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Civilizar Ciencias Sociales y Humanas

Print version ISSN 1657-8953On-line version ISSN 2619-189X

Civilizar vol.19 no.37 Bogotá July/Dec. 2019

https://doi.org/10.22518/usergioa/jour/ccsh/2019.2/a03 

Artículos

División Social por Estratos, Materialismo y la Situación de los Perros en Colombia*

Social Division by Strata, Materialism, and the Situation of Dogs in Colombia

1Doctor en Turismo, Magíster en Marketing e investigación de Mercados. Investigador en la Facultad de Business Administration, en el departamento de Innovation & Creativity, de la Catholic University of Eichstätt-Ingolstadt, Alemania. Correo electrónico: Gonzalo.Luna-Cortes@ku.de.


Resumen

La presente investigación examina una serie de variables que influyen en la preferencia de los dueños de perros de raza en Colombia, así como la forma en que la estratificación social modera esta relación. Se elaboró una investigación de orden cuantitativo, utilizando una encuesta estructurada como herramienta de recogida de información. El trabajo de campo se llevó a cabo en Bogotá. La muestra está formada por dueños de perros de la capital de Colombia. A través de la metodología SEM, test de invarianza y análisis multi-grupo, los resultados muestran que el materialismo influye en la percepción social de los dueños sobre los perros de raza; los perros de dueños más materialistas muestran mayores problemas de comportamiento, lo que influye en la intención de los dueños de abandonarlos. En la mayoría de los casos, estas conductas se presentan en menor intensidad en los ciudadanos de estratos medio y alto que en aquellos que viven en estratos bajos.

Palabras clave: Materialismo; bienestar de los perros; estratificación social; perros de raza; Bogotá; Colombia.

Abstract

This paper examines a series of variables that influence the preference of purebred dogs in Colombia, and the role of social stratification regarding this matter. A quantitative methodology was elaborated using a structured questionnaire as data recollection tool. The sample was made up of dog owners in Bogotá, the capital of Colombia, where the fieldwork was conducted. Through the SEM methodology, invariance test and a multiple-group analysis, the results show that materialism influences the social perception about purebred dogs; the dogs of more materialistic owners show greater behavioral problems, which influences owners’ intention to abandon them. In most of the cases, these behaviors are less intense in citizens of middle or high strata than in those living in lower strata.

Keywords: Materialism; dogs’ welfare; social stratification system; purebred dogs; Bogotá; Colombia

Introducción

Los perros de compañía son animales altamente valorados en la mayoría de los países del mundo (Farnworth, Blaszak, Hiby y Waran, 2012). Sin embargo, cada sociedad presenta diferentes criterios a la hora de juzgar lo que constituye una vida digna para los perros, y cómo éstos deben ser tratados (Buckland, Abeyesinghe y Wathes, 2014).

En Colombia, los perros callejeros representan un problema importante en términos de sanidad y bienestar. La presente investigación examina la relación entre diferentes variables de comportamiento del consumidor, para observar por qué un número elevado de colombianos prefieren comprar un perro de raza antes que adoptar un perro que ha sido abandonado en un refugio o que se encuentra en la calle. De esta forma, se analizan los siguientes constructos: materialismo, valor social percibido de los perros de raza, problemas comportamentales hallados en dichos perros y la intención de los dueños de abandonar sus mascotas.

Seguido, el estudio se centra en una característica especial de la sociedad colombiana: la estratificación socio-económica implementada por ley en este país, que clasifica las áreas de las ciudades desde las más pobres hasta las más ricas. Se puede observar que el problema de los perros callejeros es aún más notable en los estratos bajos de las ciudades colombianas (Agudelo-Flórez, Castro, Rojo-Ospina y Henao-Villegas, 2012). En este país, existe una necesidad de legislación, inversión y educación con relación al problema comportamental de los perros y el bienestar de estos animales. Esta necesidad se hace aún más patente en las áreas de estrato más bajo de las ciudades (Paternina-Gómez et al., 2013). Por ello, a través de un test de invarianza y un análisis multi-grupo, la presente investigación examina el efecto moderador de la división por estratos en la relación entre el materialismo y el bienestar de los perros en Colombia.

