Introducción
El conflicto armado en Colombia ha involucrado directa e indirectamente a distintos actores, como las guerrillas (p. ej.: Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - FARC, Ejército de Liberación Nacional - ELN, el M-19, los paramilitares, las Autodefensas Unidas de Colombia -AUC), la fuerza pública, las víctimas del conflicto armado y la población civil (Lair, 2000). Las dinámicas del contexto de guerra, así como las iniciativas para lograr procesos de desarme, desmovilización y reintegración (DDR) de la población excombatiente de los grupos armados organizados al margen de la ley (GAOML) han sido temas de interés en la agenda pública.
Algunos antecedentes de negociación del Gobierno colombiano con los GAOML se dieron en la década de los noventa, particularmente con el M-19, el Movimiento Armado Quintín Lame, el Ejército Popular de Liberación (EPL) y el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) (Centro de Memoria Histórica, 2013). Entre 2012 y 2016 se llevaron a cabo las conversaciones con las FARC para la firma de los acuerdos de paz (Oficina del Alto Comisionado para la Paz, 2016). Estos procesos contribuyeron a la desmovilización de 63000 personas entre 1990 y 2016 (Redacción El Tiempo, 2016), y a la creación de programas que apoyan las dinámicas de resocialización de la población excombatiente (Centro de Memoria Histórica, 2013).
La reintegración es un proceso a largo plazo en el que los excombatientes de GAOML obtienen empleo e ingresos sostenibles y adquieren progresivamente la condición de civiles (Agencia para la Reincorporación y la Normalización [ARN], 2017; Organización de las Naciones Unidas [ONU], 2006). Esta estrategia busca, por una parte, generar escenarios para la no repetición de actos delictivos, en el que las personas que se han desmovilizado fortalezcan sus competencias ciudadanas, de tal modo que logren retornar a la vida civil (Departamento Nacional de Planeación, 2008); por otra parte, reconstruir el tejido social para generar procesos de reconciliación y perdón entre la comunidad civil y las personas reintegradas de los GAOML (Herrera y González, 2013).
Más allá del desarme y la desmovilización, el proceso de reintegración representa un reto para la sociedad y se consideran la etapa más problemática del proceso (Subedi, 2014; Theidon y Betancourt, 2006). Por un lado, algunas investigaciones han identificado que las comunidades receptoras tienen percepciones desfavorables frente a las personas desmovilizadas (Amar-Amar, Abello, Madariaga y Ávila-Toscano, 2011) y señalan que la llegada de los excombatientes produce alteraciones de convivencia (Tovar, Galindo y Guzmán, 2008).
Por otro lado, Céspedes (2013) menciona que las personas desmovilizadas presentan dificultades de adaptación social, al percibir que las comunidades tienen imaginarios negativos sobre ellos. En esta misma línea, Restrepo, Giraldo, Buenaventura y Amariles (2017) encontraron que estos grupos se enfrentan a barreras sociales, culturales y económicas que pueden limitar el acceso a un empleo. Estas investigaciones evidencian los miedos e inseguridades de ambas partes del proceso (Lara, 2016).
La carga emocional de la guerra en Colombia y sus implicaciones psicosociales pueden establecer y reforzar núcleos de significado que inciden en la percepción favorable o desfavorable sobre las personas excombatientes. De ahí la importancia de estudiar las representaciones sociales (RS) sobre los excombatientes de grupos armados al margen de la ley y el proceso de reintegración en la comunidad que los reincorpora.
Las RS son consideradas conocimiento del mundo social que se edifica a partir de modelos de pensamiento que las personas han construido a lo largo de sus experiencias de vida (Wagner y Hayes, 2011). Los grupos sociales elaboran representaciones sobre objetos, que inciden en sus relaciones, su comportamiento y organización, incluso en el funcionamiento cognitivo de las personas que los conforman (Araya, 2002; Jodelet, 1986). Desde una perspectiva procesual, las RS son entendidas como referentes cualitativos en los que el ser humano es visualizado como un productor de sentidos; por ello, es necesaria la recopilación de un material discursivo que permita analizar las producciones simbólicas del grupo al que pertenece (Araya, 2002).
