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Civilizar Ciencias Sociales y Humanas

Print version ISSN 1657-8953On-line version ISSN 2619-189X

Civilizar vol.22 no.42 Bogotá Jan./June 2022  Epub Jan 16, 2023

https://doi.org/10.22518/jour.ccsh/20220108 

Artículos

Relación entre supervisión o monitoreo, empatía y comportamiento agresivo en adolescentes escolarizados de Bogotá*

Relationship between supervision or monitoring, empathy and aggressive behavior in school adolescents in Bogotá

Ivón Paola Guevara Marín1 
http://orcid.org/0000-0002-7868-4436

Tatiana Arango Diago2 
http://orcid.org/0000-0001-9566-7278

Katherine Paola Monroy Cano3 
http://orcid.org/0000-0001-9434-9884

1Psicóloga. Magíster en Psicología. Instituto de La Familia. Universidad de La Sabana, Bogotá, Colombia. Correo electrónico:ivon.guevara@unisabana.edu.co

2Magíster en Asesoría y Gestión para las familias por la Universidad de la Sabana, Colombia. Especialista en Pedagogía Hospitalaria por la Universidad de Barcelona. Pedagoga Infantil de la Universidad de Javeriana, Colombia. Correo electrónico: tatianaardi@unisabana.edu.co

3Psicóloga, Magíster en asesoría familiar y gestión de programas para la Familia. Correo electrónico: katherinemoca@unisabana.edu.co


Resumen

El propósito de esta investigación consistió en analizar la relación entre la supervisión o monitoreo, la empatía y el comportamiento agresivo -verbal y físico- en adolescentes escolarizados de Bogotá. El estudio es de tipo descriptivo-correlacional de corte trasversal.

La muestra estuvo conformada por 324 adolescentes escolarizados en la ciudad de Bogotá, con edades comprendidas entre los 11 a 18 años: 158 adolescentes de sexo femenino (48,76 %) y 166 de sexo masculino (51,24 %).

Los resultados mostraron que la divulgación o comunicación espontánea de las actividades de los adolescentes hacia la madre se relaciona de manera inversa con el comportamiento agresivo, específicamente la agresión física en adolescentes de sexo masculino. Así mismo, se encontró que la empatía es la variable predictora con mayor peso en la aparición de la agresión física en adolescentes de sexo masculino; mientras que las variables independientes: comunicación abierta de papá, control parental de papá y empatía logran explicar el 24,6 % de la variabilidad de la agresión verbal en adolescentes mujeres.

Palabras clave: Supervisión o monitoreo; comportamiento agresivo; empatía; adolescentes.

Abstract

The purpose of this research was to analyze the relationship between supervision or monitoring, empathy, and aggressive behavior - verbal and physical - in-school adolescents in Bogotá. The study is a cross-sectional correlational descriptive type.

The sample consisted of 324 adolescents attending school in the city of Bogotá. 158 female adolescents (48.76%) and 166 males (51.24%), aged between 11 and 18 years.

The results showed that the disclosure or spontaneous communication of adolescent activities towards the mother is inversely related to aggressive behavior, specifically physical aggression in male adolescents. Likewise, it was found that empathy is the predictor variable with the greatest weight in the appearance of physical aggression in male adolescents; while the independent variables: father's open communication, father's parental control, and empathy manage to explain 24.6% of the variability of verbal aggression in female adolescents.

Keywords: Supervision or monitoring; aggressive behavior; empathy; adolescents.

Introducción

La adolescencia es una etapa en la que se producen cambios físicos, emocionales, psicológicos y comportamentales que constituyen la transición del ser humano hacia la adultez, en la que este responde de diferentes maneras de acuerdo con su entorno social y familiar. Los teóricos de la socialización coinciden en reconocer la importancia de los padres en el desarrollo de los adolescentes, pues pueden favorecer o no ambientes protectores, brindar las herramientas y habilidades a sus hijos que les permitan convivir y relacionarse de manera saludable; las prácticas que los padres ejercen en la cotidianidad favorecen la adaptación de los adolescentes al medio (Kapetanovic et al., 2019).

