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Bitácora Urbano Territorial

Print version ISSN 0124-7913On-line version ISSN 2027-145X

Bitácora Urbano Territorial vol.31 no.1 Bogotá Jan./Apr. 2021  Epub June 15, 2021

https://doi.org/10.15445/bitacorav31n1.87833 

Dossier central

El asentamiento informal como heterotopía: una exploración alternativa[1]

Informal settlement as heterotopia: an alternative exploration

Établissement informel comme hétérotopie: une exploration alternative

Assentamento informal como heterotopia: uma exploração alternativa

Wladimir Mejía Ayala1 

Luis Gabriel Duquino Rojas2 

1Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia wladimir.mejia@uptc.edu.co https://orcid.org/0000-0002-4091-9885

2Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia luis.duquino@uptc.edu.co https://orcid.org/0000-0002-4571-9913


Resumen

El documento presenta resultados de una investigación exploratoria de carácter cualitativo, la información se recuperó en talleres con grupos focales, entrevistas y cartografía social. Resalta la técnica de la investigación-enseñanza, partiendo de que el conocimiento se construye desde y con la gente, en el lugar, y el uso del armazón teórico conceptual de la heterotopía. Con esta estructura metodológica se buscó presentar los asentamientos informales como lugares donde se fabrican innovaciones político-jurídicas, económicas, tecnológicas y culturales. Lo anterior es posible gracias al entramado de objetos, actores y procesos que solamente se genera en este tipo de lugares y en un momento dado. Se tomó el caso del Sector III, de Altos de La Florida, en Soacha. Los resultados permiten proponer que en estos lugares otro futuro es posible y que este se construye al pensar el lugar como un constructo cultural único y principalmente desde una mirada endógena.

Palabras clave: barriada; economía informal; liderazgo; economía colectiva

Abstract

The document presents results of a qualitative exploratory investigation, the information was recovered in workshops with focus groups, interviews and social cartography. It highlights the research-teaching technique, based on the fact that knowledge is built from and with people, in the place, and the use of the conceptual theoretical framework of heterotopia. With this methodological structure, we sought to present informal settlements as places where political-legal, economic, technological and cultural innovations are manufactured. This is possible thanks to the network of objects, actors and processes that is only generated in these types of places and at any given time. The case of Sector III, from Altos de La Florida, in Soacha was taken. The results allow us to propose that in these places another future is possible and that this is built by thinking of the place as a unique cultural construct and mainly from an endogenous perspective.

Keywords: slum; informal economy; leadership; collective economy

Resumo

O documento apresenta os resultados de uma investigação exploratória qualitativa, as informações foram recuperadas em oficinas com grupos focais, entrevistas e cartografia social. Destaca a técnica de ensino-pesquisa, baseada no fato de que o conhecimento é construído a partir de e com as pessoas, no local, e o uso do referencial teórico conceitual da heterotopia. Com essa estrutura metodológica, buscamos apresentar assentamentos informais como locais onde são fabricadas inovações político-legais, econômicas, tecnológicas e culturais. Isso é possível graças à rede de objetos, atores e processos que são gerados apenas nesses tipos de locais e a qualquer momento. Foi o caso do Setor III, de Altos de La Florida, em Soacha. Os resultados permitem propor que outro futuro seja possível nesses locais e que seja construído pensando no local como uma construção cultural única e, principalmente, de uma perspectiva endógena.

Palavras-chave: favela; economia informal; liderança; economia coletiva

Résumé

Le document présente les résultats d'une enquête exploratoire qualitative, les informations ont été récupérées dans des ateliers avec des groupes de discussion, des entretiens et une cartographie sociale. Il met en évidence la technique de recherche-enseignement, basée sur le fait que les connaissances sont construites à partir de et avec les personnes, dans le lieu, et l'utilisation du cadre théorique conceptuel de l'hétérotopie. Avec cette structure méthodologique, nous avons cherché à présenter les établissements informels comme des lieux de fabrication d'innovations politico-juridiques, économiques, technologiques et culturelles. Cela est possible grâce au réseau d'objets, d'acteurs et de processus qui n'est généré que dans ces types de lieux et à un moment donné. Le cas du secteur III, d'Altos de La Florida, à Soacha a été pris. Les résultats nous permettent de proposer que dans ces lieux un autre futur est possible et qu'il se construit en considérant le lieu comme une construction culturelle unique et principalement dans une perspective endogène.

Mots-clés: bidonville; économie informelle; leadership; économie collective

En ese sentido, el término heterotopía hace referencia a un espacio efectivo, delineado, en todo el sentido de la palabra, por la sociedad que lo habita; una especie de contraespacio en el que, de cierta manera, todos los demás espacios reales se pueden hallar al mismo tiempo representados, impugnados o invertidos; una suerte de espacio que está fuera de todos los espacios, aunque no obstante y en oposición a una utopía, sea posible su localización.

