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Pensamiento Psicológico

versión impresa ISSN 1657-8961

Pensam. psicol. vol.11 no.1 Cali ene./jun. 2013

 

Relaciones entre estilos de personalidad y tipos de consumo de alcohol1

The Relationship between Personality Styles and Rate of Alcoholic Consumption

Relações entre estilos de pessoalidade e tipos de consumo de álcool

Jairo Andrés Castañeda Arcila2
Liliana Chaves Castaño3

Universidad de Antioquia (Colombia)

1Este artículo se deriva del trabajo de investigación para optar al título de magíster en Psicología de la Universidad de Antioquia.
2Psicólogo. Magíster en Psicología, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad de Antioquia - Medellín, Colombia. El Retiro Cr. 25B N° 17 A 29. Tel: (4) 5412363. Correo de correspondencia: jairoacasta@gmail.com
3Psicóloga. Magíster en Psicología. Profesora del Departamento de Psicología, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad de Antioquia-Medellín, Colombia.

Recibido: 13/05/2012 Revisado: 26/11/2012 Aceptado: 18/03/2013


Para citar este artículo/ to cite this article/ para citar este artigo

Castañeda, J. A y Chaves, L. (2013). Relaciones entre estilos de personalidad y tipos de consumo de alcohol. Pensamiento Psicológico, 11(1), 55-69.


Resumen

Objetivo. Esta investigación buscó identificar, en la población adulta del municipio de El Retiro (Antioquia), los tipos de consumo de alcohol, así como su relación con estilos de personalidad. Método. Se realizó un estudio transversal, descriptivo y correlacional. Se aplicaron dos instrumentos, Millón Inventory of Personality (MIPS) y Alcohol Use Disorder Identification Test (Audit) en una muestra de 61 participantes, de los cuales 33 fueron hombres y 28 mujeres. Resultados. El tipo de consumo de bebidas alcohólicas más frecuente en el municipio de El Retiro fue el consumo sin riesgo (68.9%,). Además, se presentaron diferencias estadísticamente significativas en el tipo de consumo de alcohol según el género. Particularmente, los hombres registraron dependencia al alcohol. Asimismo, se halló que en los hombres el consumo de alcohol se encuentra relacionado con los estilos de personalidad como la innovación (r = 0.35), la discrepancia (r = 0.40) y el dominio (r = 0.46); mientras que en las mujeres se relacionan con la discrepancia (r = 0.38), la expansión (r = 0.39), la modificación (r = 0.40) y la adecuación (r = 0.42). Para ambos géneros, el consumo de riesgo se correlaciona con el estilo de sistematización (r = 0.67), el consumo perjudicial con la protección (r = 0.89) y la dependencia al alcohol con la indecisión (r = 0.99). Conclusión. Las tres categorías en las que se agrupan los estilos de personalidad (metas motivacionales, modos cognitivos y comportamientos interpersonales), se asociaron diferencialmente con el consumo sin riesgo, con riesgo, perjudicial y dependencia, encontrando que estas relaciones entre estilo de personalidad y consumo también muestran diferencia por género.

Palabras clave: Consumo de bebidas alcohólicas, personalidad, MIPS, Audit.


Abstract

Objective. To detect the rate of alcohol consumption and its relation to personality styles in the adult population of the town of "El Retiro" (Antioquia, Colombia). Method. The study was cross-sectional, descriptive and correlational. Two instruments were applied, the Millón Inventory of Personality (MIPS) and Alcohol Use Disorder Identification Test (Audit) in a sample of 61 participants, of which 33 were men and 28 were women. Results. The most common rate of drinking in El Retiro was Safe Consumption (68.9%). There were statistically significant differences in the rate of alcohol consumption by gender, with men in particular showing alcohol dependence. In the case of men, alcohol consumption is related to personality styles such as Innovation (r = 0.35) Discrepancy (r = 0.40), and Domain (r = 0.46) and in women Discrepancy (r = 0.38), Expansion (r = 0.39), Modification (r = 0.40) and Adequacy (r = 0.42). Consumption of risk for both genders correlated to the style of systematization (r = 0.67), harmful use with protection (r = 0.89) and alcohol dependence with indecision (r =0.99). Conclusion. The three main categories which group the personality styles of motivational goals, cognitive modes and interpersonal behaviors are differentially associated with consumption without risk, with risk, harmful and dependent, with significant gender-related differences when taking into account personality style and consumption.

Key words: Alcohol consumption, personality, MIPS, Audit.


