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Revista Colombiana de Antropología

Print version ISSN 0486-6525

Rev. colomb. antropol. vol.40  Bogotá Jan./Dec. 2004

 

EDITORIAL

PRESENTE Y FUTURO DE LA REVISTA COLOMBIANA DE ANTROPOLOGÍA


EN JUNIO DE 1953, CUANDO SE FUNDÓ LA REVISTA COLOMBIANA DE Antropología, el editorial que abría la nueva publicación se tituló "Pasado y futuro de nuestra antropología". Este texto introductorio señalaba de manera explícita el inicio de una nueva época del antiguo Instituto Etnológico Nacional y de sus publicaciones. Por una parte, reconocía la trayectoria iniciada por Justus Shoteliuss y Paul Rivet y sus contribuciones, y, por otra, indicaba la necesidad de reconstituir la disciplina mediante la reorganización institucional y educativa. Queremos retomar el espíritu de ese primer editorial para avizorar el futuro de la antropología colombiana a partir de la publicación que en gran medida la ha representado.

Si examinamos lo que nos muestran los últimos volúmenes de la Revista sobre el estado de la antropología actual, vemos que el fuerte de los artículos publicados ya no se concentra en las investigaciones producidas en el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), sino en los trabajos de quienes hacen parte o se han formado en los diferentes departamentos de antropología de las universidades del país. Continuando con la perdurable tradición de la Revista, esto se ha acompañado con la producción desde el extranjero. Pero a diferencia de lo que sucedía hace unos decenios, registramos con alegría la confluencia de la producción nacional con la internacional, ya que las contribuciones de egresados de las carreras, estudiantes de maestría y doctorado, así como de docentes e investigadores de larga trayectoria, demuestran una vitalidad que no tiene nada que envidiar y que, a la vez, dialoga con las antropologías metropolitanas. Este cambio debe mucho a la cultura de evaluación entre pares que la Revista Colombiana de Antropología ha impulsado, no sin dificultades, pero que hoy puede mostrar ya un grupo de veinticinco evaluadores, quienes con espíritu generoso y crítico han contribuido a la calidad de los artículos publicados. El mismo espíritu ha alentado a algunos colegas, quienes, interesados en divulgar el trabajo de antropólogos e investigadores extranjeros cuyas reflexiones no se hacen de Colombia, se han puesto a la tarea de traducir y publicar algunos textos teóricos y metodológicos claves, que han nutrido la reciente sección de Cuestiones de método.

No es nuestra intención detenernos a examinar aspectos diversos de la nueva época de la Revista, tarea a la cual invitamos a nuestros lectores y críticos. Más bien, queremos pensar en los retos que enfrenta hacia el futuro.

1. Difusión y nuevas tecnologías. En este momento, la Revista se debate frente a la pregunta de cómo ampliar la difusión de sus resultados. En esta discusión ha tomado preponderancia el uso, manejo y presentación en la red mundial o web y mediante recursos digitales. De una parte, existe la demanda. Semanalmente llegan al ICANH por correo electrónico, desde dentro y fuera del país, una serie de consultas de estudiantes o trabajadores de instituciones que requieren información respecto de muchos temas que se han publicado en la Revista a lo largo de sus cincuenta años y a las que no tienen acceso. Aunque la Revista tiene un tiraje adecuado para el medio académico, los canales de distribución nacional y regional, y en ocasiones los recortes de presupuesto, dificultan o demoran su envío por correo, la venta en librerías y, también, el canje. Se ha planteado que si recurriéramos a las nuevas tecnologías sería más económico y expedito editarla, ya que la versión electrónica eliminaría costos de impresión, de papel y de correo. Sin embargo, si acogiésemos esta propuesta perderíamos la revista física y, por tanto, el placer inigualable de asir un volumen, deleitarse al pasar las páginas, sentir el papel y disfrutar de su lectura.

En estas condiciones, podría pensarse en una posición intermedia como la que han adoptado otras publicaciones periódicas; es decir, colgar en la página web los números de dos años hacia atrás, conservando así para lo impreso lo que las distingue: el recuento de investigaciones recientes o en curso y las primicias de la producción intelectual. Es posible considerar también la puesta en práctica de las suscripciones en línea, que no excluyen la publicación física. De manera paralela, podrían ampliarse los lectores si se pusiera a disponibilidad un disco compacto con todos los números de la Revista.

2. Nuevas estrategias editoriales. Como en el caso del uso de nuevas tecnologías, en el momento actual urge también la necesidad de fortalecer la comunicación y colaboración entre colegas e instituciones. Buscamos concretarla mediante la publicación de números cruzados con otras revistas nacionales e internacionales y, a la vez, con la participación de editoras y editores invitados para la publicación de números temáticos. Aunaríamos así no sólo esfuerzos editoriales sino financieros, que revertirían en números similares al que este editorial acompaña, un volumen que reúne una sugerente muestra del trabajo que en el campo de la antropología de la salud pública adelantan investigadores vinculados con la mayoría de los departamentos de antropología del país, así como algunos extranjeros.

