SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.10 issue14Allusions to henotheism and monotheism in cicero's book II of the nature of the godsAndres Bello's philosophy of understanding: A revolutionary factum author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Discusiones Filosóficas

Print version ISSN 0124-6127

discus.filos vol.10 no.14 Manizales Jan./June 2009

 

La ilíada y las categorías de la filosofía de la novela

The Iliad and the categories of philosophy in the novel

Javier Picón Casas
Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), España. vanhackez@gmail.com

Recibido el 27 de diciembre de 2008 y aprobado el 20 de marzo de 2009

Resumen

Aunque los escritos de Homero sean literarios, podemos intuir una serie de hipótesis respecto de su metafísica y su lenguaje. Primero se definirá las tres categorías clásicas de la novela antigua. En segundo lugar, hablaré sobre el papel del narrador homérico. En tercer lugar, expondré algunos ejemplos acerca de la reversibilidad de las descripciones homéricas. Finalmente se mostrará cómo la visión del mundo homérico y su lenguaje narrativo depende de sus ideas religiosas, las cuales implican todo un desarrollo de la metafísica y la ciencia (en lugar de la ética) de la Filosofía Arcaica y Clásica.

Palabras clave

Explicación, Ilíada, interpretación, Homero, narrador homérico, reflexión.

Abstract

Though Homer's writings are literary, we can feel a serie of thesis about his metaphysic and his language. First, we define the three classical categories of the ancient novel. Second, we speak about the role of the homeric narrator. Third, we expose some examples about the reversibility of de homeric descriptions. Finally, we show how the vision of Homeric's world and his narrative language depends of his religious ideas (that entails all the development of metaphisics and science (instead of the ethics) in the Arcaic and Classical Philosophy).

Key words

Explication, interpretation, Iliad, Homer, homeric narrator, judgment.


La novela es un producto tardío en la historia de la literatura occidental (Goldhill, 2002: 111). Siglos después de que Homero impactara sobre todas las facetas culturales de la Antigüedad Arcaica y Clásica1 hacia los siglos I-II d.C. aparece la primera novela griega Calírroe de Caritón de Afrodisia2. Hay quien opina que la novela antigua surge como degeneración de la epopeya arcaica (Gual, 1972: 32). Sea como fuere, lo que nos interesa aquí es responder a dos cuestiones íntimamente relacionadas:

i) ¿Son aplicables las categorías de la filosofía de la novela a la epopeya?

ii) ¿Es posible, a través de tales categorías caracterizar estructural y exhaustivamente a un poema como la Ilíada?

La respuesta a ambas preguntas es afirmativa. Trataré de mostrar esos dos resultados en el presente artículo. Precisaré, en primer lugar, que debemos enunciar una serie de definiciones previas en las que se clasifican los tipos posibles de descripciones en el caso de las novelas (que ejemplificaremos a través de la canónica narración de Caritón).

Definiciones

D1. Una descripción es explicativa cuando (1) narra un acontecimiento o fenómeno desconocido para el lector y (2) que cualquier espectador que estuviera en el momento y en el lugar indicado podría observar (Richardson, 1990: 141). No importa si la situación se ha dado o no; lo que cuenta es ese rasgo de verosimilitud. Un ejemplo lo tenemos en lo que aconteció a Quéreas tras haber sido encarcelado3: "algunos de los trabajadores encadenados con Quéreas (eran dieciséis encerrados en una celda obscura) cortando las cadenas de noche, degollaron al guardián y, después, intentaron la huida".

D2. Una descripción es interpretativa si especifica un aspecto inédito sobre un acontecimiento o fenómeno conocido por el lector. La mayor parte de éstos son aquellos que quedan fuera de nuestra observación debido a que se producen en el ámbito de la introspección. Así ocurre con los celos y el temor que sintió Dionisio4:

Al oír estas palabras Dionisio experimentó diversos sentimientos, se apoderaron de él los celos porque incluso muerto ella amaba a Quéreas pero también se apoderó el miedo de que se dañase a sí misma.