Estudios como el de Méndez et al. (2019) indican que las prácticas de los padres y su salud emocional repercuten significativamente en la forma en como tratan a los hijos, lo cual influye en la salud mental y los comportamientos de los adolescentes y puede promover conductas agresivas y hostiles hacia la familia y su entorno. Lo anterior es reconocido por los teóricos de la socialización, quienes afirman que los padres, a través de las formas de interacción con sus hijos en las distintas edades, pueden facilitar o inhibir la aparición de ciertos comportamientos, entre ellos la agresión.

La familia, como grupo primario de la sociedad, es la encargada de brindar cuidados, aprendizajes y trasmitir valores desde el inicio de la vida; es allí donde el ser humano desarrolla experiencias que lo capacitan para enfrentar situaciones del entorno y de su existencia. La familia, a diferencia de otros grupos, es la única que permanece hasta el final de la vida, a través de los lazos afectivos, consanguíneos o adoptivos; permite la interacción, asumir roles y tareas específicas, lo que conduce a que desarrolle su potencial humano. Sin embargo, en las familias también puede haber carencias de vínculos, cuidado y protección, lo que puede traer consecuencias negativas en el desarrollo de sus miembros (Bezanilla y Miranda, 2014). Por otra parte, en las familias sanas existe una forma de ejercicio de autoridad que responde a las necesidades de los hijos de ser guiados, alentados y protegidos. Los padres que ejercen este tipo de autoridad racional pueden ser identificados porque saben apreciar las necesidades de su cónyuge y de sus hijos, las materiales y las morales, como si fueran las suyas propias. (Meneses, 1967; citado por Bezanilla y Miranda, 2014, p. 66)

Trabajos como el realizado por Sánchez (2012), en donde estudia el significado psicológico de la familia, el papá y la mamá para 435 adolescentes, encuentra que esta percepción y significado cambia de acuerdo con la fase de adolescencia que atraviesan; la investigación identificó diferencias significativas entre el padre y la madre, y se notó una fuerte inclinación hacia el vínculo de la madre ya que se resalta mayor apoyo, interés y compromiso en la relación con los adolescentes; en cambio, en la percepción del rol del padre se identifica que este mantiene las reglas, disciplina y metas a largo plazo en la relación con los adolescentes.

En la adolescencia, la supervisión o monitoreo por parte de los padres es reconocida como una práctica parental que puede inhibir la aparición de ciertos comportamientos. Por su parte, Carrillo et al. (2016) definen la supervisión o monitoreo como el conocimiento de los padres acerca de las actividades de sus hijos fuera del hogar; el cual se da por el esfuerzo de los padres de solicitar y controlar lo que hacen sus hijos y porque estos últimos también comparten voluntariamente información sobre sus actividades (Stattin y Kerr, 2000).

Betancourt y Andrade (2011), en su investigación sobre “el control parental y problemas emocionales y de conducta en adolescentes”, refieren las prácticas parentales como aquellas conductas que los padres utilizan para socializar con sus hijos, orientadas al apoyo y control, en las que el primero está asociado a la cantidad de soporte y cariño que expresan los padres hacia los hijos y la segunda referida al conjunto de límites, reglas, restricciones y regulaciones que los padres tienen para sus hijos y el conocimiento de las actividades que estos realizan (Darling y Stenberg, 1993; 1999).

Por otra parte, se ha investigado la empatía como una habilidad que permite la interacción social, necesaria para el desarrollo de los seres humanos; estudios de Lemos y Richaud (2021) apuntan a identificar los componentes afectivos y cognitivos de la empatía, que a su vez también van acompañados de la acción que busca ayudar a la persona que se encuentra sufriendo.

El artículo “Aulas en paz” de Chaux et al. (2008) reconoce la empatía como una competencia emocional en la cual las personas se encuentran en la capacidad de sentir lo que otros sienten o por lo menos sentir algo compatible con lo que otros puedan estar sintiendo. Asimismo, Eisenberg (2000), en sus estudios, menciona que la empatía se relaciona con bajos niveles de agresión y problemas externalizantes en adolescentes. Por otro lado, estudios como el de Guevara et al. (2021) señalan que prácticas parentales como el retiro del afecto se asocian con el comportamiento agresivo en la adolescencia.

