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vol.7 issue10Moulines, C. Ulises. La philosophie des sciences. L´invention d´une discipline (fin XIXe-debut XXIe siécle). Paris: Éditions Rue d´Ulm/Press de l´École normale supérieur, 2006, 171 páginas. author indexsubject indexarticles search
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Discusiones Filosóficas

Print version ISSN 0124-6127

discus.filos vol.7 no.10 Manizales Jan./Dec. 2006

 

VERGONZOSO

Reflexiones epistemológicas, Pablo Emilio Gómez Díaz, Josefina Quintero Corzo, Raúl Ancízar Munévar Molina. Universidad de Caldas, 1997, 139 páginas.

Cuenta Malcolm Deas que Daniel Cosío Villegas una vez encontró unos libros de Vargas Vila en la casa de un amigo y los tiró por la ventana. Es el mismo tipo de reacción que produce este 'libro', con la obvia diferencia de que Vargas Vila es Vargas Vila. Decidí refrenarme y darle una espera a mi ventana, con la esperanza de que una reseña crítica pudiera contribuir a prevenir desastres futuros.

No se trata de una compilación, pues los profesores aparecen bajo el encabezado 'Autores'. En la presentación se nos dice que el texto busca "la apropiación de la ciencia en un marco democrático y pluralista". Demasiado democrático, demasiado pluralista. En la página anterior, en letra pequeña, dice: "Tomado: OROZCO, S. Luis Enrique, Epistemología General, Universidad Javeriana. Santafé de Bogotá, 1987. Selección de lecturas y Adaptación metodológica por Pablo Emilio Gómez Díaz, Josefina Quintero Corzo y Raúl Ancízar Munévar Molina. EL ARTÍCULO 32 DE LA LEY 23 DE 1992, estipula que los materiales escritos pueden ser reproducidos para fines exclusivamente didácticos, no comerciales, por tanto no se permite su reproducción y venta a personas no vinculadas al CEAD". Entonces no sé si estoy comentando un texto del profesor Orozco de la Universidad Javeriana o de los tres profesores mencionados. De todas formas, la referencia a la ley después de los créditos se justifica si se tiene en cuenta que la forma de escribir de los autores bordea el crimen.

Aquí no terminan los enigmas. De las 139 páginas, 57 van entre comillas. Es decir, el 41 por ciento del texto no es de los autores. Tampoco el 59 por ciento restante lo es. Las primeras 11 páginas se van en créditos, índice, presentación y agradecimientos. 24 más contienen preguntas y rayas. Si somos generosos, podemos decir que los autores de este texto escribieron 47 páginas (el 33 por ciento del total).

Esto, sin embargo, no es nada. Esas 47 páginas originales están repletas de falsedades, inconsecuencias, adefesios verbales, ignorancia rampante y trivialidades. Consideremos lo que dicen sobre el método científico:

Por método científico entendemos un procedimiento a afectado por situaciones extracientíficas, algunas de las cuales podemos mencionar la demanda social por la ciencia, que en un momentos dado hace que determinada problemática sea o no relevante, tenga cabida en las instituciones, o sea aceptada "oficialmente" por la sociedad global; los paradigmas de la disciplina, o sea un logro científico reconocido por todos que facilita a la comunidad problemas y soluciones, modelos, instrumentos conceptuales y metódicos" y que legitiman, en un momento dado en el interior de cada comunidad científica, el planteamiento de determinados problemas y los métodos de abordarlos; las condiciones económicas, que favorecen o impiden la aplicación de recursos a la investigación [...] pp. 22-3. (En todas las citas, las cursivas y lo que va entre corchetes es un agregado1).

La afirmación del párrafo, podando la mala hierba de las enumeraciones triviales, es que "por método científico entendemos un procedimiento afectado por situaciones extracientíficas". Esta forma de hablar puede ser replicada hasta el infinito, sobre cualquier cosa: "por ingeniería entendemos una práctica afectada por situaciones externas" podría decir un autor de unas "Reflexiones de ingeniero"; "por ciencias sociales entendemos unos estudios que se ven afectados por situaciones diversas externas", podría decir otro, más original, de unas "Reflexiones sobre la ciencia social"; etc. Desde luego que es cierto que el método científico es algo, cualquier cosa, que se ve afectada, de alguna manera, por factores externos. Pero eso es una verdad vacía, insustancial. Basta con recordar la serie de cosas enumeradas: "la demanda social por la ciencia, las condiciones económicas...". ¿Por qué no agregar el clima, el régimen político, el temperamento de los científicos, su situación matrimonial...? Aunque se excedieron: mencionan los 'paradigmas' (un término tomado de la filosofía de la ciencia de Thomas Kuhn) como una de esas "situaciones extracientíficas", los cuales, por lo menos en la teoría de Kuhn, no están por fuera de la ciencia sino que, por el contrario, son parte de lo que la define.

Los errores gramaticales y tipográficos son una parte central del texto. Aquí la forma y el contenido se ajustan tan perfectamente que parece poesía: la redacción, la tipografía y el diseño son tan espantosos como el contenido. Pero dejemos los resabios estéticos. En el capítulo sobre "el concepto de epistemología", nuestros autores dicen:

[...] A veces se presenta "como texto epistemológico" lo que correspondería más bien a una teoría general del conocimiento o gnoseología; y en otras ocasiones los documentos denominados "epistemológicos" se refieren básicamente a problemas relativos a aspectos políticos de la ciencia, descuidando, cuando no legitimando, que la epistemología se agota en dicha crítica. Consideramos que es más exacto situar la epistemología en medio camino entre la ciencia y la filosofía. La epistemología debe asumir desde su interior la dinámica de la ciencia, de cada campo del saber y los presupuestos filosóficos que le subyacen, sin dejar de lado el problema de la significación ético-política de la ciencia. Ello es así porque pensamos que cada uno de estos aspectos está involucrado en las estructuras invariantes de la actividad científica. (p. 65).

