SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.10 número2Validación preliminar de una versión brasilera de la escala de motivación para el deporteTransformaciones en las subjetividades de los trabajadores: casos de empresas colombianas recuperadas índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Universitas Psychologica

versión impresa ISSN 1657-9267

Univ. Psychol. v.10 n.2 Bogotá mayo/ago. 2011

 

Fiabilidad y validez de constructo del test MUNSH para medir felicidad, en población de adultos mayores chilenos*

Reliability and construct validity of munsh test to measure happiness, in elderly MUNSH Chilean population

EMILIO MOYANO DÍAZ**

EMA FLORES MORAGA

HELI SORAMAA

*Artículo de investigación. El estudio forma parte del programa de investigación "Calidad de Vida y Ambientes Saludables" (Res. 387/2007).

**Facultad de Psicología, Casilla no. 747, Universidad de Talca, Talca, Chile. Correos electrónicos: emoyano@utalca.cl; ema.flores@gmail.com; heli.soromaa@gmail.com

Recibido: mayo 6 de 2009, Revisado: julio 30 de 2009, Aceptado: mayo 28 de 2010.


Para citar este artículo

Moyano, D. E., Flores, M. E. & Soromaa, H. (2011). Fiabilidad y validez de constructo del test munsh para medir felicidad, en población de adultos mayores chilenos. Universitas Psychologica, 10 (2), 567-580.


Resumen

El objetivo de esta investigación es adaptar y validar preliminarmente la escala de Felicidad del Memorial University of Newfounland (MUNSH), en adultos mayores chilenos. Trescientos adultos de Maule, Chile, de 65 años y más (M = 72,8; DS = 5,71), respondieron el MUNSH, la Escala de Satisfacción Vital de Diener (ESV) y, para validez convergente, la Escala Geriátrica abreviada de Depresión de Yesavage (EGADY). El MUNSH presenta consistencia interna (Cronbach) de 0,90 y correlaciona, apoyando su validez convergente, con ESV (r = 0,623) y con EGADY (r = -0,746). Un análisis factorial para el MUNSH produce una estructura multifactorial con un factor principal explicativo del 31,7 % de la varianza. Se discuten resultados por género y edad, y se entregan baremos por sexo para el uso del instrumento.

Palabras clave autores: Felicidad, bienestar subjetivo, tercera edad, depresión.

Palabras clave descriptores: Psicometría, test psicológico, grupo de edad, vejez, calidad de vida, afectividad, voluntad de realización.


Abstract

The goal was to adapt and to conduct the preliminary validation of the Scale of Happiness of the Memorial University of Newfounland (MUNSH). Three hundred elderly (Maule, Chile) of more than 65 years (M = 72,8; DS = 5,71), answered the MUNSH, the Life Satisfaction Scale of Diener (ESV), and the Abbreviated Geriatric Depression Scale of Yesavage (EGADY). The MUNSH reached a Cronbach's alpha consistency of 0.90, and correlated positively with the ESV (r = 0.623) and negatively with the EGADY (r = -0.746), demonstrating appropriate convergent validity. A factor analysis revealed a multifactorial structure for the MUNSH with a single factor explaining 31,7 % of the variance. The data collected with the MUNSH are analyzed in terms of age and sex differences and separate normative scores are provided.

Key words authors: Happiness, Subjective Well-Being, Elderly, Depression.

Key words plus: Psychometrics, Psychological Tests, Age Groups, Old Age, Quality of Life, Emotions, Achievement Motivation.


Introducción

La población de personas mayores de 65 años crece en el mundo, al reducirse la mortalidad debido al progreso en medicina, protección social y a mejores condiciones de vida. Según el último censo chileno de 2002, la población adulta mayor de 60 años constituía el 9,8 % de la población en 1992, el 11,4 % en 2002 y se espera que llegue al 13 % en 2010 (Instituto Nacional de Estadística [INE], 2003). Claramente, se transita hacia una distribución de población propia de país desarrollado, con un sostenido incremento de adultos mayores en desmedro de población infantil y juvenil.

La vejez es una etapa vulnerable a la enfermedad y a la soledad, por lo que ha sido ampliamente estudiada tanto en relación con medidas de calidad de vida como de bienestar psicológico (Kozma & Stone, 1978, 1980; Lewis, Maltby & Day, 2005). En Chile, ha sido reportado que la depresión en adultos mayores alcanza un 47 %, cifra muy por encima del 16 % y 19 % estimadas para jóvenes y adultos, respectivamente (Hoyl, Valenzuela & Marín, 2000; Oyarce & Quiroga, 2006). Aunque sugestivos, estos datos deben complementarse con otros indicadores que permitan conocer el estado psicológico de este grupo cada vez más importante de la población chilena. Los indicadores de Bienestar Sujetivo (BS), Calidad de Vida (CV) y Felicidad son algunos de estos (Moyano & Ramos, 2007; Moyano, en prensa).

Existe acuerdo en considerar que los conceptos de Felicidad y BS son los componentes psicológicos de un concepto sociológico mayor, conocido como calidad de vida. En el estudio de la calidad de vida, Brown, Bowling y Flynn (2004) distinguen siete tipos de modelos usados para adultos mayores, estos modelos han sido denominados como: objetivos, subjetivos, de necesidades humanas, psicológicos, de salud, de salud social, de individualización. En los modelos subjetivos, se utilizan como conceptos centrales los de BS, Bienestar Psicológico (BP), Satisfacción Vital (SV) y felicidad.

La investigación de la CV subjetiva ha distinguido dos perspectivas para su abordaje: la hedónica y la eudaimónica (Ryan & Deci, 2001).