La conformación de las RS contempla dos procesos básicos: (a) la objetivación, para poner imágenes a lo abstracto; y (b) el anclaje, para asignarle sentido a lo representado, es decir, para darle sentido a lo nuevo con lo que ya les es familiar (Moscovici, 1988; Wagner y Hayes, 2011). Para el estudio de las RS, suelen abordarse tres dimensiones: (a) información, (b) campo representacional y (c) actitud. La primera se refiere al conocimiento sobre el objeto de representación; los datos pueden provenir tanto del dominio científico como de espacios sociales informales. En esta dimensión interesa analizar la cantidad, la calidad y la fuente de la información. La segunda se define como la forma de organización de las representaciones sociales. En esta dimensión, el núcleo figurativo se articula a través de los procesos de anclaje y objetivación. Con la tercera dimensión, la actitud, se identifica la valoración favorable o desfavorable asignada al objeto de representación (Araya, 2002; Wagner y Hayes, 2011).
Teniendo en cuenta lo anterior, es posible entender el contexto del conflicto armado en Colombia y el proceso de paz como escenario de interacción donde emergen RS sobre diversos objetos que definen las posturas de las personas y los grupos. La exploración de los significados sobre los excombatientes y el proceso de reintegración social favorecen el reconocimiento de dinámicas, conocimiento y actitudes de la sociedad frente a dichos objetos. Además, permiten conocer las visiones de mundo que tienen las personas y los grupos sociales estudiados, así como las razones empleadas para asumir una posición particular y definir su propio comportamiento en relación con el objeto de las RS (Araya, 2002). Todo conocimiento de las RS sobre estos grupos sociales y el proceso de reintegración puede constituir una fuente de información valiosa para la transformación de posturas y la construcción de pedagogías para la paz (Molina-Valencia, 2017), ya que, en este contexto, se hace prioritario pensar en posibilidades de cambio social que favorezcan escenarios de reconciliación (Gutiérrez-Peláez, 2017).
Para este estudio, el grupo social en el que se analizaron las RS estuvo compuesto por estudiantes del área de la salud. Una de las principales motivaciones para seleccionar un grupo de profesionales del área de la salud fue porque están implicados en el apoyo psicosocial y en procesos de educación en diferentes fases de la reintegración (Mejía, 2014; Rubio y Vargas, 2004), lo que permitiría tener una aproximación al conocimiento, por parte de futuros profesionales, acerca de temas coyunturales del país. Al tener en cuenta la posible incidencia de las RS durante las prácticas profesionales, es pertinente indagarlas en este grupo poblacional para contribuir con ello a la construcción de recomendaciones para la formación de profesionales en el ámbito de la salud, referente a los procesos de construcción y de consolidación de la paz.
Por tanto, el objetivo principal de la investigación fue describir las RS de un grupo de estudiantes del área de la salud frente a los excombatientes de grupos armados al margen de la ley en Colombia y el proceso de reintegración. Para ello se buscó identificar el conocimiento, el campo representacional, las actitudes hacia la población excombatiente y el proceso de reintegración de estas comunidades, desde la perspectiva de los participantes.
Método
Diseño
El presente trabajo se realizó desde el enfoque procesual, el cual plantea el acceso al conocimiento de las RS desde un abordaje cualitativo interesado en el sentido y la significación del contenido de las RS (Araya, 2002).
Participantes
Participaron 20 estudiantes de noveno y décimo semestre de carreras del área de la salud de una universidad privada de Bogotá (17 mujeres y 3 hombres), entre los 21 y los 25 años de edad (M = 22.8, DE = 1.25). Los estudiantes vivían en Bogotá al momento de realizar las entrevistas y pertenecían a estratos socioeconómicos medio (60%), medio alto (20%) y alto (20%). Todos fueron seleccionados por conveniencia y participaron de forma voluntaria. El número de participantes final se definió por el criterio de saturación de categorías (Hernández, Fernández y Baptista, 2010).
Técnicas de recolección
En coherencia con el enfoque procesual de las RS, esta investigación empleó la entrevista y la técnica de las asociaciones libres para triangular la información y sustentar el proceso de interpretación de los datos (Wagner y Hayes, 2011). Los instrumentos fueron avalados por un comité de trabajos de grado que analizó la viabilidad y la ejecución del proyecto.
Entrevista.
