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Civilizar Ciencias Sociales y Humanas

versión impresa ISSN 1657-8953versión On-line ISSN 2619-189X

Civilizar vol.21 no.40 Bogotá ene./jun. 2021  Epub 16-Abr-2022

https://doi.org/10.22518/jour.ccsh/2021.1a03 

Artículos

Entre cañaduzales Mudarra: Modos de producción que inciden en la dinámica socioproductiva de los territorios rurales*

Inside Mudarra sugar-cane plantations: Modes of production that affect the socio-productive dynamics of rural territories

1Doctora en Estudios Territoriales de la Universidad de Caldas. Magíster en Desarrollo Rural de la Pontificia Universidad Javeriana. Profesora asociada de la Universidad Nacional de Colombia, Departamento de Ciencias Sociales y Humanas, sede Manizales. Colombia. Correo electrónico: sbvargasg@unal.edu.co


Resumen

Reflexionar sobre los modos de producción en el área de lo territorial, implica dar cuenta de la apropiación y pertenencia a un espacio que enmarca actividades productivas, materiales y simbólicas, así como de relaciones de poder y de sentido desde lo vivencial y lo institucional que convergen en un mismo lugar, como la vereda Mudara en el municipio de Supía, en el departamento de Caldas - Colombia. El propósito de este artículo es evidenciar las dinámicas socioproductivas alrededor de la producción de la caña panelera que generan procesos de cambio y continuidad. El método etnográfico permitió desde el trabajo in situ, el análisis de las narrativas y prácticas tanto cotidianas como institucionales. Los resultados dan cuenta de diferentes modos de producción alrededor del sistema productivo de la caña panelera: el tradicional, el comunitario y el empresarial, y estos, por un lado, muestran que persiste un modo de producción tradicional-familiar y, por otro, la existencia de estrategias de producción emergentes que contribuyen al desarrollo local de las comunidades campesinas; aspectos que inciden en la configuración productiva y social de los territorios rurales.

Palabras clave: vereda; modos de producción; comunidades rurales y territorialidades.

Abstract

Reflecting on the modes of production within territories implies giving an account of appropriating and belonging to a space that encompasses productive, material and symbolic activities, as well as relations of power and meaning from the experiential and institutional spheres that converge in a specific location, as in the case of vereda Mudarra, Supía municipality (Caldas, Colombia). The purpose of this article is to show the socio-productive dynamics around sugarcane production that generate change and continuity processes. The ethnographic method allowed the analysis of the narratives and practices of both daily and institutional realities after in situ fieldwork. The study of different modes of production around this productive system (traditional, community and business systems) enable the analysis of socio-productive dynamics that show, on the one hand, a persisting traditional-family mode and, on the other, emerging production strategies that contribute to the local development of rural communities, aspects that affect the productive and social configuration of rural territories.

Keywords: vereda (rural division); modes of production; rural communities and territorialities.

Introducción

En Colombia, la producción de panela está fuertemente arraigada a las prácticas socioculturales, especialmente en la región andina y el Valle del Cauca. La panela, históricamente, ha sido un producto procesado de manera tradicional en el sector rural, cuya materia prima es cultivada fundamentalmente por productores con formas de vida campesina. La caña panelera ha sido considerada uno de los principales cultivos en Colombia y, después del café, ocupa el segundo lugar en la zona andina. Como actividad agroindustrial a pequeña escala, la producción de panela ha ocupado un puesto destacado en el sector productivo colombiano por cuanto su consumo es bastante significativo tanto en el sector rural como en el urbano.

El cultivo y procesamiento de la caña panelera, se extiende a lo largo de toda la geografía andina colombiana, en las laderas de clima medio, entre 1000 y 1800 metros sobre el nivel del mar. Según Rudas y Forero (1995), la distribución territorial ha cambiado a través del tiempo como consecuencia del despegue hacia la modernización panelera de algunas regiones, proceso que está relacionado con la reestructuración de mercados regionales y la conformación y consolidación del mercado nacional.

En este contexto, el subsector panelero presenta actualmente problemas relacionados con bajos niveles tecnológicos, débil cultura organizativa y asociativa y acceso precario al mercado; aspectos que inciden en la producción y que obligan a buscar estrategias desde los territorios rurales, como es el caso de algunas veredas en Colombia, donde se generan estrategias locales familiares - comunitarias y algunas de cooperación en aras de fortalecer el subsector.

Son las dificultades que presenta sector las que definieron el propósito del presente estudio: analizar las dinámicas socioproductivas en la vereda Mudarra, del municipio de Supía en el departamento de Caldas. El análisis permitió, por un lado, dar cuenta de la incidencia de estas dinámicas en la permanencia del sistema productivo en la vereda de estudio y, por otro, identificar otras estrategias de producción de la caña panelera, desde el modelo tradicional hasta el empresarial. En este sentido, el territorio, como sustento significativo del espacio de un grupo o comunidad (Vargas, 2020) se inscribe en el marco de la percepción, uso, apropiación, producción, gestión-planeación y de mercado.

De ahí que, la vereda, en tanto territorio, cuenta con los elementos arquetípicos, entre ellos la disposición de las casas, el tipo de caminos, las huertas y las historias de quienes la habitan. Desde esta perspectiva, la vereda se presenta como un mundo de significados que dan cuenta de territorialidades vividas y situadas (Sack, 1986; Nates Cruz, 2011; Vargas, 2019) donde cada habitante se reconoce y reconoce a los otros.

