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Sociedad y Economía

Print version ISSN 1657-6357

Soc. Econ.  no.19 Cali July/Dec. 2010

 

La migración colombiana a Francia:¿En búsqueda del país de los Derechos Humanos?1

Colombian migration to France. Are they looking for the Land of the Human Rights?

Anne Beatrice Gincel Collazos
Universidad del Rosario, Bogotá-Colombia
agincel@free.fra

Recibido: 17.03.10
Aprobado: 29.11.10

1. El artículo es producto de mi trabajo de doctorado de sociología que presenté en febrero de 2005, en la Universidad Paris 1-Sorbona, sobre la inmigración colombiana en Francia.


Resumen

Este artículo se propone demostrar que la atracción que representa Francia para los colombianos, desde finales de los años 90, se debe más a la existencia de redes sociales en el país galo que a su tradición de ser el país de los Derechos Humanos. En un país donde existe un derecho social que permite a la población ilegal de acceder de manera gratuita a los sistemas educativo y de salud, las redes sociales permitieron la organización de una verdadera "colonia colombiana" en Francia, accediendo a una inserción laboral por medio de un trabajo étnico.

Palabras clave: migración colombiana; redes sociales; ilegalidad; informalidad.


Abstract:

This article argues that the attraction that France represents for Colombians since the late 1990s is due to the existence of social networks in that country more than to its tradition as the country of human rights.  In a country with social rights that allow the illegal population to have free access to the health and education systems, social networks allowed the establishment of a true "Colombian community" in France gaining access to the job market through ethnic business.

Key words: colombian migration; social networks; illegality; informality.


Francia es un país históricamente de inmigración &-aunque no se reconoce como tal- ya que presenta movimientos migratorios desde hace varios siglos, como resultado de varios fenómenos políticos, económicos y sociales. La Revolución Francesa de 1789 atrajo a mucha gente que quería compartir los ideales revolucionarios del siglo XVIII, lo mismo sucedió con la Revolución Industrial. El retraso con el cual la población activa francesa se insertó en el mercado de trabajo fabril, obligó a buscar mano de obra extranjera para reemplazar a los franceses que se dedicaban principalmente al trabajo del campo. También la tradición francesa de protección de los derechos humanos permitió que muchos individuos llegaran al país galo para escapar de las persecuciones en su país.

Este artículo indaga sobre las razones de la presencia relativamente fuerte de inmigrantes colombianos en Francia. Si las teorías clásicas de la migración insisten en elementos de atracción o expulsión puramente económicos, se sabe también que los imaginarios alrededor de los países de destino tienen un papel fundamental en la elección del lugar de inmigración. Podríamos entonces preguntarnos si ¿acaso esa decisión de migrar hacia Francia está ligada a la representación de ser el país de los Derechos Humanos? Viniendo los colombianos de un país marcado por relaciones sociales y políticas muy conflictivas, ¿se elige a Francia por esta antigua tradición fruto de la Revolución Francesa? La hipótesis que proponemos aquí es que más que a una atracción ligada a razones de tipo políticas o filosóficas (buscar la "tierra de los Derechos Humanos"), la migración colombiana obedece a la presencia de redes sociales: "uno va a donde tiene quien lo reciba". Es decir, no es un país en particular que uno está buscando, sino los lugares donde encontrarán a quienes lo reciben.

Investigar sobre los colombianos en Francia presenta otro interés: existen pocos trabajos sobre grupos de inmigrantes latinoamericanos en Francia. Se destacan los estudios sobre nativos de los países del cono sur, enfocados en el exilio político, como resultado de los golpes de Estado de los años 70 y 80, que enfatizan a Francia como país de protección para personas amenazadas. En Francia se encuentran muchos estudios sobre los inmigrantes procedentes de los países del Magreb y de África negra (las antiguas colonias francesas), las migraciones turcas y las antiguas olas de migración de los países europeos como España, Portugal, Italia, Polonia, entre otros. También hay estudios sobre los chinos. Pero de latinoamericanos no se sabe casi nada acerca del por qué y cómo vinieron, si están presentes desde hace mucho tiempo, cómo y dónde viven, en qué trabajan, etc. Para suplir esta falencia se realizó esta investigación sobre los colombianos que emigraron a Francia, en donde los enfoques clásicos que permitieron estudiar las inmigraciones latinoamericanas de las décadas anteriores no eran tan pertinentes para entender el fenómeno particular de la migración colombiana.

Después de mostrar quiénes son los inmigrantes colombianos en Francia, y de discutir las razones por las cuales viajaron, mostraremos la importancia de las redes sociales, que permiten que las dificultades administrativas de su situación de ilegalidad no sean tan problemáticas.

1. ¿Quiénes son esos inmigrantes colombianos?

Las migraciones internacionales de los colombianos son un fenómeno antiguo que se dirigió durante la mayor parte del siglo XX hacia los países del continente, entre otros, Venezuela o los Estados Unidos. Pero, a mediados de los 90, con una crisis económica importante en Colombia que marcó a las clases medias que siempre habían estado protegidas, y con las restricciones que impuso los Estados Unidos para ingresar a su territorio, estos movimientos cambiaron de ruta, y los colombianos empezaron a migrar de manera más numerosa al antiguo continente. Efectivamente, mientras que en los Estados Unidos tratan de disminuir el número de candidatos para entrar en su territorio, reforzando controles en las fronteras, muchos latinoamericanos, y entre ellos los colombianos, hasta el primero de enero de 2002, podían llegar a la Unión Europea a través de ciertos países que no pedían visa. Se entraba por España o Alemania y, de allí, se dirigía hacia el espacio nacional donde se pensaba instalar. Así fue como los colombianos llegaron a ser bastante numerosos en Francia.