D3. Una interpretación es reflexiva cuando añade un juicio de valor o una proposición universal, a una o varias descripciones explicativas o interpretativas. Las proposiciones de la filosofía y de la ciencia pertenecen a esta categoría (Ibíd.: 158). Además de las máximas, los refranes o los sofismas que un individuo realiza en base a una experiencia limitada. Así, cuando en el banquete de Mitrídates el joven Quéreas cree que su amada le ha sido infiel, emplea el término mujer de modo insultante y la ofende cuanto puede usando el superlativo5: "¡Calírroe infiel y la más impía de las mujeres!".

Lo que distingue a las descripciones reflexivas de las otras dos categorías es un elemento proposicional: su propensión universal o prescriptiva.

Estructura descriptiva de la epopeya arcaica

La Ilíada compone una narración sincrónica, in media res. Relata un corte en la historia del mundo. Incluso en lo relativo al curso de su descripción, la toma de Ilio es marginal. El narrador se desentiende de los nueve primeros años de contienda en Troya y del desarrollo bélico tras la muerte de Héctor. El episodio del caballo no aparece. Describe tan sólo cincuenta y un días, apenas nada en la vida de un hombre y mucho menos en la existencia de un dios. Hay un distanciamiento craso respecto del tiempo narrativo cosmogónico6 habitual en la escritura religiosa7. Sin embargo, ello no significa que la Ilíada no sea una composición religiosa8. Lo es tanto en su forma de expresión9 como en su contenido (Dodds, 1993: 16). El narrador no sólo relata incidentes que acontecen entre los dioses; además, éstos poseen igual carácter fenoménico que los lances de combate entablados por los seres humanos. Los acontecimientos históricos poseen dimensión sobrenatural (debido a los agentes que intervienen decisivamente en los mismos) y son interpretados con la misma necessitas que se atribuye a los fenómenos de la naturaleza10. No hay en ningún momento la sensación que se esté distinguiendo entre una descripción objetiva de los acontecimientos y una valoración subjetiva. Pero, ¿cómo es que el poeta puede narrar eventos que pasan inadvertidos al resto de los mortales? La razón principal es de carácter religioso y se hace explícita al inicio del poema11: "la cólera canta, diosa, del Pélida Aquiles...".

La palabra del poeta no le pertenece. Su θυμος se encuentra inspirado por la musa, por la divinidad. El bardo no narra. Es el medio a través del cual los dioses se expresan. Hay una articulación entre lo humano y lo divino que el propio Homero subraya mediante varios personajes en la Odisea. Así ocurre, por ejemplo, con el bardo Fermio12: "nunca tuve maestro y el cielo mis múltiples tonos/en las mientes me inspira".

No ha sido un preceptor humano quien le enseñó lo que cuenta. Los suyos no son versos aprendidos de memoria, en la escuela; son la voz de los dioses. Análogamente nos habla de Demódoco13: "a quien la deidad dio de entre todos el don de hechizarnos/con el canto que el ánimo le impulsa a entonar".

La expresión divino aedo no es accidental, ni retórica. Debe ser aceptada en su literalidad. El θυμος del poeta es un instrumento en manos de la divinidad, un medium, la figura mortal que adopta la voz de los inmortales14. El porquero Eumeo asegura que sólo los dioses pueden enseñar el saber de los cantos que arroban a los humanos15. Tal percepción no es privativa de Homero. Hesíodo16 o Píndaro17 confirman que las musas son directamente la fuente de inspiración de su poesía (Ibíd.: 34, n. 63).

Por tanto:

i) los bardos no permanecen ajenos al mundo que describen. Su misma expresión es obra de la necessitas divina18.

ii) aquello que relatan no es lo adecuado por naturaleza al conocimiento y al lenguaje humano (es decir, de lo post rem). Se presume en sus palabras la revelación de una dimensión transcendente, mucho más cercana al mundo tal y como realmente es (o sea, de lo in re)19.

