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Sociedad y Economía

Print version ISSN 1657-6357On-line version ISSN 2389-9050

Soc. Econ.  no.45 Cali Jan./Apr. 2022  Epub Dec 15, 2021

https://doi.org/10.25100/sye.v0i45.11209 

Tema Central

¿Qué quiere decir la paz? Sociología de los medios en el Acuerdo de La Habana

What does peace mean? Sociology of the Media in the Havana Agreement

1 City University of New York, Nueva York, Estados Unidos jcorredorgarcia@gradcenter.cuny.edu https://orcid.org/0000-0002-0210-612X


Resumen

¿Qué quiere decir la paz? Esta pregunta parece ser elemental; sin embargo, es difícil definirla. Esta investigación profundiza el análisis teórico y sociológico de la paz abordando las negociaciones entre el Estado colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Se parte del principio de que la paz, lejos de ser un concepto único, contempla una amplia gama de interpretaciones, articulada de manera diferenciada por los actores. Su objetivo es analizar la cobertura mediática de seis periódicos en torno a las negociaciones para determinar el tipo de paz que cada medio esbozó en su línea editorial. Por medio de un análisis de discurso de 568 editoriales, se construyó una tipología con cinco enfoques: securitario, liberal, constructivista, plural y ambiental. La mayoría de análisis en estudios de paz se enfocan en otros actores, excluyendo a los medios. El artículo demuestra que estos exhiben contribuciones sustanciales a los enfoques alternativos de paz.

Palabras clave: paz; tipología; medios de comunicación; territorio

Abstract

What does peace mean? This question seems very rudimentary; however, it is difficult to define. This research deepens the theoretical and sociological analysis of peace by addressing the negotiations between the Colombian State and the Revolutionary Armed Forces of Colombia. It derives from the principle that peace is far from being a single concept, but considers a wide range of interpretations, expressed in different ways by the participants. Its objective is to analyze the media coverage of the negotiations in six newspapers in order to determine the type of peace that each media outlet outlined in its editorial line. Through a discourse analysis of 568 editorials, a typology was constructed with five approaches: security, liberal, constructivist, pluralist and environmental. Most analyses in peace studies focus on other actors, excluding the media. The article demonstrates that they exhibit substantial contributions to alternative approaches to peace.

Keywords: peace; typology; media; territory

1. Introducción

Esta investigación parte del principio de que la paz, a pesar de ser un concepto global, no cuenta con una definición universal en tanto que no es un concepto evidente, homogéneo y estable. De hecho, admite que la paz puede tener diferentes significaciones según los actores concernidos. Consideramos que toda investigación sobre la paz debe comenzar por una lectura plural que incluya diversas concepciones, variaciones y dimensiones, tomando como base los contextos locales y culturales en los cuales emerge.

Una interpretación híbrida, plural y heterogénea de esta noción supera los modelos dominantes en los estudios de paz: el realismo, es decir, el enfoque de relaciones internacionales que vislumbra la victoria militar como fuente de resolución de conflictos (Barreto, 2016; Donnelly, 2010; Faget, 2008; Richmond, 2008). La dicotomía postulada hace más de 50 años entre paz positiva y paz negativa, que entiende la paz en términos más amplios que el silencio de los fusiles (Galtung, 1969; 1964). Y, finalmente, la transformación de conflictos, entendiendo que estos son inherentes al ser humano, pero no por ello deben ser violentos, sino constructivos (Lederach, 2003; 1997; Wehr y Lederach, 1991).

Una conceptualización alternativa se presentará brevemente. De un lado, los estudios decoloniales señalan la necesidad de evocar lo “internacional” menos como prácticas consolidatorias de la paz que se focalizan en el gobierno de las poblaciones (lo cual es una forma moderna de racionalidad colonial), que como prácticas fijadas en la resolución de conflictos (Jabri, 2013). Este tipo de enfoques reconocen al sujeto político de la poscolonialidad y se concentran en la política del conflicto y no del gobierno (Jabri, 2013). Los conceptos de agencia y de resistencia ocupan un lugar central en la paz (Richmond, 2010a; Jabri, 2013; Cruz, 2021). Bajo ese mismo lente, Victoria Fontan (2013) cuestiona la estructura epistemológica de la paz, su práctica y su enseñanza, además de las implicaciones que tiene en la vida diaria de la población a la que se supone que sirve. Por ende, las nuevas concepciones abogan por reconocer las “epistemologías de paz” que le pertenecen a los pueblos nativos (Sandoval, 2016).

De otro lado, Wolfgang Dietrich (2012) postula que el pensamiento posmoderno, contrario al pensamiento moderno, no busca disolver la pluralidad sino que exige, en cambio, el respeto y la coexistencia de la diferencia. Diferencia decisiva para los estudios alternativos de la paz, los cuales abogan por una lectura heterogénea de esta noción, tal como las “muchas paces” (Dietrich y Sützl, 2006).

Por último, Oliver Richmond y Audra Mitchell (2012) consideran que los enfoques híbridos conducen a un nuevo enfoque en el que las prácticas, respuestas, tácticas y agentes emergen en la interacción entre actores internacionales “constructores de paz” y los actores locales. Aquí cabe resaltar que pese a situarse en el Norte Global, Richmond es uno de los académicos que más esfuerzo ha consagrado en exponer estas conceptualizaciones alternativas de la paz liberal, considerada como la paz hegemónica en el sistema mundial (Jaime, 2019).

Dentro de este universo de actores que participan en la definición de la paz, pocos estudios se han consagrado a analizar los medios de comunicación (Charaudeau, 2001). En consecuencia, este artículo propone entenderlos como agentes provistos de especificidades que los diferencian entre sí. La estructura del artículo es la siguiente. En primer lugar, se presenta la problemática y la metodología adoptada en la investigación. En segundo lugar, se ofrecen unas tipologías de paz basadas en un análisis de discurso de los periódicos locales y nacionales. En tercer lugar, se complementa este análisis de discurso con tres dimensiones: 1) la sociología de los medios, 2) la economía política de la prensa y 3) la geografía política, para demostrar su incidencia en los tipos de paz que adquieren los medios. Por último, se comparten unas conclusiones del estudio.

2. Planteamiento del Problema

La negociación entre el Estado colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (en adelante FARC) constituye un caso de estudio interesante en el que la paz fue objeto de debate nacional e internacional, con la participación de los medios de comunicación en una tentativa de definición y de presentación a la opinión pública de lo que era discutido fuera del país, en La Habana, Cuba. Es importante mencionar que el conflicto armado se concentró esencialmente en la periferia y los territorios fronterizos, lo cual coincide con las zonas menos habitadas del país.

Ciertamente, para una parte importante de la población colombiana, sobre todo urbana, el conflicto armado ha sido una realidad lejana de la cual solo se ha tenido conocimiento a través de los medios de comunicación (Serrano, 2011). De allí la importancia del rol de los medios, tanto en la comprensión del conflicto como de la solución negociada. Como la paz fue objeto de debate nacional durante cuatro años, las discusiones en torno a este concepto ocuparon un lugar importante en la opinión pública, movilizadas principalmente por los medios de comunicación (Charry, 2018).

La paz es un proceso complejo de formación de la opinión pública, en la que los medios juegan un rol decisivo:

(…) ellos construyen las ideas y las evaluaciones del desarrollo de las negociaciones así como el resultado final de lo que fue acordado entre el gobierno y las FARC, debido a que estaban encargados de difundir una gran cantidad de información a los ciudadanos a fin de informarlos y brindarles una idea de lo que pasaba en la mesa de negociaciones (Charry, 2018, p. 89).

Lo anterior cobra mayor relevancia teniendo en cuenta que los diálogos tuvieron lugar fuera del país, generando que el trabajo de los medios fuera mucho más relevante que en otras condiciones, donde la negociación ocurre en el territorio nacional.