En Francia, los colombianos llegaron a ocupar oficialmente el segundo puesto de grupos de individuos que vienen de países latinoamericanos. En el censo francés de población de 1982 se contabilizaron 1.852 colombianos; en 1990, se habían duplicado a 3.761 y, en el censo de 1999, eran10.983; lo que les hace el segundo grupo de latinos después de los Brasileños2.

Estos datos presentan limitaciones debido a las altas cifras de colombianos indocumentados que no aparecen registrados en los censos, lo que dificulta bastante el recuento de esta población. Lo que si se puede afirmar, es que son más numerosos que lo que los censos afirman, por lo que, como se le decía anteriormente, muchos aprovecharon la facilidad para entrar a Europa hasta 2002 y luego se quedaron de manera ilegal. Hicimos así una proyección, a partir de la cual propondríamos que dicha cifra podría fluctuar entre 40.000 - 50.000 colombianos en este país3.

Se trata de una población ligeramente más femenina que masculina (6 mujeres frente a 4 hombres), que proceden principalmente de la región cafetera, con un predominio muy fuerte de un pueblo llamado Santuario (Risaralda) de 8.000 habitantes y de la ciudad de Cartago (Valle del Cauca). Esa gente parece representar la gran mayoría de los colombianos que viven en Francia, los otros provienen de pueblitos o de zonas urbanas de esta región. Se encuentra en Francia, y particularmente en Paris, gente que viene de Cali, de Pereira, de Bogotá, de Barranquilla, pero también, de Palmira, Manizales, Medellín, Armenia, o de pueblitos como Tunía, Buga, la Merced, etc.

Aunque en Francia había colombianos desde hace mucho tiempo, esta inmigración tomó un carácter masivo, cambiando de rostro. La composición de la migración colombiana es más heterogénea que homogénea: no se trata exclusivamente de las clases altas o medias que emigran, sino también de trabajadores de clases más desfavorecidas o de clases medias bajas.

Cada individuo es único, con una situación económica, social, familiar, geográfica diferente. Existen varias situaciones de partida. En las razones de migración se encuentran causalidades diferentes que no siempre se excluyen unas de otras, pero ligadas a proyectos particulares. Reagrupando esas historias, proponemos unos tipos ideales de la emigración de los colombianos en Francia, sin olvidar que un tipo ideal, tal como lo ha definido Weber, es un instrumento de objetivización de la realidad, es una construcción que permite al investigador leer, organizar, colocar sentido en los hechos; o sea, no se trata de una reproducción de la realidad sino, más bien, de una construcción teórica.

2. ¿Por qué se fueron?

Organizamos las razones que más se manifiestan en 4 grandes tipos de proyectos, sin olvidarnos que esas razones no siempre se excluyen, como lo decíamos anteriormente:

• Proyectos de desplazamiento de tipo económico, donde el propósito del migrante es ir a vender su fuerza de trabajo en otro sitio en vez de hacerlo en su lugar de origen, para adquirir una masa monetaria a invertir, ahora sí, en su país (ciudad o pueblo). Salen con la idea de trabajar tres o cuatro años con el fin de reembolsar una deuda, acumular un capital que permita comprar o terminar de pagar una vivienda, incluso para establecer un negocio propio.

• Otro tipo de proyectos que se encuentran son los ligados a una necesidad de distanciamiento: puede ser por razones sentimentales o por la necesidad de romper con un ambiente social problemático4 También aquí aparecen los que huyen de una situación de riesgos políticos, los que llamamos los «exiliados»; igualmente los que ven la emigración como un tipo de rito de paso a la edad adulta5. Es decir, se sale a aventurar y, cuando se vuelve, ya no se considerará más como un niño sino como un adulto capaz de enfrentar cualquier situación (Pellegrino, 1995).

• El tercer tipo que podemos rescatar es la búsqueda de movilidad social directa o aplazada: llegar a un nuevo estatus social en su lugar de origen o, tal vez llegando, a través de esta expatriación provisional, a un cierto capital social negociable en su espacio de origen.

• Por último, la voluntad de instalación definitiva. Esta última categoría puede resultar de una de las categorías anteriores pero, también, puede existir desde el inicio de la inmigración, es por eso que la consideramos como un tipo en si.