Resumo

Escopo. Esta pesquisa procurou identificar, na população adulta do município El Retiro (Antioqia- Colômbia), os tipos de consumo de álcool, assim como sua relação com estilos de pessoalidade. Metodologia. Para isto, foi feito um estudo transversal, descritivo e correlacional. Foram aplicados dois instrumentos, Millón Inventory of Personality (MIPS) e Alcohol Disorder Identification Test (Audit) em uma amostra de 61 participantes, dos que 33 foram homens e 28 mulheres. Resultados. O tipo de consumo de bebidas alcoólicas mais frequentes no município de El Retiro foi o consumo sem risco (68.9%). Além, apresentaram-se diferenças estatisticamente significativas no tipo de consumo segundo o gênero. Particularmente, os homens registraram dependência ao álcool. Também foi achado que nos homens o consumo de álcool esta relacionado com os estilos de pessoalidade como a inovação (r = 0.35), a discrepância (r = 0.40) e o domínio (r = 0.46), enquanto que nas mulheres estão relacionadas com a discrepância (r = 0.38), a expansão (r = 0.39), a modificação (r = 0.40) e a adequação (r = 0.42). Para ambos gêneros, o consumo de risco esta correlacionado com o estilo de sistematização (r = 0.67), o consumo prejudicial com a proteção (r = 0.89) e a dependência ao álcool com a indecisão (r = 0.99). Conclusão. As três categorías nas que estão agrupados os estilos de pessoalidade (metas motivacionais, modos cognitivos e comportamentos interpessoais), foram associados diferencialmente com o consumo sem risco, prejudicial e dependência, encontrando que estas relaciones entre estilo de pessoalidade e consumo também mostram diferencias por gênero.

Palavras chave: Consumo de bebidas alcoólicas, pessoalidade, MIPS, Audit.


Introducción

La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2010) calcula que el uso nocivo de alcohol causa anualmente 2.5 millones de muertes en el mundo, convirtiéndose en el tercer factor de riesgo con mayor importancia para la salud. Además, "el uso nocivo del alcohol es uno de los cuatro factores de riesgo de enfermedades no transmisibles importantes que son susceptibles de modificación y prevención" (OMS, 2010, p. 3).

En Colombia, la situación no dista de la descrita a nivel mundial. Concretamente, se encuentra que la población colombiana presenta un consumo perjudicial de alcohol en aproximadamente 2.4 millones de personas entre los 12 y los 65 años de edad, lo que es equivalente a decir que en el país se identifica un 35% de consumidores regulares, correspondiente a un 12.2% de la población total. De cada cuatro de estas personas, tres son hombres y una es mujer (Gobierno Nacional de la República de Colombia, 2009).

En el orden nacional e internacional, se requieren investigaciones que indaguen sobre variables relacionadas que amplíen su marco comprensivo. Si bien es cierto que el alcohol es un factor de riesgo de gran importancia por su impacto en la salud, también es cierto que es necesario continuar con investigaciones que estudien aquellos aspectos relacionados con el consumo de riesgo perjudicial y la dependencia al alcohol. En este sentido, es pertinente identificar factores de vulnerabilidad para propiciar una mejor comprensión del fenómeno, lo que es posible, si se obtienen conocimientos más detallados sobre cuáles son las características particulares de los diferentes consumidores de alcohol (Zapata y Segura, 2007). Es desde esta perspectiva, en la que cobra relevancia pensar el fenómeno del consumo de alcohol en relación con estilos de personalidad, puesto que las características de la personalidad suelen ser estables en el tiempo y suelen asociarse con estilos de afrontamiento y/o pautas de comportamiento, como el consumo de alcohol (Östlund, Hensing, Sundh y Spak, 2007). En virtud a esto, se puede pensar en la identificación de perfiles de vulnerabilidad, según el estilo de personalidad de una persona (Lammers et al., 2011).

En este orden de ideas, estudios previos (Conrod, Stewart, Comea y Maclean, 2006; Gerra et al., 2004; Gervilla, Cajal, Roca y Palmer, 2010; Lammers et al., 2011) sugieren una asociación entre consumo de alcohol y rasgos particulares de personalidad, pues consideran que éste es un importante constructo para comprender por qué se produce el uso y el abuso de alcohol. Así, se han hallado cuatro perfiles de personalidad que pueden propiciar el desarrollo de problemas con el alcohol: la búsqueda de sensaciones, la impulsividad, la ansiedad sensitiva y el pensamiento negativo. Aquellos casos en los que se presenta la búsqueda de sensaciones aparecen acompañados de fuertes ingestas de alcohol e intoxicaciones, por lo que se manifiesta un mayor índice de riesgo y consecuencias adversas, además de la adicción a la sustancia (Evren, Dalbudak, Durkaya, Cetin y Evren, 2009; Lammers et al., 2011; Yu Yen, Chen, Hung Ko, Fang Yen y Chung Chen, 2009). En los jóvenes, el consumo de alcohol, que podría identificarse como un comportamiento de búsqueda de nuevas sensaciones, se relaciona con el rasgo de personalidad de apertura a la experiencia, el cual es evaluado con el NEO Five Factor Inventory-Form (Costa y McCrae, 1992a), y el que evidencia que este rasgo puede ser un predictor significativo del abuso de licor en esta población (Loukas, Krull, Chassin y Carle, 2000).