La pregunta a resolver es la siguiente: ¿cuáles enfoques de paz fueron desarrollados por la prensa colombiana durante la negociación de paz en La Habana entre el Estado colombiano y las FARC? La hipótesis se postula en los siguientes términos: la prensa construyó diferentes enfoques de paz, en función de tres variables. La primera, su identidad discursiva; la segunda, las relaciones que mantienen con los grupos económicos y políticos; y la tercera, su posición geográfica en el territorio. Estos enfoques se traducen en una tipología con cinco nociones de paz: la dimensión securitaria, liberal, constructivista, pluralista y ambiental.

En términos metodológicos, se analizó el tratamiento político de la paz, hecho por los medios de comunicación, a lo largo de las negociaciones entre el Estado colombiano y la guerrilla de las FARC. Desde una perspectiva comparada, se examinó el discurso de prensa en los editoriales entre agosto de 2012 y diciembre de 2016, teniendo en cuenta periódicos con orientaciones políticas diversas, clasificados en un eje de izquierda-derecha según su filiación partisana. El editorial es el lugar predilecto en el que el periódico expresa un punto de vista argumentado (Gauthier, 2007), y, además, representa la voz del medio y la manifestación de su identidad discursiva, independientemente de si el editorial es firmado en nombre de la redacción o por uno de sus responsables (Ringoot, 2014).

Se seleccionaron dos diarios nacionales: El Espectador (centro-izquierda) y El Tiempo (centro); la única revista política nacional: Revista Semana (derecha); y los tres diarios regionales más representativos del país: El Colombiano (derecha), El Heraldo (derecha) y El País (derecha). Además, se elaboró la Tabla 1, constitución del corpus, a partir de una cronología del proceso de paz, que tuvo en consideración la agenda que se desarrolló durante la negociación en La Habana. Se escogieron los diez “momentos” más susceptibles de suscitar el interés de los medios, clasificados en temas generales.

Tabla 1 Constitución del corpus 

Eventos Periodos Número de editoriales
Inicio de los acuerdos Agosto - diciembre 2012 59
Firma del punto I: Desarrollo agrario rural Enero - junio 2013 48
Firma del punto II: Participación política Julio - diciembre 2013 55
Firma del punto III: Drogas ilícitas Enero - mayo 2014 26
Mediadores realizan encuentros entre las víctimas y la delegación de las FARC Junio - agosto 2014 42
Escalada del conflicto y mediación diplomática Octubre 2014 - agosto 2015 118
Firma del punto IV: Justicia transicional y víctimas Septiembre - diciembre 2015 56
Firma del punto V: Fin del conflicto Enero - junio 2016 57
Firma del punto VI: Implementación y verificación Julio - agosto 2016 40
Acuerdo final, plebiscito y segundo acuerdo Septiembre - diciembre 2016 67

Fuente: elaboración propia.

El corpus fue constituido por el conjunto de los eventos más remarcables relativos a la paz dentro de una perspectiva de escalas de evaluación de eventos (Ringoot, 2014), que no se concentra únicamente en la coyuntura mediática (por ejemplo, los atentados terroristas en el marco de la negociación), sino en un periodo más largo en el que el análisis puede ser matizado.

Por medio del Archivo Digital de Prensa del Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP, 2019), se recolectaron los editoriales de la categoría B111, “conflicto armado y las negociaciones de paz”, que arrojó todas las referencias de noticias de paz. Se utilizaron las siguientes palabras clave para filtrar las noticias: editorial, paz, negociación, diálogos, acuerdos, FARC. Tras la depuración de los datos, se constituyó un corpus de 568 editoriales2. En la Figura 1 y Figura 2 se evidencia el proceso de recolección de los editoriales y la muestra del corpus en el Archivo Digital de Prensa.

Fuente: tomado de Archivo Digital de Prensa (CINEP, 2019)

Figura 1 Ejemplo de búsqueda de editoriales 

Fuente: tomado de Archivo Digital de Prensa (CINEP, 2019)

Figura 2 Muestra del corpus 

3. Tipologías de paz en los medios de comunicación

Para los fines analíticos de esta investigación, se crearon tablas con tipologías preliminares de paz en la que cada medio moviliza un enfoque considerando, de un lado, las aproximaciones normativas de este concepto, y de otro lado, el discurso por medio de extractos que ilustra el enfoque adoptado por el periódico. Decimos “preliminares” debido a que las tipologías de paz deben considerar una multiplicidad de actores; sin embargo, para nuestro caso de estudio se consideraron únicamente medios de comunicación.

3.1 La paz securitaria de El Colombiano: consolidación de la soberanía política en un territorio

Esta dimensión guarda una estrecha relación con las visiones ortodoxas de la paz realista y la paz del vencedor (“victor peace”, en inglés), según la cual la paz se logra a través de una victoria militar (Richmond, 2006). Sin embargo, esta noción se distingue de ambas visiones al dejar abierta la posibilidad de una negociación. El Estado es percibido como un productor de paz por medio del monopolio de la violencia. Además, “la paz es sinónimo de seguridad y de consolidación de la soberanía política sobre un territorio sometido a una autoridad” (Fajardo, 2016, p. 166).

En consecuencia, “todos los procesos de negociación con los grupos armados deben estar atravesados por un tipo de rendición, o una simple desmovilización de combatientes ante la autoridad representada por el Estado” (Fajardo, 2016, p. 167). En ese contexto, “un eventual proceso de negociación evita un diálogo en condiciones de igualdad debido a que la legitimidad reside exclusivamente en el Estado y no en quiénes se oponen” (Chernick, 2012, p. 263).

Al comienzo del proceso de paz, El Colombiano señala que la negociación debe limitarse a un proceso de desarme, desmovilización y reintegración (DDR) (El Colombiano, 2013b), lo cual es una lectura clásica de la paz negativa: el silencio de los fusiles. Las cuestiones de orden político, económico y social no pueden ser discutidas por los negociadores debido a que existen otras vías legales para resolverlas, una vez las FARC entreguen las armas y se reintegren a la vida civil (El Colombiano, 2012b). Este periódico señala que lo que se está negociando no es la paz, sino una desmovilización entre un Estado legalmente constituido y un grupo armado ilegal (El Colombiano, 2013b). Llama la atención que el diario asegura que la negociación “debe hacerse sin presencia de los medios” (El Colombiano, 2012a, párr. 8). Así, la ofensiva militar del Estado sirve tanto para no desmoralizar a las Fuerzas Armadas (El Colombiano, 2012c) como para presionar el abandono de la lucha armada de la guerrilla, debido a que les haría “comprender que esta vía no es una garantía de éxito” (El Colombiano, 2013a, párr. 12). En la Tabla 2 se presentan los editoriales de El Colombiano que dan sentido a la paz securitaria.