Metodología

En esta perspectiva, las dinámicas socio-productivas de las que se da cuenta, son el resultado de la interacción de los seres humanos con el espacio que habitan, interacción que ocurre continuamente sobre un territorio con unas condiciones biofísicas particulares. A partir de una prospección social previa, se hicieron los primeros acercamientos a la vereda como Unidad Socio-Espacial de Análisis (USEA) lo que permitió establecer como se socio-espacializaron prácticas geosociohistóricas y económico-productivas relacionadas con los modos de producción, el sentido y la significación de dichas prácticas, de ahí el interés de conocer ¿cómo los modos de producción tradicional inciden en la dinámica socioproductiva de la vereda Mudarra en el municipio de Supía?

El trabajo in situ de orden etnográfico, permitió describir y explicar desde los discursos y las prácticas de los habitantes que son de la vereda a partir de entrevistas dirigidas y observaciones directas, dar cuenta no solo, de las dinámicas socio-productivas que históricamente se han dado en la vereda de estudio, sino también, del sistema de relaciones socio-productivas, lo que permitió identificar productores de caña panelera, sistemas productivos implementados y estructuras organizativas de tipo consuetudinario.

Mediante visitas a la vereda, se establecieron formas de organización social familiar cuya forma de vida, en la finca, gira en torno a la producción de la caña panelera, se particularizo en aquellas que dieran cuenta de las siguientes modalidades: familiar-tradicional, familiar-comunitaria y una modalidad emergente, familiar-empresarial que aunque no es muy extendida en la vereda, si es significativa en cuanto a su producción y mercadeo.

La finca como figura de territorialización, se constituye como el espacio donde se objetivan las relaciones que dan paso a la configuración de territorialidades históricas; ya que, muestra por un lado la representación que conlleva, y por otro, muestra las dinámicas, usos y manejos de lo que significan en la historia de Colombia.

La finca desde la perspectiva institucional, hace referencia al sitio donde es posible concretizar los objetivos de un proyecto productivo; mientras que en la perspectiva socio-cultural, la finca no solo es la casa y el entorno de cultivo, sino también la historia familiar, el lugar de crianza y de los recuerdos de vida construidos (Nates, 2007); y es que históricamente, la finca es conocida como la forma de propiedad sobre la tierra, que refiere también a la unidad básica de habitar (Vargas, 2019).

Se analizaron tres fincas que dieran cuenta de estas formas de producción antes mencionadas, donde las condiciones de operación, delegación, planeación y manejo de cada una obedecieran a factores relacionados con la antigüedad en la vereda, ubicación, producción y relación de las personas involucradas, entre otros.

Partiendo de lo anterior, y según el registro de información y posterior sistematización, se constató en las fincas seleccionadas para este estudio como unidades productivas (UP) la siguiente clasificación con fines analíticos así:

  • UP Familiar de Subsistencia: Esta unidad genera beneficios económicos que representan el ingreso principal para los integrantes de una misma familia que a su vez conforman diferentes núcleos familiares. El modelo de producción es mayormente artesanal basado en técnicas tradicionales, con bajos niveles de eficiencia y poca intervención de agentes externos. La estructura organizacional y la delegación de las actividades se dan de forma contingente según las necesidades de producción y la disponibilidad de los miembros familiares participantes.

  • UP Familiar Empresarial: Tiene como objetivo la generación de beneficios económicos para los miembros de la familia, los cuales a su vez se encargan de su administración y la ejecución con una distribución de obligaciones de común acuerdo. Posee un planteamiento estratégico y organizacional de corte empresarial, contando con diferentes procesos de gestión estratégica. Presenta cierto grado de tecnificación, estandarización, procedimientos e implementación de sistemas de gestión, resultado de procesos de transferencia de conocimiento, tecnificación y capacitación. La producción de panela, si bien es la actividad principal de este tipo de UP, hay otras actividades como son de servicios y turismo.

  • UP Familiar Comunitaria: Esta unidad es conformada por un grupo de familias de la vereda quienes, por iniciativa e inversiones propias, construyeron un trapiche de participación colectiva tanto en términos societarios como laborales. Está enfocado estratégicamente para ser un espacio de producción con procesos, métodos, zonas y estamentos organizacionales definidos, y una visión competitiva de mercado que sirve a su vez como un propósito social al aportar bienestar a las familias y a la comunidad en general. Sus procesos y prácticas se establecieron como una mezcla de conocimiento tradicional y técnicas de producción adaptadas.

En este sentido, se evidenciaron procesos de persistencia, cambio y transformación; producto de las diversas racionalidades, que según Weber (1987) alude al papel incuestionable que desempeña la subjetividad como fuente de la acción social, y analiza las decisiones tomadas por los campesinos en el marco de lo que se ha venido trabajando desde principios de la década del ochenta como estrategias económicas domésticas (Narváez y Vargas, 2007) lo que hará posible considerar un modelo de valor sostenible basado en las condiciones productivas, socioeconómicas y ambientales de la actual cadena de producción de caña panelera en la vereda Mudarra.

Análisis y Resultados

Mudarra entre cañaduzales

El estudio se adelantó en la subregión del Alto Occidente de Caldas ubicada en la zona andina colombiana, específicamente en la vereda Mudarra, la cual se localiza al suroeste del municipio de Supía, entre los 1100 y los 1400 m.s.n.m, comprende un área de 1.5 km2, limita al norte de las veredas la Playa, Buenavista y las Vegas; al sur con las veredas Palma Sola y el Descanso; al oriente con las veredas la Clara, el Porvenir y Buenavista y al occidente limita con Dosquebradas y Bajo Sevilla (Plan de gestión ambiental para regional Caldas, 2001).

