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Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales

versão impressa ISSN 0370-3908

Rev. acad. colomb. cienc. exact. fis. nat. vol.45 no.177 Bogotá out./dez. 2021  Epub 08-Fev-2022

https://doi.org/10.18257/raccefyn.1470 

Ciencias del Comportamiento

Psicología evolucionista. Tomando en serio a Darwin

Evolutionary psychology. Taking Darwin seriously

Rubén Ardila1  * 

1 Universidad Nacional de Colombia


Resumen

Se presentan los orígenes de la psicología evolucionista cuyos fundamentos se remontan a las obras de Charles R. Darwin (1859, 1871, 1872). En sus principales libros se encuentran referencias a la mente, el comportamiento y la cognición de los seres humanos y de animales no humanos. Darwin afirmaba que la teoría de la evolución contribuiría a entender mejor a la especie humana y su comportamiento y que la psicología podría estudiarse bajo una "nueva luz". Más adelante aparece la sociobiología de Wilson (1975) y, posteriormente, la psicología evolucionista (Buss, 1999; Cosmides & Tooby, 1992, 2005, 2017; Barkow, et aL, 1992), la cual propone respuestas frente a las limitaciones de la sociobiología. La psicología evolucionista es uno de los campos de investigación y teorización de mayor relevancia en las ciencias del comportamiento en estas primeras décadas del siglo XXI. El presente artículo analiza los orígenes de la psicología evolucionista, su desarrollo, sus logros, sus limitaciones y las críticas que ha recibido.

Palabras clave: Psicología evolucionista; Natura-Nurtura; Cultura

Abstract

In this article, the origins of evolutionary psychology are presented beginning with Charles R. Darwin's main works (1859, 1871, 1872). In his books, Darwin wrote about the mind, the behavior, and the cognition of human and non-human animals. He stated that the theory of evolution could contribute to a better understanding of the human species and its behavior and that psychology could be studied in a "new light". Many years later, Wilson (1975) introduced sociobiology as a discipline, and later, other authors set the fundamentals of evolutionary psychology (Buss, 1999; Cosmides & Tooby, 1992, 2005, 2017; Barkow, et aL, 1992). Evolutionary psychology has been one of the most relevant research and theorizing fields in behavioral sciences in the first decades of the 21st Century. The present paper analyzes the origins of evolutionary psychology, its development, achievements, and the criticism it has received.

Key words: Evolutionary psychology; Nature-nurture; Culture

Introducción

Los psicólogos han dado gran importancia a la teoría de la evolución desde que esta fue propuesta en su acepción moderna por Charles R. Darwin (1809-1882). Uno de los pivotes de la psicología contemporánea es la teoría de la evolución, aunque su aceptación por los psicólogos de finales del siglo XIX y durante el siglo XX adoptó formas diversas. Darwin se refirió a temas psicológicos en sus tres obras principales: On the origin of species (1859), The descent of man and selection in relation to sex (1871), y The expression of emotions in man and animals (1872), especialmente en las dos últimas. En el decenio de 1990 aparece la psicología evolucionista, que investiga los fenómenos psicológicos bajo una nueva luz, como quería Darwin. Buss, Tooby, Cosmides, Barkow, Symons y otros científicos estudiaron la estructura psicológica desde una perspectiva evolucionista moderna. La psicología evolucionista propuesta por ellos, y que difiere de la llamada "sociobiología", busca identificar la forma en que los rasgos psicológicos adaptativos evolucionaron como productos funcionales de la selección natural o de la selección sexual de la evolución humana. La psicología evolucionista afirma que la modularidad de la mente es similar a la del cuerpo y que diferentes adaptaciones modulares sirven para diferentes funciones. Gran parte de las adaptaciones psicológicas evolucionaron para resolver problemas recurrentes en los ambientes humanos ancestrales. La mente, según la psicología evolucionista, está formada por muchos mecanismos funcionales que se han desarrollado mediante la selección natural por ser útiles para la supervivencia y la reproducción del organismo. Son productos funcionales de la selección natural en medios ancestrales totalmente diferentes del actual.

El presente artículo traza los orígenes de la psicología evolucionista, sus presupuestos, estado actual, controversias y discusiones, y su lugar en la explicación de la naturaleza y el comportamiento humanos.