Tabla 2 Análisis de discurso de El Colombiano 

Expresión introductoria Continuación de la cita Actor discursivo
“Serio, digno, realista y eficaz. Para que el proceso tenga estas características, es fundamental que la agenda esté limitada a temas relativos a la dejación de las armas y a la reincorporación de los cuadros y tropas de las FARC a la sociedad. En Oslo y en La Habana no se deben negociar temas económicos, políticos ni sociales. Sólo si por efecto del proceso se integran al juego democrático, será en los escenarios previstos en la Constitución y en la Ley, donde las Farc podrán impulsar sus proyectos” (El Colombiano, 2012b, párr. 4). FARC.
“Colombia sueña con que este 2013 signifique sustanciosos avances en la desactivación de su mayor detonante de daños sociales y humanos: el conflicto armado. Pero habrá que exigir que esa meta no se cumpla a cualquier precio. Esperamos que el Presidente y su equipo de conversaciones no olviden la promesa que le hicieron al país: conseguir una paz digna. Mientras ello no suceda, habrá que avanzar militarmente para que la guerrilla entienda que su única opción es dejar las armas.” (El Colombiano, 2013a, párr. 12). Fuerzas Armadas.
“Debemos igualmente exigir que las cosas se llamen por su nombre: Lo que está negociándose no es la paz en Colombia: es una desmovilización y nos debemos concentrar en eso. La paz no es negociada entre un gobierno y un grupo de guerrillas aún con vida” (El Colombiano, 2013b, párr. 6). Gobierno y FARC.
“El juicio según el cual el sistema político colombiano ha estado cerrado para cualquier opción alternativa, ha hecho carrera. Lo aseveran incluso personas que hacen parte del llamado ‘establecimiento’. Y, en nuestro concepto, tal juicio es errado. La disposición por la paz no debe llevar a los colombianos a verse sujetos a adulterar su historia: si las Farc no se habían incorporado a la vida civil, no fue por falta de oportunidades. Su opción fue el narcotráfico, fue el terrorismo, fue el secuestro, no la búsqueda de garantías democráticas” (El Colombiano, 2013c, párr. 4). FARC.
“La firma de la terminación del conflicto con las Farc debe incluir, en toda circunstancia y perspectiva, condiciones esenciales: no impunidad, no repetición de la violencia y respeto a los valores democráticos. Coincidimos en estas exigencias señaladas por el expresidente Álvaro Uribe en su carta de respuesta al exministro Álvaro Leyva Durán sobre la conducción y el futuro de las actuales negociaciones en Cuba” (El Colombiano, 2014, párr. 2). Álvaro Uribe.
“Sin renunciar a sus convicciones ni desdibujar su imagen y responsabilidad. acorralaron a la guerrilla en sus retaguardias y la obligaron a aceptar la negociación” (El Colombiano, 2016, párr. 7). Militares.

Fuente: elaboración propia con datos del Archivo Digital de Prensa (CINEP, 2019).

3.2 El enfoque liberal

Este es el enfoque contemporáneo predominante en la resolución de conflictos de orden internacional, principalmente a partir del fin de la guerra fría (Jaime, 2019) y con arraigo en Colombia desde hace más de 20 años (Cante y Sampayo, 2021). Dentro de esta concepción, las condiciones sociales y políticas apropiadas deben ser creadas para instaurar una paz positiva, gracias a una gobernanza democrática estandarizada, que depende de la capacidad de los Estados y de sus organizaciones para determinar la combinación apropiada de libertad, mercado y buena gobernanza.

La paz representa una ausencia de violencia física y estructural, y puede ser obtenida a través de la consolidación de una paz liberal. Este enfoque les confiere prioridad a las instituciones (notablemente internacionales) y a la burocracia (Richmond, 2006). Tiene diferentes tipos de graduaciones (Richmond, 2010b), y para el presente artículo se identificaron dos: una se concentra en la dimensión económica y otra en la dimensión internacional.

3.2.1 El Heraldo: la paz como contribución a la economía nacional

Para esta concepción, la paz reside en la institucionalización de normas promovidas por la inversión privada y la conexión entre el mercado local, nacional e internacional (Pérez y Zirion, 2019). Esta noción retiene la atención de países como Colombia, que poseen una fragmentación geográfica, una desconexión entre el centro y la periferia, y una concentración de la pobreza en las regiones más afectadas por el conflicto.

En tanto que la paz “allana el camino hacia la justicia social, retomándose la senda del progreso y la prosperidad” (El Heraldo, 2012a, párr. 9), El Heraldo está de acuerdo con la solución pacífica del conflicto armado en su sentido más amplio. El DDR no es suficiente: es esencial que se implementen en paralelo reformas políticas, económicas y sociales. En otras palabras, en términos de Johan Galtung (1969), podemos decir que se trata de una paz positiva. El periódico recuerda que la decisión de entablar diálogos reside en el hecho de que la paz es un derecho y un deber obligatorio según el artículo 22 de la Constitución Política (El Heraldo, 2012b).

Tras la culminación de negociaciones, El Heraldo espera la creación de reformas que ubiquen al país en las naciones modernas, a través de la garantía del ejercicio democrático de todos los actores políticos (El Heraldo, 2013c). A este respecto, el periódico afirma que el acceso actual a la democracia es asimétrico para algunos sectores, debido a que no todos tienen los mismos recursos para hacer política. Partiendo de tales postulados, resalta que la existencia del conflicto armado se explica parcialmente por la ausencia de una democracia efectiva desde un punto de vista histórico (El Heraldo, 2013a). En la Tabla 3 se presentan los editoriales de El Heraldo que dan sentido a la paz liberal-económica.

Tabla 3 Análisis de discurso de El Heraldo 

Expresión introductoria Continuación de la cita Actor discursivo
“La posibilidad de lograr la paz es el mejor estímulo que podría recibir la agricultura colombiana para despegar y contribuir al desarrollo económico y social” (El Heraldo, 2013b, párr. 6). Paz.
“Coincidimos en pensar en que para el éxito de la pacificación del país no basta con que se firmen unos fríos documentos entre las partes en conflicto, sino en que en nuestro país se diseñen políticas y estrategias concretas que consoliden y garanticen el cumplimiento en el tiempo de esos acuerdos a los que se han llegado” (El Heraldo, 2013c, párr. 6). Acuerdos.
“No hay que olvidar que, en cualquier caso, nos está hablando un para-Estado, que es el que históricamente ha constituido la guerrilla en distintos lugares de Colombia, con actividades y negocios que han intentado desestabilizar las instituciones y la economía nacional” (El Heraldo, 2014, párr. 5). FARC.
“La cúpula de las Farc debe tener conciencia de que no hay espacio para una guerrilla en la actualidad Pero el Gobierno tampoco puede olvidar que el surgimiento de la subversión estuvo motivado por injusticias sociales que, hoy en día, cuatro o cinco décadas después, no han sido totalmente superadas” (El Heraldo, 2015, párr. 13). Gobierno y FARC.
“Por eso, argumentos como los expuestos, sustentados en una minuciosa investigación económica que concluyen que la paz es un factor que beneficiará a la economía nacional y que son aquellas regiones pobres, alejadas y con menor número de habitantes que han sido más afectadas por el conflicto las que más beneficios y mejores oportunidades de desarrollo tendrán con el fin de la guerra en nuestro país, deben ser vistos a la luz de una mirada integral que considere una articulada y decidida respuesta del Estado que ponga fin a aquellos factores que persisten en desestabilizar la seguridad y el desarrollo nacional, y que nos acerquen a una paz total” (El Heraldo, 2016, párr. 12). Economía nacional.

Fuente: elaboración propia con datos del Archivo Digital de Prensa (CINEP, 2019).

3.2.2 Revista Semana y la importancia del apoyo internacional

Este enfoque propone una paz, como su nombre lo indica, liberal, es decir, tiene una receta que combina la paz, la democracia y el mercado libre (Richmond, 2006). Sus principales componentes son la democratización, el Estado de derecho, los derechos del hombre y la mujer, el libre mercado mundializado y el desarrollo neoliberal (Richmond, 2006). Además, este enfoque contiene diferentes graduaciones que son generalmente combinadas en función de los intereses del Estado, sus donadores, la capacidad de los actores sobre el terreno y de las comunidades (Richmond, 2006).

Los análisis indican que el discurso de Revista Semana prevé una paz liberal esencialmente centrada en el apoyo de actores internacionales. Bajo esta perspectiva, la paz es una estrategia para atraer la atención de inversores privados y extranjeros que contribuyan al desarrollo económico del país. En esa visión, esta revista considera que el fin del conflicto genera consecuencias positivas para el desarrollo económico y social (Revista Semana, 2012a). Según Revista Semana (2012b), la paz se logra con el fin de la confrontación armada y no con un cambio de modelo de desarrollo. Además, dos elementos sobresalen en el discurso del medio: la cooperación internacional y el rol de los expertos en la “ingeniería” de los puntos más técnicos del Acuerdo (Revista Semana, 2015a). En la Tabla 4 se presentan los editoriales de Revista Semana que dan cuenta de un modelo de paz liberal-internacional.