Revisión de la literatura

Materialismo

Como se ve reflejado en varias investigaciones en el área de psicología durante el siglo XX, uno de los tópicos de importancia de estudio fue la evolución del consumo con un significado cultural de logro social, felicidad y una noción popular de lo que significa tener una buena vida (Burroughs y Rindfleisch, 2002). Este fenómeno llevó a investigadores de ciencias sociales a analizar el materialismo desde una perspectiva socio-económica (Belk, 1985).

El análisis de este constructo tomó mucha relevancia durante las décadas de los ochenta y los noventa, como un tópico de interés entre investigadores de un gran rango de disciplinas, incluyendo análisis demográficos (Easterlin y Crimmins, 1991), en ciencias políticas (Inglehart, 1990), psicología (Kasser y Ryan, 1993), organización de empresas (Byrne, 1997r8) y comportamiento del consumidor (Belk, 1985; Richins y Dawson, 1992). Estos estudios forman la base fundamental de la investigación sobre materialismo en la actualidad.

Aunque no todos los autores han examinado el materialismo como un constructo con una connotación meramente negativa (Kilbourne y LaForge, 2010; Kim y Kramer, 2015), las consecuencias perjudiciales del materialismo en sociedad, y a nivel individual, han recibido mayor atención por parte de los académicos durante las últimas décadas (Duh, 2015; Segev, Shoham y Gavish, 2015; Kozinets, Patterson y Ashman, 2016).

Diversos autores han hallado que aquellos individuos que consumen motivados por una actitud o personalidad materialista suelen exhibir patrones de compra impulsiva (Podoshen y Andrzejewski, 2012; Segal y Podoshen, 2012; Harnish y Bridges, 2014). Además, el materialismo puede llevar a niveles más reducidos de satisfacción en la vida del individuo (Richins y Dawson, 1992; Sirgy et al., 1995; Richins y Chaplin, 2015), disminuyendo la felicidad (Ergen, Baykan y Turan, 2015; Segev, Shoham y Gavish, 2015) y generando un mayor riesgo de trastornos psicológicos (Deckop, Jurkiewicz y Giacalone, 2010; Harnish y Bridges, 2014; Dogan, 2015).

Aunque existe una carencia de análisis empíricos para poder afirmar que el materialismo influye en actitudes negativas hacia perros que no son de raza, existe evidencia científica que nos facilita plantear esta hipótesis. Se observa en la literatura que los consumidores materialistas presentan actitudes más cínicas que la media poblacional, además de ser un comportamiento que se asocia con el racismo (Roets, Van Hiel y Cornelis, 2006) y con otro tipo de prejuicios (Van Hiel, Cornelis y Roets, 2010; Segal y Podoshen, 2012; Veer y Shankar, 2011); los hábitos de consumo de los materialistas también se relacionan en la literatura con formas poco éticas (Burroughs y Rindfleisch, 2002); además, el materialismo influye de manera negativa en la preocupación de los ciudadanos por el bienestar público general (Burroughs y Rindfleisch, 2002; Segal y Podoshen, 2012).

La adquisición de perros en el mercado y el bienestar animal

Los perros de compañía suelen exhibir una gran variedad de comportamientos que los dueños pueden considerar molestos. Estas conductas van desde problemas menores, como observar al perro tirando demasiado de la cadena, a problemas mucho más serios, como la agresividad (Luna-Cortés, 2018a; Wells y Hepper, 2000).

Los motivos de comportamientos molestos pueden ser la raza del perro, el género, la edad, si ha sido castrado, su dieta, etc. (Wells y Hepper, 2000). De acuerdo con Buckland et al. (2014), las razones principales de los problemas comportamentales en los perros son una crianza y educación inadecuadas, la carencia de conocimiento de los dueños y una falta de socialización. Así como Ellingsen, Zanella, Bjerkas e Indrebo (2010) afirman que el nivel de empatía y la actitud hacia la mascota son los factores más influyentes en la relación entre el humano y el animal.

En la actualidad, se estima que más del 90% de los perros muestran comportamientos que los dueños consideran inaceptables (Vacalopoulos y Anderson, 1993; Wells y Hepper, 2000). Para muchos, la única solución que encuentran es abandonar al perro en un refugio para animales (Patronek, Glickman y Moyer, 1995; Salman, New, Scarlett, Kass, Ruch-Gallie y Hetts, 1998). Más del 30% de los perros que llegan a estos refugios son abandonados debido a que los dueños perciben problemas comportamentales en el animal (Wells y Hepper, 2000).

