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Sociedad y Economía

versión impresa ISSN 1657-6357

Soc. Econ.  no.27 Cali jul./dic. 2014

 

Orden social y conflicto: resultados de una metodología comparada en nueve localidades de Colombia1

Social Order and Conflict: Compared Methodology Outcomes un Nine Localities of Colombia

Ordem local e conflito: resultados de uma metodologia comparada em nove localidades de Colômbia

Clara Inés García2
Profesora e investigadora de la Universidad de Antioquia, Medellín-Colombia
cigarcia01@gmail.com

Álvaro Guzmán3
Investigador de la Universidad del Valle, Cali-Colombia
alvaro.guzman@correounivalle.edu.co

Clara Inés Aramburo4
Profesora e investigadora de la Universidad de Antioquia, Medellín-Colombia
caram@iner.udea.edu.co

Alba Nubia Rodríguez5
Profesora e investigadora de la Universidad del Valle, Cali-Colombia
alba.rodriguez@correounivalle.edu.co

Juan Camilo Domínguez6
Investigador de la Universidad de Antioquia, Medellín-Colombia
dominguez.camilo@hotmail.com

Recibido: 19.03.14
Aprobado: 27.06.14

1 El artículo es producto de la investigación adelantada en el marco del proyecto "órdenes locales en reconfiguración: de regulaciones, acomodos y resistencias en regiones de intenso conflicto violento 1991-2010. Una investigación comparada", financiada por Colciencias y adelantada por tres centros de investigación asociados: INER, de la Universidad de Antioquia, CIDSE, de la Universidad del Valle y CINEP de Bogotá, y con el apoyo de la Estrategia de Sostenibilidad 2013-2014 de la Universidad de Antioquia al Grupo Estudios del Territorio de la misma universidad. Agradecemos la colaboración de Teófilo Vásquez, Diego Quiroga y Diana Moreno del CINEP con los casos de San Vicente del Caguán, Cartagena del Chairá y Carmen de Bolívar.

2 Socióloga. D.E.S.S Políticas Sociales.
3 Sociólogo. Doctor en Sociología.
4 Antropóloga. Maestría en Ciencia Política.
5 Antropóloga. Doctora en Sociología.
6 Sociólogo. Maestría en Estudios Socioespaciales.


Resumen

El presente artículo expone una metodología comparativa y su aplicación al análisis de la reconfiguración de nueve órdenes locales en zonas de aguda confrontación armada en Colombia. Destacamos la sociología histórica y la propuesta de Charles Ragin en la que se apoya, y el análisis comparado de los casos. Identificamos los diferentes tipos de orden local, las similitudes entre los órdenes que conforman un mismo tipo, las diferencias entre los tipos de orden local y las trayectorias de las reconfiguraciones observadas desde el conflicto armado. Se concluye con una reflexión general motivada en la adhesión al principio de la complejidad y de la heterogeneidad causal, a propósito de las relaciones entre la agencia de los civiles y la coerción de los armados.

Palabras clave: Órdenes Locales, Conflicto Armado, Metodología Comparativa, Agencia, Coerción.


Abstract

The article depicts the use of a compared methodology and its application to the analysis of the reconfiguration of nine local orders. All of them located in zones of very acute armed conflicts in Colombia. We use Historic Sociology and specially Charles Ragin's proposal, and base the work in the comparative case study approach. We identify different kinds of local orders, and similarities between the orders forming a same kind of order, as well as the differences between various local orders and the comparison of reconfiguration paths observed during the armed conflict. We conclude with a general thought related to the adhesion to the principles of complexity and causal heterogeneity applied to the relations between civilian actions and the coercion of armed groups.

Keywords: Local Orders, Armed Conflict, Comparative Methodology, Agency, Coercion.


Resumo

O presente artigo expõe uma metodologia comparativa e sua aplicação à análise da reconfiguração de nove ordens locais em territórios de aguda confrontação armada na Colômbia. Salientamos a sociologia histórica proposta por Charles Ragin y a análise comparada dos casos. Identificamos os diferentes tipos de ordem local, as semelhanças entre elas e as trajetórias das reconfigurações observadas do conflito armado. Conclui-se com uma reflexão geral motivada na adesão ao princípio da complexidade e da heterogeneidade causal, tendo em vista as relações entre a agência dos cíveis e a coerção dos armados.

Palavras-chave: Ordens Locais, Conflito Armado, Metodologia Comparativa, Agência, Coerção.


Introducción

Hemos adelantado una investigación que analizó cómo se reconfiguran los órdenes locales en zonas de aguda confrontación armada en Colombia y las posibles razones subyacentes a tal reconfiguración, entre 1991 al 2010. Para ello desarrollamos una metodología comparativa cuyos objetivos, fundamentos teóricos y metodológicos y procedimientos exponemos en un artículo paralelo (García, et. al. 2014). En este artículo proponemos los resultados de su aplicación a nueve casos locales.

Los argumentos se construyen con base en el trabajo desarrollado conjuntamente por los tres centros de investigación asociados para la realización de la investigación. Cada centro efectuó tres estudios de casos locales particulares, que son la base de la comparación que adelantamos aquí. Los nueve casos locales fueron: dos en el suroriente de Colombia (San Vicente del Caguán y Cartagena del Chairá); tres en el suroccidente de Colombia (Buenos Aires, Jambaló y Puerto Tejada); uno en la Costa Caribe (Carmen de Bolívar) y tres en el noroccidente de Colombia (Riosucio-Chocó, San Pedro de Urabá y Nariño-Antioquia), cuya localización se puede apreciar en el Mapa 1.

El orden del artículo es el siguiente: en primer lugar, se presenta una discusión general sobre la metodología comparada en los marcos de la sociología histórica. De manera particular, aunque no exclusivamente, nos detenemos en el autor que ha sido nuestra referencia principal: Charles Ragin (1987; 2000; 2007). En esta parte sintetizamos aspectos centrales de la propuesta metodológica que nos sirven como "parámetro" para nuestra propia evaluación. En segundo lugar, exponemos la propuesta metodológica de manera general, haciendo énfasis en el papel de la tipología formulada, los factores conceptualizados como independientes que tuvimos en cuenta y el despliegue que hicimos de la información en los estudios de caso, buscando formas de explicación. En tercer lugar, desarrollamos el tema central del artículo, indicando y evaluando los alcances de la metodología en tres niveles: el análisis de las similitudes entre los órdenes locales que conforman un mismo tipo; el análisis de las diferencias entre los tipos de orden local y dentro de cada tipo, y el análisis comparativo de las trayectorias del conflicto armado y los órdenes locales. Finalmente, se plantean algunas conclusiones.

1. Acerca de la sociología histórica y la metodología comparada

Si bien en otros contextos de desarrollo de las ciencias sociales, la metodología comparativa ha tenido avances muy significativos, no es el caso de los estudios colombianos, en los que, de manera explícita, esta metodología no ha tenido desarrollos importantes en el marco de los estudios regionales7. De manera general, es una metodología que está en el origen de la sociología clásica y, ante todo, en una corriente significativa de la teoría social contemporánea conocida como la "sociología histórica" (Smith 1991).