Conducta agresiva en adolescentes

La agresión es la materialización de una amenaza; es una conducta, un acto o un efecto que se realiza sobre una víctima (Castrillón et al., 2004).

López et al. (2009), de acuerdo con algunos autores, definen las clases de agresividad de la siguiente manera:

  • La agresividad física es aquella que se manifiesta a través de golpes, empujones y otras formas de maltrato físico utilizando su propio cuerpo o un objeto externo para infligir una lesión o daño (Solberg y Olweus, 2003).

  • La agresividad verbal se manifiesta a través de insultos, amenazas, etc. Implica sarcasmo, burla, uso de sobrenombres para referirse a otras personas, extensión de rumores maliciosos, cotilleo, etc. (Del Barrio, Martín, Almeida y Barrios, 2003).

Las preguntas que guían la investigación son: ¿Qué relación existe entre las prácticas parentales, la empatía y la agresión física y verbal en adolescentes escolarizados? y ¿existen diferencias significativas atribuibles al sexo en la agresión verbal y agresión física en adolescentes escolarizados?

Método

La presente investigación es de tipo correlacional explicativa, ya que se pretende estudiar el grado de relación entre las variables de forma transversal, pues los datos se recolectarán en un solo momento y en un tiempo único (Hernández et al., 2014).

Participantes

Se escoge una muestra por conveniencia de 324 adolescentes escolarizados en la ciudad de Bogotá (Colombia), de 2 instituciones educativas del Distrito Capital: 158 mujeres (48,76 %) y 166 hombres (51,24 %), con edades comprendidas entre los 11 y 18 años (11 años = 4,6 %, 12 años = 2,7 %, 13 años = 9,25 %, 14 años = 29,9 %, 15 años = 26,5 %, 16 años = 20,3 %, 17 años = 4,6%, y 18 años = 1,2 %).

Procedimiento

Como técnica de recolección de información se aplicó un cuestionario de autorreporte a los adolescentes de manera virtual. La participación fue voluntaria y se obtuvieron los consentimientos institucionales y los consentimientos informados de cada uno de los participantes. Luego se realizó una prueba piloto.

Instrumento

A continuación, se presenta cada una de las escalas y los respectivos índices de confiabilidad:

Prácticas parentales

Se utiliza la escala de supervisión o monitoreo de Stattin y Kerr (2000). El monitoreo o supervisión es el conocimiento de los padres sobre el paradero y las actividades del adolescente. Compuesta por 9 ítems en escala tipo Likert, los adolescentes respondieron preguntas como: ¿tus padres saben lo que haces durante tu tiempo libre?; en el último mes, ¿tus padres alguna vez no tuvieron idea de donde estabas por la noche?

- Percepción del adolescente sobre el monitoreo del padre (alfa = 0,93), percepción del adolescente sobre el monitoreo de la madre (alfa = 0,87).

Fuentes de conocimiento de los padres. los investigadores Stattin y Kerr (2000) mencionan tres tipos de fuentes potenciales de información sobre las actividades de los adolescentes: divulgación del niño, solicitud de los padres y control de los padres. Se utilizaron 5 ítems para medir cada variable.

  • Divulgación de adolescente o comunicación abierta: compuesta por 5 ítems, en escala Likert; algunos ítems a los que deben responder son: “le cuento a mi padre espontáneamente cosas sobre mis amigos”.

- Percepción del adolescente sobre la comunicación abierta del padre (alfa = 0,71) y percepción del adolescente sobre la comunicación abierta de la madre (alfa = 0,70).

  • Solicitud de los padres: compuesta por 5 ítems, en una escala tipo Likert; algunas de las afirmaciones que deben responder son: “mis padres hablan con mis amigos(as) cuando van a casa”.

- Percepción del adolescente sobre la solicitud parental de papá (alfa = 0,80) y percepción del adolescente sobre la solicitud parental de mamá (alfa = 0,73).