Tabla 4 Análisis de discurso de Revista Semana 

Expresión introductoria Continuación de la cita Actor discursivo
“Después de una reunión de dos horas con Santos, visitó el Museo de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá. «En la guerra y en la paz, señor presidente, estamos con Colombia», le dijo Biden a Santos. El respaldo de Washington a las negociaciones con las guerrillas, en un momento en el que la ayuda estadounidense ha llegado a un mínimo de 300 millones de dólares este año, tiene un peso y un significado que es imposible menospreciar” (Revista Semana, 2014a, párr. 13). Estados Unidos.
“Un tema importante a los ojos internacionales es que mientras el mundo habla de guerra, en Colombia se habla de paz. Ese será el mensaje para conquistar a los grandes inversionistas, los estados, los organismos internacionales y la comunidad europea” (Revista Semana, 2014b, párr. 11). Comunidad internacional.
“Ahora que la negociación ha entrado en su etapa más difícil, el papel de los expertos se ha vuelto crucial, pues en temas como justicia y cese de hostilidades no solo se necesita voluntad política sino conocer muy bien los detalles técnicos de cómo funcionarían los acuerdos, y qué impacto pueden tener en la comunidad internacional” (Revista Semana, 2015a, párr. 5). Los expertos.
“Que un papa visite a un país mayoritariamente católico no es extraño. Se entiende como parte de la labor pastoral, sobre todo de una Iglesia que trata de recuperar a los fieles en el mundo entero luego de escándalos de pedofilia, corrupción en el Vaticano y posiciones frente al control de la natalidad y el celibato. Pero que el papa Francisco, el más popular en muchos años, anuncie su intención de venir a Colombia justo cuando las conversaciones entre el gobierno y las Farc están en su fase más definitiva, hace difícil no pensar que es un gesto de respaldo político al proceso de paz” (Revista Semana, 2015b, párr. 1). Papa Francisco.
“En otras palabras, ahora sí es un hecho que el proceso de paz es irreversible. Una vez el Consejo de Seguridad de la ONU -la entidad de mayor rango en el mundo para la búsqueda de la paz y la solución de conflictos- entre a jugar un papel formal, el gobierno y las Farc quedarán comprometidos a terminar de negociar los puntos pendientes y a ponerlos en práctica” (Revista Semana, 2016, párr. 3). Naciones Unidas.

Fuente: elaboración propia con datos del Archivo Digital de Prensa (CINEP, 2019).

3.3 El Tiempo: la paz es construida por todos

El enfoque constructivista de la paz se relaciona al término de “peacebuilding”, difundido ampliamente en el informe “Una agenda por la paz” (ONU, 1992). Con ello, la ONU amplía su repertorio de “peacemaking” y “peacekeeping” a construcción de paz, en el que los conflictos se transforman (Bercovitch y Kadayifci, 2002). Según Lederach (2005; 1997), este enfoque concentra su atención en la reconstrucción de la sociedad en la fase de posconflicto, orientando las acciones a la resolución de problemas estructurales a través de intervenciones de larga duración en el plano económico, social y moral. En lo que respecta a Colombia, este enfoque ha suscitado el interés del gobierno y de académicos que se adhieren a este tipo de paz (Rettberg, 2012; Bouvier, 2000).

Según el análisis, El Tiempo, el diario más importante del país y con una larga tradición en el campo político y periodístico, formuló en su discurso este enfoque durante las negociaciones. Para este diario, la paz no nace por arte de magia una vez se firma un acuerdo, sino que debe construirse en un esfuerzo que puede ser más complejo que ponerle fin a la confrontación armada (El Tiempo, 2012a), desde un enfoque territorial (El Tiempo, 2012b). Para que esto sea posible, los colombianos deben estar dispuestos a construirla entre todos (El Tiempo, 2013). En la Tabla 5 se presentan los editoriales de El Tiempo que dan cuenta de un enfoque constructivista.

Tabla 5 Análisis de discurso de El Tiempo 

Expresión introductoria Continuación de la cita Actor discursivo
“La opinión debe saber que la paz no brota por arte de magia una vez estampadas las firmas. Esta hay que construirla en un esfuerzo que puede ser más arduo que el de acordar el fin de la confrontación armada” (El Tiempo, 2012a, párr. 4). Opinión pública.
“Si se quiere una verdadera reconciliación nacional, a veces no basta con expresarse a favor de la paz. Es mucho mejor que estas palabras se traduzcan en actos que, en este caso, pasan por darles a los antiguos miembros de grupos criminales el mismo trato que a cualquier otra persona a la hora de contratar un empleado, pero también de forjar una amistad. Para la posibilidad de que el país goce por fin de paz duradera, lo más importante es contar con la disposición de todos los colombianos para construirla” (El Tiempo, 2013, párr. 7). Ciudadanos.
“Construir una paz estable y duradera implica también que el Estado se ponga al día en una serie de deudas sociales, para que el país pueda dar el salto a un nuevo escalón de progreso y desarrollo” (El Tiempo, 2014, párr. 4). Estado.
“Por estos días en que se habla con tanta frecuencia de prepararnos para el posconflicto, es bueno pensar en qué es, realmente, construir paz y contribuir para lograrla. Y tal vez uno de los más valiosos aportes está en la educación y en las oportunidades para la juventud” (El Tiempo, 2015, párr. 1). Jóvenes.
“Por lo pronto, hay que insistir en que su cumplimiento estará a cargo de una instancia de incuestionable legitimidad. El haberla escogido permitirá, entonces, reforzar tal legitimidad a nivel externo, pero también interno, de la negociación. Tiene además la virtud de que por esta vía es posible extender el aporte para que este no se limite al trabajo de verificación sino que incluya -más adelante- la construcción de paz, donde las Naciones Unidas podrán aportar conocimiento y recursos” (El Tiempo, 2016, párr. 5). Naciones Unidas.

Fuente: elaboración propia con datos del Archivo Digital de Prensa (CINEP, 2019).

3.4 El Espectador: un ejemplo de paz híbrida y pluralista

Este enfoque sugiere que la paz se encuentra en una sociedad transnacional abierta, diversa e inclusiva, determinada por las necesidades humanas, lo cual le confiere una ruptura con otras nociones universalistas de la paz, como la liberal (Rodríguez, 2019; Richmond, 2008). Además, vislumbra un enfoque interdisciplinar, así como una durabilidad intergeneracional a largo plazo y entre todas las edades, propendiendo por una distribución de necesidades adecuadas para todos. Esto implica el reconocimiento del pluralismo en las identidades locales (comunidades indígenas y afrodescendientes, por ejemplo) con el fin de contrabalancear ciertas narrativas universales como el cosmopolitismo (Richmond, 2011; Fontan, 2013; Cruz, 2021). Por esta razón, este tipo de paz contiene una visión ampliamente representativa de todos los actores en diversos niveles: público, privado, de género, edad, con múltiples identidades, etc. Por último, este enfoque se pregunta lo siguiente: ¿para quién es la paz? (Durán et al., 2017; Richmond, 2011; Pugh et al., 2008).

Se identificó que El Espectador, el segundo periódico nacional más importante de Colombia, invocó el enfoque pluralista en varias de sus editoriales, incluso textualmente (El Espectador, 2015b), reconociendo las consecuencias de la paz para los diferentes actores, como las mujeres, las comunidades indígenas y negras, el medio ambiente e incluso las Fuerzas Militares (El Espectador, 2015a). De hecho, para este diario existe un consenso alrededor de la idea de ampliar la democracia en el país, debido a que numerosos sectores están subrepresentados o no existen en el campo político (El Espectador, 2013b). En la Tabla 6 se presentan los editoriales de El Espectador que ilustran el enfoque híbrido y pluralista de la paz.