Se realizó una entrevista semiestructurada en la que se tuvo como referencia una guía conformada por 16 preguntas, ocho sobre los excombatientes de GAOML y ocho sobre el proceso de reintegración. Un evaluador analizó la pertinencia y la redacción de las preguntas, las cuales se formularon en función de las dimensiones de las RS "qué se sabe (información/conocimiento), qué se cree y cómo se interpreta (campo de la representación) y qué se hace o cómo se actúa (actitud)" (Araya, 2002, p. 41). La entrevista semiestructurada permitió dar cuenta de la vivencia y de los marcadores sociales en los que se movilizan las personas y está inmerso el discurso (Araya, 2002). Las entrevistas se desarrollaron de forma individual y tuvieron una duración de 20 a 30 minutos.
Técnica de asociaciones libres.
Es una técnica que permite conocer el componente del campo representacional y las actitudes en el contenido de las RS (De Rosa, 2002), a partir de un término inductor para que las personas produzcan todas las palabras que se les ocurran (Araya, 2002). Se aplicó de forma individual, por medio de la entrega de dos hojas a cada participante, una para el término excombatientes de grupos armados al margen de la ley y otra para proceso de reintegración. Posteriormente, los participantes escribían al frente de cada palabra un signo de valoración emocional de dicha palabra: (+) si la asociaban con una emoción o sentimiento positivo, (-) si era negativo o (=) si era neutro (De Rosa, 2002).
Procedimiento
Para la aplicación de las técnicas de recolección se solicitó autorización a los directores de los programas académicos. Posteriormente, se invitó a participar a los estudiantes que cumplían con los criterios del estudio.
Dos investigadores entrenados aplicaron las técnicas de recolección en un lapso de cuatro meses, dentro de las instalaciones universitarias. La aplicación se desarrolló de forma individual y tuvo una duración de 30 a 40 minutos. Durante este tiempo, los participantes leyeron y firmaron el consentimiento informado, y registraron la información de datos sociodemográficos. Tras el registro, se les aplicó la técnica de asociación libre y, por último, la entrevista semiestructurada. Las entrevistas fueron grabadas en audio y luego se transcribieron.
Respecto a las implicaciones éticas, la investigación se diseñó teniendo en cuenta el Código Ético y Deontológico del Psicólogo de Colombia. Además, se contemplaron aspectos como integridad del proceso, responsabilidad hacia los informantes, confidencialidad, anonimato, registro de la información, manejo del riesgo y reciprocidad (Galeano, 2004).
Análisis de datos
El proceso de análisis de contenido se realizó de forma iterativa a la recolección de datos, de tal modo que surgieron sistemáticamente categorías que permitieron identificar el momento de saturación de las categorías de análisis. Este proceso posibilitó la construcción, la denominación y la definición de categorías (Coffey y Atkinson, 2003) para luego centrarse en la interpretación de los datos, a través de la construcción de códigos, matrices descriptivas y anotaciones. Para este proceso se utilizó el programa Atlas.ti versión 7.0. Las palabras identificadas en la asociación libre se agruparon en categorías en el programa Excel, para determinar la frecuencia de palabras positivas, negativas y neutras. Con base en esto, se efectuó el cálculo del índice de polaridad y de neutralidad (De Rosa, 2002).
El índice de polaridad (P) corresponde al número de palabras positivas menos el número de palabras negativas, dividido entre el número total de palabras asociadas.
El rango del índice está entre -1 y +1. Si P está entre -1 y -0.05 (el valor puede recodificarse como o como -1), entonces la mayoría de palabras tendrán una connotación negativa. Si P está entre -0.04 y + 0.04 (el valor puede recodificarse como o como 0), entonces las palabras tanto positivas como negativas tienden a ser iguales. Y si P está entre +0.04 y +1 (el valor puede recodificarse como o como +1), entonces la mayoría de las palabras tienen una connotación positiva (De Rosa, 2002, p. 185).
Entre tanto, el índice de neutralidad (N) se calculó con la siguiente fórmula: [Número de palabras neutras - (número de palabras positivas + número de palabras negativas)] / Número total de palabras asociadas (De Rosa, 2002, p. 185).
El rango del índice está entre -1 y +1. Si N está entre -1 y -0.05, pocas palabras tienen una connotación neutral (lo que significa una baja neutralidad). Si N está entre -0.04 y +0.04, las palabras neutrales tienden a ser iguales a la suma de las palabras positivas y negativas. Si N está entre +0.05 y +1, muchas palabras tienen una connotación neutral (lo que corresponde a una alta neutralidad) (De Rosa, 2002, p. 186).