Orígenes

La psicología en las décadas recientes ha sido básicamente interaccionista: herencia-ambiente o natura-nurtura. Las explicaciones a los fenómenos del comportamiento se buscaron en el aprendizaje, en el contexto cultural, en las experiencias durante el transcurso de la vida, y en asuntos similares. Se consideró que la mayor parte de lo que hacen o dicen los seres humanos se basa en el aprendizaje, especialmente aquel que tiene lugar durante la primera infancia. Aunque no se ignoró el papel de la genética y la predisposición hacia ciertos comportamientos, se les dio menor relevancia. Generalmente, se habló de la interacción entre herencia y ambiente (el clásico problema natura-nurtura), con un énfasis notorio en el ambiente (Ardila, 2012).

Tópicos como las diferencias individuales, la violencia y la agresión, las aptitudes, los valores, las pautas complejas de conducta, se consideraron productos del ambiente, o de la interacción entre genética y ambiente. Podía tratarse del ambiente físico (calor, frío, toxinas en el aire) o social (la cultura, la familia, las demás personas, la constelación familiar, la escuela, los pares), y también del ambiente interno o externo al organismo.

Las leyes psicológicas se presentan a nivel de comportamiento, incluidas las leyes y los principios de la percepción, la motivación, el aprendizaje, la cognición, el comportamiento social, las actitudes y los valores. Todo se aprende y todo (o casi todo) es susceptible de modificarse si sabemos cómo hacerlo. La mayor parte de la psicología como disciplina científica y como campo de aplicación profesional, se fundamenta en este marco de referencia. La flexibilidad del comportamiento, los orígenes aprendidos de nuestra conducta, son pilares de la ciencia y la profesión psicológicas.

Hubo algunos autores que señalaron que existen tendencias innatas a comportarnos. Fueron posiciones minoritarias que se opusieron al concepto de tabula rasa, que considera que los seres humanos supuestamente naceríamos como una página en blanco en la cual la cultura imprime sus mensajes en forma de actitudes, valores y pautas de conducta. Esta posición mayoritaria (de mainstream) se puso en tela de juicio a partir de las objeciones de Breland & Breland (1961) a la posición de la mayoría en el campo de la psicología. Aparecieron numerosos casos en los cuales era posible señalar que existían tendencias innatas a comportarnos y que el ser humano al nacer no era una tabula rasa. De hecho, en la actualidad nadie considera que lo sea (Pinker, 2002).

La sociobiología

La sociobiología (Wilson, 1975) fue un intento de explicar la conducta con base en la evolución y, específicamente, en la genética de las poblaciones. El término "sociobiología" lo acuñó J.B. Scott en 1948 y lo difundió Wilson en sus obras. La sociobiología de Wilson se centró en la investigación de las conductas sociales, entre ellas, las pautas de apareamiento, las luchas territoriales, las sociedades de insectos y otras. Sus postulados plantean que la presión de la selección conduce a los animales a evolucionar en formas útiles de interacción con el ambiente natural y desemboca en la evolución genética de la conducta social ventajosa.

La sociobiología se define como "la extensión de la biología de las poblaciones y la teoría evolucionista a la organización social". Su recepción en la comunidad científica fue muy variada, con adherentes entusiastas y con grandes críticos, tanto entre los biólogos como entre los científicos del comportamiento o científicos sociales. Se acepta que las conductas han evolucionado a lo largo del tiempo. Los animales actúan en formas que prueban ser exitosas a lo largo del tiempo. La conducta se explica como producto de la selección natural. De hecho, años antes de los trabajos de Wilson se había considerado la influencia de la evolución sobre el comportamiento, como puede verse en las investigaciones de William D. Hamilton, entre otros (Ardila, 1977; Gutiérrez, 2018; Gutiérrez & Papini, 2011; Hamilton, 1964).

Psicología evolucionista

La psicología evolucionista representa una forma de explicar las tendencias a comportarnos que son comunes a toda la humanidad, o al menos así lo parece. Es una manera de mirar los fenómenos psicológicos en su totalidad, no una rama de la psicología ni un "enfoque" de la misma, y representa la revolución más reciente en este campo.

