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Bitácora Urbano Territorial

Print version ISSN 0124-7913

Bitácora Urbano Territorial vol.27 no.2 Bogotá MayAug. 2017

https://doi.org/10.15446/bitacora.v27n2.63039 

Dossier central

Henri Lefebvre y el derecho a la ciudad. Exégesis desde sus "Tesis sobre la ciudad

Henrt Lefebvre and the rtght to the ctty. Exegesis from his "Theses on the city"

Henri Lefebvre e o direito para a cidade. Exegese a partir das "Teses na cidade"

Jorge Gasca-Salasa  Instituto Politécnico Nacional

a Doctor en filosofía de la Universidad Na cional Autónoma de México, UNAM (tesis: Ontologia de la ciudad en Marx y Heide gger) y posdoctorado en el Instituto para la Teoría, Investigación de la Cultura y del Arte (Alemania) (tema: Obra de los Pasajes de Walter Benjamin). Profesor de posgra do de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura, Campus Zacatenco y del Instituto Politécnico Nacional (México). Autor de los libros La ciudad, pensamiento crítico y teoría (2005) y Pensar la ciudad: entre ontología y hombre (2007).


Resumen

El cometido de este artículo consiste en efec tuar una exégesis, desciframiento y compren sión del pensamiento de Henri Lefebvre en torno a temas como la ciudad, lo urbano y el urbanismo, así como identificar críticamente el sentido de su propuesta ontológico-política del derecho a la ciudad a través de sus doce "Tesis sobre la ciudad, lo urbano y el urbanismo"

El método hermenêutico empleado sigue un camino inverso a la síntesis que significa escri bir unas tesis sobre temática alguna, partiendo de la ubicación de los temas urbanos en su producción intelectual.

El derecho a la ciudad, en este artículo, es vi sualizado desde un estudio interpretativo del contenido de las doce Tesis sobre la ciudad de Lefebvre a manera de mónadas o ventanas que se abren como miradores de la obra de este pensador cuyo discurso aborda, desde el tema de la vida cotidiana y de manera múlti ple, la realidad urbana diversa y compleja de nuestro tiempo.

Palabras-clave: derecho a la ciudad; ciudad; lo urbano; urbanismo; Henri Lefebvre

Abstract

The assignment of this article consists of effec ting an exegesis, deciphering and comprehen sion of Henri Lefebvre's thought concerning his worry and study of topics as the city, the urban thing, the urbanism, as well as to identi fy critically the sense of his ontological-political offer of the right to the city across his "Thesis on the city, the urban thing and the urbanism".

The hermeneutic used method follows an in verse way to the synthesis that means to write "Thesis" on some topic, departing from the location of the urban topics in his intellectual production.

The right to the city, in this article, is visualized from an interpretive study of the content of his twelve Theses on the city, like monad or "windows" that are opened, as viewing-points of this thinker work's whose speech approa ches, from the topic of the daily life and in a multiple way, the urban diverse and complex reality of our time.

Keywords: right to the city; city; the urban thing; urbanism; Henri Lefebvre

Resumo

O a pessoa fez deste artigo consiste em fazer uma exegese, desciframiento e compreensão do pensamento de Henri Lefebvre ao redor de tópicos como a cidade, a coisa urbana e o ur banismo, como também identificar criticamen te o senso das proposta ontológico-política de O direito para a cidade pelas doze "Teses sobre a cidade, a coisa urbana e o urbanismo"

O método hermenêutico empregado, segue uma estrada inversa à síntese que pretende escrever "Tese" em teme alguns, enquanto partindo do local dos tópicos urbanos em sua produção intelectual.

O direito para a cidade, neste artigo, é visuali zado de um estudo interpretativo do conteúdo das doze Teses na cidade por via de mónadas ou janelas que abrem como miradors do tra balho deste pensador cujo aproximações de fala, do tópico da vida diária e de modo múl tiplo, a realidade diversa e complexa urbana de nosso tempo.

Palavras-chave: direito para a cidade; cidade; a coisa urbana; urbanismo; Henri Lefebvre

Introducción

Las "Tesis sobre la ciudad, lo urbano y el urbanismo", publicadas originalmente en 1968, constituyen las últimas cinco páginas del libro El derecho a la ciudad de Henri Lefebvre (1978b) y son una reivindicación de la ciudad, al igual que una defensa de la sociedad urbana como una dirección posible de un tipo de modernidad alternativa en la que el derecho a la ciudad es, a la vez, derecho a la vida urbana y derecho a los bienes de la civilización, desde una consideración de vertiente marxista. A través de sus doce tesis es posible atisbar en aquella etapa intelectual de Lefebvre en la que piensa esta dimensión de la realidad contemporánea. Se trata de una etapa de su madurez cuya firme intención -como veremos- consiste en la comprensión de dichos fenómenos.