Introducción

La informalidad ha estado presente en la evolución de la urbanización contemporánea, como un fenómeno de inmensas proporciones asociado a la precarización, inequidad y desbalance económico del mundo, en el que se concentra gran cantidad de recursos materiales en pocas personas (Oxfam, 2020). Tal situación va dejando desprovista buena parte de la población de posibilidades para resolver sus necesidades básicas de un hábitat digno (Tabla 1). A esto se le suman los diferentes causas de expulsión de comunidades rurales, desplazamientos producidos desde la voracidad del aparato de explotación económica, que usa cada vez más espacios naturales con presencia de valores ambientales capturados para la explotación capitalista como materia prima, en procesos de extractivismo violentos para las comunidades que habitan esos espacios y para los valores ambientales presentes. Dicha población es expulsada a los cinturones de miseria de las ciudades en donde ensanchan la ocupación informal.

Tabla 1 La realidad de los asentamientos informales desde el caso de América Latina 

Característica Realidad %
Conexión a la red de alcantarillado 3 de 4 asentamientos no cuenta con conexión a una red de alcantarillado 73,3%
Servicio de electricidad formal y seguro 1 de 3 asentamientos no cuenta con servicio de electricidad 36,7%
Conexión al servicio de agua potable 1 de cada 2 asentamientos no tiene conexión al servicio de agua potable 53,5%
Organización comunitaria para enfrentar adversidades 3 de 4 asentamientos cuenta con al menos una forma de organización comunitaria 76%
Tenencia regular del terreno 3 de 4 asentamientos no cuenta con la tenencia 75%
posibilidad de sufrir un desalojo 1 de 5 asentamientos afirma posibilidades de sufrir desalojo 20%

Fuente. Techo (2019). Resultados obtenidos a partir de una base de datos de 551 casos, mediante un muestreo aleatorio estratificado de 93 asentamientos por cada país.

Desde la perspectiva clásica de entendimiento de estas dinámicas, se ha escindido la conexión y articulación fundamental entre el aparato económico -una economía de la informalidad y la supervivencia- y la realidad espacial -una urbanización informal-. Esta apuesta sobre todo institucional, no permite aproximarse de manera integral a la problemática y presenta una visión sesgada, que únicamente pretende atender las carencias de infraestructura y equipamientos, sin ni siquiera considerar los potenciales propios de las espacialidades en cuestión ni las estructuras de soluciones más afines con dichas realidades de la informalidad.

La posición institucional frente a las áreas informales se restringe a pensar que el ordenamiento urbano, en términos de asimilar las áreas informales de la ciudad, a los desarrollos formales a través de la implementación de obras de infraestructura, no permite un entendimiento adecuado de las dinámicas que se concentran en dichas espacialidades y por ende tampoco apuntan a soluciones realmente impactantes y profundas en la atención a las condiciones que se presentan en estos lugares urbanos.

A nivel de la academia, el fenómeno de los asentamientos informales se ha tratado a partir de conceptos como bordes urbano y periurbano, metropolización, producción del espacio urbano, políticas públicas de hábitat y de integración, segregación socio espacial, riesgo, procesos de guettización, exclusión social, delincuencia común y organizada, derecho a la ciudad (Castro, Ibarra, Lukas, Ortiz y Sarmiento, 2015; Carvajal, 2015; Camargo y Hurtado, 2013; Lunecke, 2012; Dematteus, 2011; Mertins, 2009; Sabatini y Brain, 2008; Winchester, 2008; Verena, 2005; Clichevsky, 2000; Lefebvre, 1968; Harvey, 2014, Gudiño, 2016), enmarcando lo estudiado en la relación centro-periferia. Frente a esa realidad, en este trabajo de tipo exploratorio se ha buscado presentar una mirada diferente del fenómeno.

Esta mirada consiste en el ejercicio de no pensar este tipo de lugares en la dirección clásica desde las espacialidades más afines con el orden tradicional de la ciudad que mira a su periferia, es decir, a sus lugares marginales y pobres, habitados por sociedades despojadas de su capacidad de proponer y llevar a cabo soluciones a sus situaciones pensadas como precarias desde el lugar central de orden, sino más bien, abordarlos desde su interior, desde un cambio de dirección en la mirada, desde su singularidad (Foucault, 2005), es decir, desde la historia, cotidianidad y saberes de los habitantes, para entender la manera cómo, en espera de las soluciones que pueda brindar el Estado, diversos problemas son manejados por las mismas comunidades y, al hacerlo, introducen innovaciones tecnológicas, epistemológicas, políticas, económicas y espaciales, para poner en valor maneras particulares de pensar, sentir y actuar, como un conjunto de instituciones y objetos que puede ser transmitido; como una cultura en re-creación (Al utilizar el término re-creación buscamos resaltar la naturaleza viva de la cultura, en el sentido en que esta es el resultado de intercambios, de relaciones con el entorno, de adaptaciones en continuidad, etc. Para el caso particular de un asentamiento informal, se plantea que, el encuentro de actores, principalmente de sus habitantes, entendidos como vectores de culturas situadas, las de origen, confrontando una situación común), a pesar de que se encuentre, por diferentes razones de orden endógeno y exógeno, invisibilizada. Ahora bien, para identificar esa singularidad, se propone presentar el fenómeno de los asentamientos informales como una heterotopía.