Como ya se señaló, Darwin se había interesado por los fenómenos psicológicos y había escrito al respecto en sus tres libros principales, The origin of species (1859), The descent of man and selection in relation to sex (1871) y The expression of emotions in animals and man (1872). En las conclusiones de su obra fundamental planteaba: "En el futuro veo nuevos campos para investigaciones que son mucho más importantes. La psicología se basará en un nuevo fundamento...que es la necesaria adquisición de cada poder y capacidad mental en forma gradual. Esto servirá para arrojar mucha luz sobre el origen del hombre y su historia (Darwin, 1859).

La psicología evolucionista se define como "una perspectiva de la investigación psicológica que considera a la cognición y la conducta humana en el amplio contexto darwiniano de la adaptación a ambientes físicos y sociales cambiantes y a la forma de enfrentar nuevos retos intelectuales. Difiere de la sociobiología principalmente en su énfasis en los efectos de la selección natural sobre el procesamiento de la información y en la estructura de la mente humana." (American Psychological Association - APA, 2007).

Al igual que la sociobiología, la psicología evolucionista explica la conducta como producto de la selección natural. Considera que la conducta es en gran medida un esfuerzo por preservar nuestros genes en la población. Ciertos genes o sus combinaciones que influyen en los rasgos del comportamiento pueden ser heredados de una generación a otra. La psicología evolucionista trata de establecer las causas últimas de que nuestras características psicológicas permitieran la supervivencia y el éxito reproductivo en el pasado remoto.

Nuestra especie surgió en un ambiente muy diferente del actual, hace varios millones de años, en lo que hoy son las sabanas africanas. En ese ambiente estable la humanidad evolucionó durante la mayor parte de su historia. Esos largos períodos de tiempo en los que nuestros antepasados fueron cazadores-recolectores abarcan lapsos mucho más extensos que el período durante el cual se inventó la agricultura (hace aproximadamente 10.000 años), y no se compara con el período en el cual se organizó la sociedad contemporánea, hace solo unos pocos miles de años. La psicología evolucionista se basa en el presupuesto de que de la misma forma en que se desarrollaron los órganos y sistemas del cuerpo (riñones, corazón, pulmones, sistema inmunológico, entre otros), también la cognición tiene una estructura funcional que posee, a su vez, una base genética y que, por lo tanto, se ha desarrollado por selección natural.

Como han señalado varios psicólogos evolucionistas, los seres humanos han tenido que reconocer regularmente caras, identificar objetos, evitar depredadores, detectar alimentos, cazar animales, calcular distancias, evitar ciertas toxinas, balancearse al caminar, fabricar herramientas, interpretar correctamente las situaciones sociales, ayudar a sus parientes, elegir pareja, inducir a la persona elegida a que los elija, elegir a las personas con alto valor reproductivo, evitar que su pareja tenga descendientes con otras personas, detectar cuando los niños requieren ayuda, mantener amistades, cooperar, combinar adecuadamente tareas.

Tal como ocurre con los órganos y tejidos, la estructura funcional de la "mente" es universal y común a toda la especie humana. Responde a la solución de problemas importantes para la supervivencia y la reproducción. La tarea de los psicólogos evolucionistas es entender los procesos cognitivos estudiando las facultades de supervivencia y las funciones reproductivas que le sirvieron a la especie humana en el ambiente en el cual se originó. En esa naturaleza estable de las sabanas africanas el ambiente social lo conformaban grupos pequeños de cazadores-recolectores, adaptados a su contexto. Este es el ambiente de la adaptabilidad evolutiva (environment of evolutionary adaptedness, EEA). Hemos vivido en ese ambiente durante la mayor parte de nuestra historia evolutiva como especie.

La psicología evolucionista busca responder cuatro preguntas básicas (Buss, 1999): 1) ¿Por qué está la mente diseñada en la forma como lo está, o sea, cuáles procesos causales crearon, moldearon la mente humana para llegar a su forma actual? 2) ¿Cómo está diseñada la mente humana, ¿cuáles son sus mecanismos o partes constitutivas y cómo están organizadas? 3) ¿Cuáles son las funciones de las partes constitutivas y su estructura organizada, es decir, para qué está diseñada la mente? 4) ¿En qué forma la estimulación procedente del ambiente actual, especialmente del ambiente social, interactúa con el diseño de la mente humana para producir la conducta que observamos?