Henri Lefebvre (1901-1991) es un pensador indispensable en la comprensión y crítica marxista de la modernidad que, desde la crítica al capitalismo, señala un giro teórico, epistemológico y metodológico digno de ser analizado, puesto que abordó el estudio de fenómenos surgidos en el llamado corto siglo XX (1917-1989) (Hobsbawm, 1999) y que se manifiestan en el siglo XXI, ya no desde la producción como el momento fundamental del proceso de reproducción de la riqueza capitalista, sino desde el consumo. En vista de esto y para hacer una revisión crítica del estudio lefebvriano de la ciudad, lo urbano, el urbanismo y el derecho a la ciudad, así como la explicación del complejo siglo XX y del marxismo como una teoría que lo problematiza, es de suma importancia formular un par de preguntas de las que emanarían respuestas clave tanto de su pensamiento en particular, como del pensamiento marxista en general.

¿Cuál es la motivación teórica que propició en Lefebvre el estudio de los temas sobre la vida cotidiana, lo rural y lo urbano, la sociedad urbana, la ciudad en oposición con el campo y la producción del espacio? ¿Es en estas condiciones donde radica una posibilidad nueva para la revolución social y un nuevo tipo de utopía?

Abundaríamos en ello si partimos de la idea de Karl Marx (1974), retomada de los clásicos Adam Smith y David Ricardo, según la cual el ciclo general del proceso de reproducción social de la riqueza capitalista consta de cuatro momentos fundamentales: producción, distribución, cam bio y consumo: P-D-Ca-C a los que podríamos llamarles tiempos o momentos estructurales de dicho proceso.

El primer momento, el de la producción, constituye el tiempo estructural sobre el que Marx piensa y construye su discurso crítico de la realidad del siglo XIX, y de las leyes que rigen un tipo de historicidad del capitalismo industrial. Para Lefebvre se hace necesario otro tipo de consideraciones cuyo espacio-tiempo ya no es solo el productivo sino el consuntivo, es decir, el que está regido por los fenómenos del consumo, en los que se encuentran gran parte de los fenómenos de la vida cotidiana y los fenómenos del hábitat, tiempos y lugares de ubicación de los fenómenos de la ciudad, lo urbano y el urbanismo. Se trata de un giro teórico para el estudio de la realidad social como una contribución enriquecedora a la teoría marxista a través de un enfoque no ortodoxo de la ciudad y lo urbano contemporáneos, con dos temáticas generales que son de alta relevancia histórica: la crítica de la vida cotidiana en las grandes ciudades y la producción del espacio urbano capitalista1 (Lefebvre, 1978b).

Campos temáticos desarrollados por Lefebvre

Durante sus 90 años de vida, Lefebvre tuvo una producción inte lectual prolífica y vasta que, de acuerdo con el registro de obras de este autor en la versión inglesa de La producción del espacio (Lefebvre, 1992), incluye la publicación de 66 libros en los que po drían distinguirse por lo menos tres grandes bloques temáticos: I) la defensa del marxismo crítico, II) las contribuciones al marxismo, y III) los escritos autobiográficos. Textos con temáticas diversas que, sin tener la intención de construir un sistema de pensamiento (Wel-tanschauun), abordan particularmente campos epistemológicos abiertos como redes temáticas o afluentes para el estudio de la modernidad.2 Estos temas constituyen contribuciones interconectadas a manera de vertientes temáticas en forma risomática (en red) que desembocan en la crítica de la modernidad capitalista y en los aportes intelectuales bajo la forma, por un lado, de temas como la lógica formal y la lógica dialéctica, el materialismo dia léctico, el marxismo, la metafilosofía, la sociología, la estética, el lenguaje, la presencia y la ausencia, el Estado, entre otras. Por otro lado, aparecen temas de los que él es pionero como la crítica de la modernidad y de la vida cotidiana, de los que se desprenden vertientes temáticas como lo rural, lo urbano, la revolución urbana, la producción del espacio y el derecho a la ciudad.

La necesidad de un giro temático para la crítica de la modernidad

La respuesta a la pregunta formulada más atrás en torno a temas como la vida cotidiana, la ciudad y otras temáticas sucedáneas está vinculada con la preocupación que ya desde la década de 1930 Walter Benjamin dejó planteada en la tesis 4 de sus "Tesis sobre la historia". A saber:

La lucha de clases, que no puede escapársele de vista a un historiador educado en Marx, es una lucha por las cosas áspe ras y materiales sin las que no existen las finas y espirituales. A pesar de ello estas últimas están presentes en la lucha de clases de otra manera a como nos representaríamos un bo tín que le cabe en suerte a un vencedor. Están vivas en ella como confianza, como coraje, como humor, como astucia, como denuedo y actúan retroactivamente en la lejanía de los tiempos. Acaban por poner en cuestión toda nueva victoria que logren los que dominan. Igual que flores que tornan al sol su corola, así se empeña lo que ha sido, por virtud de un secreto heliotropismo, en volverse hacia el sol que se levanta en el cielo de la historia. El materialista histórico tiene que entender de esta modificación, la más imprescindible de todas (Benjamin, 1973: 179).