  • Control parental: compuesta por 5 ítems, en una escala tipo Likert; algunas de las preguntas son: “debo informar a mis padres de antemano cuando voy a salir”. Para el presente estudio se tuvo en cuenta la información que los adolescentes brindaban tanto para papá como para mamá.

- Percepción del adolescente sobre control parental de papá (alfa = 0,90) y la percepción del adolescente sobre control parental de mamá (alfa = 0,80).

Escala de empatía

Instrumento de autorreporte. Creado por Chaux et al. (2004), es un cuestionario sobre situaciones y emociones que hacen referencia a lo que las personas sienten por los demás, compuesta por 15 ítems en una escala tipo Likert. Algunas de las afirmaciones que responden los adolescentes son: “siento pesar cuando un compañero de clase es castigado injustamente”, “me importa cuando un compañero de clase esta triste”.

Esta escala tiene una confiabilidad de 0,85.

Conducta agresiva en adolescentes

Cuestionario AQ. Es el instrumento utilizado para medir la conducta agresiva del adolescente, realizado por Buss y Perry (1992). El cuestionario original consta de 40 ítems y analiza 4 factores dentro de la prueba: agresividad física, agresividad verbal, ira y hostilidad. Para la presente investigación se tomará solo los factores 1 y 2 es decir, agresividad física y agresividad verbal, que constituyen el componente instrumental de la agresividad, es decir sus dos posibles formas de manifestación, con un total de 28 ítems en una escala tipo Likert. Este instrumento ha sido validado en países como México, España, Puerto Rico, Colombia (Medellín), El Salvador, Argentina, Estados Unidos e Italia (López et al. 2009, p. 81).

Agresión física (alfa = 0.80) y agresión verbal (alfa = 0.89).

Resultados

Los análisis se realizaron con el programa de estadística SPSS versión 26; como plan de análisis de datos se utilizaron los análisis: descriptivos, para determinar los niveles de cada una de las variables; de correlaciones, para establecer la relación entre variables con el comportamiento agresivo en adolescentes; y finalmente, de regresión lineal, para determinar cuál variable resultaba predictora de la regresión.

Estadísticos descriptivos

En la tabla 1 se observan las medias y desviaciones estándar sobre la percepción de los adolescentes en la práctica parental de supervisión o monitoreo y en las fuentes de conocimiento parental; se encuentran promedios más altos en la percepción del monitoreo, la comunicación abierta, la supervisión y el control parentales de la madre, a diferencia de las del padre, que tienen promedios más bajos, así como diferencias entre los promedios de agresión verbal y física en los adolescentes.

Tabla 1 Estadísticos descriptivos 

Con el fin de determinar la distribución de las variables cuantitativas, se realizó un análisis de normalidad por medio de la prueba de Kolmogórov-Smirnov, tanto para las variables independientes como para las dependientes, observándose que todas las variables no cumplen el criterio de normalidad (sig. < 0,05), por lo que se realizó entonces el análisis de las variables por medio de estadísticos no paramétricos.

Asociaciones entre las variables del estudio

Para determinar si existen relaciones entre las variables de la práctica parental monitoreo o supervisión, las fuentes de conocimiento parental, la empatía y el comportamiento agresivo en adolescentes, se procedió a realizar un análisis de correlación por medio del estadístico Rho de Spearman (tabla 2); se tiene en cuenta que los coeficientes de correlación estén por debajo de 0,3, lo cual es un indicador de que se presenta correlación.

Tabla 2 Medias y desviaciones estándar 

Los datos obtenidos de dicho análisis evidencian una correlación negativa entre el monitoreo del padre y la madre con la agresión verbal en adolescentes; así mismo, se halla correlación negativa entre la comunicación abierta del padre y la agresión verbal en adolescentes, y entre comunicación abierta de la madre y las variables de agresión verbal y física en adolescentes, como también entre la solicitud parental del padre y la variable de agresión verbal.

Se encontró que la empatía tiene una correlación significativa negativa con la agresión física y la agresión verbal, lo indica que a menor empatía mayor aparición del comportamiento agresivo en los adolescentes.

