Introducción
La falla respiratoria aguda se produce por un aporte insuficiente de oxígeno y eliminación de dióxido de carbono a nivel tisular, lo que representa una incapacidad del sistema respiratorio para suplir las necesidades metabólicas del organismo. Esta insuficiencia puede ser secundaria a problemas en la oxigenación (falla hipoxémica), en la eliminación de dióxido de carbono (falla hipercápnica) o ambas deficiencias de forma simultánea (falla mixta). Para el manejo de este tipo de fallas, el tratamiento va encaminado a mejorar la oxigenación o la ventilación para solucionar la hipoxemia o la hipercapnia. Por este motivo, dentro del manejo de la falla, se encuentra el soporte con oxigenoterapia y una reciente alternativa es el uso de sistemas de alto flujo, que permite mejorar la oxigenación por mecanismos como son la disminución del espacio muerto anatómico, presurización de la vía aérea con cierto grado de presión, disminución de la dilución de oxígeno administrado, aumento del volumen circulante y mejoramiento del transporte mucociliar, entre otras. Diferentes estudios, demuestran que los pacientes con insuficiencia respiratoria mejoran disnea, hipoxemia, manejo de las secreciones y disminución del requerimiento de la ventilación mecánica1.
El uso de la cánula nasal de alto flujo se ha incrementado en los últimos años, siendo un dispositivo no invasivo, el cual se utilizó inicialmente en unidades de cuidado intensivo neonatal2, para el manejo de falla respiratoria3 y procesos de extubación4, posteriormente se amplió el uso a la población adulta y pediátrica, principalmente para el tratamiento terapéutico de falla hipoxémica5-7.
En Colombia entre el año 2005 y 20148 las principales causas de muerte fueron las enfermedades del sistema circulatorio con un 30,08%, seguidas por un subgrupo de enfermedades entre las cuales se incluyen las enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores con 20,52% y las enfermedades transmisibles, que constituyen la primera causa de muerte produciendo el 49,46% de las defunciones en el país. Frente a las causas de morbilidad en el departamento de Boyacá, las enfermedades no transmisibles ocupan el 64,4%, siendo las más prevalentes las enfermedades del sistema circulatorio, seguidas de las enfermedades respiratorias las cuales incluyen la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, las estadísticas anteriormente mencionadas predisponen la presentación de falla respiratoria aguda, con requerimiento del uso de la cánula de alto flujo9.
En el contexto internacional existen estudios que permiten evidenciar la efectividad y la utilidad de la cánula nasal de alto flujo (CNAF) en pacientes neonatos y pediátricos con falla respiratoria aguda tipo hipoxémica e hipercápnica10,11. Frente a la población adulta, los estudios se iniciaron en el año 1994 con la investigación realizado por Dewan y Bell12, quienes describieron la utilidad de la cánula de alto flujo en adultos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, posteriormente Chatila et al.13, estudiaron por primera vez el efecto del uso de la cánula de alto flujo en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, dando como resultado mejor tolerancia al ejercicio y disminución de la disnea. Kernick et al.14, publicaron la única revisión sistemática en adultos en estado crítico, la cual es limitada teniendo en cuenta que siete de los estudios realizados, se fundamentaron en resúmenes, que no permiten realizar conclusiones solidas que respalden la utilización de la cánula de alto flujo. Posterior a este estudio, se han realizado investigaciones en la aplicación del dispositivo en adultos teniendo en cuenta parámetros clínicos e índices de oxigenación, similar a las variables estudiadas en la presente investigación.
Por las razones anteriormente expuestas, el uso de la cánula nasal de alto flujo, ha cobrado importancia para el manejo de la falla respiratoria, dado que ofrece un tratamiento alternativo de oxigenación gracias al sistema de humidificación, calefacción e interface utilizadas en el mismo, con flujos fijos y presiones dinámicas que mejoran el comportamiento clínico del paciente y procesos fundamentales como la oxigenación y la ventilación. Adicionalmente, los pacientes presentan mayor tolerancia y confort con evidente mejoría de su cuadro clínico15,16.