Sin desconocer el contexto en el que, en 1967, Foucault propuso el término, ni qué representaba él en ese contexto subjetivamente como individuo, heterotopía permite revestir el lugar de características particulares diferentes a las de los lugares comunes centrales o al menos lugares no del borde. En ese sentido, el término heterotopía hace referencia a un espacio efectivo, delineado, en todo el sentido de la palabra, por la sociedad que lo habita; una especie de contraespacio en el que, de cierta manera, todos los demás espacios reales se pueden hallar al mismo tiempo representados, impugnados o invertidos; una suerte de espacio que está fuera de todos los espacios, aunque no obstante y en oposición a una utopía, sea posible su localización.

Al proponer el término heterotopía, Foucault pensó en "el espacio de afuera" de sí mismo, es decir, en el conjunto de relaciones que definen emplazamientos irreductibles; espacios llenos de sentido de vida y existencia, de complemento y cooperación, de anhelos colectivos, pero también, espacios de tensiones, conflictos y contradicciones: estando en este, un individuo puede, más que sentirse, descubrirse ausente. Sin caer en la ambigüedad, este trabajo intenta provocar, como ejercicio reflexivo, un giro en ese individuo, que resulte en una toma de consciencia para una consecuente puesta en valor del lugar, en base a su redescubrimiento, que, si bien debe funcionar en colectividad, se debe generar desde adentro de cada quien. En este sentido, desde la naturaleza de esta propuesta, ese giro también opera en el investigador, pensándose como individuo inmerso en el objeto de estudio.

La mirada de Foucault se complementa desde revisiones y análisis de la investigación contemporánea, para Topinka (2010), es relevante la función de la heterotopía como herramienta para hacer legible la espacialidad del orden establecido, más allá de la mirada clásica de estas como espacios de resistencia.

En el caso de Saldanha (2008), la heterotopía tiene una función en el análisis del espacio y del lugar más orientada a descubrir donde, como y cuando se pone en evidencia la diferencia heterotopica y de qué modo se mantiene.

Finalmente, para García (2014), los territorios otros, son objetos fundamentales al develar la articulación entre el tiempo y el lugar en el contexto de la tradición compartida por un grupo social.

Para lograr el objetivo propuesto, se acudió al caso del barrio Altos de La Florida, primero, desde una revisión documental; luego, en el terreno, para generar con y desde sus habitantes, la información necesaria. Altos de la Florida es un asentamiento informal que se encuentra entre el suelo urbano y el rural de Soacha, Colombia, entre la comuna VI San Humberto y la Vereda Panamá, sobrepuesto entre zonas de conservación, polígonos mineros y sitios de arte rupestre, fuera del perímetro de servicios básicos y en zonas de riesgo, por lo que no se encuentra legalizado por el municipio y ninguna vivienda posee título de propiedad.

El artículo se estructura en cuatro partes, en donde, esta introducción se considera como la primera puesto que, en ella, se parte de la mirada clásica del fenómeno para llegar a exponer el concepto de heterotopía, desde la mirada de Foucault (1984). En la segunda, se presenta la apuesta metodológica, de enfoque cualitativo, que corresponde a una investigación de tipo exploratorio. A continuación, se presenta, como resultados de la investigación, la situación de Altos de La Florida y se hace una discusión desde los seis principios planteados por Foucault en su discurso de 1967, en los cuales se identifican las heterotopías. Finalmente, se proponen algunas conclusiones que resultan de esta experiencia.

Metodología

Entre 2017 e inicios de 2018, se construyó y aplicó la apuesta metodológica "educación-investigación", la cual consiste en investigar enseñando/aprehendiendo para evitar el extractivismo académico y, más bien, favorecer el ejercicio del empoderamiento espacial de la sociedad, al generar conocimiento desde, con y para la gente. Consistía en aprender a utilizar, de manera participativa, la cartografía. Con lo anterior, se trató de interpretar y operacionalizar, a esta escala y realidad particular, la primera parte de la Ley Geográfica que Foresman y Luscombe (2017) introdujeron para examinar los impactos de la geografía económica en la era digital de la economía: "Things that know where they are can act on their locational knowledge'"2 (p.4). De esta forma, se entendió, como parte del proceso, las limitaciones tecnológicas y de conectividad que en estos lugares se experimentan, con la idea de cambiar la mentalidad del asistencialismo.

Otra característica de esta apuesta metodológica la constituye el haber intentado evitar encajar la investigación, en general, y el trabajo de campo, en particular, en teorías y métodos prestablecidos. La base de esta idea es la de partir del reconocer la imposibilidad de interpretar una realidad diferente a la del investigador, a partir de los códigos con los que el interpreta su realidad cotidiana o de los códigos que él ha apropiado para hacerlo, en su quehacer como investigador. Sin negar el valor que estos códigos tienen en la investigación, se consideró que, para lograr tener esa otra mirada, de la cual se habló en la introducción, era necesario tratar esa realidad desde sus propios códigos, o al menos acercándose a ellos; es decir, más allá de interpretarla o restituirla, se trata de comprender la manera cómo esa espacialidad es concebida por sus propios habitantes.

