SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.15 issue1Groups of Family Caregivers in Colombia: Profile, Caregiving Ability and OverburdeningChallenges for Psychology in Peace Building in Colombia: ¿Fatalism or Naivety? author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Pensamiento Psicológico

Print version ISSN 1657-8961

Pensam. psicol. vol.15 no.1 Cali Jan./June 2017

https://doi.org/10.11144/Javerianacali.PPSI15-1.LFTE 

Límite fino y transliminalidad en relación con experiencias aparicionales y sensación de presencia1

Thin Boundary and Transliminality in Relation with Apparitional Experiences and Sense of Presence

Limite "fino" e transliminalidade em relação com experiências aparicionais e sensação de presença

Alejandro Parra2

Instituto de Psicología Paranormal, Buenos Aires (Argentina)

1El presente proyecto fue subsidiado por la Fundación BIAL de Portugal, bajo el título "Hallucination Experience and Psi (Stage 2): New Psychological, Psychopathological, Psychophysiological and Transcultural Approach (Grant 8/10)".
2Doctor en Psicología. Instituto de Psicología Paranormal. Salta 2015, Buenos Aires, Argentina. Correo de correspondencia: rapp@fibertel.com.ar

Recibido: 01/02/2016 Aceptado: 28/07/2016


Para citar este artículo / to cite this article / para citar este artigo

Parra, A. (2017). Límite fino y transliminalidad en relación con experiencias aparicionales y sensación de presencia. Pensamiento Psicológico, 15(1), 103-114. doi:10.11144/Javerianacali.PPSI15-1.LFTE


Resumen

Objetivo. Comparar la transliminalidad y el límite fino en personas que tienen experiencias de apariciones y sensación de presencia con un grupo control. Se plantea como hipótesis que las personas que reportan experiencias aparicionales y sensación de presencia tienen: (a) mayor propensión a tener experiencias anómalas, (b) mayor transliminalidad y (c) límites más finos en comparación con un grupo control. Método. Se administraron cuatro medidas, la Escala Cardiff de Percepciones Anómalas, la Escala de Transliminalidad (revisada), el Inventario de Experiencias Anómalo/Paranormales y el Cuestionario de Límites, a una muestra compuesta por 203 participantes interesados en experiencias paranormales (151 mujeres y 52 hombres). Resultados. Se confirmaron las tres hipótesis, esto es, mayor nivel de experiencias anómalas, transliminalidad y límite más fino en individuos que reportan la experiencia en comparación con quienes no las reportan. Conclusión. Estos resultados indican que, particularmente, el constructo de límite fino refleja unos procesos atencionales o hiperestesia particular para la detección del entorno en aquellos involucrados en presuntas experiencias aparicionales.

Palabras clave: Parapsicología, percepción, sensación de presencia, experiencias anómalas, transliminalidad, límite fino.


Abstract

Objective. To compare the experiences of people who have apparitions and a sense of presence with a control group (without experience) in the degree of frequency of other anomalous experiences, transliminality and thin boundary. Three specific hypotheses are tested here: (a) people who report apparitional experiences and sense of presence score higher anomalous experiences, (b) higher transliminality, (c) and thinner boundaries than control. Method. Four scales were used, the Cardiff Anomalous Perceptions Scale, the Revised Transliminality Scale (RTS), the Anomalous/Paranormal Inventory (AEI), and the Boundary Questionnaire. A sample of 203 participants (151 females and 52 males) who experienced apparitional experiences and sense of presence were matched with participants who did not report such experiences. Results. The three hypotheses were confirmed, that is, higher scores of anomalous experiences, transliminality and thin boundaries in individuals reporting experience compared to those who did not have it confirmed. Conclusion. The construct of a thin boundary reflects some of the attentional processes and/or hyperesthesia present in those involved in alleged apparitional experiences which are used for the detection of their environment.

Keywords: Parapsychology, extrasensory perception, sense of presence, anomalous experiences, transliminality, thinner boundaries.


Resumo

Escopo. Comparar transliminalidade e limite "fino" em pessoas que têm experiência de aparições e sensação de presença com um grupo de controle (sem experiência). Nossa hipótese é que pessoas que se reportam experiências aparicionais e sensação de presença têm: (a) maior propensão de ter experiências cognitivas anormais, (b) maior transliminalidade, (c) limites mais finos em comparação com um grupo controle. Metodologia. Foram administradas quatro medições, a escala Cardiff de percepções anômalas, a Escala revisada de transliminalidade, o Inventário de experiências anômalas/paranormais e o Questionário de Limites, para uma amostra de 203 participantes interessados em experiências paranormais (151 mulheres 52 homens). Resultados. Foram confirmadas as três hipóteses, ou seja, maior nível de experiências anômalas, transliminalidade e limite mais fino em indivíduos que reportam a experiência em comparação com aqueles que não o fez. Conclusão. Estes resultados indicam, particularmente, que o construto do limite fino reflete uns processos de atenção e/ou hiperestesia particular para a detecção do entorno em aqueles que estão envolvidos em supostas experiências aparicionais.

Palavras chave: Parapsicologia, percepção, sensação de presença, experiências anômalas, transliminalidade, limite fino.