Diferencias de agresión física y verbal según el sexo

Teniendo en cuenta la variable sociodemográfica sexo se realiza la comparación de medias y de prueba T para muestras independientes, con el fin de determinar si es posible hacer una regresión para cada variable.

Previa revisión de los supuestos (normalidad e igualdad de varianzas), se procedió a realizar la prueba T, la cual reveló en ambos grupos la significancia = < 0,05, es decir que los niveles de agresión física y verbal se diferencian estadísticamente entre niños y niñas. La agresión física es más alta en niños (2,19) y la verbal más alta en las niñas (2,84).

Regresión

Dado que se encontraron diferencias estadísticamente significativas según el sexo de los adolescentes en las variables de agresión física y verbal, se realiza un análisis de regresión múltiple jerárquica agregando en cada paso un factor predictor hasta incluirlos en su totalidad en el modelo.

Agresión física

Para el sexo femenino los resultados arrojan tres modelos, siendo el tercero el que logra explicar el 9 % de la variabilidad de la agresión física en mujeres, representado por las variables independientes empatía, control parental de papá y comunicación abierta de papá (R2 = 0,094).

En los adolescentes hombres la empatía logra explicar el 15 % de la variabilidad de la conducta agresiva, lo que indica que a menor empatía en los adolescentes hombres se van a generar mayores valores de agresión física (R2 = 0,153) (tablas 3-4). La empatía es un explicativo importante de los comportamientos agresivos.

Tabla 3 Modelo estadístico de la agresión física en adolescentes de sexo femenino 

Tabla 4 Modelo estadístico de la agresión física en adolescentes de sexo femenino 

Agresión verbal

Para el sexo femenino los análisis arrojan tres modelos siendo el tercero el que representa mayor variabilidad de la agresión verbal en las adolescentes (R2 = 0,0246). Este tercer modelo representado por las variables independientes: comunicación abierta de papá, control parental de papá y empatía logra explicar el 24,6 % de variabilidad de la agresión verbal (tablas 5-6).

Tabla 5 Modelo estadístico de la agresión verbal en adolescentes de sexo femenino 

Tabla 6 Modelo estadístico de la agresión verbal en adolescentes de sexo masculino 

En cuanto a los adolescentes hombres se presentan dos modelos, de los cuales el segundo explica la variabilidad de la agresión verbal (R2 = 0,116). Este segundo modelo representado por las variables independientes: empatía y supervisión parental papá, logra explicar el 11,6 % de la variabilidad de la agresión verbal.

Discusión

La presente investigación buscaba identificar la influencia de la supervisión o monitoreo, las fuentes de conocimiento parental (percepción del adolescente) y la empatía, sobre la aparición de comportamientos agresivos en adolescentes escolarizados de la ciudad de Bogotá.

Los resultados mostraron correlaciones negativas del monitoreo, la divulgación o comunicación abierta y el control parental con el comportamiento agresivo en adolescentes, es decir, que cuando los padres no ejercen un seguimiento de las actividades de sus hijos, no hacen preguntas ni crean un espacio de confianza en el cual sus hijos puedan comunicar de manera espontánea lo que hacen en su cotidianidad, ni tampoco crean reglas que regulen su comportamiento, esto influye o tiene un impacto en la conducta agresiva (Kerr et al. 2010).

Los hallazgos demuestran que la práctica parental de supervisión o monitoreo, al igual que las fuentes de conocimiento parental, presentan correlación negativa con la aparición o influencia en la agresión verbal adolescente; se logra evidenciar que la divulgación espontánea de información por el adolescente tiene relación con la disminución del comportamiento agresivo, específicamente cuando el/la adolescente comunica sobre sus actividades y mantiene el diálogo con los padres. Al relacionar esto con los estudios de Kerr et al. (2010) se identifica relevancia de la divulgación como el medio por el cual los padres pueden tener mayor conocimiento sobre las actividades de sus hijos, mantener una relación de confianza y disminuir prácticas que los pueden exponer a situaciones de riesgo (p. 59).