Así las cosas, se logró el primer acercamiento a Altos de La Florida gracias a un trabajo de investigación realizado por un estudiante del programa de Maestría en Geografía de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, en convenio con el Instituto Geográfico Agustín Codazzi3, en el cual se trata el tema de la inconsistencia de las políticas públicas estatales y municipales, encaminadas a la conservación de la naturaleza y del patrimonio arqueológico, en relación a las enfocadas en el extractivismo minero, legal e ilegal, en los Cerros Orientales del municipio de Soacha, correspondiendo al mismo espacio donde se encuentra afincado este asentamiento informal (Rodríguez, 2018). Gracias a la relación que se estableció con los presidentes de las Juntas de Acción Comunal JAC del barrio, se logró que dos mujeres, lideresas de Altos de La Florida, pudieran participar en 2018, en un taller desarrollado con los estudiantes de la maestría en las instalaciones del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, sobre el tema de la cartografía participativa; se invitó igualmente a un líder a participar en el mismo año, al conversatorio "Conflicto y pos-acuerdo: realidades y expectativas desde la mirada de los líderes sociales y los estudiantes".

Durante la primera visita al lugar, se desarrolló una reunión con los líderes de los sectores II y III de Altos de La Florida, donde se acordó la realización del ejercicio metodológico expuesto y se recogieron sus historias de vida. Para la segunda visita, se convocó a los habitantes de los dos sectores a participar en un taller sobre cartografía, el cual se realizó con la ayuda de una geógrafa de la Universidad Nacional de Colombia. Este encuentro favoreció el diálogo con otros actores presentes en el lugar, como son los miembros de la Casa Pastoral Nuestra Señora del Camino de la Universidad Javeriana de Colombia. No obstante, los principales resultados de esa visita son poder dialogar con un joven, líder en formación, sobre su experiencia de vida y la manera de concebir el lugar, y el de ser invitados por un grupo de mujeres reunidas en una organización de tejedoras. Ellas generaron varios espacios de encuentro, y más adelante de desencuentro, permitiendo conocer un poco más durante la construcción de relatos orales y gráficos, recorridos y sobre todo conversaciones, la historia, la cotidianidad y las particularidades socio espaciales del lugar, así como sus tensiones y contradicciones: proyectos productivos, símbolos, riesgo, asociaciones, expectativas y sueños.

Gracias a las mujeres tejedoras, se pudo asistir a uno de los espacios que la organización humanitaria "Codo a Codo" generaba para mantener y reforzar el tejido social en el lugar. Allí se logró establecer una conversación con otro joven, líder en formación, quien habló, entre otras cosas, sobre su arraigo y la manera de concebir el futuro desde esa realidad. Todas las voces que se recogieron, hacen parte del desarrollo de esta propuesta.

Otra mirada de los asentamientos informales: pensarlos como una heterotopía

Primer principio.

Una heterotopía tiene la curiosa propiedad de ponerse en relación con todas las demás localizaciones, pero de un modo tal que suspende, neutraliza o invierte el conjunto de relaciones que se hallan por su medio señaladas, reflejadas o manifestadas; es decir, contradicen las demás localizaciones.

La historia del barrio Altos de La Florida está relacionada principalmente con los procesos de desplazamiento forzado, las migraciones en busca de bienestar y progreso y la incapacidad institucional para dar respuesta a la demanda de vivienda, que se dieron entre finales de los años ochenta e inicios de los noventa, y que llevan a muchas personas de las diferentes zonas rurales del país y escenarios del conflicto armado y el narcotráfico, a buscar protección y oportunidades de vida en las ciudades, lo cual, al ser difícil, sobre todo en lo que respecta al acceso a vivienda, generó, entre otras cosas, procesos de ocupación informal de terrenos y de esa manera, marginación, exclusión y pobreza. Altos de La Florida es un asentamiento informal localizado al suroccidente del municipio de Soacha, Cundinamarca, que se compone de cinco sectores, tres de los cuales se encuentran dentro del perímetro urbano.

Los asentamientos informales funcionan como barrios - soporte de la vida cotidiana de una cantidad de población, dotado de una fisonomía propia y caracterizado por las trazas distintivas que le confieren una cierta individualidad; agrupación con fines administrativos para promover la implementación de equipamiento de servicios, áreas verdes y comercio, así como la protección de los habitantes (Merlin y Choay, 1988 ; Lynch, 2000)-; no obstante, no son reconocidos como barrios por la municipalidad.

Para este primer principio, todos los parámetros, requerimientos, búsquedas de calidad del hábitat, normativas y reglamentaciones de los lugares centrales de la ciudad se ven aquí subvertidos y contradichos, a través de la imposición de fuertes condiciones socio económicas y políticas que se presentan y que fueron ya narradas, resaltando la ausencia estatal como una política más; desatender el problema de garantizar un hábitat digno y seguro para poblaciones a las cuales ese mismo Estado con su asocio al aparato predador del capital, el uso de su dominio sobre la violencia y la definición laxa de legalidad, generó directamente o en complicidad con el aparato de explotación económico las expulsiones y migraciones forzadas, que luego ni siquiera atiende sino que bajo su mirada permisiva, se conforman estos espacios como respuestas desesperadas y único camino para estos segmentos de la población anteriormente descritos.

