigación reciente del tema es amplia; en Latinoamérica, diversos estudios se han aproximado entre otras cuestiones al abastecimiento de alimentos y a la agricultura familiar 8; significados, prácticas y saberes tradicionales de los campesinos 9,10; pervivencia de la agricultura familiar 11, y al papel de los pequeños productores agrícolas en la conservación del medio ambiente y la seguridad alimentaria 12.

Sobre otros países cabe mencionar trabajos acerca de los significados del trabajo familiar agrícola 13 y prácticas de agricultores familiares relacionadas con agricultura biológica 14. En Colombia, cabe destacar planteamientos teóricos y estudios de caso con pequeños productores 4, además, un estudio realizado en Antioquia, que relaciona saberes locales de subsistencia/resistencia y soberanía alimentaria 15. En la subregión de Urabá, en donde se realizó el presente trabajo, no se identificaron investigaciones recientes sobre agricultura familiar, aunque sí sobre seguridad alimentaria, aspectos ambientales y conocimientos locales de pescadores 16.

El presente estudio se realizó en el municipio de Chigorodó, ubicado en la subregión del Urabá del departamento de Antioquia, Colombia. Este municipio, de vocación agrícola y pecuaria, tiene 76 202 habitantes, de los cuales el 87 % se ubica en la cabecera urbana y el 13 %, en la zona rural. La mayoría de las tierras en el área rural pertenecen a medianos y grandes productores 17.

Entendiendo la importancia de la agricultura familiar para la alimentación, se consideró importante indagar por el significado que tiene esta actividad para quienes la practican, los conocimientos relacionados con los alimentos que producen, los usos que les dan, las formas de cultivo que emplean y otros aspectos subjetivos relacionados, lo cual precisó un acercamiento desde el enfoque cualitativo, el cual busca comprender la lógica de pensamiento que orienta las acciones desde la perspectiva de sus protagonistas y asume el conocimiento como un producto social, que al construirse se ve cruzado por percepciones, valores y significados de las personas 18.

Por los aspectos que serán abordados, se consideró relevante tomar para el análisis elementos de la antropología, desde perspectivas ecológicas que se preguntan por la relación de las personas con su medio, superando la dualidad naturaleza-cultura 19. En particular, se tomaron algunos aportes de la etnoecología, propuesta interdisciplinaria que se interesa por la manera como la naturaleza es percibida por los seres humanos, reconoce sus creencias y conocimientos, así como los significados, representaciones, usos y prácticas relacionados con los recursos naturales 20.

Se eligió una vereda integrada por pequeños productores, ubicada muy cerca de la cabecera municipal, que resultó de interés para el estudio porque la mayoría de familias producen alimentos diferentes a los cultivos comerciales predominantes en la zona (plátano, banano, palma de aceite, piña), y aunque no dependen exclusivamente de su producción, esta les aporta alimentos para el consumo familiar. Por todo lo anterior, el objetivo de la presente investigación fue conocer los significados y usos que le dan los habitantes de una vereda del municipio de Chigorodó, Antioquia a los alimentos que cultivan.

MATERIALES Y MÉTODOS

Esta investigación cualitativa se basó en la etnografía enfocada. La perspectiva etnográfica busca hacer “descripciones detalladas de la experiencia concreta de vida dentro de una cultura particular y de las reglas o patrones sociales que la construyen” 21, p. 24) existen diversas modalidades de investigación etnográfica, de las cuales, para el presente trabajo, se consideró más cercana la etnografía enfocada, que hace referencia a estudios de aspectos específicos de una cultura, en periodos cortos de tiempo 22. Se realizó un diseño que se ajustó durante el proceso, de acuerdo con los hallazgos, siguiendo la lógica cualitativa: de naturaleza flexible, abierta y emergente 18.

