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Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales

versão impressa ISSN 0370-3908

Rev. acad. colomb. cienc. exact. fis. nat. vol.46 no.179 Bogotá jan./jun. 2022  Epub 13-Set-2023

https://doi.org/10.18257/raccefyn.1647 

Ciencias de la tierra

El Mapa de Timaná: versión de puño y pluma de Francisco José de Caldas

Francisco José de Caldas' long lost Timaná Map

Sergio Andrés Mejía Macía1  * 

1 Historiador independiente


Resumen

Se analiza una versión inacabada del Mapa de Timaná de Francisco José de Caldas, cuyo original fue levantado en 1798, nunca fue comentado por sus contemporáneos y no ha sido reconocido ni titulado como tal desde 1816. Si bien no se trata de la pieza original -que como se sabe fue entregada por su autor a Alexander von Humboldt, quien la editó e imprimió en 1814-, sí se demuestra que es obra del puño y pluma de Caldas. A partir de este descubrimiento, se propone un criterio cartográfico y de estilo para la búsqueda continuada de mapas, bocetos y borradores de autoría de Caldas.

Palabras clave: Francisco José de Caldas (1768-1816); Mapa de Timaná (1798); Cartografía histórica; Atribución cartográfica; Cartografía inconclusa; Cartografía del río Magdalena

Abstract

The article analyses an unfinished version of Francisco José de Caldas' Mapa de Timaná, whose first draft was levied and drawn in 1798, was not commented by contemporaries, and has not been recognised nor entitled as such since 1816. Although this version is not the original map -which, as is well known, was handed over by Caldas to Alexander von Humboldt in 1814, who then edited and published it-, certainly Caldas drew it. Stemming from this discovery, here I make some general suggestions regarding the continued search for Caldas' scant and disarrayed cartographic production, which should focus on unfinished drafts, unaccomplished projects, and local maps, rather than on finished, well-drawn, and general pieces.

Keywords: Francisco José de Caldas (1768-1816); Mapa de Timaná (1798); Historical cartography; Cartographic attribution; Unfinished cartography; Maps of the Magdalena River

Presentación

En la cartoteca del Centro Geográfico del Ejército (CEGET) en Madrid se conserva una versión del Mapa de Timaná de Francisco José de Caldas, catalogada sin autor, título ni fecha. Aunque inacabada, o mejor, interrumpida, es una pieza bastante trabajada, debidamente proyectada sobre cuadrícula geodésica y trazada con sumo cuidado. Se trata de un mapa de tamaño medio, de 75 x 54,1 cm, es decir 0,4 m2, y con una escala aproximada de 1:485.000, que representa un territorio cercano a los 100.000 km2. Es claro que su autor preparaba un mapa ambicioso, resultado del trabajo de años en la prospección de un territorio extenso y difícil por lo montañoso y desigual. Demostraré que la pieza fue, en efecto, obra de Francisco José de Caldas y que constituye la única versión conocida de su Mapa de Timaná, perdido desde hace 224 años y acaso el más buscado de su cartapacio. Antes de presentarlo conviene reproducir su única versión conocida, publicada por Alexander von Humboldt en 1814 en su Atlas géographique et physique des régions équinoxiales du Nouveau Continent, dieciséis años después del levantamiento original de Caldas en 1798.

En el grabado de alta densidad de los editores parisinos del barón, se aprecia en la pieza -inserta como complemento de la Carte du Río Grande de la Magdalena- el nacimiento del río en la laguna del Buey, su curso alto hasta la población de Nuevo Prado, el curso del río Cauca hasta Buga por el occidente, y, en la parte sur, el sistema montañoso hoy conocido como macizo colombiano, con la población de Almaguer en el extremo suroccidental. También se observa, en trazos dispuestos radialmente, la sucesión de páramos de la naciente cordillera Central, hasta el nevado de Barragán (rotulado como "Barraguan").

Debido a que el original que Caldas entregó a Humboldt no ha sido localizado ni fue comentado para la posteridad por quienes lo vieron -sin duda sus amigos en Popayán-, toda comparación con la versión editada por Humboldt ha sido imposible hasta hoy. Antes de emprenderla, cabe preguntarnos sobre la pieza publicada por el barón, su estilo y criterio editorial. Como es sabido y ha sido comentado en la rica bibliografía humboldtiana -empezando por él mismo-, el barón y sus editores parisinos tenían nociones bastante elaboradas sobre la adaptación y uso apropiado de las imágenes, ya fuera que estas acompañaran sus textos científicos o se imprimieran por separado, como es el caso del Atlas en cuestión (Moncada-Maya, 2003). Al respecto es conocida la defensa que Humboldt hizo sobre la diferencia de representación cartográfica adoptada en su mapa general de Nueva España y en la carta particular del camino de México a Veracruz, tema discutido por José Omar Moncada Maya en El nacimiento de una disciplina - La geografía en México (siglos XVI a XIX) (Moncada-Maya, 2003). A continuación, se reproduce la versión impresa del Mapa de Timaná de Caldas publicada en 1814 con su título en francés, tal como le fue asignado por Humboldt (Figura 1).

Figura 1 Francisco José de Caldas, Carte du Río Grande de la Magdalena depuis ses Sources jusqu'aux 4° de Latitude; inserto como complemento de: Alexander von Humboldt, Carte du Río Grande de la Magdalena depuis le 4° de Latitude jusqu'à son embouchure, en Atlas géographique et physique des régions équinoxiales du Nouveau Continent, París, Chez F. Schoell, Libraire, 1814, lámina 24 

El radical proceso editorial a que fue sometido el original puede intuirse incluso sin conocerlo. En primer lugar, se le asignó un nuevo título, que evidentemente no era el primigenio: Carte du Río Grande de la Magdalena depuis ses sources jusqu'aux 4° de Latitude, par F. J. de Caldas. En segundo lugar, y esto es lo fundamental, la pieza está supeditada a otra, principal en la lámina, la citada Carte du Río Grande de la Magdalena del mismo Humboldt, mapa que incluye únicamente los cursos bajo y medio del río hasta la Villa de Purificación. Así pues, el original de Caldas -cualesquiera que hayan sido sus términos de representación y estilo cartográficos- fue editado por el barón y sus grabadores parisinos de manera que sirviera como complemento a su propio mapa y completara, mediante la suma de las dos piezas y dando el crédito debido a ambos autores, la representación de la totalidad del curso del Magdalena y su valle. Por cierto que la hoja en cuestión incluye un recuadro más, titulado Plan topographique del 'Angostura de Carare, firmado por Humboldt. Como se sabe, el paso del Carare, o roca del Pretel, fue siempre el tramo más difícil en la navegación del Magdalena, solo practicable por pequeñas embarcaciones hasta Honda.

Además del cambio del nombre, en la edición interesa tener presente, en primer lugar, la traslación misma del manuscrito de Caldas al grabado dulce; en segundo, su adaptación al estilo cartográfico del barón, bien conocido (aunque siempre variable) gracias a la riqueza de su producción impresa. Y es que al citado Atlas géographique et physique se suman, entre muchas piezas sueltas manuscritas e impresas y otras con las que acompañó sus textos, el Atlas Pittoresque du Voyage - Vues des Cordillères, de 1810 (complemento del primer tomo del Voyage aux régions équinoxiales du Nouveau Continent, fait en 1799, 1800, 1801, 1802, 1803 et 1804par Alexandre de Humboldt et Aimé Bonpland), y el Atlas géographique et physique du Royaume de la Nouvelle-Espagne, de 1834 (von Humboldt & Bonpland, 1810).

