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Pensamiento Psicológico

versión impresa ISSN 1657-8961

Pensam. psicol. vol.11 no.2 Cali jul./dic. 2013

 

Consecuencias psicológicas del éxito en una muestra de futbolistas juveniles de la ciudad de Lima1

Psychological Consequences of Success in a Sample of Young Soccer Players from the City of Lima

Consequências psicológicas do êxito numa mostra de futebolistas jovens da cidade de Lima

Eduardo Daniel Cáceres Morales2
Jan Marc Rottenbacher de Rojas3

Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima (Perú)

1Este artículo es una versión resumida de la tesis de licenciatura, elaborada por Daniel Cáceres Morales para optar al título profesional de licenciado en Psicología Social, asesorada por Jan Marc Rottenbacher.
2Licenciado en Psicología Social. dcaceres85@gmail.com
3Licenciado en Psicología Social y Magíster en Historia por la PUCP. Profesor Ordinario del Departamento Académico de Psicología de la PUCP. Dirección postal: Av. Universitaria 1801, San Miguel, Lima - 32, Perú. Dirección electrónica: jrottenbacher@pucp.edu.pe

Recibido: 13/02/2013 Aceptado: 06/07/2013


Para citar este artículo/ to cite this article / para citar este artigo

Cáceres Morales, E. D. y Rottenbacher de Rojas, J. M. (2013). Consecuencias psicológicas del éxito en una muestra de futbolistas juveniles de la ciudad de Lima. Pensamiento Psicológico, 11(2), 7-18.


Resumen

Objetivo. Este estudio tiene como objetivo general identificar, describir y analizar las consecuencias percibidas del éxito en una muestra de 12 futbolistas juveniles de un club deportivo de Lima, Perú. Como objetivo secundario, se propuso conocer las concepciones de éxito en dicha muestra. Método. Para ello, se empleó un estudio cualitativo de tipo no experimental y exploratorio, en el cual se utilizó una entrevista semiestructurada. La muestra estuvo compuesta por 12 futbolistas juveniles de género masculino, cuyas edades oscilaron entre los 17 y los 18 años. Resultados. Se halló que las principales consecuencias percibidas del éxito son mayor motivación, mayor confianza, bienestar, reconocimiento, críticas constructivas, beneficios personales, mayor presión, menor humildad, mayor soberbia y culpa. Conclusión. Se infiere que las consecuencias del éxito pueden ser percibidas tanto de manera positiva como negativa. Si bien algunos de los presentes hallazgos son consistentes con los reportados en estudios exploratorios anteriores, hay otros que son novedosos, lo que sugiere la construcción de nuevos instrumentos o la adaptación de los ya existentes en futuras mediciones dentro del contexto latinoamericano.

Palabras clave: Psicología Deportiva, rendimiento deportivo, miedo al éxito.


Abstract

Objective. This study aims to generally determine, describe and analyze the perceived consequences of success in a sample of twelve young players of a sports club in Lima, Peru. Also, as a secondary objective, to determine the concepts of success in that sample. Method. A qualitative non-experimental and exploratory study, in which we used a semi-structured interview that was designed for the purposes of this study. The sample comprised of 12 male youth soccer players whose ages ranged between 17 and 18 years. Results. It was found that the main perceived consequences of success are greater motivation, increased confidence, well-being, recognition, constructive criticism, personal benefits, increased pressure, less humility, greater arrogance and guilt. Conclusion. From the above it follows that the consequences of success can be perceived both positively and negatively. While some of these findings are consistent with those reported in previous exploratory studies, others are unfamiliar, recommending the construction of new instruments or the adaptation of existing ones in future measurements within the Latin-American context.

Key words: Sports Psychology, sport performance, fear of success.


Resumo

Escopo. Este estudo tem como escopo geral identificar, descrever e analisar as consequências percebidas do êxito numa mostra de 12 futebolistas juvenis dum clube de Lima, Peru. Como escopo secundário, foi proposto conhecer as conceições do êxito em dita amostra. Metodologia. Para isto, foi empregado um estudo qualitativo do tipo não experimental e exploratório, no qual foi utilizado uma entrevista semiestruturada. A amostra esteve composta por 12 futebolistas juvenis do gênero masculino, cuias idades oscilaram entre os 17 e os 18 anos. Resultados. Foi achado que as principais consequências percebidas do êxito são maior motivação, maior confiança, bem-estar, reconhecimento, criticas construtivas, benefícios pessoais, maior pressão, menor humildade, maior soberbia e culpa. Conclusão. É inferido que as consequências do êxito podem ser percebidas tanto de maneira positiva quanto de maneira negativa. Ainda alguns dos presentes resultados são consistentes com os reportados em estudos exploratórios anteriores, têm outros que são os que sugerem a construção de novas ferramentas ou a adaptação das já existentes em futuras medições dentro do contexto latino-americano.

