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Bitácora Urbano Territorial

Print version ISSN 0124-7913On-line version ISSN 2027-145X

Bitácora Urbano Territorial vol.30 no.2 Bogotá May/Aug. 2020

https://doi.org/10.15446/bitacora.v30n2.81806 

Diseño inclusivo

Diseñar transiciones a través de microutopías1,2

Designing transitions through microutopias.

Projetando transiçôes através de microutopias.

Désigner des transitions à l'aide de micro-utopies.

Ginna Soraya Molano Granados1 

Juan Garzón2 

1 Artista Plástica Investigadora independiente, gsmolanog@unal.edu.co https://orcid.org/0000-0001-8263-8128

2 Estudiante del Doctorado en Sustainable Futures University of Technology Sydne, juan.garzon@student.uts.edu https://orcid.org/0000-0003-1763-5873


Resumen

El artículo presenta los desarrollos iniciales de una propuesta metodológica, dirigida a las organizaciones sociales, para aportar en los procesos de transformación desde sus propias visiones de futuros sostenibles. Esta metodología de carácter cualitativo emerge de contextos latinoamericanos y es el resultado de procesos de investigación-acción en un curso de diseño de la Universidad de Ibagué. El texto está dividido en cinco apartados. En el primero se plantean tres puntos para concebir el diseño de transiciones: la coyuntura socioambiental, la insuficiencia de las soluciones planteadas ante ella y el lugar de enunciación de la propuesta. En el segundo se interroga el papel del diseño en el proyecto capitalista y se traza un papel coherente con la búsqueda de cambio social. El tercero describe la propuesta metodológica en términos de las fases que la comprenden, seguido de la experiencia pedagógica de donde emerge, así como las reflexiones en torno a las prácticas de diseño. Por último, se esbozan algunas recomendaciones y reflexiones en torno al diseño de transiciones a través de las microutopías.

Palabras clave: transformación social; organización social; desarrollo sostenible; innovación cultural

Abstract

This article presents initial developments of a methodological proposal, designed for social organizations to contribute to transformation processes from their own visions of sustainable futures. This qualitative methodology emerges from Latin American contexts and was conceived from action research processes in a design course at the University of Ibague. The article is made up of five sections. In the first one, three points are raised to conceive the design of transitions: the current socio-environmental situation, the insufficiency of solutions to it, and the place of enunciation of the proposal. In the second one, the role of design in the capitalist project is questioned and possibilities for design for social change are enunciated. The third one describes the methodological proposal in terms of its phases; the pedagogical experience from which it emerged, and some reflections on design practice. Finally, some recommendations and reflections are presented on design transitions through microutopias.

Keywords: social transformation; social organisation; sustainable development; cultural innovation

Résumé

Cet article présente les premiers développements d'une proposition méthodologique, conçue pour que les organisations sociales contribuent aux processus de transformation à partir de leurs propres visions d'un avenir durable. Cette méthodologie qualitative émerge des contextes latinoaméricains et a été conçue à partir de processus de recherche-action dans un cours de conception à l'Université d'Ibagué. L'article est composé de cinq sections. Dans le premier, trois points sont soulevés pour concevoir la conception des transitions : la situation socio-environnementale actuelle, l'insuffisance des solutions à celle-ci, et le lieu d'énonciation de la proposition. Dans le second, le rôle du design dans le projet capitaliste est remis en question et les possibilités de design pour le changement social sont énoncées. Le troisième décrit la proposition méthodologique en termes de phases ; l'expérience pédagogique dont elle est issue et quelques réflexions sur la pratique du design. Enfin, quelques recommandations et réflexions sont présentées sur les transitions de conception à travers les microutopies.

Mots-clés: changement social; organisation sociale; développement durable; innovation culturelle

Resumo

Este artigo apresenta os desenvolvimentos iniciais de uma proposta metodológica, projetada para que as organizações sociais contribuam para os processos de transformação a partir de suas próprias visões de futuro sustentável. Essa metodologia qualitativa emerge dos contextos latino-americanos e foi concebida a partir de processos de pesquisa-ação em um curso de design da Universidade de Ibagué. O artigo é composto por cinco seções. No primeiro, três pontos são levantados para conceber o desenho das transições: a situação socioambiental atual, a insuficiência de soluções e o local de enunciação da proposta. No segundo, questiona--se o papel do design no projeto capitalista e enuncia-se as possibilidades de design para a transformação social. O terceiro descreve a proposta metodológica em termos de suas fases; a experiência pedagógica da qual surgiu e algumas reflexões sobre a prática do design. Finalmente, são apresentadas algumas recomendações e reflexões sobre as transições de design através de microutopias.

Palavras-chave: transformação social; organização social; desenvolvimento sustentável; inovação cultural

El presente texto plantea una ruta para explorar iniciativas de transición con el propósito de operacionalizar futuros sostenibles, tomando como horizonte la cosmovisión del Buen Vivir (BV). Este horizonte resulta pertinente ante la crisis planetaria como una perspectiva distinta sobre ella. Cuestionando la sustentabilidad como paradigma economicista, el BV aporta un discurso donde las representaciones de la naturaleza emergen de manera relacional y permite concebir otras articulaciones éticas y políticas con los no humanos.