Mudarra al considerarse históricamente como una de las mayores productoras de caña panelera en el municipio, permitió evidenciar elementos de sostenibilidad de los modos de producción desde el familiar-tradicional de pequeña escala, hasta el comunitario y empresarial de mediana escala; al ser una actividad socio-productiva que se ha mantenido de generación en generación producto de relaciones establecidas entre familias y con su entorno. Y es que la ubicación de la vereda se favorece al contar con suelos fértiles y pluviosidad adecuada, para el mantenimiento del cultivo a pesar de sus fuertes pendientes y restricciones agroecológicas (ver figura 1, mapa de coberturas).

Fuente: Elaboración propia a partir de la base cartográfica del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (2016) - Sistema de información geográfica para la planeación y ordenamiento territorial SIG-OT. Escala 1:100.000. Sistema de coordenadas Magna Colombia Bogotá.

Figura 1 Izquierda, Mapa de coberturas vereda Mudarra. Derecha, Mapa de Equipamiento 

La vereda cuenta con una cantidad significativa de fuentes hídricas como las quebradas Yolombó, Salado, Clavijo, Charco Hondo, Guamita, además de algunos nacimientos de agua, sin embargo, el sistema de distribución de agua para las viviendas se efectúa a través de los acueductos veredales de Tacón y Manases (Plan de gestión ambiental para regional Caldas, 2001).

En la vereda, se evidencian formas de poblamiento disperso y equipamiento (ver figura 1, mapa de equipamiento) que se relacionan con los modos de vida diversos y sistemas de producción a pequeña escala que dan cuenta de formas de vida campesina y prácticas que persisten en el tiempo (Vargas, 2020) como el sistema de relaciones articulado a la agricultura familiar, y otras formas de producción como la caña, el café y el plátano, territorialidades que se traslapan con nuevas y diversas territorialidades que emergen y evidencian la complejidad de los territorios en el medio rural en la zona andina colombiana, producto de relaciones históricamente establecidas y que dan cuenta de procesos de fraccionamiento de la tierra pero también de ampliación de la finca para dar paso a otras relaciones de orden empresarial y de cooperación institucional.

En Mudarra, se ubican pequeños y medianos productores, típicamente minifundistas, con menos de 2.6 hectáreas y que, al contar con el trabajo familiar, tienen un promedio suficiente de producción y pueden proporcionar ingresos a la familia lo que permite un nivel de vida aceptable. Así mismo, se mantiene el café como cultivo asociado ya que en las veredas de este municipio se evidenció que el autoconsumo es menos al compararlo con la compra que ellos hacen de alimentos como papa, yuca, granos e incluso refrescos industriales; aun cuando la finca produce frutas, la mayoría del alimento que consumen es comprado y lo que toman de la finca es para la venta. Así lo narra el director del Centro de Investigación, Innovación y tecnología al sector panelero del departamento de Caldas Bekdau:

La mayoría de productores están en el cultivo de la caña por una razón, la primera es que ha sido legado de sus antepasados, entonces claro, esa es una actividad productiva heredada en su gran mayoría de sus antepasados. Segundo, también la actividad panelera sobretodo en esa zona ha crecido o se ha mantenido, porque anteriormente la gente tenía producción de café y producción de panela. En la altitud que está la producción de panela, el café funcionaba antes, pero al café se le empezó a presentar un problema que hizo que la gente saliera del café y acrecentara su cultivo de caña para la producción de panela, igual fue esa problemática, que, a esa altitud, siendo tan bajo, porque el café crece estando un rango óptimo más alto o sea a 1400, 1500, 1600, 1800 metros; a la altitud que está la panela, la caña de azúcar para panela está en el rango entre 950, 1100, 1200, 1300 metros y todo eso para el café, pues da, pero qué pasa, da con muchos problemas, mucha presencia de broca, entonces claro mucha gente salió del café y agrando su cultivo de caña.

Entonces es como lo heredado de la familia por herencia cultural, herencia productiva y segundo por el desplazamiento que tuvo en esas zonas marginales, porque se volvió una zona marginal del café entonces la caña desplazó al café, porque le da plagas. Y también porque a la gente le gusta mucho la caña, porque la caña es un cultivo muy resistente, es un cultivo muy rústico y a qué me refiero, la caña es prácticamente una maleza, o la gente lo ve así, yo no puedo decir que es así, pero la gente lo ve así, porque la caña, así la gente le eche o no le eche nada les produce. (Entrevista de trabajo de campo, agente institucional Bekdau, Supía diciembre de 2019)

En la vereda, las dinámicas grupales y familiares se dan alrededor de las prácticas de sus integrantes las cuales son tan diversas como ellos mismos, ya que muestran como las formas de asociación se constituyen de acuerdo a las características socioculturales y psicológicas de los individuos que las conforman, lo que da paso a relaciones familiares y vecinales, también familiares-empresariales. En este sentido, para Colombia, es válida la afirmación que hace Jacques Chonchol al decir que:

En las sociedades campesinas la unidad familiar de producción reviste un profundo individualismo hacia afuera que contrasta con su colectivismo hacia dentro. En efecto el sistema de producción familiar, aún en comunidades indígenas, está estrictamente individualizado: cada familia trabaja su parcela o su finca y toma sus decisiones en forma relativamente autónoma, condicionada por supuesto por el contexto económico local, regional, nacional e internacional. Sin embargo, hay un ámbito económico colectivo de la economía de las comunidades rurales en el cual se manejan recursos comunes: construcción y mantenimiento de infraestructura, gestión del agua y, en ocasiones, de otros recursos naturales. (Chonchol, 1986)

Vemos la territorialidad como producción práctica o discursiva del territorio, es la base del poder de un individuo o de un grupo para alcanzar, influenciar o controlar recursos y personas a través de la delimitación y del control de áreas específicas; también la que propicia el sentido de posesión y pertenencia territorial (Vargas, 2020); y es que lo más representativo en la vereda es la producción de caña cuyo proceso se ha mantenido de generación en generación, lo que nos permite dar cuenta de una territorialidad histórica producto de la relación y producción familiar en un lugar que se concretiza en la finca, lugar de morada de los habitantes de la vereda centro de las relaciones sociales y productivas.

Características de las unidades productivas en la vereda de estudio

El contexto organizacional de cada una de las unidades productivas en adelante UP estudiadas, está delimitado por un conjunto de factores históricos relacionados con la percepción del espacio, el conocimiento tradicional y transferido, la naturaleza de los integrantes, socios y colaboradores, entre otros (ver en la tabla No. 1) y que da paso al sistema de relaciones sociales dado en cada uno de las UP.

Tabla 1 Características del trabajo en la finca / unidad productiva 

Fuente: Elaboración propia.

En la UP1 las relaciones de familiaridad hacen evidente las territorialidades de orden histórico que persisten y tienen que ver con las formas de producción, actividad que aún predomina y que históricamente ha sido acompañada por los integrantes de la familia; quienes además de realizar actividades domésticas ayudan en los trapiches y moliendas o “molidas” como se conocen en compañía del grupo familiar.

Yo tengo 28 años y he vivido toda la vida en la vereda, mi familia depende de la caña, la finca es propiedad de la familia, aquí hay poquito, 3 hectáreas … tenemos la casa principal de esa zona y en la cañada por la parte alta, es por allá arriba también se llama la Loma, la otra parte está dividida en caña y en café castilla son por ahí unos 100 palitos y tenemos un bosque, por ahí media hectárea de bosque y de ahí se saca la leña, utilizamos cuando se cae o se seca … lo mío es un pedacito no más … yo muelo allí donde mi papá, nosotros tenemos el trapiche ahí en la casa … antes teníamos el trapiche con bestia pero aproximadamente 6 años tenemos máquina. (Entrevista de trabajo de campo, productor campesino de 28 años, Mudarra, diciembre de 2019)

En el anterior relato se evidencia cómo las relaciones familiares se estructuran en la práctica social, que se manifiesta de diferentes maneras: como disposición y esquema, disposición estratégica, sentido del juego y estructuración genética, desde sus primeras experiencias familiares y a lo largo del tiempo de vida de un actor social. Esta situación pone de manifiesto “un sistema de esquemas incorporados que constituidos en el transcurso de la historia colectiva, son adquiridos en el curso de la historia individual y funcionan en la práctica y para la práctica” (Bourdieu, 2000, p. 478).

En cuanto a la Unidad productiva familiar empresarial, esta evidencia tanto cambios, transformaciones como permanencias que se dan en el territorio según la relación que establezcan los integrantes de la familia con las instituciones como la Alcaldía municipal o el Centro de Investigación, Innovación y tecnología al sector panelero del departamento de Caldas, que en determinados momentos se convierten en aliados estratégicos al aportar capital para el desarrollo de proyectos según su área de trabajo e intereses; lo que con lleva a que no se presenten separados ni aislados entre sí, ya que la relación que se establece entre ellos puede ser de cooperación mutua, de intercambio de intereses, de implementación de programas a escala municipal o departamental

Las anteriores relaciones llevan a considerar las dinámicas territoriales que se suceden en el sistema de actores, es decir, entre los actores locales —habitantes y los demás actores— comunitarios e institucionales, que median entre la acción estatal y las diferentes instituciones; que si son entendidos desde las diferentes racionalidades y la dimensión territorial que comprende no solo la relación de explotación entre el hombre y la tierra como recurso, sino también a estos como seres que configuran su espacio devenido en territorio a partir de las relaciones sociales históricas en interacción con la naturaleza a la que le atribuyen sentidos y significados. Es así como los productores campesinos como actores locales dinamizan las veredas a partir de prácticas socio culturales, políticas y ambientales que conllevan a generar cambios en los estilos de vida y formas de organización social en estos territorios.

Hay otras relaciones como las que se dan en la unidad productiva familiar - comunitaria, que los pobladores establecen por medio de la acción (práctica social) y de los significados que le confieren a esta, donde juega un papel importante la estructura, es decir, cómo los pobladores de la vereda perciben y practican el territorio que habitan, ya que el sistema de acciones que en él se pone en escena, se manifiesta mediante contextos —relaciones— prácticas e interacciones, que dan paso a la configuración de diversas y múltiples territorialidades; así referencia un poblador su relación con el entorno:

Aquí, esta vereda es ciento por ciento panelera, es de caña, ya no hay casi trapiches de tracción animal … aquí han estado dos o tres familias, que han sido los Ayala, los Valencias y los Castos, ya de ahí ha habido familias que se han mezclado … casi siempre somos los mismos en el trapiche somos 13 hay hermanos, hay primos, son cuñados, ósea los mismos. La historia de mi familia el abuelo mío también era muy reconocido porque tenía tres fincas, la tierra perteneció a mi abuelo Juan de Dios Posada … mi hermana también vive acá, todavía no hemos repartido lo que nos dejó mamá, solamente le di una parte ahí a ella dentro de los mismos predios de la finca, eso pertenece a esta misma finca … resulta de que nosotros para lograr lo que tenemos allí (trapiche nos tocó llevar una documentación pero que fuera de un lote que tuviera una escritura pública, entonces nos tocó hacer un cambio, esa área de ahí es mía, entonces como yo no tengo escritura pública, lo que se ha comprado por acá ha sido con documento pero con escritura pública no, por eso fue un cambio que tuvimos que hacer, para poder nosotros lograr el objetivo, trabajamos en convites amoldando el terreno, nosotros somos 13 y empezamos a funcionar, lo que es a sacar productos de allí en julio del año anterior, esa fue la primera molida que se hizo y los pusimos trapiche el Crucero, así lo hemos denominado. (Entrevista de trabajo de campo a productor campesino de 57 años, líder del trapiche comunitario, Mudarra diciembre de 2019)

La finca provee a las familias de dinámicas grupales que se dan alrededor de las prácticas de sus integrantes las cuales son tan diversas como ellos mismos, dado que las formas de asociación se constituyen de acuerdo a las características socioculturales y psicológicas de los individuos que las conforman, lo que da paso de las relaciones familiares a vecinales y también familiares-empresariales.

Uno de los factores organizacionales diferenciadores clave entre las unidades estudiadas es la naturaleza de sus integrantes/socios: las UP1 Unidad productiva familiar de subsistencia y UP2 unidad productiva familiar empresarial, funcionan como empresas familiares según los criterios de evaluación, incluyendo la influencia estratégica y operativa de miembros de una misma familia, propiedad sobre la empresa y establecimiento de políticas de participación y sucesión con base en lazos familiares. Estas UP generan ingresos significativos a sus grupos familiares asociados, sin embargo, en la UP1 se presenta un mayor aporte, debido a que el grupo familiar asociado a la UP2 desarrolla otras actividades productivas tanto conjuntamente como individualmente. Por su parte, la UP3 unidad productiva familiar-comunitaria, es manejada a partir de una asociación comunitaria, en la cual participan familias que habitan en la vereda, y el grado de participación y de ingresos de los socios es relativo a las condiciones de cada uno de estos.

Es de destacar el carácter tradicional del conocimiento base para los procesos productivos de cada una de las unidades. Las UP1 y UP2 basan sus procesos de producción en el conocimiento del integrante fundador, el cual fue adaptado según los diferentes procesos de expansión o reformulación en la unidad productiva. Por su parte, el proceso productivo de la UP3 a partir de la experiencia familiar, estableció acuerdos de producción entre sus socios, aprovechando conocimientos de transmisión familiar-cultural. Esta situación reafirma la relación cultural de la producción de panela con los procesos históricos y familiares en la vereda Mudarra y su papel como elemento socioeconómico de expresión del territorio.

La proveniencia de los recursos de producción también presenta diferentes características en cada UP. El proceso de producción de la UP1 fue financiado con recursos propios del grupo familiar al igual que las modificaciones posteriores. Por su parte, la UP2 fue financiada con recursos del grupo familiar, sin embargo, ha introducido mejoras tecnológicas en su proceso en términos de equipos y herramientas los cuales han sido producto de donaciones o transferencias institucionales, veamos:

Para nosotros, es decir para la finca el Paraíso el pilar es la panela … Esto viene a través de la oferta y la demanda. Entonces, los mismos pedidos de panela, estamos hablando de panela, los mismos pedidos nos llevaron a unas capacitaciones. Entonces, en medio de que cada entidad venía y nos capacitaba en algo, entonces de ahí se empezaban a tener cada uno la responsabilidad de tareas. Ejemplo, sí mi papá es el que está con el personal en el lote, ellos tienen las tareas de como limpiar. Si es mi hermano, entonces mi hermano también sabe cómo limpiar, cómo cortar, cómo traer la caña, qué cañas pueden cortar, qué cañas no pueden. Esas son las responsabilidades de cada uno. Igual los trabajadores, también ya saben que ese tipo de responsabilidades existen y las cumplen. Lo mismo en producción; ¡ah!, los de la máquina, los maquinistas saben cuál es la responsabilidad de ellos en su máquina, después de que terminen en eso saben cuáles son los quehaceres que tienen qué seguir. Mi papá es el de la hornilla también. Yo soy el de los jugos, el de concentración, entonces también y los de moldeo también. Entonces, cada uno tenemos ya las responsabilidades a través de las asesorías de ingenieros de alimentos, de proveedores, de entidades que nos apoyaron con esto el SENA, Fedepanela, Coimpas, esto es una sumatoria ya de atrás, es como una escuela que se ha hecho y que se ha puesto en práctica. Porque una cosa es hacerla y dejarla tirada y otra cosa es todavía aplicar cosas de las mejores, pues tener como la visión, tener la misión de que estamos produciendo un alimento para otras personas, entonces que, si nosotros no nos lo vamos a consumir, ¿por qué se los tenemos que hacer consumir a otras personas sin la debida precaución? Entonces es como hacer ese trabajo y de eso se han tratado las funciones y los roles, en el trabajo para enero y como tal en toda la finca. (Entrevista de trabajo de campo a mujer productora campesina de 50 años, diciembre de 2019)

A su vez, la UP3 fue fundada con aportes de sus miembros y donaciones significativas en términos de equipos-recursos por parte de actores gubernamentales de tipo local (Alcaldía) nacional (Ministerio de Agricultura); estos recursos fueron gestionados resaltando el carácter comunitario de la UP, bajo el cual se presenta como dinamizador económico con impacto territorial y cultural.