Para acceder al campo, se visitó en primer lugar a la Secretaría de Medio Ambiente del municipio, con el fin de obtener información general de la producción en la vereda, y posteriormente, a la presidenta de la Junta de Acción Comunal, quien aportó información específica sobre la historia de la vereda y las prácticas de cultivos que tienen las familias. Ella además hizo las veces de portera, es decir, por su conocimiento del contexto, posibilitó la entrada de las investigadoras a la comunidad 18 y fue quien facilitó la convocatoria a mujeres y hombres de la vereda, que pudieran ser participantes, para darles a conocer el proyecto.

La primera entrevista se realizó a una de las participantes de dicha reunión; con esta actividad se identificaron aspectos significativos y se ajustó la guía de entrevista con nuevas y mejores preguntas. Los participantes se seleccionaron por muestreo intencionado, con la pretensión de contar con información profunda y detallada que aportara a la comprensión de los fenómenos 23; se tuvieron en cuenta como criterios de inclusión ser hombre o mujer mayor de 20 años, pequeño productor de alimentos, llevar mínimo un año en la vereda y tener voluntad de participar; además se buscó diversidad en cuanto a edad, estructura familiar y productos cultivados.

La recolección de la información se hizo mediante diferentes técnicas, la principal fue la entrevista semiestructurada, definida como un encuentro personal y abierto, que permite indagar acerca de una situación y comprenderla desde la manera como es interpretada por los sujetos 24. Se realizaron 14 entrevistas individuales en las viviendas de los participantes, cada una duró entre 20 y 60 minutos; simultáneamente se realizó observación participante en cada predio, enfocada en aspectos de la vivienda, cultivos, animales y prácticas relacionadas con la producción; además, durante esta visita, se elaboró con cada participante el mapa de su predio, el cual fue útil para conocer aspectos de la producción y orientar algunas preguntas de la entrevista. Se realizaron también dos entrevistas grupales, en las cuales participaron entre 3 y 7 personas, para profundizar en aspectos emergentes que resultaban en el análisis.

El proceso de análisis empezó al realizar las primeras entrevistas y continuó durante y después de terminar la recolección de la información, lo que permitió tomar decisiones sobre qué profundizar y cómo orientar el muestreo. Previamente se había planteado un sistema categorial preliminar, basado principalmente en los objetivos 25; a medida que avanzaba el análisis, se identificaban categorías emergentes, relaciones entre estas y aspectos significativos de algunas de ellas, de manera que el sistema categorial resultante integró algunas categorías preliminares y otras emergentes, tratando de encontrar relaciones de los datos con lo esperado 22. De manera sintética, el proceso de codificación y categorización se puede enunciar en los siguientes pasos, que no fueron lineales, por la lógica flexible y cíclica que sigue la investigación cualitativa.

  1. Transcripción textual de cada entrevista.

  2. Lectura detallada de cada transcripción para identificar aspectos significativos relacionados con los objetivos y otros asuntos emergentes.

  3. Codificación de textos seleccionados, definiendo en pocas palabras a qué hacía referencia tal fragmento.

  4. Agrupación de los códigos en categorías, ajustadas al sistema preliminar o en categorías emergentes.

  5. Identificación de relaciones entre categorías, integración de algunas de ellas e identificación de aspectos transversales.

El resultado del proceso descrito se consolidó en una matriz elaborada con el programa computacional Excel, con el fin de visualizar las categorías propuestas y encontrar posibles vínculos entre códigos, para establecer una descripción basada principalmente en los datos 26; posteriormente se construyeron mapas conceptuales, los cuales guiaron la escritura descriptiva. Las categorías más relevantes orientaron la búsqueda de artículos y otras fuentes teóricas para enriquecer el sistema categorial, del cual se presenta una versión sintetizada, con sus elementos más relevantes en la tabla 1.

La recolección de información continuó hasta que se consideró haber alcanzado la saturación 27 en algunas de las categorías más relevantes, lo cual se identificó porque con las nuevas entrevistas se obtenía información similar.