De igual manera, los valores de los gases arteriales varían de acuerdo a las condiciones clínicas de los pacientes, y la altura sobre el nivel del mar cobra una importancia fisiológica, porque a medida que se asciende en altura, se presenta una disminución de la presión barométrica, la presión inspirada de oxígeno (PIO2) y la presión arterial de oxígeno (PaO2); estas condiciones de hipoxemia llevan a un aumento de la ventilación minuto y en consecuencia a la disminución de la presión arterial de dióxido de carbono (PaCO2)17. La relación presión arterial de oxígeno y fracción inspirada de oxígeno (PaO2/FiO2), para altitudes mayores de 1000 msnm según la definición de Berlín, varía dejando el valor de normalidad mayor a 221 mmHg, con relación a nivel de mar que es mayor 300 mmHg17. De acuerdo al último estudio realizado por Lasso en 201418, los valores de normalidad de gases arteriales en Bogotá (2.640 msnm) para la PaO2 y la saturación arterial de oxígeno muestran una disminución y con respecto a la presión arterial de dióxido de carbono (PaCO2) aumenta con la edad.
El propósito del estudio fue establecer el comportamiento clínico y gasométrico de los pacientes con falla respiratoria aguda a 2.600 msnm, tratados con cánula nasal de alto flujo en la unidad de cuidado intensivo adulto (UCIA) de una institución de tercer nivel del año.
Materiales y métodos
Diseño y población del estudio
Estudio piloto cuasi experimental pretest - postest intrasujeto, con un tamaño de muestra de 14 pacientes, calculado a través del paquete estadístico Epidat utilizando la comparación de grupos emparejados. El tipo de muestreo es no probabilístico por conveniencia.
Criterios de inclusión
Pacientes mayores de 18 años de Unidad de Cuidado Intensivo Adulto que requirieron cánula nasal de alto flujo posterior al uso de soporte ventilatorio y/o de oxigenoterapia, que habitan a 2.600 msnm, con diagnóstico de falla respiratoria hipoxémica e hipercápnica y Glasgow mayor de trece.
Proceso de recolección de la información
Los datos se obtuvieron a partir de la revisión de historias clínicas y registro de monitoreo gasométrico y clínico de las variables estudiadas, se recolectaron características demográficas, diagnóstico desencadenante, tipo de falla respiratoria, flujo y fracción inspirada de oxígeno requeridos en cada entidad patológica, soporte ventilatorio y/o de oxigenoterapia utilizado previo y posterior al uso de la cánula, comportamiento clínico y gasométrico de los pacientes a la hora, seis, doce y veinticuatro horas posteriores al uso del dispositivo.
Procesamiento y análisis de la información
Se realizó a través del paquete estadístico SPSS versión 20. Se realizó análisis univariado para las variables descriptivas teniendo en cuenta las medidas de tendencia central, promedios, desviación estándar e intervalos de confianza y para la fase de correlación la prueba no paramétrica de Friedman.
Consideraciones éticas
El proyecto estuvo regido por la resolución N° 8430 del 04 de octubre de 199319, esta se clasificó como investigación con riesgo mínimo, se diligenció consentimiento informado por cada uno de los pacientes hospitalizados en la Unidad de Cuidado Intensivo Adulto que participaron en la investigación, antes de instaurar el dispositivo. El proyecto fue aprobado previa revisión y autorización por parte del Comité de Bioética de la Universidad de Boyacá, memorando CB 223 y la institución hospitalaria que participó en el estudio con el código de aprobación número 20162100061291. La información del estudio se manejó con total confidencialidad y privacidad sobre los datos de los pacientes que participaron en el mismo.
Resultados
Caracterización demográfica
En la investigación participaron 14 pacientes de los cuales 10 presentaron falla hipercápnica, tres fallas hipoxémicas y uno presentó falla mixta con diagnóstico de osteogénesis imperfecta, patología que afecta la mecánica respiratoria generando en el paciente la presentación de alteración respiratoria restrictiva y obstructiva. Respecto a la variable sexo, el 78% correspondió al sexo femenino, seguido por el masculino en un 22%, frente a la variable edad los pacientes que requirieron de la cánula nasal de alto flujo tenían edad mínima de 27 y máxima de 91, con edad promedio de 68 años (DE 21,5). La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) no exacerbada, fue la de mayor presentación con un 71,42% [IC95% 47- 94], seguida del tromboembolismo pulmonar (TEP), embolia grasa, neumonía y osteogénesis imperfecta con el 7,14% respectivamente [IC95% 1- 20], situación que demuestra que la EPOC es una enfermedad que en el grupo de pacientes estudiados conlleva a la presentación de falla respiratoria hipercápnica caracterizada por hipoventilación alveolar y disminución de la ventilación efectiva.