Estas preguntas resumen en buena parte el programa investigativo de la psicología evolucionista. Un marco de referencia para estudiar los fenómenos psicológicos, que tuvo sus orígenes a finales de la década de 1980 y comienzos de la década de 1990, y es hoy una de las perspectivas de investigación más influyentes e importantes de la psicología en estas primeras décadas del siglo XXI, que aspira a integrar la disciplina como un todo.

El surgimiento de la psicología evolucionista ha permitido estudiar el clásico problema de la relación entre natura y nurtura desde una nueva perspectiva. Debe señalarse que un enfoque evolucionista no implica necesariamente un determinismo genético. Implica que existen bases genéticas para la cognición y la conducta, pero no desconoce el aprendizaje cultural. Sin duda gran parte de la conducta humana ocurre en un contexto social y se basa en el aprendizaje. La modificación de las pautas conductuales, y en general la transmisión cultural, tienen un papel especialmente importante en la conducta de los seres humanos. Nunca seremos capaces de entender la naturaleza humana sin entender la cultura y la forma en que influye en lo que hacen los seres humanos.

Fundamentos conceptuales

Los siguientes fundamentos conceptuales de la psicología evolucionista, presentados por Cosmides & Tooby (2005), constituyen la base teórica sobre la que se sustentan la mayor parte de los investigadores.

  1. El cerebro es un computador que la selección natural diseñó para extraer y procesar información del ambiente.

  2. La conducta humana individual es generada por este computador en respuesta a la información que extrae del ambiente. Comprender la conducta requiere articular los programas cognitivos que la generan.

  3. Los programas cognitivos del cerebro humano son adaptaciones. Existen porque produjeron en nuestros antecesores conductas que los capacitaron para sobrevivir y reproducirse.

  4. Los programas cognitivos del cerebro humano pueden o no ser adaptativos ahora. Originalmente lo fueron, en los ambientes ancestrales en los cuales vivió nuestra especie en el pasado.

  5. La selección natural asegura que el cerebro está compuesto por muchos programas diferentes con propósitos especiales que no son un dominio de arquitectura general.

  6. La descripción de la arquitectura computacional evolucionada de nuestros cerebros permite una comprensión sistemática de los fenómenos culturales y sociales.

Es importante señalar que la analogía entre el cerebro y el computador es simplemente eso, una analogía, que muchos investigadores no comparten. Los mecanismos psicológicos son producto de la selección natural, y como se ha indicado, aparecieron para responder a circunstancias específicas en los ambientes de nuestros antecesores. No necesitan ser adaptativos en este momento. Se afirma, asimismo, que existe una analogía entre los órganos y los mecanismos psicológicos o módulos. Los órganos llevan a cabo funciones específicas, no hay órganos de propósito general (el corazón bombea la sangre, el pulmón lleva aire y lo procesa, el hígado limpia el organismo de toxinas). Tampoco hay mecanismos psicológicos de propósito general, sino que surgieron como respuesta a contingencias específicas del ambiente y fueron seleccionados en cuanto contribuyeron a la supervivencia y a la reproducción del organismo.

La psicología evolucionista señala que toda conducta se explica mejor en términos de los mecanismos psicológicos subyacentes que son adaptaciones para resolver un conjunto particular de problemas que los seres humanos enfrentaron en el pasado. Los mecanismos están universalmente distribuidos en los seres humanos y no son susceptibles de mucha variación. Se retoma, por lo tanto, el concepto de naturaleza humana, de universalidad de la especie, de lo que todos los seres humanos tienen en común (Ardila, 2011 a, b). Los psicólogos evolucionistas enfatizan la validez transcultural de sus resultados y afirman que existe consistencia en las respuestas de una amplia variedad de poblaciones humanas.

La metodología utilizada en psicología evolucionista abarca todos los métodos estándar de investigación utilizados por los psicólogos para probar hipótesis, incluidos experimentos de laboratorio, técnicas observacionales, técnicas fisiológicas, cuestionarios, instrumentos mecánicos de registro, métodos genéticos, técnicas de imagen cerebral, entre otros, y recurre también a registros arqueológicos, datos paleontológicos, análisis comparativos en especies, y otros (Barkow, 1992; Cosmides & Tooby, 1992; Cosmides & Tooby, 1992; Cruz & Javela, 2018, Dunbar & Barrett, 2007, Tooby & Cosmides, 2000).

