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Revista Colombiana de Antropología

versión impresa ISSN 0486-6525

Rev. colomb. antropol. vol.51 no.1 Bogotá ene./jun. 2015

 

Tendencias temáticas de la Revista Colombiana de Antropología. Primera etapa: 1953-1988

CARLOS ANDRÉS MEZA
cmeza@icanh.gov.co
VIVIAN ANDREA LADINO RODRÍGUEZ
vivirrod1@hotmail.com
Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Bogotá, Colombia


El primer volumen de la Revista Colombiana de Antropología (RCA), en 1953, marcó una nueva etapa en las publicaciones del antiguo Instituto Etnológico Nacional y en el desarrollo de la antropología colombiana. Fueron las publicaciones seriadas de los años cincuenta del siglo pasado las que determinaron el desarrollo de una producción editorial hoy considerada pionera en la creación de espacios de divulgación y en la formación de un público ávido de conocimiento en ciencias sociales y humanas, y particularmente en el campo de la antropología.

Se trata de un desarrollo editorial que antecedió a la creación de programas académicos de antropología en las universidades del país, en una época de institucionalización, profesionalización y especialización disciplinar diferencial, a partir del modelo de las cuatro ramas (Pineda 2007). La aplicación de este último supuso la distinción, dentro de la primera rama, entre la antropología social y la antropología cultural, así como la idea de que la arqueología, la lingüística y la antropología física eran subdisciplinas asociadas. Este modelo de las cuatro ramas tuvo un fuerte anclaje en el Instituto Etnológico Nacional, más aún a partir de su transformación en el Instituto Colombiano de Antropología, en 1952, y del inicio de las publicaciones seriadas de la Revista Colombiana de Antropología, en junio de 1953. Doce años antes, en 1941, el médico Paul Rivet había creado el Instituto Etnológico Nacional, siguiendo el modelo francés del Museo del Hombre y con el auspicio del gobierno de Eduardo Santos. El panorama en los años cincuenta parecía ser de distanciamiento con respecto a la escuela francesa, así como de una creciente influencia de la escuela estadounidense, que terminó dando lugar a un estilo de investigación marcado por la relación con el estado, los procesos regionales y los movimientos sociales del país.

El espíritu de la primera nota editorial escrita hace 63 años, intitulada “Pasado y futuro de nuestra antropología” (Chaves y Zambrano 2004), parece ser un indicador de la nueva tendencia. De la nota se puede colegir el advenimiento de una época de institucionalización de la disciplina bajo la impronta del modelo norteamericano, como de hecho se aprecia en el volumen siguiente, de 1954, en el que se publicó el decreto presidencial 3409 del mismo año, sobre el pénsum de estudios antropológicos necesarios para obtener el diploma de licenciado en el Instituto Colombiano de Antropología. De acuerdo con este, los estudiantes debían cursar arqueología, antropología cultural, lingüística, antropología física y folclore (Andrade 1954). Esto significó la formación de toda una generación de antropólogos bajo un modelo fuertemente influenciado por la escuela norteamericana y financiado por organismos internacionales, en un contexto en el que los estudios de pueblos/áreas en transición y sus procesos de “aculturación” eran fundamentales en la política de borrar la brecha entre zonas “tradicionales” y “modernas” (Pineda 2007, 371). El proceso mismo de aculturación, entendido como la transferencia de rasgos culturales, era clave en la guía de práctica profesional de la antropología aplicada (Arocha 1984, 259).

Examinar los cincuenta volúmenes que componen el extenso catálogo de la RCA es un ejercicio bastante provechoso para analizar la materialidad de la institucionalización histórica de la antropología colombiana en el contexto de la divulgación científica. A su vez, un análisis histórico y estadístico sobre las prioridades conceptuales y temáticas que definieron las presencias y ausencias de campos de estudio, áreas regionales y poblaciones en la antropología es de gran relevancia en la tarea de dialogar con nuestra tradición académica e institucional. Este análisis se haría pensando no tanto en un “pasado y en un futuro”, como proponía el editorial de hace 62 años, sino más bien en un futuro-pasado (Koselleck 1993) hacia la comprensión histórica de las necesidades actuales de reestructuración disciplinar, en la creación y reproducción del conocimiento antropológico institucionalizado.