Más ignorancia, más trivialidad, más mala escritura (¿qué tal la segunda frase en cursivas?). La primera frase de la cita revela un desconocimiento tan burdo del área, que uno no sabe cómo reaccionar. Si hay algo que pertenezca tradicionalmente a la epistemología es justamente la teoría del conocimiento. El resto del capítulo está plagado de pasajes similares: evasivos, triviales, prometedores pero decepcionantes. No nos dicen qué entienden por epistemología. Nos dicen, más bien, que ésta debe "asumir desde su interior la dinámica de la ciencia". Una generalidad insustancial que constituye lo único relevante que tienen para decir sobre el asunto. Ya tenemos la receta para escribir esta clase de textos: utilice la palabra clave, diga alguna cosa que sea indiscutible y trivial, agregue dos o tres palabras más y listo. También es útil hacer enumeraciones triviales, incluyendo las referencias a distintos autores. Esto le da el toque de erudición:

Quizá hasta la época moderna no se desarrolló una epistemología en colaboración con la física con Descartes, Leibniz y Kant. En todos los casos mencionados, y a los cuales podrían agregarse los trabajos de Hegel y Husserl, se trató de asumir la dinámica de la ciencia en el marco de una teoría general del conocimiento, manteniendo una vinculación estrecha entre ciencia y filosofía. (p. 65).

La misma receta, la misma liviandad. Pero a veces se les va la mano. Ya habían mencionado a Aristóteles, y ahora nos dicen que 'quizá' sólo hasta la modernidad la epistemología se desarrolló "en colaboración con la física" (con la misma pésima redacción de siempre; son coherentes). Aunque Aristóteles tuviera una física ligada estrechamente a su epistemología. Hay cosas peores:

Con Bacon y la modernidad, se tratará de separar ciencia y filosofía y elaborar una teoría de la ciencia a partir de ella misma. Esta segunda tradición, que suele identificarse con el pensamiento de Copérnico y Galileo, ha continuado en nuestros días en la corriente del positivismo lógico y del racionalismo crítico de Popper, aunque su origen primero está en Platón. (pp. 65-6).

¿Qué quiere decir "elaborar una teoría de la ciencia a partir de ella misma"? Si significa que la teoría de la ciencia debe hacerse con base en la ciencia, es otra trivialidad. Pero seamos caritativos. También puede referirse a una teoría de la ciencia que sea a su vez científica. Entonces resulta falso. Ni la filosofía positivista ni la popperiana, que son bien distintas entre sí, se proponen como teorías científicas. Ahora, remontar esta 'tradición' hasta Platón es ya un solecismo tan patente, que sólo con la conciencia anestesiada podría uno cometerlo. Y la cosa sigue de capítulo en capítulo; los epistemólogos son infatigables.

Unos comentarios finales. Las preguntas, que aparecen divididas en cuatro 'momentos', son verdaderas joyas de la literatura universitaria del más bajo nivel. Cito:

A continuación se ha transcrito de un autor acerca del método de la ciencia. a) Hagan una lista de las importantes. b) Seleccionen aquellas ideas que hacen referencia directa, al problema del método (pp. 34-5). [Corresponden al 'momento colectivo' y, lo mejor, no hay ningún texto "transcrito a continuación"].
Explique cómo Kant fundamenta el conocimiento científico [...] La obra de Manuel Kant es sín duda alguna uno de los esfuerzos más signífícativos de reflexionar sobre la fundamentación de la ciencia, por ello hemos tomado como REFLEXIÓN 4 un aparte de la Critíca de la razón pura (1781), (pp. 46-7).
[...] Hagan la lectura. No duden en repetirla 3 6 4 veces hasta que detecte la insinuación de Kant de la existencia de dos tipos de conocimiento. Posteriormente expongan y escriban, con sus propias palabras, tal planteamiento. [Corresponde al 'momento colectivo' (p. 47)].
Explique la importancia de la epistemología para su formación personal y profesional [...] ¿Qué quiere decir para usted que la práctica de la ciencia tiene significado cultural? [No podía dejar de citar un par de preguntas del "momento de aplicación o investigación" (pp. 77, 104)].

Después de transcribir mal ocho párrafos de la Crítica de la Razón Pura, ¡se le pide al estudiante que explique la forma en que Kant fundamenta el conocimiento científico! No quiero ni imaginarme lo que los autores entienden por 'investigación'. A estas alturas, uno duda que eso haya pasado por un comité editorial o, si quiera, por el corrector de Word. Leo en los agradecimientos: "Los autores desean expresar su reconocimiento por las sugerencias en contenido y metodología al Dr. Carlos Alberto Ospina Herrera y al Dr. Carlos Emilio García de la Facultad de Filosofía". No puede ser. Con cierto temor les muestro a ambos el texto, y reaccionan de igual modo: "nunca había visto eso", me dicen, con una mueca de horror. Así que ni los agradecimientos, quizás la única parte que está redactada aceptablemente, son auténticos. ¿Por qué una universidad publica semejante bodrio? Mucho me temo que la respuesta hay que buscarla no en la misión, ni en la visión, sino en una parte más oscura.

Pablo R. Arango



NOTAS AL PIE

1 Los errores tipográficos y de redacción son no sólo espantosos sino también innumerables. Para que el lector se haga una idea de los horrores que contiene esta obra maestra, transcribo literalmente todo, sin poner 'sic', porque se me iría la vida en ello.

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