Mediante una interpretación de esta tesis se podría establecer, en primer lugar, la presencia de dos niveles de existencia de la realidad social, una estructural ("las cosas ásperas y materiales") y otra supraestructural (constituida -creemos- por las cosas "finas y espirituales") en una clara relación y distinción entre estructura y supraestructura. En segundo lugar, sería posible percibir tanto en Benjamin como en Lefebvre la referencia crítica a un cierto dog matismo basado en la sobrevaloración de la estructura económica, como si constituyera lo estrictamente importante para una transfor mación social, con el menosprecio de las condiciones supraestructurales tratadas como cosas o elementos sin importancia alguna o de segundo orden. En tercer lugar, la cita nos hace pensar que los procesos revolucionarios no se encuentran en el espacio-tiempo estructural sino en un espacio-tiempo supraestructural más allá de las fábricas e industrias. Este espacio diferente -pensamos no sotros a partir de los aportes de Lefebvre- es la ciudad y lo urbano. En la presencia, distinción y relación dialéctica entre estructura y supraestructura se fundamenta la relación también dialéctica entre la base material de la civilización y su base espiritual. La relación dialéctica, que la vieja ortodoxia marxista reducía a la relación entre fuerzas productivas y relaciones de producción, cobra en Benjamin y en Lefebvre un descentramiento y un cambio de eje de rotación que sólo sería posible vincular mediante la abstracción y que pa saría de la producción (P) al consumo (C) estructural (Echeverría, 2013). En la comprensión de ese descentramiento o traslación estructural -si se nos permite la expresión-radica la motivación teórica de Lefebvre para el estudio de la vida cotidiana, la ciudad, lo urbano y el urbanismo.

De esta forma, la transformación política, y la revolución posible y deseable no radican exclusivamente en el cambio de las condi ciones materiales de la vida social, sino en todas las expresiones humanas que configuran el mundo de la vida, en todas las reali zaciones del espacio-tiempo estructural y vital no solo durante el tiempo de la producción, sino durante todo el ciclo de la ge neración de la riqueza social (P-D-Ca-C). La revolución social no constituye y envuelve sólo el cambio radical del momento de la producción (ciclo estructural productivo), sino del resto de los tiem pos y espacios correspondientes: distribución, cambio y consumo. De ahí, entonces, la necesidad de dar un giro en la concepción del tiempo y del espacio de la vida social bajo la idea de una totalidad dialéctica de los momentos estructurales (P-D-Ca-C) del proceso de reproducción social de la riqueza capitalista, sin dejar de lado que, además del tiempo y de los momentos estructurales, existe el tiempo de la vida cotidiana más allá del espacio-tiempo laboral. Así, la relación entre estructura-supraestructura es, necesariamente, una relación dialéctica del espacio-tiempo extraeconómicos que traslada la teoría de la fábrica al barrio, de la industria a la ciudad, de la economía al urbanismo.

Lefebvre señala con nitidez la necesidad de abordar un campo pro blemático propio de una nueva época del capitalismo del siglo XX:

Lentamente, dos verdades nuevas y solidarias emergen. Pri meramente Marx elaboró sobre todo la teoría de la produc ción, afirmando la primacía y el carácter determinante de las relaciones de producción y de propiedad así como el carácter subordinado del reparto (de bienes producidos, es decir, de mercancías, y también de la plusvalía global extraída de la explotación del proletariado) en la sociedad que analizó, la del capitalismo competitivo. Dejó de lado un conjunto de fe nómenos relativos a las necesidades, la demanda y el impera tivo social, el consumo y su organización eventual-. Pero estos fenómenos (y esto constituye la segunda certeza) toman hoy una importancia creciente. [...]

Nos encontramos, pues, ante una nueva situación a elucidar, si queremos comprender qué ha pasado en el siglo XX, qué resta del pensamiento marxista. ¿Cómo elucidarla? Estudiando la vida cotidiana, lugar de este cambio [...].

Pero, en tanto, la sociedad en su conjunto se transforma y de industrial pasa a ser urbana. La vida cotidiana,3 en el marco urbano en que se establece bajo presión de las relaciones so ciales y del orden existente, puede metamorfosearse y servir a la aparición de una vida distinta. ¡Pero en ese marco, y sólo en ese marco, del que no puede separarse! (Lefebvre, 1978a: 9-10. Las cursivas son nuestras).