Tabla 6 Análisis de discurso de El Espectador 

Expresión introductoria Continuación de la cita Actor discursivo
“Este diario publicó el día de ayer un detallado informe sobre la representación que tienen las mujeres en los procesos de paz. La importancia de que su voz sea oída. Siendo ellas una víctima potencial, es necesario que se hagan presentes dentro de, por ejemplo, las conversaciones que se tienen en estos momentos con la guerrilla de las Farc” (El Espectador, 2013a, párr. 3). Mujeres.
“Hasta ahora, ambas delegaciones se pusieron de acuerdo en algo en lo que -salvo algunos retrógrados que todavía existen- la enorme mayoría de colombianos coincidimos: hay que ampliar la democracia de este país. Muchos sectores son subrepresentados o, simplemente, no existen en el espectro de participación directa e incluso de la representativa” (El Espectador, 2013b, párr. 5). Sectores subrepresentados.
“El fin del conflicto facilitaría la paz, pero la paz con la naturaleza es la base para conjurar los nuevos conflictos ambientales que emergen en todo el territorio. Tiene el presidente Santos en sus manos una oportunidad que no debe desechar” (El Espectador, 2014, párr. 8). Medio ambiente.
“La hoja de ruta para el tratamiento diferencial de los agentes del Estado se obtuvo gracias a la participación de representantes de la Fuerza Pública en la redacción del acuerdo sobre víctimas, un éxito del diseño de la mesa de negociaciones que no debe menospreciarse. Si nuestros agentes estatales no hubiesen tenido voz en el proceso, esto habría causado problemas para su implementación” (El Espectador, 2015a, párr. 3). Militares.
“La paz no es unidad de conciencias. Al contrario, si una lección nos puede quedar de tanta violencia es que la persecución a la diferencia y al disenso engendra más resentimiento. En nuestras manos está no plantar las semillas de sufrimientos futuros. Una Colombia pluralista, que admita todos los pensamientos, es el deseo al que todos deberíamos apuntarle; el presupuesto esencial para hablar de una paz verdadera” (El Espectador, 2015b, párr. 4). Ciudadanía.
“En cada uno de esos ejes temáticos se toman acciones puntuales para que, en síntesis, haya más mujeres en todos los espacios que toca el acuerdo de paz. Esperamos que estas medidas funcionen en realidad para que, como lo dijo Iván Márquez, «la paz de Colombia tenga rostro de mujer»” (El Espectador, 2016, párr. 5). Mujeres.

Fuente: elaboración propia con datos del Archivo Digital de Prensa (CINEP, 2019).

3.5 El País y el enfoque ambiental. Justicia ambiental, desarrollo sostenible y seguridad ecológica

El enfoque de construcción de paz ambiental ha venido adquiriendo mayor relevancia en el campo académico, diplomático y civil (Ide et al., 2021), dada la preocupación por las implicaciones de seguridad del cambio climático y la gobernanza ambiental en las últimas dos décadas (Ide, 2021). Este enfoque ofrece una crítica a la construcción de paz estato-céntrica, es decir, la paz tipo “top-down”. Este es un concepto de paz que aboga por la jerarquización estructural del medio ambiente y su preservación para las generaciones futuras. Esta noción está asociada a la ecología política de los grupos indígenas, campesinos, afrodescendientes y sus respectivas visiones de naturaleza y espacialidad (Ulloa, 2015). La paz no solo debe permitir superar las condiciones de exclusión entre los seres humanos, sino también delimitar los efectos negativos sobre el medio ambiente adoptando una justicia ambiental, un desarrollo sostenible y la seguridad ecológica (Richmond, 2008).

La paz, como se ha dicho, no es percibida de la misma forma por los actores. Esta percepción es más visible en los territorios periféricos, debido a que su relación con la geografía y la naturaleza es diferente y puede modificar e incluso condicionar su lectura. No en vano, este enfoque considera que no puede haber paz territorial sin paz ambiental (Rodríguez et al., 2017). Tal es el caso del periódico El País, ubicado en la región pacífica colombiana, muy cerca de la Amazonia colombiana. De todos los diarios analizados, este fue el que resaltó con mayor énfasis la necesidad de incluir a la naturaleza y el ambiente en la mesa de negociaciones por ser una víctima del conflicto (El País, 2014); por ende, propuso adoptar un enfoque de paz ambiental (El País, 2016a) y un posconflicto en clave ambiental (El País, 2016b). En la Tabla 7 se presentan los editoriales de El País que ejemplifican el modelo de paz ambiental.

Tabla 7 Análisis de discurso de El País 

Expresión introductoria Continuación de la cita Actor discursivo
“Siendo un país bendecido por la naturaleza, es claro que la solución a los problemas sociales empieza por la redención del campo y el abandono de aquellos principios que en los albores de los años 90 llevaron a varios gobiernos a desestimular la labor agrícola, causando daños en el tejido social que aún esperan su rescate” (El País, 2012, párr. 2). El campo.
“Pero más allá de la polémica y del rechazo unánime a los atentados que comprometen vidas humanas, recursos naturales y la generación de riqueza para Colombia, hay preguntas que no tienen respuesta: ¿Quién representa el medio ambiente en las negociaciones de paz? ¿Cómo van a resarcir las Farc y el ELN los daños que han causado a la naturaleza con sus atentados durante 50 años?” (El País, 2014, párr. 7). Guerrilla.
“La guerrilla es una de las mayores responsables de la deforestación de 6,5 millones de hectáreas de bosques nacionales, de los daños a los páramos y a las cuencas hidrográficas por la extracción ilegal de minerales, y de los problemas sociales que esas actividades conllevan. Son perjuicios por los cuales las Farc deben responderles a los colombianos y están obligadas a reparar al país” (El País, 2015, párr. 5). FARC.
“Los 4,1 millones de barriles de petróleo que han caído a los ríos colombianos en 30 años por los atentados terroristas, son un ejemplo de por qué hay que pensar en el medio ambiente mientras se firma la paz con las Farc. Además de recuperar lo perdido, es necesario planear un desarrollo sostenible, que beneficie al país y proteja sus recursos naturales. La paz también llegará a los bosques, ríos y páramos en la medida en que se fortalezcan las instituciones encargadas de su recuperación y conservación” (El País, 2016a, párr. 1). El medio ambiente.
“El acuerdo alcanzado entre el Gobierno Nacional y las Farc obliga a iniciar el camino de la reconciliación, enmendar los daños ocasionados por el conflicto y reparar a quienes lo padecieron. El medio ambiente es una de esas víctimas a la espera de respuestas. Lograr la paz ambiental que se espera en esta era de posconflicto, será posible también si se fortalece la institucionalidad, se desarrollan modelos económicos y productivos sostenibles y se ejerce la autoridad, sobre todo en los territorios que por años quedaron al garete de la protección estatal” (El País, 2016b, párr. 6). Paz ambiental.

Fuente: elaboración propia con datos del Archivo Digital de Prensa (CINEP, 2019).

4. Más allá del discurso. Aproximaciones desde la sociología de los medios, la economía política y la geografía

En esta sección, se abordan otros elementos que juegan un rol decisivo en la definición conceptual de la paz, propios de la sociología de los medios de comunicación, que no se restringe al momento de análisis textual o a la sola codificación formal del material. Procede a incluir otros factores como los actores que han contribuido a la producción del material, los grupos sociales que participan en su definición, la economía política del campo periodístico, entre otros (Maigret, 2015).

