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Bitácora Urbano Territorial

versión impresa ISSN 0124-7913versión On-line ISSN 2027-145X

Bitácora Urbano Territorial vol.32 no.1 Bogotá ene./abr. 2022  Epub 08-Jul-2022

https://doi.org/10.15446/bitacora.v32n1.98398 

Dossier central

Diseño arquitectónico para las transiciones. El posAcuerdo de paz en Colombia[1]

Architectural design for transitions. The post-peace agreement in Colombia

Desenho arquitetônico para as transições. O pós acordo de paz na Colômbia

Conception architecturale pour les transitions. L’après l’accord de paix en Colombie

1 Profesor Asociado, Universidad de La Salle, Bogotá, Colombia frdiaz@unisalle.edu.co


Resumen

Colombia está viviendo un proceso de transición iniciado a finales de 2016 con la firma del Acuerdo de paz, que puso fin a un conflicto armado de más de 60 años. En el marco de ese proceso se han producido proyectos de arquitectura encaminados a la reparación individual y colectiva de las víctimas, la reincorporación de los exguerrilleros y al buen vivir de comunidades locales. Este artículo presenta parámetros de diseño arquitectónico elaborados por medio de los hallazgos en campo y la revisión de prácticas de diseño relacionadas con la transición. Estos permitirán la revisión de los proyectos arquitectónicos generados en ese escenario y la base para la generación de lineamientos de diseño para los diferentes contextos. El estudio permite concluir la responsabilidad emergente de la arquitectura en el proceso transicional de construcción de la paz en Colombia y la necesidad de diseñar herramientas para su aporte efectivo a este proceso.

Palabras clave: diseño arquitectónico; Acuerdo de paz; hábitat; consolidación de la paz; Colombia

Abstract

Colombia is experiencing a transition process that began in late 2016 with the signing of the peace agreement that ended an armed conflict of more than 60 years. As part of this process, architectural projects aiming at the individual and collective reparation of victims, the reincorporation of ex-guerrillas, and the well-being of local communities have been produced. This article presents architectural design parameters elaborated through field findings and the review of design practices related to the transition. Those parameters will allow the review of architectural projects generated in this scenario and the basis for the generation of design guidelines for different contexts. The study allows concluding the emerging responsibility of architecture in the transitional process of peace building in Colombia and the need to design tools for its effective contribution to this process.

Keywords: architectural design; peace agreement; habitat; peacebuilding; Colombia

Resumo

A Colômbia está passando por um processo de transição que começou no final de 2016 com a assinatura do Acordo de paz que pôs um fim a um conflito armado que durou mais de 60 anos. Este processo produziu projetos arquite-tônicos destinados à reparação individual e coletiva das vítimas, à reincorporação de ex-guerrilheiros e à boa vida das comunidades locais. Este artigo apresenta parâmetros de projeto arquitetônico elaborados através de resultados de campo e da revisão das práticas de projeto relacionadas à transição. Estes permitirão a revisão dos projetos arquite-tônicos gerados nesse cenário e a base para a geração de di-retrizes de projeto para diferentes contextos. O estudo nos permite concluir a responsabilidade emergente da arquite-tura no processo de transição para a construção da paz na Colômbia e a necessidade de projetar ferramentas para sua contribuição efetiva a este processo.

Palavras-chave: desenho arquitetônico; acordo de paz; habitat; construção da paz; Colômbia

Résumé

La Colombie est en train de vivre un processus de transition, qui a débuté fin 2016 avec la signature de l'Accord de paix qui a mis fin à un conflit armé qui a duré plus de 60 ans. Dans le cadre de ce processus, des projets architecturaux ont été réalisés en vue de réparation individuelle et collective des victimes, à la réincorporation des ex-guérilleros et au bien-vivre des communautés locales. Cet article présente les paramètres de conception architecturale élaborés à travers les résultats sur le terrain et la révision des pratiques de conception liées à la transition. Ceux-ci permettront la révision des projets architecturaux générés dans ce scénario et la base pour la génération de lignes directrices de conception pour les différents contextes. L'étude permet de conclure la responsabilité émergente de l'architecture dans le processus transitoire de consolidation de la paix en Colombie et la nécessité de concevoir des outils pour apporter une contribution efficace à ce processus.

Mots-clés: dessin d'architecture; accord de paix; habitat; consolidation de la paix; Colombie

La implementación de los PDET y los ETCR ha mostrado escenarios de diseño arquitectónico prototípico que carecen de la comprensión de las necesidades locales y de las características del entorno, como el clima, la topografía, las vocaciones productivas, los sueños y la visión de futuro de los habitantes, entre otras.