Lo interesante es que, mientras que la violencia es muy fuerte y preocupante en Colombia, los inmigrantes colombianos no la nombran como razón principal de la voluntad de salir del país. Así, en España, una amplia investigación (Aparicio y Giménez, 2003) realizada sobre la inmigración colombiana, muestra que el 68% de las personas dan la cuestión económica como causa de su salida, y sólo en el 29% de los casos, la violencia entra en la decisión de irse. Si no se pueden dar unos porcentajes tan precisos en el caso francés, ya que el número de personas entrevistadas no permite proponer cifras tan pertinentes, la situación es muy similar aquí. Las razones que se dan con respecto al tema, es que el viaje se hace como estrategia para alejar a los niños de la violencia cotidiana en Colombia, pero ese argumento, a nuestro juicio, sirve más para justificar la permanencia de la estadía fuera del país de nacimiento, que como razón declarada de la salida. Personas que militaban activamente en partidos de izquierda, en la entrevista, no dieron como razones primarias de su salida, el hecho de tener que huir de la violencia política sino, más bien, la búsqueda de oportunidades en el exterior. Si hay personas que tenían una amenaza de muerte muy clara y que se fueron por esa razón, ellas parecen ser una minoría dentro de la muestra encuestada6

Se puede así recordar que al principio de los años 1990, la tasa de muerte por violencia en Colombia era cerca de 80 por 100.000 habitantes7, este país era clasificado como el primer país por muertes violentas fuera de los países en estado de guerra. Sin embargo, apenas unos 6 a 7% de estas muertes violentas resultan de una violencia explícitamente política, y el 85% del total resulta de una violencia «desorganizada»8, la de la delincuencia común, de las peleas, etc.

3. Unas redes sociales

Es necesario recalcar que esos proyectos son directamente ligados a la existencia de redes, las cuales no sólo permiten su constitución, sino que también tendrán una incidencia directa sobre su evolución y reactualización, gracias a las oportunidades que los actores podrán encontrar en ellas. Se nota, efectivamente, un lazo directo entre la emigración y las redes de recepción en el extranjero. Cuando hablamos de redes, calificamos así un conjunto de conexiones sociales que no coinciden en el mismo momento ni en el mismo sitio. Una gran parte de las decisiones de partida están directamente ligadas a la posibilidad de ser recibido cuando uno llega a un país que no conoce. Hasta los que tuvieron que huir con urgencia de Colombia, muchos vinieron a Francia porque conocían a alguien en el país de los Derechos del Hombre, un amigo, un familiar, etc. que vivía allá o que había vivido allá y que todavía tenía contactos en ese país. De allí la importancia numérica de los colombianos en Francia. Cada día hay más gente dispuesta a recibir familiares o amigos en Francia, por esto se volvió un destino migratorio. Los primeros que llegaron trajeron a los siguientes, quienes trajeron a otros. Una colombiana entrevistada manifestaba que hace 19 años encontró una persona de su barrio (en Cartago) que vivía en París y tuvo la idea de ir allá para trabajar una temporada. Ella tenía un puesto de responsable de ventas en un almacén grande, sin embargo, renunció a su trabajo y se fue para Francia porque su conocida le dijo que la podía recibir si tenía con qué pagar el pasaje. Lo mismo le pasó a otra persona que iba para Londres a alojarse en la casa de un primo, pero decidió quedarse en Paris porque el amigo que lo recibió le propuso quedarse más tiempo9. De esta manera, se crearon los dos grandes grupos de procedencia: santuareños y los cartagueños. Un cartagueño comentaba que no existía ni una calle de Cartago donde no se encontrara, al menos, una persona que viviera o que hubiera vivido en París.

Esas redes son muy importantes porque, a través de ellas, se conocen las posibilidades de trabajo y de vida afuera. Cuando esos individuos regresan a Colombia, explican cómo vivieron en el extranjero. Sin embargo, lo que cuentan no siempre refleja la verdad, porque cuando regresan a su país, la tendencia es embellecer la situación para valorizar su recorrido. Sayad (1999) lo mostró, cuando afirmó:

"(...) el desconocimiento colectivo de la verdad objetiva de la emigración está entretenido por todo el grupo, los emigrantes que seleccionan las informaciones que llevan cuando residen en el país, los antiguos emigrantes que « encantan » los recuerdos que guardaron de Francia, los candidatos a la emigración que proyectan sobre « Francia » sus aspiraciones las más irrealistas, son la mediación necesaria a través de la cual se puede ejercer la necesidad económica".

Sin las redes el proyecto migratorio sería inviable. En la emigración definitiva, en los casos de migraciones de los tipos de desplazamiento económico, las basadas en la necesidad de alejamiento o de búsqueda de movilidad social, la importancia de la red está muy a menudo comprobada. Se encontraron, por ejemplo, concentraciones muy elevadas de hogares que tienen miembros que emigraron a Estados Unidos, en particular en varias zonas de la aglomeración de Pereira (Guarnizo y Díaz, 1999). De la misma manera, se encuentra en Francia un alto número de individuos de Cartago o de Santuario: entre más numerosos sean, mayor será el número de personas que vendrán. Llegó un momento en que el fenómeno tuvo una amplitud tan grande que las agencias de viaje se especializaron en el viaje a Francia. Al final de los años 1980 hubo incluso vuelos chárter fleteados desde Cartago hacia Paris. La necesidad de mano de obra en la construcción era tan fuerte en los años 80, que los trabajadores de este sector llamaron a las personas con quienes tenían relaciones en Colombia para que aprovecharan las posibilidades de empleo propuestas en París. Los entrevistados cuentan cómo se organizaban fiestas para darle la bienvenida a esos grupos de varias decenas de cartagueños que llegaban juntos. Se encontraban regularmente, en medio de París, un amigo, un vecino, sin saber que había viajado. Sin embargo, es importante señalar que las condiciones de obtención de visa para viajar a Francia en aquella época no eran tan difíciles como lo serían después. Pereira conoció el mismo fenómeno en los años 80, cuando la compañía colombiana Avianca organizó vuelos directos a Nueva York dos veces por semana.