En una interpretación del diálogo teórico entre las obras de Marx y Weber, es posible argumentar que el segundo autor, en su obra monumental sobre la "sociología de las religiones", quiso darle una respuesta al primero, esbozando una estricta metodología comparativa y argumentando que en varias sociedades se habían dado las condiciones de la producción mercantil, pero solamente en Occidente se habían conjugado una serie de condiciones, materiales y subjetivas, que habían conducido al desarrollo del capitalismo (Weber 2011). Son también bien conocidos los preceptos de Durkheim sobre el valor de la observación, de la construcción de tipos y de la comparación, para poder llegar a explicaciones de los hechos sociales (Durkheim 1964).

Theda Skocpol escribió hace ya casi treinta años un importante artículo sobre la vigencia del método comparativo y de la sociología histórica. Allí esbozó una clasificación de autores y vertientes posibles de la sociología histórica contemporánea y tipificó sus rasgos y alcances principales (Skocpol 1984, 356-391). Para nuestro propósito, sintetizamos el aporte de Skocpol, teniendo en cuenta, por un lado, el papel explicativo de la teoría y, por otro, el número de casos en juego. Se pueden distinguir así cuatro posibilidades: 1) trabajos como el de Thompson (1966), quien usa conceptos teóricos encaminados a darle sentido a interpretaciones históricas de un solo caso; 2) se puede buscar el análisis de regularidades causales en la historia, también a partir de un solo caso, como lo propone en uno de sus artículos Skocpol (1980); 3) también se pueden aplicar modelos teóricos causales generales para explicar varios casos históricos (Smelser 1959); 4) finalmente se puede indagar por regularidades causales en la historia, a partir de varios casos, cada uno de ellos con su especificidad (Skocpol 1979; Moore 1973; Tilly 1984; 1992). Cada una de las alternativas en las que se ha movido la sociología histórica tiene su justificación, alcances y limitaciones. Con muchas salvedades, teniendo en cuenta que hacemos una incursión inicial en este campo, consideramos que nuestra propuesta tiene que ver, ante todo, con la cuarta alternativa que busca comparar similitudes y diferencias y encontrar regularidades en trayectorias históricas concretas. Más precisamente, Scokpol (1984) desarrolla, para esta cuarta alternativa, dos metodologías de análisis. Una que denomina la del "método del acuerdo" que busca encontrar, en diferentes casos, similitudes cruciales, y la otra la del "método de la diferencia" que busca en ellos una diferencia crucial que se presenta en unos casos y no en otros (Scokpol 1984, 379). En el desarrollo de esta perspectiva metodológica, el autor que más aportó en el trabajo de investigación fue Charles Ragin (1987; 2000; 2007).

Ragin (2000) destaca la importancia de la comparación en el trabajo de las ciencias sociales. Subraya el vacío que existe, cuando se hace trabajo comparativo, entre los ejercicios cualitativos orientados por el estudio de unos pocos casos y los cuantitativos, orientados ante todo por el análisis de variables de muchos casos. En una perspectiva ante todo cualitativa, la comparación se hace entre casos, considerados como un todo, pero teniendo en cuenta que cada uno incluye una combinación de características distintas8. En el nivel más general, quienes hacen comparaciones se interesan por identificar similitudes y diferencias entre unidades macro sociales. El análisis es, ante todo, interpretativo y el conocimiento se orienta en primer lugar a entender, interpretar y explicar lo que Ragin denomina "diverse historical outcomes". Estos resultados históricos requieren de "explicaciones combinatoriales complejas" que son muy difíciles de argumentar y probar con la metodología cuantitativa tradicional. No es el número de casos, sino su variedad limitada la que impone los límites al rigor explicativo y esto es central a la lógica del método comparativo (Ragin 1987, 1-18).

En un texto posterior con el sugestivo nombre de Fuzzy-Set Social Science (Ragin 2000), puntualiza y desarrolla los argumentos que ya había planteado. Afirma que el objetivo de su libro es mostrar cómo se pueden usar los fuzzy sets (es decir, conjuntos "ambiguos o esponjosos") para hacer conjeturas más robustas en las ciencias sociales, en términos explicativos. Los fuzzy sets le ofrecen al investigador un "álgebra interpretativa", un lenguaje que es mitad verbal y conceptual y mitad analítico y matemático. Ragin reafirma las limitaciones de las formas convencionales del análisis cuantitativo que son hegemónicas en ciencias sociales, y afirma que, en la medida en que los fuzzy sets se construyen conceptualmente, dan la oportunidad para establecer una estrecha correspondencia entre la teoría y el análisis de datos. Los fuzzy sets profundizan lo que el autor denomina "diversity oriented research strategy", una estrategia de investigación orientada por la diversidad (Ragin 2000, 3-17). Pero, ¿qué son los fuzzy sets y cuáles son los rasgos de la estrategia orientada a la diversidad? Son conjuntos que para su definición, requieren la vinculación de la argumentación teórica y el análisis empírico. Incluyen en su definición medidas cuantitativas y afirmaciones cualitativas. De hecho, la investigación orientada a la diversidad está a mitad de camino entre la investigación cualitativa, orientada a los casos y la cuantitativa, orientada a las variables. Una vez que los conjuntos se pueden entender en términos de sus configuraciones de membrecía, se puede entrever su heterogeneidad, este aspecto es crucial, especialmente en lo que tiene que ver con las diferentes combinaciones causales posibles que conducen a un resultado. Se requiere en la investigación orientada a la diversidad, construir "tipos" y variaciones de estos en "clases", según grado o nivel. Esta formulación hace posible una mirada de los casos como "configuraciones", es decir como una combinación de aspectos9. Todo esto, entonces, en medio de una metodología comparativa de similitudes y diferencias que busca dar una explicación. Puntualmente, la perspectiva del autor se puede sintetizar así: "Este enfoque se refiere a la exploración y construcción de tipos y clases de casos, con especial énfasis en la heterogeneidad causal, es decir en las trayectorias distintas a un determinado resultado" (Ragin 2000, 13; traducción libre nuestra).

Aclaramos que hemos retomado solamente algunos aspectos de la metodología de Ragin. Su propuesta es bastante más compleja de lo que hemos sintetizado a nuestro arbitrio, especialmente en lo que tiene que ver con la apropiación del trabajo estadístico y su vinculación con el concepto cualitativo de heterogeneidad de los casos. Apenas hemos incursionado en algunos de los postulados de su metodología.

2. Propuesta metodológica de la investigación

Como ya se aclaró, el equipo de investigación desarrolló "nueve estudios de caso" sobre localidades que durante el período de estudio atravesaron por una situación de intenso conflicto armado. Aunque los estudios empíricos revelan, en cada caso, el perfil de cada uno de los tres equipos de investigación, sin descartar la mirada individual de quien estuvo al frente de un caso específico, también tuvimos la clara intención de desarrollar conceptos que permitieran poner en práctica una metodología común como colectivo de investigación. De manera específica, establecimos acuerdos sobre las tipologías de orden local y en la determinación de factores que se consideraron como independientes.

En el artículo paralelo ya mencionado se desarrolla la manera como se construyeron la tipología y los factores independientes. Solo diremos en esta oportunidad que el orden social, que se manifiesta en la vida económica, social y política de una localidad, resulta de una relación entre cuatro modalidades de "agencia" y dos de "coerción". Las modalidades de agencia son la solidaridad, el acomodo, el sometimiento y la resistencia. Las modalidades de coerción son dos: una en la que predomina la coerción política, en medio de la presencia armada y otra en la que la coerción es fundamentalmente armada, con presencia de desarrollos políticos. En la Tabla 1, presentamos los ocho tipos posibles que resultan del cruce de los conceptos centrales.