Se planteó un ejercicio de validación de resultados con los participantes, con el fin de verificar si ellos identificaban su situación en las descripciones de las investigadoras 18; para esto se realizó un taller en el cual se expusieron algunos mapas de los predios y se presentaron las categorías mediante mapas conceptuales, en un lenguaje comprensible para los participantes y así motivar al diálogo acerca de los hallazgos.

Consideraciones éticas

Esta investigación se clasificó como de riesgo mínimo, según la Resolución 8430 de 1993 del Ministerio de Salud de Colombia 28. Antes de iniciar, los participantes leyeron y firmaron el consentimiento informado; se tuvieron en cuenta como criterios éticos algunos de los planteados por Galeano 18: el reconocimiento de los participantes como sujetos sociales, portadores de un conocimiento, su participación voluntaria, la confidencialidad de la información y la retribución social. Este último aspecto se cumplió con una actividad educativa final, que se diseñó teniendo en cuenta algunas ideas planteadas en las actividades grupales. Para mantener el anonimato, en el texto se identifica a cada participante con un seudónimo.

Tabla 1 Síntesis del sistema categorial emergente 

RESULTADOS

Los participantes fueron 14 mujeres y 4 hombres, cuyas edades oscilaron entre 28 y 78 años, originarios en su mayoría del municipio de Chigorodó, otros municipios antioqueños o departamentos cercanos. La mayor parte de ellos llevaba entre 1 y 8 años viviendo en la vereda, los demás, entre 13 y 50 años. Los hogares estaban conformados en su mayoría por la pareja de esposos, sus hijos y nietos. Las mujeres, algunas de ellas cabeza de hogar, se encargaban del cultivo de alimentos, el cuidado de los niños, el trabajo en la huerta y el hogar; los hombres se dedicaban principalmente al cultivo y algunos trabajaban por fuera del hogar.

En cuanto a los predios, eran pequeños, de dos a cuatro hectáreas, y otros, lotes de 200 a 400 metros cuadrados; casi todos los participantes eran propietarios, aunque en otros casos trabajaban y cuidaban del terreno de un tercero o vivían en la parcela de sus familiares. En uno de los casos, el participante dedicaba parte de su tiempo a trabajar en cultivos comerciales en otra zona.

La tabla 1 presenta las categorías preliminares y emergentes más relevantes que surgieron en el transcurso del análisis. A continuación, se detallan los hallazgos de algunas de dichas categorías, priorizadas para la escritura.

Razones para vivir en la vereda y cultivar alimentos

En la vereda hay personas nativas y otras que llegaron a establecer su vida allí por diversas razones, entre estas el gusto por el campo y los animales y los sentimientos de felicidad, tranquilidad y seguridad que experimentan al vivir en este lugar. Además, valoran la posibilidad de cultivar, aunque el terreno sea pequeño, y algunas personas crean algún tipo de relación con las plantas:

…solo con tocar una mata usted siente como esa alegría y si es una mata que a usted le gusta, usted dice: esa mata tan linda y le conversa [...] si los cultivos hablaran dirían: ay mócheme esta matica, límpiame... [Florecita].

Otras de las razones expresadas era poder producir algunos de sus alimentos, además de ahorrar en servicios públicos, transporte y alquiler:

aquí la forma de vida es mejor, aquí uno tiene mucha ayuda por el pollo, el huevo, cría el cerdo, el ají, el plátano, siembra cebolla, es solo comprarle la comida a los animales… [Amparo].

todo lo que uno pueda hacer le beneficia en la economía, todo lo que uno cultive acá no lo va a comprar al pueblo [Martín].

La práctica del cultivo de alimentos viene de tradición familiar; algunas personas se criaron en este entorno y comparten el gusto por el campo, entonces continúan las enseñanzas de sus ancestros:

eso se lo aprendí a mi papá y a mi tío, ellos me decían: aprenda para cuando yo muera, no se mueran de hambre [Patricio].