Se genera entonces un entorno, un lugar y un hábitat que contradice las formas tradicionales de ocupación del territorio de la ciudad, sobre todo de las franjas más alienadas a esperar que la respuesta del hábitat sean los modelos transcritos desde los centros del poder capitalista, moderno y colonial.

Segundo principio.

Cada heterotopía tiene una función concreta y determinada dentro de una sociedad dada. Una sociedad puede asignar funciones muy distintas a una misma heterotopía.

Según Mercedes y Alex, líderes de las Juntas de Acción Comunal de los sectores II y III respectivamente, para el año 2018, con la llegada de, principalmente, población desplazada venezolana, la cifra en cuanto al número de habitantes podría haber aumentado a 4.000 personas, no obstante, muchos de ellos se ubican en Piedras Blancas y Carbonera, dos asentamientos que si bien se encuentran en una temporalidad inicial en cuanto al proceso de ocupación informal, representan la continuación/expansión de Altos de La Florida, como fenómeno espacial, hacia el área rural del municipio de Soacha. De todos los sectores que conforman Altos de La Florida, el más habitado es el III con 1.393 personas. Según los lideres anteriormente nombrados, el 40% corresponde a personas desplazadas por la violencia, el 60% a desplazados económicos e interurbanos, oriundas de Bogotá, Tolima, Huila, Choco, Atlántico, Caquetá y también Soacha, entre otros.

Desde afuera, un asentamiento informal representa el lado opuesto del centro o, incluso, su lado negativo, también, una distopía, puesto que en él se encuentra lo que el centro ya no quiere que se encuentre en él mismo; al contrario, desde adentro es la posibilidad, por ejemplo de tener una propiedad privada y avanzar hacia el centro.

Desde los encuentros y narraciones con los habitantes hasta las posturas de las tecnocracias y burocráticos locales, se establece un haz de narrativas frente a las funciones del lugar. Mientras para los habitantes de Altos de la Florida, la idea de hogar, de lugar de refugio, de espacio de vida y logro de sueños y supervivencia, de realización y avance a la consolidación de un proyecto colectivo condensa la función primordial del barrio, para el ciudadano acomodado del lugar central es el espacio cuya función como "cuarto de trastes" de la casa, sirve para arrumar lo que no se quiere ver, lo que se hace a un lado para que no "distorsione" la estética del lugar central que encarna modelos foráneos adoptados por las elites locales como representación del imaginario deseado.

Para las formas locales de hacer política, la función del lugar siempre será un fortín en donde adquirir a "buen precio" votos para sus emprendimientos gubernamentales, en la ya basta tradición nacional de una seudo democracia basada en caudillismos locales y en las miserias ajenas para aprovechar de ellas los caudales necesarios para alcanzar toda clase de curules. Finalmente, para la tecnocracia elitista y arrogante de los lugares centrales, en sus propias narrativas, la función de estas espacialidades será siempre la de estorbar a su propuesta desarrollista, como elementos muertos sin potencialidad de nada, como se puede observar en las palabras del anterior alcalde de Bogotá:

"Enrique Peñalosa generó indignación en las redes sociales, luego de que empezará a circular un video en el que califica a Soacha como un "hueso". Y es que el mandatario se encontraba en un evento de ProBogotá cuando sostuvo: "a uno le dicen por qué no fusionar Soacha con Bogotá, yo respondo: a mí no me van a dar solo el hueso, con todo respeto, no." (Cristancho, 2018)

Tercer principio.

Tiene la capacidad de yuxtaponer en un único lugar real distintos espacios o varias localizaciones que se excluyen entre sí.

Según los lideres anteriormente nombrados, el 40% de los habitantes corresponde a personas desplazadas por la violencia, 60% a desplazados económicos e interurbanos, oriundas de Bogotá, Tolima, Huila, Choco, Atlántico, Caquetá y también Soacha, entre otros.

Puesto que la gente es un vector de la cultura de su lugar de origen, en un asentamiento informal, a causa, por ejemplo, del fenómeno del desplazamiento forzado se encuentran yuxtapuestas todas las regiones de un país; también se encuentran sobrepuestos los espacios de las micromafias y el consumo de drogas, y el de las organizaciones humanitarias.

La dimensión ambiental genera también yuxtaposición de espacios, ya que esta permite, a través de los condicionantes que genera y la expresión de las actuaciones de los relacionamientos de los diversos actores que influyen el territorio e interactúan con los valores ambientales, generando tales yuxtaposiciones.

Las diferentes miradas, los diferentes actores, los diversos orígenes geográficos de los habitantes, los usos que se le dan a los valores ambientales presentes en el área e incluso la visión funcional diversa de la que trata el principio anterior, constituyen un haz de elementos que entrelazan imaginarios, realidades y concreciones materiales del lugar que se yuxtaponen en una interacción dinámica en donde el tiempo y el espacio se funden a diferentes ritmos desde cada perspectiva en que se mira el fenómeno heterótopico de este lugar geográfico.

Cuarto principio.

Las heterotopías rompen con el tiempo tradicional, están ligadas, muy frecuentemente, con las distribuciones temporales, es decir, abren lo que podríamos llamar, por pura simetría, las heterocronías, pero también pueden ser completamente crónicas, efímeras, quebradizas.