Puntos de partida

En la emergencia climática actual (Ripple, et al., 2019), nuestra especie enfrenta desafíos sin precedentes que amenazan la supervivencia de la mayoría de la biosfera. El deterioro de los sistemas que soportan la vida se articula con otros retos como erradicar la pobreza, lograr sociedades más equitativas y universalizar la educación básica. Esto constituye lo que Raworth (2017) ha denominado la dona de límites sociales y planetarios, un modelo que convoca a atender las necesidades humanas dentro de los límites del planeta.

La emergencia climática también es un fenómeno asimétrico. No todas las comunidades globales han participado en igual medida en su advenimiento, sin embargo, todas sufrirán sus efectos con gran rigor. Incluso, frecuentemente serán las organizaciones sociales que tuvieron pequeños impactos en el medio ambiente quienes sufran las mayores consecuencias. La emergencia climática es una manifestación del colonialismo y la colonialidad, también lo son muchas de las metodologías de transformación actuales. Un gran número de metodologías de innovación y desarrollo territorial están situadas en los paradigmas del crecimiento económico, la individualidad, el excepcionalismo humano y nacional o en fórmulas meramente reformistas pensadas desde criterios economicistas.

Al hacer una lectura cuidadosa del sistema complejo de relaciones de nuestro contexto socio-técnico-natural descubrimos que la transformación es necesaria y deseable. Se hacen urgentes las acciones para lograr una transición desde nuestros modos actuales de habitación planetaria hacia modos diversos y distintos. Transiciones que acojan formas plurales y permitan a la humanidad generar condiciones de vida para todos los seres que habitan el planeta con una proyección a futuro. Sin embargo, la realización de estos proyectos plurales de transformación desde paradigmas actuales produce problemas perversos (wicked problems).3 ¿Cómo atender dichos problemas? ¿Cómo transformar sistemas? ¿Hacia dónde dirigirlos? ¿Cuál es el futuro que queremos? (Tonkinwise, 2015)

El presente texto plantea una ruta para explorar iniciativas de transición con el propósito de operacionalizar futuros sostenibles, tomando como horizonte la cosmovisión del Buen Vivir (BV).4 Este horizonte resulta pertinente ante la crisis planetaria como una perspectiva distinta sobre ella. Cuestionando la sustentabilidad como paradigma economicista, el BV aporta un discurso donde las representaciones de la naturaleza emergen de manera relacional y permite concebir otras articulaciones éticas y políticas con los no humanos.

De esta manera, se presenta una propuesta inicial de un marco flexible dirigido a organizaciones sociales5 diversas, para que ellas puedan imaginar futuros sostenibles radicalmente distintos a las proyecciones de su presente. El marco pretende ser de naturaleza decolonial, no universalista, plural y centrado en el territorio. Busca ser altamente localizado, diseñado para promover enlaces con iniciativas globales de cambio. El propósito de la propuesta es el empodera-miento y apoderamiento6 (Chapela, 2008a; 2008b) de las organizaciones sociales, mediante la detección de oportunidades de transición en sus territorios y el despliegue de microutopías semificticias para provocar cambios a través de procesos de carácter comunitario. El aspecto flexible de este marco pretende alinearse con la búsqueda emancipatoria de las organizaciones sociales, alternando formas del diseño participativo.

El desarrollo de esta propuesta comprende una reflexión sobre los procesos coloniales y su naturalización a lo largo del tiempo, por ello, plantea una mirada que se reconoce como mestiza.7 La mirada mestiza8 permite ver los puntos de quiebre y de fracaso del proyecto capitalista. Supone hacerse consciente del colonialismo interno para establecer relaciones y términos de diálogo con otros, para crear relaciones distintas con el entorno y favorecer la generación de escenarios de transformación. De esta manera, se propone el diálogo con el pensamiento indígena de los pueblos de Latinoamérica, en tanto constituyen distintas ontoepistemologías (Cajigas-Rottjndo, 2017).

Esta propuesta metodológica busca hacer visibles los procesos de transformación social basados en procesos de diseño, cuyo propósito es el cambio desde los ideales de vida de la sociedad. Por lo tanto, increpa la tradición del diseño como reafirmante y legitimador del pensamiento occidental y reflexiona sobre su papel en la sociedad frente a la crisis actual.

En consecuencia, se propone una forma particular de comprender y abordar los procesos de transformación social desde el diseño, considerando la conformación de una mirada mestiza para tener una perspectiva sobre las situaciones, donde se manifiestan las tensiones entre las estructuras de poder y dominación, la visualización de sujetos sociales empoderados y apoderados, con el propósito de movilizar los potenciales humanos en la búsqueda de condiciones de bienestar, en términos de equidad para los habitantes del planeta encauzados por una utopía, pues la utopía no es una meta sino una dirección.

El mundo único y el pluriverso

El mundo único puede ser descrito como un espacio-tiempo en el que la visión occidental9 se ha establecido como dominante (Sachs, 2010). Según Dickens (1992), esta visión del mundo asume que:

  • Los humanos son superiores a otras especies.

