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Revista Latinoamericana de Bioética

Print version ISSN 1657-4702On-line version ISSN 2462-859X

rev.latinoam.bioet. vol.8 no.1 Bogotá Jan./June 2008

 

Bioética, Psicología y Hermenéutica

BIOETHICS, PSYCHOLOGY AND HERMENEUTICS

Hernán Rodríguez Villamil*

* Psicólogo bioeticista, candidato a Magíster en Psicología social de la Universidad Nacional de Colombia. Artículo de reflexión generado en el grupo de investigación "Liderazgo y Educación" evaluado en B en COLCIENCIAS. Email: hernan.rodriguez@umng.edu.co

Fecha Recepción: Febrero 20 de 2007
Fecha Aceptación: Noviembre 10 de 2007


RESUMEN

Se pretende insinuar un conversatorio entre la Bioética y la Psicología a través de la hermenéutica como método, con una triple finalidad: en primer lugar hacer una aproximación a lo que se entiende por Bioética; en segundo lugar, establecer algunos nexos transdisciplinarios entre Bioética y Psicología, y en tercer lugar, mostrar los primeros intentos de una Bioética que desde la hermenéutica como método, proponga algunas estrategias que ayuden a transformar personas y colectividades.

Palabras Clave: Bioética, Hermenéutica, Psicología, Vida.


ABSTRACT

This article pretends to establish a talk among bioethics and psychology trough the hermeneutics as a method, with a triple finality: first: to make an approach to bioethics; second, to establish some trans disciplinary nexus between bioethics and psychology and third : show the first attempts of Bioethics, that with a hermeneutics as its method, proposes some strategies that help to transform people and collectivities.

Key Words: Bioethics, Hermeneutical, Psychologist, Life.


INTRODUCCIÓN

El hombre subjetiviza el mundo para comprenderlo comprendiéndose a sí mismo, para entretejer con él sus emociones, forjando su historia que formará luego parte de la historia de la humanidad y del mundo. La vida es humana, es correlativa con la vida del mundo, y el mundo es para nosotros capacidad para emocionarnos, comunicarnos, interpretarnos y en especial es el resultado de las relaciones entre facticidad y trascendencia. Así lo comprendió Van Rensselaer Potter, bioquímico, oncólogo e investigador norteamericano, que en 1971 preocupado por los rumbos que tomaban los diferentes avances tecnocientíficos de la época, planteó la necesidad de apreciar la ciencia desde el punto de vista ético de otra manera,más novedosa, más acorde con los tiempos, por esto acuña el término bioética (bios: vida y ethos: ética), para mostrar la necesidad de reorientar la filosofía práctica de la vida, a conocer a fondo el significado de la misma y en ella el sentido de la nuestra. Esta novedad ética pretende humanizar la ciencia y la técnica, para lo que se requieren cambios profundos de actitudes y comportamientos emocionales en las personas (psicológicos), acordes con los contextos sociales cotidianos. Las experiencias y vivencias deben estar permanentemente interpretadas por el sujeto en relación con las colectividades, buscando siempre la construcción cuidadosa de un futuro mejor para la sociedad colombiana.

La anterior propuesta para el doctor Potter, hace parte de su "legado", tema que se ampliará más adelante, donde plantea la necesidad urgente de establecer un diálogo transdisciplinario novedoso entre ética, vida y ciencia, que para el caso que nos ocupa, se refiere a bioética, psicología y hermenéutica. Entre otras razones porque, hoy los adelantos científicos de la psicología proponen diferentes paradigmas con sus respectivos interrogantes éticos a los que la ética clásica no estaría en condiciones de responder. Por ejemplo, qué sucede con la identidad psíquica y social de quienes deciden cambiar de sexo. Esto incluye un nuevo estilo de vida (bioética), una nueva identidad psicosocial (psicología) y naturalmente otra forma diferente de comunicarse e interpretar lo que sucede (hermenéutica). Estos aspectos desde la ética tradicional, son difíciles de abordar y por consiguiente difíciles de solucionar.

¿QUE ES Y DE QUÉ SE OCUPA LA BIOÉTICA?

Para este artículo propongo entender la Bioética como un saber transdisciplinario e histórico-hermenéutico en permanente construcción, que se ocupa del cuidado responsable y solidario del comportamiento vital, en la sociedad tecnocientífica desde tres puntos de vista: la vida, la calidad de vida y el sentido de la misma.