Si nos referimos a los momentos estructurales (P-D-Ca-C: lugar de la producción, principio distributivo, lugar de cambio, uso y cierre del ciclo respectivamente) y sintetizamos su alusión mediante la asociación producción-industria / distribución-Estado / cambio-mercado / consumo-hábitat sería posible ganar cierta claridad para comprender que existe lo que podríamos denominar sesgo estructural: un desplazamiento del eje de rotación P, del ciclo de generación de la riqueza social, hacia el resto de los ejes (D-Ca-C). Lefebvre hace referencia a esto con pleno convencimiento de que en el siglo XX existe una nueva situación a elucidar: la sociedad en su conjunto se transforma y de industrial pasa a ser urbana. Y "¿cómo elucidarla? Estudiando la vida cotidiana, lugar de este cambio" (Lefebvre, 1978a: 9). El sesgo hacia el consumo radica en la vida cotidiana y esta "sirve para el despliegue del mundo de la mercancía y del mundo del Estado". (Lefebvre, 1978a: 10). Tran sitamos del mundo de la mercancía hacia el mundo del hábitat: nos movemos en la esfera de los fenómenos de la subsunción (subordinación/enajenación) real y formal de la vida cotidiana al tiempo estructural del consumo y viceversa. Los nuevos fenómenos sociales se han desplazado de los centros industriales a las zonas urbanas y a las ciudades. Los nuevos escenarios del capitalismo moderno han pasado a ser las ciudades.

El punto de partida para el estudio de las nuevas realidades es, para Lefebvre, la filosofía y la crítica de la filosofía. Se trata de un tipo de discurso no especulativo, desarrollado en buena parte con temas no incluidos tradicionalmente en los problemas tratados por la filosofía (la vida cotidiana, la ciudad, entre otros). En este giro se pone en juego el destino del siglo XX, su sociedad, su crítica social, su tendencia histórica por construir y por transformar. La modernidad adquiere, en todo ello, un tiempo y un espacio histó rico, social, político, económico, sincrónico, diacrónico, simbólico y estético. La modernidad se vive todos los días y en todo los lugar. Su temporalidad está allí, en la vida cotidiana y su existencia es pacial tiene un lugar y un sitio específico predilecto: la ciudad. Su expresión es lo urbano, la vida urbana.

Es destacable el señalamiento del sentido doble de su crítica: por un lado, el anticapitalismo que mantuvo siempre a lo largo de sus obras sobre temas urbanos y, por otro, la crítica al dogmatis mo marxista (Lefebvre, 1978a: 5-18), esto último en dos flancos, primero contra la institucionalización stalinista del marxismo a lo que hemos llamado defensa del marxismo y, después, contra la ideología estructuralista, especialmente de L. Althusser a la que él denominó la ideología estructuralista (Lefebvre, 1973b: 119- 241). En la construcción de la teoría sobre lo urbano sus recursos fueron la crítica de la filosofía mediante lo que llamó metafilosofía tomando como método la transducción, consistente en pensar un objeto o realidad virtual pero posible (Lefebvre, 1978b: 128). De igual modo, realizó la crítica de la modernidad a través del des-ocultamiento de ella, desembozando la máscara de los problemas urbanos y la enajenación de la vida cotidiana, posibilitada sólo por una ciencia del espacio y una planificación para las necesidades sociales (Lefebvre, 1978b).

Crítica del espacio urbano

El paso de una construcción argumental a su crítica del espacio urbano es claro y las obras en las que dirige su atención a este objeto es también transparente. En seis libros vuelve explícito el problema de la ciudad y lo urbano a través de lo que se podría denominar su contribución a la crítica del espacio social. Estos textos fueron publicados entre 1968 y 1974, período que va de la publicación de El derecho a la ciudad (Lefebvre, 1978b) a La pro ducción del espacio (Lefebvre, 1992). La crítica del espacio urbano es, en verdad, la decantación de su Crítica de la vida cotidiana de 1947 (tomo I) y 1961 (tomo II), y La vida cotidiana en el mundo moderno (Lefebvre, 1984).

Comentarios a las "Tesis sobre la ciudad, lo urbano y el urbanismo"

De las Tesis, en general, debe destacarse que un rasgo común a todas ellas es el de ser hitos aforístico discursivos en y de la elabo ración del pensamiento humano, con una temática particular y un propósito muy claro: ser puntos de llegada y de partida, destacán dose su cualidad de síntesis, que contiene implicaciones simultá neas y concomitantes, las cuales consisten en la congregación de fundamentos de carácter filosófico (ontológico, gnoseológico), científico (por cuanto suscriben campos del saber particulares), político (establecen peculiaridades de la praxis humana), artístico técnico (marcan pautas de vínculos estéticos y tecnológicos) o pragmático bajo la condición de ser siempre referentes conclusivos y a la vez fundantes. Son puntos de llegada porque decantan la experiencia de períodos o épocas enteras del pensamiento huma no. Así mismo, son puntos de partida porque desde ellas se puede iniciar un nuevo comienzo o prefigurar las tendencias de él, por lo que representan marcas o hitos en el camino (Wegmarken) del pensamiento, señalando su rumbo intermitentemente.

