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Revista Colombiana de Antropología

versão impressa ISSN 0486-6525

Rev. colomb. antropol. vol.55 no.1 Bogotá jan./jun. 2019

 

Reseñas

Una modernidad cruel

ANDRÉS VILLEGAS* 

* Doctor en Historia de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, y profesor asociado en la misma universidad. Su última publicación, en coautoría con Santiago Alarcón, es "Historiografía del cine colombiano 1974-2015", Historelo 9-18 (2017): 344-382. aavilleg@unal.edu.co.

Franco, Jean. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica, 2016. 392p.


Una modernidad cruel de Jean Franco, una autora con cinco décadas de trayectoria académica, es un buen ejemplo de los derroteros actuales de los Latin American studies realizados desde Estados Unidos y Reino Unido. El texto despliega una estrategia analítica que se ha vuelto cada vez más frecuente en la última década: la reunión e interpretación conjunta de objetos de estudio que tradicionalmente habían estado separados, tales como literatura, cine, informes de comisiones de la verdad, etnografías, testimonios y fotografías. En este campo no hay pudor alguno con respecto a atravesar las fronteras disciplinarias que habían asignado algunos de estos objetos a los estudios literarios, otros a la ciencia política, unos más a la antropología, a la estética o a los estudios del cine. Una modernidad cruel retoma preocupaciones anteriores de Franco -como la especificidad sociocultural de América Latina y la violencia de género-, al tiempo que plantea una perspectiva comparada, en la que presenta análisis sobre Perú, Guatemala, El Salvador, República Dominicana, Argentina, Chile y Brasil, con menciones circunstanciales a Colombia.

En este último aspecto, el libro se distancia de los Latin American studies que suelen tener una escala nacional. El eje del texto es la relación entre crueldad y modernidad. Para la autora, la crueldad se ha ejercido a través de la historia pero, lejos de ser un universal antropológico, varía históricamente. En la modernidad, lo que caracteriza a la crueldad es la aceptación de su ejercicio en un momento en el que aparentemente es injustificable, dada la globalización -al menos en un plano formal-, de los derechos humanos. Al reflexionar sobre la crueldad en América Latina, Franco enfatiza dos aspectos: 1) la crueldad, como se ha pensado a partir de la experiencia europea -sobre todo del Holocausto-, requiere ser problematizada desde experiencias no-eurocéntricas, con sus singularidades, que en este caso se concretan en el ejercicio preferencial de la violencia extrema contra los "extraños a la modernidad", principalmente los pueblos indígenas y afroamericanos. Aunque no se cite a Aníbal Quijano y solo se mencione un libro de Enrique Dussel, esta perspectiva recuerda lo planteado por los estudios decoloniales; 2) se debe prestar atención a las desigualdades de género, pues el ejercicio de la crueldad puede ser visto, en muchos casos, como una práctica de creación de hermandades masculinas. Si bien las mujeres también han ejercido la crueldad, lo más común es que sean víctimas, sobre todo de violaciones sexuales que deberían tratarse como formas de tortura.

A partir de estas propuestas, la autora presenta nueve capítulos que mencionaré de forma muy sintética, salvo el primero, titulado: "El 'incidente insignificante' y sus consecuencias", que me permitirá señalar procedimientos y argumentos que atraviesan todo el libro. La atención de este capítulo recae en la masacre de aproximadamente 20.000 haitianos en República Dominicana entre el 2 y el 8 de octubre de 1937. El genocidio, perpetrado por el Gobierno dominicano con el apoyo de intelectuales cercanos al régimen, estuvo precedido por una salvajización constante del Otro haitiano que justificó el hecho. La matanza indiscriminada puede ser entendida como una práctica modernizadora y nacionalizadora mediante la cual se buscaba establecer una frontera rígida, en términos raciales, nacionales y culturales, que no existía hasta entonces, aunque el gobierno de Trujillo y sus intelectuales plantearan su existencia previa.

En este primer capítulo se plantea la tesis principal del libro: la crueldad, más que una práctica antimoderna, es una serie de acciones que en muchas ocasiones tiene fines modernizadores y que busca transformar a sus víctimas en los otros absolutos de la modernidad. Es decir, seres que deben ser eliminados en tanto no pueden ser asimilados, no humanos que con su sola existencia ponen en peligro el progreso de los países en los que están asentados. Paradójicamente, la erradicación de este peligro requiere el desarrollo de prácticas consideradas salvajes, como lo resalta Franco, sobre todo en los capítulos dedicados a las fuerzas especiales contraguerrilleras de Guatemala. Por supuesto, el ejercicio de la crueldad por parte de las fuerzas del orden recuerda la clásica tesis benjaminiana sobre el carácter indisoluble de la relación entre los documentos de la "cultura" y de la barbarie, tan bien ilustrada por Michael Taussig (2012) para el caso colombiano en su investigación sobre el holocausto cauchero. La tesis de Franco también tiene un vínculo directo con la noción de lucha de razas desarrollada por Michel Foucault en su curso en el Collège de France (2000), aunque matizada y ampliada por la importancia concedida al componente étnico y de género, que es menor en la obra del autor francés. Finalmente, y pasando del argumento a la forma de argumentar, la autora utiliza un procedimiento que se reitera en los demás capítulos: comienza con una síntesis o contextualización histórica del acontecimiento estudiado y luego reflexiona sobre algunas producciones culturales que hacen referencia a este. En este capítulo en particular alude a varias novelas de autores dominicanos y haitianos.