Respecto a qué es la Bioética, Potter en 1988 en su texto: Global Biothics, Building on the Leopold Legacy, Michigan State University Press, afirma que el término bioética ha significado para él tres cosas diferentes pero complementarias, según los momentos históricos que ha vivido como investigador sobre el tema. En un primer momento, hacia los setenta, la planteó como "bioética puente", después hacia los ochenta, como "bioética global" y finalmente, hacia los noventa, como "bioética profunda".

La bioética como puente responde a sus primeros escritos, concretamente a la obra que lo dio a conocer, denominada: "Bioethics, bridge to the future", allí destaca la idea de que "no hay todavía una ética que trate de la relación del hombre con la tierra y los animales y las plantas que crecen sobre ella. La relación con la tierra se aborda desde lo estrictamente económico, lo cual implica derechos pero no obligaciones (Potter, (1971): 142). Además, para el profesor Potter era claro que "sí hay dos culturas que parecen incapaces de hablar la una con la otra la ciencia con las humanidades- y si ello es parte de la razón por la que el futuro parece dudoso, entonces posiblemente, nosotros podríamos construir un puente hacia el futuro construyendo la Bioética como puente entre las dos culturas". (Potter, (1971): 145).

Los planteamientos que aparecen en la bioética global pretenden integrar al hombre con la tierra, destacando la idea de que la tierra es el pilar fundamental para la supervivencia humana, pues además de ser el espacio donde el hombre habita (oikos) le suministra los recursos para su manutención. Cuidar la tierra es importante para la supervivencia de la especie. Aquí el autor destaca cinco categorías para la supervivencia. La supervivencia simple, que sólo tiene en cuenta el alimento, el abrigo, un lugar donde pasar la noche y la reproducción de la especie, es una sociedad de caza y recolección.

La supervivencia miserable como resultado de una guerra, de una enfermedad devastadora, causando muerte, desnutrición y hambre, asociada generalmente a la miseria. La supervivencia irresponsable caracterizada por el consumo excesivo el agotamiento y la degradación del medio ambiente.

La supervivencia aceptable que se caracteriza por la dignidad moral de las personas, sus derechos, salud y control de la fertilidad humana, esto en conjunto, para preservar el ambiente natural que permita la diversidad de la especie. Y por último la supervivencia ideal que es la misma supervivencia anterior con un ideal de sostenibilidad en todo el mundo (Potter (1995): 186).

Potter opta por la supervivencia aceptable que a largo plazo implica una obligación moral, dignidad humana mundial, y obligación moral de la fertilidad humana. Los gobiernos deben promover, dice el autor, la reproducción limitada voluntaria que es compatible con el resto de la biosfera; estos requisitos exigen la adaptación económica en el "cuidado de la tierra" y la adaptación reproductiva en el cuidado de la salud. La libertad asumida para procrear como una cuestión de opción necesita ser obligada por la ética de la realidad" (Potter (1995): 190). En otras palabras, el hombre no puede seguir siendo considerado como lo más importante de la creación (antropocentrismo) pues sí el hombre desea sobrevivir necesita irrefutablemente cuidar y conservar el entorno natural del cual él es parte.

Y respecto a la "bioética profunda", dice Potter, es la evolución de la bioética global a una bioética mundial políticamente dinamizada y preocupada por el componente social. Esta perspectiva del doctor Potter está directamente influenciada según él, por los escritos de Lester Brown y su Fundación del Instituto Worldwatch (estado del mundo) donde se destaca que "las tendencias de los años recientes sugieren que necesitamos una nueva brújula moral que esté sustentada en los principios de atender a las necesidades humanas de una manera sostenible o sustentable. Tal ética dice Lester Brown, se llamaría la ética de la sostenibilidad, basada en un concepto de respeto por las generaciones futuras". (Brown, (1999): 21). Potter, que está plenamente de acuerdo con esto, agrega: "se requiere una sostenibilidad bioética para las diversas poblaciones mundiales, y para la biosfera, y para una sociedad decente a largo plazo. Por los siguientes cien años, continua Potter, necesitamos una bioética más profunda, política con un sentido de urgencia. La acción política para la supervivencia social a largo plazo constituye un mandato bioético. Necesitamos una bioética más profunda, humanizada y orientada hacia la sostenibilidad bioética a largo plazo". (Potter. 2000).

Luego de exponer en forma breve qué es la Bioética veamos de qué se ocupa.