Debe señalarse, también, el corte del de Caldas al norte de Natagaima, que lo hace coincidir perfectamente con el mapa de Humboldt, terminado en Purificación. Llama la atención la inclusión del río Cauca y su valle hasta la ciudad de Buga, así como la mencionada intensidad del grabado de las montañas y cordilleras, adaptada al estilo del barón, como puede verse por la comparación entre la representación de las tres cordilleras y la Sierra Nevada en su propio mapa y la empleada en el de Caldas. Así pues, la simple contemplación de la lámina completa del Atlas géographique et physique des Régions Equinoxiales du Nouveau Continent (con acento en mayúscula, al uso en el francés de la época), Humboldt editó y adaptó igualmente todas las demás características del Mapa de Timaná de Caldas a su propio estilo cartográfico y tipográfico, incluida la representación de los cursos de los ríos, la rotulación de la toponimia y sus convenciones o símbolos, como se aprecia en la figura 2.

Figura 2 Atlas géographique et physique des régions équinoxiales du Nouveau Continent, París, Chez F. Schoell, Libraire, 1814, lámina 24 

Sin más preámbulos, ésta es la pieza conservada en el Centro Geográfico del Ejército, reproducida aquí en página completa en la figura 3.

Figura 3 S. a. [F. J. de Caldas], s. t. [Mapa de Timaná y proyecto cartográfico del Alto Magdalena entre su nacimiento y la villa de Ambalema, eje de cálculo para el levantamiento general de la mitad sur del Nuevo Reino de Granada]. s. f. [tpq. 1806 - taq. 1816] - Tinta y lápiz sobre papel, 75 x 54.1 cm - CGE, Madrid, SG-J-7-3-149 

En el catálogo Cartoteca Histórica - Indice de mapas y planos históricos de América (Madrid, Servicio Geográfico del Ejército, 1974, p.53), se le reseña de la siguiente manera bajo la sección "Colombia - Diversos":

H. 1815 «(Curso del río Magdalena hasta su nacimiento)» Anónimo 149

La "H" significa que el año de 1815 es hipotético; los paréntesis en el título, que éste es facticio, pues no figura en la pieza misma ni en documentación alguna conocida, y el número 149 corresponde a la simple ordenación numérica de los mapas de la colección, la cual empieza con el número 1 en la carpeta correspondiente a cada país (en este caso Colombia). En 1974, cuando apareció este catálogo, la publicación de la serie Cartografía y relaciones históricas de Ultramar solo había avanzado hasta la carpeta o volumen 4. La quinta, que salió a la luz en 1980, es la dedicada a Colombia, y en ella el número "149" corresponde al del orden del mapa y a la página en que se publicó, tanto en la carpeta de cartografía como en la descriptiva (que son dos volúmenes diferentes). El Centro Geográfico del Ejército (antes Servició) también atribuye signaturas físicas a sus mapas según los muebles, estantes y gavetas en que se conservan. La correspondiente al que aquí se estudia es la ES-DF PCGE AR / SG-J-7-3-149, en adelante simplificada como CGE-149.

Cabe aclarar que este mapa fue reproducido, reducido a casi un doceavo de pliego, por José Antonio Amaya e Iván Felipe Suárez en el catálogo Ojos en el cielo, pies en la tierra -Mapas, libros e instrumentos en la vida de sabio Caldas, preparado para la exposición realizada en el Museo Nacional de Colombia entre el 7 de diciembre de 2018 y el 24 de febrero de 2019 (Amaya & Suárez, 2018). Sin embargo, los autores no incluyeron ningún comentario específico sobre él, ni histórico ni cartográfico, y lo presentaron erróneamente como autógrafo de Caldas. Lo cierto es que la pieza no lleva firma, fecha, título ni anotación alguna, como tampoco figura atribución de autor en las dos fichas descriptivas de la pieza incluidas en los catálogos del CEGET y de la Red de Bibliotecas de Defensa de España (Bibliodef). Así pues, sorprende sobremanera su designación como autógrafo de Caldas, lo que sin duda se debe al inusitado ánimo exultante del catálogo, sesgo que debilita su calidad científica y crítica con afirmaciones que retrotraen el estudio del Caldas cartógrafo a los viejos tiempos de la historia patriótica. He discutido los graves inconvenientes de Ojos en el cielo, pies en la tierra en una reseña crítica que puede consultarse en el material suplementario del presente artículo (https://www.raccefyn.co/index.php/raccefyn/article/view/1647/3229).

En el catálogo en línea de Bibliodef se le titula de manera diferente, también facticia: Curso del rio Magdalena desde su nacimiento en el departamento de Huila hasta la parte meridional del de Tolima. Sus medidas son 75 cm x 54,1 cm y se da su escala como de 1: 600.000, pero en realidad esta se aproxima a 1:485.000, como se ha dicho. La pieza está digitalizada con el norte hacia la izquierda, en disposición apaisada.

Se trata de un mapa inacabado, no de un boceto o croquis, pues es una pieza trabajada con intención definitiva, interrumpida en estado avanzado de elaboración. Ya figuran en ella, establecidas geodésicamente, todas las características importantes: el curso alto del río Magdalena y sus principales afluentes, la mayor parte rotulados; aparecen sugeridas las montañas en ese mismo sector, lo que permite establecer el nacimiento del río en la laguna del Buey (1° 58' 40" N y 2° 17' 30" O con respecto a Santafé de Bogotá, según el mismo mapa); la rejilla geodésica, graduada precisamente al occidente de Santafé; los lugares habitados, indicando con cruces, asteriscos y flechas, respectivamente, los lugares capitales y aquellos en los que el autor señala haber tomado medidas astronómicas de longitud y latitud (ver ilustración adelante), así como la toponimia rotulada en la parte suroriental del mapa, aunque no así la del resto, donde dichas convenciones figuran sin rotulación. Se verá que ésta es la principal razón que permite establecer la pieza como versión extendida del Mapa de Timaná de Caldas.

En términos de latitud, el autor incluyó en el CGE-149 un ámbito cartográfico más amplio que en la versión publicada en 1814, extendiéndolo hasta los 5° norte para incluir la ciudad de Santafé. Por el contrario, redujo la longitud, de manera que no incorporó el nacimiento ni el curso alto del río Cauca, limitado como lo está a la vertiente nororiental del macizo colombiano y a las fuentes del río Magdalena. La parte más adelantada del mapa -se diría que por allí comenzó su dibujo y proyección-, que además es la única rotulada y la que comporta la mayor intensidad de representación, corresponde, grosso modo, a la impresa Carte du Río Grande de la Magdalena depuis ses Sourcesjusqu'aux 4° de Latitude. En consecuencia, debe considerársela como la única versión original conocida del Mapa de Timaná. La reproducción de este sector del CGE-149 facilita la comparación a golpe de vista con el mapa editado en 1814, como puede observarse en la figura 4.