Desde 2011, bajo la coordinación del editor Álvaro Santoyo y, después, de la editora María Teresa Salcedo, la revista comenzó a digitalizar todos sus volúmenes: desde 1953 hasta principios del 2000, década en la que la RCA amplió su difusión a través de los recursos virtuales y digitales. La tarea fue continuada por el actual equipo editorial de la RCA con dos finalidades: poner este extenso catálogo a disposición de la comunidad académica y el público en general, a través de la página web del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, y sistematizar una información básica de cada volumen en términos de campos disciplinares, áreas regionales, departamentos del país en donde se llevaron a cabo las investigaciones, temas centrales de los artículos y poblaciones implicadas, que ha sido recapitulada desde el primer volumen de la RCA hasta el volumen 26. En este texto se presentará el balance de esta primera etapa, que va de 1953 a 1988. El proceso de revisión continuará publicándose en los siguientes volúmenes, además de los resultados del trabajo de medición bibliométrica de la totalidad del catálogo de la RCA.

La figura 1 corresponde a los 35 años subsiguientes a la publicación de la RCA en 1953, y a las tendencias en los campos disciplinares de la antropología social (con 101 contribuciones relacionadas), seguida por la arqueología (63), la etnohistoria (27) y la lingüística (23). Solo se encontró un artículo de antropología física en todo el periodo y se decidió excluirlo de la sistematización, puesto que no marcó una tendencia, al menos durante esta primera etapa. En 1954, se aprecia la necesidad de mantener una proporción equilibrada entre artículos etnográficos, arqueológicos y aquellos que abordaban aspectos lingüísticos. La coherencia del modelo de las cuatro ramas y su adscripción a la teoría de la modernización/desarrollo se sustenta principalmente en el trabajo de Gerardo Reichel-Dolmatoff (1953)1, que condensa material etnográfico y arqueológico de investigaciones anteriores en torno a la necesidad de pensar el contacto y el cambio cultural en la Sierra Nevada de Santa Marta. Sin embargo, la lógica del modelo de la antropología cultural norteamericana enfatizaba mucho más la separación conceptual y metodológica entre las ramas, antes que su integración conceptual y metodológica.

Entre 1954 y 1957, se aprecia un predominio de la producción en lingüística sobre los trabajos de etnografía y arqueología. Específicamente, se trabajó en fonología y gramática, y en los corpus lingüísticos de etnias indígenas en Putumayo, Cauca, Nariño, la Sierra Nevada de Santa Marta y el Chocó. Esa producción decrecería en 1958, con algunos repuntes en épocas posteriores que no superaron la producción en antropología social y arqueología. Sobresale el prolífico periodo de 1974 a 1977, con un número significativo de artículos producidos. Esto se debe, por un lado, a que en 1974 se editaron por primera vez dos volúmenes que sumaron 26 artículos, luego de dos años en los que la revista no publicó su entrega anual. Se debe también al programa Estaciones Antropológicas, que encauzó la investigación hacia zonas definidas como fronteras (Amazonia, Orinoquía, La Guajira) y conceptualizadas bajo la noción de áreas culturales. Los artículos de este periodo sobre antropología sociocultural doblan en número a aquellos producidos en arqueología, etnohistoria y lingüística. Los años ochenta, por su parte, fueron una época intermitente, sin reporte de volúmenes editados en 1980, 1982, 1984 y 1987.