Algunos factores relacionados con la forma de adquirir los perros en el mercado se mencionan en la literatura como variables que influyen en el comportamiento de estos animales. Entre éstos, se indican las condiciones en las que se encuentran los perros en las tiendas, bajo el cuidado de personal a veces no cualificado y retenidos en espacios demasiado pequeños, (King, Marston y Bennett, 2012; Sonntag y Overall, 2014). De esta forma, algunos autores sugieren que los perros adquiridos en tiendas de animales presentan más problemas comportamentales que aquellos que son obtenidos a través de amigos, familiares o criadores especializados (Wells y Hepper, 2000).

A ello hay que añadir que estos animales pueden sufrir si se crían con el único objetivo de conservar las características meramente físicas de una determinada raza, debido a que los estándares requeridos pueden llevar a conservar también enfermedades o problemas congénitos (McGreevy y Nicholas, 1999; Rooney y Sargan, 2010). De hecho, está comprobado que los perros criollos presentan menos costos médicos que los perros con pedigrí (Rooney y Sargan, 2010).

Muchos prejuicios sobre el animal influyen a la hora de elegir un perro (Wright, Smith, Daniel y Adkins, 2007). En este sentido, las razas que se pueden relacionar con estatus social tienen una mejor aceptación entre algunas personas (King, Marston y Bennett, 2012; Sonntag y Overall, 2014).

Reese (2005) señaló que “en algunos países en vías de desarrollo, los perros se compran más por el estatus que representan que por sus atributos como animal de compañía” (p. 55). En la investigación de Wright et al. (2007), los autores indican que los dueños potenciales tienden a atribuir valor al animal con base en información previa sobre determinados perros, teniendo en cuenta los estereotipos que marcan a las diferentes razas. Tanto los estereotipos como el estatus social son variables que juegan un rol importante en las investigaciones de consumo simbólico en general y, particularmente, en los estudios sobre comportamientos materialistas (Kim y Jang, 2014).

La estratificación social en Colombia

En los años ochenta se estableció un sistema de estratificación social en Colombia, el cual clasifica de 1 a 6 las urbes en zonas con características económicas similares. Los estratos 1, 2 y 3 se consideran de bajo nivel económico; el estrato 4 es considerado de nivel económico medio; el estrato 5 se considera estrato medio-alto; y el estrato 6 es el más alto de Bogotá. En 1994 este sistema adoptó carácter legal en las ciudades de todo el territorio Colombiano (Medina, Morales, Bernal y Torero, 2007).

Aunque el sistema de estratificación fue diseñado para ayudar a los más pobres, no deja de estigmatizar a las personas de estrato más bajo, quienes son conscientes de que solo las personas de estrato medio o alto tendrán la oportunidad de conseguir establecerse en los estratos más altos de Bogotá. Una clara disparidad en las inversiones públicas, en la que se observa que los mejores transportes, parques, zonas de recreo o las mejores escuelas se encuentran en los estratos 4, 5 y 6, donde, además, el coste de vida crece cada año (Bogliacino, Jiménez-Lozano y Reyes-Galvis, 2015).

Algunos autores colombianos consideran que las personas que viven en estratos bajos de Bogotá perciben la exclusión y discriminación social como algo normal (Gallego, López y Sepúlveda, 2014), ya que, aunque las diferencias de estatus económicos son evidentes en todas las sociedades del mundo, hay pocos países que categorizan a sus ciudadanos de manera explícita a través de una política pública (Uribe-Mallarino, 2008).

En general, las personas de bajo estatus social tienen menos recursos (Drentea, 2000; Oakes y Rossi, 2003) a la par que menos posibilidades de formarse para la vida laboral (Snibbe y Markus, 2005). Además, suelen tener que enfrentarse a situaciones complicadas durante sus vidas (Gallo et al., 2005), como por ejemplo, mayores índices de violencia dentro y fuera del hogar (Staggs, Long, Mason, Krishnan y Riger, 2007). Por ello, algunos autores indican que las personas de estrato social bajo se ven obligadas a centrarse en su propio bienestar, por lo que priorizan sus necesidades sobre el bienestar general de su ciudad (Piff, Kraus, Côté, Hayden y Keltner, 2010).