Esa historia es muy fácil, resulta que para nosotros poder lograr lo que tenemos allí (trapiche nos tocó llevar una documentación pero que fuera de un lote que tuviera una escritura pública … trabajamos en convites, amoldando el terreno, nosotros somos 13 y empezamos a funcionar, lo que es a sacar productos de allí, esa fue la primera molida que se hizo y lo pusimos en el trapiche El Crucero así lo hemos denominado. (Entrevista de trabajo de campo a productor campesino líder del trapiche comunitario de 57 años, diciembre de 2018)

El hecho de que en la UP3 se haya dado un aporte significativo para su conformación por parte de sus integrantes y en cooperación con instituciones, puede explicarse debido al volumen de la inversión necesaria en equipos y herramientas, el cual se diferencia frente a las otras UP analizadas en que, en el caso de estas, la inversión en capacidad fue realizada de manera progresiva a través de su tiempo de operación, mientras que para la UP3 se plantearon capacidades de producción comparables desde el inicio de su operación. De esta manera, la intervención institucional desempeña un papel potencializador de las capacidades productivas que impacta directamente el desempeño productivo de la unidad y, por tanto, influye tanto en sus condiciones competitivas como en los procesos de gestión que resulten de estas dentro de la organización.

Por su parte, los recursos externos recibidos por la UP2 han tenido como objetivo la tecnificación del cultivo, así como la implementación de mejoras en el proceso, promovidos tanto por actores gubernamentales como institucionales (centros educativos, ONG, empresas privadas). En el caso de la UP1, no se utilizaron recursos externos para el montaje de su proceso de producción, sin embargo, debe anotarse que no se tuvieron en cuenta en este análisis subsidios o dádivas gubernamentales o institucionales entregadas a los miembros socios de las UP, que hubieran podido ser destinados a su funcionamiento, y que podrían representar otro tipo de apalancamiento de capital.

Condiciones socio-productivas y ambientales encontradas

A partir de las situaciones expuestas anteriormente, es posible observar que las capacidades productivas y ambientales encontradas se relacionan con aspectos de competencia y eficacia de las UP; adicionalmente, se evidencia el aporte de las intervenciones institucionales a la productividad del territorio a través de programas de acompañamiento, como lo narra una productora

Aspiramos poder tener un criadero más sofisticado o sea tener una parte productiva en piscicultura mejor. Y estamos incursionando en lo que es la huerta casera, queremos manejar esa parte. Una parte queremos manejarla en hidroponía, para aprovechar el agua de la pecera y la otra parte en terreno, en suelo. Esa es como una de las visiones a corto plazo.

La gente tiene pereza, más es pereza mental. No es pereza de motricidad sino mental. Porque la gente, de hecho, las instituciones han aportado demasiada plata en demasiados recursos, mejor, en todo el sector del agro, en todo el sector campesino. Entonces hacen un plan de semillas, hacen unas formaciones, unas capacitaciones. Pero si el funcionario como tal o la entidad como tal, no vuelve a visitar, no vuelve a estar, entonces todo eso se acaba. Y se ha manejado en seguridad alimentaria, con el Sena. Hoy en día es Sena-Emprender igual es como antes —o era antes el ICA que traían todo y lo ponían a funcionar. ¿Cuál es la dificultad ahorita? Que antes lo hacían individualmente, o sea cada familia que quisiera incursionar en ello, listo. Y si había dos familias, con dos familias y si había una, una. Ahorita no, porque ya son grupos de 25, 30 personas, entonces ya es más difícil. Para nosotros ya es muy difícil irse a trabajar uno con 25. Si no son capaces de trabajar solos, entonces así mucho menos. Y el gobierno ya en este momento ante sus entidades que tiene adscritas para ese tipo de cosas, dice que tiene que ser como individual. (Entrevista de trabajo de campo a mujer productora campesina de 50 años, diciembre de 2019)

Se percibe primordialmente una forma consolidada del proceso productivo, la cual tiene raíces en el saber tradicional propio de la zona, y que ha sido heredado y compartido durante varias generaciones, haciendo parte de los elementos que han conformado la identidad del territorio donde se desarrolla la actividad económica. Los combustibles usados durante la etapa de transformación permiten identificar aspectos propios del contexto histórico y cultural que a su vez tienen implicaciones en el desempeño productivo de la actividad; el uso de combustible diésel está asociado al uso de motores antiguos, los cuales presentan una menor eficiencia energética y, por tanto, disminuyen la productividad. Por otro lado, el uso de bagazo de caña en el horno es una adaptación para el aprovechamiento de los subproductos del proceso, cuyos beneficios en términos de tiempos de operación, eficiencia energética y procesos de gestión de residuos forman parte del estado productivo actual.

Otro de los aspectos que resalta el tratamiento el proceso de producción de panela como una actividad cultural y no como un elemento productivo regido por parámetros de eficiencia o confiabilidad es la ausencia de elementos de medición tanto de volúmenes como de condiciones del entorno productivo tales como temperaturas, presiones, entre otros; esto sugiere que el tratamiento de estas en el control de procesos se da a partir de percepciones sensoriales adquiridas por medio de la experiencia por parte de los trabajadores. Incluso, se observó que, en la UP2, es decir, la finca trapiche familiar empresarial, la evaluación del estado del producto en proceso con el fin de trasladarlo por la cadena de procesamiento se da por parte de un líder, quien es a su vez un miembro socio.