El mundo de la vida justifica el prefijo "bios" que constituye la novedad de la preocupación ética contemporánea y determina la especificidad de ésta última, diferenciándola de las éticas formales tradicionales, de cualquier propuesta metaética y de las normatividades de las éticas profesionales o deontológicas.

Es así como a continuación y en forma muy breve se expondrá las tres perspectivas anteriormente mencionadas alrededor de las cuales la Bioética reflexiona, dialoga e interpreta.

La Vida

Vida no es sólo la vida en su actividad bioquímica más elemental, sino también todo lo que llega a ser esa vida en su complejización que da acceso a los llamados niveles superiores de vida: vida vegetal, vida animal, vida sensitiva, vida psíquica. Con los seres humanos la vida, sin dejar de ser lo que es en cada fase previa adquiere otros rasgos que nos hace hablar de vida social, vida cultural, vida intelectual, vida religiosa, etc (Hortal. (2002): 698).

Muchos filósofos antiguos distinguían entre la vida como vida orgánica, entendida asimismo como el principio vital o vitalidad; y la vida como la manera en que vive el hombre. A la primera la llamaron "zoé", común a todos los seres vivientes en su realidad somática, material y concreta; y es asumida por la vida "bios", general y abstracta, típicamente humana, biográfica, a la cual se refiere toda actividad cultural. Esto lo que significa es que aunque una es la vida biológica y otra la vida biográfica son complementarias, y para la Bioética es importante esta aclaración, en cuanto que la base del "bios" es el "zoé", es decir que el cuidado ético del "zoe" se hace desde el "bios" y que no hay que disociar naturaleza de cultura, sino asumir responsablemente desde la cultura el cuidado dignificante de la naturaleza. Así se "humaniza" la naturaleza, deviniendo ésta en parte constituyente de la biografía humana. (Ferrater Mora (1994): 368).

La Bioética pues, nos convoca a relacionar naturaleza y cultura, dos realidades que en la modernidad se mostraron como antagónicas y que hoy carecería de sentido disgregarlas. Si el "homo sapiens sapiens" es naturaleza devenida en cultura y, en consecuencia, es la conciencia que la naturaleza tiene de sí misma sería un acto demencial de la cultura pelear con la naturaleza hasta el extremo de su destrucción (Cely. (2004): 26). En otras palabras, no todo lo que sea posible tecnocientíficamente debe ser éticamente deseable.

Calidad de Vida

En este contexto el concepto de calidad de vida va más allá de satisfacer necesidades básicas de supervivencia, no las excluye, pero éstas no agotan lo que significaría vida buena equiparable en este caso con calidad de vida según lo que propone la Organización Mundial de la Salud: "es la percepción del individuo de su situación en la vida, en el contexto de su cultura y el sistema de valores en el que vive, y en relación con sus objetivos, expectativas, estándares y preocupaciones". Se trata pues de un proceso en lo posible, con tendencia al máximo de bienestar físico, mental y social; y no sólo ausencia de enfermedad y/o discapacidad.

El concepto de calidad de vida presupone un concepto de "vida buena" entendiendo por ésta lo que a propósito nos plantea Schlanger Jacques en una de sus obras titulada "Sobre la vida buena": "se podría hablar de dos posturas divergentes en relación con la vida buena: una postura esencialista, para la cual el sentimiento de vida buena sólo tiene sentido en relación con la esencia que este sentimiento refleja, a veces fielmente y a veces no, y una postura fenomenalista, para la que la buena vida está en relación directa con el sentimiento que se tiene de ella" (Schlanger (2004): 120). En otras palabras, continua el autor: "se que llevo una vida buena cuando me doy cuenta de que la vida que llevo es acorde con el modo de vida que quiero llevar o debo llevar. No se trata tanto del sentimiento que se experimenta, cuanto de un juicio o un consentimiento" (Schlanger (2004): 119).

Sentido de la vida

De acuerdo con Sócrates, el referente valorativo de toda actividad humana es preguntarse por el sentido de la vida. "Una vida no examinada no vale la pena vivirse" decía Sócrates. Aquí sentido se traduce como dirección hacia algo.