Al localizarse en el borde, el asentamiento informal vive tanto el tiempo de lo urbano como el de lo rural; encierra los tiempos de la historia de un país, todas las formas, todos los gustos, por ejemplo, la construcción de una vivienda sobre pilotes (palafitos como tecnología situada) cuenta la vida a orillas de ríos o del mar. En un asentamiento informal eterniza la cultura afro al reencontrarla se suprime el tiempo, pero también se encuentra el tiempo por medio de la memoria (fiestas, eventos violentos, intentos de desalojo).

Los tiempos de distribuciones temporales más tradicionales pueden marcarse en términos del acceso a los servicios públicos, que, a un espacio con las características tan diferentes de la ciudad central, formal, contrastan trayendo los ritmos, como los del cobro, como temporalidades impuestas desde las lógicas del lugar central. De igual forma las luchas comunitarias por el acceso a tales servicios son narrativas fundamentales en la historia del barrio y en los triunfos del asentamiento para su supervivencia.

Acceder a los servicios básicos de energía, gas y agua ha sido desde el inicio del barrio, muy difícil. Los servicios con los que cuenta se han logrado gracias a los procesos adelantados por los presidentes de las Juntas de Acción Comunal. Respecto al acceso al agua potable, el recurso es comprado por la comunidad a la Empresa de Acueducto de Bogotá, a través de contratistas encargados del transporte y distribución en carro-tanques, normalmente, dos veces semanalmente por sector, marcando un ritmo en la cotidianidad de las formas de la vida al interior del barrio.

El agua es depositada en tanques afuera de las viviendas o en su parte alta, para aquellas que cuentan con motobomba; llenar un tanque de 1000 L tiene un valor de $10.000. No obstante, los carro-tanques duran meses sin pasar, lo que ha llevado a que se aprovechen las aguas lluvias. Según Maicol y Jeison, dos jóvenes habitantes del sector III, el agua que traen los carrotanques, además de no llegar con la frecuencia esperada llega con olor a pintura. Los habitantes utilizan filtros, hierven el agua o la guardan en la nevera porque de la manera como llega al barrio, no es apta para el consumo.

Otro de los servicios con los que ha contado el barrio desde sus orígenes, es el de los carros camperos 4x4 Nissan que hacen los recorridos desde la parte baja de la comuna VI San Humberto, barrio localizado en la parte plana del municipio, hasta el sector III de Altos de La Florida, por un costo de mil pesos cada trayecto. Desde 2016, por el mismo costo, empezó a subir una ruta de bus hasta el sector III, uniendo Altos de La Florida con el centro comercial y administrativo de Soacha y la estación San Mateo de Transmilenio, en la franja horaria de seis de la mañana a nueve de la noche. En consecuencia, la gente que trabaja a partir de las cuatro de la madrugada, entre otros lugares, en Corabastos, principal central de acopio y suministro de víveres de la ciudad de Bogotá, debe salir de su casa a partir de la media noche, se ve obligada a caminar en la oscuridad hasta la autopista sur para acceder a un transporte.

El transporte por tanto se convierte en un factor constitutivo de las temporalidades al interior del lugar, estructurando los flujos de contacto con otros lugares y el lugar central de conexión del territorio.

Quinto principio.

Las heterotopías constituyen siempre un sistema de apertura y cierre que, al mismo tiempo, las aísla y las hace penetrables. Por regla general, no se accede a un espacio heterotópico así como así, o bien es una obligación entrar, o para hacerlo, hay que someterse a ritos y purificaciones, en el sentido amplio de estas palabras. Hay otras que parecen puras y simples aperturas, pero que por regla general, esconden exclusiones muy particulares: se cree entrar, pero por el mismo hecho de entrar se es excluido.

Un investigador por su misma posición, no puede acceder al fenómeno en sí, a pesar de que se encuentre en el lugar donde este se materializa (su localización), es decir, jamás puede acceder a lo que realmente pasa en el lugar por el simple hecho de estar en él presente. Por otra parte, el acceso es también difícil por varias razones: medios de transporte reducidos en horarios restringidos, inseguridad, delincuencia. Un asentamiento informal es un espacio reglamentado; el acceso y la aceptación son negociadas con los líderes sociales, las organizaciones humanitarias presentes, las bandas delincuenciales, entre otros.

En relación a lo anterior, los habitantes de Altos de La Florida tienen opiniones diferentes en cuanto a la seguridad. Algunos, sobre todo las mujeres, tienen siempre el miedo de ser violentadas en la madrugada durante el camino a la estación más cercana, para otras el camino es seguro. En lo que sí están de acuerdo es que las esquinas del barrio en donde hay panaderías se han convertido en lugares de consumo de drogas; no obstante, no relacionan la delincuencia con quienes consumen. De vez en cuando, hay jóvenes que roban los tanques de agua. Se dice que actualmente no hay fronteras invisibles, pero que, si las hubo en el tiempo de las pandillas, por lo que ahora los jóvenes pueden circular con tranquilidad por todas las calles. Dicen los habitantes que es entre sectores que hay una estigmatización; así, los habitantes del sector III dicen que Piedras Blancas y Carbonera son peligrosos, y viceversa.