El flujo programado en los pacientes con EPOC presentó una mediana de 30, es decir, que al 50% de los pacientes se les programó flujo de hasta 30 Lt/min, flujo que se mantuvo durante las 24 horas de monitoreo; mientras que al 50% restante, se les programó flujos mayores a 30 Lt/min. En los pacientes con falla respiratoria hipoxémica se inició con flujo máximo de 50 Lt/min y posteriormente se disminuyó el flujo, finalizando a las 24 horas con flujo de 40 Lt/min en el 50% de los monitorizados.
La EPOC presenta una mediana de fracción inspirada de oxígeno (FIO2) en la mayoría de los pacientes del 50%, manteniéndose después de la primera hora de instaurada la cánula nasal de alto flujo, la FIO2 mínima en estos pacientes fue de 30% y la máxima 68%. Frente a la falla respiratoria hipoxémica la mediana de la FIO2 fue de 40%, con mínima de 38 y máxima de 60%.
El soporte ventilatorio y/o de oxigenoterapia previo a la instauración de la cánula nasal de alto flujo correspondió en un 71% a la ventilación mecánica no invasiva, seguido del soporte ventilatorio invasivo con un 21%. El soporte ventilatorio y de oxigenoterapia posterior al uso de la cánula de alto flujo, en una mayor proporción correspondió al sistema de bajo flujo (cánula nasal convencional) en un 86%, con un flujo promedio de 3 Lt/min.
Frente al comportamiento clínico, se observó que previo a la instauración del dispositivo, la mayoría de los pacientes mostraron algunos signos de dificultad respiratoria como desbalance toracoabdominal, uso de musculatura accesoria y aumento de frecuencia respiratoria (polipnea), lo que permitió evidenciar presencia de trabajo respiratorio, el cual disminuyó de manera significativa desde la primera hora de uso de la cánula, al igual que se observó que con el uso del dispositivo no se generaba presencia de broncoespasmo (Figura 1).
Comportamiento clínico y gasométrico
En la tabla 1, se observa que, en los diez pacientes con diagnóstico de EPOC, con mediana de administración de FiO2 de 50%, la frecuencia respiratoria disminuyo a lo largo del uso de la cánula nasal de alto flujo. Frente al porcentaje de saturación de oxígeno y teniendo en cuenta la altura sobre el nivel del mar a la cual están sometidos los pacientes observados, se evidenció un comportamiento homogéneo y dentro de los valores esperados para el tipo de paciente.
Falla Respiratoria Hipercápnica | ||||||||||||||||
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Pre | 1 hora | 6 horas | 12 horas | 24 horas | p | |||||||||||
Me | P25 | P75 | Me | P25 | P75 | Me | P25 | P75 | Me | P25 | P75 | Me | P25 | P75 | ||
FR | 22,5 | 20,0 | 24,0 | 22,0 | 20,0 | 27,0 | 22,5 | 20,0 | 25,0 | 21,0 | 19,0 | 23,0 | 20,0 | 19,0 | 22,0 | 0,062 |
PH | 7,37 | 7,29 | 7,44 | 7,37 | 7,28 | 7,45 | 7,42 | 7,30 | 7,47 | 7,40 | 7,33 | 7,45 | 7,39 | 7,38 | 7,44 | 0,369 |
PaO2 | 57,5 | 50,0 | 64,0 | 55,0 | 47,0 | 60,0 | 59,0 | 47,0 | 60,0 | 56,5 | 54,0 | 60,0 | 56,0 | 54,0 | 59,0 | 0,199 |
PaCO2 | 48,0 | 44,0 | 55,0 | 48,0 | 44,0 | 55,0 | 47,0 | 42,0 | 52,0 | 46,0 | 45,0 | 53,0 | 46,0 | 40,0 | 56,0 | 0,225 |
PaO2/FiO2 | 113 | 102 | 182 | 112 | 104 | 135 | 118 | 103 | 135 | 127 | 109 | 145 | 126 | 108 | 142 | 0,297 |
SpO2 | 87,5 | 84,0 | 90,0 | 86,5 | 83,0 | 90,0 | 87,0 | 84,0 | 91,0 | 87,5 | 86,0 | 88,0 | 86,5 | 86,0 | 90,0 | 0,190 |
FR: frecuencia respiratoria, PH: potencial de hidrogeno, PaO2: presión arterial de oxígeno, PaCO2: presión arterial de dióxido de carbono, PaO2/FiO2: índice de Kirby, SpO2: saturación porcentual de oxígeno.