Tras la aplicación del Big Five Personality Factors, por varios autores (Costa y McCrae, 1992b; Digman, 1990; Goldberg, 1993; John y Srivastava, 1999), se encontró que el neuroticismo tiene relación con el consumo de alcohol. Incluso, se ha llegado a considerar que dicho rasgo de personalidad es un predictor de este fenómeno (Hong y Paunonen, 2009). En esta misma línea, la aplicación conjunta de la escala ARAQ Alcohol-Related Aggression Questionnaire (Cuestionario para las relaciones entre el alcohol y la agresión; McMurran et al., 2006) y el Big Five Personality Factors (Costa y McCrae, 1992a; Digman, 1990; Goldberg, 1993; John y Srivastava, 1999), reiteró que el neuroticismo es un factor de personalidad relacionado con el consumo de alcohol (Egan y Hamilton, 2008). Loukas et al. (2000) mantienen una posición similar respecto a esta característica de personalidad, pues consideran que está presente no solamente en aquellos que son consumidores de alcohol, sino también en las personas que presentan dependencia a la sustancia, sean jóvenes o adultos.

Por otra parte, se ha hallado que la introversión es un rasgo común en los alcohólicos (Rodríguez, Baldo y Cardoso, 2000). Además, se han encontrado relaciones positivas entre la adicción al alcohol y los rasgos de personalidad como la búsqueda de novedad (Adams et al., 2003; Pedrero et al., 2011).

Ahora bien, la literatura científica también ha destacado rasgos de personalidad asociados inversamente con el consumo de alcohol. Entre ellos, se ha encontrado que la evitación del daño guarda una relación negativa con el alcoholismo, ponderándolo como factor protector. Igualmente, se han hallado relaciones negativas entre la dependencia al alcohol y los rasgos de personalidad, como la persistencia y la autodirección que, en virtud a su fuerza, generarían disminución en la adicción (Pedrero et al., 2011).

Otra característica de personalidad que ha mostrado una relación inversa con el consumo de alcohol es la rigidez, pues quienes presentan este rasgo se caracterizan por tener una necesidad constante de regularidad, de costumbres fijas, de un sentido del deber, además de una necesidad de evaluación positiva en las tareas realizadas (Koppes, Twisk, Snel, De vente y Kemper, 2001; Luteijn, 1974). Estas personas guardan distancia con respecto a la práctica del consumo, lo que, a su vez, parece ser un factor protector (Koppes et al., 2001).

En términos generales, los estudios que indagan la relación entre personalidad y consumo de alcohol, destacan que los rasgos de personalidad se relacionan, particularmente, con conductas de riesgo, incluyendo el consumo de alcohol (Raynor y Levine, 2009). En este mismo orden de ideas, se descubrió que quienes tienen una alta conciencia de caer en una conducta de riesgo, como consumir alcohol y a la vez manifiestan una alta afabilidad, buscan reducir activamente los daños vinculados con el consumo de alcohol, evitando el elevado grado de ingesta del mismo (Loukas et al., 2000). Inversamente, las conductas de reducción del daño frente al consumo de alcohol disminuyen significativamente cuando la persona posee un rasgo de personalidad como la extroversión, donde se observa que entre mayor presencia de este rasgo, mayores niveles de consumo de alcohol (Hong y Paunonen, 2009; Raynor y Levine, 2009).

De otro lado, los estudios que dan cuenta sobre el consumo de alcohol, han permitido diferenciar en diferentes tipos de consumo y facilitar su estudio en relación con estilos de personalidad. Es así como se ha planteado la existencia de dos tipos de consumidores de alcohol que, según la clasificación de Cloninger et al. (1988), se divide en tipo I, caracterizado por mantener el control, con algunos episodios en que se pierde esta capacidad, así como un inicio del consumo relativamente tardío (después de los 25 años), y tipo II (en el que se presenta un inicio temprano, con rápida evolución y estrecha relación con conductas problemáticas; Sannibale y Hall, citados en Echeburúa, Bravo y Aizpiri, 2008). Un estudio realizado por Echeburúa et al. (2008) encontraron relaciones significativas entre los tipos de consumo y la personalidad de los evaluados. Particularmente, hallaron que rasgos como la impulsividad, la improvisación, la desinhibición así como la búsqueda de sensaciones, guardan relación significativa con la tipología II de Cloninger, siendo mucho menos significativa con la tipología I.

La OMS ha tomado estos tipos de consumo de alcohol, y con estos ha diseñado un instrumento denominado Alcohol Use Disorders Identification Test (Audit), conocido en español como el cuestionario de identificación de los trastornos relacionados al consumo de alcohol (Babor, Biddle, Saunders y Monteiro, 2001). Desde este modelo, los consumos de alcohol pueden ser: (a) consumo de riesgo, el cual aumenta el riesgo de consecuencias para el consumidor de alcohol; (b) consumo perjudicial: que conlleva consecuencias para la salud física; (c) consumo de dependencia, caracterizado por presentar dificultad para controlar el consumo a pesar de los perjuicios y síntomas de tolerancia frente a la bebida y abstinencia (Babor et al., 2001). Dicha clasificación es vital para poder pensar el fenómeno en relación con la personalidad, pues se esperaría que las diferentes pautas comportamentales ancladas a los tipos de consumo definan estilos de personalidad predominantes, tal y como se evidenció en los múltiples estudios referenciados.