Ahora bien, hacen partícipes a sus semejantes de lo sobrenatural, pero ¿cómo? O, mejor: ¿cuál es la estructura de las descripciones en Homero?20 Vemos cómo historia y trama son aquí inseparables (Chatman, 1990: 23-27) y cómo se da una reversibilidad descriptiva de la Ilíada. Se pasará aquí revista a varias muestras representativas para poner de relieve la característica especial de reversibilidad descriptiva que afecta a toda la obra. Sólo si comprendemos esta peculiaridad propia de la expresión homérica podemos aplicar con sentido las categorías de la novela para describir la epopeya21.

Los ejemplos

1. A propósito de especificar los efectivos con los cuales contaban los troyanos el narrador homérico comenta22: "no era de todos igual el clamor, ni único el habla/sino lengua mezclada y varones de múltiples lugares".

Caben al menos dos lecturas; esta descripción será:

i) explicativa si suponemos que el lector no conoce que los guerreros hablaban dialectos diferentes. El autor expresaría que las huestes troyanas no se componían sólo de efectivos de Ilio.

ii) interpretativa si consideramos que la intención narrativa es acrecentar la magnitud del conflicto bélico, acentuar (a través de la impresión subjetiva de la confusión de las lenguas) que no se trataba de uno, sino de varios ejércitos los acuartelados defendiendo Troya.

2. En trance de haber sido Afrodita asaetada por Diomedes (enardecido a instancias de Atenea) el narrador presenta a la diosa sangrando y comenta23: "fluía la sangre inmortal de la diosa/el icor, que precisamente les fluye a los felices dioses,/pues no comen pan ni beben ardiente vino,/por eso, no tienen sangre y se llaman inmortales".

La descripción "ρεεαμβροτον αιμα θεοιο ιχωρ" no aclara si el narrador ofrece al lector una información acerca de lo que estaba sucediendo o si emite un dictamen debido a su condición de mediador de la Musa. Es igualmente asumible entender que Homero:

i) explica el hecho objetivo que los dioses no tienen sangre (αναιμον) (Snell, 1955: I, 774.55).

ii) interpreta, debido a la privilegiada perspectiva infundida por la musa la causa de su inmortalidad (θανατος) (Ibíd.: I, 194.58).

iii) profiere un juicio de valor reflexivo acerca de la felicidad de los inmortales (μακαρ) (Snell, 2006: III, 9.40).

3. A punto que Patroclo se pierda en su propio desvarío, el narrador nos cuenta que los designios de Zeus son siempre superiores a los de los hombres, y que es capaz de ahuyentar a un guerrero lleno de coraje e incluso puede arrebatarle fácilmente la victoria mientras que, en otras oportunidades, lo invita a luchar24. Por un lado, nos hace partícipes de lo que cree una verdad. Su descripción será:

i) explicativa si a su través se ilustra el caso concreto de una ausencia de valor inexplicable (y relevante de la intervención de Dios).

ii) interpretativa si entendemos que comunica algo que el lector en cierto modo ya sabía (pero no con tal grado de generalidad25).

iii) reflexiva si interpretamos que el narrador nos hace partícipe de un juicio prescriptivo acerca del mundo, de una sucesión de hechos observados desde siempre. En este caso el valor será un don divino que con propiedad pertenece sólo a Dios.

4. Helena se encuentra preguntándose por Cástor y Póllux, y se culpa a sí misma de su ausencia. Cree que permanecen alejados por miedo a verse rodeados por el oprobio y la calumnia que a ella le rodean. En ese momento el narrador cuenta cuál es la causa real de su desaparición26: "así habló, pero la campiña de cereales, ya les retenía debajo/en Lacedemonia, en su querida tierra patria". La descripción será:

i) explicativa si el lector ignora, al igual que Helena, cuál había sido el destino de los Dioscuros.

ii) interpretativa cuando lo que desconocido es sólo, que su sino ya se había cumplido en ese momento (cosa que Helena ignora).

iii) reflexiva si aquello que se enjuicia es la ignorancia humana (pues manifiesta la experiencia de que en nuestro conocimiento sigan existiendo seres que murieron largo tiempo atrás).

5. En trance de entablar batalla, se produce un suceso inaudito27:

También estaba parado cerca el muy astuto Ulises,/con las nada débiles hileras de los cefalenios en torno a él,/paradas; entre ellos no atendía la tropa al griterío/pues hacía poco que, con impulso común marchaban las falanges/de los troyanos, domadores de caballos, y de los aqueos.