Quien hace un análisis importante de lo anterior, desde x mi punto de vista, es Aristóteles en la Ética de las Virtudes, cuando habla de la "eudaimonía" o felicidad, la cual es el resultado de una vida virtuosa (areté) ligada a un proyecto dador de sentido (telos), lo que a su vez, da lugar a una vida experimentada como biografía (de acuerdo a lo dicho anteriormente). Emilio Lledó en un artículo sobre "Aristóteles y la ética de la polis" escribe que: "es dentro de la vida, en su posible continuidad, donde se configura la eudaimonía y el areté (...). La forma suprema de felicidad y, por consiguiente, de bien, es el que permite construir, sobre el tiempo de cada instante, una cierta tendencia a sobrepasar su efímera constitución, y enganchar la problemática plenitud de los días en la firme congruencia que amalgama el presente hacia el futuro, y sintetiza el ahora en la memoria y en la esperanza" (Lledó, (1998): 144).

En otras palabras, la acción verdaderamente humana, virtuosa, es aquélla que de manera permanente trata de responder la pregunta por el sentido de la existencia de cara a un proyecto de vida. La vida personal se concibe como buena en tanto satisfaga las aspiraciones más íntimas que se tejen en la realización de la trama existencial. Tales aspiraciones anticipan al presente lo que deseamos conquistar porque lo percibimos como bueno, justo, correcto, útil, necesario, conveniente, bello, gratificante y digno.

Actualmente los temas ambientales adquieren una importancia primordial. Nos enfrentamos a una serie de problermas globales, analizados en el punto anterior, hoy llamados problemas sistémicos debido a que están, interconectados y son interdependientes en los procesos naturales.

Se pretende reconocer la interdependencia entre todos los fenómenos y el hecho de que, como individuos y como sociedades, estamos todos inmersos, esto es, dependientes unos de otros de los ciclos de la naturaleza. Estudiar estos fenómenos es tarea de la llamada ecología profunda, pues ésta, no separa a los humanos del entorno natural. Es una perspectiva que reconoce el valor intrínseco de todos los seres vivos, y ve a los humanos como una hebra de la trama de la vida. (Capra, (1999): 29). Es una visión del mundo que reconoce el valor inherente de la vida no humana. Todos los seres vivos son miembros de comunidades ecológicas vinculados por una red de interdependencias. Cuando esta profunda percepción ecológica se convierte en parte de nuestra vida cotidiana, emerge un sistema ético radicalmente nuevo. Es decir, bioético.

La conexión entre la percepción ecológica del mundo y el correspondiente comportamiento no es solamente una conexión de simple lógica, sino psicológica (Rozsak, (1992).: 246-247). La conciencia psicológica del sujeto de ser parte de la trama de la vida nos debería obligar a cuidar la naturaleza viviente de la misma forma como cuidamos la nuestra. Aquí el concepto de "sí mismo" es diferente al conocido tradicionalmente. El "yo soy", significa que soy naturaleza viviente y todo lo que esto significa desde una perspectiva ecológica.

Ahora bien, las ideas propuestas por los biólogos durante la primera mitad del siglo contribuyeron a una nueva forma de pensar el mundo, a esto se llamó pensamiento sistémico, en términos de conectividad, relaciones y contextos. Según la visión sistémica, las propiedades esenciales de un organismo o sistema viviente, son propiedades del todo que ninguna de las partes posee. (Bertalanffy, (1968): 26). Emergen de las interacciones y relaciones entre las partes. Esto aplicado a la vida humana, lo que significa es que las experiencias individuales de las personas tienen significado solo a la luz de las relaciones colectivas de éstas con los demás y el medio que lo rodea (Ver Psicología de la Gestalt. Max Wertheimer y Wolfgang Kohler ). Y en términos psicológicos fue Gregory Bateson quién propuso un novedoso planteamiento para explicar lo anterior desde su teoría de la mente. (1904-1980).

La mente no es una cosa, sino un proceso: el proceso mismo de la vida. En otras palabras, la actividad organizadora de los sistemas vivos, a todos los niveles de vida, es una actividad mental. Bateson estableció una serie de criterios que los sistemas deben cumplir para que pueda existir la mente. Todo sistema que satisfaga dichos criterios será capaz de desarrollar los procesos que asociamos con la mente: aprendizaje, memorización, toma de decisiones. Esto procesos empiezan mucho antes según Bateson, de que los organismos desarrollen cerebros y sistemas nerviosos superiores (Bateson, (1993): 127). Las relaciones son la esencia de los seres vivos. La forma biológica está constituída por relaciones, no por partes, y es también así como la gente piensa (Bateson, (1993): 130). Para Bateson era absolutamente claro que el fenómeno de la mente se hallaba inseparablemente vinculado al fenómeno de la vida. La mente, continua Bateson, es la esencia de estar vivo..