Teniendo en cuenta los antecedentes revisados, este estudio buscó establecer relaciones entre estilos de personalidad y los tipos de consumo de alcohol, propuestos por la OMS, en la población adulta del municipio de El Retiro (Antioquia, Colombia). Para ello, se tomó el modelo teórico planteado por Millón (2001), en el que los estilos de personalidad se conciben como métodos específicos de adaptación de los miembros de una especie, que resultan eficaces en entornos normales o supuestos. Así, los estilos de personalidad se dividen en metas motivacionales, modos cognitivos y comportamientos interpersonales. Las metas motivacionales se pueden definir como aquellas formas de adaptación ligadas a la diada placer - dolor. A su vez, los modos cognitivos hacen referencia a la capacidad de pensar en términos abstractos, de trascender la inmediatez y la concreción a partir del procesamiento en términos simbólicos, con el fin de propiciar condiciones para que el individuo genere mejores niveles de adaptación a los cambios proporcionados por el medio. Por último, los comportamientos interpersonales hacen referencia al trato que tiene un individuo con los demás, determinan sus relaciones sociales, el empleo y sus vínculos con la familia, las cuales a su vez procuran que el progreso de la vida del individuo sea satisfactorio para sí mismo (Millón, 2001).

Los estudios que se han referenciado hacen evidente que aún no hay un consenso claro sobre qué aspectos de la personalidad pueden influenciar el consumo de alcohol. Los hallazgos son diversos debido a la aplicación de diferentes instrumentos y modelos teóricos. Por tal motivo, buscar relaciones entre los estilos de personalidad según la teoría de Millón y el consumo de alcohol desde la perspectiva del Audit, propuesto por la OMS, podría acercar o, por lo menos, estimar algunos datos importantes en relación con el fenómeno, pues no se hallaron antecedentes en este sentido.

Método

Diseño

Se realizó un estudio piloto descriptivo de tipo correlacional y transversal, que buscaba describir los estilos de personalidad y los tipos de consumo de alcohol, así como identificar la relación existente entre estas variables en una muestra de la población adulta de la zona urbana del municipio de El Retiro, en Antioquía (Colombia). La razón para la elección de esta población es que no se reportan estudios sobre este tema, a pesar de que existen trabajos de prevención. Estudios descriptivos, como el aquí reportado, seguramente ofrezcan un fundamento empírico, que sustente intervenciones ajustadas a las características de la mencionada población. Además, teniendo en cuenta que los habitantes de municipios aledaños a El Retiro y pertenecientes al departamento de Antioquia, poseen características similares entorno al consumo de alcohol, y guardan similitudes culturales (Duque, Uribe, Delgado y Castañeda, 2011), los resultados del presente estudio podrían emplearse para suponer similitudes y planes de intervención que impacten a nivel del departamento y no solamente del municipio.

Participantes

La muestra del estudio estuvo conformada por 61 personas. Su tamaño se calculó teniendo en cuenta la proporción de personas adultas reportadas como consumidoras frecuentes de alcohol en la población, el cual es del 86% según el Gobierno Nacional de la República de Colombia en el estudio nacional de consumo de sustancias psicoactivas, siendo su margen de error del 10% y su confiabilidad del 97% .

Los criterios de inclusión de la muestra fueron: (a) haber consumido alcohol alguna vez en el último año, (b) tener entre 18 años y 65 años de edad, (c) vivir en la zona urbana del municipio de El Retiro, (d) no presentar historia de alteración mental que impidiera responder a los instrumentos de evaluación, empleados en el presente estudio.

La elección de los participantes se realizó a partir de un muestreo aleatorio y proporcional. Así, se tuvo en cuenta la probabilidad de aparición del fenómeno del consumo de alcohol en la población, seleccionado al azar los participantes. Para ello, se elaboró una lista de todos los habitantes adultos del municipio, organizados según su lugar de residencia, en las unidades en las que se divide el Municipio (en total 6392 personas), a partir de listados del Sisben y del Catastro Municipal de El Retiro. Posteriormente, se sortearon estos números hasta completar el total de unidades deseadas para la muestra. De este modo, la probabilidad que tuvo cada elemento de aparecer en la muestra fue exactamente igual.

Las edades halladas en los participantes se encuentran entre los 18 y los 65 años de edad (M = 38.95; DT = 14.91). El 54.1% de los participantes fueron hombres, mientras que el 45.9% fueron mujeres. La mayoría de los participantes eran solteros (47.5%), seguidos de participantes casados (34.4%), unión libre (9.9%), divorciados (4.9%) y viudos (3.3%). El estrato tres fue el que presentó un porcentaje más alto de representación (67.3% ). El nivel de estudio con mayor porcentaje de aparición fue de bachillerato (39.2%; ver tabla 1).

Instrumentos

Se utilizó el Millón Inventory of Personality (MIPS; Millón, 2001), en su versión adaptada al español por Sánchez, Díaz y Aparicio (2001). Este instrumento cuenta con una amplia investigación y validación en Latinoamérica (Aparicio y Sánchez, 1998; Dresch, Sánchez, Aparicio, 2005; Sánchez y Casullo, 2000; Sánchez, Thorne, Martínez, Niño de Guzmán y Argumedo, 2002), sin encontrarse reportes específicos en población colombiana. En muestras latinoamericanas, obtiene una fiabilidad de a = 0.72, con un valor de 0.73 para mujeres y de 0.71 para varones (Millón, 2001). Este inventario de papel y lápiz, consta de 180 ítems con respuestas dicotómicas (falso/verdadero), que se organizan en 24 escalas, agrupadas en 12 bipolaridades o estilos de personalidad, según la teoría de Millón (2001), la cual establece que la personalidad responde a una secuencia tripartita de metas motivacionales, modos cognitivos y comportamientos interpersonales (ver tabla 2).