Introducción

Las apariciones y las alucinaciones difieren de la imaginación. Mientras las dos primeras son proyecciones externas, la tercera se percibe internamente. Algunos investigadores (Davidson y Russell, 1981; Emmons, 1982; Finucane, 1984) han señalado la variabilidad de este tipo de experiencias a través de la historia y de las diferentes culturas, en conformidad con las funciones sociales que alimentan la creencia en fantasmas. Todavía no es claro si tal variabilidad se da por la experiencia en sí misma o simplemente es la reconstrucción cognitiva del testigo de la aparición en la descripción narrativa de su experiencia. Rhine (1981) sostiene que existe un continuo entre la alucinación (percibida dentro del rango sensorial) y la experiencia extrasensorial (percibida por fuera del rango sensorial).

Ahora bien, las experiencias alucinatorias pueden estar presentes en la población general (Asaad y Shapiro, 1986). Por ejemplo, en una encuesta realizada para determinar la prevalencia de alucinaciones en 293 residentes en Gales, sin antecedentes psiquiátricos, que habían perdido a su cónyuge, se encontró que el 47% experimentó su presencia; de estas, el 14% reportó una experiencia paranormal, mientras que el 33% restante indicó la sensación de oír, tocar y hablar con el cónyuge. Factores como el nivel profesional, el bienestar conyugal y los primeros 10 años de viudez resultaron los mejores predictores de estas experiencias (Rees, 1971). En otra encuesta realizada a 150 residentes de un geriátrico, se encontró que el 29% presentó experiencias predominantemente visuales (Berrios y Brook, 1984). En ambas encuestas, los autores indican que estas personas no expresaron a los demás sus apariciones por temor al ridículo o por razones que podían cuestionar su salud mental. Las implicaciones de estos estudios sugieren que es importante considerar el concepto de alucinación "benigna", esto es, pseudoalucinaciones que no producen malestar en el individuo, que pueden llegar a presentarse en personas psicológicamente estables y difieren de las alucinaciones relacionadas con trastornos mentales o el uso de drogas (Anderson y Anderson, 1982).

También es importante tener presente las variaciones culturales en la predisposición a tener experiencias alucinatorias. Actualmente, el fenómeno alucinatorio ha estado asociado con la insania; sin embargo, en varias civilizaciones antiguas se valoraba el consejo y la orientación que brindaban "las voces" del oráculo (Leudar y Phillips, 2000; Watkins, 2003). En la cultura occidental las alucinaciones se consideran amenazantes y perturbadoras, mientras que en las culturas no occidentales son sagradas (Bourguignon, 1970; Lanteri-Lauri, 1994; Romme y Escher, 1989). De ahí que la preocupación de los psiquiatras y los psicólogos occidentales represente un criterio cultural materialista para las sociedades en las que la distinción entre lo real y lo imaginario es algo irrelevante, y en las que la clasificación entre lo "correcto" e "incorrecto" de un evento no es tan determinante como ocurre en la cultura occidental (Aleman y Lar0i, 2008; Al-Issa, 1995; Bourguignon, 1970; Castillo, 1997). No obstante, son escasas las investigaciones sobre el estilo cognitivo de las personas que reportan haber vivenciado apariciones (McCreery y Claridge, 1996; Parra, 2006, 2008; Parra y Espinoza, 2009). Algunos de estos estudios sugieren que la vivencia de experiencias alucinatorias se relaciona con mayores habilidades de imaginería mental y de absorción psicológica, esto es, los recursos cognoscitivos utilizados por el sistema de procesamiento de información de los seres humanos para mantener la atención en tareas o preceptos específicos (Irwin, 1985). La absorción representa una disposición para entrar, bajo circunstancias conductivas, a estados psicológicos que se caracterizan por una marcada reestructuración del ser fenomenal y del mundo (Wild, Kuiken y Schopflocher, 1995).

La propensión a la fantasía ha sido otra variable empleada para explicar la diferencia entre personas que reportan experiencias alucinatorias y aquellas que no (Cameron y Roll, 1983; Myers, Austrin, Grisso y Nickelson, 1983; Osis, 1986). Las primeras se caracterizan por una profunda implicación en un mundo privado de fantasía, sueños vívidos, recuerdos, experiencias sensoriales y experiencias paranormales (Wilson y Barber, 1981, 1983). En un estudio reciente, Parra (2006) encontró altos niveles de absorción, propensión a la fantasía y esquizotipia cognitivo-perceptual en personas que vivencian experiencias alucinatorias en comparación con individuos sin este tipo de experiencias. Ahora bien, uno de los mayores inconvenientes que ha tenido la investigación científica sobre el tema de anomalías perceptivas, es que se cuenta con limitados recursos para su evaluación, y que los pocos estudios realizados parten de los presupuestos teóricos que ofrece el contexto de la psiquiatría clínica, los cuales tienen un excesivo interés en los fenómenos alucinatorios, dejando de lado la exploración de otros fenómenos perceptuales discretos, el estudio de anomalías perceptivas asociadas a alteraciones del lóbulo temporal, creencias y experiencias paranormales, así como otros fenómenos perceptuales anómalos en individuos no clínicos (Persinger y Makarec, 1987).