Agamenón irá por Ulises para recriminar que la principal falange de la vanguardia del ejército aqueo permaneciera amedrentada aguardando refuerzos sin entrar en combate. En el ejemplo anterior Helena desconocía el destino de los Dioscuros; aquí, en cambio, ocurre que Ulises y las tropas bajo su mando se encuentran tan habituados al clamor de los guerreros que ni siquiera hacen caso de los primeros estruendos. Parecen aburrirles. Pero, ¿la descripción es explicativa o interpretativa? ¿Describe un hecho desconocido para el lector o añade un plus de significado de quien es experto en el arte bélico? No cabe excluir ninguna de ambas posibilidades. Ahora bien, además, cabe entender que los hombres habían llegado a ese punto en el cual ya les resultaba indiferente el sufrimiento ajeno e incluso su propia muerte. En este caso, la descripción sería reflexiva.

Una situación muy similar aparece en el lance decisivo, cuando Aquiles se encuentra con Héctor y busca el lugar más vulnerable en su armadura de bronce; el narrador nos cuenta que le hundió la pica en su cuello pero que el asta de fresno, cargada por el bronce, no le llegó a cercenar la tráquea; gracias a esa casualidad Aquiles y Héctor consiguieron entablar un diálogo postrero28. La descripción será:

i) explicativa para aquel que desconozca cómo murió Héctor.

ii) interpretativa cuando el lector ignore la causa de que pereciera a pesar de su blindaje (pues llevaba puesta la armadura de bronce del propio Aquiles, arrebatada a Patroclo).

iii) reflexiva cuando se atiende al influjo de los dioses sobre las circunstancias, las cuales permiten que una persona agonizante pueda incluso seguir dialogando.

6. Ayante Telamonio reta a Héctor. Se nos dice que ocurrió lo siguiente29:

Y al propio Héctor el ánimo palpitaba en su pecho,/pero no podía ya retroceder en modo alguno ni reintegrarse/en la multitud de sus tropas, pues lo desafió con entusiasmo guerrero.

La descripción será:

i) explicativa si hacemos hincapié en que retó a su adversario.

ii) interpretativa atendiendo a que el narrador parece disponer de mucho mayor conocimiento que un mero asistente a tal circunstancia. Pero la oración subordinada "επει προκαλεσσατο χαρμη" resulta explicativa.

iii) reflexiva si entendemos que se encuentra juzgando una descripción interpretativa; no es que descifre en los signos externos de la conducta cuáles eran los motivos de los guerreros, sino que realiza un juicio general acerca de dónde radica fundamento de la conducta heroica (pues no es el valor sino la vergüenza lo que mueve a Héctor al combate)30.

7. En otras oportunidades el comentario del narrador resulta mucho más críptico. Por ejemplo, en trance de tener que elegir compañero para el carro de guerra, Agamenón aconseja a Diomedes, por un lado, no dejar al mejor por respeto y, por otro, no tomar al inferior por deferencia. La descripción será:

i) explicativa pues lo que dijo lo escucharon todos.

ii) interpretativa pues el narrador añade que así habló, temeroso de repente por el rubio Menelao31. El temor no es un fenómeno externo; por tanto, no se trata de la descripción explicativa de un evento. Pero, ¿qué temía Agamenón? ¿Qué Menelao fuera escogido? ¿O, más bien, que Diomedes eligiera a otro? Parece esta segunda opción la más plausible.

iii) reflexiva pues el temor inexplicable de Agamenón parece originado en el carácter voluble que manifiesta Menelao (quien, no lo olvidemos, es el rey cuya causa ha originado la contienda32). ¿Qué pretende expresar el narrador homérico? Lo que ocurre es que sus descripciones no son puramente explicativas, interpretativas o reflexivas.