  • La naturaleza es un mecanismo. El mundo se compone de recursos pasivos a disposición de la industrialización y el progreso.

  • La historia humana es una historia de progreso y este progreso nunca acabará.

  • Los humanos son individuos, maestros de su propio destino y pueden hacer todo lo necesario para alcanzarlo.

De todas estas facetas, tal vez la más dañina para el planeta ha sido la dicotomía entre humanos y el resto de la naturaleza, la cual se convirtió en un tema central del pensamiento occidental (Lent, 2017). El diseño moderno (industrial, gráfico, de modas, entre otros) nace en este marco e, históricamente, ha sido poco reflexivo sobre las estructuras que sostienen sus preceptos más básicos. El diseño moderno se ha preocupado, fundamentalmente, por el desarrollo masivo de productos y estrategias de comunicación para favorecer su consumo, convirtiéndose en un dispositivo esencial del consumismo y la insostenibilidad.

Los discursos de la modernidad se han centrado en fracasos y éxitos tecnológicos, siendo el diseño instrumental a esta narrativa. Para los modernos, las soluciones a la emergencia climática vendrán en la forma de una nueva ronda de desarrollo tecnológico. Estas fórmulas son populares con el público general y los políticos, porque prometen soluciones sin necesidad de cambiar valores fundamentales, estilos de vida o el sistema económico (Jamieson, 2008). Sin embargo, la emergencia climática actual revela una inhabilidad profunda, inmersa en formas dominantes de concebir la naturaleza, el ser y lo bueno, para construir una relación sana entre la humanidad y el resto de la naturaleza (Lent, 2017).

Es por esta razón que se hace necesario soñar con un espacio-tiempo distinto. Las condiciones de nuestra época nos convocan a pensar en otras formas de ser y estar. El proyecto de las sociedades occidentales y occidentalizadas ha agotado las formas de concebir la transformación, por ello, se ha vuelto la mirada sobre la cosmovisión de los pueblos indígenas, aventurando a interpretar su forma de vida y de concebir el mundo. A partir de esa nueva lectura ha emergido el Buen Vivir (BV), una noción fundada en concepciones de complementariedad, reciprocidad y solidaridad ser humano-naturaleza. Esta emerge de grupos sociales históricamente oprimidos, por eso ha adquirido un matiz político con atributos de crítica al sistema capitalista y sus formas coloniales, involucrando preguntas de carácter identitario para los pueblos indígenas.

El BV es un movimiento que articula diversos actores (comunidades indígenas, activistas, políticos, académicos, entre otros), en respuesta a los pobres resultados de iniciativas tradicionales de desarrollo en Latinoamérica. Es importante aclarar que el BV no es un retorno a las formas indígenas de existir del pasado, sino un proyecto para construir un futuro diferente. No es el estado del bienestar occidental, pero tampoco niega la modernización social. Su objetivo es reemplazar la idea de desarrollo por completo, intentando desacoplar la calidad de vida del crecimiento económico y la degradación ambiental (Gudynas, 2011).

Dado que se comprende como un movimiento plural, existen diversas definiciones e implementaciones del BV. La Secretaría Nacional de Planeación y Desarrollo de Ecuador define el BV como "el florecimiento saludable de todos y todas, en paz y armonía con la naturaleza y la prolongación indefinida de las culturas humanas" (República del Ecuador, 2009: 6). Por otro lado, el intelectual boliviano, Javier Medina, propone una sociedad "convivial, de frugalidad de vida y calidad de vida, de alta sinergia, de baja entropía, del equilibrio, eco-simbiótica con su espacio, de redes y flujos dinámicos, de democracias locales directas" (Schavelzon, 2015: 205).

A partir de lo anterior se puede decir que el concepto de BV y las políticas que produce tienen como objetivo responder a problemas viejos (la erradicación de la pobreza) y nuevos (cambio climático) (Gudynas y Acosta, 2011). El BV se presenta como una línea de fuga para pensar el presente y se constituye en una utopía, una dirección para encauzar las acciones de cambio. Es simultáneamente un espacio-tiempo deseable y una epistemología, que proyecta una concepción del ser y estar alternativa a la configuración de sociedades basadas en modelos de desarrollo moderno, buscando consolidar un pluriverso en donde los seres humanos y la naturaleza coexisten armoniosamente.

El diseño de transiciones puede facilitar el advenimiento de buenos vivires plurales. Sin embargo, el diseño debe cambiar su papel en la sociedad, en lugar de reafirmar los ideales capitalistas del mundo único y unificador, se presenta como un agente de cambio y, ante la crisis, propone mover el sistema a partir de los actores sociales que permanecen en las periferias. El presente texto explorará una práctica de diseño que podría movilizar a organizaciones sociales hacia el BV.

¿Cómo lograr la transición?

Esta propuesta metodológica busca articularse al proyecto de diseño de transiciones (Irwin, 2015), comprendido como el diseño asociado a paradigmas socioeconómicos y políticos radicalmente nuevos. El proyecto espera influir en transiciones sociales hacia futuros más sostenibles, comprendiendo la interrelación e interdependencia de sistemas con un enfoque de localismo cosmopolita. El diseño de microutopías es una propuesta para robustecer el diseño de transiciones, aportando específicamente al componente de visiones hacia futuros sostenibles plurales desde el Sur Global.