El problema de la modularidad de la mente

En la psicología evolucionista una de las discusiones centrales es la modularidad de la mente. Se afirma que la mente posee algún grado de estructura modular, pero no sabemos con certeza qué forma toma esa modularidad y cuántos módulos hay. En el estado actual de nuestros conocimientos, se considera que en el adulto la cognición se comporta en forma modular, aunque no sabemos si ese nivel de modularidad está presente en todos los casos desde el nacimiento o si se desarrolla durante los procesos ontogenéticos.

En la actualidad se considera que existe una coevolución gen-cultura, y tanto los factores genéticos como la cultura se consideran en una explicación comprensiva de la conducta humana desde la perspectiva de la psicología evolucionista. Se da importancia a la selección en múltiples niveles y a la teoría de la construcción del nicho.

Anteriormente, uno de los marcos de referencia en las ciencias del comportamiento era el llamado modelo estándar de las ciencias sociales (MECS), el cual enfatiza la autonomía de la cultura con respecto a las mentes individuales. Los investigadores que dieron origen a la psicología evolucionista proponen en cambio el modelo de causas integradas (MCI). Desde esa perspectiva se considera que la selección natural ha ido modelando mecanismos mentales específicos. La configuración y el funcionamiento de la mente es fruto de la evolución, que ha ido seleccionando aquellos circuitos cerebrales capaces de responder de forma más adecuada a los problemas con los que la especie humana ha tenido que enfrentarse a lo largo de su desarrollo filogenético.

Al proponer el modelo de causas integradas (MCI), Cosmides & Tooby, 2017 señalan que nuestras conductas están determinadas por nuestra evolución biológica en interacción con nuestro ambiente. Esto lleva a seleccionar en nuestra mente módulos específicos pre-programados para resolver problemas planteados básicamente en nuestra época ancestral de cazadores-recolectores, lo que se traduce en la existencia de una naturaleza humana única sobre la que se superponen las variaciones culturales observables, que son únicamente manifestaciones de particularidades rituales de costumbres o tradiciones.

A la pregunta de si la mente actúa de manera general o de manera modular, estos autores responden con la metáfora de las "navajas suizas". El enfoque de dominio general consideraba que la mente era como una navaja común, o como una herramienta de utilidad general capaz de realizar funciones muy diferentes. Por el contrario, el enfoque modular considera la mente como una navaja suiza compuesta de múltiples herramientas especializadas en tareas muy diferentes. La evolución de la mente humana ha dado lugar a una organización modular, una colección de mecanismos mentales especializados en resolver de manera eficaz problemas concretos. Como las navajas suizas.

Entre los "módulos" que han propuesto los psicólogos evolucionistas se encuentran la selección de alimentos (evitación de sustancias que contienen toxinas); el temor a las serpientes y a las arañas; la selección de pareja; la selección de hábitat; el altruismo orientado hacia los parientes cercanos; la amistad, que incluye detectar a los amigos falsos y mentirosos; la cooperación; la agresión selectiva; la negociación de estatus; la ansiedad de los niños ante los extraños y muchos otros. Es importante señalar que estos "módulos" no están completamente separados, sino que con frecuencia tienen componentes en común e interactúan para producir el comportamiento adaptativo.

Se discute si existen mecanismos psicológicos de dominio general, como sería la inteligencia fluida. También la racionalidad se ha postulado como un mecanismo de dominio general. Sin embargo, la mayor parte de los especialistas consideran que estos dominios generales no son una explicación adecuada, porque no dan cuenta de los fenómenos investigados en la psicología evolucionista, no generan nuevas predicciones empíricas y son simplemente explicaciones post hoc. Aunque los seres humanos seamos (parcialmente...) racionales, la mayor parte de los fenómenos investigados no pueden explicarse con base en la racionalidad. Las decisiones no se toman siempre de forma racional sino de la forma en que nuestra mente fue diseñada por la evolución para hacerlo.

Conductas ancestrales

Como hemos señalado, los psicólogos evolucionistas consideran que la mente humana es un conjunto integrado y complejo de muchas adaptaciones psicológicas funcionalmente especializadas. Las adaptaciones psicológicas son circuitos de procesamiento de información que toman ciertas unidades delimitadas de información y las transforman en conductas diseñadas de manera funcional para resolver un problema particular de adaptación.