Figura 4 Recorte del anterior, conmensurable con la impresa Carte du Río Grande de la Magdalena depuis ses Sources jusqu'aux 4° de Latitude y restringido al mismo ámbito cartográfico 

La cobertura geodésica de la totalidad del CGE-149 es de 1° 30' a 5° de latitud norte y de 0o 10' de longitud este, a 2° 20' de longitud oeste de Santafé de Bogotá. Esto es, tres grados y medio de latitud por dos grados y medio de longitud. La rejilla misma está trazada con lápiz, punteada, segmentada en cuadrados de 10 minutos de lado y dispuesta sobre marco trazado en línea continua, también a lápiz. Bajo el punteado se percibe una línea continua trazada con lápiz más tenue. La representación del río Magdalena mismo cambia a partir de los 2° 10' norte, pues hasta esa latitud su cauce está sugerido con la convención de cuatro líneas paralelas, propia de los ríos principales, en tanto que a partir de ahí y hacia el norte se reemplaza esta convención por la línea doble, como puede observarse en el recorte incluido en la figura 5.

Figura 5 Recorte del CGE-149 limitado a los 20 cuadros surorientales, con rotulación de la toponimia 

Justo donde se pasa a este segundo estilo de representación, más simple y en fase menos avanzada de elaboración, se percibe un tímido uso de tinta azul, superpuesta sobre el lápiz, en lo que sigue del curso del río hacia el norte. La línea cuádruple hasta los 2° 10' está trazada en tinta china tenue, lo que indica el mayor progreso del trabajo en el segmento sureño. Asimismo, solo hasta esa latitud y a todo lo ancho de su longitud (para un total de 20 cuadros de los dichos), se incluye la toponimia, omitida hacia el norte en el resto de la pieza, figurando allí solamente las convenciones de sitio habitado sin rotulación de nombre. Esto aplica también a Santafé, cuyo nombre no figura, aunque sí su ubicación geodésica y el símbolo convencional respectivo, como se observa en otro recorte del Mapa de Timaná en la figura 6.

Figura 6 Símbolos convencionales para lugares habitados según su jerarquía jurídica urbana y lugares en que se tomaron medidas astronómicas de longitud y latitud 

En la tabla 1 se recoge y ordena la toponimia rotulada del Mapa de Timaná de Caldas: según el CGE-149, forman el río Magdalena el desagüe del lago del Buey, no rotulado, que aquí cabe llamar quebrada del Buey, la cual se une con la de Tías Juntas, a cuyo curso conjunto cae por la izquierda la de Majuas, donde el río toma su nombre. Su primer afluente por la margen izquierda es el río Mazamorras, que ofrece vado al camino de Popayán a Laboyos. La población más alta en el curso del Alto Magdalena es San Agustín, por su margen derecha, la cual aparece con esta nota: "Aquí se hallan estatuas adoratorios de los Indios." Por la margen izquierda, la población más alta es San Antonio. Sobre el río Suaza, no rotulado y afluente por la derecha, se ubican los pueblos del mismo nombre y de La Ceja, rotulado sin el artículo. Los ríos de Guachicos y Guarapas le caen por la derecha justo al norte de Laboyos, el primero flanqueando la población por el occidente y el segundo por el oriente. En su curso más alto, en el sector del mapa que incluye rotulación, caen al Magdalena, por la izquierda, siete afluentes, seis de ellos no rotulados, y por la derecha, diez, de los cuales no están rotulados ni el Timaná ni el Suaza.

Tabla 1 Toponimia rotulada del Mapa de Timaná, de puño y pluma de F. J. de Caldas 

Bajando por la margen izquierda:
1. Lago del Buey C 2. Quebrada Tías Juntas C 3. Quebrada de Majuas C
4. Río de la Magdalena (primera rotulación en su curso naciente) 5. Camino de Laboyos a Popayán 6. Río de Mazamorras P
7. San Antonio [Cuatro afluentes primarios sin rotular entre el de Mazamorras y la población de San Antonio] [Dos afluentes primarios sin rotular entre San Antonio y la parte del mapa sin rotulación]
Subiendo por la margen derecha:
8. Boquerón [Río Suaza no rotulado, así como 8 afluentes suyos por la margen izquierda y 9 por la derecha, secundarios del Magdalena] 9. Suasa [sic]
10. Ceja 11. Naranjal [Río Timaná, no rotulado]
12. Timaná 13. Laboyos 14. Mina de carbón
15. Río de Guarapas S 16. Quebrada de Guadualitos S 17. Río de la Embarcada S
18. Río de Caco T 19. Valle de Laboyos 20. Río Guachicos P
21. Mina de carbón 22. Quebrada de Yanayacu S 23. Quebrada de Matanzas P
24. Quebrada de Orito-Guasi P 25. Quebrada de los Ahorcados P 26. San Agustín, con esta nota: "Aquí se hallan estatuas adoratorios de los Indios."
27. Río de Sombrerillos P 28. Río del Granadillo S 29. Río de San Agustín S
30. Quebrada Osoguayco P 31. Quebrada Mutate P 32. Quebrada de Quinchana P

Comenzando por la margen izquierda del río y regresando por la derecha. Numeración agregada. Cabeceras del río marcadas con C, afluentes primarios con P, secundarios con S, terciarios con T

A primera vista se observa que el mapa recoge el trabajo de quien recorrió los caminos que discurrían desde el paso de Guanacas por el valle del río desde su nacimiento hasta Ambalema, uniendo las poblaciones ribereñas y las ubicadas en los piedemontes de las cordilleras Central y Oriental. Los afluentes del Magdalena por su margen izquierda, provenientes de la cordillera Central, figuran tan solo en sus cursos bajos, en los tramos que discurren por el valle, con excepción de los ríos Saldaña y Coello, representados hasta sus cursos altos.

El mapa no incluye el tramo completo del río entre Ambalema y Honda, lo que puede explicarse porque éste figura con lujo de detalles en el mapa impreso de Humboldt de 1814 (no así en su conocido mapa manuscrito de 1801 [Madrid, Archivo General Militar de Madrid, referencia COL-15-04], que solo llega hasta Honda por el sur). Por lo demás, la definición del comienzo del Alto Magdalena siempre ha oscilado entre esos dos lugares, e, incluso, ha sido trasladada al sur hasta Purificación, que en efecto es el término del mapa del barón. El autor se abstuvo de trazar el camino de Santafé a Canoas (hoy Girardot) por el Tequendama, la Mesa de Juan Díaz, Anapoima y Tocaima, si bien algunas de estas poblaciones figuran señaladas en este sector, sin rotular. Tampoco figura el camino de Santafé a Honda, ni esta villa. Interesa la selección que hizo el autor de ciertas cuencas hidrográficas afluentes del Magdalena, entre las que no figuran las de los ríos Bogotá y Prado, bien conocidas en la capital, puesto que la primera acogía el camino al sur, por Anapoima y Tocaima, y la segunda había sido descrita en 1808 en la memoria que el cura José Manuel Campos y Coto contribuyó para el Semanario del Nuevo Reyno de Granada. En cambio sí figuran con inusitada extensión y algún detalle los ríos de Cabrera, que le cae al Magdalena por la derecha al norte de Villavieja, proveniente del valle de Alpujarra; el Suaza, detalladísimo; el Timaná, con siete afluentes; todos los del Alto Magdalena en el tramo que discurre por el macizo colombiano; más abajo, por la margen izquierda, el río Páez y su afluente, el Negro de Narváez, que desciende del nevado del Tolima, y los mencionados Saldaña y Coello, en la parte noroccidental del mapa. Los demás solo figuran en sus cursos bajos por la plana del valle del Magdalena. La selección parece arbitraria y es probable que se debiera a la disponibilidad de determinados planos particulares, como se discute adelante.