Palavras chave: Psicologia esportiva, rendimento esportivo, medo ao êxito.


Introducción

En la última década se ha generado una polémica en el ámbito futbolístico peruano que ha pretendido explicar la causa de las derrotas, sobre todo de aquellas que se dan en los últimos minutos de un partido, así como el bajo rendimiento de los equipos peruanos de fútbol en los diversos torneos internacionales e incluso nacionales. Aparte de los factores físicos, técnicos y tácticos, se sugiere que algunos factores psicológicos como el miedo al éxito podrían relacionarse con el bajo rendimiento y los resultados negativos.

En un artículo titulado Los que fracasan al triunfar, Freud (1916/1992) ya había escrito sobre el temor a tener éxito, al observar que algunos de sus clientes sufrían una serie de síntomas neuróticos cuando tenían la posibilidad de tener éxito, de manera que autosaboteaban sus logros con la finalidad de evitar el éxito. Si bien Horney (1936) desarrolló tiempo después este constructo con el fin de explicar ciertos conflictos personales durante una competencia, fue Horner (citado en André y Metzler, 2011) quien lo posicionó en el mapa psicológico al tratar de explicar las diferencias de género en situaciones de logro. Horner (citado en Silva, 1982) define el miedo al éxito como una disposición aprendida para experimentar ansiedad en situaciones en las que se tiene la expectativa de que se van a experimentar consecuencias negativas si se alcanza el éxito.

En el ámbito deportivo, se concibe que la disminución del desempeño se debe a ciertos conflictos motivacionales que surgen en contextos de logro (Piedmont, 1988). En ese sentido, el miedo al éxito es una forma de disposición a la ansiedad competitiva que puede afectar la cognición, la motivación y el comportamiento de los deportistas (Conroy, Poczwardowski y Henschen, 2001). En una línea similar, André y Metzler (2011) entienden este fenómeno como creencias y emociones aversivas relacionadas con el éxito, que predisponen a los deportistas a evaluarlo como amenazante.

Estos instrumentos -pruebas proyectivas o escalas- y enfoques, utilizados para medir este constructo durante el siglo XX, fueron sumamente criticados, lo que disminuyó el interés en el estudio del miedo al éxito (Metzler y Conroy, 2004). En un primer momento se cuestionó la confiabilidad del test de apercepción temática propuesto por Horner, debido a que se obtenían resultados muy distintos, incluso en muestras y contextos sumamente similares (Zuckerman y Allison, 1976). Posteriormente, se criticaron dichas escalas por haber sido concebidas desde una perspectiva unidimensional cuando varias investigaciones sugerían lo contrario, además de que no se enfocaban necesariamente en aquellas consecuencias del éxito que generaban temor (Metzler y Conroy, 2004).

Durante la primera década del siglo XXI, la Psicología Deportiva retomó el interés en este constructo enfocándose en la exploración, principalmente, de aquellas consecuencias del éxito que se perciben como amenazantes (Metzler y Conroy, 2004).

Es importante mencionar, que si bien actualmente se ha puesto mayor interés en los temores asociados al éxito por parte de los deportistas, en un estudio realizado con atletas por Ogilvie (1968), se encontraron cinco síndromes que pueden ser experimentados tras alcanzar el éxito o en situaciones que lo impliquen: (a) aislamiento social y emocional, pues el éxito puede generar resentimiento en los amigos, el cual, a su vez, puede generar el alejamiento de éstos; (b) culpa cuando uno se afirma en la competencia, es decir, puede llevar a castigarse a sí mismo por expresar abiertamente ciertas tendencias agresivas que son naturales en una competencia; (c) temor por descubrir el verdadero potencial durante la competencia, utilizando estrategias defensivas de la autoestima como retirarse de competiciones; (d) sentimientos de ansiedad cuando se tiene la posibilidad de superar el récord o el rendimiento de deportistas que se admiren; y (e) presión constante por superar el propio rendimiento.

Más recientemente, Conroy et al. (2001), basándose en la teoría cognitivo - motivacional -relacional de Lazarus (2000), encontraron que el éxito puede traer las siguientes consecuencias: (a) presión por encontrarse con expectativas mayores, puesto que las expectativas de otros y de uno mismo pueden acrecentarse, así como también la presión que uno ejerce sobre sí mismo para no fallar; (b) mayores beneficios para el desempeño, ya que se puede incrementar la sensación de control y la sensación de que se ha logrado mejorar el rendimiento y la motivación por desempeños superiores en el futuro; (c) "costos sorpresa" tras lograr el éxito, en el sentido de que el éxito puede volverse negativo. Por ejemplo, algunos entrevistados mencionaron haber perdido el interés por alcanzar nuevos objetivos; (d) incremento en la interacción psicológica con otros, en la medida en que se puede generar cierta rivalidad con otras personas y un mayor reconocimiento por parte de otros. Asimismo, se puede ver favorecida la creencia de que se está en deuda con otros, provocando un mayor involucramiento por parte de otras personas en el desempeño personal; y (e) una mejor visión de uno mismo tras lograr el éxito.