En la relación de las clases sociales con el comportamiento de los consumidores, se observa que los niveles económicos influyen en la percepción y los valores de los individuos al comprar (Amaral y Loken, 2016; (Carey y Markus, 2016). La mayoría de las investigaciones se centran en la influencia de este tipo de segmentación en el consumo de determinados bienes (Amaral y Loken, 2016) y experiencias (Shavitt, Jiang y Cho, 2016). Sin embargo, existe una escasez de literatura en relación a la influencia de la segmentación por clases sociales y el comportamiento de quienes adquieren mascotas.

En Colombia, el problema de los perros abandonados es más notable en los estratos bajos de las ciudades (Ruíz, Giraldo y López, 2010; Agudelo-Flórez et al., 2012; Paternina-Gómez, Díaz-Olmos, Paternina y Bejarano, 2013). Por ejemplo, las investigaciones de Ruíz et al. (2010) y de Agudelo-Flórez et al. (2012) muestran que los perros callejeros que se encuentran en las áreas pobres de Medellín generan serios problemas relacionados con la reproducción de enfermedades. Las mismas conclusiones se observan en los estudios de Paternina-Gómez et al. (2013) en la ciudad de Cartagena de Indias; de Pardo, Pérez, Góngora, Gómez y Moreno (2009)r47 en Villavicencio y de Fernández et al. (2006), en la ciudad de Neiva.

Planteamiento de Hipótesis

El consumismo y el valor social percibido en los perros de raza

La mayoría de los estudios sobre materialismo se centran en el consumo de productos y servicios. No obstante, algunos consumidores adquieren perros prestando especial atención a cómo sus atributos pueden mostrar estatus social (King, Marston y Bennett, 2012; Sonntag y Overall, 2014). También se ha mencionado en la literatura que los dueños se centran en los estereotipos que reflejan las razas a la hora de elegir su perro (Wright et al., 2007).

De este modo, algunos dueños (o dueños potenciales) evalúan los atributos del perro en función del estatus que representa (tal y como evalúan las marcas en el mercado). Buscar estatus social a través de las posesiones es uno de los elementos más importantes en relación al constructo materialismo (Belk, 1985). Además, el materialismo influye en el valor social percibido de las posesiones materiales (Richins y Dawson, 1992). Con base en estas afirmaciones, se plantea la siguiente hipótesis:

H1: El consumismo influye en la percepción social de los perros de raza.

Consumismo y problemas comportamentales de los perros

Cuando los consumidores adquieren perros basándose en estereotipos u otras razones de índole social, dichos perros pueden presentar mayores problemas de salud y comportamiento (Wells y Hepper, 2000). Se puede plantear que estos problemas surgen con mayor probabilidad si las mascotas son obtenidas como objetos o productos que cubren las necesidades sociales del consumidor. De esta forma, los individuos pueden anteponer sus necesidades sociales a las necesidades del animal, lo que puede conllevar problemas de comportamiento observados en el perro. A raíz de estas afirmaciones, se plantean las siguientes hipótesis:

H2: El consumismo influye en los problemas comportamentales de los perros de raza.

H3: El valor social percibido de los perros de raza influye en los problemas comportamentales de estos animales.

Materialismo, valor social percibido e intención de abandonar a la mascota

Para muchos dueños, la solución que encuentran al enfrentar problemas comportamentales de sus mascotas es dejarlas en un refugio (Patronek et al., 1995; Salman et al., 1998; Wells y Hepper, 2000). Durante la revisión de la literatura se mencionó que los dueños que se enfrentan a problemas comportamentales de sus perros son más propensos a abandonarlos (Wells y Hepper, 2000). De este modo:

H4: Los problemas comportamentales del perro influyen en la intención de abandono por parte del dueño.