Estas redes son también multiformes. Se puede tratar solamente de la posibilidad de tener un lugar para dejar las maletas cuando se llega, pero puede tratarse, también, de redes mucho más organizadas. Por ejemplo, familias que planean la salida del grupo familiar cercano o, a veces, del grupo familiar extendido, mandando primero un emigrante a Francia que se trae después a otro, luego a una parte o al resto de la familia. Las cadenas se organizan: por ejemplo, una mujer se va primero, y envía dinero para el viaje de su esposo, después, por una cuñada que ayudará a su propio esposo, el cual mandará por otro hermano con su esposa, etc. Si la persona que está en Francia dio para el pasaje del siguiente, se reembolsa con la participación de la llegada de otro miembro. O le reembolsa el pasaje cuando empieza a trabajar. El nivel del concurso desde Francia parece estar directamente en función del grado de familiaridad con el candidato a la salida. Si se trata de una persona muy allegada, como por ejemplo el cónyuge, un hermano o una hermana, los padres, la participación va hasta la financiación de la totalidad del viaje. Si la persona es más alejada, se trata más bien de recibirla y de colaborarle, al menos al principio de su estadía en Francia.

Existen también verdaderas redes de emigración al nivel de los actores institucionales. Hasta hace unos años existían agencias de viaje que se encargaban de procurarse la visa contra pago, gracias a contactos que tenían a nivel institucional. Aunque el viaje a Europa se volvió más complicado, sobre todo desde que los últimos países empezaron a pedir visa para entrar en su territorio en 2002, quedan todavía posibilidades para los candidatos a la emigración. Existen así varias redes que procuran falsos documentos de países de los cuales no se pide visa para entrar, por ejemplo. O también para obtener la visa contra pago. Cuando alguien llega por esos medios, la información circula por las redes, para que otros traten de utilizarla para traerse a los suyos.

Es importante destacar que esas redes traen ciertas dificultades en la regulación de flujos de población por parte de los Estados. Resultan, efectivamente, de la agregación de elecciones individuales, lo que no permite a los Estados tener interlocutores instituidos con los cuales tratar. Asistimos hoy entonces a intentos, tanto de parte de los Estados de salida como de llegada, de crear controles de esos flujos demasiado libres para sus gustos10. En el caso particular de Colombia, por ejemplo, el Estado tomó consciencia de la importancia del número de sus ciudadanos que viven en el exterior, inició hace unos años un programa llamado «Colombia nos Une», que tiene como objetivos anunciados: organizar y gestionar las relaciones entre las varias comunidades de colombianos en el exterior y Colombia. No vamos a insistir particularmente en este artículo sobre los detalles de este programa, pero ya se puede notar como esas redes obligan cada día más a pensar en nuevas formas de organización y de regulación de las sociedades.

4 . ¿Una situación administrativa problemática?

Como lo explicábamos en la presentación de las características de los inmigrantes colombianos en Francia, una parte muy importante de los individuos son «indocumentados», «sans papiers», como se dice en Francia11.

Sin embargo, ya que los proyectos de esos inmigrantes son de tipo temporal, esa situación no está vista como problemática. En efecto, los colombianos están acostumbrados a jugar con la ley y las reglas, pasan continuamente de actividades en el sector formal a actividades en el sector informal12. Entonces, si la falta de autorización de estadía en Francia les obliga a trabajar sin respetar las reglas del derecho del trabajo, no les molesta tanto ya que es así que les toca en Colombia. En Francia trabajan « al negro13», aprovechando la existencia de unos sectores donde se encuentra una demanda muy fuerte de este tipo de trabajo, o sea, los sectores de la construcción, la limpieza o servicios domésticos. La entrada de los hombres colombianos al mercado laboral francés se hace entonces a través del sector de la construcción, en particular, la remodelación de apartamentos. Casi todos los colombianos de sexo masculino que no llegan con una actividad laboral definida, anteriormente han trabajado en algún momento en Francia en la construcción. Los empleos de pintor y de constructor se otorgan tanto por particulares que quieren renovar su apartamento, como por empleadores independientes que buscan minimizar costos: arquitectos, agentes inmobiliarios, fabricantes de cocina, etc. Se utilizan estos trabajadores individuales a los cuales se les remunera en general « al negro » o, a través, de empresas artesanales de las cuales una gran parte de su personal no es declarado, lo que reduce los costos de esas sociedades que los llevan a proponer tarifas más competitivas. En cuanto a las mujeres, el empleo de entrada es típicamente un empleo en el trabajo doméstico, ya sea cuidando niños o ancianos, o efectuando labores de aseo en domicilios particulares.

Uno de los primeros intereses por este tipo de actividad reposa en la posibilidad de posicionarse rápidamente en el mercado de trabajo, a pesar de la situación ilegal en que se encuentra; puesto que una de las características de estas empresas que funcionan como ethnic business es la de utilizar trabajo y trabajadores ilegales. El inversionista evita así un cierto número de trámites y gastos, lo que le permite mantener su acometividad en el mercado, mientras que el empleado puede ejercer una actividad profesional llevando a cabo su proyecto migratorio a pesar de su situación administrativa.