En el intento de recoger mayor información sobre estos fenómenos, Bell, Halligan y Ellis (2006) diseñaron la Escala de Percepciones Anómalas de Cardiff (CAPS) para medir anomalías perceptivas. Esta escala clasifica las experiencias subjetivas en un rango de varias perspectivas de la conciencia (p. ej.: en realidad no existe, parece extraño e inusual o se trata de una experiencia sensorial no compartida). La CAPS explora temas relacionados con distorsiones en la intensidad de la percepción, experiencias en todas las modalidades sensoriales y experiencias sensoriales tradicionalmente asociadas con alteraciones en el lóbulo temporal (Peters, Joseph, Day y Garety, 2005; Peters, Joseph y Garety, 1996).

Adicional a los conceptos empleados en el mencionado cuestionario para explorar la vivencia de experiencias anómalas, existe el concepto de límite. Hartmann (1991) sugiere que el concepto de límite debe ser considerado como una amplia dimensión de personalidad, en la que se pueden encontrar 12 tipos de límites (ver tabla 1). Este mismo autor ofrece un medio para evaluar los límites de una persona, a través del Cuestionario de Límite de Hartmann ([BQ], 1991) que se detalla en la tabla 1. La idea de límite no es nueva, Myers y James (Thalbourne, 1999) ya la habían acuñado hace más de un siglo. Este concepto fue rescatado por Hartmann (1991) y Thalbourne (1999) para describir el grado por el cual un sistema está conectado (límite fino) o, por el contrario, separado (límite grueso). El límite fino se refiere a una relativa conectividad entre los procesos psicológicos, que se aplica para explicar varios niveles de experiencias subjetivas dentro de la jerarquía cognitivo-perceptual y extrapersonal de un individuo. Por su parte, los límites mentales gruesos se refieren a una relativa separatividad de los procesos psicológicos, que se refleja en un estilo de pensamiento categórico (Hartmann, Rosen y Rand, 1998). En este sentido, tener psicológicamente límites más "finos" está relacionado con una mayor probabilidad de vivenciar experiencias aparicionales. Esto nos permite una explicación parsimoniosa de la propensión de algunas personas a experimentar fenómenos excepcionales, como las experiencias aparicionales; es decir, experimentar el mundo de manera "fina" (o conectada) para acceder a estados que están asociados con la fineza del límite.

Simmonds-Moore (2010) sostiene que existen diferentes tipos de límites: (a) los límites psicológicos, que involucran el concepto de transliminalidad (límite fino, esquizotipia positiva y labilidad del lóbulo temporal); (b) los límites biológicos, como la investigación de los sueños y las experiencias límite del sueño, la experiencia hipnopómpica al quedarse dormido o la hipnagógica al despertar del dormir; (c) los límites cognitivos, como la apofenia (un estilo de pensamiento, caracterizado por una tendencia a realizar asociaciones cognitivas; por ejemplo, un teléfono que aunque suena por casualidad se puede creer que sonó porque nuestro pensamiento lo provocó); (d) los límites interpersonales; y (e) los límites extrapersonales.

La variable transliminalidad se refiere a "la tendencia del material psicológico de cruzar los umbrales dentro o fuera de la conciencia" (Thalbourne y Houran, 2000, p. 861). El constructo de transliminalidad se compone de la absorción, la propensión a la fantasía, la ideación mágica, la creencia paranormal, la experiencia mística y la hiperestesia, entendida como la "hipersensibilidad a los estímulos del medio ambiente" (Thalbourne, 1998, p. 403). Sherwood y Milner (2005) encontraron que "la tendencia a tener experiencias psíquicas también podría ser un componente clave en el concepto de límite" (p. 376), lo cual es de gran valor para la comprensión de los factores que subyacen a la variedad de experiencias excepcionales, como las experiencias aparicionales.

La hipótesis de la transliminalidad sugiere que la fuente inmediata de las percepciones de las personas no son sus sentidos, sino, más bien, la conciencia subliminal; esto es, las percepciones se procesan primero a un nivel inconsciente, luego, por lo general, se presentan al cruzar el umbral de la conciencia (Thalbourne, 1999). Las personas que suelen mostrar puntuaciones más altas en medidas de transliminalidad son aquellas que reportan habilidades psíquicas (Krippner, Wickramasekera y Tartz, 2002). Con respecto a las experiencias anómalas, Thalbourne (1999) señala que "la esquizotipia representa conceptualmente lo más empíricamente cercano al concepto de transliminalidad" (p. 20). Esta última correlaciona positivamente con las experiencias de encuentros con entidades, tales como fantasmas, extraterrestres, ángeles, maestros ascendidos, la Virgen María, guías espirituales, etc. (Houran, Ashe y Thalbourne, 2003; Houran y Thalbourne, 2001), al igual que la hiperestesia y la sinestesia (Houran, Wiseman y Thalbourne, 2002).

En la literatura contemporánea no se encuentran estudios que hayan examinado la relación entre el concepto de límite y las ocurrencias de experiencias aparicionales y sensación de presencia. Por tal motivo, este estudio tiene como propósito comparar las personas con experiencias de apariciones y la sensación de presencia (en comparación con personas sin tales experiencias) en límite fino, transliminalidad y experiencias anómalas. Para ello, se plantean tres hipótesis: (a) las personas que tienen experiencias de apariciones y sensación de presencia tienen mayor puntuación en experiencias anómalas; (b) las personas que tienen experiencias de apariciones y sensación de presencia poseen límites más finos; y (c) las personas que tienen experiencias de apariciones y sensación de presencia presentan mayor transliminalidad.