Ubicación de las Tesis en la obra de Henri Lefebvre

Las doce Tesis forman parte de las últimas cinco páginas de su libro El derecho a la ciudad de 1968 (Lefebvre, 1978b). Constituyen una reivindicación de la ciudad y una defensa de la sociedad urbana, y son un atisbo de la etapa militante de Lefebvre en el movimiento situacionista, así como de su papel activo en el mayo francés. En ellas también es posible vislumbrar su militancia comunista (1928- 1958) y su crítica de la modernidad.

Caracterización de las Tesis

Caracterización temática

En un intento por caracterizar las Tesis podrían asignársele algunos campos temáticos que reflejan su contenido (Lefebvre, 1978b: 165-169):

Tesis 1. Máscara de la modernidad: estallido de la morfología tra dicional de las ciudades. Tesis 2. Ideología de la modernidad y del progreso social.

Tesis 3. Relación fin-medio: sociedad urbana-industrialización.

Tesis 4. Organización empresarial y planificación global: insufi ciencia necesaria.

Tesis 5. Planificación de las necesidades sociales y necesidad de una ciencia de la ciudad.

Tesis 6. Nueva miseria: miseria del hábitat.

Tesis 7. El derecho a la ciudad.

Tesis 8. Representatividad civilizatoria de la ideología de la cla se obrera.

Tesis 9. Aplicación de una planificación de interés proletario. Tesis 10. Utopía 1: nuevo humanismo. El hombre urbano bajo el dominio del arte, la ciencia y el valor de uso de la naturaleza. Tesis 11. Utopía 2: producción de la realidad como obra [de arte]. Tesis 12. Utopía 3: revolución total. Revolución cultural permanente, revolución económica y la revolución política.

Caracterización programática

Los campos programáticos y la subdivisión de la plataforma construida por Lefebvre en sus Tesis se organiza -desde nuestra perspectiva- en por lo menos seis campos o grupos, en los cuales pueden ser ubicadas claramente las tesis sobre la ciudad, lo urbano y el urbanismo:

Tabla 1 Campos programáticos 

Campos Caracterización programática No. de Tesis
I Rostro de la modernidad Tesis 1 y 2
II La relación fin-medio sociales Tesis 3, 4 y 5
Campos Caracterización programática No. de Tesis
III Papel de la clase obrera Tesis 6, 8 y 9
IV Consigna histórica: derecho a la ciudad - derecho a la vida urbana Tesis 7
V Función desfetichizadora de la filosofía y del arte Tesis 11
VI Utopías: nuevo humanismo y revolución total Tesis 10 y 12

Fuente: elaboración propia.

Estos seis campos programáticos son ventanas a través de las cuales puede observarse el problema que la modernidad plantea, ilus trando retrospectivamente su crítica, al mismo tiempo que sitúa el punto de llegada al que Lefebvre arribó hacia la década de 1960, en el tiempo inicial del tratamiento de los temas urbanos.

Problemática destacable de las Tesis

Los campos programáticos abiertos por las doce Tesis fueron iden tificados en la sección anterior y en ellos nos detendremos bre vemente.

  • "Rostro de la modernidad" (Tesis 1 y 2) es la metáfora que Le febvre empleó para referirse a la modernidad bajo la figura de la ideología de la modernidad como denotación de una falsa conciencia ya que dispone de un rostro, una figura, o una apariencia: se trata de una máscara, la del crecimiento económico (el fetichismo y la ideología del cambio. Tesis 2). La figura de la máscara es la de una dualidad: I) el problema de la vivienda (del alojamiento y del hábitat), y II) el problema de la organización industrial y la planificación global. Una máscara dual que desvela un rostro real (verdadero): el de la ciudad y la sociedad urbana (Tesis 1).

    La Tesis 1 destaca el problema de la organización industrial como base de la generación de riqueza social de la ciudad, sobresaliendo de manera especial la racionalicación de la producción a través de su planificación. La planificación de la producción es tratada por Lefebvre de manera importante en El pensamiento marxista y la ciudad (partes I, II y III) justamente en el análisis de la "Crítica al programa de Gotha" (Lefebvre, 1973a) y en el capítulo 1 de El derecho a la ciudad (Lefebvre, 1978b). El tema ya había sido abordado en 1961 en un ensayo reeditado en su libro Estructuralismo y política, en el que realiza un análisis comparativo y crítico del sistema soviético, yugoslavo y chino (Lefebvre, 1973b).