Introducción

Colombia puso fin a uno de los conflictos internos más largos de la historia del mundo, el conflicto armado con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo, conocido por las siglas FARC-EP. Durante la guerra, gran parte del territorio nacional fue escenario de enfrentamientos armados que afectaban recurrentemente a la población civil, generando destrucción de caseríos, infraestructura, equipamientos comunales y desplazamiento forzado. Según la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las víctimas (2021), desde el 1 de enero de 1985 se han registrado 11'474,217 hechos victimizantes que han causado 8'101,759 víctimas de desplazamiento forzado, 1'060,493 homicidios y 93,912 actos terroristas como atentados y hostigamientos.

En el año 2012, el gobierno de turno y la guerrilla de las FARC-EP acordaron iniciar los Diálogos de Paz. La firma del acuerdo fue el resultado de un proceso de cuatro años, culminados el 24 de noviembre de 2016. Este evento marcó el inicio de una época denominada posacuerdo y se constituyó como el punto de partida de un periodo de transición hacia la paz en el cual diferentes sectores locales, nacionales e internacionales adoptan iniciativas encaminadas a generar o mejorar infraestructura, equipamientos y vivienda en diferentes territorios del país. La arquitectura aparece en ese contexto como un instrumento para la innovación y la transformación, en respuesta a un proceso de transición económica, social y ecológica, y como un dispositivo de actuación local en el escenario complejo de construcción de paz en Colombia.

El diseño para la transición es un concepto emergente al cual han contribuido diferentes teorías y prácticas en las últimas décadas, principalmente provenientes del sur global. Estas han planteado elementos relevantes que pueden ser recogidos para la postura holística e innovadora que demanda el diseño arquitectónico para la transición hacia la paz, en donde los componentes históricos, económicos, ecológicos y socioculturales contribuyen a superar el paradigma moderno y contemporáneo de la arquitectura, basado principalmente en determinantes técnicas, espaciales y funcionales.

En ese sentido, se hace necesario reflexionar sobre las características que debe tener el diseño arquitectónico en un proceso de transición para optimizar su aporte a la construcción de paz en Colombia. Entonces, el planteamiento de parámetros estructurados a partir de variables, dimensiones e indicadores, facilitará la revisión de los proyectos ejecutados y los procesos de diseño arquitectónico actuales y futuros.

La Transición de la Guerra a la Paz como Escenario de Proyecto Arquitectónico

Las diferentes visiones y definiciones de la transición nos acercan a la identificación del papel del diseño en la configuración de la sociedad en sus diferentes dimensiones. Thomas Berry (1999) insiste en que vivimos un periodo en donde "los humanos deben estar presentes en la tierra con el objetivo de mejorar mutuamente y convertirse en participantes funcionales de la tierra. Hacer esto implica reinventar lo humano" (p. 3). Tony Fry (2015), por su parte, refuerza, afirmando que "se puede decir que no hay supervivencia sin reorientación, y este imperativo es la medida de la importancia del diseño" (p. 418).

Estos autores representan el puente entre las visiones de la transición a nivel global y la responsabilidad de los diseñadores en ella, principalmente desde las epistemologías del norte. Su visión, si bien comprende las crisis ecológicas y sociales del planeta, debe contextualizarse en escenarios específicos y únicos como el conflicto armado en Colombia.

Los procesos de transición asociados a conflictos armados en la historia de la humanidad han desencadenado corrientes artísticas, estéticas e industriales que condicionan inevitablemente la arquitectura. "En la posguerra de los años veinte los arquitectos de toda Europa buscaron nuevas soluciones a las necesidades de bienestar (viviendas, centros de salud, guarderías)" (Piquard & Swenarton, 2011, p. 4). El proceso se repite con la demanda generalizada, en la segunda posguerra, de viviendas, escuelas, hospitales y reconstrucción urbana en toda Europa y en las fases posteriores de otros conflictos armados como respuesta a la alteración de las dinámicas territoriales y la esperanza de la no repetición de la guerra.

Esta reflexión nos pone frente a la cuestión de un posible estilo o lenguaje arquitectónico emergente que corresponda al periodo de transición hacia la paz estable en Colombia. Sin embargo, no es el objetivo de este artículo concentrarse en las discusiones del lenguaje, sino en aquellas relativas a la práctica del diseño, con preguntas como si el diseñador arquitectónico debe seguir actuando desde los paradigmas actuales de la arquitectura cuando opera en contextos diferentes; cómo garantizar que la arquitectura aporte efectivamente a la construcción de la paz, o cómo generar desde el diseño procesos de autonomía y gestión comunitaria del hábitat rural.

Las posturas frente a la transición desde el sur global incluyen ideas como el posdesarrollo, en el que se proponen alternativas al desarrollo para lograr el buen vivir mientras se convive con modelos extracti-vistas (Gudynas & Acosta, 2011, p. 82). Esta posición se preocupa por la ecología, la justicia social, la auto-nomía local y el cuestionamiento del capitalismo y el liberalismo (Escobar, 2019, p. 170), pero reconoce que en América Latina es lejano el escenario en el cual se logrará omitir la dependencia de los hidrocarburos y la minería y se reemplazarán por economías basadas en alternativas locales como la agricultura o el ecoturismo.