La narrativa de los pobladores denota que la porosidad, la penetrabilidad, o el cierre, la exclusión, son ritos del cotidiano que se mapean en el espacio de acuerdo a tiempos y a condiciones de ocupación, características del lugar y funciones del mismo. Redes invisibles en el territorio se tienden para reglar el flujo de los individuos y de sus interacciones sociales.

Sexto principio.

En relación con los demás espacios, la heterotopía tiene una función, la cual opera entre dos polos opuestos. Puede desempeñar el papel de erigir un espacio ilusorio que denuncia como más ilusorio todavía el espacio real; o bien, por el contrario, erige un espacio distinto, otro espacio real, tan perfecto, tan exacto y tan ordenado como anárquico, que muestra al espacio central como revuelto y patas arriba.

En este sexto y último principio, por ejemplo, en relación al tejido social, un asentamiento informal a diferencia del centro, es un espacio donde se evidencia la cooperación y el sentido de lugar, lo cual muestra al resto de la ciudad, como un espacio del individualismo y la competencia deshumanizada. Por otra parte, es posible que las organizaciones humanitarias, principalmente las religiosas, vean los asentamientos informales como la oportunidad de fundar/refundar lugares de perfección, donde la existencia humana este regulada en cada uno de sus aspectos; algo que es "casi impensable" en el centro.

Por otro parte, en 2003 se presentó una amenaza de desalojo tramitada por parte del dueño del terreno; una orden que no se llevó a cabo sino hasta 2009. Para ese momento y por primera vez, todos los habitantes del barrio se organizaron para hacer frente al avance de la policía. Al encontrar un barrio organizado, al frente los niños, detrás las mujeres y ancianos y enseguida los hombres, todos con pañuelos blancos, no se logró cumplir la orden de desalojo y más bien se creó una mesa de concertación donde se acordó pagar al dueño del predio, un millón de pesos por lote, lo cual nunca se cumplió. Es todo este tipo de procesos llevados por los habitantes del barrio lo que tal vez reafirme su arraigo al lugar, como aquel expresado por Mercedes, presidente de la Junta de Acción Comunal del Sector III, al preguntarle que es el territorio para ella:

Es querer el sitio donde estoy, donde he nacido y que debo defender. Soy Soachuna y defiendo lo humano a nivel general. Defiendo los desplazados, a pesar de que (en Soacha) no estábamos acostumbrados a la violencia. Soacha era industria, hatos lecheros, empresas. Mis papás trabajaban como campesinos en fincas donde había trigo y cebada, la tranquilidad era completa. La gente llega de otros territorios donde todo lo han tenido y llegan a un lugar donde no hay nada y deben someterse a los agentes locales [...] Cuando se sale desplazado, se sale sin nada, se comienza de cero, a pesar de que sea de un sector a otro, es adaptarse a dinámicas diferentes.

Registrado el 5 de mayo de 2018.

Tal vez el sueño más grande que tengan los habitantes de Altos de La Florida, Piedras Blancas y Carbonera es el de ser legalizados por el municipio, es decir, ser reconocidos como asentamiento humano, puesto que esto le permitiría acceder al presupuesto y formular proyectos de desarrollo y de mitigación al riesgo, además de recibir oficialmente obras de infraestructura y programas de mejoramiento integral: "La legalización es nuestro derecho a la ciudad" (Alex, presidente de la JAC Sector III. Mayo 5 de 2018).

La existencia de un lugar como este pone en evidencia la ilusión del lugar central, la ilusión de civilización, de modernidad, de desarrollo, retóricas vacías de humanidad y de espíritu; retóricas maquínicas al servicio de la ambición sin límites de acumulación material del sistema de explotación capitalista en su actual fase neoliberal.

Conclusiones

Durante el trabajo de campo, las personas reconocieron capacidades invisibilizadas en el día a día del barrio, las condiciones difíciles y la ausencia del Estado.

Situaciones como el no pagar arriendo, ni impuestos y que los servicios, salvo el agua potable, puedan llegar de manera informal/ilegal y a bajo precio durante un buen tiempo; además, que hay acceso a formaciones ofrecidas por las organizaciones no estatales, así como a vivienda y préstamos.

Esas condiciones únicas de estos lugares, permiten el desarrollo de economías propias, representadas en proyectos productivos para mejorar la economía de los hogares: huertos, ropa, gastronomía, productos para el hogar, arte y artesanía, recreación, entre otros servicios.

Por otra parte, la presencia de objetos naturales y artificiales como son los simbólicos -Árbol del Amor, Piedra del Dios Varón-, el equipamiento y la infraestructura -centro cultural, escuela, iglesia-, así como el relieve, el paisaje y las vistas, el transporte y el comercio, y los saberes inmersos en cada uno de los objetos y de los procesos desarrollados: vivienda, actuar de los líderes, trabajo concomitado con las organizaciones no estatales y la iglesia; el todo materializado en innovaciones tecnológicas, jurídico-políticas y epistemológicas, entre otros, permite pensar que es posible desde ya construir otro futuro diferente al esperado y en principio planeado, el cual consiste en lograr, si eso es posible y después de muchos años, ser absorbidos por la ciudad pero desaparecer como lugar, es decir, como constructo cultural.