El MIPS se puede aplicar a población adulta (mayor de 18 años), con un nivel mínimo de estudios de secundaria y funcionamiento psicológico típico. La duración máxima de aplicación es de 40 minutos, pudiéndose aplicar de forma individual o colectiva.

Para la aplicación del instrumento en la muestra colombiana, se realizaron algunos ajustes de adaptación lingüística, para asegurar que el inventario empleara un lenguaje familiar y comprensible para los participantes del presente estudio. Por ejemplo, el ítem 98 original dice Nunca digo tacos, aun cuando estoy muy enfadado con alguien, fue ajustado a la expresión Nunca digo groserías, aun cuando estoy muy enojado con alguien. En total, se realizaron tres modificaciones lingüísticas; estos cambios no alteraron el contenido de evaluación, permitiendo que cada uno de ellos continuara evaluando el mismo aspecto de la personalidad que miden los ítems originales.

Por su parte, se empleó el Alcohol Use Disorder Identification Test (Audit) para identificar los patrones o tipos de consumo de alcohol de la muestra evaluada. Esta prueba, desarrollada por la OMS cuenta con una estandarización transnacional en seis países (Noruega, Australia, Kenia, Bulgaria, México y Estados Unidos; Babor et al., 2001). En países latinoamericanos, se han realizado validaciones y adaptaciones que han encontrado alta homogeneidad (Alvarado, Carmendia, Acuña, Santis y Arteaga, 2009; Pérulaetal., 2005). El estudio realizado en Colombia por Londoño, García, Valencia y Vinaccia (2005) planteó que el Audit tiene una confiabilidad aceptable (α = 0.9), que permite su uso en programas de atención primaria y prevención. Además, su capacidad discriminativa permite realizar diferenciaciones tan finas como las que puede haber entre consumos excesivos y la dependencia al alcohol (Álvarez, Gallego, Latorre y Bermejo, 2001). En la mayoría de los países en los que se ha validado el Audit, se encuentra una sensibilidad superior a 0.8.

Esta prueba consta de diez ítems, que pueden ser aplicados por personal sanitario, clínico o, incluso, con una adecuada instrucción, puede ser autoaplicado. Las opciones de respuesta son tipo Likert. Los tipos de consumo de alcohol que evalúa son:

  • Sin riesgo: son aquellos que pueden ser considerados como consumos sociales y que no reúnen criterios ni puntajes suficientes tras la aplicación de la prueba para poseer un consumo de riesgo, perjudicial o dependencia. En las puntuaciones del Audit, se consideran en esta categoría las que están por debajo de ocho puntos.
  • De riesgo: consumo con consecuencias adversas para el bebedor o para las otras personas. Se consideran que presentan consumo de riesgo las personas que obtienen entre ocho y 15 puntos.
  • Perjudicial: con consecuencias para la salud física y mental, así como con secuelas sociales y daños generados por el consumo. Los puntajes entre 16 y 19 clasifican dentro de este tipo de consumo.
  • Dependencia: caracterizado por un deseo intenso de consumir alcohol, dificultad para controlarei consumo, persistencia del consumo a pesar de las consecuencias perjudiciales, mayor prioridad al consumo frente a otras actividades y obligaciones, aumento de la tolerancia al alcohol y abstinencia física cuando el consumo se interrumpe. Los puntajes que son superiores a 20 puntos implican un problema de dependencia al alcohol (Babor et al., 2001, p. 5).

Procedimiento

Teniendo en cuenta que el universo poblacional de este estudio piloto fue de 6.392 personas, entre 18 y 65 años de edad, habitantes de la zona urbana del municipio de El Retiro, la selección de los participantes se hizo a partir de un muestreo de tipo aleatorio proporcional. Una vez definida la muestra, se procedió a la aplicación de los instrumentos, durante octubre de 2011. En este momento, se contactaron los participantes, se les dio a conocer el nivel de riesgo de la investigación, la confidencialidad en el manejo de la información y las consideraciones éticas, según las disposiciones contempladas en la resolución 008430 de 1993 del Ministerio de Salud (1993), sobre la realización de investigaciones con seres humanos, sin riesgos para su salud.

Cada participante que firmó el consentimiento informado, respondió los dos instrumentos de evaluación, el MIPS y Audit. Su aplicación se realizó, en visita domiciliaria, de forma individual como entrevista estructurada, que desarrollaron estudiantes de psicología, previamente entrenados para ello. Esta forma de aplicación se empleó para evitar errores en la comprensión de los ítems o distorsiones en las respuestas y reducir datos perdidos. La aplicación de los instrumentos tuvo una duración de aproximadamente 45 minutos por participante.