La finca El Paraíso, la familia Valencia Ayala … más que todo eran cafeteros, era una familia cafetera muy poco panelera, entrando los noventas, entró la broca entonces ya se fue tratando de incursionar en terminar mucha parte el área de café e incursionar más en caña. ¿En dónde nació la idea? Habiendo tecnificado ya una parte con el ICA pero entonces ya de ahí se siguió haciendo esa parte, se contó con la asesoría de la federación nacional de paneleros igual con el SENA y una cooperativa que aún vive en el municipio de Supía, COINPAS, entonces ahí empezamos a trabajar mucho, a manejar lo que fue la parte de panela, pero igual se manejaba producto para intermediarios y no había pues normatividad ni nada, entonces se fue empezando la normatividades, el SENA a capacitarnos y de ahí nace mejorar el producto terminado. Entonces fue una cuestión muy difícil, cambiar muchas cosas de cómo se producía la panela, como había que hacerla nuevamente con la normatividad, de ahí empezar a decirles a mis papás que había que cambiar cosas, que había que mejorar cosas, entonces ellos ya se fueron dando, uno de los apoyos más grandes fue de la LUKER la empresa LUKER y la licorera de Caldas que nos pidieron en el momento por ser una de las fincas más avanzadas nos pidieron en el momento unos barriles en miel entonces ellos nos dieron unas pautas y nos pusieron ingeniero de alimentos donde empezamos a mejorar la presentación de la miel como tal para llevar la panela, ya la panela baratísima, eran mercados que no daban, entonces ya nos tocó empezar el puerta a puerta ofreciendo el producto, autoservicios, ya uno autoservicios de municipio nos pedían el producto y fueron haciendo los acompañamientos con ingenieros de alimentos, hasta llegar el momento en que ya tenemos una panela reconocida y ya con una marca propia y todo. (Entrevista de trabajo de campo a mujer productora campesina de 50 años, diciembre de 2019)

Esta situación demuestra como en la UP2 las decisiones estratégicas se toman teniendo en cuenta la solicitud institucional que se relaciona con las condiciones productivas y ambientales que presenta la vereda y que son aprovechadas por quienes cuentan con los recursos.

Más allá de las similitudes de proceso entre las UP, se encontraron diferencias entre los recursos utilizados durante su ejecución. Mientras en la UP1 los recipientes donde se transporta el producto son desplazados de un lugar a otro de manera manual, con las consideraciones en términos de esfuerzo físico para sus trabajadores que ello requiere, en las UP2 y UP3 este desplazamiento se realiza por medio de equipos con ayudas de rodamiento, los cuales disminuyen considerablemente el esfuerzo y aportan en la parametrización del movimiento. Otra diferencia encontrada fue en la designación especial de espacios dentro del área de la UP para enfriamiento, situación que solo se da en la UP2. La designación de espacios adecuados es una muestra de organización y control de la producción y es uno de los parámetros necesarios para varios tipos de certificaciones que podrían permitir a los productos de las UP estudiadas llegar a mercados internacionales.

Ahora bien, la combinación de la producción cafetera con la panelera en la misma finca ha sido tradicional en Colombia (Corrales Roa y Forero Álvarez, 2007); pero, en las últimas décadas esto parece estar cambiando a un proceso de relativa especialización por zonas para la siembra. Ahora se apuesta por solo un producto para su comercialización o a actividades diferentes al manejo de cultivos. Desde la década del 90 hacia acá, muchos campesinos, pequeños productores, han venido recuperando, ensanchado y mejorando su producción de panela, como es el caso de la vereda Mudarra; donde prácticas socioculturales y productivas manifiestan territorialidades donde algunas históricamente persisten y otras se han venido instalando en el devenir de las relaciones en el territorio.

Se encontró cómo los esquemas mentales de los sujetos, producto de su experiencia de vida, se convierten en elementos estructurantes de la estructura social y que posibilitan la relación con el entorno; en otras palabras, son las racionalidades de los diversos agentes a través de sus discursos y acciones que configuran las territorialidades, “constituidas y mediatizadas por la exterioridad” (Nates-Cruz, 2004).

Es de esta manera, que en la vereda Mudarra se han promovido acciones provenientes de lineamientos no solo tradicionales propios de su racionalidad campesina, sino también gubernamentales y empresariales que se han adaptado a las condiciones del entorno (Abramovay, 2006). Estas acciones revelan la presencia de un modelo de desarrollo cuyo propósito es mejorar las condiciones de vida de la población y promover prácticas orientadas a lo productivo entre los diferentes actores sociales (habitantes e instituciones) de múltiples territorialidades; ya que siendo las prácticas “esquemas de percepción, de apreciación y de acción” (Bourdieu, 2007, p. 151) se proyectan en lo económico en una especie de consenso en cuanto a su conocimiento, uso y manejo.

Son esas prácticas las que dan cuenta de los lazos sociales que existen entre los pobladores de la vereda; es decir, hacen evidente un espacio de relaciones sociales que conlleva a un espacio de vínculos contenidos de poder; los cuales —en términos de Massey (2007)— indican en forma básica, la geometría del poder, que define la territorialidad en estos territorios específicos.

