RESEÑA

 

El poder de actuar al unísono

 

The power of acting together

 

 

Natalia Uribe Martínez*

* Estudiante del programa de Economía de la Universidad de Antioquia. Dirección electrónica: natalia_uribe20@hotmail.com.

 

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Economía para un planeta abarrotado. Sachs, D. Jeffrey. Editorial Debate, 2008.

 

El libro Economía para un planeta abarrotado (2008) es un gran instrumento para comprender los desafíos económicos, políticos y medioambientales que enfrenta el ser humano durante el siglo XXI, los cuales implican tomar decisiones colectivas que involucren la cooperación internacional y un esfuerzo de cada uno de los más de 6.600 millones de habitantes que hacen parte del problema para poder continuar en la Tierra sin sufrir mayores catástrofes de las que ya se presentan.

El autor del libro es el economista Jeffrey D. Sachs, quién actualmente, se desempeña como director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia y profesor de desarrollo sostenible y de gestión y política en esa misma universidad; durante el período 2002 a 2006 fue director del Proyecto del Milenio de las Naciones Unidas y consejero especial del secretario general de la ONU Kofi Annan en los objetivos de desarrollo del milenio, las metas internacionales para reducir la pobreza, las enfermedades y el hambre en 2015; lo que hace que el libro esté enriquecido por su experiencia en dichas instituciones. Sachs, logra que el lector reflexione y se de cuenta que no todo está perdido, que aún quedan muchas acciones por emprender en pro de conducir a la humanidad hacia un desarrollo sostenible; solo depende de compromisos reales de todas las naciones, en especial el aporte de aquellas desarrolladas.

El profesor Sachs divide el libro en cinco apartados que giran en torno a la explicación, los retos, los progresos realizados y las posibles soluciones frente a los ámbitos de la sostenibilidad medioambiental, la estabilización demográfica y la reducción de la pobreza. En la primera parte se enuncian los desafíos del desarrollo sostenible y se hace énfasis en la necesidad de cooperar con eficacia, pues si se continúa como de costumbre acabaremos en una crisis social y ecológica de consecuencias nefastas. Además, dentro de esta sección se resalta la problemática del crecimiento poblacional que va acompañado de rentas más altas, pero mayor número de personas en la trampa de la pobreza y mayor degradación ambiental debido a la devoradora actividad humana; por lo que se debe adoptar a escala global y en corto plazo: tecnologías sostenibles y procurar la estabilización de la población mundial y la ayuda hacia los países más pobres.

La segunda parte, se refiere a la sostenibilidad medioambiental. Es aquí donde el autor define el antropoceno, como una era en que la Tierra está dominada por el ser humano, porque el volumen de las actividades humanas es ahora tan grande que ha desbaratado todos los sistemas fundamentales para el sostenimiento de la vida. El dióxido de carbono constituye uno de los gases de efecto invernadero más importante porque las emisiones antropógenas de dicho gas son inmensas y los efectos sobre el clima son enormes. Otra acción antropógena es la crisis del agua, se consumen ahora grandes cantidades sin tener presente el futuro, se agotan las aguas subterráneas y se explota de forma excesiva los cursos fluviales, a esto se suma las alteraciones del ciclo hidrológico por el calentamiento global y la contaminación del agua. Por último, la destrucción de hábitats y extinción de especies, simplemente la falta de conservación de la biodiversidad. Frente a este devastador panorama, el autor, cree en marcos globales para la acción que conjuren consenso científico, desarrollo de tecnologías alternativas y concienciación pública.

La tercera parte, está dedicada por completo al reto demográfico, ya que la dinámica global de la población está caracterizada por un crecimiento demográfico demasiado acelerado, la escasez de recursos es real al igual que la existencia de un gran impacto sobre los ecosistemas y la biodiversidad. El autor presenta algo que agrava la situación aún más, y es que para el año 2050 la población no solo se incrementará en más de 2600 millones, si no que aumentará precisamente en aquellas regiones del mundo que tienen más problemas hoy en día con la pobreza extrema, las enfermedades, el hambre y la violencia. Por lo que él presenta nueve factores que impulsan un descenso de las tasas de fertilidad dirigida a los países pobres: mejorar el índice de supervivencia infantil, educación de las niñas, cualificación de las mujeres, acceso a servicios de salud reproductiva, la revolución verde, la urbanización, el aborto legal, las garantías para la vejez y liderazgo público.