Visionar futuros sostenibles radicalmente distintos desde la concepción del BV permite interpelar el presente para pensar en el futuro. El BV funge como una proyección de un futuro deseable y es, a la vez, una plataforma para favorecer las transiciones hacia ese futuro. Cada sociedad requiere crear y gestar su propia noción de BV, lo cual plantea grandes debates y desafíos para vivir juntos. El propósito de esta metodología es facilitar procesos donde las comunidades detecten oportunidades para la transformación en su territorio, propongan futuros semificticios como provocaciones para el cambio y desarrollen planes para implementarlo. Es decir, sean capaces de generar narrativas nuevas, microutopías que direccionen sus esfuerzos hacia escenarios distintos y posibles de habitar.

Fuente: elaboración propia.

Figura 1 Fases de la metodología  

El desarrollo metodológico propuesto es de carácter cualitativo y está conformado por cinco fases, cinco ciclos de realimentación. En la Figura 1 se presenta el esquema de las fases. En ellas se correlaciona el presente, entendido desde las capacidades y oportunidades, con un futuro deseado o microutopía, para llevar a las organizaciones sociales y sus territorios hacia la construcción del BV, convirtiéndose así en una vía para la transición.

Fase 1. Sentipensar10 el territorio

Este componente parte de la conciencia sobre sí mismo y la experiencia personal en la aproximación al contexto. Los diseñadores de transiciones (en adelante, practicantes) comienzan a leer su territorio para construir un modelo de la situación actual.

El enfoque principal del ejercicio es comprender el nexo complejo entre la naturaleza, los seres humanos y la tecnología en ese espacio-tiempo particular. También es el momento en el que los practicantes comienzan a dilucidar las oportunidades de intervención latentes en el territorio. Los sistemas territoriales en los que actuamos están en constante cambio, los flujos energéticos del territorio cambian y nosotros cambiamos con ellos.

Es imprescindible entender la experiencia estética y lo fenomenológico como fuerzas que cambian los flujos de un territorio. Debemos abrir los límites de nuestro cuerpo, comprenderlo como una membrana que permite el intercambio (Abram, 1996). El concepto de absorción puede ser útil para este propósito, entendido como la disposición a tener episodios de atención ampliada que involucran lo mental (perceptivo y representativo) y los recursos motores de un sujeto (Tellegen y Atkinson, 1974).

La propuesta inicial de esta metodología utiliza categorías de análisis del trabajo del exviceministro de educación superior de Bolivia, Jiovanny Samanamud11 (2014) sobre la descolonización del sistema educativo. Su trabajo se inspira en la chakana andina, un antiguo símbolo indígena en forma de cruz cuadrangular escalonada, donde el ser humano se comprende en las dimensiones sentir, ser, hacer, decidir y saber. A partir de este modelo, los autores del presente artículo proponen las dimensiones de los ámbitos de observación para el territorio a ser estudiado, en clave de las tensiones de poder entre los diversos actores sociales y las relaciones configuradas en un espacio y tiempo determinado. La dupla del territorio (incluye geografía e historia) y la infraestructura, pretenden observar estas configuraciones socio-técnicas-naturales como fuerzas creadoras a lo largo del tiempo.

El practicante se entiende como un observador reflexivo, por eso se le insta a observarse observando. Esta disposición facilita una comprensión sobre la configuración del territorio a lo largo del tiempo. Para desarrollar una lectura robusta del territorio, la recolección de datos se plantea de manera multidimensional, buscando una comprensión desde perspectivas diversas sobre el territorio y sus habitantes. Los practicantes deben mapear las tensiones de poder en dos ámbitos, los aspectos hegemónicos y no hegemónicos de los vértices del modelo de chakana territorial (Figura 2), lo que, idealmente, representará una lectura de la complejidad territorial y facilitará la búsqueda de oportunidades y capacidades.

Para Moraes y de la Torre (2002), la interacción lingüística es una expresión del sentipensar modulada por las emociones resultantes de la convivencia diaria de una comunidad. Haciendo referencia a la obra de Humberto Maturana, los autores proponen la conversación como la convergencia del flujo de emociones con el lenguaje. Esto es de especial importancia para los practicantes, ya que es a través de la conversación con diversos actores que el proceso avanza. La detección de oportunidades y capacidades, la ideación de vías de cambio y la movilización de estrategias necesarias para implementar la transformación emergen de los diálogos entre múltiples actores. Dichas conversaciones son dinámicas, relacionales y buscan crear conexiones constantes entre personas, ideas y variables diversas. Los problemas perversos son la preocupación principal de la práctica transformadora, por lo tanto, se hace necesario un enfoque sistémico, holístico y articulado desde el sentipensar.

En este sentido, el diseño de transiciones también apunta a transformar emociones individuales y colectivas. El sentipensar nos permite abordar una sociedad nihilista que tiene una dificultad especial para imaginar otros futuros posibles, una sociedad que se siente sin agencia para transformar su realidad.