A partir de los hallazgos de Conroy et al. (2001) y Ogilvie (1968), Metzler y Conroy elaboraron, en el 2007, un cuestionario conocido como Performance Success Threat Appraisal Inventory (Pstai) para medir el miedo al éxito en contextos deportivos (André y Metzler, 2011). Dicho instrumento comprende 22 ítems que evalúan cinco dimensiones.

Recientemente, André y Metzler (2011) modificaron este instrumento y propusieron la medición de las siguientes dimensiones: (a) miedo a perder la motivación. Ello porque el logro de una meta es una fuente importante de motivación; (b) miedo a aumentar las expectativas, teniendo en cuenta que la creencia de que el éxito trae como consecuencia una mayor presión por parte de uno mismo y de otros; (c) miedo a las demandas de tiempo que imponen las competencias, en la medida en que las creencias acerca del éxito tienen como resultado una menor disponibilidad en el tiempo para interactuar con familiares y amigos; y (d) miedo a la rivalidad y al aislamiento social, como creencia de que el éxito trae como consecuencia un menor apoyo por parte de otras personas e, incluso, la envidia y/o la competitividad excesiva. Dichos autores hallaron que el miedo al éxito se vincula con la ansiedad, con los problemas de concentración, con las dudas acerca de uno mismo, con la preocupación por las recompensas y con el hecho de sentir que se tiene poca libertad en las relaciones con otras personas.

Por otro lado, hasta donde ha sido posible revisar, en Perú el miedo al éxito no ha sido estudiado. Sin embargo, existen algunas indagaciones preliminares realizadas por el psicólogo deportivo Dante Nieri, quien pudo dar cuenta de este tipo de miedo en deportistas individuales y en equipos juveniles de fútbol, quienes disminuían su rendimiento cuando estaban a punto de ganar un partido. Nieri (2007) encontró que el éxito puede significar un mayor estrés y sugirió que la evitación de este podría traer los siguientes beneficios: (a) estabilidad al no afrontar situaciones nuevas que podrían ser estresantes; (b) escapar a las expectativas crecientes; y (c) perder traería ganancias secundarias como atraer la atención de otros al dar pena y, con ello, recibir cariño, ternura, protección, afecto, etc.

A continuación serán revisadas las formas en las que el éxito ha sido concebido desde la Psicología y, en particular, desde la psicología dedicada al deporte. En un primer momento se concibió el éxito como el logro de resultados objetivos. En ese sentido, Scanlan (citado en Sagar, Lavallee y Spray, 2007) sostuvo que el éxito puede definirse a partir de las victorias que se obtienen durante las competencias. Posteriormente, se sugirió la inclusión de aspectos subjetivos, además de los resultados objetivos. Así, Maehr y Nicholls (1980), por ejemplo, lo concibieron como un estado psicológico y no tanto como un nivel objetivo de rendimiento, con lo cual adquieren importancia aquellos momentos en los que el individuo se siente competente y habilidoso, en otras palabras, exitoso. En esa línea y de manera reciente, Gilson, Chow y Ewing (2008) encontraron que los deportistas se sienten exitosos cuando cumplen con un objetivo planteado, dan su máximo esfuerzo, agradan a otros y se recuperan de una lesión.

Por otro lado, Passer (citado en Sagar et al., 2007) sugirió que el éxito se puede definir también a partir de la calidad del desempeño mostrado. Más recientemente, Conroy et al. (2001) sugirieron, tras una investigación cualitativa, que los criterios que utilizan los deportistas para establecer si son exitosos o no se relacionan con la satisfacción de ciertas necesidades psicológicas, las cuales, como habían revisado Deci y Ryan (1985), promueven el bienestar.

Si bien luego de la revisión conceptual se ha encontrado la existencia de algunos estudios que exploran las consecuencias negativas del éxito y las concepciones de éxito, éstos se han visto enmarcados en realidades diferentes y ajenas a las que se encuentran en Perú o Latinoamérica. Por ello, esta investigación tiene como objetivo identificar, describir y analizar las consecuencias percibidas del éxito en una muestra de futbolistas juveniles de un club deportivo de Lima. Como objetivo secundario, se buscó conocer qué concepciones de éxito tenían dichos deportistas juveniles.

Método

Este estudio es de tipo cualitativo. Según Hernández, Fernández y Baptista (2010), la investigación cualitativa, paradigma que describe la construcción del conocimiento como un proceso interpretativo en el que el investigador busca identificar y reconstruir los fenómenos desde el punto de vista de los sujetos estudiados (Flick, 2004), permite la recolección de datos sin medición numérica y prioriza los diversos puntos de vista de los participantes para la interpretación de la realidad (Hernández et al., 2010). Asimismo, el presente estudio fue de tipo no experimental y exploratorio, pues los objetivos estuvieron dirigidos hacia la exploración, tanto de las consecuencias percibidas del éxito como de las concepciones de éxito que los futbolistas juveniles poseían.