Resultados
Los hallazgos se organizaron en dos apartados. Primero, se exponen las RS sobre los excombatientes; segundo, se presentan las RS sobre el proceso de reintegración. De manera orientativa, se encuentran subtítulos sobre las dimensiones conocimiento e información y actitud. En cada uno de estos se articulan los resultados respecto al campo representacional y se presenta un esquema (figura 1) para facilitar la comprensión de los datos.
Representaciones sociales de estudiantes del área de la salud frente a los excombatientes
Conocimiento e información.
Se identificaron tres categorías para definir a las personas excombatientes. La primera, relacionada con la expertenencia a un grupo armado al margen de la ley; la segunda, asociada a la participación en el proceso de reintegración a la sociedad civil; y la tercera, referente a la permanencia durante un tiempo pasado en el Ejército Nacional de Colombia. Los participantes del estudio consideraron que el ingreso a los grupos armados puede ser de manera voluntaria u obligada.
En las definiciones brindadas por los participantes se identificaron, dentro del campo representacional, tres características asociadas a las personas excombatientes: (a) seres humanos que se encuentran en procesos de cambio, como la desmovilización y el proceso de reintegración; (b) personas de bajos recursos y con poco nivel de educación; y (c) personas que tienen conducta violenta, por lo que se califican como peligrosas y responsables de actos ilegales.
Los participantes expresaron que el nivel de información que han obtenido sobre los excombatientes ha sido principalmente en el marco del proceso de paz y el plebiscito, así como referentes de la historia colombiana. En esa misma vía, reportaron que las principales fuentes de información han sido los medios de comunicación, las telenovelas y algunas clases en la universidad. Finalmente, manifestaron que la información obtenida es poca y es presentada de forma parcial y no verídica. Sin embargo, reconocieron que no han invertido tiempo indagando sobre el tema. Al respecto, uno de los participantes reportó que:
Los medios de comunicación van hacia un lado, no son imparciales, ellos van es con la posición política de las personas con poder y dinero. Son parcializados, van hacia la minoría que es la gente rica, como algo malo, como no dan la oportunidad del beneficio de la duda, de qué pasaría si se da el proceso de paz. En todo el proceso de reintegración, tiran información de que eso es malo, malo, malo y no le dejan ver al pueblo, a la gente la otra cara de la moneda. Para eso toca ver es canales internacionales que son más imparciales (participante 16).
Adicionalmente, existen dos fuentes de información experiencial, haber estado cerca o compartir con excombatientes y el proceso de paz en Colombia, a través del voz a voz. Como ejemplo, un participante compartió lo siguiente:
Tuve que trabajar con unas mujeres desmovilizadas, pero solo mujeres, mi taller fue duro porque a ellas en el campamento las maltrataban, y a la que le tocó quedarse dirigiendo a los niños que entran. Para mí fue horrible escuchar todas las historias que me contaban y me conmovió mucho, y por eso este año pienso volver a trabajar con ellas (participante 19).
Actitud.
De acuerdo con lo manifestado por los estudiantes, se identificaron las emociones de miedo, rabia y tristeza, relacionadas con el sentimiento de pesar y lástima por considerar que los excombatientes no tienen familia, y por percibir que su estilo de vida se ha dado en un contexto de guerra. Además, consideran que la población colombiana siente rabia por los actos terroristas o criminales llevados a cabo por grupos armados al margen de la ley. Uno de los participantes recogió así estas emociones:
Miedo, de pronto como tristeza. Muchas de las historias son muy pesadas o fuertes y yo diría que miedo por el hecho de que uno no sabe cómo siguen maquinando ahí las cosas. Sin embargo, tristeza porque ellos no lo eligieron, sino que les tocó, entonces muchas historias son muy pesadas (participante 3).
Los participantes en el estudio consideraron que los excombatientes se ubican en zonas rurales, tienen un estilo de vida nómada, lo cual puede afectar la convivencia urbana y el reconocimiento de derechos y deberes ciudadanos. En contraste, mencionaron que son seres humanos, que al igual que otros viven momentos de sufrimiento, pues son víctimas de la violencia y sus memorias o historias de vida están compuestas de momentos difíciles, lo cual genera una manifestación de apoyo por parte de los participantes. En este sentido, se destacan expresiones como:
Por un lado, pienso que son personas que hay que darles la oportunidad de empezar de nuevo. Pero, por otro lado, siento rechazo frente a ellos (participante 7).
Viene, se quiere reintegrar, quiere hacer las cosas bien. Démosle la oportunidad (participante 16).