Con todo, en vista de su desconocimiento durante dos siglos, y por tratarse del primer trabajo cartográfico de Caldas (presumiblemente uno de los mejores, o al menos uno de los pocos que llevó a término), lo que más interesa de esta pieza es el Mapa de Timaná, inserto en la parte inferior del CGE-149. Es la única parte de la pieza que puede considerarse acabada, si bien no figura aún reteñida, lavada ni trabajada en sus artes finales. Eso sí, ya cuenta con una representación continua; una toponimia bastante rica y claramente rotulada, aunque no completa; el establecimiento geográfico y geodésico del nacimiento del Magdalena en la laguna del Buey, en las coordenadas señaladas; la sucesión de sus afluentes por ambos márgenes hasta el Boquerón, lugar hoy conocido como estrecho del Magdalena, y la figuración de las montañas a ambos lados de su quebrado y sinuoso valle alto, lo que el autor obtuvo mediante el uso genérico de trazos o líneas radiales, sin estimación ni sugerencia convencional de sus alturas diferenciales.

Conviene dedicar un párrafo a la representación de las montañas en el CGE-149, pues esta característica siempre es una poderosa herramienta de atribución cartográfica. El autor utiliza los mencionados trazos formando rizos cerrados con los que sugiere las masas montañosas flanqueadas por valles y ríos, como se observa en la figura 7.

Figura 7 Recorte del CGE-149 en su sector del Mapa de Timaná, representación de montañas, ríos y rotulación 

El mismo sistema, coloreado en verde, fue utilizado por Caldas en su copia del Mapa corográfico del Nuevo Reyno de Granada, pieza en la que no se da crédito alguno a su autor, el español Vicente Talledo, y que se conserva en el Archivo Histórico Restrepo con el título apósito de Provincias Unidas de la Nueva Granada. También aplicó este arte a su versión del mismo mapa en punto menor, descubierta en el Archivo General de la Nación (AGN), y que presenté y discutí en otro lugar. Cabe recordar que Mauricio Nieto publicó el primero, sin comentario alguno ni explicación de su impostación del mapa de Talledo, en La obra cartográfica de Francisco José de Caldas (Nieto, 2006). El segundo lo publiqué y comenté en "Versión en punto menor del mapa - Provincias Unidas de la Nueva Granada, de Francisco José de Caldas, 1815-1816" (Mejía, 2019). Como puede apreciarse en la figura 3, se trata de un sistema sumamente genérico de representación de montañas, sin atención alguna a sus alturas ni familiaridad aparente con la estructura particular y característica de las cadenas montañosas de los Andes del norte.

El estilo cartográfico de la pieza es escueto, se diría que desnudo, lo que se explica por dos razones: en primer lugar, por tratarse de un mapa inacabado al que no se aplicaron las artes definitivas de una pieza terminada; en segundo, porque su autor adoptó el estilo de la cartografía "moderna", propio de la segunda mitad del siglo XVIII, impuesto inicialmente por las cartas de navegación inglesas, o bluecharts, y más adelante por sus continuadores en las Armadas de Francia y España. En la Península este estilo escueto, de tinta negra sobre el blanco marfil del papel, se aprecia en su máxima expresión en el Atlas Marítimo de Vicente Tofiño, impreso en 1787, y en el Nuevo Reino de Granada en la obra de Joaquín Francisco Fidalgo que, aunque no circuló localmente, Caldas conoció en parte gracias a las gestiones de José Ignacio de Pombo.

En el rubro de la cartografía de tierras interiores, el estilo escueto, con máxima reducción de adornos y viñetas, entonces limitados a la cartela y el título, y el mismo contraste entre la tinta negra y el papel desnudo, se aprecia en los talleres de grabado franceses por lo menos desde la década de 1770, como es el caso de los mapas firmados por Jean-Baptiste Bourguignon d'Anville, comerciante cartográfico parisino que fuera tan del gusto de Caldas. Interesa constatar que en la cartografía de tierras interiores, el estilo escueto no era norma aún en la primera década del siglo XIX en los talleres españoles, como se constata en la producción de Tomás López y sus hijos, ornada y de sabor antiguo todavía en la década de 1820. Pero incluso los López ya habían abandonado toda suerte de figuras mitológicas, exageradas alegorías monárquicas, Eolos de carrizos henchidos y exuberantes rosas de los vientos. El autor de este mapa fue un aprendiz de "cartografía moderna", a la manera de Tofiño y Fidalgo y, más directamente aun -lo que indica su relativa alienación con respecto a la cultura cartográfica española (extraños en su propia tierra, ha dicho David Brading de los criollos hispanoamericanos)-, del francés D'Anville y del prusiano Humboldt, este último influencia directa en la cartografía producida en el Nuevo Reino de Granada tras su viaje de 1801, gracias, en particular, a su mapa del río Magdalena, del que dejó copias en poder del virrey Pedro de Mendinueta y de José Celestino Mutis.

Por estas dos razones, en la pieza CGE-149 nada resalta más que la rejilla geodésica, característica básica de un mapa "moderno", que en este caso resulta tan conspicua debido a la condición inacabada del mapa. Debe anotarse que ésta no se destaca de igual manera en el sector de la pieza que acoge el Mapa de Timaná, mientras que sí es preponderante en el resto. Dicha condición permite apreciar con máxima claridad que el CGE-149 se compone de tres partes:

  1. Una rejilla geodésica entre los 1° 30' y los 5° de latitud norte, los 0o 10' longitud este y los 2° 20' oeste de Santafé, graduada cada 10'. Fue lo primero que trazó su autor, a lápiz y tirada a regla, sin cartela y, por lo tanto, sin nombre de autor, título, lugar ni fecha.

  2. La ubicación, con símbolos convencionales, pero sin rotulación, de los principales lugares habitados y afluentes del río entre los 2° 10' y los 4° 36' de latitud norte (que es la de Santafé), con los cursos bajos de dichos afluentes entre los 0o 40' y los 2° 20' al oeste de esa ciudad. Cabe nombrarlo Proyecto cartográfico del Alto Magdalena entre su nacimiento y la villa de Ambalema, eje de cálculo para el levantamiento general de la mitad sur del Nuevo Reyno de Granada, título que se discute adelante con mayor detalle.

  3. Por último, el Mapa de Timaná que aquí se presenta y comenta de preferencia, el cual, como paso a demostrar, constituye la versión renovada del original levantado por Caldas en 1798 y entregado a Humboldt en 1801, desconocido, o no bien interpretado, desde entonces.