Con respecto a la ubicación geográfica de las investigaciones, entre 1953 y 1964 se observa un predominio de la región andina como área privilegiada de estudio en la producción de antropología social, arqueología, lingüística y etnohistoria, con departamentos muy trabajados, como Nariño (18), Cauca (17), Cundinamarca (15) y Boyacá (9). En los años cincuenta y sesenta se encuentran publicados en la RCA los estudios socioeconómicos, regionales y del campesinado en Antioquia y Cundinamarca, y las etnografías de grupos paeces e inganos. También hay investigaciones arqueológicas en Tolima, Huila, Cauca, Valle del Cauca y Cundinamarca, y trabajos de etnohistoria sobre el sistema de la encomienda y los santuarios en Boyacá y Cundinamarca. En esta primera década de la RCA, el Caribe registra una producción que, por momentos, se equipara a la de los departamentos de la región andina, aunque en general se mantiene por debajo de la tendencia dominante. Magdalena es el departamento que registra una mayor cantidad de artículos relacionados (14) y esto se debe, principalmente, a los trabajos arqueológicos adelantados sobre la cultura tairona en la Sierra Nevada de Santa Marta por Alicia y Gerardo Reichel-Dolmatoff, aunque también se destacan las contribuciones sobre lingüística de Holmer (1953) y el informe de la comisión del ICAN realizada por Friede en 1963. El periodo que va de 1975 a 1978 reporta un predominio significativo de la Amazonia sobre las otras regiones. Al respecto de la investigación en esta región, en los años cincuenta y sesenta, los artículos de antropología social, arqueología, lingüística y etnohistoria tuvieron que ver con trabajos lingüísticos, de mitología y organización social, en grupos guahibos, puinaves, tukanos y sionas, los cuales, sin embargo, estuvieron por debajo de la producción en el Caribe y el litoral pacífico. Esa situación cambiaría radicalmente a mediados de los setenta, debido al programa Estaciones Antropológicas.

La región del litoral pacífico figura con estudios etnográficos sobre pueblos emberas, estudios etnohistóricos sobre los indios chocoes, algunos estudios arqueológicos sobre Tierradentro y sobre la bahía de Cupica (Reichel-Dolmatoff 1961-1962), y otras publicaciones resultantes del proyecto dedicado a la investigación de arqueología en Nariño (1975-1977), de la Estación Antropológica de Nariño, dirigida por María Victoria Uribe (1982-1983). Los apuntes socioeconómicos sobre el río Atrato, de Rogerio Velázquez (1961), y el posterior estudio sobre ambiente, parentesco y derechos territoriales en Güelmambí, por Nina S. de Friedemann (1974), son los primeros trabajos etnográficos sobre poblaciones afrocolombianas en esa región.

Los artículos cuya focalización temática está en la economía, el ambiente y la cultura marcan la tendencia dominante durante todo el periodo. Los primeros trabajos corresponden a notas sobre aspectos socioeconómicos regionales y de poblaciones, y sobre el manejo ambiental, la vivienda, la alimentación y la tecnología, que enfatizan la importancia de la diferencia cultural para el análisis económico, a partir de la imbricación entre sociedad y economía, así como en el concepto de adaptación proveniente del paradigma de la ecología cultural. Este último parece haber influenciado a varios de los artículos producidos en la primera mitad de los años setenta, mediante los cuales se buscaba ofrecer una comprensión del manejo que las comunidades hacen del ambiente en el que viven.

Los estudios regionales y del cambio cultural de corte antropogeográfico son una tendencia dominante en la producción de los cuatro primeros volúmenes. Esto quizás sea el efecto de la institucionalización de las cátedras de antropogeografía en la educación secundaria, promovidas por Luis López de Mesa (Arocha 1984, 50). Varios artículos del año 1953, como los de Ernesto Guhl sobre el cultivo de café en Antioquia y el de Milcíades Chaves sobre La Guajira, en el que se delimitan áreas geográficas y culturales, así como el de Virginia Gutiérrez de Pineda, de 1958, en el que se caracteriza la situación de la tierra, la educación y la enfermedad dentro de un creciente interés por generar políticas de salud para el sector rural colombiano (Londoño 2014), reflejan una tendencia de la antropología hacia la variabilidad cultural y regional, y el problema del cambio en las llamadas sociedades en transición. Ese es el caso del artículo de Alicia Dussán de Reichel, de 1954, sobre la población de Atánquez, ubicada en las faldas de la Sierra Nevada de Santa Marta. Este trabajo desarrolla una mirada desde el enfoque de cultura, género y personalidad, con el fin de pensar fenómenos como la urbanización en ciudades intermedias y centros urbanos regionales que atraviesan por procesos acelerados de cambio en los ritmos de vida y en la configuración espacial. Así ocurre en regiones costeras portuarias como Barranquilla y Buenaventura, casos que se tratan en los artículos de María Rosa Mallol sobre Puerto Colombia y de Hernando Bernal, publicados en 1962 y en 1963 respectivamente.