En el segundo capítulo, Franco se detiene en la violencia contra los indígenas en Perú y Guatemala infligida como parte del proyecto modernizador del siglo XX, en el que también estarían comprometidos grupos insurgentes como Sendero Luminoso en Perú, que buscaba crear una nueva sociedad que dejara atrás el supuesto atavismo serrano. El tercer capítulo continúa refiriéndose a estos países, pero ya no hace énfasis en los asesinatos sino en las violaciones a las que fueron sometidas las mujeres indígenas. "Asesinos, torturadores, sádicos y colaboradores" es el título del cuarto capítulo. Allí, la autora refuerza su hipótesis sobre la mutua construcción de la guerra y el género, que si bien fue alentada por la guerra fría, tiene como sustrato la violencia histórica contra la mujer en la región, y la manera como tal violencia ayuda a formar solidaridades masculinas. Este capítulo contextualiza los casos mediante investigaciones históricas, sociológicas y antropológicas, para luego detenerse en el análisis de producciones literarias o cinematográficas, como Estrella distante (Roberto Bolaño) y Ciudad de Dios (Kátia Lund y Fernando Meirelles). El quinto capítulo trata sobre la idea del autosacrificio y la masculinidad en las guerrillas de El Salvador, Perú y Argentina. Los cuatro últimos capítulos se ocupan, en este orden, del difícil destino de los sobrevivientes de masacres y fusilamientos en El Salvador y Chile; de las mujeres torturadas (y violadas) que se convirtieron en colaboradoras de las dictaduras en Argentina y Chile; de las fotografías de los desaparecidos y los asesinados en diferentes países, y de los feminicidios en Ciudad Juárez. En este capítulo final la autora comenta de manera extensa la obra del escritor chileno Roberto Bolaño.

Jean Franco concluye planteando que las crueldades descritas (violaciones, torturas y masacres) en las cuales los seres humanos y sus restos mortales son atacados con sevicia no son espontáneas ni individuales, sino que requieren de la aceptación, el apoyo y el reconocimiento de los Estados nacionales o de grupos criminales altamente organizados que degradan y deshumanizan a sus víctimas. En este sentido, la crueldad también forma subjetividades: identidades cuya existencia misma requiere violencia, lo cual no quiere decir, por supuesto, que la violencia esté justificada. Los diferentes casos muestran que la crueldad permite, en ocasiones, construir y afirmar vínculos entre los hombres que conforman los grupos armados legales o ilegales, mientras que, en el caso de las mujeres, la crueldad generalmente destruye vínculos comunitarios y familiares.

Como lo he planteado, el aporte de Una modernidad cruel radica en que expande y profundiza el análisis sobre las singularidades latinoamericanas en las relaciones entre modernidad y crueldad, que tradicionalmente han tenido como eje el Holocausto o la formación de los Estados nacionales europeos en el siglo XIX. El latinoamericanismo de Franco puede ser visto como una ventaja o una desventaja, según las búsquedas del lector. Quien esté interesado en interpretaciones exhaustivas y ampliamente documentadas sobre hechos concretos de crueldad o sobre su tratamiento en producciones culturales, probablemente necesitará recurrir a otros libros o artículos; el lector que desee una perspectiva amplia y que contraste diferentes experiencias nacionales -desde la década de los treinta hasta la actualidad-, seguramente leerá este libro con provecho.

Finalmente, debo mencionar que la edición es correcta en lo formal, aunque extraña que en un libro de estas características se repitan ideas, casi con las mismas palabras y los mismos casos, de un capítulo a otro o dentro del mismo capítulo. Incluso hay fragmentos de citas que se repiten con poca distancia, como se puede observar con la de Santiago Roncangliolo en las páginas 207 y 211. A pesar de las redundancias, que pueden volver la lectura algo densa, se trata de un libro ampliamente recomendable para los investigadores, profesores y estudiantes de diversas disciplinas de las ciencias sociales y humanas, máxime en un contexto como el colombiano en donde los estudios sobre la violencia han sido tan importantes, pero también se han caracterizado por una relativa ausencia de diálogo entre las investigaciones que se ocupan de las violencias "reales" y las pesquisas sobre las violencias en la literatura, el cine y las artes visuales.

Referencias

Foucault, Michel. 2002. Defender la sociedad. Curso en el Collège de France (1975-1976). Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. [ Links ]

Taussig, Michael. 2012. Chamanismo, colonialismo y el hombre salvaje. Un estudio sobre el terror y la curación. Popayán: Universidad del Cauca. [ Links ]

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