Análisis de datos

Los datos recogidos fueron empleados para realizar varios análisis estadísticos, en el programa SPSS. Específicamente, se obtuvieron estadísticos descriptivos de las diferentes variables evaluadas y se calculó el coeficiente de confiabilidad de cada uno de los factores que componen las pruebas empleadas, mediante el alpha de Cronbach. Posteriormente, se recodificaron algunas de las variables del estudio para permitir la construcción de tablas de contingencia para establecer la existencia de relaciones significativas entre algunas variables sociodemográficas de los participantes y los tipos de consumo de alcohol que ellos reportan.

Finalmente, se realizó un análisis mediante la matriz de correlación de Pearson bivariada, entre los resultados del MIPS y del Audit con las puntuaciones escalares que ofrecen estos instrumentos, tomando como significativas las relaciones con un nivel de significancia de p < 0.005. Estas correlaciones también se calcularon para cada género y tipo de consumo de alcohol, lo que propició obtener correlaciones entre el consumo de alcohol y los estilos de personalidad para hombres y para mujeres. Concretamente, los puntajes en el Audit, que estaban por debajo de ocho puntos y conformaban el consumo sin riesgo, se correlacionaron con los estilos de personalidad; este mismo procedimiento se realizó con los puntajes del Audit que se distribuyeron entre 8 y 15 puntos (consumo de riesgo), entre 16 y 19 (consumo perjudicial) y aquellos superiores a 20 puntos (dependencia al alcohol).

Resultados

Se recuerda que los resultados obtenidos en esta investigación corresponden aun estudio piloto, el cual permite tener una primera aproximación a las relaciones existentes entre estilos de personalidad y consumo de alcohol en una muestra de adultos habitantes en el municipio de El Retiro, Antioquia (Colombia).

El primer resultado, destaca apropiados niveles de confiabilidad, calculados por medio del alpha de Cronbach, para ambos instrumentos empleados. Particularmente, el Audit obtiene un alpha de 0.82, mientras que el MIPS consigue un alpha de 0.86.

Segundo, los participantes presentaron estilos de personalidad, en su mayoría, dentro de los rangos de tipicidad. La tabla 3 detalla las puntuaciones obtenidas por los habitantes del municipio de El Retiro, así como las puntuaciones medias en la validación española, para su comparación. Por otra parte, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en los estilos de personalidad, según el género o alguna de las variables sociodemográficas de los participantes del estudio.

Tercero, los resultados evidenciaron que el consumo más frecuente, entre la muestra evaluada, fue el consumo sin riesgo, el cual incluye a personas que no consumen alcohol. De acuerdo con las puntuaciones obtenidas por el Audit, este consumo se presentó en un 68.9% de los participantes del estudio, seguido del consumo de riesgo con un 18%; por su parte, el consumo perjudicial se presentó en un 8.2%, mientras que el nivel de dependencia al alcohol se reportó en un 4.9% de los participantes.

Los tipos de consumo mostraron diferencias significativas entre géneros (x2(3) = 10.43, p < 0.05). En primera instancia, se encontró que las mujeres suelen presentar un mayor consumo sin riesgo de alcohol (89%) que los hombres. En segundo lugar, se encontró que el consumo de riesgo y consumo perjudicial es más frecuente en hombres. El nivel de consumo de dependencia al alcohol no se presentó en mujeres.

Al dividir la muestra por rangos de edad, se halló que un 37.7% de los encuestados se encontraba entre los 18 y 30 años de edad, 34.4% entre 31 y 50 años y un 27.9% tenían entre 51 y 65 años de edad. El análisis de medias, calculado por rangos de edad, mostró que la edad no es una variable determinante para el tipo de consumo de alcohol que realizan habitantes de El Retiro. Lo mismo sucede con la variable estado civil.

Por último, los resultados del presente estudio demuestran la existencia de relaciones positivas y significativas, para hombres, entre los tipo de consumo de alcohol y los estilos de personalidad de innovación, discrepancia y dominio (ver tabla 4). Esto indica que el incremento en un estilo de personalidad aumenta el consumo de alcohol, incluso, pudiendo llegar a generar dependencia frente al alcohol. Entre tanto, las mujeres participantes obtuvieron correlaciones significativas entre el consumo de alcohol y los estilos de personalidad de expansión, modificación, adecuación y discrepancia, siendo las dos primeras relaciones positivas y las dos últimas negativas (ver tabla 4). Estos resultados sugieren que a mayor peso en los estilos de personalidad expansión y modificación, más peligroso será el consumo de alcohol que se presente en las mujeres participantes, y a la inversa sucederá con los estilos de personalidad adecuación y discrepancia. Es de anotar que los estilos de personalidad modificación y adecuación, conforman, dentro del MIPS, una bipolaridad; es decir, ambos son polaridades de un mismo aspecto de la personalidad, de allí que la correlación en uno sea positiva y en otro negativa.

La tabla 4 también especifica las correlaciones encontradas entre las dos variables de interés para este estudio, teniendo en cuenta a la muestra total de participantes evaluados.