Al evidenciarse una relación negativa de la práctica parental con la aparición del comportamiento agresivo en adolescentes, encontramos necesario promover y fortalecer la comunicación espontánea con ellos, con el fin de crear vínculos saludables en la relación de los padres con sus hijos. Esto coincide con los estudios de Carrillo et al. (2016), quienes indican que “la comunicación del hijo predice una supervisión adecuada específicamente en el área del conocimiento de las actividades de este lo que a su vez predice una menor gravedad de comportamientos de riesgo” (p. 16).

De las tres fuentes de conocimiento parental que los adolescentes informaron, la divulgación o comunicación abierta presenta mayor correlación con la disminución del comportamiento agresivo; este hallazgo indica que los comportamientos como la divulgación o comunicación espontánea del adolescente fortalecen la práctica de supervisión o monitoreo en los padres, en la cual los adolescentes tienen la disposición para revelar información acerca de sus actividades y cotidianidad (Hayes et al. 2004, p. 58).

La empatía, como competencia emocional que favorece las conductas prosociales, se refleja en este estudio como uno de los hallazgos más relevantes, puesto que dicha habilidad presenta una relación significativa con la disminución o aparición de la conducta agresiva en adolescentes, es decir, según los resultados encontrados a mayor empatía en el adolescente menor agresión de tipo física y verbal. Estudios como el de Tur-Porcar et al. (2016) relacionan diferencias entre adolescentes mujeres y hombres, pues las mujeres adolescentes presentan mayores índices de empatía y los adolescentes hombres mayores índices de agresión verbal y física cuando hay menos empatía, orientando su comportamiento hacia la aprobación y el reconocimiento, en busca del beneficio propio (p. 10). Así mismo, el estudio realizado por Guevara et al. (2015) muestran que los adolescentes mujeres y hombres presentan diferencias en la competencia de la empatía, es decir, en la reacción a la condición emocional o el estado de otra persona (p. 36).

Se quiso revisar si existían diferencias en cuanto al sexo de los adolescentes y el comportamiento agresivo; a través de la prueba T para muestras independientes se evidenció que hay diferencias en la agresión verbal y física tanto en adolescentes hombres como en mujeres. En los hombres hay mayor agresión física y en las mujeres mayor agresión verbal; en los análisis de regresión la empatía es la variable que mejor explica la agresión física en adolescentes del sexo masculino, en las mujeres la agresión verbal se explica mejor cuando hay menos divulgación o comunicación abierta hacia el padre y un mayor control parental por parte de este, incluyendo la disminución de la empatía. El rol de la empatía como factor protector de la conducta agresiva en adolescentes lo refuerzan estudios como el realizado por Tur-Porcar et al. (2016), ya que promueven un comportamiento de adaptación personal y social, así como también las diferencias que existen según el sexo de los adolescentes; en la mujeres se encuentra de manera marcada esta competencia emocional en función de la relación con el otro y la conducta de ayuda, y en los hombres son ellos quienes buscan en mayor medida el beneficio propio (p. 10).

Cabe destacar que la práctica parental que mayor identificación tuvo en los informes de los adolescentes fue la materna, estos perciben que la madre ejerce una mayor supervisión y monitoreo en ellos, como también hace preguntas (solicitud) y establece reglas (control); en cambio, en la percepción de los adolescentes, el padre ejerce menos supervisión o monitoreo y posee menos conocimiento en cuanto a las actividades cotidianas de sus hijos. Esto, que muestra relación con el estudio de Sánchez (2012), refuerza la percepción que tienen los adolescentes sobre la presencia del rol materno en su cotidianidad, a diferencia del rol paterno, que identifican como un rol proveedor, que establece normas y disciplina.

El presente estudio realiza un aporte significativo en cuanto al rol del padre en la relación con su hijo en esta etapa, pues su ausencia o poco acompañamiento en la percepción de los adolescentes tiene un impacto significativo en el desarrollo de comportamientos agresivos o de riesgo, así como en el desarrollo de la empatía. Como impacto de estos hallazgos es clave difundir estos resultados en instituciones educativas y motivar a los padres a participar en las dinámicas cotidianas no solo de sus hijos sino de la familia, trasmitir a los padres que en la cotidianidad son ellos quienes generan factores de protección que influyen en las dinámicas, actividades y salud mental en las adolescentes y a lo largo del ciclo vital (Kaur et al., 2021, p. 2).