Participantes

Los participantes seleccionados fueron futbolistas juveniles de un club deportivo de Lima que tiene como objetivo formar futbolistas profesionales. La muestra estuvo constituida por 12 futbolistas juveniles de género masculino, cuya edad osciló entre los 17 y los 18 años (M = 17.17, DE = 0.39). Los participantes debían tener como mínimo un año de experiencia en el fútbol juvenil y estar participando en algún campeonato con su equipo durante la realización del estudio. Cabe resaltar que en esta edad los futbolistas se encuentran en una etapa próxima al profesionalismo, por lo que su desempeño podría tener consecuencias decisivas en su futuro como deportistas profesionales.

Para determinar el número final de entrevistas aplicadas se consideró el criterio de saturación (Vieytes, 2004). Según este criterio, en un estudio cualitativo, la muestra final se determina cuando las entrevistas que van adicionándose dejan de aportar información novedosa (Hernández et al., 2010).

Instrumentos

Se utilizó una guía de entrevista semiestructurada que estuvo conformada por una ficha de datos sociodemográficos y preguntas agrupadas en tres apartados: el primero, orientado a explorar las concepciones de éxito que los participantes tuvieran a través de preguntas como: "¿Qué es para tí el éxito?, ¿qué se te viene a la mente cuando escuchas la palabra éxito?" En el segundo, se consultó a los participantes sobre experiencias pasadas en las que considerasen haber tenido éxito y se les pidió que describieran las consecuencias que esto tuvo para ellos, con indicaciones como: "cuéntame de alguna oportunidad en la que consideres haber logrado el éxito en el ámbito deportivo, ¿cuándo fue?, ¿qué ocurrió?, ¿cómo sentiste que habías tenido éxito?, ¿cómo describirías esa sensación?" En este apartado también se les pidió a los participantes que describieran los sentimientos que experimentaron luego de alcanzar el éxito. En el tercer apartado, se les preguntó a los participantes si alguna vez el éxito les había traído consecuencias negativas, con preguntas como: "¿Alguna vez el éxito en una competencia deportiva importante no ha sido positivo para ti?" Se consideró pertinente incluir esta pregunta, pues las anteriores podrían generar deseabilidad social, debido a que, como sostienen Potgyester y Steyn (2010), las personas suelen asociar el éxito mucho más a lo positivo que a lo negativo. Al final, se les pidió a los participantes que describieran dichas experiencias negativas y se les preguntó acerca de aquella consecuencia del éxito que percibían como la más amenazante o aversiva, con el interrogante: "¿Cuáles de todas las consecuencias negativas de las que hemos hablado preferirías que no pase después de tener éxito?"

Si bien la validez de la guía se basa en la revisión bibliográfica, para garantizar su funcionalidad y aplicabilidad, ésta fue evaluada por seis jueces expertos. Adicionalmente, se realizó una aplicación piloto en la que participaron dos deportistas juveniles, buscándose evaluar la comprensión de los temas y las preguntas, así como la coherencia en la estructura de la entrevista. De esta última, se intentó obtener una retroalimentación que permitiera mejorar la calidad del instrumento.

Procedimiento

El levantamiento de la información se realizó durante el mes de mayo de 2011. Las entrevistas, cuya duración variaba entre los 15 y los 45 minutos, se llevaron a cabo en las instalaciones de un club deportivo de Lima. El acceso a los deportistas se obtuvo a través de un club especializado en la formación de futbolistas profesionales en Lima, al cual se le envió una carta en la que se describieron y explicaron los requerimientos, los procedimientos y los objetivos de la investigación. Una vez confirmado el cumplimiento de los criterios necesarios para pertenecer a la muestra, los participantes fueron elegidos según su disponibilidad para ser entrevistados de manera individual.

Antes de iniciar la entrevista, a cada participante se le entregó un documento con el consentimiento informado, en el que se detallaron los requerimientos, los procedimientos y los objetivos de la investigación, al igual que la seguridad del completo anonimato de su participación y la confidencialidad con la que los datos serían analizados. El requisito indispensable para iniciar cada entrevista fue la firma de dicho consentimiento, la misma que fue completamente voluntaria. Las entrevistas fueron grabadas contando con su consentimiento y se recordó a los participantes que podrían retirarse en cualquier momento si así lo deseaban. El encargado de realizar las entrevistas fue uno de los investigadores de este estudio.