Atribución a Caldas y propuesta de título para el mapa CGE, Colombia-149

Sabemos que desde su primer viaje de estudios jurídicos, a Santafé, emprendido en 1788, Caldas había recorrido repetidas veces el camino de Guanacas, que continuó haciéndolo con asiduidad durante su carrera de comerciante y, hasta diciembre de 1805, como agregado a la Expedición Botánica del Nuevo Reyno de Granada. También sabemos que su primer trabajo cartográfico fue el mapa del nacimiento y curso alto del río Magdalena, que entregó a Humboldt en 1801 para su publicación. Nos hemos preguntado sobre esta pieza al menos desde 1852, cuando Acosta y Calbo (1852) y dePombo (1852) publicaron las primeras biografías de Caldas.

En vista de que el trabajo de Pombo es bien conocido en Colombia, basta con recordar el de Acosta y Calbo, que no lo es y que solo en raras ocasiones ha sido tenida en cuenta por investigadores de Caldas en Colombia. Me refiero a los Estudios históricos - Don Francisco José de Caldas, naturalista neogranadino de José Julián Acosta y Calbo (Acosta y Calbo, 1852). Acosta y Calbo (San Juan de Puerto Rico, 1825 - 1891) fue un profesor y erudito puertorriqueño licenciado en física, química y matemáticas en Madrid, profesor en el Seminario Conciliar de San Juan de Puerto Rico, miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País y militante por la abolición de la esclavitud en la isla. Su estudio biográfico sobre Caldas, publicado el mismo año que el de Lino de Pombo, es por completo independiente, de erudición comparable y, sin duda alguna, superior en agudeza, espíritu crítico y candidez científica.

Desde entonces, Joaquín Acosta, Federico González Suárez, Diego Mendoza Pérez, Eduardo Posada, Guillermo Hernández de Alba, Álvaro Fernández Pérez, Andrés Soriano, Santiago Díaz Piedrahita, Arias de Greiff et al., 1966; Bateman, 1978; Bateman & Arias de Greiff, 1978; Nieto, 2006, han expandido el repertorio de cartas, obras y mapas de Caldas, sin brindar el menor rastro sobre su primer trabajo cartográfico y científico acabado, es decir, el Mapa de Timaná.

En cuanto al segundo componente del CGE-149, esta es la única pieza original de Caldas (y no copia del trabajo de otro cartógrafo) que evidencia su avance en la cartografía del curso alto del río Magdalena. Ya conocíamos un esbozo en el boceto de anotaciones conservado en el Archivo Histórico Restrepo, con el curso del río desde Jagua hasta Honda y sus afluentes y lugares habitados observados a ambos márgenes, anotados por quien los desciende. Este boceto, que se reproduce a continuación -carente de rejilla geodésica, con la figuración de las montañas vistas desde el suelo y sin asomo de proyección cartográfica-, no puede compararse con el mapa que aquí se discute, pero sí corrobora que Caldas abrigó el mencionado proyecto cartográfico intermedio, es decir, un mapa general de la parte sur del Reino. Titulado de manera facticia -al parecer por José Manuel Restrepo Vélez, en cuyo archivo se conserva- con el nombre de Mapa del río Magdalena desde Jagua hasta Honda, propongo denominarlo boceto, como probablemente Caldas mismo lo consideraría (en vista del CGE-149 que ahora conocemos). Lo reproduzco de nuevo (Figura 8) para recordar dicho proyecto y porque contribuye a establecer la toponimia no rotulada de nuestro mapa, en el entendido de que no alcanza a su extremo suroriental, o Mapa de Timaná.

Figura 8 F. J. De Caldas, Boceto del río Magdalena desde Jagua hasta Honda, ca. 1805 - Archivo Histórico Restrepo, fondo XII, "Cartografía"; volumen 2, "F. J. de Caldas, sus cartas y opúsculos" -Lápiz, tinta y aguada sobre papel. Se reproduce invertido, pues en el original el sur está en la parta alta. Fue publicado en la obra Mutis y la Real Expedición Botánica del Nuevo Reyno de Granada, Bogotá - Madrid, Real Jardín Botánico de Madrid - CSIC - Villegas Editores - Lunwerg Editores, 1992, volumen 2, p.10 

Por otra parte, en la tabla 2 elucido la toponimia no rotulada del Proyecto cartográfico del Alto Magdalena con recurso al Boceto del río Magdalena desde Jagua hasta Honda y al moderno Atlas de Colombia, publicado por el Instituto Geográfico 'Agustín Codazzi' en 1977 bajo la dirección de Eduardo Acevedo Latorre.

Ya presentados los dos componentes del CGE-149, procedo a sustentar su atribución a Caldas. El primer argumento, implícito en las tablas 1y2, es su tema cartográfico. No solo encontramos el inserto Mapa de Timaná, sino la elaboración geodésica de la mayor parte del Boceto del Magdalena desde Jagua hasta Honda. Con respecto al primero, tal y como lo conocemos por la publicación de Humboldt, el ámbito geográfico del CGE-149 solo se diferencia por la exclusión de la vertiente occidental del Macizo Colombiano, el nacimiento del río Cauca y la omisión de las poblaciones de Popayán y Almaguer, ubicadas en dicha vertiente. En lo demás, se trata del mismo mapa, descontadas por supuesto las particulares artes tipográficas de los editores parisinos de 1814, cuya densidad de grabado los obligó a prescindir de buena parte de una toponimia poco significativa para el público europeo. Vemos, por otra parte, que donde Humboldt y sus editores privilegian las montañas, el CGE atiende más a los cursos de los ríos. En cuanto al ámbito u horizonte cartográfico, ambas características son intercambiables.

Tabla 2 Toponimia no rotulada del CGE-149. De norte a sur por la margen derecha y de sur a norte por la izquierda. Numeración agregada. Se anota si fue incluido o no en el Boceto del río Magdalena desde Jagua hasta Honda (BMJH) y en los casos necesarios se aclara el nombre actual del lugar. 