Sentipensar implica desaprender la mayor parte de nuestra educación, asumiendo una forma diferente y desoccidentalizada de relacionarnos con el mundo. Los practicantes deben reconfigurarse para sentipensar, mientras promueven estados mentales y emocionales que puedan conducir a otros a transformarse.

Fuente: elaboración propia.

Figura 2 Chakana territorial 

La fase 1 consiste en mapear el estado actual del territorio. Los practicantes intentarán construir un panorama del mismo, articulándose con organizaciones e individuos para descubrir datos. Sin embargo, no se pretende que comprendan toda la complejidad del sistema, sino de que detecten puntos de apalancamiento que ofrezcan posibilidades de transición. Par ello, primero deben buscar aproximarse a la configuración temporal del territorio a través de la dupla territorio-infraestructura y, segundo, observar las manifestaciones del ser humano en el espacio y en el tiempo desde las dimensiones de ser, saber, hacer y decidir.

Como todos los procesos de diseño, este es emergente, por lo que los practicantes pueden poner su atención en diferentes aspectos de la chakana. Por ejemplo, enfocándose en la dimensión del ser, la iglesia local tendrá gran importancia como un ecosistema hegemónico de generación de sentido. Allí deberán explorar los ritos, la dinámica comunitaria de la congregación, los símbolos, la presencia arquitectónica del edificio, al capellán, entre otros.

Tabla 1 Estímulos para sentipensar el territorio 

Fuente: elaboración propia.

Los practicantes abordan interrogantes sobre la construcción de significados en el territorio en prácticas y representaciones hegemónicas y no hegemónicas. El estudio de un ecosistema y su articulación con las otras dimensiones (saber, hacer, decidir, infraestructura-territorio) producirá un mapa del estado actual del sistema que hará explícitas las capacidades del lugar (el sistema territorio-comunidad-instituciones) y revelará relaciones ocultas que pueden convertirse en oportunidades para la transformación.

Dichas oportunidades y capacidades se ampliarán de acuerdo con los hallazgos de los practicantes durante el trabajo de campo. Como todos los procesos de diseño, este no es completamente lineal y la especulación creativa ocurre constantemente. En la Tabla 1 se enuncia una pregunta de investigación principal para cada una de las dimensiones y algunos ejemplos de áreas para indagar.

Fase 2. Encontrar oportunidades y capacidades

Cuando los practicantes hayan logrado una saturación suficiente de datos, visualizarán la información y desarrollarán un modelo de constelación. En términos generales, este es un ejercicio de bisociación (Koestler, 1967), en el cual se generan relaciones entre datos para crear información. Los diseñadores empiezan por registrar los patrones que descubran en su investigación y establecen relaciones entre ellos para, así, nombrar conceptos relevantes. A su vez, ellos serán relacionados para hallar revelaciones. Es importante tener en cuenta que no se trata de un proceso de categorización, sino de encontrar relaciones inesperadas que sean propicias para abrir nuevos espacios de indagación y que puedan enmarcarse como oportunidades de diseño. Estos descubrimientos conducirán al reconocimiento de: posibles comunidades de cambio en el territorio; capacidades entendidas como atributo para hacer algo o producir un efecto; y oportunidades para estimular una transformación del estado actual del sistema hacia uno deseado.

El ejercicio de mapeo plantea grandes desafíos para los diseñadores: ¿dónde establecer los límites del sistema y subsistemas en ese territorio? ¿Cuáles actantes12 observar? ¿Cuántas relaciones mapear? Solo el practicante y las organizaciones sociales podrán dirigir el proceso de acuerdo con las necesidades particulares del territorio. Al finalizar la fase 2, con las oportunidades y capacidades interrelacionadas y reveladas, se vislumbrarán diversos puntos de partida para el desarrollo de microutopías localizadas.

Este proceso de diseño abre espacios para la especulación y la creación; es participativo y estudia la 'realidad' mientras la crea; sucede en el presente, el pasado y el futuro simultáneamente, ya que estudia el estado actual del sistema, pero se acerca sensiblemente a su historia y especula sobre su futuro; también surge de un espacio narrativo plural, donde la línea entre las ficciones y la realidad es borrosa y donde puede emerger el realismo mágico. Así, las oportunidades descubiertas posibilitan la enunciación de respuestas satisfactorias y coherentes para ese territorio particular.

Fases 3 y 4. Diseñar y desplegar microutopías

Antes de que comience la fase 3, los practicantes contarán con suficiente claridad sobre las oportunidades y capacidades en el territorio (estado actual del sistema). Adicionalmente, tendrán una comprensión general del futuro deseado en la forma actual del proyecto del BV (estado deseado), de tal manera que lo que deberá diseñarse es la plataforma a través de la cual se pueda realizar una transición hacia el BV en ese territorio específico (microutopía).

La incógnita principal es la microutopía y debe ser diseñada por la organización social de cambio como un trampolín hacia el BV. Una microutopía puede entenderse como la creación de una nueva visión, la coimaginación de sueños de forma que se puedan compartir, intercambiando y uniendo sueños de mejores futuros posibles para, literalmente, intentar diseñar milagros (Wood, 2008). Para encaminarse hacia el horizonte utópico que es el BV (Figura 3), es necesario atender a las relaciones emergentes entre los puntos de apalancamiento vistos como oportunidades, las propiedades y potencias a desarrollar en el territorio, observadas a través de las capacidades y la(s) microutopía(s).