La cuarta parte, se titula ''Prosperidad para todos'',y es en ella donde el autor manifiesta que el desarrollo económico es una compleja interacción de fuerzas de mercado y planes e inversiones del sector público. Además, se resalta el continente africano, él cual debe ser el epicentro de los retos del desarrollo del mundo, ya que es allí donde los desafíos planteados por la geografía, la pobreza fiscal y la actuación gubernamental se dan cita. Así se enuncian cuatro tipos de inversiones básicas para escapar de la pobreza extrema, como lo son: un fuerte impulso a la productividad del medio de vida principal, la agricultura; la atención a la salud mediante la creación de servicios sanitarios preventivos y curativos; la educación y la infraestructura.

La quinta y última parte, es un llamado a repensar la política exterior, a alcanzar los objetivos globales y al poder de actuar al unísono. El núcleo del problema se encuentra en la pérdida de fe en la resolución global de problemas y cierto descreimiento cínico generalizado en la propia cooperación global. Uno de los países más reacios a cooperar es Estados Unidos, lo que requiere es cambiar su política exterior para así no ponerse en peligro ni poner en peligro al mundo.

La lectura del libro de Sachs le permite no solo a los profesionales y estudiantes de las ciencias económicas, sino a todo ciudadano de cualquier del rincón del planeta a sentirse parte del problema y a la vez en actores activos que pueden participar en la búsqueda de soluciones viables; aunque se requiere principalmente de líderes que dejen a un lado el deseo de supremacía y poder y se encaminen acciones para conservar el planeta, la especie humana y garantizar así la supervivencia de las futuras generaciones con ciertas condiciones favorables. Lograr grandes acciones implican esfuerzos económicos y políticos, pero todo se lograría si existiera un interés colectivo, sin embargo, ahí es donde radica el problema en la falta de sentido común y en el deseo de cooperar.

Jeffrey Sachs, dentro de su elocuente discurso, presenta ilustraciones basadas en la realidad y que son fruto de su papel como investigador y profesor dentro de organizaciones internacionales, además, el aporte de colegas o profesionales de otras áreas hacen que el contenido del libro sea de un alto valor académico. A su vez, el autor da matices y críticas a ciertas gestiones o falta de voluntades para mejorar la situación en la que se encuentra la economía global. Ambos elementos de profundidad científica y de opinión crítica permite una lectura enriquecedora y variada. Así, Sachs dentro del texto apela a ciertos planteamientos que son interesantes y controvertidos, por lo cual vale la pena resaltarlos. Entre muchos elementos que se pueden rescatar, aquí se destacaran la opinión al libre mercado, el rechazo a las políticas de los gobiernos estadounidenses, el aporte de la explicación del panorama medioambiental, el apoyo a las sociedades de bienestar social y por último la salida a los problemas que acecha a la humanidad.

Él considera que el libre mercado no lo resuelve todo y menos los problemas que se presentan actualmente. Por sí solas, las fuerzas del mercado no pueden resolver problemas como el desarrollo y la adopción de tecnologías sostenibles, la explotación sostenible de los sistemas naturales, planes para lograr una población sostenible y el fin a la trampa de la pobreza. Se requieren los incentivos y esfuerzos mancomunados de los sectores públicos, privado y no lucrativo (incluyendo las fundaciones y la esfera académica) para poder mejorar la situación actual.