El acuerdo de paz en Colombia recoge parte de este argumento en la propuesta para la Reforma rural integral, primer punto de la agenda temática de la Mesa de negociación. En él se propone "garantizar el desarrollo de la economía campesina y familiar como base de la soberanía alimentaria del país" (Forjando Paz, 2017, p. 12), como una alternativa para resolver la pobreza rural y el predominio de la agroindustria y los monocultivos. La Reforma rural integral también reconoce la inequitativa distribución de la tierra como un problema a resolver en la implementación del acuerdo final, por medio de la "democratización del acceso a la tierra en beneficio de las comunidades rurales más afectadas por la pobreza, el abandono estatal y el conflicto" (Forjando Paz, 2017, p. 12). El Gobierno y las FARC-EP se plantean el objetivo común de "contribuir a la transformación estructural del campo, cerrando las brechas entre el campo y la ciudad, creando condiciones de bienestar y buen vivir para la población rural" (Gobierno Nacional de Colombia & FARC-EP, 2016, p. 5) .

Estas discusiones centrales del Acuerdo de paz no están desligadas de las reflexiones globales de la transición, en las que se reconoce el modelo desarrollista como responsable de las crisis y se propone otra alternativa de vida en donde el concepto de buen vivir es designado como un objetivo en el proceso de construcción de paz. Este mismo concepto, abordado anteriormente en países como Ecuador y Bolivia, incluso en su Constitución Política, es discutido y presentado por Gudynas y Acosta (2011) como una alternativa al desarrollo:

Este resulta de una recuperación de saberes y sensibilidades propias de algunos pueblos indígenas, que eran tanto una reacción contra el desarrollismo convencional, como una apuesta a una alternativa sustancial. De esta manera se apartaba de las ideas occidentales convencionales del progreso, y apuntaba hacia otra concepción de la vida buena, incluyendo una especial atención a la Naturaleza. (p. 76)

La lectura del papel de la arquitectura en la transición, en el contexto del sur global y particularmente en Colombia, requiere ubicar la crisis social en el centro de una discusión en donde el conflicto armado ha sido generador de dinámicas socioespaciales como la precariedad de las viviendas, el desplazamiento forzado, la falta de acceso a la tierra y el déficit de infraestructura y equipamientos. En "la comprensión del diseño en contextos de guerra y paz, destacando la necesidad de reorientarlo para que sea relevante frente a nuestras propias realidades, hay un gran desafío para la imaginación de la re-existencia" (Lopera-Molano & Lopera-Molano, 2020, p. 15).

Piquard y Swenarton (2011) abordan la discusión sobre el papel de la arquitectura en los procesos de posguerra argumentando que "trabajar en la arquitectura y el espacio por sí solo no puede reducir o transformar el conflicto; pero entender la dimensión espacial del conflicto puede ser crucial para dar una respuesta integral al mismo" (p. 7). En esa línea, la práctica del diseño arquitectónico dentro de las condiciones para garantizar una paz estable y duradera implica apuntar necesariamente a la recuperación de su función social desde la comprensión de las dinámicas espaciales asociadas al posacuerdo.

Otra visión del proyecto en contextos de posguerra la presentan Erika Tatiana Ayala, Rubén Darío Rodríguez y Eduardo Gabriel Osorio (2016), quienes sostienen que el proyecto arquitectónico se debe convertir en un "medio para contar las historias, los hechos y las narraciones que conforman y nutren el espacio y el imaginario colectivo" (p. 47). Camilo Isaak (2016), a su vez, afirma con relación al rol de la arquitectura que esta debe "construir la ausencia de los actos que quedarán en el pasado, de aquellos que vivieron y sufrieron el conflicto, de las víctimas. Construir la memoria para los que quedarán, un lugar para que esa ausencia sea evocada y recordada" (p. 84).

Indudablemente la arquitectura para la memoria tiene un papel indispensable en la no repetición, pero también el diseño arquitectónico debe localizarse como una práctica transformadora de los procesos autónomos de las comunidades que construyen desde y no solo para la memoria. Allí, el diseño se convierte en una práctica cotidiana que genera visión de futuro, arraigo y apropiación por el territorio y los modos de habitarlo nuevamente, en ausencia de conflicto armado. En ese sentido, "el potencial que la arquitectura puede ofrecer para la transformación de los conflictos y la construcción de una paz sostenible aún debe ser explorado" (Piquard & Swenarton, 2011, p. 7).