A ello le agregaban la importancia de tener vocación y amor para hacer las cosas:

si a usted no le gusta este cuento no se meta, porque va a terminar haciendo todo con rabia [Ana].

Lo que, en últimas, expresaba el sentido y valor que le dan a ser campesinos,

para mí es muy importante porque toda mi vida he sido campesina, y si volviera a nacer otra vez, fuera campesina y me encanta cultivar... cultivar no me aburre ni me cansa, cuando mi parcela está sucia yo sé cómo la fumigo, cómo la limpio, pero es sentir amor por las cosas, si tú no tienes amor por lo que cultivas para qué cultivas [mujer participante en taller de validación].

Otras condiciones que expresaron para la práctica de cultivar fueron la curiosidad y la persistencia a la hora de cultivar alimentos; en ese sentido, una participante relató cómo su práctica de recolectar semillas le había permitido tener variedad de cultivos, lo que se pudo observar al visitar su finca:

yo soy una recolectora de semillas, si yo veo algo en su casa… la estoy convenciendo que me dé, así sea una semilla y vengo y la siembro acá… después que se trate de árboles yo todos me los quiero llevar, comer, me los quiero traer para la casa [Ana].

En contraste con lo anterior, desde los primeros contactos con los participantes, y en la observación de la vereda, se identificaron razones para que algunos de sus vecinos no cultivaran; una de ellas, la idea de que la presencia de algunos árboles maderables que tuvieron auge comercial hace algún tiempo impedía la producción de los cultivos:

cuando vine a la vereda tenían la consigna de que no daba nada por la teca1... [Florecita].

De manera que cultivar se convertía en una demostración de que era posible hacerlo con dedicación e interés.

Las motivaciones para cultivar incluían ocupar el tiempo, sentir tranquilidad, reducir el estrés, evitar la monotonía con un constante trabajo que disfrutan y tener la libertad de contar con variedad de alimentos saludables que pueden elegir:

la salud a uno le mejora más porque en el pueblo uno mecatea mucho y puede comprar comida chatarra [Florecita].

Los participantes, todos ellos productores, también expresaron dificultades en su labor productiva; algunos afirmaron haber sembrado ciertos alimentos que al final no se cosechaban o se dañaban; otros plantearon tener un espacio muy reducido para sembrar o pocos recursos para hacerlo, lo que limita las posibilidades de tener producción permanente; sin embargo, valoran lo que pueden producir.

Los participantes destacaron de sus productos la frescura, la calidad y, especialmente, saber lo que están comiendo:

es muy diferente como lo preparan en el pueblo a como lo prepara uno mismo en la casa, ya uno sabe cómo los cultiva, sabe qué les echó mientras que en el pueblo falta ver qué químicos [María, entrevista grupal].

uno sabe que en el campo va a comer más sano, si uno va hacer una sopita de espinaca, cogí la espinaca la aliñé o la guisé, trata uno de comer más sanamente [Florecita, entrevista grupal].

Acceso a los alimentos

El acceso a los alimentos se da por diversas vías: el cultivo o la obtención de recursos monetarios por empleos permanentes o temporales; algunos participantes contaban con programas del Estado que promovían el cultivo de alimentos, otros recibían apoyo económico familiar expresado en dinero o semillas. Respecto a los alimentos, las personas reconocieron algunos como indispensables y, entre estos, unos que debían comprar, como panela, arroz y sal, y otros que producían, como plátano, cebolla, verduras para aliño, entre otros.

Los cultivos propios, dependiendo de la cantidad producida y la variedad, podían cubrir parte de la alimentación de las familias, como ocurría con algunas que se abastecían en buena parte de su finca, mientras que en otros casos era muy limitada esa posibilidad, por ejemplo, en el caso de una adulta mayor que vivía sola y tenía algunos árboles frutales, plátano, cebolla, ají, pero no contaba con una producción significativa:

- (Los zapotes) apenas están levantando los palitos

- ¿Y el mango?