Fuente: elaboración propia.

Figura 3 Representación de los aspectos para la transición hacia el BV  

Las microutopías son pequeñas narraciones convincentes de un estado deseable del sistema. Múltiples grupos de interés se reunirán y cocrearán una visión de otro futuro que los acerque al BV y que esté profundamente arraigado en la dinámica actual del territorio. Se podría decir que el BV es la gran utopía general, mientras que las microutopías territoriales son intentos subversivos para quitarle territorio al modelo occidental. El futuro visualizado no es el BV, sino un momento entre nuestro tiempo actual y ese futuro utópico.

Desarrollar estas microutopías debe entenderse como un ejercicio de diseño especulativo. Dunne y Raby (2013) lo definen como un diseño para abrir nuevas perspectivas sobre problemas perversos, para crear espacios de discusión y debate sobre formas alternativas de ser, inspirar y animar la imaginación de las personas a fluir libremente. Un catalizador para redefinir colectivamente nuestra relación con la realidad. Estas microutopías toman la forma de escenarios en los que los practicantes proporcionan una narrativa potente del futuro que podría llegar a ser y visualizan una iniciativa especulativa coherente con las oportunidades y capacidades del territorio.

Los practicantes deben crear y materializar (ficticiamente) ecosistemas socio-técnico-naturales especulativos robustos para que la divulgación de estos escenarios tenga mayor impacto. La materialización de la microutopía será una representación de lo que puede ser ese futuro y la descripción general de una iniciativa para direccionar al sistema hacia él. Estas narraciones serán detonantes para la transformación en sus contextos, pero también pueden servir de inspiración para otras comunidades y territorios con dinámicas y problemas similares. El practicante va a cocrear visiones13 de cómo podrían ser las cosas en el camino hacia el BV. Si bien, el BV es un futuro necesario, está muy lejos. Hay una sensación de su imposibilidad en el ahora, sin embargo, las microutopías están más cerca, emergen de las posibilidades del ahora, pero se arriesgan a imaginar un cambio sistémico (Figura 4).

Fuente: elaboración propia.

Figura 4 Temporalidad de la fórmula 

Fase 5. Planear la transición

Una vez que la microutopía ha sido diseñada y divulgada para lograr el involucramiento de grupos de interés, los practicantes deben comenzar a desarrollar un proyecto concreto para materializar la iniciativa diseñada. Como se señaló anteriormente, estas microutopías son un escenario futuro y, a su vez, un diseño de estrategia que puede incluir una nueva legislación, la creación de un nuevo negocio, la renovación de un espacio público, entre otras. Por lo tanto, los métodos para lograr la implementación de los proyectos pueden variar ampliamente. Sin embargo, deben considerarse las fases sistemáticas y rigurosas de planificación, desarrollo, control y entrega del proyecto.

Las iniciativas de transición descritas aquí emergen de las comunidades de cambio y deben ser inclusivas. Idealmente, gobierno, organizaciones sociales y personas de todos los ámbitos deben participar en su implementación. Al ser un proceso de diseño, los resultados pueden ser diversos y bastante diferentes del plan inicial. Idealmente, inspiradas por la microutopía, distintas comunidades de cambio en un mismo territorio comenzarán a trabajar en diferentes iteraciones de ese futuro deseado-plausible.

La experiencia pedagógica de donde emerge la propuesta metodológica

La propuesta metodológica para el diseño de transiciones a través de microutopías emerge de la investigación en el aula. A continuación, se presentan los antecedentes conceptuales, el desarrollo metodológico de las prácticas de diseño en un ámbito de formación de diseñadores y las reflexiones suscitadas al interior del curso a modo de aprendizajes.

El curso corresponde al cuarto semestre de formación y hace parte del área proyectual y de gestión del diseño. La signatura fue concebida para formular oportunidades de diseño y generar soluciones de valor, bajo el nombre "Diseño y Comunidad", en el programa académico de Diseño de la Universidad de Ibagué, a cargo de los autores entre 2016 y 2018.

Es importante mencionar el convenio de cooperación académica entre la Universidad de Ibagué y la Universidad de los Andes y sus programas de Diseño.14 De esta relación devienen dos experiencias académicas de intercambio de conocimiento, donde se configuraron nociones conceptuales y metodológicas para la formulación de los problemas y encargos de diseño. Una de ellas corresponde al curso intensivo "Diseñar región: innovar desde lo local", realizado en Ibagué y a cargo del profesor David de los Reyes del programa de la Universidad de los Andes. En la otra, uno de los autores realizó una comisión de trabajo como pareja docente del profesor David de los Reyes en el curso "Estudio 5: producción creativa", en la Universidad de los Andes.