Un escenario de actuación frente a las cuestiones planteadas anteriormente está en juego en los instrumentos de implementación del Acuerdo de paz. En primer lugar, los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial -PDET- definidos por la Agencia de Renovación del Territorio (2021) como instrumentos especiales de "planificación y gestión a 15 años, que tienen como objetivo estabilizar y transformar los territorios más afectados por la violencia, la pobreza, las economías ilícitas y la debilidad institucional, y así lograr el desarrollo rural que requieren estos 170 municipios" (Agencia de Renovación del Territorio, 2021). Por medio de estos programas, el gobierno colombiano ha llevado a cabo diferentes obras de mejoramiento de escuelas, diseño y construcción de baterías sanitarias, parques y casetas comunitarias.

Fuente: Foto del autor (2021).

Figura 1 Caseta Comunitaria construida en el marco de los PDET en San José del Guaviare 

Por otro lado, están los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación -ETCR-, definidos por la Agencia para la Reincorporación y Normalización (2021) como lugares donde "se realizan actividades de capacitación y reincorporación temprana con las cuales se pretende facilitar las fases iniciales de adaptación de los miembros de las FARC-EP a la vida civil" (Agencia para la Reincorporación y Normalización, 2021). Esta figura jurídica terminó el 15 de agosto de 2019; a partir de entonces, estos espacios entraron en un proceso de transición bajo la figura de Antiguos ETCR, con la meta de convertirse en centros poblados o de ser trasladados o intervenidos.

Estos dos instrumentos, PDET y AETCR, han permitido un evidente ejercicio de la arquitectura como dispositivo para aportar a la construcción de paz desde los espacios comunes y domésticos. Sus resultados son cuestionables y sujetos a verificación, no solo por aspectos técnicos, económicos o funcionales, sino principalmente por cuenta de la tendencia prototípica de las soluciones arquitectónicas otorgadas, frente a la pluriversalidad de las comunidades y los territorios habitados.

En la Figura 2 podemos ver un mapa en donde se ubica el diseño para la transición, en relación con las diferentes dimensiones del posacuerdo en Colombia. El momento histórico que estamos viviendo presenta alternativas de actuación para un futuro deseado en donde el diseño arquitectónico debe integrar diferentes factores históricos, políticos, sociales, económicos, ecológicos y técnicos para, así, aportar a la construcción de la paz.

Fuente: Elaboración propia (2021).

Figura 2 La práctica del diseño para la transición en el contexto del posacuerdo en Colombia 

Aportes desde las Prácticas de Diseño del Sur Global

La metodología utilizada para este estudio tiene como fase precedente el trabajo de campo realizado entre 2018 y 2021 en San José del Guaviare, uno de los 170 municipios PDET y sede de dos de los 24 ETCR construidos en el país. Sus actividades permitieron un acercamiento directo con comunidades campesinas, exguerrilleros e indígenas, y la recolección de información con respecto a los resultados de la implementación de estos instrumentos.

Como resultado del trabajo de campo se pueden resumir tres hallazgos principales. Primero, existe un desconocimiento por parte de los diseñadores de las determinantes y condicionantes propias del territorio en el proceso de diseño arquitectónico de las viviendas, los centros comunitarios, las baterías sanitarias y los equipamientos de soporte de las actividades productivas. Segundo, el diseño en estos escenarios no involucró las inquietudes, prácticas y saberes locales, ni individuales ni colectivos, de los habitantes del lugar. Tercero, no se integró una visión de futuro sostenible de las comunidades. Hay un carácter provisional de las viviendas y una desarticulación de la arquitectura con las costumbres y modos de habitar.

La siguiente fase metodológica requiere el diseño de un instrumento estructurado a partir de variables, dimensiones e indicadores cualitativos y cuantitativos, para poder evaluar las prácticas de diseño arquitectónico en este contexto. Este instrumento integra los hallazgos de la fase de campo, la revisión de algunas prácticas vigentes en la discusión del diseño para la transición y su conexión con las necesidades particulares del posacuerdo en Colombia. Para eso, se revisaron los aportes propuestos desde el diseño ontológico, el diseño para la innovación social, la producción social del hábitat y los saberes colectivos.