- El mango también está pequeño

- ¿Y el plátano usted dijo que cada ocho meses?

- Mientras que jecha2

- ¿Y limón? Limón sí mantiene ahí

- Limón, pero todavía no ha jechado [Elena].

Cuando es en cosecha, sí, hasta sobra, se vende, se regala, lo importante es no dejarlo perder [Alba].

En algunos casos obtienen algunos recursos por la venta en la vereda:

cuando viene el vecino le gusta mucho venir a mercar a mi casa, sobre todos los ajíes y los tomates [Ana].

Del mismo modo, venden alimentos en el pueblo, pero consideran que las personas les dan poco valor a sus productos, no compensan los gastos de producción e incluso encuentran rechazo por no cumplir con ciertos estándares de calidad:

El trabajo del campesino no tiene valor, los productos en el pueblo los quieren a un bajo costo [Patricio].

siempre tirándole duro al campesino y si no fuera por uno, la gente de la ciudad no comería [Florecita].

Por otra parte, se identificaron prácticas solidarias, como intercambiar o compartir alimentos y preparaciones entre vecinos:

aquí uno no necesita plátano porque en casas cercanas donde hay embarque le regalan [María].

Los usos dados a los cultivos y a los animales

En la vereda se cultiva gran variedad de productos como plátano, aguacate, cacao; frutas como guanábana, coco, mango, guayaba, papaya, maracuyá, naranja, piña, tamarindo, limón, marañón, arazá, poma, zapote, anón, caimito, guama, ciruela, icaco, borojó, grosella, níspero; tubérculos como ñame, ñampi y yuca, y hortalizas como acelga, ají dulce, ají picante, pepino, zanahoria y col; además se crian animales, principalmente cerdos, gallinas y pollos. A estos productos se les dan diversos usos: alimentarios, cosméticos, medicinales, entre otros, como se menciona con algunos ejemplos a continuación.

El mango se usa como alimento, consumiéndolo entero, en jugo, en dulce y melado; el aguacate se consume entero, en ensalada o guacamole; es considerado rico en nutrientes, e incluso algunos participantes lo utilizan como “liga”, es decir, para reemplazar la carne, y afirman que en situaciones de escasez ayuda a subsanar el hambre; también se le da un uso cosmético, como mascarilla para la piel y el cabello. El limón se usa como alimento, además para el lavado de platos y para uso medicinal en bebidas para tratar la gripa y para baños. Se destaca la importancia del coco utilizado para preparar arroz, dulce, cocada, enyucado o incluso para obtener aceite.

El plátano se destaca como un alimento que no puede faltar en casa, considerado base de la alimentación y para algunos un reemplazo del arroz; se prepara cocido, en tajadas, envueltos, patacones, sopas, machacado, asado y en colada. En condiciones de escasez, se convierte en el principal o incluso el único alimento.

En cuanto a los usos de las plantas aromáticas y medicinales, estos se relacionan con saberes cotidianos que los participantes han aprendido de sus familias, o en la relación que establecen con familiares y vecinos.

Además, se cultivan diversas plantas aromáticas a las cuales se les atribuyen muchas propiedades: albahaca, limoncillo, orégano y poleo, usadas para tratar casos de estrés, fiebre, cistitis y úlcera, además para baños, bebidas y aliñar comidas. La sábila tiene uso cosmético, medicinal, alimentario e incluso se le atribuyen cualidades protectoras al tenerla en la casa. Otras plantas importantes son la albahaca virgen y morada, utilizadas para baños “con el fin de sacar el frío cuando se asiste a velorios”; la hierbabuena, para “cuando los niños tienen lombriz”; la moringa, que algunos consideran “similar a comer carne”, o el orégano, al cual se le atribuyeron propiedades medicinales:

yo que soy alérgica a los antibióticos, tomo orégano que tiene mucho antibiótico, el anamú sirve para desinflamar [participantes entrevistas y taller de validación].