8. En algún momento una descripción no parece poder ser interpretada de dos modos diferentes, como cuando el troyano Asió prácticamente se adelanta a aquellos que persigue y entra dentro del parapeto aqueo. Esta descripción es:

i) explicativa pues subraya lo que sucedió en aquel momento: que no encontró las hojas de las puertas cerradas ni las trancas echadas.

ii) interpretativa pues explica que se mantenían desplegadas por ver si algún compañero fugitivo podía ser auxiliado y llevado a las naves33.

iii) reflexiva pues en el contexto de la acción, lo que se resalta es que el motivo de Asió terminara provocando él mismo su propia celada (al ir muy por delante de la fila troyana). De modo que, lo que se interpreta realmente es otro hecho (el cual tiene como centro ilustrar la conducta temeraria en base al ejemplo de ese guerrero troyano). El narrador estaría construyendo, mediante una descripción interpretativa, otra reflexiva34.

9. Cuando, tras el duelo interrumpido, Menelao se encuentra buscando a Paris, el narrador nos dice, aludiendo a los troyanos, que35: "no lo habrían ocultado por amistad, si alguno lo hubiera visto/que para todos ellos era tan odiado como la negra parca". Se trata de una descripción:

i) explicativa el acto de buscar a Paris entre las filas troyanas.

ii) interpretativa si se asume que el narrador tiene el poder de conocer cuáles eran los sentimientos ajenos y, en este caso, el odio común que levantaba Alejandro.

iii) reflexiva, si atendemos a que se realiza un juicio de valor acerca de lo que ganaban los troyanos con el encaprichamiento de Paris.

10. A punto de acometer a Héctor, Aquiles hace señas con la cabeza a sus huestes con objeto de que no disparen dardos a su rival, para evitar que alguno acertara y se llevara la gloria36. Será una descripción:

i) explicativa si atendemos a la conducta externa que manifestó Aquiles.

ii) interpretativa si nos fijamos en el temor que el héroe aqueo tenía a que otro pudiera cobrar la gloria que a él creía reservada.

iii) reflexiva pues se realiza un juicio sobre el carácter de Aquiles, quien no le preocupa la muerte como la posibilidad que sea otro quien hurte la gloria que desea para sí.

11. Patroclo decide solicitar no sólo la hueste de los mirmidones a Aquiles sino su propia armadura con objeto de ser confundido con el Pélida en la batalla. El narrador comenta que eso pidió el muy necio, pues su destino era suplicar para sí la muerte cruel y la parca37. La descripción será:

i) explicativa si nos atenemos al hecho.

ii) interpretativa si atendemos a la anticipación que realiza del destino. El narrador expresa un grado mayor de conocimiento ante el lector. Su nivel de comprensión es otro.

iii) reflexiva pues la partícula μεγα ante el sustantivo adjetivado νηπιος es expresión de un juicio y, por tanto, lo subrayado es la insensatez evidenciada a través del carácter de Patroclo.

12. Diomedes iba a entrar en combate y el narrador comenta38: "el bronce, en el pecho del soberano, chirrió tremendo /al moverse: el miedo, hasta a uno con aguante, habría sobrecogido".

Si atendemos al juicio universal, entonces la descripción realizada en el segundo verso será (1) reflexiva, pero a la vez describe una impresión psicológica y, por tanto, la descripción parece (2) interpretativa. Sin embargo, en cuanto que se trata de una hipérbole, la acción descrita es (3) explicativa: es sólo una manera de describir un fenómeno que ocurrió. ¿Con cuál nos quedamos?

De manera análoga nos dice que Sarpedón no habría podido ser reconocido ni por un hombre perspicaz (por estar su cuerpo cubierto de dardos, sangre y polvo desde la cabeza hasta los pies39). La descripción reflexiva implica un juicio, el cual a la vez sirve para acentuar la descripción explicativa ulterior.

Un caso similar ocurre a propósito de la intervención de Eneas e Idomeneo, al comentar que eran dos guerreros marciales que sobresalían de los demás40. En esta oportunidad da la impresión que, la descripción es (1) reflexiva. Mediado por un juicio de valor. Pero no podemos afirmarlo con toda certeza dado que Homero emplea como un modismo la ponderación de la mayoría de los héroes a lo largo de su narración (aqueos o troyanos). A través de ese recurso va llamando la atención sobre unos personajes u otros, mientras el curso de la Moira se va realizando. Este es el caso cuando emplea la partícula περ para reforzar una acción. Así cuenta que Idomeneo, aunque era entrecano, comandando a los dánaos infundió miedo a los troyanos con su ataque41.