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Por otro lado, preferimos hablar de factores independientes como conglomerados de variables, más que de "variables independientes", que requieren de una especificidad empírica mayor. En el despliegue de nuestro trabajo, los distintos grupos, a veces con su propio lenguaje, buscaron identificar: 1) la forma económica predominante en la localidad; 2) las identidades sociales preponderantes, con énfasis en aspectos de clase, étnicos o transculturales; 3) la forma predominante de la acción colectiva, ya sea rutinaria, contenciosa o combinada; 4) la forma dominante de presencia del Estado, directa o indirecta; 5) los rasgos centrales del conflicto armado: actor predominante, función que juega el territorio, rasgo de la presencia armada y rasgo de inserción en la sociedad; y 6) los contextos y oportunidades que juegan en la localidad.

Este conjunto de factores independientes se construyeron a partir de la lógica establecida en la investigación comparativa; es decir, en ese continuo "ir y venir" entre los referentes teóricos y las pruebas empíricas. Específicamente en la investigación realizada, se inició con referentes teóricos sobre orden social, orden local y órdenes locales en contextos de conflicto, centrando el interés en la configuración y reconfiguración de los órdenes locales en contextos de intenso conflicto. Se delinearon los primeros trazos de los factores explicativos que fueron revisados en función del examen de las pruebas empíricas, hasta construir el conjunto de factores que presentamos como una combinación de características, que en los casos locales analizados se manifiestan de manera diversa, incluso en aquellos clasificados dentro de una misma tipología de orden local. En la Tabla 2 se presenta el conjunto de factores independientes.

El trabajo de investigación tuvo el cuidado de recoger la información, muchas veces con datos distintos entre los equipos institucionales, e incluso con diferencias al interior de estos mismos en cada caso10, pero con atención a la tipología y a los factores independientes determinados y siempre teniendo en cuenta el lugar y el tiempo de despliegue de la información. Esto se refleja en la redacción de los casos locales específicos que tienen en cuenta antecedentes de poblamiento y de estructuración económica y social y de la población, para desplegar las relaciones de conflicto en el período de análisis, 1990-2010, y en este marco la configuración/reconfiguración del orden social local.

3. Resultados de la comparación de los casos locales, según los tipos

La comparación metodológica de los nueve casos locales se propone en cuatro ámbitos. El primero se centra en un análisis de similitudes de los casos al interior de los tipos de orden local, teniendo en cuenta la diversidad de contextos de cada uno. El segundo lo hace en las diferencias entre los casos locales dentro de cada tipo. El tercero se centra en las diferencias que se pueden apreciar entre los tipos que comparten el mismo modelo de agencia. El cuarto hace un análisis comparativo de las trayectorias en cada caso estudiado teniendo en cuenta la información específica del conflicto armado y su relación con la población. Como resultado del conjunto, se obtienen algunas conclusiones generales.

Iniciamos con la clasificación de los nueve casos estudiados en cuatro tipos de orden local distintos. Esta clasificación se hizo teniendo en cuenta toda la información empírica disponible en cada caso y una discusión sobre su relación con las categorías centrales de definición de la tipología. Aparecieron problemas interesantes de relación entre lo conceptual y lo empírico: un caso puede compartir, en un mismo momento, elementos de más de un tipo. Un caso también puede tener una identificación en un período, pero no en otro. Nos decidimos por los rasgos predominantes en el tiempo y en el espacio, según las condiciones que cada caso planteara: unos mostraron una tendencia predominante a lo largo de las dos décadas (Jambaló, Buenos Aires, Puerto Tejada, San Vicente del Caguán y Cartagena del Chairá); otros requirieron delimitar más el período en el cual se identifica la tendencia predominante (Riosucio: 1996-2010, San Pedro de Urabá: 1995-2006, Nariño: 1999 -2007, y Carmen de Bolívar: 1995-2008). La Tabla 3 ilustra la clasificación de los nueve casos de estudio.

3.1 Las similitudes de los casos según tipo de orden local

En este primer nivel analítico, el esfuerzo de la comparación se focaliza en identificar -en medio de los contextos y trayectorias de los casos locales individuales-, los rasgos de similitud que se presentan entre los distintos casos que se clasifican dentro de un mismo tipo. A partir de allí, intentamos señalar los elementos cruciales que dan cuenta de cada uno de los cuatro tipos de orden local en que quedaron clasificados nuestros casos de estudio.

3.1.1 Tipo ACOP-acomodo y coerción política

Son dos los casos del tipo acomodo y coerción política ACOP -Cartagena del Chairá y San Pedro de Urabá-. Dentro del conjunto de factores que dan cuenta del orden local en cada uno de estos, hay un subconjunto de factores explicativos compartidos: la identidad social transcultural, la acción colectiva rutinaria, la presencia indirecta del Estado, un territorio de retaguardia para los actores armados y el dominio de uno solo de ellos (en San Pedro de Urabá los paramilitares, en Cartagena del Chairá las Farc), tal como se aprecia en la Tabla 4. Son estos factores los que, en su combinación, permiten dar cuenta del tipo ACOP.

¿Cómo podemos interpretar la configuración de este tipo de orden local a partir de los factores compartidos por los dos casos?

Ambas localidades se configuraron en la historia reciente (segunda mitad del siglo XX), a partir de territorios de frontera abierta y con una población en lo fundamental de migrantes que, en virtud de su nueva condición, forjaron identidades sociales transculturales. Con una base cultural heterogénea y variadas memorias de pertenencia territorial, dichas identidades orientan a sus pobladores hacia una mayor apertura y capacidad de negociación cultural y social entre diferentes. Allí predomina una presencia indirecta del Estado: en Cartagena del Chairá, porque los espacios del funcionamiento del Estado local fueron construidos en simultánea con el proceso de poblamiento y la inserción de las Farc, lo cual redunda en que las Acciones Comunales y los Núcleos Comunales se convirtieran en el centro del ejercicio de la autoridad local11 y fungieran de intermediarios entre el accionar del Estado local y nacional y la guerrilla de las Farc, cuando se ponía en juego la facilitación de la inversión pública y el tránsito de los funcionarios en las zonas controladas por la insurgencia. En el caso de San Pedro de Urabá, los espacios de la gestión pública local estuvieron, durante toda la segunda mitad del siglo XX, sujetos a las orientaciones de los hacendados que, aunque ausentistas, ejercían presión directa en la marcha y trasegar del novel municipio o a través de sus entronques con las clientelas del Partido Liberal que trabajaban con las acciones comunales. Esta tradición se reproduce luego bajo el dominio paramilitar, actores que asumen la función de los viejos hacendados y que mantienen el funcionamiento de las clientelas del Partido Liberal en la localidad.

Estos territorios se convierten en objeto de interés de los actores armados por su localización dentro de la geografía nacional de la guerra: para las Farc, Cartagena del Chairá y, para los paramilitares, San Pedro de Urabá son zonas de retaguardia. Por ello -una vez controlados- son de vital importancia la construcción y el mantenimiento de relaciones de convivencia y cooperación con los pobladores locales. Son además territorios donde prevalece el dominio de uno solo de los actores armados, actores que en esos lugares adquieren una importante capacidad de intervención y orientación de las organizaciones comunitarias y de los espacios en los que se realiza la gestión pública local.