La figura 5 agrupa temas que no están clasificados dentro de las cuatro categorías de campo de estudio expuestas en la figura 4, pues tuvieron una menor proporción de artículos, pero que, sin embargo, también tienen un comportamiento interesante, como en el caso de los estudios urbanos. Desde allí se podría plantear la pregunta de si el descentramiento de la alteridad étnica fue un viraje que en la antropología colombiana se dio solo hasta la década de los años noventa o si, por el contrario, el pico en la producción antropológica de los años sesenta, y luego de los años setenta, que se observa en el gráfico, da algunas pistas para replantearse ese descentramiento de acuerdo con la lógica de la construcción histórica de la disciplina.

La información aquí presentada es parcial y no está asociada a una investigación específica sobre la producción de la RCA en la historia de la antropología colombiana. Sin embargo, es el principio de un trabajo de medición bibliométrica que responde al espíritu del siguiente texto de esta sección, acerca de la importancia de la realización de tales levantamientos para la historia social de la ciencia nacional. Mucho queda por decir o por profundizar respecto a esta primera etapa de la RCA; sobre todo en lo concerniente al hecho de que en ella se refleje una extensa investigación en campo sobre problemas colombianos específicos y que, en épocas posteriores —en la segunda etapa que incluye los noventa, la década pasada y lo que va corrido de la actual—, se presente una tendencia a su disminución. Esta tendencia obedece, en buena parte, a lo que el profesor Yuri Jack Gómez llama una política de incentivos, que favorece la internacionalización de la producción editorial. Se trata de una política que sería adoptada por la RCA en su segunda etapa, con resultados que hoy es necesario revisar en términos del funcionamiento actual de los mercados de la información científica y de su relación con las tradiciones académicas nacionales.

En este sentido, el texto de Gómez “Usos y abusos de la bibliometría” resulta estimulante. Este texto fue presentado en el II Conversatorio Conmemorativo de la RCA, realizado el pasado 24 de octubre de 2014, que contó con la participación de Jairo Elicio Tocancipá-Falla, Hernando Pulido, Leonor Herrera y Wilhelm Londoño. Allí se incluyó la revisión y el análisis de las tendencias temáticas de la RCA para el periodo de 1953-1988, y se presentaron algunos acontecimientos relevantes en su historia. Al final, la intervención de Yuri Jack Gómez abrió el debate en torno a los panoramas, los modelos y la orientación en los procesos de edición e indexación de las revistas científicas en Colombia, relacionados con las dinámicas globales de producción editorial y publicación académica. Es justamente esa reflexión la que se amplía en el artículo que sigue, en esta sección conmemorativa de la RCA.


Pie de página

1 Los artículos que se citan en este análisis hacen parte del archivo digital de la RCA (ICANH 2014).

Referencias

Andrade Crispino, Antonio. 1954. "Resolución n.o 0001 de 1954". Revista Colombiana de Antropología 2: 302. Consultado el 5 de marzo de 2015. http://kt.micrositios.net/action.php?kt_path_info=ktcore.actions.document.view&fDocumentId=14195&forceopen.         [ Links ]

Arocha, Jaime. 1984. "Antropología en la historia de Colombia: una visión". En Un siglo de investigación social: antropología en Colombia, editado por Nina S. de Friedemann y Jaime Arocha, 27-131. Bogotá: Presencia.         [ Links ]

Chaves Margarita y Marta Zambrano. 2004. "Presente y futuro de la Revista Colombiana de Antropología". Revista Colombiana de Antropología 40 (1): 7-11.         [ Links ]

Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH). 2014. RCA Digital. 1950-2000. Consultado el 7 de marzo de 2015. http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=S048665252004000100001&script=sci_arttext.         [ Links ]

Koselleck, Reinhart. 1993. Futuro pasado. Para una semántica de los tiempos históricos. Buenos Aires: Paidós.         [ Links ]

Londoño Wilhelm. 2014. "Correspondencia inédita entre Gregorio Hernández de Alba y Andrew Hunter White Ford, 1949-1950". Revista Colombiana de Antropología 50 (1): 171-179.         [ Links ]

Pineda, Roberto. 2007. "La antropología colombiana desde una perspectiva latinoamericana". Revista Colombiana de Antropología 43: 367-385.         [ Links ]

Wallerstein, Immanuel. 2005. Las incertidumbres del saber. Barcelona: Gedisa.         [ Links ]