SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.40BATALLAS CONTRA LA LEPRA: ESTADO, MEDICINA Y CIENCIA EN COLOMBIACRIMEN PASIONAL. CONTRIBUCIÓN A UNA ANTROPOLOGÍA DE LAS EMOCIONES author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Revista Colombiana de Antropología

Print version ISSN 0486-6525

Rev. colomb. antropol. vol.40  Bogotá Jan./Dec. 2004

 

RESEÑAS

CONVERSACIONES INCONCLUSAS

PAUL SULLIVAN

Traducción de Carlos Gardini
Gedisa. México. 1991


TENIENDO EN CUENTA QUE NINGÚN ACTO CAE EN EL VACÍO NI ES AJENO A UNA intrincada red de relaciones de poder, Paul Sullivan comienza su libro recordándonos que "la práctica de la etnografía no es tan desinteresada y distanciada respecto de las luchas sociales, económicas y políticas de nuestro tiempo" (p. 23) como a veces lo queremos suponer. El trabajo de campo del antropólogo requiere de mucha cooperación por parte de los informantes y de una intensa convivencia y participación en su vida cotidiana y comunitaria, que a veces lo lleva a involucrarse en los problemas y destinos de sus "objetos de estudio". La obtención de información es un proceso que supone un interés por parte del antropólogo, pocas veces compartido por los informantes quienes tienen también motivos e intereses muy concretos para colaborar. Tras su larga estancia en la península de Yucatán entre los mayas cruzob, Sullivan, al margen de ciertas visiones que condenan el carácter interesado de las relaciones humanas, ve en este interés una rica materia de estudio en la que percibe la complejidad de la interacción social, sobre todo en un contexto de entrecruce cultural.

Conversaciones inconclusas tiene por objetivo narrar los múltiples encuentros entre los mayas cruzob y los extranjeros, en particular los exploradores, arqueólogos y antropólogos que a lo largo de un siglo establecieron contacto con este grupo étnico, que hasta la década de 1930 mantuvo una autonomía relativa frente al control del estado mexicano. Siguiendo la idea de Malinowski según la cual el antropólogo en su trabajo de campo continúa una larga conversación establecida entre la cultura occidental y el resto de las sociedades humanas1, Sullivan da cuenta de la conversación establecida entre mayas y extranjeros desde la época de la guerra de castas en el siglo diecinueve2. A lo largo de su libro, pone en evidencia los prejuicios, ideologías e intereses que estuvieron de trasfondo en el diálogo establecido entre mayas y antropólogos, haciéndonos ver que la comunicación humana es interactiva y tiene lugar en situaciones discursivas específicas que son las que le dan sentido y coherencia. De ahí que una de las tareas del autor sea mostrar los malentendidos que a lo largo de los años se dieron entre los interlocutores mayas y extranjeros, comenzando por los primeros exploradores como John Lloyd Stephens (1843) y Desiré Charnay (1887), quienes en sus narraciones sobre sus expediciones a Yucatán enfatizaron el coraje de los pioneros de la investigación científica, es decir, de ellos mismos, que "descubrían" territorios inexplorados y exponían su vida a los ataques de los "peligrosos" y "salvajes" mayas rebeldes (p. 43). Supuestamente, esta primera experiencia de las investigaciones de exploración en Yucatán fue trascendida por el rigor de la antropología que, en tanto ciencia general, pretendía obtener el conocimiento objetivo de la vida social y cultural de sociedades distantes. Sin embargo, como es bien sabido, el trabajo del antropólogo nunca fue neutral ni careció de influencias sobre el lugar de estudio. Sullivan retoma la historia de algunos antropólogos estadounidenses y mexicanos que entre 1920 y 1930 penetraron el territorio cruzob con el objetivo de estudiar las culturas indígenas, y reflexiona sobre los campos de significado implícitos en el encuentro cultural. Entre estos estudiosos se encuentra Robert Redfield, quien tomó a los mayas cruzob como el ejemplo concreto de su conocido concepto de sociedad folk desarrollado en el libro The folk culture of Yucatán. Sullivan muestra cómo mientras los antropólogos difusionistas vieron en los cruzob a los descendientes más cercanos de la cultura maya prehispánica, portadores de una cosmología que parecía estar ajena a los sucesos nacionales y de carácter internacional, los cruzob vieron en los antropólogos estadounidenses a los aliados perfectos en contra del gobierno mexicano, que les facilitarían armas para continuar su lucha independentista.

Para Sullivan, la escritura de la historia es una forma de delimitar nuestra propia identidad: se investiga y escribe descubriendo en los otros aquello que habla de nosotros mismos. De ahí que la historia de la guerra de castas y la manera en que cada grupo la reconstruyó es otro de los ejes principales de análisis de su investigación. La comprensión de un hecho histórico como esta guerra exige ponerse en el lugar del Otro. Por esta razón, intenta reconstruir los sucesos de la guerra de castas desde el punto de vista de los descendientes de aquellos mayas rebeldes y fugitivos que se mantuvieron autónomos durante las primeras décadas del siglo veinte. Además de ser una revolución social, ésta formó parte del plan histórico de Dios, visión que supone una concepción cíclica del tiempo según la cual los sucesos se repiten cada tanto número de años. Para los mayas contemporáneos, la idea de guerra tiene la misma connotación apocalíptica que tuvo para sus antecesores. En su lectura de la época actual, las cosas no andan bien; para los descendientes de los cruzob las condiciones que dieron pie a la guerra de castas siguen tan presentes como hace más de un siglo, aun cuando muestran un rostro distinto.

Sullivan intenta tener en cuenta la perspectiva india que muchas veces queda oculta cuando los antropólogos escriben. Para ello plasma sobre el papel las opiniones indígenas, afrontando para esto los obstáculos siempre presentes en una conversación intercultural. Su historia es, además, una forma de poner en evidencia todos los malentendidos entre los interlocutores extranjeros, incluido él mismo, y los mayas. De ahí que su libro puede ser considerado como una antropología de la antropología, que se preocupa por lo que los mayas tienen que decir al respecto, pero, así mismo, por los recursos de diálogo utilizado en las investigaciones etnográficas. Su objetivo de estudio no es ya sólo la sociedad como objeto posible de ser estudiado, sino la etnografía como género literario por un lado, y el antropólogo como escritor, por el otro.


Notas

1. Maurice Bloch. 1972. "The past and the present in the present". Man. 12 (12).

2. La guerra de castas fue una de las rebeliones indígenas más violentas que sacudió la península de Yucatán desde 1848, y que tuvo por desenlace el establecimiento de un territorio autónomo, el de los mayas cruzob, hasta principios del siglo diecinueve. Una de las características que la distingue fue su carácter mesiánico, que tomó a la cruz parlante como la guía espiritual del movimiento.


Gabriela Torres-Mazuera