La condición de dominio que ejerce un solo actor armado se suma a formas organizativas de la comunidad que, en beneficio de sus condiciones de subsistencia, concilian las necesidades de intermediación con el Estado con su participación en actividades económicas legales o ilegales impulsadas por los grupos armados. Lo anterior se relaciona con unas organizaciones comunitarias que operan de manera rutinaria y sin desafíos a lo principal de las reglas del juego bajo las cuales se rige el orden local impuesto por los armados12.

En ambos casos la coerción que ejerce el actor armado que domina es más política que armada13, y a ella se acoplan los pobladores mediante prácticas que tienden a acatar de manera pragmática e instrumental en la cotidianidad sus regulaciones, sin que ello les signifique compartir el proyecto político-militar de quien domina. Es interesante destacar que en estas dos localidades, el acomodamiento se produce mediando la oferta de proyectos económicos (legales o ilegales) que el actor armado garantiza entre la población y a partir de los cuales los pobladores sienten que alivian, de modo temporal, las carencias económicas a las que históricamente han estado sometidos: por una economía local para la auto subsistencia sin posibilidad de crecimiento ni salidas al mercado, y una estructura económica general excluyente que los expulsó de sus lugares históricos de vida, como en el caso de Cartagena del Chairá, o por el despojo y privaciones a las que fueron sometidos por efecto del mismo conflicto armado (despojo de tierras y falta de fuentes de trabajo), como en el caso de San Pedro de Urabá.

3.1.2 Tipo ACOA-acomodo y coerción armada

Son cuatro los casos que se asemejan por el tipo de interacción entre acomodo y coerción armada ACOA: Buenos Aires y Puerto Tejada en el norte del Cauca, San Vicente del Caguán en Caquetá y Carmen de Bolívar en Bolívar. Ellos comparten una configuración de factores similar al conjunto de factores explicativos en el tipo anteriormente descrito (ACOP), pero bajo modalidades enteramente diferentes a como lo hicieron en la situación anterior. En otras palabras, son las identidades sociales, la acción colectiva, la presencia del Estado y el conflicto armado los factores que condicionan los tipos de orden local ACOP y ACOA, pero es muy distinta la modalidad bajo la cual se presentan en uno y otro tipo y, por tanto, son diferentes los factores que en su combinación los explican. Los cuatro casos locales reconfigurados en su orden local como ACOA tienen una base común: una identidad de clase de sus pobladores, el predominio de una acción colectiva rutinaria y de una presencia directa del Estado y un conflicto armado de intensa disputa entre varios actores armados, tal como se aprecia en la Tabla 5.

¿Cómo se puede interpretar la configuración de este tipo de orden local ACOA, a partir de la combinación de factores compartidos por los cuatro casos?

Las cuatro localidades (San Vicente del Caguán, Carmen de Bolívar, Buenos Aires y Puerto Tejada) tienen una historia de poblamiento dinamizado por actividades económicas asociadas a la construcción de redes y encuadramientos regionales y nacionales. Aunque con historias locales diferentes en su poblamiento y en las economías que las estructuraron, comparten el rasgo de haberse constituido sobre la base de grupos definidos por su relación con respecto de la estructura económica, y que llamamos clase social: en Puerto Tejada, por un grupo social mayoritario de campesinos que se proletarizan al compás de la extensión de la agroindustria de la caña de azúcar; en Carmen de Bolívar, por un grupo mayoritario de campesinos que se insertan en las redes de la actividad tabacalera dominada por empresarios locales y regionales; en Buenos Aires, por un grupo mayoritario de campesinos y mineros insertos en las redes del mercado; y en San Vicente del Caguán, por un grupo de colonos que se articulan con el tiempo como campesinos y medianos ganaderos en las redes del mercado.

Son localidades que sin jugar papel de centros económicos y políticos regionales y/o nacionales, cuentan (salvo Carmen de Bolívar) con la presencia directa del Estado. Este ha encuadrado a la población con sus infraestructuras locales de gestión pública municipal que la proveen de lo principal en materia de servicios públicos, educación y de las actividades de sus otras secretarías en los ámbitos gobierno, cuestiones agropecuarias, y de desarrollo comunitario. Otras infraestructuras de carácter regional y nacional también han sido constituyentes de sus territorios: en Buenos Aires, el complejo hidroeléctrico Salvajina; en Puerto Tejada, la agroindustria cañera y la industria surgida de la Ley Páez; en San Vicente del Caguán, los planes nacionales de colonización en los sesenta-setenta, y los de Rehabilitación en los ochenta. En estas localidades, las infraestructuras institucionales del Estado logran mantener -en medio de expresiones de clientelismo y patrimonialismo propias de la estructura del Estado y de un cierto nivel de presión por parte de los grupos armados-, su oferta institucional de manera estable14.

Por su parte, las comunidades organizadas en las tradicionales Juntas de Acción Comunal mantuvieron su acción rutinaria en San Vicente del Caguán, Carmen de Bolívar y Puerto Tejada. Solo Buenos Aires muestra expresiones contenciosas de grupos campesinos, afrocolombianos e indígenas frente a la introducción de multinacionales mineras, pero son acciones que no se definen con respecto de la coerción armada de los actores armados en su comarca, sino frente a las concesiones que hace el Estado nacional a compañías extranjeras para la explotación minera en su territorio.

Las cuatro localidades han sido territorios del interés de varios grupos armados a la vez. En la época de expansión de las guerrillas en los años ochenta, fueron diversos los grupos que se asentaron en Buenos Aires y Carmen de Bolívar15; en el período de irrupción de los paramilitares, las guerrillas en Buenos Aires y Carmen de Bolívar y las bandas en Puerto Tejada se vieron abocados a su confrontación; en Puerto Tejada la acción de diversos grupos criminales ha estado siempre presente (bandas juveniles y grupos de crimen organizado vinculados con el narcotráfico); en San Vicente del Caguán la Fuerza Pública confrontó desde su inicio a las Farc.

Si durante el período intermedio en que los paramilitares irrumpieron y dominaron en Buenos Aires, Carmen de Bolívar y Puerto Tejada16 la población se acalla o somete, lo que predomina en las cuatro localidades a lo largo del tiempo es el acomodo, en tanto la población continúa con su vida cotidiana, y se acopla de manera pragmática en algunos de los ámbitos de la vida local ante algunas de las ofertas de los grupos armados: en Buenos Aires, con la economía de la coca y con las presiones de la guerrilla a la administración local sobre asuntos de interés para la población; en San Vicente del Caguán, con puntos de encuentro entre la guerrilla, las élites liberales y los ganaderos acerca de los reclamos al Estado con respecto a la represión y estigmatizacón de la región y sus habitantes; en Carmen de Bolívar, el Colectivo de Comunicaciones (de mujeres) creado en 1994 asume repertorios de bajo perfil que no ponen en riesgo su seguridad, pero trabajan en pro del retorno de los desplazados17.

Así, en localidades donde prima una economía agraria vinculada de manera estable al mercado nacional y que es sometida a los embates de una prolongada coerción armada por parte de actores diversos interesados sobre todo en extraer provecho económico del control del territorio, la sociedad local tiende a amoldarse a las restricciones que los armados imponen, sin dejar de aprovechar de manera pragmática lo que estos puedan ofrecer a favor de sus intereses o adelantando acciones del interés colectivo, pero de manera tal que no desafíen los códigos de seguridad de quien domina. En el tipo de orden local ACOA, donde prima la coerción armada, los acomodos que se forjan muestran un abanico más variado en su significado, al que muestran los del tipo ACOP.