    El problema de la vivienda, como parte de los fenómenos del hábitat en las ciudades (Tesis 1), es desarrollado asistemática-mente en el conjunto de libros sobre lo urbano, sin embargo, destaca la amplia coincidencia con Heidegger y Hólderlin en la distinción entre hábitat (el habitáculo en tanto que objeto) y habitar (como valor de uso y acto social). El habitar, cuando es esencial (Heidegger, 1994), es un habitar poético que reivindica fundamentalmente un valor de uso. La coincidencia es básica y clara "poéticamente habita el hombre en esta tierra (Hólderlin, 1958: 415).

  • La relación fin-medio (Tesis 3, 4 y 5). La sugerencia fundamental es: no confundir nunca los medios con los fines. La industriali zación y la urbanización deben constituir siempre los medios. La sociedad urbana regida por la vida en la ciudad como valor de uso y obra es la meta y la finalidad (thelos) (Tesis 3). Para ello se hace necesario un avance o salto hacia delante de la organización empresarial y de la planificación global, las cuales son insuficientes en su estado actual (Tesis 4), por lo que la planificación necesita un cambio profundo y esencial: deberá orientarse hacia las necesidades humanas, requiriendo para ello una ciencia de la ciudad, y una fuerza social y política que ponga en marcha esos medios (Tesis 5).

    La sociedad urbana como finalidad (Tesis 5) es tratada por Lefe bvre fundamentalmente a lo largo de todo el libro La revolución urbana (Lefebvre, 1980b), en particular, en la parte 1/11 y de manera dispersa en el resto de sus libros sobre el tema. Quizás uno de sus mayores aportes a concebir la ciudad como un valor de uso y de obra está en El derecho a la ciudad (Lefebvre, 1978b), temática que también es tratada en los capítulos "La ciudad y la obra" y "La ciudad y lo urbano" de Espacio y política (Lefebvre, 1976).

    En general estas Tesis son abordadas en La revolución urbana (Lefebvre, 1980b), en particular el tema de la planificación (de mocrática) (Lefebvre, 1973b).

  • Papel de la clase obrera (Tesis 6, 8, y 9). Las Tesis 6 y 8 constitu yen una diagnosis sintética. Se trata de una diagnosis porque en ellas se señala la transformación de la antigua miseria proletaria en una nueva miseria: la miseria del hábitat, la del habitante sometido a una cotidianidad organizada por la sociedad bu rocrática de consumo dirigido (Tesis 6). Se trata de una síntesis porque es en la clase obrera en la que se materializan los males de toda una civilización (la urbana capitalista) segregada y des poseída de ciudad, rechazada de los centros hacia las periferias (Tesis 8). Las transformaciones permanecen en la superficie, en el nivel de los signos y en el consumo de signos, del lenguaje y del metalenguaje (discursos de segundo grado, discursos sobre discursos precedentes). Para revertir esta realidad se requiere de la asunción de la planificación por la clase obrera y sus mandatarios políticos (Tesis 9).

    Tesis 6 nos conduce de la miseria del hábitat a la crítica de la vida cotidiana, a la crítica de la tecnocracia y a la crítica de la sociedad burocrática de consumo dirigido, temáticas abor dadas por Lefebvre ya desde la década de 1940 en su Crítica de la vida cotidiana (Lefebvre, 1972) y condensadas en dicha Tesis, pues, como él dijera:

    el mundo humano no se define sólo por lo histórico, por la cultura, por la totalidad o por la sociedad global, por las estruc turas ideológicas y políticas. Se define por este nivel interme diario y mediador: la vida cotidiana. En ella los movimientos dialécticos se observan: necesidad y deseo, goce y no goce, satisfacción y privación la frustración, realizaciones y lagunas, trabajo y fuera del trabajo (Lefebvre, 1972: 299).

    Su crítica de la vida cotidiana lo lleva a la crítica de la sociedad de consumo dirigido (Tesis 6), abordada en sus libros Hacia el cibernantropo (Lefebvre, 1980a) y La vida cotidiana en el mundo moderno, en particular (Lefebvre, 1984) los capítulos 2 y 3, "La sociedad burocrática de consumo dirigido" y "Fenómenos del lenguaje" respectivamente, los cuales lo conducen a la crítica de la miseria del hábitat y a la crítica del espacio urbano capitalista que aquí analizamos (Tesis 8).

    La Tesis 9 es su comprensión (marxista-lefebvriana) del papel central y vanguardista de la clase obrera en la conducción a la sociedad urbana socialista. En esta Tesis es perceptible su postura marxista no-eurocomunista. El eurocomunismo de la década de 1970 marcaba la distancia ideológica de la clase obrera, aspecto ajeno al pensamiento de Lefebvre.

