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Revista de Economía Institucional

Print version ISSN 0124-5996

Rev.econ.inst. vol.9 no.16 Bogotá Jan./June 2007

 


SI EL MODELO CONTRADICELA REALIDAD, PEOR PARALA REALIDAD


IF THE MODEL CONTRADICTS REALITY SO MUCH, THE WORSE FOR REALITY


Comentarios a “Instituciones, recesiones y recuperación en las economías en transición”, Revista de Economía Institucional 8, 15, 2006, Geoffrey M. Hodgson, pp. 43-68.



Yuri Gorbaneff*

* Magíster en Economía, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia, yurigor@javeriana.edu.co Fecha de recepción: 24 de enero de 2007, fecha de modificación: 6 de febrero de 2007, fecha de aceptación: 27 de febrero de 2007.



El artículo de Hodgson es característico, porque marca el comienzo del fin de una época en los estudios de Europa Oriental o, mejor, de Eurasia. Los lectores no aguantamos otro intento de explicar esa compleja realidad con ayuda de modelos econométricos de corte transversal, que incluyen a Rusia junto con Albania, con todo respeto.

Hodgson corre unos modelos econométricos cuyos resultados son difíciles de interpretar, y que obligan al autor a torcer la realidad. Por ejemplo, las regresiones muestran que la religión católica y protestante ejerce un efecto positivo sobre el crecimiento económico, mientras que las religiones ortodoxa y musulmana, uno negativo. El mapa religioso de Eurasia se formó en el siglo X. ¿De qué manera un evento, ocurrido hace mil años, puede configurar nuestras vidas en el siglo XXI? Además, la selección de la religión cristiana ortodoxa por el príncipe Vladimir en Rusia de Kiev no obedecía a ninguna inclinación especial hacia el autoritarismo, ni reflejaba el pobre espíritu empresarial del gobernante. Vladimir adoptó el cristianismo ortodoxo por razones geopolíticas, porque Rusia se encontraba en la esfera de influencia del Imperio Bizantino. El Imperio Bizantino en el siglo X fue la superpotencia, y Constantinopla fue de lejos la ciudad más grande, rica y majestuosa del planeta. De modo que al príncipe no le quedaba sino la alternativa de aprender el griego, como a nosotros nos toca aprender el inglés. Si la hipótesis de Hodgson sobre el efecto de la religión tiene sentido, las únicas dos culturas que pueden tener éxito en los negocios son la católica y la protestante. Los ortodoxos y musulmanes, según parece, están condenados al subdesarrollo. Me imagino que tampoco saldrían bien librados los politeístas orientales, lo que complicaría la explicación del éxito de los Tigres Asiáticos.

La variable que refleja el fraccionamiento étnico en Eurasia tiene un efecto negativo sobre el crecimiento económico. Es extraño, porque el fraccionamiento étnico no es otra cosa que la creación de los Estados nacionales en lugar de los Estados federales multiétnicos, como la Unión Soviética, Checoslovaquia y Yugoslavia. Si la creación de los Estados nacionales tuvo un efecto positivo en todo el mundo, ¿por qué no lo tuvo en Eurasia? Tratando de explicar esta paradoja, Hodgson dice que Europa Oriental no desarrolló el alto nivel de cohesión nacional de Europa Occidental. Tiene razón en parte. Bielorrusia y Ucrania luchan por construir su identidad nacional, porque la historia se encargó de amalgamar estos dos pueblos eslavos con su hermano mayor, Rusia. Pero la mayoría de las repúblicas de la antigua Unión Soviética no tienen tales dificultades, porque en ningún momento perdieron su religión, idioma, historia o arte. La identidad nacional de Armenia está definida desde el diluvio universal, cuando el arca de Noé atracó en el monte Ararat que, para los armenios, es algo como Monserrate para los bogotanos.

El estudio econométrico de Hodgson produjo otro resultado difícil de explicar. La democracia en Eurasia ejerce el efecto negativo sobre el crecimiento económico. Para justificar ese resultado, Hodgson postula que la democracia puede tener los efectos positivos y negativos sobre el crecimiento. Su argumentación equivale a un juego de palabras. Según Hodgson, la democracia puede ser mala para el crecimiento, porque puede permitir que un grupo de personas monopolice el poder político. Un grupo poderoso puede capturar el poder político, y el debate de la “para-política” en Colombia aporta elementos de juicio al respecto. Pero tal captura del poder político no es el producto de la democracia, sino todo lo contrario, la consecuencia de la falta de democracia. Por eso la manera de superar la “para-política” en Colombia no es el abandono de la democracia sino su profundización.

El artículo de Hodgson pertenece al tipo de estudios que se agota. Refleja un desconocimiento de la cultura, la economía y la política de Eurasia, y cierto desprecio hacia ella, probablemente merecido. Sin embargo, Eurasia es un sitio interesante, que vive un momento histórico. Para entender los procesos que nos tocó presenciar, se necesita una mirada fresca y desprevenida.

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