El sentimiento escapa a la observación directa; luego nos encontramos ante una descripción (2) interpretativa. Pero en esta oportunidad no emplea una hipérbole sino un giro adversativo μεσαιπολιος περ εωυ que también cabría ser entendido como un juicio de valor. Por tanto, la descripción es susceptible de ser considerada como (3) reflexiva.

13. Cuando Príamo acude al campamento aqueo para rescatar los restos de su hijo, el narrador homérico cede la palabra a Aquiles; aparece así un segundo plano narrativo42. Aquiles expresa su visión del mundo diciendo43:

Porque dos toneles están fijos en el suelo del umbral de <la morada de> Zeus/uno contiene los males y el otro los bienes que nos reparten. A quien Zeus, que se deleita con el rayo, le dé una mezcla,/una veces se encontrará con algo malo y otras con algo bueno. Pero a quien sólo de las miserias le dé lo hace objeto de toda afrenta,/y una hambre canina lo va azuzando por la límpida tierra, y vaga sin el respeto ni de los dioses ni de los hombres.

Lo que cuenta Aquiles es, en su circunstancia, una descripción (3) reflexiva; cabe interpretar que entiende que todo ser humano sufre males y que, el único consuelo para la mayoría radica en aquellos que jamás reciben bien alguno (puesto que a los seres humanos Zeus nunca concede bienes puros44). Pero, puesto que se encuentra hablando con Príamo ante los restos de Héctor, cabe interpretar que manifiesta sentimientos de hermandad; Aquiles expresaría el sentimiento básico de los excombatientes, los cuales se ven obligados a luchar obligados por las fuerzas de las circunstancias y, sin embargo, terminan apreciándose mutuamente al haber sido una voluntad ajena quien los puso frente a frente, al haber entablado vínculos semejantes con sus compañeros y al haber vivido parecidos traumas y soportado similares condiciones adversas.

Sin embargo, respecto del narrador homérico es claro que tenemos una descripción (2) explicativa, sí entendemos que cualquiera pudo ser testigo de la escena, y que repite lo que allá se dijo (sin entrar en el tema del valor de verdad de lo contado por Aquiles). Y si creemos que la Musa fue quien asistió a la conversación privada habida entre los dos hombres, entonces la descripción será (3) interpretativa.

CONCLUSIONES

El lector de Homero se encuentra continuamente enfrentado a este modo de narrar el cual muestra como características más acusadas:

i) la reversibilidad entre las descripciones explicativas, interpretativas y reflexivas. Rara vez cabe definirlas con suficiente nitidez45. Por un lado, los tres tipos de descripciones son susceptibles de ser mutuamente convertidos entre sí. Por otro lado, toda descripción reflexiva se construye sobre estos tipos, de modo que si bien en la Ilíada cada lance es un hecho en sí mismo, a la vez cada episodio constituye un ejemplo paradigmático que permite enunciar algún género de proposición universal acerca del cosmos, la naturaleza o la condición humana. El modo de narrar de Homero predispone al lector a pensar no sólo en episodios memorables sino en conceptos universales.

ii) la articulación global de las descripciones inherentes a sus versos, que afectan a toda su expresión, radican en el papel del narrador como medium, receptáculo o manifestación de la palabra de los dioses46. Este papel implica la existencia de un orbe no presente en lo perceptivo ni en la opinión común en el que se encuentra el quid del cosmos y de la realidad social. Hay, por tanto, una constante doble separación: i) entre lo que el mundo es en sí mismo (el ser o lo in re) y aquello que los seres humanos podemos percibir del cosmos (lo post rem), y ii) entre el conocimiento del poeta y del resto de la humanidad.