Subiendo por la margen derecha del río:
1. Santafé de Bogotá 2. Tocaima (en BMHJ) 3. Camino Tocaima - Canoas (no figura en BMHJ)
4. Río Sumapaz (en BMHJ 5. Icononzo (no figura en BMHJ) 6. Cunday (en BMHJ)
7. Santa Rosa (en BMHJ; hoy San Cayetano) 8. Río Cunday (en BMHJ) 9. Prado (en BMHJ)
10. Prado Nuevo (en BMHJ) 11. Dolores (en BMHJ) 12. San Alfonso (no figura en BMHJ)
13. Río de Cabrera (en BMHJ) 14. Alpujarra (en BMHJ) 15. Quebrada Tatacoa (no figura en BMHJ)
16. Villavieja (en BMHJ) 17. Río Villavieja (en BMHJ) 18. Fortalecillas (en BMHJ)
19. Río Fortalecillas (en BMHJ) 20. Río de las Ceibas (en BMHJ) 21. San Antonio (en BMHJ)
22. Neiva (en BMHJ) 23. Río Frío (en BMHJ) 24. Río Neiva (en BMHJ)
25. Hobo (en BMHJ) 26. Gigante (en BMHJ) 27. Quebrada de la Grandiosa (en BMHJ)
28. Río del Oro (en BMHJ) 29. Río Majo (en BMHJ) 30. Quebrada de Garzoncito (en BMHJ)
31. Garzón (en BMHJ) 32. Quebrada de las Damas (en BMHJ) 33. Río Suaza (en BMHJ)
34. Jagua (en BMHJ)
Hacia el sur continúan los topónimos rotulados, listados en la Tabla 1. Siguen los no rotulados por la margen izquierda del Magdalena, de sur a norte y ascendiendo los cursos de los ríos Páez y Negro de Narváez:
35. Pital (en BMHJ) 36. Río Pital (no figura en BMHJ) 37. La Plata (en BMHJ)
38. Río La Plata (en BMHJ) 39. Río Páez (en BMHJ) 40. Quebrada Caraguaja (no figura en BMHJ)
41. Río Yaguaro (no figura en BMHJ) 42. Paycol (en BMHJ) 43. Carnecerías (en BMHJ)
44. Monserrate (por la derecha del río Páez; no figura en BMHJ 45. Corrales (cabeceras del río Ullucos; no figura en BMHJ) 46. Inzá (no figura en BMHJ)
47. El Cabuyo (no figura en BMHJ) 48. Santa Luis (no figura en BMHJ) 49. Araújo (no figura en BMHJ)
50. La Palma (no figura en BMHJ) 51. Riochiquito (no figura en BMHJ) 52. Belalcázar (no figura en BMHJ)
53. Río Negro de Narváez (en BMHJ) 54. Natagá (en BMHJ) 55. San Isidro (no figura en BMHJ)
56. Camponet (no figura en BMHJ) 57. Rionegro (no figura en BMHJ) 58. Tálaga (no figura en BMHJ)
59. Taravita (no figura en BMHJ) 60. Tóez (no figura en BMHJ) 61. Villa Rodríguez (no figura en BMHJ)
62. San José (no figura en BMHJ) 63. Iquira (en BMHJ) 64. Quebrada Betania (no figura en BMHJ)
65. Quebrada Sardinata (no figura en BMHJ) 66. Quebrada Gallinas (no figura en BMHJ) 67. Quebrada Dindal (no figura en BMHJ)
68. Río Baché (en BMHJ) 69. Guagua (en BMHJ) 70. Aipe (en BMHJ)
71. Natagaima (en BMHJ) 72. Purificación (en BMHJ) 73. Guamo (en BMHJ; equivocado al sur del río Saldaña)
74. San Luis (en BMHJ; equivocado al sur del río Saldaña) 75. San Juan (en BMHJ; equivocado al sur del río Saldaña) 76. Río Saldaña (en BMHJ)
77. Espinal (en BMHJ) 78. Esmeraldas (en BMHJ) 79. Miraflores (en BMHJ)
80. Ibagué (en BMHJ) 81. Río Coello (en BMHJ) 82. Quebrada Chimba (no figura en BMHJ)

Gracias a que el CGE-149 incluye rotulación de toponimia en su sector suroriental, se puede apreciar que lo esencial de ella se reproduce en la versión impresa por Humboldt, empezando por la rotulación del lago del Buey, el páramo de las Papas, el curso completo del río Suaza y los topónimos de las principales poblaciones, que Humboldt extendió por el norte hasta Nuevo Prado y que el CGE-149 alcanza y trasciende, como se ha visto, en su sector no rotulado. En el sector suroriental también se presta considerable atención a las montañas, indicadas en lápiz y con trazos poco densos, más tenues, mientras que en el impreso del barón son fuertes manchas de tinta a partir de un grabado denso. A pesar de este contraste, en ninguna de las dos piezas se representan verdaderamente cotas altitudinales. En una y otra se trata de "artes de montañas", en cada una a su manera, sin asomo alguno de verdadera medición.

En segundo lugar, para la atribución de este mapa interesa sobremanera el eje de cálculo en Santafé. Sabemos que Humboldt traspuso su versión editada de 1814 al meridiano de París, confiado, como debió estarlo, en su propia medición de 1801 de la longitud de la capital virreinal, e interesado en reducir el Mapa de Timaná de Caldas (o Carte du Río Grande de la Magdalena depuis ses Sources jusqu 'aux 4° de Latitude, como lo renombró) a su propio mapa del curso bajo y medio del río. Pero no fue así con Caldas, quien nunca confió plenamente en su establecimiento de las coordenadas de Santafé, y no tenía ningún interés en trasponer su mapa a París, Londres o Cádiz. El Caldas cartógrafo mantendría su centro de cálculo en el Observatorio Astronómico de Santafé, del que sería director. Llegará a ser su casa. Por esta razón, en el CGE-149 observamos que el río Magdalena nace a 2° 17' 30" de longitud occidental de Santafé y por la misma razón la extensión del Mapa de Timaná hasta el Proyecto cartográfico del Alto Magdalena alcanza, justamente, hasta Santafé.

En cuanto a la cuadrícula geodésica de nuestro mapa, conviene recordar la copia o croquis que dibujó Caldas de la Carte du Pérou et du Brésil septentrionel, de Terre-Ferme, de Guayana et des Amazones, del francés Jean-Baptiste Bourguignon D'Anville, la que segmentó en una cuadrícula numerada que no fue otra cosa que su plan para el levantamiento del mapa general del Reino. El mapa que aquí se estudia es -junto con el del camino del Malbucho y los planos militares que el payanés levantó en Antioquia- el único de su puño y pluma en el que aplicó esta misma cuadrícula. Comparado con el croquis cuadriculado del D'Anville, el CGE-149 es la pieza más ambiciosa y completa que Caldas acometió (Mejía, 2017). Debe recordarse que su Carta de las Provincias Unidas de la Nueva Granada (1811 - 1815) no es más que una copia literal, aunque disimulada, del Mapa corográfico de Vicente Talledo. El mapa CGE-149 que aquí se comenta constituye, pues, el mayor avance al que Caldas consiguió llevar su gran proyecto de cartografía general.

Todo lo anterior y las imágenes reproducidas, elocuentes por sí mismas, permiten establecer más allá de toda duda que este mapa inacabado, sin título, fecha ni firma es obra del puño, lápiz y pincel de Francisco José de Caldas. Propongo nombrarlo Mapa de Timaná y proyecto cartográfico del Alto Magdalena entre su nacimiento y la villa de Ambalema, eje de cálculo para el levantamiento general de la mitad sur del Nuevo Reino de Granada. Podría pensarse en un título alternativo con uso de grados y minutos y expresión de la extensión geodésica de la pieza, a la manera de Humboldt, pero esta práctica no fue común en Caldas, quien, por lo general, prefirió dar nombres a sus mapas sin incluir números.

Por lo demás, se sabe que Caldas habló en su vida sobre dos mapas de Timaná: en uno de ellos trazaba el nacimiento del río Magdalena y el camino de Guanacas y sus inmediaciones. Sabemos con certeza que este mapa existió, pues lo entregó a Humboldt, quien lo imprimió. También aludió a uno en ciernes cuyo propósito habría sido la elucidación de un conflicto de límites entre los cabildos de Timaná y La Plata. Al respecto se conoce alguna carta suya en la que se queja de que dichos cabildos no quisieron pagarle una fuerte suma por su levantamiento. De este otro "mapa de Timaná" no tenemos más rastro que esta carta, y debemos concluir que no existió. Existe otra carta, la que envió desde Gigante a su amigo Santiago Arroyo el 15 de febrero de 1798, en la que le comunicó que por esos días no pensaba "en otra cosa que en delinear la carta de esta jurisdicción de Timaná". Dos meses y medio antes había relatado al mismo amigo, también desde Gigante, haber levantado dicho mapa por segmentos: de Gigante a Neiva, de Popayán a La Plata, y la jurisdicción del cabildo de Timaná propiamente. No cabe duda, pues, de que el Mapa de Timaná, analizado en detalle en este artículo y que terminó en manos de Humboldt, fue el original que ahora se conoce en versión posterior e inserta en el CGE-149. Mientras no se encuentre el original entregado al barón en 1801 -que bien puede existir en algún repositorio europeo, probablemente parisino o berlinés-, la pieza CGE-149, aquí titulada como queda dicho, debe considerarse su versión princeps.