Por otro lado, los consumidores más materialistas suelen sentir la necesidad impulsiva de consumo de determinados bienes, lo cual los lleva a un rápido aburrimiento o insatisfacción con el producto (Belk, 1985). Así, las personas materialistas tienden a deshacerse de sus posesiones de forma más rápida (Podoshen y Andrzejewski, 2012; Rose, Bakir y Gentina, 2016; Segal y Podoshen, 2012; Harnish y Bridges, 2014). A todo ello, se puede añadir que las personas más materialistas podrán sentir menos malestar psicológico por el hecho de deshacerse de su mascota, ya que se estableció que el materialismo influye negativamente en la conciencia cívica de los consumidores en relación al bienestar de la sociedad (Burroughs y Rindfleisch, 2002; Segal y Podoshen, 2012). Basado en estos estudios previos, se plantean las siguientes hipótesis:

H5: El valor social percibido de los perros de raza influye en la intención de abandono de este tipo de mascotas.

H6: El materialismo influye en la intención de abandono de los perros de raza.

El efecto moderador de la estratificación social en el bienestar de los perros

Como se mencionó anteriormente, la estratificación social divide a las ciudades colombianas en zonas ricas y pobres. Estudios previos han mostrado que esta categorización social se correlaciona con los niveles de educación, de recursos y de percepción de peligros por parte de los ciudadanos (Medina et al., 2007; Bogliacino, Jiménez-Lozano y Reyes-Galvis, 2015; Gallego, López y Sepúlveda, 2014).

Investigaciones recientes documentan que la división social influye en patrones cognitivos y conductuales (Amaral y Loken, 2016; Carey y Markus, 2016; Kraus et al., 2009). Dichos patrones pueden tener una influencia en la percepción y comportamiento de las personas en relación a la adquisición y protección de los perros. De hecho, a raíz de sus propias circunstancias, los ciudadanos con menos recursos suelen priorizar sus propias necesidades, por encima de otras cuestiones de interés social (Piff et al., 2010r50). Ello podría verse reflejado en la priorización de las necesidades propias por encima de las necesidades de los perros abandonados en su ciudad. Basados en estas premisas, se plantea la siguiente hipótesis:

H7: La estratificación social modera las relaciones estructurales entre el materialismo, el valor social percibido, los problemas de comportamiento de los perros y la intención de abandonarlos.

La hipótesis 7 siguiere que existen variaciones en las relaciones planteadas, a tenor de la variable moderadora “estratificación social”. Así, dicha hipótesis puede ser analizada a partir de una serie de sub-hipótesis:

H7a: La relación entre el materialismo y el valor social percibido de los perros de raza es moderada por la estratificación social en Colombia.

H7b: La relación entre el materialismo y los problemas comportamentales de los perros de raza es moderada por la estratificación social en Colombia.

H7c: La relación entre el valor social percibido de los perros de raza y los problemas comportamentales es moderada por la estratificación social en Colombia.

H7d: La relación entre los problemas comportamentales y la intención de abandonar a la mascota es moderada por la estratificación social en Colombia.

H7e: La relación entre el valor social percibido de los perros de raza y la intención de abandonar la mascota es moderada por la estratificación social en Colombia.

H7f: La relación entre el materialismo y la intención de abandonar a la mascota es moderada por la estratificación social en Colombia.

La Figura 1 muestra de forma gráfica las hipótesis planteadas en esta investigación:

Fuente: Elaboración propia

Figura 1 Modelo teórico 

Metodología

Para obtener los datos y examinar las hipótesis planteadas, se hizo un estudio de corte cuantitativo, utilizando una encuesta estructurada como herramienta para recolectar información. La muestra se obtuvo a partir de dueños de perros de raza de la ciudad de Barranquilla (Colombia). Los perros debían haber sido comprados para que los dueños pudiesen responder la encuesta. Es decir, ninguno de los encuestados había adoptado al animal en un refugio o lo había acogido de la calle. El método de muestreo fue por conveniencia. Las encuestas se aplicaron en parques donde los ciudadanos llevan sus perros a pasear. Como resultado, se obtuvieron 355 encuestas válidas durante el primer cuatrimestre del año 2015.

El cuestionario estaba formado por las escalas de medición de los constructos que se analizan en esta investigación. La escala Durvasula y Lysonski (2010) se utilizó para medir el constructo materialismo; la escala de Sweeney y Soutar (2001) se adaptó para medir el valor social percibido de los perros de raza; una escala de seis ítems se construyó para medir la percepción de los dueños sobre los problemas comportamentales de sus perros. Esta escala se basó en los factores del cuestionario de Hsu y Serpell (2003). Finalmente, la escala de intención de abandonar al perro es una escala creada a partir de una serie de estudios obtenidos en la literatura sobre intención comportamental (véanse Taylor y Todd, 1995; Karahanna y Straub, 1999; Kuo y Yen, 2009). Esta escala está formada por tres ítems que miden la posibilidad de que los dueños abandonen a su perro en un futuro cercano. La Tabla 1 muestra los ítems del cuestionario.