De acuerdo a datos gasométricos se evidencia que respecto a los valores de normalidad a la altura (2.600 msnm) se presenta pH previo y posterior al uso de la cánula nasal de alto flujo dentro de los valores de referencia según los estudios de gases. En relación a la PaO2 el valor previo es más bajo en relación al valor de normalidad para la altura, que es de 60 mmHg y con la PaCO2 su valor también se encuentra elevado con respecto al valor de normalidad para la altura, asociándose además a lo esperado para las fallas respiratorias.
Los parámetros gasométricos evaluados a través de comparación de medidas repetitivas y suma de rangos promedios, las variables de pH, PaO2 y PaCO2 se mantuvieron homogéneas sin rechazo de la hipótesis nula, ni diferencias en las mediciones realizadas. Respecto al índice de oxigenación (PaO2/FiO2) se evidenciaron incrementos progresivos con el uso del dispositivo.
De los tres pacientes con falla hipoxémica con diagnóstico de TEP, Embolia Grasa y Neumonía, la mediana de FIO2 fue de 40%. Frente a la comparación de medidas repetitivas y suma de rangos promedios, las variables pH y PaCO2 se mantuvieron homogéneas sin rechazo de la hipótesis nula, respecto a la PaO2 y al índice de oxigenación, la mediana presenta un incremento gradual con el uso del dispositivo (Tabla 2).
Falla Respiratoria Hipoxémica | ||||||||||||||||
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Pre | 1 hora | 6 horas | 12 horas | 24 horas | p | |||||||||||
Me | P25 | P75 | Me | P25 | P75 | Me | P25 | P75 | Me | P25 | P75 | Me | P25 | P75 | ||
FR | 22,0 | 20,0 | 27,0 | 20,0 | 20,0 | 26,0 | 20,0 | 18,0 | 23,0 | 19,0 | 18,0 | 21,0 | 18,0 | 17,0 | 18,0 | 0,028 |
PH | 7,40 | 7,38 | 7,45 | 7,42 | 7,39 | 7,46 | 7,44 | 7,39 | 7,45 | 7,45 | 7,40 | 7,45 | 7,45 | 7,43 | 7,50 | 0,208 |
PaO2 | 56,0 | 48,0 | 72,0 | 58,0 | 54,0 | 78,0 | 60,0 | 55,0 | 80,0 | 60,0 | 56,0 | 70,0 | 62,0 | 59,0 | 69,0 | 0,444 |
PaCO2 | 35,0 | 27,0 | 37,0 | 35,0 | 29,0 | 36,0 | 35,0 | 29,0 | 37,0 | 35,0 | 29,0 | 38,0 | 33,0 | 28,0 | 35,0 | 0.385 |
PaO2/FiO2 | 160 | 120 | 180 | 165 | 120 | 195 | 171 | 122 | 205 | 171 | 124 | 184 | 177 | 131 | 209 | 0,035 |
SpO2 | 88,0 | 85,0 | 93,0 | 89,0 | 88,0 | 96,0 | 90,0 | 87,0 | 98,0 | 91,0 | 89,0 | 96,0 | 94,0 | 92,0 | 94,0 | 0,130 |
FR: frecuencia respiratoria, PH: potencial de hidrogeno, PaO2: presión arterial de oxígeno, PaCO2: presión arterial de dióxido de carbono, PaO2/FiO2: índice de Kirby, SpO2: saturación porcentual de oxígeno.
En la figura 2 se observa que en la falla hipercápnica no se presentó aumento de la presión arterial de dióxido de carbono (PaCO2), durante las 24 horas de uso de la cánula de alto flujo. En los pacientes con falla hipoxémica se evidencia una disminución de este parámetro a las 24 horas.