Por último, si cabe aducir como argumento de atribución la "memoria de los archivos", valga mencionar que en el Centro Geográfico del Ejército el mapa contiguo al que aquí se discute, tanto en numeración (CGE-148) como en la gaveta en que se conserva (J-7-3), no es otro que es el titulado Topografía de la confluencia del Narey Magdale[na], de la de Samaná y Rionegro, de la Angostura de Carare, con el plano de los fuertes que deben formarse para cubrir el Magdalena, firmado por Caldas en Santafé el 1° de noviembre de 1815. Ambas piezas debieron hacer parte del acervo confiscado en la Casa Botánica y al mismo Caldas entre mayo y octubre de 1816, todo remitido por Pascual Enrile a España a mediados de 1817. A pesar de mil peripecias y varios traslados institucionales, hasta la fecha ambos mapas se conservan juntos.

Datación

El periodo más amplio en que cabe datar nuestro mapa es la suma de los años que corrieron entre 1806 y 1811 y de 1815 a 1816. No es plausible que Caldas trabajara en él durante el año itinerante de 1812, cuando sirvió como militar activo en las provincias del Socorro y Tunja. Ese año, de haber cartografiado alguna región, ésta sería la que media entre Santafé y el río Chicamocha, como lo he sugerido en otro lugar (Mejía, en prensa). Tampoco lo haría en los años de 1813 y 1814, cuando sirvió al gobierno de Antioquia en diversas funciones de ingeniería, docencia, topografía y fortificación. Tampoco cabe imaginar que corresponda a su periodo quiteño, cuando levantó la Carta del camino del Malbucho, su croquis de las quinas de Loja, y se dedicó con gran intensidad a la botánica y la geografía de las plantas. Por lo demás, nada en el inacabado CGE-149 sugiere un contexto monárquico, ni tampoco republicano, como sí sucede con otras piezas de Caldas.

Tampoco cabe pensar que, antes de emprender el trabajo para complementarlo, Caldas necesitara conocer la publicación de su propio mapa por parte de Humboldt en 1814, pues él sabía mejor que nadie lo que había entregado en 1801 y porque, además, existían al menos dos copias en Santafé del manuscrito del barón sobre el río Magdalena, una en el archivo virreinal y otra en la Casa Botánica. Entre sus sucesivos "furores científicos", astronómico, botánico, editorial, militar, etc., el director del Observatorio tuvo algunos periodos de mayor atención a temas cartográficos. El primero de ellos, una vez pasado su furor astronómico, corrió desde noviembre de 1807, cuando terminó de ordenar sus materiales traídos de Quito (según carta a Arroyo fechada el día 6 de ese mes), hasta la muerte de Mutis en septiembre de 1808, cuyo testamento lo desquició. Éste es el periodo más probable para la datación de nuestro mapa, especialmente si se acepta que su croquis cuadriculado del mapa de D'Anville fue realizado en esa misma época.

El segundo periodo, menos probable, es el que corre desde su regreso de Antioquia a Santafé, a principios de 1815, y su huida hacia el sur en mayo de 1816. Lo considero menos probable porque entonces Caldas se concentró en la mencionada copia del Mapa corográfico de Talledo. Recuérdese que el 25 de noviembre de 1815 se publicó en el Argos de Nueva Granada la invitación extendida por el gobierno de las Provincias Unidas a los ciudadanos para que enviaran a Caldas "noticias, cartas impresas y mapas manuscritos", pues había revivido su proyecto del "magnífico Atlas de Nueva Granada". Así pues, ¿noviembre de 1807 a septiembre de 1808 o febrero a noviembre de 1815? Es imposible decirlo por el momento.

Además de la confirmación fundamentada de su atribución a Caldas y de su establecimiento como derivación del Mapa de Timaná, la pieza CGE-149 interesa por lo que comunica sobre la persistencia de Caldas en su proyecto cartográfico general. De aquí se derivan dos ideas nuevas que contribuyen a la mejor comprensión de su obra cartográfica. En primer lugar, el hecho de que desde el principio de su trabajo en este campo -que debe datarse en 1796, justo después de su primer "furor matemático"- y hasta el final de su vida, el aplicado estudiante de las "ciencias nuevas" concibió el proyecto mayor de cartografiar, si no la totalidad, al menos buena parte del Nuevo Reino en un mapa general.

El segundo argumento, que he discutido en otros lugares, es que entre 1797 y su muerte en 1816 cejó en su empeño, si cabe la expresión, progresivamente. Es decir, nunca lo hizo de plano, pues hasta su muerte su trabajo gravitó, en órbita irregular y sumamente variable, alrededor de la cartografía (Mejía, 2019). En lugar de una renuncia definitiva, Caldas se detuvo cada vez que retomó su proyecto de cartografiar el Reino o, por lo menos, su mitad sur, de manera que todos sus avances quedaron inconclusos: el más general fue el ya mencionado de su copia y cuadrícula del mapa de D'Anville, trabajo que cabe datar entre 1806 y 1807, tras su llegada a Santafé y durante su dirección del Observatorio Astronómico; sigue a este el que aquí se ha discutido; en tanto que el último fue la también mencionada Carta de las Provincias Unidas, copia disimulada, como se ha dicho, del Mapa corográfico del Nuevo Reyno de Granada de Talledo, que Caldas dejó interrumpida en su sector norte y costero.

En cuanto a sus propios trabajos concluidos -desde el croquis de las quinas de Loja hasta los planos militares de Antioquia, pasando por el del Camino del Malbucho- todos son piezas de topografía o cartografía local. Ninguno tiene una extensión o cobertura geográfica comparable a la del Mapa de Timaná y proyecto cartográfico del Alto Magdalena. Recuérdese, además, que se trata de una pieza de 75 x 54,1 cm, lo que corresponde a un pliego completo. Un mapa de estas dimensiones, construido sobre rejilla geodésica y bien documentado como lo fue éste, habría sido la base idónea para la cartografía general de la mitad sur del Nuevo Reino o, más precisamente, de las provincias de Popayán, Neiva, Mariquita y Santafé, y le habría permitido proseguir hacia el sur, con beneficio de las mediciones astronómicas que acumuló durante cinco años en el Reino de Quito. Más aún, su minuciosa Carta del camino de Malbucho desde Ibarra hasta la embocadura del río Santiago en el Océano Pacífico y Bahía de San Lorenzo, levantado en julio y agosto de 1803, le habría servido para calibrar las longitudes con miras a un mapa general. Medido a cadena, sobre el terreno y en el curso de dos meses, el río Santiago, en efecto, habría dado la escala para la graduación geodésica de Quito, Ibarra, Guayaquil y la cordillera de los Andes desde las fuentes del río Magdalena hasta el confín sur de Loja y Jaén de Bracamoros.