Análisis de datos

Una vez recopilados los datos, se procedió con el análisis de los mismos mediante la técnica de análisis de contenido cualitativo (Andréu, 2003) o codificación cualitativa (Hernández, Fernández y Baptista, 2006), el cual fue llevado a cabo por un investigador con la ayuda del software Atlas TI 5.0, herramienta informática de análisis de información cualitativa. Durante este proceso se seleccionaron los fragmentos de contenido (palabras, frases o párrafos) que se consideraron relevantes para su interpretación y formación de categorías, y que contuvieran experiencias, ideas y hechos afines que, a su vez, se diferenciaran de los elementos de otras categorías (Hernández et al., 2006). Cabe resaltar que las categorías que se formaron en este estudio, con respecto a las concepciones de éxito y las consecuencias del éxito, emergieron de las respuestas de los participantes. Éstas se detallan en la siguiente sección del trabajo.

Resultados

Acerca de las concepciones de éxito

Al explorarse la concepción de éxito a un nivel general, los participantes enfatizaron en las metas generales, deportivas o afiliativas y en el proceso que se debe llevar a cabo para lograr dichas metas. En cuanto a las metas, se mencionaron, en primer lugar, una serie de metas generales como cumplir con metas planteadas, formar una familia, trabajar, estudiar (se menciona que el fútbol no dura para siempre y que sería bueno forjarse una carrera que sirva de soporte para el futuro) y "hacer lo que te gusta", lo cual se asoció a la práctica deportiva de manera profesional. Igualmente, en una serie de metas deportivas: ser futbolistas profesionales, tener un buen desempeño jugar bien, destacar, ser importante para el equipo, llegar a jugar en el extranjero y llegar a jugar en la selección, ya sea juvenil o mayor. Por último, se enfatizó en ciertas metas afiliativas: agradarle a otros, ayudar a otros y obtener el reconocimiento de otros.

En relación con el proceso para alcanzar el éxito, el énfasis estuvo puesto en la noción de que el éxito significa esforzarse para conseguir tanto metas deportivas como extradeportivas. Asimismo, con respecto al tema afiliativo, se manifestó que uno consigue el agrado y el reconocimiento de otros cuando, además de ser un buen futbolista "dentro de la cancha", se es un buen profesional fuera de ella.

En cuanto al éxito como futbolista juvenil, los hallazgos son similares a los descritos en el nivel anterior pero con un énfasis mayor en las metas deportivas. En ese sentido, se mencionó que el éxito sería lograr ser futbolistas profesionales, tener un buen desempeño a lo largo de las diversas competencias, lograr campeonatos con los equipos en que se desempeñen, llegar al extranjero como futbolistas profesionales y llegar a la selección juvenil o mayor. Otras respuestas enfatizaron las metas extradeportivas, en este caso, metas materiales como poder adquirir y poseer objetos de valor. Finalmente, se mencionaron metas afiliativas como lograr el reconocimiento de otros y tener la posibilidad de ayudar a otros.

En cuanto al éxito en un campeonato, se subrayó una serie de metas específicas del deporte, diferenciándose entre metas colectivas y metas individuales. En cuanto a las colectivas, se mencionó que el éxito es lograr el campeonato con el equipo.

Con respecto a las individuales, se indicaron las siguientes: tener un buen desempeño durante el campeonato, salir como goleador del campeonato, específicamente, para los que se desempeñan en posiciones ofensivas en el terreno de juego, y así, poder ser convocados a la selección juvenil sub-20, convertirse en profesionales, llegar al extranjero como futbolistas profesionales y, finalmente, la meta afiliativa de lograr el reconocimiento de otros.

En cuanto a ser exitoso en un partido de fútbol, también destacaron metas colectivas e individuales. Por un lado, en cuanto a las colectivas, se precisó que el éxito es que el equipo gane el partido. Cabe resaltar, algunos participantes mencionaron que a veces, aparte de ganar y dependiendo del rival o las condiciones del partido, uno se siente más exitoso cuando el equipo demuestra cierta superioridad sobre su rival. De este modo, sería bueno que se gane jugando en equipo, "gustando" -que el juego desplegado por el equipo le agrade a uno mismo y a los espectadores- y goleando. Por otro lado, los participantes del estudio reportan, en relación con las metas individuales, que sería exitoso si se logra demostrar un buen desempeño deportivo, ya sea siendo superior a otros o superando rendimientos anteriores propios durante el partido o si mete goles. Al igual que en los niveles anteriores, es importante obtener el reconocimiento de otros. Finalmente, se hace referencia al esfuerzo para conseguir las metas descritas. Así, es importante el esfuerzo en equipo como el individual.

Consecuencias del éxito

De las respuestas de los participantes se pudieron identificar consecuencias positivas y negativas. Por un lado, las que se percibieron como positivas fueron: mayor motivación, mayor confianza, bienestar, reconocimiento, críticas constructivas y beneficios personales. Por otro lado, las que se percibieron como negativas: mayor presión, "agrandarse"4 y sentir culpa.

A continuación, se describirán brevemente las consecuencias generales del éxito, así como aquellas de consecuencias más específicas. Para una mejor comprensión del conjunto de los resultados, los datos obtenidos han sido integrados en un diagrama (ver figura 1)5.