Lo anterior nos permite superar el mediacentrismo, así como conectar las prácticas con los mecanismos que las ven nacer. Pero, ¿cuáles son los canales por los cuales se deriva esta influencia? Tres niveles son distinguidos: las interacciones organizacionales, las estructuras económicas y las influencias socioculturales (Schlesinger, 1992). En ese sentido, hay que recordar que la información es coconstruida entre diversos actores, no solo en la redacción de cada medio (Champagne, 1984).

En primer lugar, se hace una distinción entre las dos dimensiones a las que se confrontan los medios: de un lado, la lógica económica o el hecho de que los medios son en principio empresas que buscan maximizar recursos; y de otro lado, la lógica simbólica o el deber democrático de informar a la opinión pública (Charaudeau, 2011). Simultáneamente, otros autores se han referido a esta tensión en términos de una doble dependencia a la que están sometidos los medios (Champagne, 2016).

En segundo lugar, se recurre a una economía política de la prensa, demostrando la colusión de intereses entre los dueños de los medios y el poder político y económico, en el caso colombiano. Allí se revelan algunos casos en los que se evidencian estos vínculos, e incluso una especie de propaganda a favor de la paz, con importantes recursos desplegados por el gobierno de Colombia (Corredor, 2019)3. Por último, se demuestra cómo la geografía es un factor adicional que explica por qué los medios representan ciertos valores y dimensiones de la paz, ilustrando las especificidades de las regiones donde están enraizados los periódicos; y teniendo en cuenta que en este artículo se parte del presupuesto de que la paz es inherentemente espacial, esto es, que siempre está conformada por los espacios a través de los cuales se produce y se reproduce (Williams et al., 2014).

4.1 Los medios: entre la lógica económica, la lógica simbólica y la identidad discursiva. Contradicciones y puntos de encuentro

En este apartado nos concentraremos en establecer algunas definiciones conceptuales que guiaron las reflexiones complementarias al análisis de discurso: la lógica económica, la lógica simbólica y la identidad discursiva. Considerados desde un punto de vista empírico, Patrick Charaudeau (2011) afirma que los medios de comunicación funcionan bajo una doble lógica: la económica hace que todo órgano de información se comporte como una empresa que tiene por finalidad la fabricación de un producto definido por el lugar que ocupa en el mercado de intercambio de bienes de consumo; y la lógica simbólica hace que todo órgano de información reclame su vocación para participar en la construcción de la opinión pública.

Por dimensión económica se entiende una lógica pragmática de captación del público, porque, para poder sobrevivir, todo aparato informativo debe tener en cuenta la competencia en su mercado, lo cual lo conduce a intentar dirigirse al mayor número de personas, implementando estrategias de seducción que entran en contradicción con el deseo de informar bien (Charaudeau, 2010).

Esta realidad comercial plantea dos problemas: de un lado, los medios deben erigir su propio lugar al interior del campo periodístico y distinguirse suficientemente de los otros para poder alcanzar su permanencia en el ecosistema mediático. De otro lado, la calidad de la información es puesta en cuestión cuando se trata de suscitar el interés del gran público (Esquenazi, 2013). Para distinguirse, el encuadre mediático varía en función de cada medio de comunicación, lo cual no impide que en ocasiones unos se parezcan a otros. Los medios, para atraer a más público, deben recurrir a estrategias de información diferentes de aquellas que emplean otros medios. En ese sentido, no sorprende que, en el encuadre de un tema como la paz, no se produzcan discursos homogéneos. Ahora bien, no se debe confundir el apoyo generalizado que los medios exhibieron en torno a la negociación entre el Estado y las FARC con la lectura heterogénea de la paz que manifestaron en sus editoriales, porque incluso si el proceso contó con un entusiasmo generalizado, el problema radicó en saber cómo lograr ese objetivo.

Por dimensión simbólica se comprende la lógica bajo la cual los medios se inscriben en una finalidad democrática, poniéndose -idealmente- al servicio de la opinión pública y de la ciudadanía, informando los eventos que se producen en el espacio público y contribuyendo al debate social y político con la puesta en escena de la confrontación de las ideas (Charaudeau, 2010).

Precisamente es este deber democrático que exhiben los medios la razón por la cual algunos estudios han propuesto una “comunicación por la paz”, observando que los periodistas se involucran más en la solución de conflictos que en la publicación de noticias que promueven discursos de odio y de guerra (Ersoy, 2017; Wolfsfeld, 2004). Consecuentemente, otros estudios buscan comprender el rol de los medios en las negociaciones, procesos y construcción de paz (González, 2021; Parra et al., 2021; Serrano, 2019; 2017). Ahora bien, ciertas críticas de este compromiso normativo afirman que la implementación de la paz no debe ser comprendida como una tarea de los medios, sino más bien como un proceso decisional del que se debe ocupar principalmente el Estado (Hanitzsch, 2004).

En Colombia, este problema fue resuelto mediante alianzas estratégicas. Así, los medios han construido infraestructuras que se inscriben en esta lógica simbólica a través de la comunicación por la paz, en secciones periodísticas dedicadas exclusivamente a los temas del perdón, la reconciliación, la justicia, entre otros. A título de ejemplo, en 2009 la Revista Semana creó la Fundación Semana, bajo el propósito de promover acciones alrededor del fin del conflicto y de la reconciliación en Colombia. Otro ejemplo lo constituye el formato de los Foros Semana, dedicado a posicionar diferentes temas de interés nacional en la opinión pública, tales como el proceso de paz entre 2012-2016. Un tercer ejemplo es aquel de los foros del periódico El Tiempo, a través de alianzas estratégicas con organizaciones internacionales -particularmente las alemanas- y de instituciones de educación superior bogotanas como la Universidad del Rosario, Universidad Nacional y la Universidad Externado de Colombia, con el fin de discutir el contenido de los puntos del Acuerdo de Paz, en espacios universitarios, pero abiertos al público en general.

Por último, el término identidad discursiva se refiere a la figura pública del medio, a la imagen o representación de promesa que reivindica cada medio indicando qué público o a qué valores compartidos piensa representar, así como el enfoque de hechos que intenta privilegiar y el sistema de modelos de eventos que emplea para explicar los hechos reportados (Esquenazi, 2013).

En lo que concierne a estos valores, es preciso indicar que ellos conducen a ciertas interpretaciones de la realidad, de modo que la identidad discursiva de los medios puede generar diversas maneras de producir información sobre el mismo hecho. Consecuentemente, la paz es uno de estos valores susceptibles de ser tratado de una u otra forma.

Ahora bien, la identidad discursiva no se encuentra únicamente en la imagen o la representación de medios de comunicación, sino también en las relaciones que mantienen con los grupos políticos y los grupos económicos. Es bien conocido que los medios no dependen en términos económicos exclusivamente de suscripciones de sus lectores, espectadores u oyentes, sino también de la publicidad y sus contratos. Para finalizar, cabe precisar que el género editorial es el espacio privilegiado donde se manifiesta la identidad discursiva (Dubiet y Lits, 1997).

4.2 La economía política de la prensa. Colusión de intereses entre el campo4 mediático, el campo político y el campo económico

En el primer apartado, se analizó la dimensión teórica y normativa de los discursos de la paz. En esta sección, nos concentraremos en las relaciones económicas, políticas e incluso sociales, que los medios mantienen con ciertos grupos. Los medios de comunicación clasifican todos los hechos que ocurren en algún lugar del mundo, según criterios profesionales y técnicos, pero también, muy a menudo, según determinadas presuposiciones ideológicas, que pueden estar más o menos correlacionadas con intereses económicos o sociales (Derville, 2017).