Tabla 1 Escalas e ítems del cuestionario 

Fuente: Elaboración propia.

Las últimas preguntas del cuestionario estaban dirigidas a recopilar las características socio-demográficas de la muestra. Los encuestados dieron información sobre su género, edad, nivel de estudios, estado civil y el estrato en el que residen. De acuerdo con estas respuestas, el 59% de los encuestados fueron mujeres y el 41% hombres. La edad de los encuestados varió bastante, pero el 85% de la muestra tenía entre 35 y 50 años. El 54% eran casados, el 44% no estaban casados, pero tenían una pareja sentimental con la cual compartía el perro. Solo tres encuestados de los 355 no tenían pareja.

Para fines de la investigación, los encuestados fueron divididos en dos grupos. El primero, de personas que residen en estratos bajos de la ciudad (estratos 1, 2 y 3); y el segundo, de personas que residen en estratos altos de la ciudad (estratos 4, 5 y 6). De acuerdo con esta división, el 49% de los encuestados vive en áreas oficialmente categorizadas como estratos bajos, mientras que el 51% vive en estratos medios y altos de la ciudad.

El 53% de los encuestados había terminado sus estudios universitarios. De acuerdo con estos datos, se observa una asociación entre el nivel educativo y el estrato en el que vive el encuestado. Así, solo el 32% de los individuos encuestados que viven en estratos bajos tiene un título universitario, por lo que la mayoría de este 53% que tiene un título universitario viven en estratos altos de la ciudad.

En relación con el método de análisis de datos, antes de testear las hipótesis, se verificó la fiabilidad y validez de las escalas utilizadas en el estudio, a través de un análisis factorial confirmatorio y el uso del software SPSS-AMOS de IBM, versión 20. Posteriormente, se empleó el método de ecuaciones estructurales con el mismo programa, con el fin de examinar los coeficientes de las relaciones causales entre los constructos que forman el modelo teórico de la investigación. Finalmente, se aplicó un test de invarianza y un análisis multi-grupo para examinar el efecto moderador de la estratificación social en las relaciones planteadas. De la misma forma, estos análisis se llevaron a cabo a través de SPSS-AMOS de IBM, versión 20.

Resultados

Validación del instrumento de medida

En primer lugar, se debe mencionar que el modelo en su conjunto no mostraba una bondad de ajuste aceptable, pues los índices de bondad de ajuste mostraban valores más bajos que los recomendados en la literatura (Hatcher, 1994). Para solucionar este problema, los ítems de las escalas fueron revisados. Se pudo observar que el segundo ítem de la escala materialismo (MAT2), el primero de la escala problemas comportamentales (PC1) y el último ítem de la escala valor social percibido (VSOCIAL4) arrojaban cargas factoriales mucho más bajas que el resto de los ítems en sus correspondientes constructos. Además, se revisaron los estadísticos descriptivos de los ítems de las escalas, y se observó que estos ítems mostraban medias significativamente diferentes al resto de los ítems de sus escalas.

Se procedió a aplicar el test de Lagrange y, aunque este no sugería cambio de ítems entre las escalas, sí sugería, precisamente, la eliminación de estos tres ítems para mejorar la bondad de ajuste del modelo. Por lo tanto, fueron descartados. Después de estos cambios, se obtuvo una bondad de ajuste aceptable para continuar con el análisis, tal y como se puede observar en la última fila de la Tabla 2.

Tabla 2 Fiabilidad Compuesta y Validez 

N = 355; **p<0,01; S-B χ2= 182,3, gl = 48; NFI = 0,894; GFI = 0,924; CFI = 0,918; IFI = 0,919

Fuente: elaboración propia.