Método

Diseño

El estudio es de tipo descriptivo, comparativo y de carácter cuantitativo, con diseño transversal. Se aplicó una técnica de muestreo no probabilística.

Participantes

La muestra estuvo compuesta por 203 participantes (151 mujeres y 52 hombres) reclutados a través de los medios de comunicación, vía correo electrónico de personas interesadas en lo paranormal y de pensamiento new age y en anuncio en la página web (www.alipsi.com.ar). En los tres formatos de contacto con potenciales participantes se ofreció una explicación tanto del objetivo y procedimiento del estudio como de la forma de acceder a mayor información, y se especificó que la participación era voluntaria, sin remuneración alguna y que los datos de los participantes se mantendrían anónimos.

La edad de los participantes osciló entre 18 y 83 años (M = 44.51; SD = 13.21). La mayoría de los participantes indicaron haber tenido experiencias paranormales previas, tales como presentimientos (58%), recuerdo de sueños (50.8%), experiencias fuera del cuerpo (34.7%) y otras experiencias paranormales (38.3%). El 92% de los participantes completaron la escuela secundaria y el 30% tenían formación universitaria. Todos firmaron un consentimiento informado. El estudio obtuvo la aprobación del Comité de Ética del Instituto de Psicología Paranormal.

Los participantes se agruparon según su vivencia de experiencias aparicionales y sensación de presencia en un solo grupo con este tipo de experiencias y otro sin tales experiencias. Ambas se evaluaron con el Inventario de Experiencias Anómalo/Paranormales (Gallagher, Kumar y Pekala, 1994).

Los participantes del grupo con experiencias aparicionales fueron aquellos que reportaron haber experimentado una o varias veces, mientras estuvieran despiertos, el escuchar voces o ver apariciones invisibles para los demás, en los últimos seis meses o haber tenido la vívida impresión de una sensación de presencia, una o varias veces, en los últimos seis meses (n = 174; 85%). El grupo sin experiencias aparicionales lo conformaron aquellas personas que reportaron no haber vivenciado experiencias paranormales o no haber vivido una sensación de presencia (n = 29; 15%).

Instrumentos

Se administraron tres escalas para evaluar la vivencia de experiencias anómalas, los límites finos y el grado de transliminalidad, en los dos grupos de participantes.

La Escala Cardiff de Percepciones Anómalas (CAPS; Bell, Halligan y Ellis, 2006) es un instrumento autoadministrable diseñado para evaluar anomalías perceptuales, tales como cambios en los niveles de intensidad sensorial, distorsión del mundo externo, desbordamiento sensorial y alucinaciones. Consta de 32 ítems, de respuesta dicotómica (sí o no); cuanto mayor sea la puntuación mayor será el número de anomalías perceptuales. La fiabilidad interior del CAPS reporta un coeficiente alfa de Cronbach de 0.87. La fiabilidad del test-retest es óptima (α = 0.92), según los parámetros de Bell, Halligan y Ellis (2006).

Por su parte, la Escala de Transliminalidad (revisada) evalúa la presencia de experiencias paranormales, experiencias místicas, creatividad, experiencia maníaca fugaz, ideación mágica, absorción, propensión a la fantasía, hipersensibilidad a estímulos sensoriales y una actitud positiva hacia la interpretación de los sueños (Houran, Thalbourne y Hartmann, 2003; Lange, Thalbourne, Houran y Storm, 2000; Thalbourne, 1998). Esta escala está conformada por 29 ítems con respuesta dicotómica (verdadero o falso). La fiabilidad interna de la escala posee un coeficiente alfa de Cronbach de 0.91.

El Cuestionario de Límites (BQ) es una escala autoadministrable compuesta por 138 ítems, con una escala Likert de 0 (nada) a 4 (mucho). Sus ítems se distribuyen en 12 subcategorías (Barbuto y Plummer, 1998, 2000; Hartmann, 1989, 1991; Rawlings, 2001): (a) tipo de límite, (b) dormir/vigilia/ sueño, (c) experiencias inusuales, (d) pensamientos/sentimientos/estados de ánimo, (e) niñez/ adolescencia/adultez, (f) relaciones interpersonales, (g) sensibilidad, (h) exactitud/precisión/límite, (i) opiniones acerca de organizaciones, (j) ropa, (k) opiniones acerca de niños y otras personas; sobre personas, naciones y grupos; y acerca de la belleza y la verdad y (l) experiencias paranormales. El BQ presenta una fiabilidad test-retest de r = 0.77 (Funkhouser, Würmle, Comu y Bahro, 2001).

Procedimiento

Cada participante recibió información sobre el estudio y fue invitado a completar las tres escalas de forma voluntaria y anónima, en una sola sesión de 30 minutos, después de la firma del consentimiento informado. Los tres instrumentos fueron presentados a los participantes como cuestionarios para conocer sobre sus experiencias psicológicas. Estos se presentaron en orden contrabalanceado.

Análisis de los datos

Para establecer diferencias entre los grupos se empleó la prueba U de Mann-Whitney, ya que los resultados no se distribuyeron normalmente. Para estos cálculos se emplearon puntuaciones z para asignar valores de probabilidad. Todas las comparaciones se realizaron con una prueba unidireccional, con un p-valor de 0.05, a través del paquete estadístico SPSS 20.