En conclusión, además de tratarse de la única versión manuscrita del impreso Mapa de Timaná, de puño y pluma de Caldas, esta pieza, ambiciosamente extendida hasta Santafé, es su máximo logro en el proyecto de cartografía general. En cuanto a las razones de su interrupción, no me queda más que remitir a la explicación que procuré dar a este problema, de manera general, en mi artículo "Versión en punto menor del mapa - Provincias Unidas de la Nueva Granada de Francisco José de Caldas, 1815-1816".

Comentario sobre el estilo de Caldas y la investigación de su obra cartográfica

Está claro que la investigación de la obra cartográfica de Francisco José Caldas aún no se agota. La búsqueda continúa, pero no hay que enfocar la mirada en grandes mapas generales, acabados en sus artes y técnicas. Lo que hay que buscar son planos topográficos locales, copias de mapas generales ajenos, bocetos, borradores, proyectos inconclusos y abandonados, carteras de mediciones y anotaciones cartográficas de todo tipo, tanto gráficas como textuales. En esta búsqueda no están a la orden del día mapas generales, corográficos ni provinciales. Nada, ya se sabe, en el orden de la cartografía general del territorio de la actual Colombia (tampoco del Ecuador). Otros fueron sus cartógrafos generales: Francisco Antonio Moreno y Escandón, Antonio de Arévalo, Domingo Esquiaqui, Vicente Talledo, José Manuel Restrepo, Joaquín Acosta, Agustín Codazzi. Caldas no entra en esa historia, pues aunque siempre acarició el proyecto, nunca lo adelantó más allá del mapa que se ha discutido en estas páginas.

La mejor manera de precisar la contribución de Caldas a la cartografía es disponer la serie de sus ensayos, bocetos y piezas acabadas, lo que propongo hacer avanzando de sur a norte, desde Loja hasta la Guajira, si bien sabemos que, cronológicamente, su trabajo comenzó con el Mapa de Timaná de 1798. En esta lógica aditiva, trozo a trozo -expresión que él mismo empleara, como se ha visto- se parte de su croquis de las quinas de Loja y se viaja hasta su copia de la parte norte del Mapa corográfico de Talledo. La principal característica de este cartapacio es su diversidad en estilo, extensión cartográfica, grado de originalidad y de avance (Tabla 3).

Tabla 3 Mapas, bocetos y copias realizados por Francisco José de Caldas ordenados de sur a norte 

No. Título Tipo Repositorio
1 Quinas de Loja Croquis RJBM
2 Establecimiento de la longitud de Quito Medición SNRG
3 Carta del camino del Malbucho desde Ibarra hasta la desembocadura del río de Santiago en el Océano Pacífico y bahía de San Lorenzo, levantada en julio y agosto de 1803 Mapa particular CGE
4 Mar del sur, copia de original de Gabriel Ambrosio de la Roche Copia AHR
5 Carte du Río Grande de la Magdalena depuis ses Sources jusqu 'aux 4° de Latitude (o Mapa de Timaná) Mapa particular Impreso por Humboldt en 1814. Original perdido
6 Carta esférica del Virreinato de Santafé de Bogotá por Mr. D'Anville, corregida en algunas partes según las últimas observaciones. Copia de la Carte du Pérou et du Brésil septentrionel, de Tierra-Firme, de Guayana et des Amazones, de 1776 Copia y estudio cartográfico RJBM
7 Boceto del río Magdalena desde Jagua hasta Honda Boceto AHR
8 Medición del piso del Observatorio Astronómico de Santafé Estudio topográfico SNRG
9 Altura del nevado del Tolima Medida azimutal y de altura SNRG
10 Campaña de 1812 Boceto CGE
11 Copia de la Geographica Particular Detallada de Francisco Javier Caro, de 1781 Copia RJBM
12 Planos militares en Antioquia Planos topográficos RJBM
13 Mapa de Timaná y proyecto cartográfico del Alto Magdalena entre su nacimiento y la villa de Ambalema, eje de cálculo para el levantamiento general de la mitad sur del Nuevo Reino de Granada Proyecto de mapa general CGE
14 Copia de la parte norte del Mapa corográfico del Nuevo Reyno de Granada de Vicente Talledo y Rivera Copia AHR
15 Carta de las Provincias Unidas de Nueva Granada en punto menor Copia AGN

Fuentes: RBJM: Real Jardín Botánico de Madrid. SNRG: publicado en el Semanario del Nuevo Reyno de Granada. AHR: Archivo Histórico Restrepo, Bogotá. CGE: Centro Geográfico del Ejército, Madrid. AGN: Archivo General de la Nación, Bogotá

Conclusión

Para terminar, quisiera llamar la atención sobre la casi total prescindencia de las cartas de Caldas en la elaboración de este artículo. Si bien es cierto que aún carecemos de una tabulación apropiada de sus contenidos -pues sus tres ediciones (1917, 1978 y 2017) carecen de índices temáticos-, lo cierto es que su uso consuetudinario no ha conducido al descubrimiento de mapas perdidos o desconocidos de Caldas. Su pionero compilador, Eduardo Posada, a quien debemos más del 90 % de ellas, fue el primero en expresar, en sus conocidas Apostillas, su perplejidad ante el flaco cartapacio cartográfico de Caldas y la dificultad de ampliarlo. Tampoco es el camino la inveterada compulsa de las biografías escritas por Schumacher, Bateman, Díaz Piedrahita y demás, que ya cumplieron su ciclo y han rendido sus frutos. Los mapas de Caldas aún por descubrir -discretos, locales e inacabados-, están en los archivos y cartotecas de Colombia y España; en menor medida en París, Londres y, probablemente, Washington. Para encontrarlos hace falta enfocar la mirada en la búsqueda de girones como la Carta de las Provincias Unidas en punto menor y de bocetos inacabados como el que aquí se ha presentado.

Referencias

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Arias de Greiff, J., Bateman, A., Fernández-Pérez, A., Soriano-Lleras, A. (1966). Obras completas de Francisco José de Caldas - Publicadas por la Universidad Nacional de Colombia como homenaje con motivo del sesquicentenario de su muerte, Bogotá, Imprenta Nacional - Universidad Nacional de Colombia. [ Links ]

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Citación: Mejía Macía SA. El Mapa de Timaná: versión de puño y letra de Francisco José de Caldas. Rev. Acad. Colomb. Cienc. Ex. Fis. Nat. 46(179):496-513, abril-junio de 2022. doi: https://doi.org/10.18257/raccefyn.1647

Editor: Darío Valencia-Restrepo

Conflicto de intereses Declaro que el artículo es de mi autoría única y que no tengo conflictos de intereses. En cuanto a la investigación correspondiente, afirmo que es mía, sin participación de otra persona, y que se ciñe a las normas y consideraciones de la cultura académica. Todos los créditos debidos están presentados en el artículo.

Información suplementaria

Ver información suplementaria en https://www.raccefyn.co/index.php/raccefyn/article/view/1647/3229

Recibido: 07 de Marzo de 2022; Aprobado: 13 de Mayo de 2022; Publicado: 28 de Junio de 2022

*Correspondencia: Sergio Andrés Mejía Macia; hyref99@yahoo.com

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