3.1.3 Tipo RESCOA-resistencia y coerción armada

Son dos los casos que se asemejan por el tipo de interacción entre resistencia y coerción armada RESCOA: Jambaló en el Norte del Cauca y Riosucio en el Chocó. Dentro del conjunto de factores que dan cuenta del orden local en cada uno de ellos, hay un subconjunto de factores compartidos por los dos, que son: la economía campesina de subsistencia18, la identidad étnica de sus pobladores (indígenas en Jambaló19 y afrocolombianos e indígenas en Riosucio20), la acción colectiva contenciosa y el conflicto armado en el que varios actores armados disputan el territorio y en el que este tiene para ellos un significado estratégico. El anterior conjunto de factores explicativos (independientes) se puede apreciar en la Tabla 6.

¿Cómo podemos interpretar la configuración del tipo de orden local RESCOA a partir de la combinación de los factores independientes compartidos por los dos casos locales?

Ambas localidades son territorios poblados a través del tiempo por grupos étnicos ancestrales: indígenas nasa en Jambaló y emberá (Katíos) y wuaunan en Riosucio, en convivencia con afrocolombianos procedentes de antiguos cimarrones o libertos de la esclavitud. Se han mantenido a lo largo de la historia como economías campesinas de subsistencia. En el caso de Jambaló gracias a una lucha persistente por la recuperación de sus tierras y autonomía frente a los poderes coloniales, primero, y a hacendados después; en el caso de Riosucio por las propias formas comunitarias ancestrales y por el papel marginal que dicho territorio ha jugado para la sociedad nacional, y porque las compañías madereras (único actor económico extra local) operan como enclaves que no transforman en nada las relaciones socioeconómicas de la zona.

En la dinámica de la confrontación armada ambos territorios -uno al noroccidente y otro al suroccidente de Colombia-, se han convertido en estratégicos para guerrillas, paramilitares o bandas criminales: Jambaló, por ser parte del territorio que comunica el Cañón de Las Hermosas con el Huila y el Caquetá, así como con la salida a la Cordillera Occidental y al Pacífico, de vital importancia para las Farc tanto para la movilidad de su cúpula militar como para el tráfico de armas y de coca. Riosucio, por ser también corredor estratégico en el tráfico de armas y coca, los dos nutrientes de la guerra para las Farc, los paramilitares y las Bacrim. Ambas localidades son entonces objeto del asedio de varios actores armados, que se disputan el control del territorio hasta hoy.

La violenta y prolongada lucha entre actores armados y la condición étnica de la población son los factores que más peso tienen para la explicación del tipo de orden local RESCOA en los casos estudiados: en Jambaló, porque es la fuerza de la identidad étnica indígena la que, a lo largo de esta historia de varios siglos, ha alimentado y orientado una sistemática resistencia a todas las fuerzas que han pretendido usurpar la tierra y desconocer los derechos étnicos de estos grupos; ello permitió consolidar la autonomía y capacidad para la acción colectiva contenciosa de este grupo en el pasado, y también en el cruento contexto del conflicto armado contemporáneo. En Riosucio, la población afrocolombiana ha estado lejos de una historia de resistencias orientada a la construcción y fortalecimiento de actores colectivos y de autonomías como la indígena. El estallido de la confrontación armada en su territorio los tomó sin capacidades ciudadanas previamente desarrolladas21 ni una identificación étnica consolidada22; no obstante, por ser población étnica en un contexto global de valoración y protección de las minorías étnicas, su vulneración por los actores armados concitó el interés y la reacción inmediata de agentes no gubernamentales nacionales e internacionales, así como de la justicia internacional, además de la de los misioneros y diócesis que secularmente los han acompañado.

En otras palabras, en el contexto de coerción armada de estas dos localidades, y aunque por vías muy diferentes, es la condición étnica de los pobladores lo que explica su capacidad como actores resistentes: por la condición étnica de los indígenas del norte del Cauca que los llevó a consolidarse como actores colectivos resistentes y autónomos, o por la condición étnica afrocolombiana que al ser vulnerada promovió la acción mancomunada e inmediata de un conjunto de terceros actores no gubernamentales, que impulsaron el empoderamiento de estos grupos y la articulación de su resistencia. La diferencia en la presencia del Estado en estas dos localidades (directa en Jambaló e indirecta en Riosucio), refuerza lo que en cada localidad hace de la condición étnica una de las claves de la resistencia frente a la coerción armada: en Jambaló, una política de Estado que sanciona jurídicamente y con ello fortalece la autonomía indígena, y en Riosucio, un histórico y reiterado abandono institucional y la apertura consiguiente a otras autoridades alternativas y de justicia internacional para que impulsen y den sostenibilidad a la resistencia afrocolombiana.

Finalmente, un solo caso se clasificó como RESCOP -resistencia y coerción política- (Nariño). Comparte solo un rasgo con los municipios RESCOA -resistencia y coerción armada-, como la forma económica campesina. Su rasgo distintivo es la acción colectiva rutinaria, vinculada con formas de participación local muy significativas, como la formación de un movimiento político-electoral alternativo al dominante y las asambleas locales y el presupuesto participativo. La resistencia se combina entonces con presencia directa del Estado y formas de participación importantes de la población; este es el rasgo distintivo, en medio del conflicto armado, la presencia de la guerrilla, una concepción de territorio como retaguardia y también rasgos de control del grupo armado.

3.2 Las diferencias dentro de cada tipo de orden local

En este nivel analítico, el esfuerzo de la comparación nos lleva a puntualizar sobre los factores históricos diversos que conducen a un resultado determinado (de estructuración del orden local) y el valor que se le puede dar a la heterogeneidad causal aún dentro de cada tipo de orden local. Aquí se resaltan los rasgos de diferenciación dentro de cada tipo, que muestran la particularidad de los casos y hacen más rica la explicación.

Los dos municipios que confluyen en ACOP -acomodo y coerción política- (San Pedro de Urabá y Cartagena del Chairá), muestran rasgos comunes muy importantes que tienen que ver -como vimos más atrás- con la identidad transcultural, la acción colectiva rutinaria, la presencia indirecta del Estado, el territorio de retaguardia, la presencia de un actor amado, entre otros. Pero los dos casos muestran diferencias notables que tienen que ver con la forma de la economía, de hacienda o campesina, con el actor armado presente, para-militares o guerrilla, y con el despliegue del conflicto armado en el tiempo, en un caso con el desplazamiento de la guerrilla por los paras y, en los últimos años, con el advenimiento de nuevas bandas criminales y, en otro, con un dominio territorial de las Farc que se disputa con las Fuerzas Militares. En medio de importantes similitudes hay trayectorias distintas en la estructuración de este tipo de orden social.