La Tabla 2 muestra la validez convergente que puede ser aceptada, ya que todos los ítems mostraban cargas factoriales superiores a 0,60 (Bagozzi y Yi, 1988). La fiabilidad fue medida a través del Alphas de Cronbach. El valor mínimo para aceptar fiabilidad a tenor de este estadístico es 0,70, lo cual garantiza consistencia entre los ítems de las escalas (Nunnally y Bernstein, 1994r45). Puede observarse que todos los Alphas de Cronbach presentan valores superiores a 0,70. La fiabilidad compuesta también fue calculada, superando para todas las escalas el valor recomendado de 0,70 (Fornell y Larcker, 1981r21). Además, el análisis de la varianza extraída promedio presentó valores superiores a 0,50 para todas las escalas, lo cual es lo que se recomienda en la literatura para aceptar fiabilidad a partir de este índice (Fornell y Larcker, 1981r21).

La validez discriminante fue evaluada siguiendo dos criterios (véase la Tabla 3). Primero, se verificó que ninguno de los intervalos de confianza creados a partir de las correlaciones estimadas para cada par de constructos superase el valor uno. En segunda instancia, se examinó que las correlaciones al cuadrado para cada par de constructos fuera en todo caso menor a sus varianzas extraídas promedio, previamente calculadas (Fornell y Larcker, 1981r21).

Tabla 3 Validez Discriminante 

Nota: la diagonal presenta la varianza extraída promedio. Por debajo de la diagonal se presenta la correlación al cuadrado para cada par de constructos. Por encima de la diagonal se presenta el intervalo de confianza al 95% para las correlaciones entre factores. Fuente:elaboración propia.

Análisis de Ecuaciones estructurales

La Tabla 4 muestra la verificación de las hipótesis para el conjunto de la muestra. Se puede observar que cinco de las seis hipótesis planteadas pueden ser aceptadas.

Tabla 4 Verificación de las hipótesis 

Notas: los dueños más materialistas perciben un valor social mayor de los perros de raza que los individuos menos materialistas (H1); tanto el materialismo como el valor social percibido de los perros de raza influye en los problemas comportamentales que muestran estos animales (H2 y H3); los dueños que perciben mayores problemas comportamentales en sus perros muestran una mayor intención de abandonarlos (H4); y el materialismo influye directamente en la intención de los dueños de abandonar a sus mascotas (H6). Sin embargo, no se pudo demostrar que el valor social percibido de los perros de raza influye en la intención de abandonar a las mascotas (H5). Fuente: elaboración propia.

Test de invarianza y análisis multi-grupo

El test de invarianza se aplicó para aquellas hipótesis del modelo que fueron aceptadas. Así, los encuestados fueron categorizados en dos grupos, según el estrato en el que residen (bajo y medio/alto). Como sugieren Dabholkar y Bagozzi (2002), si se observa un cambio significativo en la Chi-cuadrado entre el modelo contraído y el modelo sin contraer, se puede afirmar que existe un efecto de la variable moderadora en el modelo.

Con base en estas diferencias, se pasó a examinar en cuáles relaciones se observa un efecto moderador de la variable división por estratos. En la Tabla 6 se presentan diferencias significativas en las relaciones del modelo de acuerdo con esta división. Así, la relación entre materialismo y valor social percibido solo puede ser aceptada para los dueños de perros que residen en los estratos 1, 2 y 3 de la ciudad. Para aquellos dueños de perros que viven en los estratos 4, 5 y 6 esta relación no puede ser aceptada de acuerdo con los resultados del análisis. Se observa el mismo efecto en la relación entre el valor social percibido de los perros de raza y los problemas comportamentales de las mascotas. Esta relación solo puede ser aceptada para aquellos individuos que viven en los estratos más bajos de la ciudad. Finalmente, la relación entre dueños que perciben problemas comportamentales en sus mascotas y la intención de abandonarlos puede ser aceptada para ambos grupos, no obstante, se observa una relación mucho más fuerte entre los ciudadanos que viven en los estratos 1, 2 y 3 que en los ciudadanos que residen en los estratos 4, 5 y 6.

Tabla 5 Efecto moderador 

Notas: La variable moderadora, división por estratos, genera un cambio significativo en la Chi-cuadrado y los grados de libertad. Fuente: elaboración propia.

Tabla 6 Comparación entre las hipótesis para estratos altos y bajos 

Fuente: elaboración propia.