En el ámbito de formación de diseñadores, el curso contó con tres iteraciones. La primera fue cursada por doce estudiantes, obteniendo como resultado dos propuestas de estrategia. La estrategia más exitosa involucró a grupos de jóvenes de Ibagué e interpeló su papel político, creando una plataforma virtual para abordar la formación ciudadana en niños, niñas y jóvenes. Esta utilizó lenguajes gráficos y visuales cercanos a dichas comunidades y tejió una narrativa de empoderamiento ciudadano a través de un super-héroe autóctono a la ciudad.

La segunda contó con un grupo de 28 estudiantes, quienes formularon siete proyectos enfocados a grupos de poblaciones migrantes en Ibagué, en particular, a afrodescendientes de la zona del Pacífico colombiano que persisten en la preservación de sus formas culturales y de vida en los nuevos territorios. Lo anterior, confrontó el ejercicio académico con fenómenos de hibridación cultural y llevó a concebir las formas narrativas identitarias como reafirmantes de su presencia en la ciudad y potenciadores de sus actividades comerciales, por ejemplo, las prácticas gastronómicas o relacionadas con las actividades estéticas.

La tercera iteración tuvo 19 inscritos y se generó un proyecto colectivo sobre la comunidad de aprendizaje que conformaba el curso. Volver sobre las prácticas del diseño permitió reflexionar sobre el papel del diseñador en los procesos sociales y la manera como pueden abrirse posibilidades como gestores de cambio. También se revisaron los procesos participativos en procesos académicos en cursos previos. En dicha revisión, se reflexionó sobre la presencia de los participantes en los procesos, las prácticas generadas bajo la noción de participación y de qué manera corresponden a distintas concepciones, prácticas y representaciones de la participación.

Otro aspecto relevante en las reflexiones tiene que ver con la presencia de las organizaciones sociales en los momentos de diseño y construcción de conocimiento. Algunas metodologías de diseño persisten en la validación por parte de expertos, incluso, llegan a omitir el prototipado directamente con las organizaciones involucradas, estableciendo relaciones extractivas, replicando formas de violencia y generando prácticas coloniales encubiertas. Por ello, cabe preguntarse, ¿cuál es el propósito de la participación en los procesos que pretenden transformar las realidades? ¿Cuál es el papel del diseñador en dichos procesos? ¿De qué manera ciertas prácticas encubren ejercicios coloniales?

Por último, la cartografía social se implementó en todas las iteraciones del curso como el mayor recurso para recolectar información sobre el territorio. Los datos recogidos fueron usados para crear visualizaciones de la información desde estrategias diversas. Los instrumentos principales para comunicar los proyectos fueron: la sistematización del proceso académico en una memoria física, la presentación del proyecto de manera sintética y la materialización de escenarios futuros a través de piezas audiovisuales. Este último recurso posee un gran potencial, ya que puede contrarrestar la gran dificultad, tanto de los estudiantes como de las organizaciones sociales para concebir e imaginar cambios en el presente y futuro en sus contextos.

Conclusiones

La experiencia pedagógica sugiere que esta propuesta metodológica resulta pertinente para las organizaciones sociales de base, especialmente para aquellas que han sido más excluidas por el proyecto desarrollista de los países del Atlántico Norte. La creación participativa y dialógica de visiones nuevas, emocionantes y ejecutables del futuro enmarcadas en el BV ofrece posibilidades de apoderamiento y empoderamiento para transformar territorios. Estas visiones recuerdan a los modernos el gran valor de las diversas ontoepistemologías que habitan las periferias del capitalismo industrial tardío. Adicionalmente, la intención de articular creativamente a subsistemas hegemónicos con aquellos no hegemónicos espera producir innovaciones sociales transformadoras que abran caminos hacia futuros plurales, sostenibles y armónicos entre actores humanos y no humanos.

Para transformarse y hacerse agente de cambio social, el diseño necesita reconocer su historia, interrogarse sobre su papel actual en la sociedad y sus contribuciones a la construcción de significados sociales. También requiere desligarse de prácticas encubridoras de violencia hacia los otros, muchas de ellas puestas en la osificación de la alteridad, llegando a generar discursos de validación de dichas violencias desde la misma práctica.

Queda mucho por reflexionar frente a la propuesta presentada. Es necesario desarrollar más casos en donde esta metodología sea aplicada en distintos contextos, explorando las estrategias para mapear el sistema, nutriéndola con diferentes teorías de cambio, poniendo especial atención sobre las relaciones de poder en los subsistemas y diseñando formas de inclusión de actores no humanos en el proceso. Esperamos que la comunidad académica y los diseñadores profesionales experimenten abiertamente con la metodología presentada para continuar desarrollando esta propuesta.

Volver la mirada al territorio como un espacio de participación permite reconocer a las comunidades como agentes de cambio. Allí, el diseño puede fungir como una plataforma de transformación en la sociedad, favoreciendo la construcción de propuestas de transición pertinentes, coherentes y deseables para los actores sociales.

Referencias bibliográficas

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1 Investigación en el aula para la producción de conocimiento en diseño, resultado de ciclos de investigación-acción en la formación en diseño y de los procesos investigativos del curso Diseño y Comunidad del programa de Diseño de la Universidad de Ibagué, entre 2016 y 2018, lapso en el que los autores hicieron parte de dicho programa como docentes.