En general, se encuentra que el proceso productivo es aun familiar, artesanal y poco tecnificado, lo que evidencia su racionalidad productiva, que por razones económicas tiene un bajo involucramiento de tecnologías mecánicas, electrónicas o informáticas. Las diferencias tecnológicas entre las diferentes Unidades Productivas, están altamente relacionadas a los costos de equipos y adecuaciones de infraestructura asociados a las mejoras en proceso o entorno de las que se tiene conocimiento. La UP3 al haber integrado conocimientos tradicionales y cooperación institucional en el trapiche familiar-comunitario, presenta un grado de adopción y desarrollo tecnológico mayor a la UP1 familiar-tradicional, mientras que la UP2 tradicional-empresarial presenta el mayor desarrollo tecnológico, existiendo en esta incluso una documentación del conocimiento básico que conforma el proceso productivo.

Dentro de los modos de producción observados, el desarrollado por la UP2 presentó la mayor eficiencia productiva, con un valor significativamente superior al presentado por las demás UP. La UP1 a su vez presentó la menor capacidad de generación de utilidad por minuto. Debe resaltarse que la diferencia entre los valores de eficiencia de las UP es más marcada que la diferencia entre el costo de producción aducido por cada una de ellas. Esto sugiere que el precio de venta es un factor de impacto en la productividad percibida.

Conclusiones

En el estudio se pudo evidenciar que si bien en las tres fincas o Unidades Productivas poseen modos de administración y producción marcadamente diferentes, en todas ellas la expresión de las relaciones territoriales afecta sus condiciones competitivas tanto en la vereda como en el municipio, debido a que estas se presenten en los procesos de abastecimiento (proveniencia de la materia prima, conocimiento de siembra y cosecha) y producción (conocimiento productivo, acuerdos de repartición de trabajo, relaciones entre personal) los cuales a su vez definen las condiciones y las capacidades productivas de cada una de las unidades.

Las prácticas de contratación, la gestión del conocimiento (la cual se da de manera informal pero continua de acuerdo con los procesos de transferencia generacional y comunitaria) y las relaciones entre las diferentes unidades, que poseen un carácter familiar y comunitario, son expresiones de la forma en que la territorialidad se expresa y define en las actividades socio-productivas, que incluye procesos como la transferencia de conocimiento, la determinación de la estructura organizacional, la asignación y repartición del trabajo, las relaciones laborales, comerciales y de entorno e incluso el fin último de la función empresarial, sirviendo como marco, punto de partida y potenciador de estos. Si bien la apropiación del territorio es un proceso altamente subjetivo, su presentación determina una serie de condiciones que cambian las dinámicas entre los actores productivos, de forma que inciden directamente en la productividad y el desempeño organizacional, bases de la competitividad y por tanto de sus posibilidades de sostenibilidad y crecimiento en el mercado.

La presentación de estas condiciones podría definir aspectos como los recursos y las capacidades organizacionales y territoriales, de los cuales depende el desempeño competitivo y, por tanto, hace de la identificación y gestión de las expresiones del sentido del territorio un factor direccionador de esfuerzos tanto comunitarios como institucionales, de modo que a través de estos procesos pueda ser posible llegar a un adecuado potenciamiento del desarrollo empresarial y económico, aspectos que hacen parte de los objetivos de gobierno y las políticas públicas, con miras a que estos puedan servir como palancas del desarrollo humano y social, a partir de los elementos culturales, históricos, geográficos y relacionales que definen las diferentes dinámicas territoriales.

Las características de participación familiar y comunitaria en los procesos productivos y comerciales relacionados con panela en la vereda Mudarra, permiten definir algunos elementos comunes de identidad y relacionamiento entre los diferentes actores. Por este motivo, el análisis de estos procesos debe tener en cuenta las relaciones entre fenómenos económicos y sociales que allí se presenten, buscando una visión integral de las unidades productivas tanto en su papel como generadoras de valor como de escenarios de desarrollo de dinámicas familiares, sociales y comunitarias que inciden en la construcción del territorio.

Referencias

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* Artículo producto de la investigación doctoral “Relaciones de familiaridad y cooperación en la configuración de territorialidades rurales en el municipio de Supía, Caldas 1980-2015: Aportes para un análisis territorial veredal”, del doctorado en Estudios Territoriales de la Universidad de Caldas.

Cómo citar:Vargas G., B. (2021). Entre cañaduzales Mudarra: Modos de producción que inciden en la dinámica socioproductiva de los territorios rurales. Civilizar: Ciencias Sociales y Humanas, 21(40), 35-46

1En Colombia la vereda es la unidad básica social y espacial de la comunidad rural. Históricamente se conformaron como sitios de encuentro de personas cerca a los caminos principales que cruzaban los municipios y que servían también de frontera departamental lo que dio paso a la conformación primero, de asentamientos con población dispersa y segundo, a la conformación de caseríos, como una representación clara de territorialidad. Para ampliar sobre la vereda como categoría territorial (véase Vargas, 2019).

2Así lo plantea Forero en sus investigaciones en los andes colombianos al hacer referencia a “como hay veredas en donde los predios pequeños son predominantes y se han dedicado a nuevas opciones productivas, las cuales se han conformado en pequeñas zonas altamente especializadas en la producción hortofrutícola”. Para ampliar ver Economía y Sociedad rural en los Andes colombianos, 1999, p. 117.

Recibido: 10 de Enero de 2020; Revisado: 02 de Julio de 2020; Aprobado: 09 de Julio de 2020

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