En primer lugar, el éxito favorece el reconocimiento de otras personas. Dicho reconocimiento se puede dar a través de premios económicos o comentarios positivos (felicitaciones). En este orden de ideas, a consecuencia del reconocimiento, uno puede ganar respeto y notoriedad entre las personas. A su vez, esto favorecería una mayor participación en los partidos siguientes: "(...) te tocan más la bola [la pelota]" (Futbolista juvenil, 17 años).

Otro tipo de comentarios positivos, a consecuencia del éxito, son las críticas constructivas. Éstas se perciben de manera positiva porque se cree que las personas las utilizan con la finalidad de que uno mejore su desempeño deportivo.

Otra consecuencia del éxito personal, así como del reconocimiento de otras personas, es el bienestar. En ese sentido, tras alcanzarlo, se experimentarían diversas sensaciones y emociones positivas como sentirse bien, feliz, alegre, orgulloso, considerado, tranquilo o relajado y/o grande. Cabe aclarar, esto último significa "sentirse importante", sobre todo en relación con otras personas. Entre las sensaciones y emociones positivas que reporta la muestra se hizo referencia especial a la mayor confianza que se genera en sí mismo, sobre todo para afrontar retos futuros, lo cual puede resultar motivador: "(...) si lo logré y si me propongo otra meta voy a saber que sí lo voy a lograr (...)" (futbolista juvenil de 17 años).

Ahora bien, el éxito, el reconocimiento de otras personas, las expectativas y aquellas sensaciones y emociones positivas pueden constituir una fuente importante de mayor motivación. De esta manera, uno podría motivarse para desplegar un mayor esfuerzo con el fin de mantener cierta constancia en el rendimiento, para seguir progresando e, incluso, para ayudar a otras personas a conseguir sus propias metas.

Finalmente, el éxito también puede traer consigo diversos beneficios personales. Se podrían tener facilidades para jugar en el extranjero si se tiene éxito en un torneo, los entrenamientos podrían ser menos exigentes, etc. Por otro lado, el éxito futuro como futbolista supondría contar con más recursos económicos, lo cual sería beneficioso tanto para el deportista, se tendrían más posibilidades de estudiar una carrera, como para la familia.

En cuanto a las consecuencias percibidas como negativas, se consideró que el éxito podría generar una mayor presión. Si bien se mencionó que las expectativas crecientes de otras personas pueden darle a uno mayor confianza y motivación, también podrían implicar una presión que genera una "mayor responsabilidad" a futuro. Al parecer, lo que no se desea es fallar (es decir, fracasar), pues se teme no alcanzar un objetivo deseado y/o recibir la desaprobación de otras personas: "(...) de que te den el balón y tengas miedo que te lo quiten, los demás te griten, que el profesor te diga, ¿qué pasa? (...) una oportunidad clara de gol y te la falles (...)" (futbolista juvenil de 17 años).

Ahora, para no sentir dicha presión se puede optar por evitar aquellas situaciones que impliquen éxito/fracaso. Una de las estrategias podría ser esconderse de los compañeros de equipo: "Me abro por la izquierda, ¿no? y me dan la pelota y yo solamente doy pase, ¿no? No intento hacer otra cosa más (...)" (futbolista juvenil de 17 años).

Otra consecuencia percibida como negativa es la culpa. Algunos participantes manifestaron sentir cierta tristeza interna cuando se supera a los rivales o a los propios compañeros. Ello podría producir que uno tienda a "dejarse", lo cual significa realizar un menor esfuerzo por una meta, con el fin de que el rival o compañero se equipare con uno para que no se sienta mal.

Por último, está el agrandarse. Para la muestra, una persona que se agranda es aquella que al conseguir el éxito se creería superior a otros y presumiría de ello. Esto se asocia a la pérdida de la humildad y a la soberbia, por lo que podría traer problemas a nivel interpersonal. Cabe resaltar que esta actitud de agrandarse también se acompaña de un exceso de confianza y/o "relajo", relajación del esfuerzo dirigido a la consecución de objetivos, al no percibirse, los cuales podrían generarse cuando el deportista despliegue una menor cantidad de energía y esfuerzo para lograr una meta.

Discusión

Como se mencionó, el objetivo general de esta investigación fue identificar, describir y analizar las consecuencias percibidas del éxito, con la finalidad de lograr una mejor comprensión del fenómeno que ha sido denominado miedo al éxito. Igualmente, se buscó conocer las concepciones de éxito, ya que ello enriquecería el entendimiento de dicho fenómeno. Los resultados se discuten a continuación.