  • Consigna histórica: derecho a la ciudad - derecho a la vida urba na (Tesis 7). El derecho a la ciudad es el resultado de considerar a la ciudad como un valor de uso y obra colectiva. Es el derecho a la vida urbana, a la satisfacción de sus necesidades y a la libertad. Es el derecho a una centralidad renovada y al disfrute de la ciudad como un conjunto de lugares de encuentro, del uso pleno de momentos y espacios que subordinan (subsumen) la esfera económica al valor de uso de la ciudad y la vida urbana, convirtiendo a la ciudad en el reino del uso. El derecho a la ciudad no es solo el título de un libro, sino una consigna y una demanda concreta de la vida cotidiana en el mundo moderno. La Tesis 7 es la condensación, la demanda histórica, el lema y la plataforma de la lucha urbana, y el resultado de la crítica del Lefebvre del espacio urbano capitalista en la "perspectiva de la revolución bajo la hegemonía de la clase obrera" (Lefebvre, 1978b: 167).

  • Función desfetichizadora de la filosofía y del arte (Tesis 11). La clase obrera, dice Lefebvre, no posee espontáneamente el sentido de la obra: este sentido está atrofiado. Por lo tanto, la diferencia entre producto y obra persiste. Este problema lo aborda sintéticamente en "Elementos de una teoría del objeto", parte final de su libro De lo rural a lo urbano (Lefebvre, 1978a), un texto, por demás, fundamental. Los instrumentos o medios para desfetichizar la obra son la filosofía y el arte. En la Tesis 11 se ponen en juego dos problemas: I) la realización-superación de la filosofía, y II) el habitar poiético. El primer problema pre viene de una idea de Marx de 1844 (Marx, 1983) y de su propia comprensión de la ciudad como obra.

    La relación ciudad-obra queda claramente expuesta en sus "Elementos de una teoría del objeto", un conjunto de tesis en las que afirma que "a la disolución del sujeto filosófico corres ponde la disolución del objeto filosófico" (Lefebvre, 1978a: 251). Mediante una operación inversa a la abstracción del objeto, desmonta el estatuto metafísico del concepto de materia a través de la explicitación de sus niveles de concreción en la relación materia-cosa-objeto-obra. "La obra es única -nos dice Lefebvre- el producto repetitivo; en cuanto a la cosa, es comprada y vendida; lleva, social y mentalmente, su valor des doblado (cambio, uso). Es mercancía" (Lefebvre, 1978a: 251).

    Por su parte, la función desfetichizadora del arte se relaciona con la idea de Walter Benjamin expuesta en el epílogo de sus tesis sobre La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica de 1936: "[al] esteticismo de la política que el fascismo propugna, el comunismo le contesta con al politización del arte" (Benjamin, 1973: 57). De igual manera se hace alusión a lo que podemos llamar, sin duda alguna, habitar poético, lo cual Lefebvre ha expuesto en por lo menos dos lugares: en el capítulo 1 de El derecho a la ciudad (1978b) y en el capítulo 4 de La revolución urbana (1980b).

    Heidegger ha señalado el camino de esta recuperación del sentido del habitar al comentar la frase olvidada de Hólderlin: "El hombre vive en poeta". Esto quiere decir que la relación del "ser humano" con la naturaleza y su propia naturaleza, con el "ser" y su propio ser, se sitúa en el habitar, en él se realiza y en él se entiende. [...] Esta relación se halla en la vivienda y en el habitar, desde los templos y los palacios, hasta la choza del pastor. La casa y el lenguaje son los dos aspectos complemen tarios del "ser humano" (Lefebvre, 1980b: 89).

    Lefebvre parece recoger de Benjamin -o, por lo menos, coin cide ampliamente con él- en la idea de la trascendencia de la obra de arte como edificación de mundo. La arquitectura ha ofrecido desde siempre el prototipo de una obra de arte, y por su carácter edilicio, contiene un contenido profundamente ontológico (edificador de mundo), cuya acción colectiva en tanto que obra (de arte) es, a la vez, disipación y condensación de energía social.

    Las edificaciones pueden ser recibidas de dos maneras: por el uso y por la contemplación. O mejor dicho: táctil y óptica mente. [...] Las tareas que en tiempos de cambio se le imponen al aparato perceptivo del hombre no pueden resolverse por la vía meramente óptica, esto es por la contemplación. Poco a poco quedan vencidas por la costumbre (bajo la guía de la recepción táctil) (Benjamin, 1973: 53-54).

    La acción colectiva se refiere al problema de la desfetichización de la obra de arte: politizar el arte (Benjamin, 1973) se traduce en Lefebvre en artistizar la ciudad habitándola poéticamente, una expresión social que convierte el acto de habitar, cuando se habita bajo los fundamentos del valor de uso, en la edificación de la ciudad como obra de arte (Tesis 11).