La mitología semítica fue optimista. Arranca con un acto supremo de creación. Yahvé va dando forma y estructura al mundo de modo ordenado. Crea los cielos, la tierra47, la luz48, etc. Pero, sobre todo la creación es un acto ético monumental pues todo lo creado resulta ser bueno49. En ese cosmos cabe aspirar a la justicia pues ésta se sustenta tanto sobre i) el poder de Yahvé como sobre, ii) la condición bondadosa de lo creado: se trata de un universo prescriptivo. La vida humana individual, su sufrimiento y la aspiración a la justicia cobran sentido.

Esta no es la perspectiva de la religión griega arcaica. La Teogonía de Hesíodo parte de una atmósfera espectral originada en base a una entidad indiferenciada denominada Caos. Gea alumbra a Urano y se suceden sin interrupción los incestos, los actos brutales y los hijos monstruosos. El ejemplo más claro lo tenemos en Cronos, el más temible de aquellos hijos terribles de Urano, irritados contra su padre desde siempre50, que aquél retenía ocultos en el seno de Gea, sin dejarlos salir a la luz, gozando cínicamente con su malvada acción51. Cronos es una deidad poderosa pero retorcida52. No sólo castra al padre53 sino que, además, temiendo a su propia descendencia se la traga en cuanto la ve nacer54.

Zeus itera su pavoroso origen. Apenas si ha crecido cuando sube al lecho de Deméter55 y comete un incesto. Y no contento, aprovechando que de esta relación nace Perséfone, la diosa de blancos brazos56, cede a su hija a su hermano Aidoneo (Hades57), quien la rapta con la aprobación del padre58. Este es el mismo Zeus que se tragará a su prima Métis con el fin de, que el vástago que espera no desafíe su imperio, el mismo dios que plasma Homero en la Ilíada como dios todopoderoso. Aquí la ética es un modo limitado de comprender el mundo, porque el cosmos no es bueno, ni justo, ni ético, etc.

Ciertamente entre los griegos la inspiración del poeta quedó pronto sustituida por el raciocinio del filósofo y del científico, pero se mantiene tanto la separación entre dos orbes como entre los dos tipos humanos. Los filósofos arcaicos y clásicos expresaron la orientación del narrador homérico en conceptos. Pero la filosofía y la ciencia quedaron marcadas por los límites de esa orientación religiosa que elimina la justicia, la bondad, la ética y lo prescriptivo del cosmos. Por eso lo ético-biográfico quedó empequeñecido frente a la hipertrofia metafísico-ontológica. Los problemas domésticos, la injusticia que cada ser humano concreto padece no son nada frente al curso del cosmos. En realidad cualquier desgracia se articula y posee su explicación en un plano transcendente (en el modo en que Zeus va cumpliendo la Moira). Las frustraciones que cada cual experimenta a lo largo de su biografía no poseen sentido en sí ni serán reparadas o satisfechas. Lo que se da en el cosmos obedece a un plan oculto en la naturaleza. Homero expresó este sentido transcendente de lo que ocurre en el ser en un registro mitológico-religioso. La filosofía arcaica y clásica tradujo esta misma concepción a clave metafísico-científica. Pongamos sólo un par de ejemplos de esta orientación a través de la filosofía de dos filósofos arcaicos que se suelen contraponer: Heráclito y Parménides (aun cuando expresan lo mismo).

Heráclito por un lado (1) proclamó la separación de lo in re y lo post rem: la auténtica naturaleza de las cosas, nos dice, suele estar oculta59 y la armonía invisible es más intensa que la visible60. Por otro lado, (2) diferenció entre la condición del narrador científico-filosófico, y el conocimiento al que pueden aspirar el resto de los mortales. Así comenta que la circunstancia humana no tiene verdadero juicio mientras que la divina, en cambio, sí61; y añade que a la mayoría de los hombres les pasan desapercIbídas cuantas cosas hacen despiertos del mismo modo que olvidan lo que hacen cuando duermen62 o que siendo necesario seguir lo común (y aunque la ley sea común) la mayoría vive como si poseyera un pensamiento propio63.