Con respecto a las concepciones de éxito, los hallazgos nos muestran que para un futbolista juvenil el éxito es lograr metas (sobretodo deportivas), implementar el proceso adecuado para alcanzar dichas metas y mantener una relación positiva con los demás. Estos hallazgos son similares a los obtenidos en estudios anteriores (Conroy et al., 2001; Gilson et al., 2008; Passer citado en Sagar et al., 2007; Scanlan citado en Sagar et al., 2007).

De esta manera, el éxito puede ser definido a partir de criterios objetivos o subjetivos. Asimismo, el éxito parece estar asociado a la satisfacción de las necesidades psicológicas propuestas por Deci y Ryan, como sugiere Conroy et al. (2001). Se encontró información que revelaría una búsqueda por ser competentes (lograr metas, demostrar superioridad por sobre otros o superar rendimientos propios anteriores, etc.), autónomos (hacer lo que uno quiere, hacer lo que te gusta, implementar el proceso deseado para alcanzar las metas) y estar relacionado con los demás (agrado de otros, reconocimiento de otros, ayudar a otros, etc.)

Según lo hallado en este estudio, el éxito parece ser una especie de meta general de la vida, similar al bienestar (Suh y Koo, 2008), alcanzada tras el logro de pequeñas metas específicas que el individuo se plantea a lo largo de la vida. Como sostienen Saha y Kruglanski (citado en Hugo, 2006), las metas son parte de una estructura jerárquica y dinámica, por lo que hay metas superiores que contienen submetas que son necesarias de alcanzar (Austin y Vancouver, 1996). Esta meta superior, el éxito, podría ser una representación interna (Austin y Vancouver, 1996) o cognitiva (Fishbach y Ferguson, 2007) de estados deseados, que pueden ser tangibles o abstractos.

Ahora, con respecto a las consecuencias positivas percibidas del éxito, al igual que en la investigación de Conroy et al. (2001), se halló que el éxito genera un mayor involucramiento por parte de otros en el desempeño de sí mismo, pues hay un mayor reconocimiento de dichas personas; quizás las críticas constructivas sean parte de dicho involucramiento.

Por otro lado, las expectativas que se generan con el éxito pueden tener un sentido positivo y otro negativo. Por el lado positivo, se podría decir que el éxito es uno de los principales fundamentos de la formación de expectativas positivas de autoeficacia (Gould y Horn, 1984), la misma que según Morris y Koehn (2004) tiene un efecto positivo sobre el desempeño deportivo. Por el lado negativo, las expectativas generan una presión que puede resultar perjudicial para el desempeño (Baumeister, Hamilton y Tice, 1985), en este caso deportivo.

De igual manera, el éxito trae ciertos beneficios para el desempeño, sobre todo en lo psicológico, pues uno puede ganar confianza y motivación. Como sostienen Weinberg y Gould (2010), el logro de objetivos es fuente de autoconfianza, la cual se entiende, según dichos autores, como la creencia acerca de que uno puede llevar a cabo, de manera exitosa, algún comportamiento deseado en el futuro. De este modo, si el nivel de autoconfianza es adecuado, puede resultar efectivo para el desempeño deportivo (Vealey, 2001), pues activa emociones positivas, facilita la concentración y afecta positivamente la motivación al asociarse con un mayor esfuerzo por el logro de metas futuras (Weinberg y Gould, 2010).

También, se hizo referencia al bienestar subjetivo, es decir, a emociones positivas, satisfacción, felicidad, entre otros (Pavot y Diener, 1993). Como sostienen Núñez, Martín - Albo y Domínguez (2010), el logro de objetivos en la vida se relaciona positivamente con el bienestar. De las emociones positivas descritas, es importante referirnos al "relajo", ya que se le asocia tanto a consecuencias positivas como negativas. Según Lazarus (2000), estar relajado o relajarse, en un nivel adecuado, es positivo al permitir al individuo focalizarse en los objetivos que se propone y dejar de lado preocupaciones que afectan la concentración y la atención. En cambio, es negativo si se da en exceso al ser contraproducente para el desempeño deportivo.

Con respecto a las consecuencias negativas, los participantes no desean agrandarse tras alcanzar el éxito. Esto se produce por dos razones: en primer lugar, porque se le asocia con el exceso de relajo y de confianza. Por un lado, dicho exceso de relajo podría relacionarse con la pérdida de la motivación explicada por André y Metzler (2011) y Conroy et al. (2001). Los deportistas se relajarían tras el éxito si perciben que no hay nuevos retos que demanden un esfuerzo importante. Por otro, el exceso de confianza, como sostiene Dosil (2004), puede generar que los deportistas valoren erróneamente la manera en que son capaces de rendir, lo cual tendría un efecto sobre el desempeño. En segundo término, agrandarse resulta negativo porque se asocia con la soberbia y la pérdida de la humildad, lo cual traería una serie de consecuencias negativas a nivel interpersonal; por ejemplo, la envidia o la rivalidad interpersonal (André y Metzler, 2011). Al parecer, dos factores estarían mediando lo anterior: Primero, el deportista que se agranda tras alcanzar el éxito quizás por un tema de necesidad de reconocimiento social y autoestima. Segundo, una sociedad que no toleraría el individualismo, entendiendo este constructo como creencias, valores y prácticas culturales en el que predominan lo individual por sobre lo colectivo (Páez, Fernández, Ubillos y Zubieta, 2004). De manera específica, se rechazarían aspectos del individualismo como la independencia personal, la competencia y el logro personal (Basabe y Ros, 2005).