  • Utopía: nuevo humanismo y revolución total (Tesis 10 y 12). La consecución de la sociedad urbana sólo será posible cuando haya sido realizada una revolución total en la que quede im plicada la revolución cultural permanente. Tal transformación radical será posible, por un lado, mediante una revolución económica (gracias a una planificación orientada a las nece sidades sociales) y, por otro lado, por una revolución política a través del control democrático del aparato estatal caducan te y una autogestión generalizada (Tesis 12). El resultado de esta transformación cultural gradual pero total es el hombre urbano (Tesis 10). Lo que se pone en juego en estas Tesis no es el futurismo contra el realismo, ni tampoco la prospectiva contra la perspectiva, sino la dialéctica o movimiento de lo posible a lo imposible, esto es, la utopía. Ese problema como tal, es decir, como expresión de lo todavía-no fue tratado por Lefebvre en varios textos. Por ejemplo, en "Perspectiva o pros pectiva", capítulo de El derecho a la ciudad (Lefebvre, 1978b), en "La forma urbana" y "La sociedad urbana", capítulos 6 y 9 respectivamente de La revolución urbana (Lefebvre, 1980b), en "Hacia la revolución cultural permanente", capítulo 5 de La vida cotidiana en el mundo moderno (Lefebvre, 1984), y en "Utopía experimental" y "Urbanismo de hoy. Mitos y realidades", escritos VII y XV en De lo rural a lo urbano (Lefebvre, 1978a). En buena medida, los dos primeros libros son ya la versión lefebvriana de la utopía posible. En ellos, le otorga por primera vez un espacio a la utopía: la ciudad, y un tiempo: la cotidianidad. El espacio y el tiempo de totalidades concretas de esos superobjetos -como dijera él- que son las ciudades. La lista de utopistas es larga: Platón, Aristóteles, San Agustín, Campanella, Tomás Moro, Fourier, Owen, Godin y -quizá- Le Corbusier. Entre los marxistas se destacan fundamentalmente Marx, Engels y Lenin, y en los márgenes Bloch y Benjamin, aunque, indudablemen te, el teórico de la utopía es Bloch. En Espíritu de utopía y el principio esperanza (Bloch, 1977) se encuentra esa otra vena utopiana, como Lefebvre llamara para diferenciarla del término despectivo de utopista, que con gran cautela su espíritu crítico le permitió visualizar.

Conclusión

En el conjunto de las "Tesis sobre la ciudad, lo urbano y el urba nismo", parte final del libro de El derecho a la ciudad (Lefebvre, 1978b), se encuentran sintetizadas, condensadas y codificadas ideas clave del pensamiento lefebvriano sobre la ciudad, lo urbano, el urbanismo y el derecho a la ciudad. Se trata de la manifestación fenoménica detectada por Lefebvre ya desde la década de 1940 bajo la figura de rostro de la modernidad como la expresión del desplazamiento en el predominio de la enajenación económico estructural (el momento de la producción: el taller, la fábrica, la industria y la gran industria del siglo XIX), hacia la enajenación extraeconómica de la producción del espacio social bajo el influjo capitalista (conjunto de fenómenos y dimensiones subordinadas o subsumidas al momento del proceso de reproducción social del consumo). Dicho de otro modo, el rostro de la modernidad bajo la máscara de la subsunción o subordinación real y formal del consumo al capital, según la cual las formas de enajenación no se dan sólo en los procesos productivos, sino en los fenómenos de consumo: en el uso-consumo de los medios colectivo (en el nivel de lo público: calles, equipamientos, públicos, entre otros) y en el uso-consumo privado (en el nivel privado o nivel del habitar). En este contexto, y a pesar del dominio capitalista del espacio social, es clave la determinación del derecho a la ciudad puesto que se trata, a la vez, del derecho a la vida urbana pero, primaria y fundamentalmente, del derecho a los bienes materiales y culturales de la civilización, y de que un tipo de modernidad no-capitalista se encuentra, potencialmente, por debajo de la existente. El derecho a la ciudad es más que una consigna, es una dirección ontológico política porque se trata de una dirección posible en la edificación de mundo.

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1 Véase el desarrollo de esta idea en la introducción de De lo rural a lo urbano (Lefe vre, 1978a).

2 I) La conciencia mistificada de 1933, Lógica formal, lógica dialéctica de 1947 y Los problemas actuales del marxismo de 1958. II) Traducciones de 1933, Manuscritos económico-filosóficos de 1844, Metafilosofía de 1965, Crítica de la modernidad de 1962 y Crítica de la vida cotidiana de 1947-1968 (tomos I-III). III) La suma y la resta de 1959 y Tiempos equívocos de 1976.

3 Del tema de la vida cotidiana surgen sus estudios sobre la ciudad y lo urbano: El derecho a la ciudad en 1968, Espacio y política en 1970, De lo rural a lo urbano y La revolución urbana en 1970, El pensamiento marxista y la ciudad en 1972 y La producción del espacio en 1974.

Recibido: 02 de Marzo de 2017; Aprobado: 14 de Abril de 2017

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