Pinker (2002) afirma que las adaptaciones psicológicas están diseñadas para responder a condiciones sociales, tales como el hecho de tener pareja o de no tenerla, de tener hijos o no tenerlos, poseer un nivel alto o bajo en la jerarquía de estatus, y en forma más general, enfrentar un problema adaptativo en lugar de otro. Insiste en que, aunque la psicología evolucionista claramente rechaza el concepto de tabula rasa de la mente humana, también rechaza claramente el determinismo genético y en cambio brinda un detallado marco de referencia interaccionista.

Entre las numerosas conductas de los seres humanos actuales que han sido estudiadas, y que tuvieron importancia para la adaptación y la supervivencia en el ambiente ancestral en que evolucionó nuestra especie pero ya no la tienen, está el temor a las serpientes. Originalmente se trataba de un reto importante y un peligro para la supervivencia. Se ha encontrado que en los seres humanos y en otros primates existe un temor intenso a las serpientes. Frente al miedo a las serpientes, los seres humanos se condicionan más fácil y rápidamente que frente a otros estímulos. El temor universal y evolutivo a las serpientes, incluso en los ambientes modernos en los cuales hay muy pocas serpientes, muestra que estas fueron una fuerza hostil de la naturaleza en nuestro pasado evolutivo. Es un miedo muy difícil de eliminar y se ha descubierto que está presente en todas las culturas.

Los peligros ancestrales, como el miedo a las serpientes, adoptan la forma de fobias muy frecuentes en nuestros días, mucho más que los peligros modernos, como las armas y los automóviles, cuya peligrosidad para la supervivencia en el ambiente moderno es mayor que la de las serpientes. Estos temores con fundamento evolutivo, pues presentaban amenazas para la supervivencia, producen como consecuencia conductas de escape, congelamiento o lucha.

El ambiente en que se originó y evolucionó la especie humana durante la mayor parte de su historia era diferente del actual. Sin embargo, podemos saber mucho acerca de la vida en ese ambiente utilizando múltiples métodos, algunos derivados de la arqueología y la paleontología. Duntley & Buss (2008) afirman que la evidencia paleontológica muestra rupturas en los cráneos y en los esqueletos de nuestros antepasados que seguramente produjeron heridas letales, y que se correlacionan con el tamaño y la forma de las armas ancestrales encontradas en la vecindad. Cuando se combina esta información con la que proporcionan las pinturas rupestres de luchas, y también otras fuentes, se pueden hallar evidencias confiables de peleas, y se constata que los varones fueron más violentos, agresivos y también víctimas de violencia más frecuentemente que las mujeres, y que, además, la mayoría de los atacantes ancestrales eran diestros.

Otras conductas ancestrales son la búsqueda de una pareja que garantice fertilidad y cuidado de la cría, y la evitación del incesto. También la violencia contra los niños, ocasionada a veces por miembros de la familia, el infanticidio, el rapto y muchas otros comportamientos antisociales e ilegales, se explican, al menos parcialmente, considerando sus fundamentos evolutivos y su origen en el ambiente ancestral de nuestra especie. También lo son varias conductas relacionadas con la salud y la enfermedad (Strassman & Dunbar, 1998). Igualmente, nuestro apetito por grasas y alimentos dulces, que fue adaptativo hace miles de años pero que en la actualidad es causa de obesidad y enfermedades cardíacas, entre otras, así como la evitación de alimentos amargos, que en muchos casos eran venenosos y cuyo consumo producía náusea, lo cual constituía una adaptación conductual.

Críticas a la psicología evolucionista

Esta conceptualización de los fenómenos psicológicos desde la perspectiva neodarwiniana ha dado origen a numerosas críticas, algunas de las cuales se deben a malas interpretaciones de la psicología evolucionista, otras a limitaciones de la investigación y, en otros casos, a interpretaciones alternativas de los fenómenos. No es verdad, como se ha dicho caricaturizando la psicología evolucionista, que se considere a los seres humanos como "fósiles vivientes".