Discusión

Como se recordará, el presente estudio buscó establecer relaciones entre estilos de personalidad, propuestos por Millón (2001) y los tipos de consumo de alcohol, propuestos por la OMS, en una muestra de habitantes adultos del municipio de El Retiro (Antioquia, Colombia). Los resultados obtenidos con este trabajo permiten apreciar diferencias significativas en el consumo de alcohol que realizan hombres y mujeres, encontrando que los tipos de consumo de riesgo, perjudicial y dependencia al alcohol, se presentan de manera exclusiva en los hombres. Estos resultados concuerdan con lo hallado en distintas investigaciones y en las que se afirma que, a pesar de que el consumo de alcohol tiende a ser cada vez más homogéneo entre sexos, la adicción o dependencia, sigue siendo más prevalente en hombres que en mujeres, no solamente del alcohol, sino que también de otro tipo de sustancias (Cortés, Espejo y Jiménez, 2008; Espada, Pereira y García, 2008; Landero y Villareal, 2007).

Por otra parte, la inexistencia de una relación significativa entre el consumo de alcohol y la edad de los participantes, también coincide con otros estudios (Gobierno Nacional de la República de Colombia, 2009), demostrando que a diferentes edades, se pueden presentar distintos patrones de ingesta de alcohol.

En cuanto a las relaciones encontradas entre estilos de personalidad y consumo de alcohol, cabe mencionar que este trabajo empleó la teoría de Millón para operacionalizar la primera variable, sin encontrar investigaciones previas que emplearan esta teoría. Esto supone que los resultados aquí encontrados, no pueden compararse directamente con otras investigaciones que exploran relaciones entre las variables de interés para este estudio, requiriendo la realización de extrapolaciones y comparaciones entre conceptos. A continuación, se ofrecen las comparaciones más relevantes.

En primera medida, llama la atención la relación positiva encontrada entre el estilo de personalidad de sistematización, que caracteriza a quienes manifiestan ser organizados y predecibles en sus vidas (Millón, 2001), con un consumo de riesgo. Este dato coincide con otras investigaciones que han encontrado resultados similares para conceptos análogos como la autodirección y la rigidez; este último, definido como un concepto que caracteriza a personas con una necesidad constante de regularidad, y que suele ser evaluado con el Deutschland Inventory of Personality (DIP; Koppes et al., 2001; Luteijn, 1974; Pedrero et al., 2011).

En segundo lugar, destacó la relación entre el estilo de personalidad de innovación y el consumo de alcohol, particularmente en hombres, pues este estilo se manifiesta en personas de actitudes creativas y arriesgadas, dispuestas al cambio de cualquier cosa en la vida (Millón, 2001). Conceptualmente, está relacionado conla búsqueda de novedad y con la apertura a la experiencia, evaluados con el NEO Five Factor Inventory-Form (NEO-FFI; Costa y McCrae, 1992b), y los cuales han mostrado una estrecha relación con el consumo de alcohol (Adams et al., 2003; Loukas et al., 2000; Pedreroet al., 2011).Debido a que la correlación entre el estilo de personalidad de innovación y consumo de alcohol es positiva, se podría esperar que en función de su fuerza el consumo pueda ser más grave.

En tercer lugar, se encontró una relación positiva entre el estilo de personalidad de discrepancia y el consumo de alcohol. Millón (2001) define este estilo como una característica que se manifiesta en las personas a través de acciones de inconformismo y resistencia frente a la norma y las tradiciones. Al igual que ha sucedido con los anteriores estilos de personalidad analizados, el estilo de discrepancia guarda similitud teórica con rasgos de personalidad que aparecen en diferentes investigaciones como la rebeldía, rechazo de los valores sociales, y conducta antisocial. Estudios sobre consumo de alcohol y estos rasgos de personalidad destacan una vinculación positiva (Gervilla et al., 2010; Ostlund, Spak y Sundh, 2004).

Particular del presente estudio, es que el estilo de discrepancia y consumo de alcohol, mostró ser significativo en mujeres, sugiriendo que las mujeres que se caracterizan por este estilo de personalidad pueden presentar un consumo más grave de alcohol.

Por su parte, el estilo de personalidad de dominio, caracterizado por alta agresividad social, mucha energía y competitividad, suele correlacionar positivamente con el consumo de alcohol, en hombres (Ostlund et al., 2004).

En cuarto lugar, el presente estudio encontró que las mujeres que manifiestan un estilo de personalidad de expansión, es decir, que suelen mirar el lado positivo de la vida, se divierten fácilmente y enfrentan los altibajos de la vida de una manera ecuánime (Millón, 2001), suelen presentar bajos niveles de consumo de alcohol, lo que sugiere que el aumento en la presencia del estilo de expansión, aleja a las mujeres del consumo perjudicial y/o de dependencia.

Teniendo en cuenta que estudios previos sobre la relación entre estilos de personalidad y consumo de alcohol no rastrean este tipo de estilo, este hallazgo puede considerarse en una novedad en el tema. Futuras investigaciones deberían continuar indagando esta relación negativa encontrada entre la expansión y el consumo de alcohol, pues podría tener implicaciones en el manejo de la salud del habitante.