Resultados

Los datos recogidos en esta investigación permitieron identificar que los participantes del grupo con experiencias aparicionales alcanzaron una puntuación promedio en la Escala de Cardiff de 110.09 (DE = 7.08); entre tanto, los participantes del grupo control mostraron una puntuación promedio de 53.43 (DE = 4.97). En cuanto a transliminalidad, el grupo con apariciones obtuvo una mediana superior al grupo control (MGrupo apariciones = 121.56, DT = 4,91; MControl = 86,10, DT = 5.05), observando una diferencia significativa entre ambos grupos (U = 1186.0, p < 0.05). Con respecto a la escala de límite, el grupo con apariciones obtuvo una mediana superior (indicando límite fino) al grupo control (MGrupo apariciones = 90.88, DT = 29.44; MControl = 58.15, DT = 41.66) observando una diferencia significativa entre ambos grupos (U = 1061.5, p < 0.01).

En la tabla 2 se detalla la información de cada grupo evaluado, según su respectivo sexo.

Al revisar con mayor detalle las respuestas de los participantes, se encontró que el grupo que reporta experiencias aparicionales alcanzó puntuaciones significativamente mayores que las personas del grupo control en experiencias anómalas, especialmente en siete de las nueve categorías de la Escala Cardiff de Percepciones Anómalas, como se detalla en la tabla 3.

Información detallada sobre lo recolectado con el cuestionario BQ se detalla en la tabla 4, y sobre la escala de transliminalidad se ofrece en la tabla 5.

Discusión

El presente estudio tuvo por objetivo evaluar y comparar experiencias anómalas, límite fino y transliminalidad entre un grupo de personas que reportaban experiencias aparicionales y otro grupo sin tales experiencias (control). El análisis de datos confirmó las tres hipótesis planteadas, esto es: (a) las personas que aseguran tener experiencias aparicionales reportan mayor nivel de experiencias anómalas, (b) las personas que tienen experiencias de apariciones y sensación de presencia poseen límites más finos (puntuaciones altas); y (c) las personas que tienen experiencias de apariciones y sensación de presencia presentan mayor transliminalidad.

Específicamente, las personas que vivieron experiencias aparicionales y sensación de presencia (grupo con apariciones) tuvieron más experiencias sensoriales provenientes de fuentes inexplicables (p. ej.: sensaciones extrañas en el cuerpo, sonidos distorsionados o percepción de formas inusuales), experiencia sensorial no compartida (p. ej.: ver cosas que otros no), distorsión de la forma del propio cuerpo y del mundo exterior (p. ej.: sensación de que sus miembros estaban desconectados de su cuerpo), experiencia sensorial distorsionada (p. ej.: sensaciones inusuales o extrañas en su cuerpo), síntomas del lóbulo temporal (p. ej.: distorsión temporal) y alucinaciones verbales (p. ej.: escuchar voces que les dicen frases o palabras). Además, personas que tuvieron experiencias aparicionales y sensación de presencia indicaron límite más fino en general; y en particular tuvieron experiencias inusuales (como el déjà vu), dificultad para reconocer pensamientos de sentimientos propios de los de otros y experiencias paranormales (como telepatía, clarividencia y precognición).

Estudios previos confirman estas diferencias. Por ejemplo, el límite fino correlaciona positivamente con otras experiencias anómalas, tales como las experiencias de encuentros con entidades (Houran y Thalbourne, 2001) y casas "encantadas" (Houran, Wiseman y Thalbourne, 2002; Thalbourne, Keogh y Witt, 2005). Estos resultados indican que el constructo de límite fino refleja cierto tipo de procesos atencionales o hiperestesia para la detección del entorno (Houran, Wiseman y Thalbourne, 2002) en aquellos involucrados en presuntas experiencias aparicionales. Thalbourne, Houran, Alias y Brugger (2001) observaron que el principal correlato en la ocurrencia de experiencias aparicionales son las cogniciones sincréticas (una fusión de cualidades perceptivas de la experiencia subjetiva), sugiriendo la hipótesis de hiperconectividad como una explicación parsimoniosa de un patrón relacionado con el estilo cognitivo que implica menor umbral sensorial.

Resulta interesante que las personas con tales experiencias, a diferencia del grupo control, reportaron mayor intensidad sensorial, lo que podría entenderse como una mayor sensibilidad para percibir sonidos (p. ej.: estímulos auditivos se sienten en un volumen mayor al que realmente se presentan) y experiencias sensoriales no compartidas (p. ej.: escuchar voces, olores y ver cosas que otras personas no pueden).

Por otra parte, estos resultados permitieron elucidar cuáles son las características cognitivo-perceptuales que facilitan la distinción entre ambos grupos en términos de límite. En este sentido, Lange, Thalbourne, Houran y Storm (2000) argumentaron que la creencia en lo paranormal puede inducir a algunas personas a notar y dar crédito a estímulos ambiguos (pero convencionales para el resto) que incluyen mayores sensaciones fisiológicas, cogniciones y emociones (Houran y Williams, 1998; Lange, Thalbourne, Houran y Storm, 2000; Houran y Thalbourne, 2001). Este patrón de resultados responde a los hallazgos previos (Houran y Thalbourne, 2001) que sugieren que están operando procesos similares a las diferencias entre el desplazamiento de la atención y la concentración (Turatto, Benso, Facoetti, Galfano, Mascetti y Umiltà, 2000).