En el mismo sentido se expresó Parménides. Por un lado, (1) separó dos orbes (lo in re y lo post rem) diferenciando dos discursos: el de la vía de la verdad y el de la vía de la persuasión. El primero es el conocimiento de lo in re64. Lo que el cosmos verdaderamente es se trata de algo completo, inalterable y sin fin a pesar de las apariencias65. Todo permanece aun cuando las limitaciones de la percepción de los seres humanos nos fuercen a entender que el cosmos cambia, que se altera, que lo domina lo efímero. Por otro lado, (2) diferenció entre el filósofo iluminado y los demás mortales. Parménides nos relata incluso cómo se vio arrastrado hacia el camino de la diosa que conduce al vidente a través de todas las ciudades66.

Por tanto, él se encontraba inspirado por las Musas, lo mismo que el narrador homérico67. La diosa incluso le instaba para que lo aprendiera todo (tanto el imperturbable corazón de la verdad completa como las opiniones de los mortales en las que no hay verdadera creencia68). Puesto que la existencia humana es fugaz y el conocimiento de los hombres es incompleto69, su vacilante pensamiento es guiado por la impotencia de su pecho70. Lo contradictorio aparece en las opiniones de los mortales, dado que se atienen a sus limitaciones perceptivas y al orden engañoso de su lenguaje71. Este género de pensamiento racional que eliminando la bondad y la justicia del cosmos se pregunta por la causa última del mundo hubiera horrorizado a los semitas, pero en nada difiere de la concepción que expresaba el narrador homérico.



NOTAS AL PIE

Ver artículo en PDF.



Referencias

BENVENISTE, E. (1974). Problemas de lingüística general I. México: Siglo XXI.         [ Links ]
BOWRA, C. M. (1930). Tradition and design in the Iliad. Oxford: Clarendon Press.         [ Links ]
CHATMAN, S. (1990). Historia y discurso: la estructura narrativa en la novela y en el cine. Madrid: Taurus.         [ Links ]
DIELS, H. (1934). Die fragmente der vorsokratiker. Berlín: Weidmann.         [ Links ]
DODDS, E. R. (1993). Los griegos y lo irracional. Madrid: Editorial Alianza Universidad.         [ Links ]
GARIN, F. (1909). "Su i romanci Greci". En: Studi italiani di filologia classica No. 17. Firenze: Casa editrice Edumond-Le Monnier. pp. 423-460.         [ Links ]
GOLDHILL, S. (2002). The invention of prose. Oxford: University Press.         [ Links ]
MURRAY, G. (1934). The rise of greek epic. Oxford: University Press.         [ Links ]
O'SULLIVAN, J. N. (1995). Xenophon of Ephesus. His compositional technique and the birth of the novel. Berlín: Walter de Gruyter.         [ Links ]
PAPANIKOLAOU, A. D. (1964). "Chariton und xenophon von Ephesos. Zur frage der Abhängigkeit". In: Xaris K. I. Atenas. pp. 305-320.         [ Links ]
RICHARDSON, S. (1990). The homeric narrator. Nashville: Vanderbilt University Press.         [ Links ]
SNELL, B. (1955-2006). Lexikon des frühgriechischen epos. Göttingen: Vandenhoeck & Rupprecht.
        [ Links ]

Abreviaturas
Aristophanes comicus (Ar.).
Au. =Aues.
Aristoteles philosophus (Arist.)
de An. = de anima.
EE = Ethica Eudemia.
EN = Ethica Nicomachea.
Metaph. = Metaphysica
.
Vetus testamentum. Genesis (Gn.)
Charito scriptor eroticus (Charit.)
Euripides tragicus (E.)
Fr. = Fragmenta.
Vetus Testamentum
Gn = Génesis.
Herodotus historicus (Hdt.)
Hesiodus epicus (Hes.)
Th. = Theogonia.
Homerus epicus (Hom.)
Il. = Ilias
Od. = Odyssea
.
Novum Testamentum
Jn = Evangelio de San Juan.
Pausanias periegeta (Paus.)
Pindarus lyricus (Pi.)
N. = Nemea.
P. = Pythia
.
Plato philosophus (Pl.)
Io. = Ión.
Phd. = Phaedo.
R. = Respublica.
Ti. = Timaeus
.

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License