Así mismo, sobre los alimentos y las plantas, las personas expresaron diversidad de saberes relacionados con propiedades medicinales atribuidas a algunos de ellos:

para curar el paludismo con tres hojitas de limón criollo, lo machaca y los pone a cocinar [Marta].

el mango por las propiedades que tiene previene cualquier tipo de cáncer [Alba].

Otras plantas se usan para tratar cólicos menstruales, anemia, dolor de estómago y estrés. A los animales que crían en las parcelas también les dan diversos usos: algunos como pollos, cerdos, peces, gallinas y huevos, para consumo y venta; otros como mascotas: perros, gatos, conejos y tortugas; otros se crían para obtener ingresos, como ocurre con quienes venden leche o queso de cabra, o en algunos hogares hay gallos de pelea.

Manera de cultivar y saberes cotidianos

Al cultivar se tienen en cuenta diferentes aspectos, basados en sus conocimientos: preparar el terreno y “coger el ritmo al clima”, para identificar los tiempos en los que se puede cultivar, tener en cuenta la ubicación de los cultivos, aprovechar bien el espacio; destacaron la importancia de ponerle amor a lo que se hace, lo cual se expresaba en hablarle a las plantas para tener mejores resultados, como afirmó una participante:

...a la uva yo la amenacé y le dije que si me seguía echando un ramito de uvas la iba a mochar, me echó nueve racimos [Ana].

También se debe tener un buen manejo del abono, especialmente quienes preparan abonos orgánicos con productos de su finca, lo que permite ahorrar dinero y evitar contaminantes:

entre las cosas más importantes es abonar la tierra, echarle palos podridos, excremento de vaca, nutrir la tierra para poder cultivar… otra participante agrega que para ella lo más importante es cultivar con abono orgánico, le comenta a sus vecinos que acumula cáscaras de alimentos [relatoría entrevista grupal].

Así mismo, sobre los alimentos y plantas, las personas tienen diversidad de saberes relacionados con propiedades medicinales que se atribuyen a algunos de ellos:

para curar el paludismo con tres hojitas de limón criollo, lo machaca y los pone a cocinar [Marta].

El mango por las propiedades que tiene previene cualquier tipo de cáncer [Alba].

Otras plantas se usan para tratar cólicos menstruales, anemia, dolor de estómago y estrés. Finalmente, se mencionaron saberes cotidianos relacionados con las fases de la luna y los tiempos de la siembra.

DISCUSIÓN

El cultivo y la cría de animales tienen para los participantes de esta investigación diversos significados y sentidos. En primer lugar, son una vía de acceso a los alimentos para la familia, incluso aquellos que tienen una producción escasa, pero aseguran mínimamente contar con algunos alimentos sin tener que comprarlos. Cultivar alimentos en su propio terreno significa para los participantes tener la libertad de sembrar lo que más les gusta y contar con variedad de productos, asuntos que se relacionan con un aspecto fundamental: el gusto por la vida en el campo y la tradición familiar de ser campesinos.

Así como en la presente investigación, en la cual la mayoría de participantes son mujeres que han logrado procesos valiosos de producción, cuidado y diversificación de sus cultivos, además de atender las labores del hogar, Idárraga et al. 29, en un estudio de caso con productores de una comunidad campesina colombiana, destacaron la importancia de la mujer en las actividades productivas y el rol que tienen en el sostenimiento de la finca, la autosuficiencia alimentaria, la autonomía económica, la capacidad de decisión y planificación y los aspectos relacionados con la educación de los hijos.

En un estudio realizado con agricultores familiares de Río Grande del Sur, Brasil 10, se encontró entre los significados dados por ellos a sus alimentos la conexión entre alimentos y la propia vida, el reconocerlos como naturales, a diferencia de los industrializados, y el poder saber qué están consumiendo, lo cual se asemeja a lo encontrado en el presente estudio.