De estas apreciaciones se desprende una de vital importancia para nuestros propósitos: "el estado del mundo está ligado al estado de nuestra mente" (ecología mental). Es decir, el ser humano, la sociedad y el ambiente siempre han establecido una profunda relación de interacción con el objetivo de fortalecer acuerdos de respeto y equilibrio sostenible respecto al universo. Sostenible, porque no sólo es para el aquí y el ahora, sino para las futuras generaciones. Y este es uno de los puntos donde precisamente se encuentra la Bioética y a Psicología. Las falacias que dominan nuestra sociedad en el momento actual dice Bateson, tienen en jaque la supervivencia de la biosfera: "nosotros contra el ambiente y contra nuestros semejantes ingenuamente pensamos que poseemos un control unilateral sobre lo que nos rodea. No percatamos, que vivimos dentro de una "frontera" en infinita expansión" (Bateson, (1991): 525).

En otras palabras, y a manera de conclusión de este segundo punto: "la ecología interna de las ideas es un sinónimo bastante exacto de aquello que también podría llamarse sensibilidad estética". (Bateson, (1993): 328). Es decir, para Bateson "la misma clase de leyes debe operar en la estructura del cristal y en la estructura de la sociedad" (Bateson, (1993: 329). Su teoría general de la forma se convirtió en una teoría sobre los agregados de ideas llamadas "mentes". El se preguntaba: ¿cuál es la pauta que conecta el cangrejo con la langosta, o la orquídea con la rosa, y a los cuatro conmigo? ¿Y a mí y a todos con la ameba, en un extremo y al esquizofrénico en el otro?. Bateson nos enseñó a observar, a redescubrir el mundo que nos rodea. "Sí deseamos vivir en armonía con los demás seres vivos del planeta debemos aprender a pensar como "piensa la naturaleza". Esto desde luego es otra forma de construir el mundo, otra epistemología: ver la naturaleza y la mente unidas. La mayoría de las personas, dice Bateson, hemos perdido el sentido de la unidad de biosfera y humanidad que nos ligaría y nos reconfortaría a todos en una afirmación de belleza. La mayoría no creemos hoy que, sean cuales fueren en sus pormenores las alzas y bajas de nuestra limitada experiencia, la totalidad global es fundamentalmente hermosa" (Bateson, (1993): 330).

En los ecosistemas, la complejidad de su red es consecuencia de su biodiversidad; por tanto una comunidad ecológica diversa es una comunidad resistente. En las comunidades humanas, la diversidad étnica y cultural puede representar el mismo papel. En este caso, diversidad significa distintos tipos de relaciones o de comportamientos, distintos modos de enfrentar los problemas, distintas maneras de ser bioéticos. En otras palabras, pensamos la vida y tratamos de vivir en coherencia con lo que pensamos de ella. Aquí lo que se entiende por moralmente bueno es la responsabilidad de sí mismo a partir del otro o por el otro (en términos del estoicismo).

Recordemos que la Bioética surge en un momento de crisis de valores morales ocasionada por la razón instrumental de las ciencias y las tecnologías, al arbitrio economicista de los imperativos tecnocráticos. Y esta crisis es percibida como pérdida del sentido de la vida propiciada por el sinsentido de la razón ilustrada que busca múltiples rumbos generando incertidumbres y grandes dilemas éticos que dejan sin resolver. Al "rescate" del sentido de la vida viene la acción hermenéutica de la Bioética, como se ampliará más adelante, con aportes críticos y trans-disciplinares sobre la comprensión de la acción humana individual y colectiva.

Las perspectivas anteriormente expuestas sobre lo que se ocupa la Bioética dejan de lado a propósito, otras visiones más históricas o jurídicas, como la Bioética de corte norteamericano, que le interesa resaltar una Bioética principialista, haciendo énfasis en principios como la beneficencia, la autonomía, la justicia y la no maleficencia, relacionados a Bioéticas aplicadas al Derecho o a la Medicina en el campo de la salud. El presente análisis, entonces, ha pretendido solamente mostrar una perspectiva general de lo que es la Bioética. En los siguientes aspectos, se tratará de relacionar la Bioética con la Psicología desde un punto de vista específico, y con un autor concreto, y finalmente, el papel de la hermenéutica como alternativa metodológica educativa de la Bioética.