La importancia de este estudio para la psicología cognitiva es que se demuestra la viabilidad de adoptar un nuevo enfoque psicológico para comprender mejor no solo la experiencia aparicional, sino que también la influencia de la sugestionabilidad y la creencia paranormal como factores unívocamente predictores de la experiencia aparicional. Se puede concluir que una constelación de factores interrelacionados que componen el constructo de límite fino ofrece una predisposición psicológica a experimentar apariciones (Parra, 2008, 2015). De todos modos, futuros estudios deberían examinar cómo exactamente funciona esta hiperconectividad o sensibilidad ambiental para producir tales experiencias. El concepto de límite fino podría reflejar un sistema holárquico (Simmonds-Moore, 2009, 2016). El aspecto biológico del límite fino permite diferentes propiedades de la sensibilidad en niveles cada vez más altos (o integrados), y, como tal, la mente es dependiente de procesos físicos más que la suma de partes (Fleck et al., 2008).

De los tres constructos evaluados en este estudio, se considera que el concepto de límite es relevante para comprender y examinar más profundamente las variedades de la experiencia paranormal, en general, y facilitar una mayor comprensión de la etiología y fenomenología de la experiencia aparicional, en particular. Algunas limitaciones de este estudio incluyen la necesidad de un grupo control más numeroso (proveniente aquí de una submuestra de creyentes en lo paranormal que no tuvieron tales experiencias, pero que reportaron altas puntuaciones de otras similares, tales como las experiencias extrasensoriales, déjà vu y ver el aura, entre otras). Una limitación adicional es que las tres escalas miden constructos similares entre sí (transliminalidad, límite fino y experiencias anómalas), de modo que es posible que algunos factores se superpongan. Sin embargo, en el presente artículo se analiza la experiencia aparicional con cierta independencia de otras experiencias anómalo/paranormales dentro de una muestra de creyentes en lo paranormal, con lo cual es esperable que no todos los factores de límite fino estén implicados en la diferencia entre ambos grupos (en este caso tres de 13; es decir, el 23%).


Referencias

Aleman, A. & Laroi, F. (2008). Hallucinations: The Science of Idiosyncratic Perception. Washington, DC: American Psychological Association.         [ Links ]

AlIssa, I. (1995). The Illusion of Reality or the Reality of an Illusion: Hallucinations and Culture. British Journal of Psychiatry, 166(3), 368-373.         [ Links ]

Anderson, R. & Anderson, W. (1982). Veridical and Psychopathic Hallucinations: A Comparison of Types. Parapsychology Review, 13(3), 17-23.         [ Links ]

Asaad, G. & Shapiro, B. (1986). Hallucinations: Theoretical and Clinical Overview. American Journal of Psychiatry, 143(9), 1088-1097.         [ Links ]

Barbuto, J. & Plummer, B. (1998). Mental Boundaries as a New Dimension of Personality: A Comparison of Hartmann's Boundaries in the Mind and Jung's Psychological Types. Journal of Social Behavior and Personality, 13(3), 421-436.         [ Links ]

Barbuto, J. & Plummer, B. (2000). Mental Boundaries and Jung's Psychological Types: A Profile Analysis. Journal of Psychological Type, 54(2), 17-21.         [ Links ]

Bell, V., Halligan, P. W. & Ellis, H. D. (2006). The Cardiff Anomalous Perceptions Scale (CAPS): A New Valiated Measure of Anomalous Perceptual Experience. Schizophrenia Bulletin, 32(2), 366-377.         [ Links ]

Berrios, G. & Brook, P. (1984). Visual Hallucinations and Sensory Delusions in the Elderly. British Journal of Psychiatry, 144(6), 662-664. doi: 10.1192/bjp.144.6.662        [ Links ]

Bourguignon, E. (1970). Hallucinations and Trance: An Anthropologist's Perspective. In W. Keup (Ed.), Origins and Mechanisms of Hallucinations (pp. 83-90). New York: Plenum.         [ Links ]

Cameron, T. & Roll, W. G. (1983). An Investigation of Apparitional Experiences. Theta, 11(1), 74-78.         [ Links ]

Castillo, R. J. (1997). Dissociation. In W. S. Tseng y J. Streltzer (Eds.), Culture Psychopathology (pp. 101-123). New York: Brunner/Mazel.         [ Links ]

Davidson, H. R. E. & Russell, W. M. S. (Eds.) (1981). The Folklore of Ghosts. Cambridge, England: Brewer.         [ Links ]

Emmons, C. F. (1982). Chinese Ghosts and ESP. A Study of Paranormal Beliefs and Experiences. Metuchen, New Jersey: Scarecrow Press.         [ Links ]

Finucane, R. C. (1984). Appearances of the Dead: A Cultural History of Ghosts. Buffalo, New York: Prometheus Books.         [ Links ]

Fleck, J. I., Green, D. L., Stevenson, J. L., Payne, L., Bowden, E. M., Jung-Beeman, M. & Kounios, J. (2008). The Transliminal Brain at Rest: Baseline EEG, Unusual Experiences, and Access to Unconscious Mental Activity. Cortex, 44(10), 1353-1363. doi: 10.1016/j.cortex.2007.08.024        [ Links ]