Cabe resaltar que los participantes mencionaron ciertas estrategias para evitar ser vistos como agrandados. Quizás, en nuestra cultura, estas actitudes o comportamientos son una forma adaptativa de supervivencia a un entorno que ejercería un control sobre los sujetos, que buscaría igualar a los individuos en términos de estatus con referencia al éxito, lo cual se conoce como orientación horizontal (Vodosek, 2009). De allí, se podría suponer que quizás haya cierto temor a ser visto como alguien distinto tras alcanzar el éxito, pues el trato sería también distinto.

Por otro lado, así como en los estudios de Conroy et al. (2001) y Ogilvie (1968), se estableció que la posibilidad de alcanzar el éxito puede generar sentimientos de culpa. Es importante este hallazgo porque las recientes escalas que miden el miedo al éxito en el ámbito deportivo no han contemplado una dimensión que aborde este factor.

Finalmente, al igual que en investigaciones anteriores (André y Metzler, 2011; Conroy et al., 2001; Ogilvie, 1968), se halló que el éxito puede suponer una mayor presión. Dicha presión percibida, que surge como resultado de expectativas colocadas sobre uno mismo, puede tener consecuencias positivas o negativas. En el caso positivo, podría ser fuente de una mayor motivación y confianza. En el caso negativo, podría provocar conductas de evitación en situaciones de éxito/fracaso potencial (como estar cerca de ganar un partido), lo cual respaldaría lo hallado por Nieri (2007). Quizás uno de los factores que explique esto sea otro fenómeno conocido como miedo al fracaso, ya que dicho temor influye sobre dichas tendencias evitativas (Conroy y Elliot, 2004). Este tipo de miedo aparecería, como sostiene Hyland (1989), cuando se busca evitar contextos de éxito con el fin de no arriesgarse a un probable fracaso.

Con respecto a las conductas de evitación, se hizo referencia especial al self-handicapping6. Esta estrategia consiste en la autogeneración anticipada de obstáculos, los cuales luego le permiten a un individuo tener la posibilidad de atribuir el probable fracaso a dichos obstáculos y no al propio rendimiento, de manera que pueda proteger así su autoestima e imagen pública (Coudevylle, Ginis y Famose, 2008). Quizás, se utiliza dicha estrategia, pues hay deportistas que aun obteniendo el éxito no confían en sus capacidades o habilidades para progresar o volver a conseguir una meta (André y Metzler, 2011).

Como se pudo ver, las consecuencias del éxito pueden ser percibidas tanto de manera positiva como negativa. En cuanto a lo negativo, los hallazgos sugieren que los sentimientos de culpa, el no desear agrandarse y la presión podrían traer consecuencias sobre el desempeño deportivo. Por otro lado, es importante mencionar que si bien los hallazgos de esta investigación son similares a los obtenidos en estudios anteriores; hay otros que resultan novedosos quizás por un factor contextual.

Entre las limitaciones de este estudio, es posible señalar el reducido tamaño de la muestra, dado que se entrevistaron a 12 futbolistas juveniles de un mismo club. En ese sentido, los resultados obtenidos, aunque llamativos, difícilmente puedan ser generalizados o atribuidos a otras poblaciones. Pese a estas limitaciones, los hallazgos de la presente investigación sirven como base para proponer investigaciones más ambiciosas que, ya sea utilizando metodologías cualitativas o cuantitativas, profundicen el conocimiento acerca de las concepciones de éxito y sus consecuencias psicológicas.

Por todo esto, sería recomendable la construcción de nuevos instrumentos o la adaptación de los ya existentes a partir de lo hallado en la presente investigación. Así, en caso de que se plantee una segunda fase cuantitativa, sería bueno aplicarla en una muestra similar a la de la presente investigación. Por último, al ser el miedo al éxito un constructo de difícil acceso, quizás sea bueno aprovechar las metodologías que podrían aportarse desde la psicología social experimental, ya sea tanto para la recolección de información como para su posterior medición.


Pie de página

4Según los participantes, una persona que se "agranda" es aquella que al conseguir un logro se cree superior a otros y presume de ello. "Se te suben los humos" es una expresión similar, que está relacionado con la soberbia.
5Las flechas que se observan en la figura 1 son solamente una ayuda visual para entender las categorías vinculadas. No proponen relaciones de influencia o efecto entre las categorías propuestas.
6Este término podría traducirse como autoincapacitarse o autodiscapacitarse.


Referencias

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