¿POR QUÉ RELACIONAR BIOÉTICA PSICOLOGIA Y HERMENÉUTICA?

Por dos razones, primera, por las circunstancias descritas en los puntos anteriores. Y segunda, por motivos educativos. Analicemos en qué sentido.

En primera instancia se hace una aproximación analítica del significado de hermenéutica y su relación con la cultura (historia), las ciencias y la cotidianidad. Y segundo, la relación de la bioética con la pragmática (cotidianidad) debido a sus implicaciones morales y de valores que la conforman. Esto último, desde una perspectiva educativa.

El vocablo hermenéutica procede el verbo griego: hermeneúein, que significa interpretar. Son derivados los sustantivos hermeneús, el interprete; hermeneía, el arte de interpretar; y los adjetivos hermeneutikós y hermeneutiké, lo interpretado.

Filológicamente la palabra hermenéutica parece decir relación con el personaje Hermes, mensajero de los dioses, a quién el Panteón griego atribuyó el origen de la lengua y de la escritura. Este mismo personaje en su condición de mensajero de los dioses era relacionado con el arte de la intelección, interpretación o captación de senado de los oráculos divinos propuesto generalmente en enigmas(Coreth, (1982): 190).

Vocablos griegos derivados o sinónimos de interpretar son: afirmar, proclamar, esclarecer y traducir. Como es claro en todos ellos la idea común es algo que debe ser inteligible, captado, percibido.

Una hermenéutica o interpretación está ya de por sí supuesta en toda expresión o símbolo lingüístico, cuya finalidad es, precisamente, suscitar una captación de sentido, convertir algo en inteligible. La interpretación textual de obras literarias por ejemplo, testimonios históricos, textos legales arcaicos, símbolos y escrituras primitivas, se ha usado desde la antigüedad cuando se trataba de dilucidar el sentido que los autores o escritores quisieron expresar (Coreth, (1982): 192).

La hermenéutica en su relación con las ciencias tiene como punto de referencia la ya conocida clasificación de las mismas. Es decir, las ciencias cuyo método propio es el análisis empírico persiguen una finalidad eminentemente práctica. En virtud del principio de "repetibilidad" (referente explicativo), tales ciencias procuran establecer pronósticos acerca de la naturaleza para ponerla al servicio del hombre. Se trata, pues, de una praxis instrumental tanto en el método, como en la finalidad, como en el interés científico. Para estas ciencias, por realidad ha de entenderse aquello que puede ser experimentado e interpretado por el sujeto a partir de lo real.

Las ciencias cuyo método y quehacer científico se fundamentan en la capacidad espiritual humana de la comunicación intersubjetiva se denominan "ciencias del espíritu". Algunos autores prefieren llamarlas, ciencias hermenéuticas, en cuanto que su finalidad es dar a conocer, hacer comprensible o interpretar la interioridad espiritual del hombre pensante que se abre a los demás por signos en términos de pragmática. La praxis comunicativa es aquí la finalidad e interés. Lo real para estas ciencias es todo aquello que cae dentro de un horizonte de comprensión y que puede ser experimentado mediante la interpretación de un sistema de símbolos, de un lenguaje, de un sistema de representación que eventualmente haya servido de vehículo a la comunicación humana (Vasco, (1995): 403-408).

Un tercer grupo de ciencias que se sitúa en plano intermedio y participa de lo analítico-empírico para interpretación de lo humano, se denominan ciencias sociales.

La anterior descripción de la estructura de las ciencias pone de manifiesto el nivel en el cual se sitúa con propiedad la hermenéutica y su tarea propia en el campo científico. Se puede observar entonces, que la hermenéutica pertenece con propiedad y por definición a las ciencias del espíritu humano; pertenece también a las ciencias sociales no precisamente en cuanto estas son empíricas, sino en cuanto son hermenéuticas.

Hasta aquí la idea es que, por hermenéutica entendemos la actividad que procura la captación de sentido o significado del símbolo humano (lo pragmático) como expresión real de la propia actividad espiritual del hombre y de su característica esencial de intercomunicabilidad. Se destaca aquí como aspecto fundamental de la hermenéutica la auto-comprensión del hombre, inseparable de la historicidad de la existencia (sabiduría). El hombre ha entendido el mundo en la medida en que se ha situado en él con anterioridad a toda reflexión filosófica o metodológica. Pero el entender no se realiza sino dentro de un esquema, condicionado por la historicidad y la historia (Vasco, (1995): 405).