Experiencias de agricultura familiar como las de los participantes en esta investigación permiten reconocer la importancia de esta práctica para el sistema agroalimentario y encontrar allí expresiones y posibilidades del concepto de soberanía alimentaria, el cual trasciende el de seguridad alimentaria, porque más allá de referirse a la producción, distribución y abastecimiento de alimentos, aquella (la soberanía) prioriza a las personas, valora a los productores de alimentos a pequeña escala, acerca a los proveedores y consumidores de alimentos, desarrolla habilidades y conocimientos locales y promueve prácticas sostenibles 30.

Establecer una producción en armonía con la naturaleza permite tener autonomía de insumos, integrar la mano de obra familiar y producir alimentos propios que generan sostenibilidad y rentabilidad 31, así como lo expresan los participantes de la investigación, quienes pueden acceder a los alimentos producidos en la propia parcela y ahorrar dinero, lo cual contribuye además a la seguridad alimentaria en estos hogares. Sin embargo, al momento de vender sus productos, se enfrentan a situaciones como la escasa valoración que dan las personas del área urbana a sus productos, lo que hace que a veces abandonen la idea de comercializarlos porque no cubren los gastos de producción. En un estudio realizado por Boada 8 en dos provincias de Ecuador, se encontró que aquellos alimentos que tienen buenos precios en el mercado tienden a priorizarse para la comercialización y dejan de destinarse para el autoconsumo.

En cuanto a los usos dados a los alimentos, se evidencia el valor social que se les da a los alimentos cuando hacen parte de intercambios o como regalo entre vecinos, lo cual se asemeja a lo encontrado en una investigación realizada en otra comunidad de Ecuador, en donde los campesinos expresan: “siempre hay algo para comer, inclusive para compartir con parientes, vecinos y allegados...” 9, p. 69) y además resalta que las prácticas tradicionales agrícolas fomentan la solidaridad y la cohesión social.

En las maneras de cultivar, cuidar los cultivos y los usos dados a los productos obtenidos, se evidencia la existencia de saberes que se han construido con el tiempo, la tradición y la enseñanza familiar. Estos saberes son entendidos como un “conjunto de conocimientos, creencias, valores, actitudes y aptitudes, que son compartidas por un grupo social sobre algo, en un tiempo y lugar determinado” 32, p.416).

Por su parte, Landini 33, al hablar de los saberes campesinos, afirma que estos involucran conocimientos sobre especies y su aprovechamiento, producción agrícola, recursos naturales, tecnologías agrícolas entre otros aspectos, que son resultado de procesos ancestrales de conocimiento, validados por quienes los comparten y transmitidos a través de la práctica; tienen carácter dinámico, se construyen en un proceso complejo, abarcan no solo las actividades productivas sino un conjunto más amplio, que incluye lo relacionado con el cuidado de la salud, la prevención y curación de enfermedades y que son parte esencial de su manera de comprender el mundo y actuar en él. Este autor además plantea que se pueden consolidar saberes que carecen de conocimiento científico, siempre que sean coherentes con su cosmovisión y les permitan interpretar las experiencias y puedan corroborarse dentro de su marco de representación.

En la presente investigación se expresan saberes que incluyen las propiedades atribuidas a algunos alimentos o plantas en cuanto a sus usos alimentarios, medicinales y otros, y se evidencia cómo, en la relación que establecen con sus vecinos, con el medio urbano y diversos agentes educativos, los participantes enriquecen sus propios conocimientos para usarlos en su cotidianidad.

Así mismo, Dalmoro et al. 10 plantean que la agricultura familiar sigue unas lógicas propias, que se construyen a partir de creencias, prácticas tradicionales, valores, simbologías y sentimientos particulares, lo que se evidencia en el presente trabajo, en el cual emergen prácticas asociadas a la construcción propia de conocimientos de los participantes.