El rol del padre dentro de las prácticas de crianza se debe fortalecer desde la primera infancia y ser trabajado a lo largo de la trayectoria de vida de los hijos.

Conclusiones

La práctica de supervisión o monitoreo es una parte vital de los procesos de relación con los hijos, permite conocer las actividades y el paradero de estos y cambia según las fases de adolescencia en la que se encuentren; en específico, en la etapa adolescente se transforman de acuerdo a la necesidad que tienen los hijos de adquirir mayor independencia de su sistema familiar, como también a partir de la interacción con pares, que puede generar conductas de riesgo que afecten la forma en que los padres se relacionan con los hijos y cómo estos promueven o limitan la comunicación con los padres, aspecto que debemos tener en cuenta para futuros estudios.

La divulgación o comunicación espontánea como una forma de que los padres obtengan conocimiento sobre las actividades de sus hijos se convierte en un factor protector, enmarcado por relaciones entre padres e hijos basadas en el afecto y la confianza; a pesar de que en esta etapa del ciclo vital se sufren varios cambios, si las relaciones entre padres e hijos se mantienen cercanas las conductas que se consideran de riesgo, incluyendo la agresión, no serán algo problemático en esta. La divulgación, como fuente que disminuye el desarrollo de comportamientos de riesgo, fortalece los lazos emocionales con la familia, y también los padres se encuentran psicológicamente presentes en la vida de sus hijos producto de la relación.

El rol del padre se evidencia como un factor clave que influye en la agresión verbal de las adolescentes mujeres; a menor relación entre el padre y sus hijos, menor supervisión y diálogo, lo que puede promover en ellos la aparición de dichos comportamientos.

Esta investigación hace un aporte relevante sobre las prácticas parentales y su relación con la conducta agresiva en adolescentes, como también con la empatía como variable que influye en la disminución de dicho comportamiento; a su vez, hace visible la necesidad de promover estrategias que les permitan a los padres tener mayores herramientas y vínculos con sus hijos en esta etapa del ciclo vital, a través de la comunicación, confianza y prácticas que favorezcan la relación y los vínculos familiares, incluyendo el destacar la relevancia del rol del padre dentro de los procesos de crianza. La empatía, como una habilidad natural del ser humano clave en los procesos de socialización, tiene una influencia significativa en la disminución de la agresión en adolescentes, por lo cual es necesario tenerla como foco en la intervención con adolescentes en diferentes espacios de su cotidianidad: generar estrategias que permitan la conciencia de los sentimientos del otro, el deseo de bienestar y apoyo a los demás.

Los aportes de esta investigación constituyen evidencia empírica que muestra el rol de los padres, el contexto familiar y su influencia en la aparición de los comportamientos agresivos; aunque también pueden existir otros factores que influencien la conducta de los adolescentes y generar un impacto en sus procesos de socialización.

Limitaciones y recomendaciones

Se considera pertinente incluir informantes más variados en próximos estudios, es decir, adolescentes, padres, madres o cuidadores.

Por otra parte, en futuros estudios recomendamos incluir otras variables que pueden ampliar el estudio de forma significativa como: las fuentes de conocimiento parental en las distintas etapas de la adolescencia; la relación con pares y conducta agresiva en adolescentes; el estrés parental y su relación con las prácticas parentales, y con la aparición de conducta agresiva en adolescentes.

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Cómo citar: Guevara Marín, I. P., Monroy Cano, K. P., y Arango Diago, T. (2022). Relación entre supervisión o monitoreo, empatía y comportamiento agresivo en adolescentes escolarizados de Bogotá. Civilizar: Ciencias Sociales y Humanas, 22(42), 20220108.

Recibido: 22 de Marzo de 2022; Revisado: 16 de Junio de 2022; Aprobado: 23 de Junio de 2022

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Artículo de investigación. Instituto de la familia, Universidad de la Sabana.

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