En el campo de representación se identificó en la mayoría de los participantes rechazo y percepción de discriminación hacia las personas excombatientes, pues consideran que existe un miedo generalizado a que las conductas delictivas se mantengan. Recalcaron que no es posible reconocer las competencias y habilidades de las personas excombatientes para dejar de cometer delitos de lesa humanidad, por una marcada percepción de impunidad de los actos cometidos por parte de grupos armados al margen de la ley.
Con respecto al proceso, uno de los participantes manifestó:
Pues dicen que va a ser un choque para la sociedad. Que al principio nos vamos a rechazar y que a nadie le gustaría tener un vecino excombatiente. Entonces digamos que esto va a ser difícil porque a donde lleguen van a ser rechazados (participante 5).
Lo anterior se corrobora en el análisis de asociaciones libres en el que se encontró una actitud con tendencia a una connotación negativa (P = -1.90) y una baja neutralidad (N = -0.83). En el campo representacional predominaron los significados asociados al conflicto armado interno, a los GAOML y a características negativas asociadas a los excombatientes. En total, emergieron nueve categorías de análisis (ver tabla 1).
Representaciones sociales sobre el proceso de reintegración
Conocimiento e información.
Se identificó que los participantes cuentan con poca información frente al proceso de reintegración y aunque reconocen que hay información, también mencionan que no es del todo clara. Los participantes, en el campo representacional, asocian el proceso de reintegración a palabras como proceso, apoyo a excombatientes, cambio de vida, oportunidad, proceso de resocialización. Como principales fuentes de información identificaron la televisión, la radio, las redes sociales y el voz a voz. Sobre este último, reportaron que conocen de los procesos de reintegración a través del diálogo entre pares, generalmente en la universidad. Las siguientes son definiciones de algunos de los participantes sobre este proceso:
Un proceso de reintegración para mí es volver a darle una vida a alguien que por distintas circunstancias ha perdido su sistema familiar de creencias, voluntad de pronto, también volver a adaptar a una persona a las normas culturales que exige el entorno, que se vuelvan a ceñir a la ley (participante 3).
Yo pienso que es una oportunidad para que la persona deje a un lado esa vida porque, pues, desde mi punto de vista, pienso que no es una vida en la que la persona se sienta cómoda. Entonces, es una oportunidad de cambio, de una nueva vida, de hacer las cosas bien y de vivir tal vez su vida como siempre la soñó (participante 10).
Aunque los participantes consideran que los procesos de reintegración son acertados para el contexto actual del país, también se encontró que los definen como complejos e inciertos. De igual forma, reconocen que pueden ser una alternativa para la inclusión de los excombatientes de grupos armados al margen de la ley a la sociedad:
(...) no solo en Colombia sino en todo el mundo son acertados, o sea, como tal, la idea me parece acertada, pero pienso que a la hora de implementarlas se pueden presentar muchas barreras sociales, políticas, culturales que pueden dejar la idea solo como en papeles y traspasar la violencia que se vive por ser combatiente a otros escenarios de una manera distinta (participante 5).
Actitud.
Para los participantes, los procesos de reintegración se caracterizan por generar en las personas comportamientos, ideas, creencias, sentimientos y emociones que se manifiestan como una oportunidad para la reconciliación. Sin embargo, en las entrevistas se evidenció, en el campo representacional, que la incertidumbre es una constante, la cual genera preocupación en los estudiantes frente a lo que vendría después de este proceso para el país:
Como que siento que de alguna manera me van a quitar mi bienestar por brindarles bienestar a ellos (participante 6).
Los procesos de reintegración producen emociones negativas, como miedo, tristeza, rabia. Frente a esto, uno de los participantes manifestó:
(...) un poco de rabia, porque siento que todavía nos hace falta mucho para hacer una reintegración totalmente bien hecha, y tristeza, porque pienso en el futuro de los reintegrados y la verdad no veo un buen prospecto (participante 4).
No obstante, también provocan en los estudiantes sentimientos de esperanza, felicidad y solidaridad, como lo expresaron otros participantes:
Un sentimiento, esperanza. Por un futuro en el que ese grupo armado ya no exista (participante 10).
No sé, como tranquilidad y alegría porque se está tratando de hacer algo por cambiar todo lo que ha pasado en estos años, así que es una visión del futuro más clara (participante 8).