Los cuatro municipios vinculados con ACOA -acomodo y coerción armada- (Buenos Aires, Puerto Tejada, Carmen de Bolívar y San Vicente del Caguán), comparten también los rasgos de una identidad clasista marcada, la acción colectiva rutinaria, la presencia directa del Estado en tres de los cuatro casos, la presencia de varios actores armados, un territorio en disputa y contextos de oportunidad nacionales. Profundizando en las diferencias, en este tipo confluyen formas de capitalismo con significados distintos, según su vinculación con el mercado y con agentes clasistas también diferenciados. Los contextos de oportunidad nacionales juegan un papel importante y llevan a pensar que en las localidades ACOA tenemos una disputa acentuada, predominantemente armada en la estructuración del orden social, alrededor de formas de vinculación del campo con el mercado nacional e internacional.

En los dos municipios clasificados como RESCOA -resistencia y coerción armada- (Jambaló y Riosucio), los rasgos de campesinado de subsistencia y de recia identidad étnica indígena o afrocolombiana e indígena se vinculan con una agencia que desarrolla formas de resistencia en medio del conflicto armado y en un territorio fuertemente disputado por grupos armados externos: guerrillas, para-militares, Fuerzas Militares. Hay diferencias notables en la trayectoria de los dos municipios, que están relacionadas con el pasado de las respectivas agencias, su vinculación con el Estado o con organizaciones nacionales o internacionales. En Jambaló, la lucha por la tierra es de siglos, así como la consideración de una forma de poder autónomo en el Resguardo. Estas dos fuerzas, la económica de la tierra y la política del resguardo, tienen un importante reconocimiento del Estado en la Constitución de 1991 (inicio del período de estudio de la investigación). En Jambaló, la resistencia se asienta en el significado cultural de la tierra y la autonomía y en contra de la presencia armada en el territorio (que socava la autonomía), amparados en la Constitución. En Riosucio, la agencia no tiene los mismos rasgos comunitarios, pero se apoya en organizaciones religiosas y de la misma forma que los indígenas paeces en el Cauca en su visibilidad internacional, en defensa de sus derechos.

El caso solitario del municipio de Nariño como RESCOP -resistencia y coerción política-, no deja de ser menos significativo: muestra el empoderamiento del campesinado, en resistencia con la guerrilla y desarrollando acciones rutinarias de ejercicio del poder político. Es un caso con formas de desarrollo de la agencia y de la coerción que son puramente civiles, no excepcionales y sin el amparo constitucional.

3.3 Diferencias entre tipos de orden local

Hemos destacado para cada modelo de orden local la combinación de factores independientes que comparten y que los hace diferentes entre sí. Encontramos otro nivel de diferenciación entre tipos de orden local, cuando focalizamos la mirada en los rasgos que muestra el mismo tipo de agencia (acomodo o resistencia) cuando esta interactúa con tipos de coerción diferentes (armada o política):

3.3.1 Diferencias ACOA-ACOP

Los acomodos que se producen en interacción con coerción armada -ACOA- muestran una diferencia con respecto de los que se producen con coerción política -ACOP-: en el tipo de orden local ACOA, donde prima la coerción armada, los acomodos que se forjan lo hacen bajo un abanico más variado en su significado, al que muestran los del tipo ACOP. En el tipo ACOA los acomodos van desde los que incluyen una cierta dosis de sometimiento (Puerto Tejada), pasando por los que se hacen con base en compromisos coyunturales con respecto de las ofertas que pueden ser de beneficio de pobladores o sectores de la población (San Vicente del Caguán), o por las acciones autónomas pero de bajo perfil y sin desafíos (Carmen de Bolívar), hasta por los compromisos pragmáticos más estables (Buenos Aires). Por su parte, los acomodos de ACOP suelen tener una base más organizada y extendida en el territorio y un funcionamiento más estable.

El rasgo que diferencia los acomodos en ACOA y ACOP tiene su fundamento en otros rasgos de sus respectivos contextos: en el primer caso, la variedad en ACOA se basa en la misma variedad de actores armados que simultáneamente interactúan con la población local en un contexto de violencia generalizada, actores con diferentes historias, intereses en el territorio y formas de ejercer la violencia armada; también muy diferentes las estructuras económica y el grupo social dominante en cada localidad; son entonces diferentes los intersticios y modalidades de acomodo que en estos contextos la población encuentra. En el segundo caso, la modalidad más organizada, extendida y estable que asume el acomodo en los casos ACOP se explica en función de unas condiciones más homogéneas: con respecto de los grupos armados, en ambos casos se trata de un solo actor armado que domina, de un territorio de retaguardia y de unas estrategias de acción con la población tendientes a proveerles algunas salidas económicas a sus condiciones de vida (independiente de si despiertan o no simpatías ideológicas); con relación a la población, en ambos casos de colonos históricamente excluidos de las oportunidades del desarrollo.

3.3.2 Diferencias RESCOA-RESCOP

Las resistencias que se producen en interacción con coerción armada -RESCOA- manifiestan rasgos diferentes de los que se muestran cuando la resistencia se produce en interacción con coerción política -RESCOP-.

En el tipo de orden local RESCOP la resistencia se adelanta mediante acciones rutinarias y en relación con el mismo funcionamiento de las instituciones estatales (reuniones de juntas, participación en elecciones y ejercicios participativos, todo ello bajo el lema de la soberanía popular que la guerrilla no cuestiona). Por su parte, las acciones asociadas a RESCOA son contenciosas: en Jambaló en los años noventa, estas resistencias se expresaron a través de marchas multitudinarias de protesta y manifestación y de posicionar su propia justicia (destierro y látigo); en los años 2000, activan la Guardia indígena en distintas oportunidades ante situaciones de coerción armada y orientadas al mantenimiento del control territorial y a sustentar acciones de erradicación de cultivos de uso ilícito e incautación de armamento. En Riosucio, las resistencias se manifiestan por medio de acciones tendientes a retornar al territorio en medio de la confrontación armada, a organizarse y formar asentamientos pensados en función de las condiciones de la guerra, a negarse a brindar ningún tipo de ayuda a ningún armado, a oponerse a la incursión de los armados en sus territorios, a incursionar en territorios usurpados por "empresarios palmeros-paramilitares" y a denunciar y hacer llamados a la justicia internacional.

La diferencia en las formas de ejercer la resistencia en las localidades RESCOA con relación a la localidad RESCOP radica también en otros elementos del contexto: en el primer caso, ante situaciones de disputa y altos niveles de violencia, los pobladores se ven obligados a innovar repertorios y marcos de acción en los que combinan el uso de espacios y formas institucionales (estatales o alternativas), con acciones claramente retadoras de los códigos impuestos por los armados, inspirados en sus propias memorias de acción o en los apoyos de terceros. En el segundo caso -RESCOP- frente a un solo actor armado, que ejerce un umbral relativamente bajo de violencia, que valora el funcionamiento de las acciones comunales y que acepta las decisiones de la población tomadas colectivamente, la resistencia puede tomar cauces no excepcionales y sobre la base de las memorias de las formas institucionales en la localidad.

3.4 Las trayectorias del conflicto armado y el orden local

En los acápites anteriores se resaltaron las similitudes y diferencias asociadas al resultado general de las reconfiguraciones -pensadas en términos de los tipos de orden local predominantes en el período de estudio-. En esta parte del artículo focalizamos el análisis en las trayectorias de reconfiguración de los órdenes locales en el contexto del conflicto armado, pensado de manera especial en términos de los actores armados presentes en el territorio (guerrillas, paramilitares, bandas criminales, Fuerzas Armadas del Estado), y la forma de dominio o disputa bajo la cual permanecieron en este.