La autonomía que permite el trabajo en el seno de una economía étnica presenta también un interés en la práctica, o mejor en la no práctica del idioma de la sociedad receptora, en particular cuando el idioma es diferente de la lengua de origen, lo que es el caso de los colombianos en Francia. Recordemos, en efecto, que la mayor parte de los migrantes colombianos parten en búsqueda de mejores condiciones de vida, con la idea de expatriarse sólo durante algunos años y luego volver. El destino, en sí mismo, no es muy importante. Numerosos migrantes que se confrontan cotidianamente a la dificultad de manejar la lengua francesa, cuando invitan a otros a venir, les sugieren hacer algunos cursos de francés, a lo que los otros responden, que como "se trata de trabajar sólo por dos o tres años, la situación se sorteará sobre la marcha". Pocas veces el objetivo es entrar en contacto con la otra sociedad, por el contrario. Hace unos 20 años, cuando no había aún tantos latinoamericanos en Francia, el aprendizaje del francés era mucho más rápido, puesto que las posibilidades de trabajo al seno del grupo hispanoparlante eran mucho más reducidas. Hoy en día el espacio laboral es mucho más importante y existen muchas más ofertas de empleo al interior del grupo, lo que permite a las personas que hablan muy poco francés emplearse utilizando al mínimo el otro idioma. El aprendizaje se hace entonces en el seno del espacio económico y se restringe al mínimo necesario en relación a la actividad que se desempeña.

En tanto el proyecto migratorio se considera como temporal, los individuos no buscan necesariamente la superación de la barrera lingüística; esto permite al mismo tiempo justificar la permanencia del proyecto: se está allí sólo por un momento, para ahorrar un poco de dinero, para luego volver al país de origen; no se presenta entonces ninguna necesidad de aprender una lengua que no se necesita si se trabaja con compatriotas, ya que el objetivo no es el de entrar en contacto con la otra sociedad. De esta manera, regularmente, se encuentran colombianos que viven en Francia desde hace más de diez años y que no hablan casi nada de francés, lo que también pasa con otros grupos de inmigrantes. Esa situación es frecuente entre la gente que trabaja la mayor parte del tiempo con compatriotas o con jefes de empresa que hablan la misma lengua. Se reduce de esta manera el riesgo de caer en las relaciones de inferioridad que el no uso de la lengua mayoritaria implica, por lo que no se está tanto en contacto con el grupo dominante14.

Francia propone también, a los que no pueden tener una cobertura social en salud, la Ayuda Médica de Estado (AME), que sirve en realidad a los «indocumentados» que viven en Francia, ya que el resto de la población tiene otro sistema de protección social mínimo, la CMU15. Con esta AME, para la cual no se piden sino pruebas de vivir por más de 3 meses en Francia, los colombianos tienen acceso gratis a la salud, lo que ni siquiera tienen en Colombia. Además, los que vinieron con sus hijos, pueden matricularles en las escuelas de donde viven, ya que en Francia la educación es obligatoria para todos los niños hasta los 16 años, de tal manera que no se puede pedir a los padres carta de residencia sin una sola prueba de que residen allí (factura telefónica, factura de gas, etc.) para poner a un niño a estudiar. Entonces para muchos de ellos, lo « material » no es un problema: tienen trabajo, vivienda, sistema de salud, y estudio para los niños.

En cuanto a los controles por la fuerza pública, aunque se conoce de compatriotas que fueron expulsados, los colombianos no viven como otros inmigrantes que tratan de esconderse cuando pueden. Al contrario, ellos no se esconden para nada, se encuentran regularmente en espacios públicos franceses abiertos, sin tanto miedo. Mientras que otros grupos de inmigración evitan frecuentar lugares donde la policía podría arrestarles, los colombianos no. No dudan reunirse en parques públicos para jugar fútbol, por ejemplo. Un entrevistado cuenta el caso de individuos que pasaban encima de barreras que sellaban la entrada de un parque un domingo, y luego instalaban unas tablas para pasar con los coches de los niños, con el fin de reunirse con la familia en pleno Paris, y, por supuesto, jugar un partido de fútbol. Otra vez esto se relaciona con la fragilidad del Estado-Nación colombiano, donde la frontera entre lo legal y lo ilegal no es claramente delimitable. Ellos se socializaron entonces a través de un juego permanente con la ley, están acostumbrados, en muchos casos, a andar al margen de lo formal y lo legal.

Sin embargo, la ausencia de documentos legales que permitan vivir regularmente en Francia presenta ciertos problemas. Además del riesgo permanente de expulsión, la autorización administrativa de estadía se volvió como un verdadero recurso para los que la tienen. Puede ser el eje de un sistema organizacional en Francia, puede permitir detener un poder en cuanto a las márgenes de libertad de los individuos, a través del acceso a las viviendas, por ejemplo, ya que para poder alquilar un apartamento, se les pide casi siempre documentos legales. Por eso, muchas veces se necesita recurrir a los que tienen esos documentos para que ellos renten los apartamentos a su nombre. Pero sirve también para poder viajar. Así que la razón más evocada para buscar la regularización de su situación administrativa, es el obstáculo al movimiento. No pueden salir del país porque no saben si van a poder entrar de nuevo. La entrada a Francia se volvió tan complicada, que es preferible no salir del país. Desarrollan entonces varias estrategias para tratar de regularizarse, estrategias que dependen de las posibilidades contextuales del país.