Funkhouser, A, Würmle, O., Cornu, C. & Bahro, M. (2001). Dream Life Intrapsychic Boundaries in the Elderly. Dreaming, 11(6), 83-88. doi: 10.2224/sbp.2001.29.6.557        [ Links ]

Gallagher, C., Kumar, V. K. & Pekala, R. J. (1994). The Anomalous Experiences Inventory: Reliability and Validity. Journal of Parapsychology, 58(4), 402-428.         [ Links ]

Hartmann, E. (1989). Boundaries of Dreams, Boundaries of Dreamers: Thin y Thick Boundaries as a New Personality Dimension. Psychiatric Journal of the University of Ottawa, 14(4), 557-560.         [ Links ]

Hartmann, E. (1991). Boundaries in the Mind. New York: Basic Books.         [ Links ]

Hartmann, E., Harrison, R. & Zborowski, M. (2001). Boundaries in the Mind: Past Research and Future Directions. North American Journal of Psychology, 3(10), 347-368.         [ Links ]

Hartmann, E., Rosen, R. & Rand, W. (1998). Personality and Dreaming: Boundary Structure and Dream Content. Dreaming, 8(1), 31-39.         [ Links ]

Houran, J. & Thalbourne, M. A. (2001). Further Study and Speculation on the Psychology of 'Entity Encounter Experiences'. Journal of the Society for Psychical Research, 65(2), 26-37.         [ Links ]

Houran, J. & Williams, C. (1998). Relation of Tolerance of Ambiguity to Global and Specific Paranormal Experience. Psychological Reports, 83(3), 807-818. doi: 10.2466/PR0.83.7.807-818        [ Links ]

Houran, J., Ashe, D. D. & Thalbourne, M. A. (2003). Encounter Experiences in the Context of Mental Boundaries and Bilaterality. Journal of the Society for Psychical Research, 67(4), 260-280.         [ Links ]

Houran, J., Thalbourne, M. & Hartmann, E. (2003). Comparison of Two Alternative Measures of the Boundary Construct. Perceptual and Motor Skills, 96(1), 311-323. doi: 10.2466/pms.2003.96.1.311        [ Links ]

Houran, J., Wiseman, R. & Thalbourne, M. A. (2002). Perceptual-Personality Characteristics Associated with Naturalistic Haunt Experiences. European Journal of Parapsychology, 17, 17-44.         [ Links ]

Irwin, H. J. (1985). Parapsychological Phenomena and the Absorption Domain. Journal of the American Society of Psychical Research, 79(895), 1-11.         [ Links ]

Krippner, S., Wickramasekera, I. & Tartz, R. (2002). Scoring Thick and Scoring Thin: The Boundaries of Psychic Claimants. Journal of Subtle Energy, 11(1), 43-61.         [ Links ]

Kunzendorf, R. & Maurer, J. (1988). Hypnotic Attenuation of the 'Boundaries' between Emotional, Visual, and Auditory Sensations. Imagination, Cognition y Personality, 8(3), 225-234.         [ Links ]

Lange, R., Thalbourne, M. A., Houran, J. & Storm, L. (2000). The Revised Transliminality Scale: Reliability and Validity Data from a Rasch Top down Purification Procedure. Consciousness and Cognition: An International Journal, 9(4), 591-617. doi: 10.1006/ccog.2000.0472        [ Links ]

Lanteri-Lauri, G. (1994). Las alucinaciones. México: Fondo de Cultura Económica.         [ Links ]

Leudar, I. & Phillips, T. (2000). Voices of Reason, Voices of Insanity: Studies of Verbal Hallucinations. London, UK: Routledge.         [ Links ]

McCreery, C. & Claridge, G. (1996). A Study of Hallucination in Normal Subjects-I. Self-Report Data. Personality and Individual Differences, 21(5), 739-747. doi: 10.1016/0191-8869(96)00115-8        [ Links ]

Myers, S. A., Austrin, H. R., Grisso, J. T. & Nickelson, R. C. (1983). Personality Characteristics as Related to the Out-of-Body Experience. Journal of Parapsychology, 47(2), 131-144.         [ Links ]

Osis, K. (1986). Apparitions Old and New. In K. R. Rao (Ed.), Case Studies in Parapsychology (pp. 74-86). Jefferson, NC: McFarland.         [ Links ]

Parra, A. (2006). "Seeing and Feeling Ghosts": Absorption, Fantasy Proneness, and Healthy Schizotypy as Predictors of Crisis Apparition Experiences. Journal of Parapsychology, 70(2), 357-372.         [ Links ]

Parra, A. (2008). Medidas psicológicas en relación con experiencias alucinatorias y experiencias aparicionales. Persona, 11, 109-128.         [ Links ]

Parra, A. (2015). Experiencias perceptuales inusuales en el constructo del límite "fino": su relación con la esquizotipia. Revista Mexicana de Investigación en Psicología, 7(1), 43-51.         [ Links ]

Parra, A. y Espinoza. P. (2009). Alucinaciones y apariciones: exploración intercultural de mediciones perceptuales entre estudiantes limeños y pucallpinos. Persona, 12, 187-206.         [ Links ]