Con base en las caracterizaciones del conflicto armado de cada uno de los casos locales estudiados, elaboramos la Tabla 7 que muestra para cada localidad, la respectiva trayectoria que siguió el conflicto armado en su territorio, así:

Lo primero que salta a la vista es la gran heterogeneidad en las trayectorias recorridas a lo largo de los procesos de reconfiguración de los diferentes órdenes locales. Pero al detallar con cuidado, se pueden hacer algunas afirmaciones:

1. Puntos de partida semejantes no se asocian a trayectorias del conflicto armado similares.

2. Hay un período "intermedio" que inicia en 1995-1996 y va hasta 2005- 2006, en el que la mayoría de las localidades -salvo Cartagena del Chairá y Jambaló- presentan una inflexión en la trayectoria del conflicto armado que se produce en virtud de la intervención de los paramilitares y la escalada de la violencia en el nivel nacional. Esa intervención no se produjo de la misma manera ni tuvo los mismos efectos en todas partes. Según lo que podemos observar, en los siete casos locales donde el paramilitarismo interviene, las transformaciones en la dinámica del conflicto se dieron en el siguiente sentido:

-En el Norte del Cauca, en Puerto Tejada y Buenos Aires, se instauró un dominio paramilitar por vía de la imposición armada y el desplazamiento de población.

-En San Pedro de Urabá, los paramilitares establecieron su dominio, mediante estrategias "amigables" con la población -lo que hemos denominado coerción política-, una vez terminada la fase anterior de disputa a muerte con las Farc y la disidencia del Epl.

-Carmen de Bolívar y Riosucio son localidades donde las Farc tenían un dominio previo notorio del territorio y los paramilitares (en alianza con las FF.AA. del Estado) tuvieron que desarrollar una intensa y violenta disputa para replegar temporalmente a las Farc.

-San Vicente del Caguán es un caso atípico en el país por cuanto en este período intermedio cumplió el papel de Zona de Distensión para el intento de negociación entre las Farc y el gobierno nacional.

-Nariño, que con anterioridad no había tenido actores armados en su territorio, en este período muestra la inserción de las Farc que se vuelve actor dominante, -primero por medios violentos, y luego ejerciendo principalmente formas de coerción política-.

-Jambaló muestra, al contrario de todos los demás, una sola línea continua de resistencia a la coerción armada de los guerrilleros (como tendencia predominante).

-Cartagena del Chairá solo muestra un punto de inflexión, cuando a la línea continua de dominio de las Farc con coerción política le sigue otra de disputa sistemática a las Farc por parte de la fuerza pública estatal.

3. En el lapso de la Seguridad Democrática de Uribe Vélez (que marca el punto de inflexión hacia el tercer período de las trayectorias), solamente se muestra en la localidad de Nariño una dinámica en la que se tiende a terminar el conflicto armado y a iniciar la recuperación institucional (que no se debió exclusivamente a dicho factor, sino también al tipo de resistencia que allí se articuló). En las otras ocho localidades encontramos que, a pesar de haber sido todas objeto de la política de Seguridad Democrática del Estado, los órdenes locales siguen estando signados por la presencia y acción de uno o más actores armados ilegales.

4. En ese tercer período de las trayectorias, tres localidades -Buenos Aires, San Vicente del Caguán y Puerto Tejada-, muestran la "vuelta de las condiciones iniciales de partida": la importante presencia de las Farc en los dos primeros, la criminalidad sin dificultad en el tercero. El resto de localidades muestran situaciones novedosas con relación a su historia pasada, pero relacionadas con la continuación de actores ilegales en el territorio: el dominio de la parapolítica (Carmen de Bolívar), el reinado de los neoparamilitares (San Pedro de Urabá), las relaciones de disputa y sociedad entre Farc y neoparamilitares (Riosucio) y la disputa Farc-FF.AA. (Cartagena del Chairá, donde en los tiempos anteriores dominaban las Farc sin restricciones).

4. Conclusiones

Hemos llevado a cabo un análisis de similitudes y diferencias, también de heterogeneidad causal, en torno a la estructuración y recomposición de los órdenes sociales locales en contextos de intenso conflicto armado en Colombia. Las críticas son bienvenidas y podemos avanzar algunas limitaciones de parte nuestra: según lo hemos dicho, se trata de una primera incursión en este tipo de trabajo. Como lo hemos entendido, a partir de los preceptos de Ragin, en el desarrollo del trabajo se requiere de un trabajo empírico más rico, con un mayor número de casos locales, que combine metodologías cuantitativas y cualitativas de descripción de los hechos y de los casos y que permita asumir con más fuerza el reto de vincular lo empírico con la interpretación teórica. Queda mucho por hacer en este sentido. Se requiere, por ejemplo, elaborar mejor la tipología y los factores estimados como independientes, es decir, con rasgos más refinados conceptualmente y recreados con las historias concretas. La tipología debe dar lugar a agrupaciones significativas más precisas, para poder desagregar entonces, a continuación, buscando las heterogeneidades causales implicadas entre los distintos tipos y en los casos concretos dentro de un mismo tipo. Este es el núcleo del problema por resolver, teórica y metodológicamente.

Para terminar, quisiéramos plantear una reflexión salida de nuestro ejercicio comparativo y motivada en la adhesión al principio de la complejidad y de la heterogeneidad causal y que nos lleva a confrontar, de cierta manera, uno de los planteamientos centrales de Stathis Kalyvas (2008). Se trata de lo siguiente: los cuatro tipos de orden local bajo los cuales se clasificaron los nueve casos estudiados son:

En otras palabras, la agencia de acomodo se presenta igualmente en contextos de coerción armada o de coerción política; lo mismo sucede con la agencia de resistencia. Así, el análisis de nuestros nueve casos locales a la luz de la tipología propuesta nos muestra un resultado diferente al que plantea Kalyvas (2008), cuando afirma, con referencia a la colaboración de los civiles y su relación con el control territorial de un grupo armado, que:

The degree of control determines the extent of collaboration instead of the other way around, because political actors who enjoy substantial territorial control can protect civilians who live on that territory - both from their rivals and from themselves - giving civilians a strong incentive to collaborate with them, irrespective of their true or initial preferences. In this sense, collaboration is endogenous to control. (…) The use of violence is bounded by the nature of sovereignty exercised by each political actor and, generally, must be selective rather than indiscriminate.". (…) "I operationalize control on a five-zone continuum, from zone 1 (total incumbent control) to zone 5 (total insurgent control). The main prediction is that the distribution of selective violence is likely to be bimodal concentrating in zones 2 and 4 (Kalyvas 2008, 406 y 407. Itálicas nuestras).

Se establece entonces un continuum que considera desde situaciones de dominio de los armados con poco ejercicio de la violencia (y, por tanto, con una alta probabilidad de colaboración de la población para el que domina), hasta situaciones de soberanía fragmentada donde los actores ejercen violencia (y, por tanto, obtienen una baja probabilidad de colaboración de la población). Si pensamos que las agencias de "acomodo" pueden estar cercanas a la "colaboración" definida por Kalyvas y las agencias de "resistencia" a las de "no colaboración", podemos sustentar que nuestros tipos de orden local muestran una cosa distinta a lo planteado por el autor.