En primer lugar, se ha señalado la imposibilidad de falsear la teoría (según la perspectiva de Popper). No es posible comprobar ni refutar directamente cómo el ambiente ancestral del Pleistoceno, tanto el físico como el social, influyó en el origen y evolución de los módulos de la mente. Además, no se conocen con total certeza las características de ese ambiente ancestral, más allá de la limitada evidencia geológica y fósil, y la información sobre los grupos humanos que actualmente viven en las regiones de la sabana africana.

En segundo lugar, se afirma que la psicología evolucionista puede conducir al determinismo genético. Esto es incorrecto, como lo enfatizan los psicólogos evolucionistas, dado que se tienen en cuenta las variaciones culturales, además del papel del desarrollo ontogenético y la historia de aprendizaje individual.

Se dice también que la psicología evolucionista descuida el ambiente, lo cual es falso. Se tiene en cuenta de manera relevante. De hecho, desde una perspectiva evolutiva actual, tratar de separar los factores genéticos de los aprendidos y de su interacción es una tarea que no lleva a explicaciones valederas.

Otra crítica se centra en afirmar que la psicología evolucionista le da demasiada importancia a la selección sexual, a los factores que se asocian con la búsqueda de pareja, la transmisión de los propios genes a la siguiente generación, el atractivo interpersonal (¿qué factores llevan a que un hombre seleccione a una mujer o a que sea seleccionado por ella? ¿Qué buscan las mujeres y los hombres en una pareja?). Si bien buena parte de los investigadores se han centrado en el estudio de la búsqueda de parejas, dado el papel de la evolución sexual en la evolución de nuestros rasgos psicológicos, esto puede obedecer a factores "externos", como los intereses personales o la atención pública sobre estos temas. Esta tendencia se puede ver reflejada en el estudio de las preferencias, tópico que ha sido considerado como la piedra angular en la investigación desde la perspectiva evolucionista (Conroy-Beam & Buss, 2016; Shackelford & Weekes-Shackelford, 2021). Como se ha desmostrado, estas críticas son en su mayor parte falacias.

Conclusiones

La psicología evolucionista es la más reciente de las revoluciones psicológicas. Sus fundamentos en la teoría neodarwiniana, su utilización de las conceptualizaciones de la teoría de la información, de la psicología cognitiva, de las neurociencias, y su explicación de muchos fenómenos del comportamiento humano hasta entonces no explicados satisfactoriamente, la convierten en una perspectiva muy valiosa de la psicología y de las ciencias del comportamiento en general.

La insistencia en la uniformidad psicológica de los seres humanos es algo que debe señalarse (Cosmides & Tooby, 2017). Es un acierto centrar la investigación en los mecanismos psicológicos comunes a la especie y que son compatibles con la diversidad cultural. Los psicólogos evolucionistas diferencian entre ambiente actual y ambiente ancestral a la hora de investigar qué presiones de selección se ejercían sobre nuestros antepasados. Es posible que este énfasis en la uniformidad de nuestra especie sea también un esfuerzo por tomar distancia de la sociobiología, como han dicho varios autores. Las afirmaciones de la sociobiología llevaron a consideraciones "políticamente incorrectas" y a postular que las diferencias culturales entre poblaciones tienen un origen genético. Nada de eso afirman los psicólogos evolucionistas.

Para concluir, recordemos que la evolución se estudia en tres niveles: 1) cosmológico, que incluye la evolución del universo; 2) biológico, referido a la evolución de las especies, incluida la especie humana, y 3) psico-social, centrado en la conducta y la cultura, en aquella parte del ambiente hecha por el hombre, en la organización social, los valores, las leyes y, en general, el ser humano y su sociedad. La psicología evolucionista no ignora este tercer nivel al enfatizar el nivel biológico. Tenemos una concepción integrada que nos sirve para entender mejor la especie humana y su devenir en el planeta.

Referencias

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Citación: Ardila R. Psicología evolucionista. Tomando en serio a Darwin. Rev. Acad. Colomb. Cienc. Ex. Fis. Nat. 45(177):980-988, octubre-diciembre de 2021. doi: https://doi.org/10.18257/raccefyn.1470

Editor: Guillermo Páramo

Recibido: 15 de Mayo de 2021; Aprobado: 30 de Agosto de 2021; Publicado: 15 de Diciembre de 2021

*Correspondencia: Rubén Ardila; ruben.ardila@outlook.com

Conflicto de intereses

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