Persinger, M. A. & Makarec, K. (1987). Temporal Lobe Epileptic Signs and Correlative Behaviors Displayed by Normal Populations. Journal of Genetic Psychology, 114(2), 179-195. doi: 10.1080/00221309.1987.9711068        [ Links ]

Peters, E. R., Joseph, S, Day, S. & Garety, P. (2005).Measuring Delusional Ideation: The 21-item Delusions Inventory (PDI). Schizophrenia Bulletin, 30(4), 1005-1016. doi: 10.1093/oxfordjournals.schbul.a007116        [ Links ]

Peters, E. R., Joseph, S. & Garety, P. A. (1996). The Assessment of Delusions in Normal and Psychotic Populations: Introducing the PDI (Peters Delusions Inventory). Schizophrenia Bulletin, 25(3), 553-576.         [ Links ]

Rawlings, D. (2001). An Exploratory Factor Analysis of Hartmann's Boundary Questionnaire and an Empirically-Derived Short Version. Imagination, Cognition and Personality, 21(2), 131-144.         [ Links ]

Rees, W. D. (1971). The Hallucinations of Widowhood. British Medical Journal, 4(5778), 37-41.         [ Links ]

Rhine, L. (1981). The Invisible Picture. Jefferson, NC: McFarland.         [ Links ]

Romme, M. & Escher, S. (1989). Hearing Voices. Schizophrenia Bulletin, 15, 209-216.         [ Links ]

Roxburgh, E. C. & Roe, C. A. (2011). A Survey of Dissociation, Boundary Thinness and Psychological Wellbeing in Spiritualist Mental Mediumship. Journal of Parapsychology, 75(3), 279-299.         [ Links ]

Sherwood, S. J. & Milner, M. (2005). The Relationship between Transliminality and Boundary Structure Subscales. Imagination, Cognition and Personality, 24(4), 369-378.         [ Links ]

Simmonds-Moore, C. A. (2009). Sleep Patterns, Personality, and Subjective Anomalous Experiences. Imagination, Cognition and Personality, 29(1), 71-86.         [ Links ]

Simmonds-Moore, C. A. (2010). A Review of the Relationship between Anomalous and Paranormal Experiences and Boundary Thinness in the Mind and Brain. In M. D. Smith (Ed.). Anomalous Experiences: Essays from Psychological and Parapsychological Perspectives. Jefferson, NC: McFarland Press.         [ Links ]

Simmonds-Moore, C. A. (2016). El concepto de "límite" y su relación con las experiencias excepcionales. En A. Parra (Ed.), Ojos invisibles: la cruzada por la conquista del espíritu (pp. 255-286). Buenos Aires: Antigua.         [ Links ]

Thalbourne, M. A. (1998). Transliminality: Further Correlates and a Short Measure. Journal of the American Society for Psychical Research, 92(3), 402-419.         [ Links ]

Thalbourne, M. A. (1999). Transliminality: A review. International Journal of Parapsychology, 11(2), 1-34.         [ Links ]

Thalbourne, M. A. & Houran, J. (2000). Transliminality, the Mental Experience Inventory and Tolerance of Ambiguity. Personality and Individual Differences, 28(5), 853-863. doi: 10.1016/S0191-8869(99)00143-9         [ Links ]

Thalbourne, M. A., Crawley, S. E. y Houran, J. (2003). Temporal Lobe Lability in the Highly Transliminal Mind. Personality and Individual Differences, 34(2), 1965-1974. doi: 10.1016/S0191-8869(03)00044-8        [ Links ]

Thalbourne, M. A., Houran, J., Alias, A.G. y Brugger, P. (2001). Transliminality, Brain Function, and Synesthesia. Journal of Nervous and Mental Disease, 189, 190-192.         [ Links ]

Thalbourne, M. A., Keogh, E. y Witt, G. (2005). Transliminality and the Oxford-Liverpool Inventory of Feelings and Experiences. Psychological Reports, 96(3), 579-585. doi: 10.2466/pr0.96.3.579-585        [ Links ]

Turatto, M., Benso, F., Facoetti, A., Galfano, G., Mascetti, G.G. & Umiltà, C. (2000). Automatic and Voluntary Focusing of Attention. Perceptual Psychophysiology, 62(5), 935-952. PMID: 1099-7040        [ Links ]

Watkins, J. (2003). Oír voces: una experiencia habitual. Buenos Aires: Deva's.         [ Links ]

Wild, T. C., Kuiken, D. & Schopflocher, D. (1995). The Role of Absorption in Experiential Involvement. Journal of Personality and Social Psychology, 69(3), 569-579. doi: 10.1037/0022-3514.69.3.569         [ Links ]

Wilson, S. C. & Barber, T. X. (1981). Vivid Fantasy and Hallucinatory Abilities in the Life Histories of Excellent Hypnotic Subjects ("somnambules"): Preliminary Report with Female Subjects. In E. Klinger (Ed.), Imagery: Concepts, Results, and Applications, Vol. 2 (pp. 133-149). New York: Plenum.         [ Links ]

Wilson, S. C. & Barber, T. X. (1983). The Fantasy-Prone Personality: Implications for Understanding Imagery, Hypnosis, and Parapsychological Phenomena. In A. A. Sheikh (Ed.), Imagery: Current Theory, Research, and Application (pp. 340-390). New York: Wiley.         [ Links ]

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License