Esas estrategias son cambiantes y dependen tanto de la situación política del país de acogida, como del interés de los actores por esa regularización. Si el proyecto no es a largo plazo, muchas veces no se ve tanto el interés por el documento legal de estadía, por lo que, como acabamos de mostrarlo, sin este documento uno puede, sin muchas dificultades, realizar su proyecto inicial. Cuando se presenta la oportunidad, como por ejemplo, el decreto de junio del 2006 del ministerio del interior, que permitía a las personas con un niño escolarizado y viviendo en Francia desde al menos dos años, pedir esa regularización, los actores intentan legalizar su situación. Pero no parecen tener tanto afán. Por ejemplo, no se nota muchos intentos de contraer matrimonio con una persona de nacionalidad francesa, al contrario de lo que el gobierno francés está insinuando últimamente, hecho que da acceso a documentos de ciudadanía. Casarse con un francés implica volver a evaluar el proyecto original. Además, en la sociedad colombiana, tan marcada por la religión católica, el matrimonio es un rito muy especial, pertenece a un proceso de construcción familiar y de estabilización16, entonces no se utiliza como pura estrategia, ya que tiene una función social muy determinada. Además, la corta temporalidad en los proyectos migratorios no empuja a los colombianos a buscar muchos contactos con franceses, no tienen suficientes redes sociales con ellos para tener con quien contraer matrimonio. Si se encuentran en el espacio laboral con unos &-más que todo las mujeres que trabajan en casas de familias, los hombres son más involucrados en este trabajo étnico donde ven escasamente a franceses&- o, de vez en cuando, en lugares de fiestas17, son dos mundos que se codean, más bien de que se encuentren realmente.

Los casos que más se ven de colombianos en situación legal, son los que tienen un estatus de refugiado. Hasta mediados de los años 90, muchos aprovecharon la obtención relativamente fácil de este estatus, mientras que se volvió más difícil hoy en día. Si una parte de esos refugiados políticos eran ligados a unos movimientos de contestación en Colombia, muchos usaron, más bien de manera estratégica, esa posibilidad por conveniencia personal, más que por razones políticas, y porque informadores les advirtieron de esta solución. La circulación de la información dentro del grupo de inmigrantes colombianos permitió así a varios presentarse como integrantes de un grupo de guerrillero, sin conocer, así como nos afirmaron varios de ellos, los ideales mismos de esos grupos. Últimamente, también, muchos colombianos se presentaron a los servicios de inmigración en la frontera francesa pidiendo la protección del Estado18, gracias a documentos, mostrando amenazas más o menos reales en Colombia. Llegaban a Francia porque era el único país de Europa en el cual podían ingresar sin pedir una visa de tránsito: se compraba un boleto de avión para un destino libre de visa, haciendo el tránsito por París, y allá se pedía el asilo. Cuando se les preguntaba el por qué de haber llegado a Francia, muy pocos nombraban la patria de los derechos del hombre. A veces se nombraba a Ingrid Betancourt, porque Francia estaba pendiente y consiente de los problemas con la guerrilla, pero de haber elegido a Francia en conciencia, casi no.

5. Conclusión: una categorización no tan eficaz

Lo que podemos ver aquí, es que los colombianos tratan de salir del país cada día más, ya sea por razones políticas, económicas, sociales, etc. Los colombianos no parecen buscar un país en particular sino, más bien, reagruparse con familiares o conocidos. Francia, es el país de destino y tránsito cuando no se alcanza a pasar la frontera del país deseado, o cuando se les expulsa. Con la Convención de Dublín, personas que entraron a Europa por Francia para pedir el asilo en uno de los países europeos tuvieron que quedarse en Francia por el procesamiento de sus casos, aunque la idea era de juntarse con familiares o conocidos en otros países. Así creció y sigue creciendo la «colonia colombiana francesa».

Lo mismo parece haber pasado con la categoría de los estudiantes colombianos, quienes representan el grupo más numeroso de estudiantes latinos en Francia, según las cifras del Ministerio de la educación francesa. Si muchos buscan a Francia como tal, otros lo ven como una oportunidad para obtener un diploma en el exterior y quizá quedarse allá, por que existen convenios entre su universidad y una universidad francesa. Aunque eso se entiende también por lo que representa &- o más bien representaba Francia de ser el país de la cultura, de la Revolución Francesa y de los Derechos Humanos, no es siempre el argumento más fuerte que se da por elegir al país galo. Hoy en día, la influencia del norte del continente americano es mucho más fuerte.

Ahora, lo que nos muestra también el estudio de los inmigrantes colombianos en Francia, es la falta de pertinencia de la categorización que existe y que permite diferenciar migrantes políticos &-los que piden el refugio&- de los migrantes económicos o familiar. Esa diferencia sirve, más bien, para oponer los «buenos» inmigrantes de los «malos», los que tienen una legitimidad a quedarse contra los que no la tienen, los que huyen de su tierra por peligro y que tenemos que proteger, y los que no vienen sino a « robar el trabajo de los nacionales »19. Como decía Sayad, se trata aquí de la cuestión de la legitimidad del otro.