3. Reseñas. Sorprende que a pesar del aumento de publicaciones de gran calidad en ciencias sociales y antropología en Colombia, y la difusión y traducción creciente de investigaciones hechas fuera del país, exista tanta dificultad para conseguir reseñas críticas. La honrosa excepción que confirma la regla es el Boletín Cultural y Bibliográfico que edita la biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, nutrido por contribuciones pagadas de un grupo de reseñadores. Necesitamos, sin embargo, fortalecer este aspecto, cuya debilidad se expresa, por ejemplo, en la escasa producción de balances sobre tópicos centrales y de ensayos bibliográficos sobre publicaciones afines. Se abren varias opciones. Primera, convocar a los fondos editoriales nacionales e internacionales para que donen ejemplares para su reseña. Esto solventaría, en parte, la gratuidad de la labor. Segunda, más importante aún, debemos promover mucho más la cultura de pares entre colegas y, sobre todo, entre nuestros estudiantes, lo que constituye una invitación abierta al colectivo académico para que nos haga llegar sus publicaciones y se inscriban como posibles reseñadores.

4. Procesos de indexación y puntajes. Desde hace tres años, Colciencias inició el proceso de indexación de revistas académicas en Colombia, con tres categorías descendentes en las que ninguna de ciencias sociales ha recibido la más alta calificación y sólo dos han logrado ingresar a la segunda. Todas las demás, cuando han clasificado, se han reservado para la más baja categoría. En el caso de la Revista Colombiana de Antropología, un criterio que no hemos alcanzado es el de la periodicidad más alta, cuyo cumplimiento exige más dedicación e inversión de fondos, otro reto. Sin embargo, aumentar la periodicidad permitiría ampliar el flujo de recepción y publicación de artículos, lo que, a su vez, estimularía la respuesta de los investigadores que en ocasiones no publican en este medio debido a la demora en la aparición de sus trabajos, que en el momento tarda entre nueve y dieciocho meses, tiempo que, no obstante, es corto si se compara con algunas publicaciones del exterior. Por otro lado, no sobra insistir, como lo han hecho otros colegas, en la necesidad de revisar los criterios de indexación, basados en consideraciones muy cercanas a las ciencias exactas, que no corresponden a las prácticas de nuestras disciplinas. Es necesario insistir también en que, como están, los requisitos riñen con la representatividad de todas las generaciones, la experiencia investigativa y los grados académicos de los antropólogos colombianos. En pocas palabras, conviene recordar que si bien en el presente le concedemos gran importancia a los estudios de posgrado en la calificación de la disciplina, buena parte de su historia la han construido, y continúan haciéndolo, profesionales, investigadores e investigadoras sin esos estudios.

5. Nuevas tendencias de la antropología. Uno de los retos que enfrentamos en la antropología de hoy es cómo materializar las nuevas tendencias que se expresan en los trabajos recientes de las nuevas generaciones. La revisión de las contribuciones que regularmente recibe la Revista permite identificar presencias y ausencias de materias objeto de estudios contemporáneos. Entre las primeras, los trabajos sobre grupos étnicos nacionales continúan siendo preponderantes, lo que contrasta con los temas de producción de tesis de pre y posgrado en las universidades, donde estos no predominan. En cambio, los temas y los enfoques novedosos que privilegian numerosas tesis que han obtenido altas calificaciones van a nutrir libros de compilación. Nos referimos aquí, entre otros, a estudios antropológicos sobre juventudes, identidades sexuales y expresiones estéticas. Surgen dos interrogantes, ¿qué hace más atractivas las compilaciones que las revistas?, y, ¿qué puede hacerse para convocar a quienes están abriendo las fronteras disciplinarias?

Esta reflexión puede extenderse también al impacto de nuevos medios en la producción antropológica. Por ejemplo, sabemos y conocemos el énfasis compartido por muchos tesistas, egresados y jóvenes antropólogos sobre la producción y el análisis de material audiovisual. Sin embargo, la convocatoria al concurso de fotografía antropológica, ICANH 60 años, obtuvo muy poca respuesta. Por otro lado, con contadas excepciones y a pesar de demandas constantes, para la portada de la Revista hemos tenido que recurrir a las fotos de archivo del ICANH. Necesitamos convocar de manera más efectiva y fortalecer la contribución de la antropología visual, en pleno florecimiento, por medio de aportaciones distintivas y fundamentales que no pueden lograrse con textos.

Cincuenta años de la Revista Colombiana de Antropología y sesenta del Instituto Colombiano de Antropología son motivo de orgullo, conmemoración y celebración para la antropología, dentro y fuera del país. Nuestro compromiso es contribuir a enriquecer, cada vez más, el panorama de nuestra disciplina desde las múltiples y diversas perspectivas que la conforman. Sea pues esta una invitación para que, como lectores e investigadoras, investigadores y lectoras contribuyamos a ello.


MARGARITA CHAVES, editora

MARTA ZAMBRANO, miembro del comité editorial