2Este artículo fue presentado como ponencia en el 3er. Congreso Internacional de Investigación en Diseño (3CIDI) realizado en marzo de 2019 en Bogotá, Colombia.

3Término acuñado por Rittel y Webber (1973) para referirse a situaciones problemáticas difíciles de definir y resolver, ya que existen diferentes perspectivas sobre el problema, el cual, a su vez, está conectado a otros problemas, donde existe una alta incertidumbre y ambigüedad, una alta resistencia al cambio, conflictos de valores, entre otros.

4El Buen Vivir emerge de los términos Suma qamaña y Sumak Kawsay de la cosmovisión de varios pueblos indígenas de los Andes y el Amazonas, para denominar la filosofía de vida que rige sus relaciones con la naturaleza. En el presente texto el Buen Vivir se determina como el proyecto alternativo al desarrollo sostenible deseable.

5Se hace referencia a los grupos conformados y organizados en torno a visiones e ideales de mundo. Se usa el término comunidad con el propósito de restituir su sentido político y ético, pues es empleado en las políticas hegemónicas de manera recurrente para denominar a grupos sociales en situación de pobreza, vulnerabilidad o marginalidad, entre otros.

6Empoderamiento: dotar a otra persona de algo que no posee. Apodera-miento: tomar/hacer propio algo; el proceso favorece la autonomía del sujeto, la identificación por sí mismo de sus problemáticas y el desarrollo de estrategias/dispositivos de resolución. Ambos procesos, realizados con guía/acompañamiento, inducen a la reflexión y a la construcción a partir de lo propuesto por una mirada externa.

7Alude a la propuesta de Silvia Rivera Cusicanqui (2018) sobre los procesos de mestizaje y cómo constituye una categoría emancipadora, cuya potencia es la tensión creativa y la capacidad de diálogo entre las herencias que nos constituyen: la cosmovisión indígena y la europea.

8Se enuncia desde las prácticas para adquirir conciencia sobre los procesos coloniales internos. Silvia Rivera Cusicanqui (2018) se refiere a ellos como formas de dominación configuradores de la subjetividad. Propone rastrear en la historia personal para transformar la colectiva, de esta manera, se hacen visibles las tensiones entre el paquete cultural y acultural, yuxtapuestos en la identificación mestiza.

9Se refiere a la conformación del proyecto moderno europeo expandido en la colonización, en el que se generan distinciones dualistas por pares opuestos para reafirmar discursos identitarios, fundados en factores raciales y étnicos. Esto legitima un discurso hegemónico de carácter civilizato-rio, seguido de uno progresista en oposición a lo no europeo, que deriva en el encubrimiento del otro (Dussel, 1994).

10Término que emerge de las investigaciones de Orlando Fals Borda (Fals Borda y Moncayo, 2015) y denota la manera en que ciertas culturas anfibias del Caribe colombiano se aproximan al mundo. Esta implica vincular el pensamiento y el corazón en las acciones, buscando contrarrestar la racionalidad/positivismo al involucrar sentimientos en formas de entender el mundo y abordar los problemas.

11Los autores de este artículo sostuvieron una serie de conversaciones con Jiovanny Samanamud durante su visita a la Universidad de Ibagué en el año 2016.

12En la teoría literaria el actante hace referencia a una persona, criatura u objeto que desempeña un rol activo en una narrativa.

13El despliegue de estas visualizaciones puede ocurrir como un evento teatral, una experiencia audiovisual, un juego, una serie de prototipos, exposiciones, entre otros y puede incluir iniciativas como movimientos sociales, nuevas empresas, nueva legislación, cambios en creencias, transformaciones urbanas/arquitectónicas, por mencionar algunas.

14El programa de Diseño de la Universidad de los Andes es el primero en Colombia en brindar una formación profesional no disciplinar del diseño, basada en tres ejes: diseñador autor, diseñador estratega y diseñador desarrollador.

Cómo citar este artículo: MOLANO-GRANADOS, G. S. y GARZÓN, J. (2020). "Diseñar transiciones a través de microutopías". Bitácora Urbano Territorial, 30 (Il): 113-126. 10.15446/bitacora.v30n2.81806

Autores

Ginna Soraya Molano Granados Maestra en Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Colombia, con estudios de posgrado en Historia. Investigadora independiente y agente cultural orientada a los procesos de transformación social a través del arte como espacio de agencia para el ejercicio ciudadano. En el ámbito pedagógico, se enfoca en la construcción de un saber acorde con los intereses y prácticas sociales y culturales de las comunidades. Desarrolla prácticas incluyentes donde las formas de conocimiento se experimentan como posibilidades para contribuir al mejoramiento de la vida.

Juan Garzón Diseñador Industrial de la Pontificia Universidad Javeriana, Magíster en Design Futures de Goldsmiths, University of London (Reino Unido) y estudiante de Doctorado en Institute for Sustainable Futures - University of Technology Sydney (Australia). Ha estado interesado en procesos de transformación de sistemas adaptativos complejos y ha trabajado en el sector público y privado en Colombia asesorando procesos de cambio desde el diseño para la innovación social. Actualmente, investiga procesos de transición a la sostenibilidad inclusivos y justos en contextos del Sur Global.

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