Pero esas categorías no pueden más cubrir la variedad de casos que se encuentran. Uno puede tener problemas en su país y decidir dejarlo, pensando hacerse un capital en el exterior que le permita cambiar de vida. O puede pedir un estatus, por ejemplo el de estudiante, para salir del país en donde tiene amenazas. Puede también matricularse en una escuela francesa, y seguir unos estudios que le permiten tener derecho a la estadía. O puede trabajar para sostenerse y seguir estudiando o militando por sus ideales en su país, como lo hicieron unos santuareños que eran militantes de izquierda antes de salir del país, y que crearon una asociación, formada de padrinos santuareños, mandando regularmente dinero para un comedor escolar en el pueblo de origen, lo que permite a niños desfavorecidos tener con que comer todos los días. Esa gente salió de su país para recoger un capital económico, pidió asilo en Francia y sigue militando por su tierra. ¿Ellos son inmigrantes políticos o inmigrantes económicos ?...

En realidad, el grado de dificultad que se da hoy día para moverse entre los varios espacios, empuja a utilizar unas estrategias que van más allá de las categorías que se construyeron después de los conflictos del medio del siglo XX y que los cambios en las sociedades y en las relaciones internacionales sobrepasaron.

Citas de pie de página

2.Para dimensionar, en términos relativos, la inmigración colombiana en Francia, a continuación se presenta una tabla con el número de residentes clasificado por nacionalidades. Las cifras corresponden al censo de la población de 1999 y fueron publicadas por el instituto encargado de establecer las estadísticas en Francia (el INSEE) :

3.Los métodos generalmente propuestos para calcular el número de inmigrantes son muy diversos, más aun cuando se trata de grupos de migrantes compuestos por muchos ilegales. Tales métodos nunca son totalmente neutros, ya que existen verdaderos intereses, tanto políticos como científicos, en la realización de este tipo de cálculos, para proponer cifras elevadas o, al contrario, bajas. Existen así algunos cálculos hechos a partir del número de solicitudes de regularización depositadas en las prefecturas de policía (el equivalente al DAS colombiano). Según algunos especialistas en el tema, esas solicitudes tendrían que multiplicarse por veinte para estimar la cifra real de colombianos residentes en el país galo. Dado que en el 2003 existían aproximadamente 5.000 expedientes de ese tipo, entonces se calculaba que unos 100.000 colombianos vivirían en Francia. Es claro que esta cifra es exagerada y, quizás, lo más sensato sería reducir esa cifra a la de 40.000-50.000 colombianos, de los cuales un porcentaje muy alto no estaría en situación regular. Aunque también habría que considerar que, incluso, las cifras oficiales pueden estar subestimadas respecto a la realidad de hoy: el último censo francés se realizó en 1999, y fue justo en ese momento que la situación económica en Colombia se deterioró fuertemente, lo cual empujó a muchos individuos a migrar, aprovechando las posibilidades que hasta hace poco existían para entrar sin demasiadas dificultades a Europa.

4.En una sociedad caracterizada por relaciones sociales que pueden ser muy violentas, encontramos varias personas hablando de « amistades malsanas ». Salir del país puede ser visto como una manera de desvincularse de esas relaciones problemáticas

5.Martine SEGALEN (1998), recordando el análisis de los ritos de paso que propuso Van Gennep, explica que los ritos de paso se pueden considerar como formas de negociación de un estatus nuevo dentro de una sociedad que presenta un sistema estructurado y jerárquico de posiciones. Sin embargo, Pierre Bourdieu mostró que el rito tenía también un efecto de asignación estatutaria, que incita a la persona a vivir según las esperanzas sociales ligadas a su posición. El problema es que cuando este rito de paso se demora, los actores se van implicando en la topografía social del país de recepción, alejándose así cada día más de la eventualidad del retorno. Si al contrario este rito está limitado en el tiempo, sin demasiada inversión en la sociedad de recepción considerada como un paso no más, el individuo volverá a su puesto, con su nuevo estatus, dentro de la sociedad de origen.

6.Para esta investigación, utilizamos técnicas diversificadas para acercarnos a la población estudiada. Si la técnica de la bola de nieve fue esencial, diversificamos también nuestras fuentes gracias a varias entradas en el medio colombiano en Francia que nos permitieron 8 años de trabajo de investigación. Además de las redes encontradas a través de empleos que tuvimos y en donde conocímos a colombianos, también ibamos a reuniones en las cuales se encontraban muchos colombianos como en discotecas, fiestas patronales, torneos de fútbol en el bosque de Vincennes, reuniones familiares, etc.

7.Para tener una idea, es necesario comparar esta cifra con otras, como la de Brasil donde la tasa de homicidios es de 24,7 por 100.000 habitantes, Panamá 22,9, Perú 11,5 o, en Estados Unidos, 8. Cf. Daniel PÉCAUT, 1996.

8. Así la llama Daniel Pécaut, para diferenciar esa violencia de la de los actores armados que hacen estragos en Colombia, o sea, la guerrilla, los paramilitares, el ejército, los traficantes de droga, y que está organizada a partir de propósitos mucho más definidos.