Conclusiones

La presente investigación establece que el materialismo tiene un efecto sobre el valor social percibido de los perros de raza. Así, los colombianos dueños de perros más materialistas dan mayor importancia a los perros de raza, con relación al valor que este tipo de mascotas exhiben en sociedad. Además, se observa que ellos son quienes más manifiestan problemas de comportamiento en sus mascotas presentan mayores problemas de comportamiento (Luna-Cortés, 2018b). Al mismo tiempo, aquellos dueños que otorgan un mayor valor social a sus perros de raza también perciben mayores problemas de comportamiento en sus mascotas. Estos problemas influyen en la intención de los dueños de deshacerse de sus perros, a lo que hay que añadir que los más materialistas muestran una mayor intención de abandonar a sus animales que los menos materialistas.

Así, puede afirmarse que algunos colombianos piensan antes en sus propias necesidades que las de sus mascotas cuando adquieren un perro de raza. Esta forma de adquirir un animal influye en los problemas comportamentales de estos animales. Finalmente, cuando los dueños perciben comportamientos indeseados, algunos piensan en abandonarlos como solución del problema.

A raíz de estos resultados, se puede sugerir que las instituciones públicas de Colombia deben hacer un esfuerzo para incrementar la conciencia pública, sobre las consecuencias que tiene comprar una mascota basándose en el estatus social que el animal representa. Parece importante que los ciudadanos entiendan que los perros son seres vivos con necesidades que deben ser cubiertas; de no ser así, estos animales suelen presentar problemas de comportamiento que dificultan la vida del dueño.

Por otro lado, en Colombia hay un número considerable de perros que viven en la calle o que han sido abandonados en refugios, lo que se ha establecido como un problema social; también para los perros, pues muchos necesitan un lugar donde vivir, ya que subsisten en circunstancias muy precarias. Las instituciones públicas colombianas deben fomentar la opción de adoptar un perro en lugar de comprarlo. Este acto generará beneficios para los ciudadanos en general, ya que habrá menos perros en la calle. Por último, pensar en las necesidades del animal antes que en las del dueño, beneficia la relación entre ambos porque al cubrirlas, las mascotas tendrán menos problemas comportamentales.

Durante el análisis de los resultados se mencionó que este tipo de problemas parece más notable en las áreas pobres de las ciudades colombianas. Algunas de las razones de este hecho pueden deberse a que los individuos que residen en estratos bajos se enfrentan a mayores problemas, tienen menos recursos para encargarse de los perros y deben atender otras circunstancias que afectan sus vidas personales, más allá del problema canino.

No obstante, este estudio se centra en analizar si existen razones de tipo psicosocial relacionadas con el consumo y la percepción de los perros de raza en las diferentes zonas de las ciudades colombianas y, de hecho, los resultados muestran que la relación entre el materialismo y el valor social percibido de los perros de raza solo se puede aceptar entre los dueños que viven en los estratos más bajos de la ciudad.

La influencia directa del materialismo en los problemas comportamentales de los perros y en la intención de abandonarlos se puede aceptar para los ciudadanos que viven tanto en las zonas ricas de la ciudad como en las zonas más pobres. Sin embargo, a tenor de los resultados, se puede establecer que los dueños que viven en zonas más pobres tienen mayor probabilidad de abandonar al animal si perciben los problemas comportamentales que los dueños que viven en los estratos altos de la ciudad.

Estudios recientes han indicado que los ciudadanos de zonas pobres pueden mostrar tendencias incluso más materialistas que los que viven en zonas más ricas de la ciudad (Carey y Markus, 2016). La razón de una intención y motivación de adquirir productos y marcas que otorgan prestigio puede deberse a procesos de imitación (Amaral y Loken, 2016). De esta forma, las personas que viven en las zonas de bajo estrato social en Colombia pueden desear perros que muestran estatus social. Por ello, parece especialmente importante generar conciencia pública sobre las malas consecuencias de adquirir perros de raza valoración de tipo social o consumismo.

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* Artículo de investigación.

Cómo citar: Luna-Cortés, G. (2019). División Social por Estratos, Materialismo y la Situación de los Perros en Colombia. Civilizar: Ciencias Sociales y Humanas, 19(37) 55-68.

Recibido: 17 de Octubre de 2018; Revisado: 05 de Noviembre de 2019; Aprobado: 12 de Noviembre de 2019

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