Lo anterior se confirmó en el análisis de las asociaciones libres realizadas frente a la frase Proceso de reintegración en Colombia, ya que en los índices de polaridad (P) y de neutralidad (N) se encuentra una actitud con una alta connotación positiva hacia el proceso de reintegración (P = 0.78) y una baja neutralidad (N = - 0.88) (ver tabla 2). En este análisis de contenido emergieron 10 categorías, en cuyo campo representacional se observó un predominio de sentimientos y emociones con una actitud positiva hacia el proceso, tales como expectativas, paz y oportunidad. Por su parte, las categorías asociadas a actitudes negativas fueron los temores, causados por los sentimientos de incertidumbre que se identificaron en los resultados de las entrevistas.
El campo representacional de los procesos de reintegración se relaciona con el de excombatientes de GAOML. En la figura 1 se observa un conjunto de categorías que muestran situaciones colectivas que se han vivido en el país y que afectan el posicionamiento de los sujetos frente a estos objetos. Por ejemplo, la categoría emergente de apoyo condicional al proceso de reintegración se refiere a brindar un apoyo mientras el excombatiente sea víctima del conflicto armado y no haya decidido voluntariamente entrar al grupo armado al margen de la ley. Al ser voluntaria, se les asocia a delitos de lesa humanidad, por tanto, genera percepción de impunidad y se relaciona con emociones como la rabia. En contraste, si la vinculación es forzada, son vistos como víctimas y genera sentimiento de solidaridad. Al respecto, uno de los entrevistados manifestó:
La responsabilidad de la persona sigue recayendo en la persona, entonces dicen: ¿Cómo vamos a dejar a un lado todo lo que pasó?, sin tener en cuenta si hay una historia que enmarca un tipo de condición y una violencia que todos hemos sufrido y ha sido el conflicto armado (participante 6).
Discusión
A partir de los resultados del estudio se puede concluir que las RS sobre los excombatientes de GAOML y el proceso de reintegración están presentes en la cotidianidad de las personas entrevistadas. Adicionalmente, los hallazgos indicaron actitudes desfavorables frente a los excombatientes y actitudes favorables frente a los procesos de reintegración.
Las RS hacia los excombatientes sugieren una connotación negativa y, a la vez, un posicionamiento en el que los reconoce como personas que han vivido situaciones difíciles. Por otra parte, se identificaron ideas en las que se justifica la pertenencia a grupos armados ilegales como resultado del contexto violento en el que han vivido. Si bien los participantes consideran que es importante brindarles oportunidades a los excombatientes, por sus respuestas se percibió que pueden tener bajas opciones de cambio y reincidir en actos delictivos asociándolos con características negativas. Estos hallazgos se corroboran con investigaciones como las de Sánchez, Barreto, Correa y Fajardo (2007), quienes consideran que la naturaleza violenta de acciones terroristas incide en que las personas atribuyan rasgos de personalidad negativos a los que piensan que son los responsables de estos actos.
Autores como Fisher (2000) identifican que en conflictos políticos de larga duración, las consecuencias psicosociales van generando y consolidando sesgos perceptivos difíciles de modificar. Cárdenas (2013), por su lado, encontró que la población acepta la aplicación de penas alternativas para los guerrilleros, pero hay un rechazo a la participación política de excombatientes y una incertidumbre frente al real abandono de la vida ilícita de este grupo social. Lo anterior es contrastado por Álvarez y Guzmán (2013), quienes mencionan que los desmovilizados son considerados un grupo social en condiciones de vulnerabilidad, porque pueden carecer de herramientas de adaptación psicosocial y afectaciones en salud mental para reintegrarse a la vida civil, como lo han reportado los estudios de Aristizábal (2015) y Ávila y Madariaga (2015).
La RS frente a los procesos de reintegración tiene tendencia a la connotación positiva, con expectativas favorables sobre las transformaciones que se pueden lograr con la puesta en marcha de esta iniciativa. A la vez, se presentan categorías alusivas a la incertidumbre y la desesperanza de las reales opciones de cambio de la sociedad colombiana. Esta ambivalencia puede estar relacionada con los logros y las dificultades del proceso DDR y las dinámicas que influyen en las comunidades, pues no hay seguridad en los avances de los procesos de reintegración (Herrera y González, 2013).