Lo anterior no implica negar que existen problemas ambientales relacionados con la emisión de partículas al aire y olores por el manejo inadecuado de basuras y desechos orgánicos principalmente, o estar expuestos al riesgo por remoción en masa, la falta de un transporte en horarios nocturnos y la inseguridad. No obstante, si bien estos problemas están bien marcados en el barrio, los habitantes son conscientes de que buena parte de ellos, salvo los relacionados con los servicios básicos, son problemas comunes en todos los lugares de la ciudad sin necesidad de que estos sean asentamientos informales.

Los resultados de este trabajo exploratorio muestran que un asentamiento informal presenta, en un determinado momento, las condiciones idóneas para que un tipo particular de economías -las economías propias- (incluidas las relacionadas con el micro tráfico y la venta ilegal de terrenos) aparezcan y se desarrollen. Fuera de estos lugares es posible que no existan las condiciones para desarrollarlas o que posiblemente se adapten a las condiciones del otro lugar y tomen nuevas formas.

Por otra parte, el asentamiento informal se presenta como una fábrica de líderes relacionados con procesos político-jurídicos, como los presidentes de las Juntas de Acción Comunal, pero también de otro tipo de líderes -personas que encuentran en el lugar la motivación, las oportunidades de formación y las aptitudes para ser líderes-, relacionados con la educación, el medioambiente, los procesos productivos, las artes, las artesanías y la recreación entre otros. Muchos de los esfuerzos desarrollados por estas personas, unidos a los esfuerzos de las organizaciones no gubernamentales y humanitarias, la académica, la iglesia, la policía, entre otras, crean espacios donde niños y niñas, jóvenes y también mayores, encuentran oportunidades diferentes a las que brinda el micro tráfico y la delincuencia; actividades que se encuentran, lastimosamente, muy presentes en el lugar. Es ahí, desde donde se empiezan a construir y reconstruir las aspiraciones. Es por esta razón que el trabajo que hacen las personas que forman esas organizaciones y asociaciones, muchas veces de manera voluntaria, debe ser reconocido y aplaudido.

En conclusión, la fusión de interacción bajamente reglada en los términos de las ciencias sociales más ortodoxas con la comunidad, más el discurso teórico, conceptual y metodológico de la heterotopía, permiten construir la exploración alternativa de este paisaje, de este asentamiento y de esta comunidad, saliéndose de la manera clásica en que para los académicos y los funcionarios públicos durante los últimos 70 años de presencia del fenómeno en la ciudad, han abordado esta temática, con resultados que en general no son alentadores para las comunidades que los habitan.

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2Las cosas que saben dónde están pueden actuar sobre su conocimiento de localización (Traducción propia).

3La Maestría en Geografía es un programa con 34 años de historia en Colombia, el cual se desarrolla dentro de los Estudios de Posgrado en Geografía EPG

Autores

Wladimir Mejía Ayala Ingeniero Agroforestal, Universidad de Nariño; magister en Gerencia de la Cultura y del Turismo Sostenible, Universidad Paris Dauphine, Guyana Francesa; magister en Turismo, Espacio, Sociedad, Universidad Paris Diderot; Doctor en Geografía, Universidad de Angers, Francia. Coordinador Académico Estudios de Posgrado en Geografía EPG, programas de Maestría y Doctorado en Geografía (convenio UPTC-IGAC). Editor revista Perspectiva Geográfica, miembro del grupo de investigación Geografía y Ordenamiento Territorial GEOT. Investigador Junior y Par reconocido por Min-Ciencias. Sus intereses se relacionan con temáticas asociadas al turismo, al patrimonio, al desarrollo local y a la investigación desde, con y para la gente.

Luis Gabriel Duquino Rojas Arquitecto con profundización en urbanismo de la Universidad Nacional de Colombia, Magister en Geografía con énfasis en Ordenamiento Territorial y Candidato a Doctor en Geografía del Convenio UPTC-IGAC. Líder de investigación de la Facultad de Arte, Comunicación y Cultura de la Universitaria Agustiniana. Colíder del Grupo de Investigación GEOT de la UPTC. Miembro del grupo GESA de la Universidad Nacional de Colombia. Investigador junior y par evaluador reconocido por MinCiencias. Investigador interesado en movimientos sociales de resistencia territorial, sus-tentabilidad ambiental y paradigmas emergentes en las ciencias sociales.

Cómo citar este artículo: Mejía Ayala, W., Duquino Rojas, L.G. (2021). "El asentamiento informal como heterotopía: una exploración alternativa". Bitácora Urbano Territorial, 31 (1): 251-252. https://doi.org/10.15445/bitacorav31n1 87833

Recibido: 30 de Mayo de 2020; Aprobado: 08 de Julio de 2020

Hace parte de los resultados de la investigación "Particularidades socioespaciales de los asentamientos informales: El caso del Sector III y Piedras Blancas y Carbonera de Altos de la Florida, Soacha patrocinada por la UPTC.

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