En la figura 3 se evidencia que la presión arterial de oxígeno se mantuvo con una media de 56 mmHg tanto en la etapa previa como en la post administración de la cánula en los pacientes con falla hipercápnica; en la falla hipoxémica la media de la presión arterial de oxígeno (PaO2) se incrementó y mantuvo sobre los 60mmHg a partir de las 6 horas de uso de la cánula, valor acorde a los metros sobre el nivel del mar y a la presión barométrica de la ciudad donde fueron estudiados los pacientes.
Respecto al paciente con diagnóstico de osteogénesis imperfecta, el comportamiento con el uso de la cánula nasal de alto flujo corresponde a falla respiratoria mixta, presentando valores de hipercapnia persistente e hipoxemia, dadas las condiciones fisiopatológicas propias de esta entidad. Sin embargo, se evidencio disminución del trabajo respiratorio dado por mejoría en los signos de dificultad respiratoria (uso de musculatura accesoria y polipnea), durante el uso del dispositivo.
Discusión
La cánula de alto flujo es un sistema de oxigenoterapia que ofrece flujos altos de oxígeno entre 20 - 60 lpm, en condiciones casi fisiológicas de calor y humedad, además este dispositivo garantiza una fracción inspirada de oxígeno constante y eficaz, disminuye el espacio muerto, mejora el reclutamiento alveolar y el gas calentado y humidificado, además mejora la tolerancia y confort del paciente20,21. El uso del dispositivo en las unidades de cuidado intensivo adulto se ha incrementado en los últimos años y principalmente en el manejo de la falla respiratoria hipoxémica, en menor proporción en falla respiratoria hipercápnica22, presentando mejoría clínica al ser tratados con la cánula de alto flujo. Los estudios evidencian que el uso de este dispositivo en falla respiratoria hipercápnica estable, puede mejorar variables clínicas como el patrón respiratorio, el trabajo respiratorio y los niveles de presión arterial de dióxido de carbono, sin embargo, el uso de la cánula nasal de alto flujo, tiene limitaciones en exacerbaciones graves23,24.
En el contexto nacional existen pocos estudios que permitan evidenciar los beneficios que la cánula nasal de alto flujo genera en los pacientes adultos con falla respiratoria aguda a grandes alturas, los estudios más recientes se han sido realizado en población pediátrica y neonatal, como el descrito por Vásquez-Hoyos et al.25 en la cual se concluye que la cánula nasal de alto flujo ha evitado complicaciones y tiene bajas tasas de fracasos, al igual que el estudio referido por el mismo autor26 en población neonatal, donde se evidenció que la cánula nasal de alto flujo disminuyó la necesidad de soportes respiratorios más invasivos, ambos estudios realizados a grandes alturas. De esta manera, se evidencia que el uso del dispositivo a grandes alturas, genera efectos positivos sobre el comportamiento clínico de los pacientes.
Teniendo en cuenta las variables sociodemográficas descritas en el estudio de Parke et al.27, se evidenció que la edad media fue de 31 años en hombres, diferente a la población del presente estudio donde la edad promedio fue de 68 años con mayor presentación en mujeres. En el estudio de Bräunlich28) se observa que la edad promedio de los pacientes a los cuales se les administró la terapia de alto flujo fue de 67,7 años situación similar, a la edad promedio de los pacientes del presente estudio.
Según el estudio realizado por Demelo-Rodríguez et al.29, la muestra fue de tres pacientes que desarrollaron falla respiratoria aguda en los cuales se reportó edad promedio de 76 años y diagnósticos que conllevaron a falla respiratoria hipoxémica, utilizando flujo de 50 Lts/min similares a los utilizados en los pacientes del presente estudio, denotando que los cambios gasométricos y clínicos obtenidos reflejan una similitud con los datos de los pacientes analizados, las variables como pH se mantuvieron homogéneas y dentro de rangos de normalidad durante el tratamiento. Frente al índice de oxigenación se evidenció mejoría progresiva en las 24 horas alcanzando índices por encima de 120 y con un PaCO2 que para la investigación de Demelo, aunque tiene valores menores a los referidos en el estudio no varían en las 24 horas estudiadas, al igual que la presente investigación. Para el comportamiento clínico la frecuencia respiratoria disminuyó en todos los casos, similar a lo reportado anteriormente.