Una premisa fundamental del diseño ontológico, presentada con la aproximación que hiciera Anne Marie Willis (2006), corresponde a la idea de un diseño localizado, que incluye el reconocimiento de la existencia de diferentes mundos que se componen de sistemas interconectados entre sí: la comprensión del pluriverso. Esto permite un abordaje holístico de los problemas en las diferentes escalas espaciotemporales. Willis define una "condición que siempre está situada [la condición de la mundanidad], y por lo tanto un punto de partida para comprender los modos de ser humano como la vivienda y la actividad con un propósito [por ejemplo, trabajar o diseñar]" (p. 94). Arturo Escobar (2019) complementa:

El diseño ontológico como un medio para pensar en, y contribuir a, la transición de la hegemonía de la ontologia moderna de un solo mundo a un pluriverso de configuraciones socio-naturales. En este contexto los diseños para el pluriverso se convierten en una herramienta para reimaginar y reconstruir mundos locales. (p. 27)

El diseñador para las transiciones se debe ocupar de la comprensión integral del entorno en el cual se localiza un proyecto arquitectónico para poder imaginar cómo será su funcionamiento en el tiempo y diseñar la interacción del usuario o habitante con el espacio. "El diseño con conocimiento del funcionamiento de las cosas será cualitativamente diferente de cualquier tipo de diseño que no lo conozca. Así, se puede pasar del diseño ontológico como la denominación de algo al diseño ontológico como práctica" (Willis, 2006, pp. 90-91). Al ser una práctica de diseño y no solo una teoría, el diseño ontológico puede actuar mediante diferentes herramientas y dispositivos en la transición hacia la paz en Colombia, permeando los procesos mediante los cuales se está llevando a cabo la ejecución de proyectos cuya premisa de actuación es la participación comunitaria y la autogestión.

La implementación de los PDET y los ETCR ha mostrado escenarios de diseño arquitectónico prototípico que carecen de la comprensión de las necesidades locales y de las características del entorno, como el clima, la topografía, las vocaciones productivas, los sueños y la visión de futuro de los habitantes, entre otras. Esta característica ha agilizado los procesos de diseño y construcción de viviendas, centros comunitarios y parques, pero con una proyección de corta duración y una baja apropiación e identificación por parte de los usuarios.

El uso de herramientas para la acción y la participación en el diseño ha sido recurrente también en el diseño para la innovación social, una disciplina en evolución cuyos objetivos abordan ámbitos como lo social, lo cultural y la economía local (Irwin, 2015, p. 230). El diseño para la innovación social parte del cuestionamiento sobre el papel del proyecto en sus diversas formas, para luchar por una innovación social, económica y ecológica que pueda definirse como verdaderamente sostenible.

Fuente: Foto del autor (2019).

Figura 3 ETCR Marco Aurelio Buendía, San José del Guaviare  

El diseño arquitectónico, abordado desde el diseño para la innovación social, plantea un sistema operacional en el que conviven y participan figuras expertas y no expertas. Al respecto, Ezio Manzini (2015) caracteriza el diseño para la innovación social como "todo lo que el diseño experto puede hacer para activar, sostener y orientar los procesos de cambio social hacia la sostenibilidad" (p. 62). La existencia del diseño experto en arquitectura implica una interacción con el diseño no experto o difuso, en una relación horizontal donde el arquitecto se deshace de sus intereses particulares y se posiciona como facilitador de procesos guiados por los intereses de los habitantes locales. "Los nuevos métodos destacan la investigación en las fases iniciales del proceso, con el diseñador como facilitador y mediador más que como experto" (Escobar, 2019, p. 52), promoviendo la interdisciplinariedad y el intercambio de saberes en pro de un objetivo común.

Esta práctica puede tener un gran aporte en los procesos que empiezan a gestarse en las comunidades resilientes del posacuerdo, y puede contribuir a los objetivos pactados en los diferentes puntos del acuerdo, en la medida en que genera cohesión y autonomía. Los diseñadores expertos pueden contribuir a abordar los problemas de la vida cotidiana de manera estratégica y flexible, transformando las comunidades en laboratorios permanentes para la experimentación de formas de innovación social.

Fuente: Elaboración propia (2021).

Figura 4 Aportes al diseño para la transición desde algunas prácticas de diseño relacionadas 

Una práctica emergente surgida en América Latina como respuesta a las rupturas asociadas a la transición es la producción social del hábitat. Esta se plantea como un proceso alternativo y viable a los modelos de vivienda controlados por el estado y las grandes constructoras privadas que no contemplan la participación de los habitantes y que, con frecuencia, tampoco garantizan una vivienda adecuada. Por el contrario, estos procesos presentan escenarios de participación comunitaria que promueven la autonomía, la autogestión y la propiedad colectiva. "Para millones de personas, se trata de una alternativa, a veces la única, para convertir en realidad el acceso a un derecho social fundamental como es la vivienda adecuada" (Coalición Internacional para el Hábitat - oficina para América Latina HIC-AL, 2017, p. 9). La producción social del hábitat es, en consecuencia, "una de las disciplinas llamadas a la formulación de herramientas aplicables que permitan superar la desigualdad física y social del territorio urbano, lo que resulta de su entera competencia" (Sepúlveda, 2012, p. 155) y, de esta manera, contribuir a la democratización de la tierra contemplada en el punto 1 del acuerdo que estructura la Reforma rural integral.