Una situación similar a la anteriormente descrita, ocurre entre el estilo de personalidad de modificación y consumo de alcohol, pues también se encuentra que su relación es significativa, pero negativa en mujeres. Este estilo define a personas que expresan responsabilidad frente a sus vidas y un deseo de cambiar, para suplir necesidades propias y obtener el mayor beneficio posible. Este hallazgo también es novedoso en el campo de la Psicología de la Salud.

En quinto lugar, se encontró que el consumo de alcohol en mujeres se correlaciona con el estilo de personalidad de adecuación, caracterizado por el conformismo, la adaptación a los acontecimientos, la carencia de iniciativa y la pasividad (Millón 2001). Debido a que la relación es positiva, la fuerza de este estilo de personalidad se vincula con un mayor nivel de consumo de alcohol. Además, este estilo de personalidad, asociado con el concepto de alta inhibición de la conducta, presenta la misma relación con consumo de alcohol, que se ha encontrado con este concepto como sugiere el trabajo de Lammers et al. (2011).

En sexto lugar, se presenta un resultado bastante interesante en el que se destaca que el consumo sin riesgo se relaciona con el estilo de personalidad de adecuación y de decisión; este último, caracterizado por la presencia de ambición, egocentrismo, seguridad en sí mismo y franqueza (Millón 2001). Al parecer, estos dos estilos parecen proteger a las personas de caer en consumos mayores de alcohol, como el perjudicial y el de dependencia.

En lo que atañe al estilo de personalidad de decisión, este puede semejarse a los rasgos de personalidad de persistencia y autodirección, evaluados con el Inventario del temperamento y el carácter, versión revisada (Cloninger, 1999) y, según el estudio de Pedrero et al. (2011), pueden proteger a la persona de consumos abusivos de alcohol.

En contraste con lo anterior, el estilo de personalidad de indecisión presentó una relación significativa y estrecha con el consumo de dependencia o alcoholismo. Los indecisos al ser personas cohibidas, inhibidas socialmente, inseguros, con una alta necesidad de aceptación y temor al rechazo (Millón, 2001), parecen encontrar en el consumo de alcohol una fuente que facilita su interacción, puesto que el efecto desinhibidor del alcohol contribuye a la disminución de sus temores y, consecuentemente, establecen relaciones sociales con mayor fluidez (Evren et al., 2009; Gervilla et al., 2010; Lammers et al., 2011; Ostlund et al., 2004; Robson, 1989; Rodríguez et al., 2000).

Como séptimo resultado, se encuentra que el consumo perjudicial mostró estar significativamente relacionado con el estilo de personalidad de protección. Es decir, quienes suelen centrarse en satisfacer las necesidades y deseos de los demás, siendo vulnerables a la presión externa, son más propensos a consumir ingestas de alcohol que atenten contra su salud, a pesar de sus propios deseos.

El estilo de personalidad de protección presenta algunas similitudes conceptuales con el concepto de neuroticismo, en la medida en que abarca una tendencia a experimentar emociones desagradables con facilidad, como la ira, ansiedad y depresión, así como vulnerabilidad (Costa y McCrae, 1992a; Digman, 1990; Goldberg, 1993; John y Srivastava, 1999). En virtud de la vulnerabilidad, que es el aspecto común entre estos rasgos de personalidad, la protección y el neuroticismo, estarían vinculados al consumo de alcohol, específicamente, al consumo perjudicial, tal y como los resultados investigativos lo indican (Egan y Hamilton, 2008; Hong y Paunonen, 2009; Loukas et al., 2000).

En síntesis, los resultados del presente trabajo permiten destacar varias relaciones entre estilos de personalidad y consumos de alcohol, en una muestra de habitantes del municipio El Retiro. De gran interés resultan las diferencias encontradas entre géneros.

Además, el presente trabajo, a pesar de tratarse de un estudio piloto, presenta una ventaja frente a estudios anteriores, pues se encuentra que el MIPS es un instrumento mucho más específico en la evaluación de la personalidad, permitiendo analizar relaciones más exactas con los diferentes tipos de consumo. Sea esto quizás, el aporte más significativo del presente estudio a la investigación en torno al tema.

Ahora bien, los análisis aquí ofrecidos deben asimilarse con reservas, dado el tamaño muestral, y el hecho de que los instrumentos empleados en estudios anteriores para medir estilos de personalidad, no incluyen los mismos conceptos rastreados por el MIPS. Como se mencionó anteriormente, el MIPS ofrece estilos de personalidad más específicos que los manejados por otros instrumentos de personalidad. Claro ejemplo es el caso de la evaluación del neuroticismo con el instrumento Big Five, puesto que este constructo abarca, en un solo término, varios estilos de personalidad que lo definen.

Para próximos estudios es importante ampliar la muestra de participantes, con el propósito de explorar los estilos de personalidad y sus relaciones con el consumo de alcohol en diferentes poblaciones de Colombia. De esta manera, se contribuye con la producción de conocimiento en adicciones y con los lineamientos en prevención que puedan encontrarse a partir de este tipo de investigación. Igualmente, los próximos estudios en el tema podrían establecer como parámetro comparativo el análisis de las diferencias en hombres y mujeres, puesto que los resultados de este estudio marcaron diferencias significativas en relación con el consumo de alcohol.


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