Además, como bien señala Patrick Charaudeau (1997), hay que recordar que ninguna información puede pretender, por definición, la transparencia, la neutralidad o la factualidad. Siempre hay intereses en la producción de información, lo cual significa que los medios no pueden ser neutros. En efecto, desde hace casi 40 años, los sociólogos han llamado la atención sobre las relaciones entre las élites políticas y las élites periodísticas (Rieffel, 1983). Estas élites tienen frecuentemente en común orígenes sociales, formación escolar, relaciones de amistad y familiares, lugares de sociabilidad y, sobre todo, visiones de mundo y de intereses comunes (Ringoot, 2014). Además, existe una concentración de las sedes de las grandes redacciones de audiencia nacional en las ciudades capitales, que es donde se ubican los principales centros de poder (Rieffel, 2015).

Partiendo de estos postulados, es evidente la necesidad de ir más allá del discurso y enfocarse en otros factores como la economía política de la prensa. Así, describiremos estas relaciones -a veces muy evidentes- entre el campo mediático, el campo político y el campo económico a la luz de los seis periódicos escogidos en los estudios de caso. El objetivo es explicar que la presencia de estas relaciones explica por qué ciertos medios desarrollan ciertos enfoques de paz.

El caso colombiano es muy explícito en cuanto a la colusión de intereses diversos por parte de políticos, banqueros y periodistas5. Una de las preguntas más recurrentes en el estudio de medios de comunicación es sobre su independencia política y financiera. En Colombia, los medios tradicionales pertenecen generalmente a grandes empresarios o a familias políticas. Todos los periódicos nacionales y regionales analizados en este artículo mantienen relaciones con hombres de negocios o con partidos políticos, lo cual plantea ciertos interrogantes sobre la producción de información de cada periódico. Ahora bien, no hay que olvidar un elemento central: los periódicos nacieron como herramientas de difusión de los partidos políticos desde finales del siglo XIX (Santos, 1989).

Con el fin de tener un ejemplo de esta colusión de intereses entre banqueros, personalidades políticas, económicas y periodistas, se elaboró la Tabla 8 agrupando esa información.

Tabla 8 Afiliación de los medios con grupos políticos y económicos 

Medio Partido político Vínculos políticos Vínculos económicos
El Espectador Liberal Ningún vínculo identificado Propietario: J. M. Santo Domingo (multimillonario)
El Tiempo Liberal Eduardo Santos (fundador y presidente de la república) Propietario: L. C. Sarmiento (banquero multimillonario)
J. M. Santos (presidente)
El Colombiano Conservador y Centro Democrático Julio Hernández (gobernador de Antioquia) Ningún vínculo identificado
Ana Gómez (senadora)
El Heraldo Liberal Juan Fernández (fundador y gobernador de Atlántico) Luis Manotas (fundador y presidente de la Cámara de Comercio de Barranquilla)
Alberto Pumarejo (fundador y gobernador de Atlántico)
El País Conservador Álvaro Lloreda (fundador, alcalde de Cali y senador) Francisco Lloreda (Presidente Ejecutivo de la Asociación Colombiana de Petróleo)
Revista Semana Liberal Felipe López (fundador, hijo de Alfonso López M.) Propietario: Jaime Gilinski (Banquero)
Alejandro Santos (director, primo de J. M. Santos)

Fuente: elaboración propia con información basada en Reporteros Sin Frontera (2015) y Revista Forbes (2020).

Dos comentarios generales pueden elaborarse de la Tabla 8. En primer lugar, los propietarios de los medios son hombres multimillonarios que han desarrollado sus fortunas principalmente en campos como el sector bancario y la construcción, y que además poseen medios como canales de televisión o estaciones radiales. En lo que respecta a los medios regionales, la situación es relativamente similar. Los propietarios no ostentan grandes fortunas, pero sí pertenecen a conglomerados familiares con empresas medianas que mantienen vínculos estrechos con el sector comercial o el sector industrial. Se pueden citar dos ejemplos: el primero corresponde a uno de los fundadores de El Heraldo, que fue igualmente presidente de la Cámara de Comercio de Barranquilla. El segundo lo constituye la familia Lloreda, fundadora y propietaria del diario El País de Cali, en el que Francisco José Lloreda, uno de los hijos de la familia, es presidente ejecutivo de la Asociación Colombiana de Petróleo desde 2014. Este vínculo es fundamental para comprender por qué un diario como El País manifestó un interés particular en los ataques de las FARC en las infraestructuras petroleras en el departamento de Putumayo en el año 2014, interés que, por efecto dominó, introdujo una tematización del medio ambiente en el marco de la mediatización del conflicto, que condujo posteriormente a una lectura ambiental de la paz de ese periódico.

En segundo lugar, hay familias dedicadas tanto a la profesión del periodismo como a la del oficio político, a nivel nacional y regional. Muchos propietarios de medios ocupan, o han ocupado en el pasado, cargos políticos o públicos; como alcaldes, gobernadores, senadores, ministros, embajadores, entre otros; o tienen parientes y familiares activos en la política. Vemos aquí que no hay diferencia entre el tamaño de los medios, porque ambos reproducen el mismo patrón.

A nivel nacional, la familia Santos es a la vez la fundadora de El Tiempo, el periódico más importante del país, y una familia de presidentes de la república: Eduardo Santos entre 1938-1942 y Juan Manuel Santos entre 2010-2018. En cuanto a la familia López, refundadora de la Revista Semana en 1982, única revista política del país, tiene un vínculo ineludible con el poder, ya que tuvo dos presidentes: Alfonso López Pumarejo, entre 1934-1938, y Alfonso López Michelsen, entre 1974-1978. Además, Alejandro Santos, sobrino de Juan Manuel Santos, ocupó la dirección de Revista Semana durante dos décadas. Aquí podemos ver claramente cómo dos de las familias políticas más representativas del país tienen una influencia considerable en los medios impresos más leídos de la nación. Además, conviene recordar que las dos familias tienen una visión similar de la realidad, porque ambas comparten un proyecto político de corte liberal.

En los periódicos regionales, observamos que las familias fundadoras de los medios también son elegidas en sus municipios y departamentos. Por ejemplo, las familias Gómez y Hernández, dueñas de El Colombiano, mantienen estrechos vínculos con el partido conservador, porque algunos miembros fueron elegidos como gobernadores de Antioquia e, igualmente, senadores del partido Centro Democrático (creado por Álvaro Uribe). Simultáneamente, el fundador y propietario de El País, Álvaro Lloreda, también fue elegido alcalde de Cali, gobernador del Valle del Cauca, senador, ministro e incluso diplomático, todo esto mediante su filiación al Partido Conservador. Finalmente, los fundadores de El Heraldo se desempeñaron como gobernadores del departamento de Atlántico.

El hecho de que los medios de comunicación estén dominados ya sea por millonarios, banqueros, y/o por familias que mantienen estrechas relaciones con los sectores económicos y políticos, indica que es posible que esto afecte su cosmovisión priorizando el statu quo, y los mismos valores que los del gobierno que esté en el poder. Para nuestros casos de estudio, es evidente que estos intereses comunes se reflejan en la configuración de enfoques liberales hacia la paz en Revista Semana y El Heraldo. También se traducen en líneas editoriales muy cercanas al oficialismo, por lo que el discurso de paz de El Tiempo coincide con el discurso oficial de construcción de paz. Asimismo, la proximidad de los periódicos a las figuras políticas hace que sus discursos sean muy similares, como es el caso de la paz securitaria de El Colombiano y la paz del vencedor de Álvaro Uribe.

4.3 La importancia de la geografía

Debido a que los medios están circunscritos en un territorio, estos privilegian los valores, los conflictos y las perspectivas que organizan la realidad de este espacio (Esquenazi, 2013). Bajo esta perspectiva, el conflicto armado ha afectado más a unos territorios que a otros, concentrándose principalmente en las zonas fronterizas y periféricas del país, que a su vez coinciden con las zonas más pobres del territorio nacional (Ríos, 2021; González, 2017). Así las cosas, el territorio emerge como configuración de una idea de paz en los periódicos regionales.