María Inés García-Reyes y Stefano Anzellini (2019) han desarrollado recientemente en Colombia una práctica de construcción conjunta de conocimiento que busca soluciones arquitectónicas y técnicas coherentes con el contexto en el que se emplazan. Saberes Colectivos se basa metodológicamente en la interacción activa de habitantes, técnicos y profesionales, para lograr la comprensión de las condiciones físicas, espaciales y ambientales del lugar y las prácticas de habitar. Esta interacción se da en todas las etapas del proceso: reconocimiento, proyectación, construcción y legitimación (p. 39).

La aplicación de esta metodología en diferentes proyectos les ha permitido a los autores de saberes colectivos afirmar, a modo de aprendizajes y recomendaciones:

Fuente: Elaboración propia (2021).

Figura 5 Parámetros de diseño arquitectónico para la transición  

La comunicación: [...] Los aportes y los resultados los deben compartir y validar constantemente los sujetos participantes; [...] La valoración y el respeto por lo local: las técnicas vernáculas y artesanales están vivas en muchísimos lugares del campo colombiano; de ahí que sea fundamental asegurar su sostenibilidad ambiental, social y económica. [...] La participación: el método de encuentro de saberes y de saberes colectivos propicia el respeto mutuo y pone en evidencia y en valor saberes locales patrimoniales inestimables que aportan a las decisiones técnicas y de gestión. [...] El trabajo en obra: es recomendable combinar trabajo voluntario y contratado, según los momentos de los proyectos y los compromisos adquiridos. [...] La formación: la actitud de reciprocidad es clave; se debe buscar que todos los participantes queden con la certeza de que "recibimos conocimiento, fuimos discípulos, y también transmitimos" (García-Reyes & Anzellini, 2019, p. 45).

Esta metodología integra seriamente el asunto de lo local como base fundamental para el éxito de los proyectos. Escuchar y comprender las necesidades de los habitantes, y ubicarlas en diálogos horizontales, puede generar apropiación por parte de los beneficiarios de los proyectos, reduciendo el riesgo de abandono de estos en fases intermedias o la percepción de no propiedad de los espacios construidos por entidades ajenas al territorio.

Los principales aportes recogidos de estas prácticas revisadas se pueden evidenciar en la Figura 4. Esta aproximación nos permite evidenciar que la transformación en el proyecto arquitectónico, de cara a la transición, no incluye solo las cuestiones espaciales, funcionales y técnicas, sino que nos demanda una transformación tanto en la forma en que entendemos lo que nos rodea como en la manera en que interactuamos continuamente con el espacio, por medio de prácticas cotidianas, para aportar efectivamente a la habitabilidad y bienestar del ser humano. Esta transformación corresponde a cambios de pensamiento y de los paradigmas bajo los cuales se ha creado arquitectura en las últimas décadas. Terry Winograd y Fernando Flores (1986) sostienen que

estamos haciendo más que preguntar qué se puede construir. Estamos participando en un discurso filosófico sobre el ser - sobre lo que podemos hacer y lo que puede ser. Las herramientas son fundamentales para la acción y a través de nuestras acciones generamos el mundo. (p. 179)

Los parámetros de diseño arquitectónico para la Transición

El resultado principal de este trabajo se centra en la definición de cinco variables, a partir de la metodología explicada anteriormente. Estas variables se dividieron en dos: aquellas que están presentes en el diseño arquitectónico convencional, útiles en la evaluación y caracterización de cualquier proyecto arquitectónico, y aquellas propias de las reflexiones de la transición, útiles para los proyectos enmarcados en el proceso de construcción de paz en contextos como Colombia.

Variables Convencionales de Diseño Arquitectónico

Estas variables estás asociadas a los paradigmas tradicionales de la arquitectura. Permiten caracterizar y evaluar el diseño desde la forma, el espacio, la función y la técnica. Por medio de estas variables se pueden medir, de manera cualitativa o cuantitativa, los aspectos mínimos verificables en cualquier proyecto arquitectónico. Son ejemplos frecuentes de estas variables las dimensiones abordadas en la búsqueda de proyectos que se puedan calificar como proporcionados, estéticos, confortables, bien implantados, funcionales, viables, etc.

La primera variable corresponde a la forma y el espacio. Esta variable se compone de dimensiones como la tipología arquitectónica, la proporción espacial y volumétrica, las relaciones espaciales, la flexibilidad del espacio y los principios de orden. Algunos indicadores que se utilizan frecuentemente para medirla están relacionados con las formas de distribución, la proporción, el área, los cerramientos, entre otros. Entender, caracterizar y evaluar la forma y el espacio será siempre un requisito ineludible en el proyecto arquitectónico.