En efecto, los acomodos o las resistencias (mayores o menores niveles de colaboración de la población) no dependen solamente de los niveles de dominio o disputa de los actores armados y del nivel de violencia correspondiente. Acomodos y resistencias se presentan tanto en condiciones donde predomina el uso violento de las armas contra la población como en donde esto no sucede; en condiciones de dominio de un actor armado, así como en donde ninguno tiene el dominio. Lo anterior tiene dos razones que se apoyan en nuestro enfoque conceptual y metodológico. Por un lado, el propio concepto de agencia: este abre, frente a cualquier contexto espacial-temporal-relacional, un abanico de posibilidades, abanico que se define en cada lugar según sean los recursos del pasado, del presente y/o del futuro que los actores retomen de sus propias memorias, de los contextos de oportunidad y de sus capacidades de innovar. Esa es la característica de la agencia: ser potencial de infinitas posibilidades, según los elementos del pasado, el presente o el futuro que los actores combinen en sus prácticas para responder a los retos planteados por el contexto histórico en el que se insertan (Emirbayer y Mische 1998). Por lo demás, una de las fortalezas del enfoque que proponemos es haber concebido las interacciones entre los armados y los civiles en contextos de confrontación armada a partir de los dos términos de la interacción: la coerción de los armados y la agencia de los civiles de la cual resultan los tipos de orden local. Este concepto, por tanto, fue una de las claves para pensar la complejidad presente en este tipo de situaciones. Por otro lado, a este enfoque complejo de las interacciones entre armados y civiles lo complementamos con nuestra consideración sobre "la configuración causal compleja" propuesta por Charles Ragin expuesta antes, y que postula que podemos considerar la configuración de un determinado tipo de orden social, a partir de la acción combinada de varios factores a la vez. Es esa combinación de factores la que permite que, frente a una situación de "soberanía fragmentada" entre actores armados y de disputa entre ellos, puedan producirse agencias de acomodo o de resistencia (en términos de Kalyvas, de mayor y menor probabilidad de colaboración).

En otras palabras, no parece pertinente subrayar un solo aspecto para explicar un resultado relacional y complejo como es un orden social. Es ahí donde radica la razón para encontrar diferentes y hasta contrarias variantes de la agencia en interacción con un mismo tipo de coerción.

Citas de pie de página

7. Autores como Landman (2011) plantean que la ciencia política ha desarrollado estudios regionales comparados, especialmente sobre política europea, política latinoamericana, política del Tercer Mundo, política africana, como también sobre políticas públicas, Derechos Humanos y análisis político.

8. En este sentido Ragin (2007) establece una clara diferenciación entre el enfoque comparativo y el enfoque cualitativo: "En la investigación cualitativa el fin es frecuentemente refinar las categorías con relación a las conceptos que esas mismas categorías ejemplifican, y que para ello se recurre al examen de los aspectos comunes entre las diferentes manifestaciones que tiene el caso dentro de una categoría. En la investigación comparativa casos que han sido definidos como iguales se diferencian en dos o más categorías (2007, 182).

9. De acuerdo con los planteamientos de Ragin (2000) la comprensión de los casos como configuraciones implica que las diferentes partes de un caso, son definidas en relación con la otra -en términos de la totalidad que forman-.

10. En razón de la disponibilidad de los mismos según región y localidad.

11. Las organizaciones comunitarias han pasado a ser rectoras de varios ámbitos de la vida social en las zonas rurales, a través de la institucionalización de los compromisos, reglas de comportamiento, acuerdos y sanciones de los miembros frente a la comunidad, así como las encargadas del cobro de una especie de impuestos que se invierten para atender diversas necesidades de la comunidad, tales como organizar el proceso de asentamiento de nuevos colonos, coordinar el arreglo de vías, mantener el servicio de luz eléctrica y de agua potable, coordinar campañas de salud y mantener continuidad en el servicio de educación pública, entre otros campos. A las reuniones de estas organizaciones comunitarias pueden acudir en ocasiones miembros de la guerrilla de las Farc, la cual impone algunas reglas, pero sobre todo, hace cumplir los acuerdos y las sanciones establecidas en la JAC.

12. Se debe tener en cuenta que en la historia pasada algunas de esas comunidades (como en el caso de San Pedro de Urabá), tuvieron experiencias de resistencia a las condiciones del dominio hacendatario; si a las anteriores se suman otras situaciones de intensa violencia por cuenta de las Farc a antiguos simpatizantes o a la base social del EPL (1992-96), se observa que la población tiende a aceptar la oferta de seguridad que también le hace el otro actor armado contrincante: los paramilitares. Y en el caso de Cartagena del Chairá, la experiencia de acción colectiva contenciosa que tuvieron los campesinos en los años 1996-1997 estuvo dirigida contra el Estado y dentro de los parámetros del orden local dominado por la guerrilla y la economía de la coca.

13. No excluye que en períodos anteriores haya usado la coerción armada, como en el caso de San Pedro de Urabá, donde los paramilitares tuvieron inicialmente que disputar el control del territorio a las guerrillas en él previamente presentes.

14. En Carmen de Bolívar es más frágil la institucionalidad local, tradicionalmente controlada por una élite local con una injerencia fundamentalmente patrimonialista sobre el Estado local y los recursos públicos y donde las Farc no lograron penetrar a las comunidades e influir en la vida cotidiana desde una perspectiva política.

15. En Carmen de Bolívar: Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), el Ejército Popular de Liberación (EPL), la Corriente de Renovación Socialista (CRS), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Farc; en Buenos Aires las Farc con el Sexto Frente, la brigada móvil Jacobo Arenas y el Frente 30; el ELN con el frente Manuel Vásquez Castaño, y el Movimiento 19 de Abril (M-19).

16. San Vicente del Caguán es caso atípico nacional para este período, por haber sido la Zona de Distención entre 1998-2002.

17. Esto las hizo merecedoras del Premio Nacional de Paz en 2003.

18. En Jambaló la población indígena tiene cultivos de pancoger e intenta sustituir los cultivos de coca con la siembra de café. En el caso de Riosucio la economía campesina encuadra a la gran mayoría de la población indígena, afrocolombiana y mestiza. Las compañías madereras que allí operan como enclaves desde hace décadas, vinculan trabajadores a través de un sistema desregulado y deslaboralizado y sus cifras son inexistentes; y en los últimos tiempos, ante las nuevas condiciones que plantean los territorios colectivos, adoptan un modelo asociativo por contrato de cuentas de participación, que si bien en Riosucio y Carmen del Darién involucran (para el 2006) a 400 familias, quienes "aportan la tierra y el trabajo son quienes llevan los menores reconocimientos" y en cambio las compañías acceden por esa vía a los subsidios del gobierno por el Incentivo Forestal. Ver Giraldo y López (2009).

19. 95% del total de su población (Urrea 2010).

20. Riosucio: afrocolombianos 81,2% e indígenas 12,8%. Carmen del Darién: afrocolombianos 67,4% e indígenas 26,8% (DANE 2005a; 2005b).

21. Las primeras organizaciones étnicas y campesinas se formaron en el Bajo Atrato impulsadas por los misioneros a mediados de los años ochenta, apenas diez a trece años antes de la «Operación Génesis» de las Fuerzas Armadas del Estado y la «Operación Cacarica» de los Paramilitares (1996/1997).

22. Identidad que comenzó apenas a construirse a partir de la expedición de la Ley 70 de 1993 y de su decreto reglamentario 1745 de 1995 (Restrepo 2011).


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