Ahora bien, la hermenéutica como método de análisis y búsqueda de la verdad en la cotidianidad de las personas es necesaria. Es decir, la cotidianidad de la vida requiere permanentemente de una interpretación, porque los sucesos que la conforman siempre son signos o símbolos cargados de mensajes que deben ser leídos e interpretados para captar su significado.

Es de todos conocido que hoy, la sintáctica y la semántica se le añade la llamada pragmática que según Charles Morris (1962) estudia la relación entre signos e intérprete. Deseo aclarar que cuando aquí se habla de signos o de semántica no se hace en términos de Saussure (en el curso de lingüística general de Ferdinand Saussure (1916) se distingue en los signos, el significante de lo significado) sino en términos de Charles Morris y John L. Austin. Veamos en qué sentido.

El término pragmática viene del griego "pragma" que significa acción. Diego Gracia, filósofo y bioeticista español, citando a John Austin, opina al respecto: "la pragmática es la disciplina que estudia el lenguaje referente al acto de hablar". Pareciera que se le resta importancia a las relaciones de las palabras entre sí para destacar la relación de las palabras con las personas (Gracia, (2002): 198).

Lo anterior significa, que la pragmática permite analizar los juicios en general, y los juicios morales en particular, aspecto fundamental para la Bioética en el sentido aquí propuesto.

Entonces, lo que se pretende decir es que la hermenéutica aplicada a la Bioética se refiere a la interpretación de la relación de las palabras en este caso de las narrativas, o de los imaginarios colectivos de una cultura, de un pueblo o de una comunidad con las personas que la conforman y su diario vivir, que se ha dicho, gira en torno a permanentes decisiones, responsabilidades y comportamientos que necesariamente tienen que ver con los principios morales y valores individuales y colectivos de los sujetos hacia el futuro. En términos de Diego Gracia: pragmática (Gracia. D. 2004: 196).

La fuente más importante para conocer una cultura, sus costumbres o su moral son las tradiciones narrativas (pragmática). Nadie es moral o ético porque haya aprendido hacerlo leyendo sobre el tema. Un ejemplo claro de esto es la historia del pueblo de Israel consignada en la Biblia. Los textos que allí aparecen obedecen a tradiciones que en su mayoría son narrativas de comportamientos religiosos, éticos o morales del pueblo judío.

Cada época tiene su propia narrativa, lo que permite concluir que las narrativas son de gran importancia en la vida cotidiana, pues uno de sus objetivos básicos además de transmitir conocimientos es educar en las actitudes, los hábitos y las costumbres en especial las costumbres morales (Ortega y Gasset, (1966): 196) Dichas narrativas son el objeto de la hermenéutica que además de ser interpretadas también deben ser comprendidas. Este es un segundo aspecto de la hermenéutica importante para la Bioética respecto a la cotidianidad y la relación entre ciencia y cultura.

La comprensión es un fenómeno basado en la interpretación de las relaciones o interacciones de los sucesos cotidianos del sujeto en busca de sentido. Aquí lo fundamental es la vida. Ortega y Gasset a este respecto en 1932 escribió a propósito de un homenaje a Goethe: "la hermenéutica intenta comprender a un autor o a un personaje desde dentro de sí mismo, en el conjunto de sus interacciones (Ortega y Gasset, (1966): 201). Y Wilhelm Dilthey, también sobre lo mismo opina: "el fin último del proceder hermenéutico es comprender al autor mejor de lo que él se ha comprendido a sí mismo". (Dilthey, (2000): 73).

CONCLUSIÓN

Las reflexiones hechas hasta aquí, refuerzan la pertinencia de la hermenéutica como método de análisis y búsqueda de lo que se considera verdadero para la Bioética y su relación con la Psicología. Facilita la interpretación de los acontecimientos en el proceso de la vida. La hermenéutica pues, en esta temática es una "aletheia", es decir, ayuda a descubrir o desvelar la verdad de manera permanente.

Aplicada a la Bioética, ayuda a comprender e interpretar sus contenidos implícitos en las decisiones que se toman en la cotidianidad, en especial las que tienen que ver con las emociones, lo moral y los valores de la persona siempre en prospectiva, es decir, teniendo en cuenta las consecuencias futuras de las acciones presentes de acuerdo a los comportamientos psicológicos de las personas y sus contextos sociales.

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