A partir de la comprensión de las necesidades formales y espaciales en un escenario de posacuerdo se entienden de manera particular dimensiones como la adaptabilidad y flexibilidad de los espacios, de modo que se puedan hacer adecuaciones a diferentes actividades económicas y proyectos productivos en la implementación de los puntos uno y cuatro del Acuerdo de paz, relacionados respectivamente con la Reforma rural integral y la solución al problema de las drogas ilícitas; y el diseño de espacios arquitectónicos con crecimiento progresivo, de modo que los habitantes de una comunidad puedan diseñar y gestionar su visión a futuro.

La segunda variable pretende evaluar la actividad y las relaciones. En esta variable se establecen dimensiones como la interacción con el espacio, el programa arquitectónico y la comprensión de los modos de habitar. Algunos de los indicadores que se utilizan para medirla son la cantidad de espacios, la funcionalidad y multifuncionalidad, la apropiación del espacio, las conexiones espaciales, el mobiliario, etc.

En esta variable se considera la multifuncionalidad como un indicador importante en la manera como la arquitectura aporta a los puntos uno y cuatro del Acuerdo de paz, es decir, en la búsqueda de la no repetición de las economías de guerra por medio de espacios útiles y adecuados para la consolidación de los proyectos productivos emergentes. Asimismo, los proyectos deben incluir también el programa arquitectónico como consenso de las actividades asociadas a los modos de habitar propios de cada lugar.

La tercera variable se refiere a los aspectos de la técnica y tecnología del proyecto. En esta variable se pueden identificar dimensiones como el confort, el sistema constructivo y estructural, la materialidad y la viabilidad del proyecto, entre otros. Los indicadores incluyen aspectos como el aprovechamiento de agua lluvia, el uso de energía solar, el aprovechamiento de residuos, la implementación de prácticas y materiales locales y los costos.

En esta variable se incluyen indicadores de particular sensibilidad en los procesos de transición: la presencia de prácticas constructivas propias y mano de obra local que reconozca los diferentes conocimientos de los habitantes; la integración a los procesos de diseño arquitectónico de propuestas de manejo de recursos naturales y residuos, y la inclusión de eco-tecnias y otras prácticas innovadoras cuyo diseño e implementación sean permanentes. Los dos últimos están alineados con la protección del medio ambiente en el país, uno de los propósitos de la Reforma rural integral incluida en el Acuerdo de paz.

Variables del Diseño Arquitectónico para la Transición

Los diseñadores para la transición son los responsables de revisar los objetivos, metodologías y herramientas del diseño del espacio y el hábitat para reformulados, alineándolos con los retos de la transición. Esta afirmación es reforzada por Fry (2015), quien aclara que "las declaraciones arquitectónicas egocéntricas y las ficciones de planificación maestra medidas con la escala del imperativo no están simplemente fuera de lugar; son crímenes contra el futuro" (p. 48). Esta posición sugiere la necesidad de realizar ajustes en las prácticas de diseño arquitectónico para basarlas en la visión de futuro, volverlas participativas, colaborativas y localizadas; para que incluyan mecanismos para la no repetición del conflicto y se conecten con los objetivos pactados en el Acuerdo de paz.

En ese sentido, y con el propósito de realizar un aporte centrado en las discusiones propias del contexto de posacuerdo en Colombia, se propusieron dos variables de diseño arquitectónico para la transición. La primera de estas se centra en el contexto y la ecología. Esta variable pretende evaluar la comprensión de las causas de la crisis ecológica y medir los dispositivos que se implementen en el proyecto para hacerles frente.

Los indicadores de esta variable ayudan a medir tres dimensiones. Primero, la accesibilidad y las conexiones, con una ubicación estratégica del proyecto consensuada con los usuarios, teniendo en cuenta la infraestructura vial, la distancia a los centros poblados y la armonía con el entorno. Segundo, la disponibilidad de agua potable, energía y otros recursos para la realización de los procesos, teniendo en cuenta que en muchos territorios rurales hay precariedad y déficit en los servicios públicos y, por lo tanto, que el diseño debe dar respuestas al respecto. Tercero, la localización del diseño que, a diferencia de la localización del objeto construido, requiere la generación de criterios y prácticas que se localicen en un mundo y que pertenezcan solo a él: la comprensión del pluriverso.

La segunda variable propuesta para el diseño para la transición es la del sentido y significado. Sus indicadores permiten medir principalmente cuatro dimensiones. Primero, la promoción de la autonomía, en la medida en que cada comunidad tendrá el escenario de desarrollo de recursos y herramientas propias para dar el siguiente paso. La creación de las condiciones para la autogestión y mantenimiento de la infraestructura, los equipamientos y las viviendas, podrá garantizar la sostenibilidad a futuro. En esa medida, se debe considerar también el diseño de la interacción entre el usuario y el proyecto arquitectónico. En el proceso de construcción de paz, lograr la autonomía no significa desconectarse del centralismo del Estado, sino reducir la dependencia de este para minimizar los impactos de la marginalidad.