Este importante componente territorial es justamente la razón por la cual esta investigación optó por seleccionar periódicos de distintas regiones del país (Caribe, Pacífico y Andina), así como del centro del país. Esto garantizó a la vez una muestra geográfica suficientemente representativa, así como una diversidad ideológica que trasciende el análisis de discurso. Además, permite considerar el clivaje territorial entre estos periódicos. A continuación, se explicará la relación entre el enfoque de paz evocado por cada medio y su posición geográfica.

4.3.1 El territorio como configuración de una idea de paz en los periódicos regionales

Como se demostró en el análisis de discurso, los periódicos estudiados poseen diferentes concepciones de paz. A nuestro modo de ver, el factor geográfico (territorial) influenció esta conceptualización por las siguientes razones.

El diario El País de Cali se encuentra en la macroregión del Pacífico colombiano, conocida por ser un lugar dotado de recursos naturales abundantes y por estar ubicado en la zona colindante con la Amazonía. Dentro de la riqueza de recursos se encuentran cuerpos de agua, vegetación abundante y yacimientos petroleros. Esta presencia de recursos es importante para que las comunidades mantengan una relación más estrecha con la protección del ambiente.

A su vez, esta zona fue por varias décadas el centro de operaciones del Bloque Sur y del Bloque Occidental de las FARC (Ferro y Uribe, 2002). Allí, controlaron las economías ilegales e implantaron impuestos ilegales a las compañías petroleras. Cuando las compañías se negaban a pagar estos impuestos, las FARC lanzaban ataques a las infraestructuras petroleras y a los camiones cisterna que transportaban el crudo, obligando a los conductores a vaciar el líquido en la ruta y en las fuentes hídricas.

Estos ataques llamaron la atención de medios como El País, debido a que se desarrollaron en su zona de influencia mediática y, además, porque uno de los miembros de la familia Lloreda, propietaria del periódico, es el presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo. Desde 2014, cuando ocurrieron ataques a los campos petroleros y camiones en Putumayo, afectando considerablemente el ambiente, El País denunció en sus editoriales la necesidad de incluir al medio ambiente en los diálogos de La Habana. De hecho, cinco años antes de la decisión de la Jurisdicción Especial de la Paz (JEP) de declarar al medio ambiente como víctima del conflicto, este periódico ya solicitaba otorgarle un lugar central al ambiente, debido a que, como víctima, necesitaba reparaciones y compensaciones.

Otro ejemplo lo constituye El Heraldo, periódico que, al estar ubicado en Barranquilla, donde se encuentra uno de los puertos marítimos más importantes del país, posee una vocación industrial y comercial predominante. En función de su posición geográfica y de sus recursos naturales, “el puerto presenta ventajas comparativas para la exportación de bienes y servicios en sectores de la industria turismo, agrícola, entre otros” (Meisel, 2002, p. 52). Esto favorece que, dentro de los valores en esta ciudad, el comercio exterior ocupe un renglón prioritario, en tanto que instrumento de desarrollo económico.

En este sentido, hay que recordar la visión liberal de la paz expresada en el discurso de El Heraldo, en el que la paz representó, sobre todo, una oportunidad económica para lograr una articulación entre la economía nacional y la economía mundial, en la que Barranquilla iba a jugar un papel protagónico como el epicentro del comercio del país. Es cierto que en sus editoriales El Heraldo se centró en los beneficios económicos de la paz porque, en opinión del periódico, ayuda a mejorar la imagen de Colombia en el exterior al atraer inversión privada y turismo. El sector del turismo es uno de los más importantes para la economía de la región del Caribe. El Heraldo predice que, en tiempos de paz, la región podrá recibir más visitantes internacionales.

5. Conclusiones

El interés de esta investigación es aportar a una comprensión de la paz más allá de los abordajes clásicos, por medio de enfoques plurales, híbridos y heterogéneos, analizando a los medios de comunicación. Por medio de un análisis del discurso, de la sociología de medios y de la economía política de la prensa demostramos por qué ciertos medios desarrollan ciertos enfoques de paz y los agrupamos en cinco enfoques: seguritario, liberal, constructivista, plural y ambiental. Los tres primeros enfoques han sido suficientemente estudiados ya que encajan en las agendas de investigación clásicas de los Estudios de Paz. Sin embargo, la dimensión plural y la dimensión ambiental de la paz, inscritas en las agendas de la investigación contemporánea, pueden considerarse como aportes de esta investigación a las ciencias sociales, ya que los medios de comunicación -y no solo actores como las comunidades locales- también pueden ser portadores de discursos de paz alternativos. Sin embargo, los enfoques descritos en nuestra tipología deben matizarse, porque, como demostramos, si bien los medios reclaman una lógica simbólica que les permite jugar un papel en la construcción de la opinión pública, también responden a intereses económicos, políticos y geográficos.

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Notas:

2En total, el sistema arrojó 1.010 archivos, entre editoriales, reportajes, crónicas, negociaciones con otras guerrillas distintas de las FARC, entre otros. Debido a que el Archivo Digital de Prensa (CINEP, 2019) no incluye a la Revista Semana, nos abonamos a la cuenta de este medio para recolectar el corpus. Como la revista no tiene editoriales, escogimos el tema de la portada y se seleccionaron las palabras clave “proceso de paz” y “negociación”. La lista con todos los editoriales se puede encontrar en Corredor (2019).

3Uno de los hallazgos de esta investigación y que no pudo presentarse por motivos de espacio tiene que ver con lo que hemos denominado propaganda a favor de la paz. Este es un tema poco explorado en la literatura académica, pero sugestivo en términos de los efectos que puede tener en la producción de la información. Este término hace alusión a la manera como el gobierno promovió el proceso de paz por la vía de “alianzas estratégicas” con medios, universidades e, incluso, con actores internacionales. Para mayor información ver: Corredor (2019).

4Tomamos la noción sociológica de campo de Pierre Bourdieu entendida como espacios estructurados por posiciones cuyas propiedades dependen de su ubicación en estos espacios y que pueden ser analizadas independientemente de las características de sus ocupantes y, en parte, determinadas por ellos. Hay leyes generales de campos: campos tan diferentes como el campo de la política, el campo de la filosofía, el campo de la religión tienen leyes de funcionamiento invariables (Bourdieu, 1980). Para comprender el funcionamiento de un determinado campo, por tanto, no se trata de estudiar las características de todos los individuos que se dedican a él, sino el sistema de relaciones que se desarrolla entre los agentes implicados.

5Ahora bien, esta relación no debe considerarse en términos deterministas, precisamente por la agencia bajo la cual esta investigación lee a los medios de comunicación. Ciertamente, la relación con los dirigentes debe pensarse bajo la idea de negociación y no de dominación unilateral. La presión ejercida sobre las redacciones es una realidad que fluctúa con los momentos y con las personas. Si la política de la información se decide de una vez por todas en la «dirigencia», su aplicación varía día a día, en función de las circunstancias y de las capacidades de reapropiación de los periodistas y reporteros: el conflicto no está ausente en las redacciones (Maigret, 2015).

Notas:

Financiación Una primera versión de este artículo fue presentada en el XIII Congreso Nacional de Sociología de la Universidad Nacional, celebrado el 11 de diciembre de 2020. Este artículo es una versión resumida de mi tesis de maestría (mención cum laude) titulada Ce que la paix veut dire. Les discours des médias durant la négociation entre l’État colombien et les guérillas des FARC: 2012-2016. Esta investigación contó con financiación del Programa de Excelencia Eiffel del Ministerio de Europa y Asuntos Internacionales de Francia

Recibido: 25 de Abril de 2021; Aprobado: 27 de Agosto de 2021

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Magíster en Sociología Política Comparada.

Conflicto de interés

El autor declara no tener ningún conflicto de interés en la publicación de este artículo

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