Finalmente, es importante destacar que más allá de las prácticas de cultivar y producir alimentos y de los saberes construidos con el paso del tiempo, las personas valoran su vida en el campo, destacan las ventajas de producir alimentos, resaltan la importancia del gusto y la vocación por cultivar como aspectos fundamentales en su quehacer.

Se evidencia aquí cómo los conocimientos de estos productores dan cuenta de un saber-hacer, inseparable de las creencias y prácticas 16, en este caso, las relacionadas con producción de alimentos. Los aportes de la etnoecología 20 a este estudio permiten reconocer una articulación entre una manera de percibir su mundo (cosmovisión), unos conocimientos (corpus) y unas prácticas productivas, en un espacio como el de los participantes, relativamente cercano a la zona urbana, y a sus dinámicas, una visión y apropiación de su espacio, mediante saberes y prácticas que han integrado desde su propia historia, comparten sentidos comunes y dan cuenta de aportes para prácticas agrícolas no inmersas en las lógicas comerciales, aunque algunos productores también recurran a estas para su sustento.

El presente estudio aporta elementos en cuanto al valor de la agricultura familiar, al reflejar la diversidad de prácticas, saberes y maneras de producir; al mostrar la apropiación de lógicas de producción que involucran dimensiones subjetivas de identidad campesina, resaltar el sentido de producir para el hogar y para el entorno cercano; estos aspectos se aproximan a la discusión sobre la diversidad de actividades económicas, sociales, culturales, ambientales de los agricultores y sus grupos familiares que enuncian algunos autores 34.

Sin embargo, también requieren garantizar una producción más constante, contar con mejor apoyo en la comercialización de sus alimentos, fortalecer redes solidarias y potencialidades para el desarrollo de proyectos productivos que contribuyan a su bienestar y a afianzar posibilidades para la soberanía alimentaria, para su entorno cercano y su municipio. Así mismo, se hace necesario reconocer y fortalecer las prácticas que pueden proteger el ambiente, proteger la diversidad de especies y los saberes tradicionales.

Las limitantes del estudio tienen que ver con la poca asistencia de los participantes a algunas entrevistas grupales para profundizar en algunos hallazgos o para conocer y validar los resultados. Es importante continuar investigando acerca de categorías que emergieron, como la percepción sobre el trabajo en el campo. Así mismo, las entidades gubernamentales deben plantear políticas que estimulen la agricultura familiar, la comercialización local y la producción sostenible.

Los alimentos cultivados por los participantes en sus pequeños predios representan un aporte a su seguridad alimentaria, su economía familiar, tienen diversos usos que han aprendido por tradición e intercambio de saberes, se ve reflejado la valoración del campo; además, se resalta el papel protagónico que desempeña la mujer en el cultivo de alimentos en su hogar.

AGRADECIMIENTOS

Las autoras expresan su gratitud a los participantes de la investigación, por su generosidad al compartir su conocimiento y experiencias. Igualmente, al Fondo de Pequeños Proyectos del Centro de Investigaciones en Alimentación y Nutrición Humana por la financiación que aportó para este trabajo.

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1 La teca es un árbol maderable, que se ha cultivado con fines comerciales en la región.

2Jechar es un término que en algunas regiones de Colombia significa madurar.

Cómo citar este artículo: Miranda-Hernández Y, Sánchez-González A, Machado-Suárez LY, Rodríguez-Villamil N. Significados y usos que los habitantes de una vereda en Chigorodó, Antioquia, Colombia, dan a los alimentos que producen. Perspect Nutr Humana. 2019; 21:173-87. DOI: 10.17533/udea.penh.v21n2a04

Recibido: 08 de Agosto de 2019; Aprobado: 24 de Octubre de 2019

* Autor de correspondencia. Luz Natalia Rodríguez-Villamil. luz.rodriguez@udea.edu.co

Declaración de conflicto de intereses

Ninguno a declarar.

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