La segunda dimensión medible tiene que ver con el co-diseño y la participación. En el diseño arquitectónico para las transiciones, el diseñador es un facilitador y se aleja de la imposición del conocimiento experto, sustituyéndolo por una horizontalidad en las relaciones interdisciplinares con los demás participantes expertos, difusos y empíricos. Esto permite una interconexión y un desarrollo integral de los proyectos, favoreciendo la apropiación de los procesos por parte de los interesados.

En tercer lugar, la dimensión de la formación y el intercambio de saberes, incluyendo la realización de prácticas pedagógicas en los procesos de diseño y la instalación de estas en la cultura local, pueden también ser medidos a partir de la variable sentido y significado. Los años de la guerra fueron escenario del desarrollo de diversas habilidades en los miembros de la guerrilla y en campesinos y comunidades locales, que tienen hoy la oportunidad de reconciliarse en la reincorporación y de generar espacios de aprendizaje colectivo continuo.

La cuarta dimensión sería la relacionada con la visión hacia el futuro. El diseño arquitectónico para la transición incluye prácticas pensadas para el largo plazo. En el contexto de la construcción de paz estable y duradera en Colombia, los proyectos deben integrar soluciones pensadas para la no repetición del conflicto. Los puntos tres y cinco del Acuerdo de paz, que hablan respectivamente del fin del conflicto y de las víctimas de este, pueden recibir aportes significativos desde la arquitectura por medio de la comprensión de la memoria y la inclusión de propuestas progresivas, localizadas y sostenibles en el tiempo.

En la Figura 5 se sintetizan los parámetros propuestos y la interacción entre las variables convencionales de diseño arquitectónico, las variables del diseño para la transición y las dimensiones e indicadores diseñados para la medición de estas. Estos parámetros podrán ser utilizado no solo para la evaluación de los proyectos ejecutados en el marco de la implementación del Acuerdo de paz, sino como herramienta dinámica de diseño arquitectónico para la transición en procesos de construcción de paz en otros territorios, particularmente en aquellos donde está presente la discusión de alternativas frente al olvido del estado, la marginalidad y los diferentes conflictos territoriales.

Conclusión

El diseño arquitectónico tiene un papel emergente en la realidad colombiana. El escenario que se está creando desde la implementación del Acuerdo de paz, con iniciativas provenientes del gobierno, las ONG y las comunidades locales, implica la reflexión continua sobre las prácticas de diseño. La sensibilidad del momento presente y futuro requiere instrumentos multidisciplinares para la no repetición del conflicto y la búsqueda del buen vivir.

En ese sentido, los parámetros de diseño arquitectónico propuestos se deben comprender como una herramienta dinámica que requiere ajustes y actualizaciones continuas en la medida en que se reconocen las características diferentes de los territorios y se comprenden las necesidades específicas de cada uno. El escenario también solicita una crítica rigurosa de los proyectos arquitectónicos que se están construyendo a nivel nacional en el marco de la implementación de los acuerdos, para evitar el abandono posterior de los proyectos, la falta de apropiación por parte del usuario y el fracaso en el objetivo de conseguir la implementación paulatina de los puntos del acuerdo y la construcción de la paz que tanto se anhela en el país.

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1Este artículo es resultado de la investigación realizada en el marco del Doctorado en Arquitectura, Historia y Proyecto del Politecnico di Torino, Italia y de un proyecto de investigación seleccionado en convocatoria interna de la Universidad de La Salle de Bogotá, Colombia.

Cómo citar este artículo: Diaz Diaz, Freddy. (2022). Diseño arquitectónico para las transiciones. El posAcuerdo de paz en Colombia. Bitácora Urbano Territorial, 32(I): 121-134. https://doi.org/10.15446/bitacora.v32n1.98398

Autor

Freddy Diaz Diaz Profesor e investigador del Laboratorio de Diseño para las Transiciones de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad La Salle de Bogotá, en las áreas de diseño arquitectónico, ecoturismo y diseño para las transiciones. Arquitecto graduado de la Universidad Nacional de Colombia, magister en arquitectura y doctorando en Arquitectura, Historia y Proyecto del Politecnico di Torino, Italia. Con experiencia de 17 años en el diseño y coordinación de proyectos arquitectónicos. Miembro del Grupo de Investigación en Arquitectura, Experimentación y Proyecto, reconocido en el sistema de investigación colombiano MINCIENCIAS.

Abreviaturas, acrónimos y siglas

AETCR - Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación

ETCR - Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación

FARC-EP - Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo

PDET - Proyectos de Desarrollo con Enfoque Territorial

Recibido: 15 de Septiembre de 2021; Aprobado: 04 de Noviembre de 2021

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