Dentro de las indicaciones para el requerimiento del uso de la CNAF se encuentra la falla respiratoria hipoxémica, como lo señala Sztrymf y Messika en su estudio30, una diferencia frente a la utilización de la cánula de alto flujo en el presente estudio es la inclusión de pacientes con insuficiencia respiratoria hipercápnica que presentaron leve trabajo respiratorio asociado a EPOC no exacerbado y donde es evidente la mejoría clínica de los mismos una vez tratados con el dispositivo.
En el estudio realizado por Fraser JF et al.31, se describe el uso de este tipo de cánula en pacientes críticos, incluyendo 30 casos de pacientes crónicos, analizando variables similares a las del presente estudio, estos autores evidenciaron disminución del trabajo respiratorio a través de la frecuencia respiratoria y la disnea.
Antes de instaurar la cánula nasal de alto flujo, el 71% de los sujetos recibieron presión positiva dada por ventilación mecánica no invasiva y el 86% posterior al uso del dispositivo de alto flujo, requirieron de cánula nasal de bajo flujo sin requerimiento de ventilación mecánica invasiva. Datos similares se reportan por Gaunt et al.32, donde estudiaron la falla respiratoria hipoxémica evidenciando que el 14,5% de la población recibieron ventilación mecánica posterior al uso de CNAF y un 61,3% no requirieron de soporte ventilatorio posterior al uso de la CNAF. Al igual que en el estudio de Nagata et al.33 donde posterior al uso de la CNAF menos sujetos requirieron ventilación mecánica no invasiva e invasiva.
En cuanto al comportamiento clínico los resultados del presente estudio evidencian que el trabajo respiratorio disminuye posterior a la instauración de la CNAF, al igual que la frecuencia respiratoria, como lo reporta el estudio de Rittayamai et al.34, encontrando como desencadenante del trabajo respiratorio patologías como la EPOC y la neumonía. Posterior al uso de la CNAF mejoró significativamente la disnea comparado con la oxigenoterapia de bajo flujo. En el estudio realizado por Demelo Rodríguez, P y Olmedo Samperio et al.35, se evaluó la eficacia y tolerancia a la oxigenoterapia con cánula nasal de alto flujo en una unidad de cuidados intermedios, con patologías como enfermedad pulmonar obstructiva crónica, insuficiencia cardíaca, asma e infección respiratoria, mostrando como resultados adecuada tolerancia al dispositivo y evolución clínica favorable al igual que en el estudio presentado y que a pesar del pequeño tamaño muestral es una alternativa de manejo útil en la falla respiratoria como soporte respiratorio.
Lo anteriormente descrito, es similar a estudios realizados en paciente con falla respiratoria hipercápnica36, donde se inicia con flujos de 35 Lt/min, con aumento del litraje a tolerancia del paciente, para la presente investigación se usaron flujos de 25 a 45 Lt/min en pacientes con EPOC. Para el caso de falla respiratoria hipoxémica, según las investigaciones los flujos de inicio son de 50 a 60 Lt/min37, alcanzado en el presente trabajo flujos de 25 a 50 Lt/min.
En el presente estudio se demostró que la cánula de alto flujo es un soporte de oxigenoterapia útil en falla respiratoria hipoxémica e hipercápnica y en esta última se evidencia que la presión arterial de dióxido de carbono no aumenta. Además, frente al comportamiento clínico se observa mejoría del trabajo respiratorio, con diminución de signos de dificultad respiratoria como desbalance toracoabdominal, uso de musculatura accesoria y aumento de frecuencia respiratoria (polipnea). Aunque sería útil realizar un estudio con un número más amplio de pacientes en quienes se pueda determinar la eficacia de uso de este dispositivo en falla hipercápnica.
Conclusiones
El uso de la cánula nasal de alto flujo es una estrategia útil a gran altura en el manejo de la falla respiratoria hipoxémica e hipercápnica, permitiendo una mejoría de la oxigenación y disminución del trabajo respiratorio, además de ser una alternativa de tratamiento de la ventilación mecánica. Sin embargo, se necesita contar con estudios multicéntricos con una muestra más representativa de pacientes que permitan establecer la eficacia de la cánula de alto flujo en las diferentes fallas respiratorias.