En repetidas ocasiones el profesor Sachs rechaza la falta de compromiso y liderazgo por parte de Estados Unidos en lo que respecta a la política medioambiental y climática, el cambio demográfico global, la pobreza y la política energética. El problema radica en cinco elementos, el primero es la gran cantidad de dinero destinada a gastos militares, aunque los grandes retos del siglo sean irresolubles por la fuerza. El segundo, se desprecia el poder de la ayuda exterior. El tercero, los estadounidenses son incapaces de comprender los límites de su poderío. El cuarto, se niegan a dialogar y negociar con los adversarios. El quinto, la organización del gobierno no le permite actuar mejor. Por lo que el autor expresa que es preciso configurar un nuevo tipo de política global que no se base en la hegemonía estadounidense o china, sino en la cooperación global entre todas las regiones.

La detallada explicación de los retos medioambientales reluce en la obra, ya que como Sachs lo menciona ''la humanidad está azuzando a la bestia de la naturaleza con imprudencia, la cual en un principio puede perfectamente no dejarse afectar, pero responder después con violencia a las provocaciones humanas''. La lista es larga frente a todos los impactos ocasionados. Entre algunos de ellos está el omnipresente deterioro a los anfibios, corales, grandes simios, polinizadores, en general a la flora y fauna de todo el mundo y la responsabilidad está en manos de los humanos que en su búsqueda de abastecer sus necesidades arrasan con todo.

Sachs presenta la clasificación de las sociedades capitalistas: estados de bienestar social, libre mercado y economías mixtas, cada uno tiene sus características y ventajas; pero los estados de bienestar social prevalecen sobre los otros porque de acuerdo a las evidencias presentan un alto gasto social basado en una elevada carga fiscal, lo que es muy efectivo para reducir la pobreza y la desigualdad y han conseguido garantizar altas tasas de ocupación, elevados niveles de renta, tasas de pobreza baja, una distribución más equitativa de la renta, elevada tasa de desarrollo tecnológico, mejores niveles de vida y gran prosperidad en comparación a las demás sociedades. Los estados de bienestar son muy prometedores pero transplantar dicho modelo no es sencillo pues involucra confianza y que los ciudadanos se identifiquen con los beneficiarios de los programas gubernamentales.

Por otro lado, en el libro es claro que Sachs considera que la ayuda exterior puede ser la clave y pone en ella una gran esperanza, ya que como el mismo lo expresa: con solo el 0,7 por ciento del producto interno bruto (PIB) del mundo rico, una suma prometida hace mucho tiempo pero todavía no satisfecha, se lograría poner fin a la pobreza extrema. No basta con que se materialice la ayuda externa, se requiere la supervisión y control por parte de organismos internacionales que no estén afectados por intereses particulares o contaminados por la corrupción para que se vigile que las ayudas realmente si se destinen a los planes que van dirigidos a los más pobres.

Incluso en su obra aparecen progresos dados en materia de la ayuda externa como la contribución al desarrollo de Asia y América durante la revolución verde, el control de enfermedades como la viruela, la enorme extensión de la alfabetización, la escolaridad, la difusión de los modernos métodos anticonceptivos, avances en la gestión global del medio ambiente, en lo que respecta a la capa de ozono, la biodiversidad y la desertización.

A pesar de lo bondadosa que se ve la ayuda externa para erradicar la pobreza extrema o conseguir mejorar la situación de millones de personas que se encuentran el subdesarrollo, en base a la fórmula: Ayuda temporal-Incremento de la productividad-Aumento del ahorro y la inversión-Crecimiento sostenido, requiere una correcta administración de dichos recursos por parte del país receptor y cierta estabilidad política y social; porque de lo contrario se convertirían en recursos despilfarrados que no cumplirían su misión.

El mensaje final del libro es ''si cooperamos con eficacia estás nefastas amenazas se pueden conjurar y podemos conseguir en las próximas décadas estos cuatro objetivos: energía y recursos sostenibles, estabilizar la población, el fin de la pobreza extrema en el 2025 y el nuevo enfoque: cooperación''. La lectura de Economía para un planeta abarrotado es muy agradable, se funda en bases científicas y académicas y a la vez abre un abanico de debates y criticas. Lo más importante que hace Sachs es que deja al lector realmente preocupado, o más sensible y conciente, frente a la crítica situación del siglo XXI.

 

 

Primera versión recibida el 2 de junio de 2009; versión final aceptada el 19 de junio de 2009