9. Inglaterra ha sido una de los destinos principales de los colombianos que van a Europa. Existen, desde muchísimo tiempo, relaciones económicas entre Colombia e Inglaterra. La «colonia colombiana» es la más antigua y numerosa de Europa. Muchos colombianos que iban para allá pasaban por Francia, porque si no les iba bien, no iban a ser deportados hasta Colombia, sino hasta Francia. Francia era entonces un país transitorio, y varios individuos decidieron quedarse allí en vez de seguir para Inglaterra o de regresar a su tierra. Cf Guarnizo Luis Eduardo (2008).

10. Por ejemplo, el Estado español propone programas de migración laboral temporal que tiene, entre otros, como propósito, controlar esos flujos.

11. Esas denominaciones no son muy pertinentes, ya que se trata de una población que sí tiene documentos, pero no son los documentos que les permite vivir legalmente según las reglas del país de acogida. Además, eso no impide disfrutar de servicios sociales franceses, como el acceso a la salud, por ejemplo. O mejor, varios reciben una « bonificación al empleo », o sea, una ayuda que el Estado le da a los trabajadores, quienes declaran ciertas horas de trabajo mientras que su salario no pasa un límite. Se trata de un sistema de ayudas para todos los trabajadores que pagan impuestos o, al menos, que declaran unos recursos anuales. Descubrieron entonces que declarando pocos ingresos, podían recibir esa ayuda, y eso sin tener autorización de estadía en Francia. Eso muestra que si uno tiene unos documentos que le permiten recibir ayudas, entonces no está sin documentos.

12. Nos parece interesante subrayar aquí que la definición de la "economía informal" es una definición más bien negativa, una identificación de rastros distintos a los de la economía formal. Se define generalmente por los procesos de producción y de intercambio de bienes y de servicios reglados por el mercado, y realizados por empresas industriales y comerciales buscando beneficios, que actúan a partir de reglas del derecho comercial, fiscal y del trabajo. De allí, todos los procesos de producción o de intercambio que tratan de sustraerse, con uno o varios aspectos, a esas reglas, entran en el sector informal.

13. Expresión francesa que significa trabajar de manera informal, sin obedecer a la legislación de trabajo.

14. Vea el ciclo de relaciones raciales desarrollado por Park, que muestra cómo los inmigrantes tienden a replegarse en un primer momento en relaciones primarias, dentro de un grupo constituido por individuos del mismo origen, para no tener que enfrentarse a actores de la sociedad de acogida que les recuerda su estatus de extranjero y, por lo tanto, de inferioridad.

15.Por Couverture Maladie Universelle. Es el equivalente de las EPS que cubren a todos los ciudadanos que tienen un ingreso mínimo en Francia. Sin embargo, ya que aunque esa denominación tiene como propósito cubrir de manera universal a todos, las personas que no tienen ese ingreso mínimo que corresponde, más o menos, a 600€ a la fecha de hoy, y que no están en situación regular, no tienen acceso a esa cobertura. Por eso el gobierno francés creó en el año 2000 la Ayuda Medical de Estado, que beneficia ante todo a los indocumentados, con el fin de permitir a todas las personas que residen en Francia un acceso a los gastos médicos. El sistema provoca, regularmente, amplios debates, ya que da acceso a personas supuestamente sin derechos, debido a su calidad de ilegales. Sin embargo, se trata aquí de otra discusión a la de este artículo.

16. Aunque no significa que la tasa de divorcio o de separación no sea importante en Colombia. Pero en cuanto a la representación de la función del matrimonio, representación todavía muy fuerte y significativa, no se puede utilizar como estrategia de regularización. Los pocos matrimonios entre franceses y colombianos ocurren muy a menudo después de años de vida común y de situación de ilegalidad.

17.Desde mediados de los años noventa, con lo que se llamó el « boom de la salsa », esta música y, sobre todo, el baile, han tenido un éxito considerable, los bailaderos o, generalmente, los bares y discotecas especializados en este tipo de música latina se han multiplicado en toda Francia. Esta proliferación de lugares comerciales especializados, está en relación directa con la oferta de cursos de salsa, que está ligado a un aumento importante de la demanda por parte de un público principalmente francés. En Colombia, la salsa ha tenido una cierta importancia, y muchos colombianos - aun cuando no escuchaban tanto este tipo de música en su país &- aprovecharon la multiplicación de esas salsotecas para organizar una sociabilidad del grupo relacionada con esos sitios.

18.En el año 2006, según el OFPRA, el servicio francés para los refugiados, los colombianos eran la segunda nacionalidad más representada de los que piden asilo en la frontera, después de los palestinos.

19. Con las restricciones cada día más fuertes que se dan para ingresar a países europeos, el estatus de refugiados se volvió casi el único remedio para acceder a esos espacios nacionales legalmente, lo que provoca bastantes debates sobre las implicaciones, para este estatus, de las restricciones, cada día más fuertes, que se ponen a los otros tipos de migración.


Referencias bibliográficas

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PÉCAUT, D. (1996). « Présent, passé, futur de la violence », in BLANQUER J. M.; GROS, C. (Coord), La Colombie, à l'aube du troisième millénaire, Paris, éd. de l'IHEAL, CREDAL.         [ Links ]

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SEGALEN, M. (1998). en Rites et rituels contemporains, Paris, Nathan, coll.128        [ Links ]