Por otra parte, llama la atención la identificación de un acuerdo de procesos de reintegración en intervenciones condicionales, que puede implicar medidas de control, vigilancia y disciplina. Estas iniciativas pueden dificultar la inclusión, manteniendo, de alguna forma, una posición social de marginación. De acuerdo con Restrepo et al. (2017), las percepciones sobre las personas desmovilizadas se mueven entre el temor y la desconfianza para acogerlos en la vida cotidiana. Por su parte, autores como Amar-Amar et al. (2011) encontraron que tanto el apoyo social percibido por los excombatientes como el nivel de significado general que estos le dan, dependen de variables individuales en las que las personas estiman si los recursos que se obtienen de la red son o no pertinentes. Esto genera interrogantes frente al apoyo dado por la sociedad a los excombatientes en el proceso de reintegración y cómo estos lo perciben.
Los medios de comunicación, tanto en las RS sobre los excombatientes como en los procesos de reintegración, aparecen como una categoría coocurrente. Ante el nivel y tipo de información que obtienen sobre estos temas, los participantes reconocieron que en la actualidad circula más información sobre el conflicto armado y el proceso de paz; sin embargo, consideran que tienen un bajo nivel de información y perciben una baja calidad de la misma. A pesar de la limitada información, los estudiantes universitarios que participaron en el presente estudio consiguieron significar los objetos de representación.
Gutiérrez (2007) menciona que en las notas periodísticas analizadas en su estudio, los desmovilizados están relacionados con consecuencias negativas en el 63%, y se presenta una excesiva tendencia a descalificar el proceso de reintegración. Lo anterior puede ser un indicio para comprender la razón de las RS negativas hacia las personas excombatientes, pues no solo se muestra la parcialidad de los medios de comunicación sino de las apuestas políticas.
Los resultados de la investigación reportaron que el posicionamiento de los estudiantes universitarios del área de la salud, frente a los objetos de representación indagados desde autores como Harré y Langenhove (1999), parece estar mediado por la cantidad y la calidad de la información de la que disponen y la manera como la han recibido. De ahí que sea necesario revisar con mayor detenimiento el papel de los medios de comunicación en el proceso de elaboración de las RS. Al respecto, López-López, Silva, Castro-Abril y Caicedo-Moreno (2016) señalan que los medios de comunicación desempeñan un papel de suma importancia en la creación y modificación de actitudes en las personas. En relación con procesos de paz y perdón, estos autores consideran que pueden ser "una herramienta para la reconciliación, o por el contrario, una manera de generar actitudes negativas hacia el perdón y los actores del conflicto armado" (p. 56).
Los hallazgos del presente estudio revelaron que los estudiantes universitarios del área de la salud están en un proceso de organización y construcción de estas categorías sociales relacionadas con el conflicto armado y los procesos de paz. El análisis de su campo representacional muestra un posicionamiento ambiguo frente a la comunicación que hacen de los objetos de representación evaluados. En este sentido, se encuentran en un periodo de anclaje para darle sentido a lo nuevo (proceso de reintegración, proceso de paz) con lo que ya les es familiar (conflicto armado, excombatientes GAOML; Moscovici, 1988). Los hallazgos sugieren que las RS construidas hasta el momento se están anclando con sistemas compartidos de lo que ha sido la guerra y los efectos en la sociedad civil. Las RS sobre los excombatientes dejan entrever referentes compartidos que se contradicen con las expectativas sobre los procesos de reintegración, y esto les puede generar un conflicto que implique nuevas posturas para asumir un rol en sus actuaciones profesionales.
De allí que este tipo de estudios inviten a pensar en la formación profesional como vehículo para brindar herramientas que contribuyan a la comprensión de límites y alcances de los procesos de reconciliación y su rol para afrontar retos sociales.
Si bien las actitudes son aspectos esenciales en la conformación de las RS, también ofrecen indicaciones claves para pensar cómo dinamizar y orientar comportamientos. Es por ello que al encontrar estas tendencias de representación negativa y positiva sobre los procesos de reintegración, se sugiere promover desde las instituciones educativas acciones de sensibilización a favor de las alteridades, con el propósito de fortalecer procesos de reintegración social (Gutiérrez-Peláez, 2017).
Como limitaciones del estudio es importante destacar que los resultados no pueden ser generalizables. Para futuras investigaciones es necesario incluir otros grupos (p. ej.: otros rangos de edad, profesionales del área de la salud en ejercicio y no solo estudiantes). Igualmente, valdría la pena explorar representaciones sociales diferenciando excombatientes de grupos armados ilegales, por ejemplo, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Ejército de Liberación Nacional (ELN), paramilitares, entre otros, ya que el presente estudio no hizo ninguna distinción al respecto.