La primera pone su acento en el BS, tornándolo sinónimo de felicidad y operacionalizándolo como afecto positivo menos afecto negativo, más SV. La perspectiva eudaimónica, en cambio, se focaliza en el BP entendido más ampliamente como el funcionamiento general de la persona y operacionalizado ya sea mediante la felicidad más significado (Ryff, 1989), o como un conjunto de variables propias de la salud (Ryan & Deci, 2001).

La presente investigación se enmarca en la perspectiva hedónica, específicamente en la propuesta de Kozma y Stones (1980), quienes unifican aquellas dos visiones al estudiar el BS, a través de la moral y la satisfacción vital en distintos aspectos de la vida, y el concepto de felicidad, entendida ésta como el predominio de afecto positivo sobre el negativo, el que se ha mantenido estable y coherente en los diversos estudios en los que aquella visión ha sido empleada (Kozma, DiFazio, Stones & Hannah, 1992; Stones, Kozma, Hannah & Mckim, 1991; Tesch-Romer, Motel-Klingebiel & Tomasik, 2008).

Bienestar subjetivo y felicidad desde la perspectiva del MUNSH

En términos generales, el BS refiere a tres categorías de fenómenos: respuestas emocionales o afectos, satisfacción por dominios de vida y juicios globales acerca de la satisfacción con la propia vida (Diener, Suh, Lucas & Smith, 1999). En la primera categoría, se diferencia entre afectos de tipo positivo (alegría, elación, amor propio, felicidad y éxtasis) de otros negativos (culpa, vergüenza, tristeza, preocupación, ira, depresión y envidia). En la segunda categoría de fenómenos, se ubica la familia, el trabajo, el ocio, la salud, las finanzas, el self, el grupo de pertenencia y los ámbitos de satisfacción (Kozma & Stones, 1980). Por último, en el tercer tipo, están el deseo de cambiar la propia vida, la satisfacción con ésta, con el pasado, con lo esperado para el futuro y con la evaluación que otros significativos hacen de la vida propia (Diener et al., 1999). Desde esta perspectiva la felicidad resultaría de la frecuencia e intensidad de los sentimientos positivos y negativos que las personas experimentan, generándose como consecuencia de dichos sentimientos (Cruise & Alan, 2006). De esta manera, la felicidad es considerada como un rasgo que provee estabilidad a largo plazo y también como un estado por su reactividad específica al cambio del entorno, que actuaría principalmente sobre los componentes afectivos de corto plazo, mientras que los componentes de disposición de largo plazo moderarían los efectos de éste, explicando la estabilidad y la consistencia intersituacional de las puntuaciones de BS (Kozma, Stones & Stones, 1997).

A partir del concepto de BS integrado -rasgo y estado- ha sido diseñada la Escala de Felicidad de la Universidad Memorial de Newfoundland (MUNSH), que concibe el BS como un factor bipolar donde concurren afecto y experiencia. Según esto, las diferencias individuales explicarían gran parte de los efectos situacionales sobre la felicidad y, por tanto, la importancia de la estabilidad del entorno sería mínima (Stones, Hadjistavropoulos, Tuuko & Kozma, 1995).

Medidas para evaluar BS: características del MUNSH

En términos generales, el BS ha sido difícilmente operacionalizado por lo que su medición ha sido altamente compleja. Respecto de los instrumentos para medir el BS, Liberalesso (2002) ofrece una revisión de doce de ellos, la que, junto con la revisión que aquí se presenta, permite sugerir que la Escala de Felicidad de la Universidad Memorial de Newfoundland (MUNSH) de Kozma y Stones (1980) aparece Newfoundland como la más apropiada para el estudio de la felicidad en poblaciones de adulto mayor. Dentro de las características teóricas y conceptuales que convierten al MUNSH en una medida adecuada para el estudio del BS, se considera como principal fortaleza su amplia e integradora base teórica y empírica, así como también su especificidad y adecuación para el estudio de la población adulto mayor respecto a los otros instrumentos existentes, los que por lo general se caracterizan por ser medidas generales resumidas que no consideran los efectos ni las características asociadas al ciclo de vida que el adulto mayor experimenta (Faruk, 2009; Kozma et al., 1992; Liberalesso, 2002). El MUNSH fue diseñado expresamente para adultos mayores y combina ítems de otras escalas referidos a afectos momentáneos (propios de la Escala de Balance Afectivo [ABS] de Bradburn, 1969), con ítems de afectos a largo plazo (propios de la Escala Moral del Centro Geriátrico de Philadelphia [PGC] de Lawton, 1975 y del Índice de Satisfacción con la Vida [LSI-Z] de Neugarten, Havighurst & Tobin, 1971). La confiabilidad test-retest de seis a doce meses es de 0.70 la que, sin ser alta, supera la de instrumentos semejantes aplicados simultáneamente (p.ej., LSI-Z = 0.35; ABS =0.27, PGC =0.35; Kozma & Stones, 1980). De un análisis factorial de estos mismos instrumentos se extrajo un factor general capaz de explicar el 64 % de la variabilidad total, donde las saturaciones para el MUNSH, el LSI-Z, el PGC y el ABS fueron de 0.99, 0.73, 0.82 y 0.70, respectivamente; estos resultados sugieren que el MUNSH sería una mejor medida de BS entre las reportadas por los otros instrumentos (Kozma et al., 1997).

Respecto a su confiabilidad, el MUNSH ha sido evaluado en razón a su consistencia interna (usando el coeficiente alfa de Cronbach), así como también en razón a su estabilidad temporal. Respecto a sus consistencia interna se observa que esta escala presenta confiabilidades iguales o superiores a 0,85 (Kozma & Stones, 1980; Kozma et al., 1997; Stones et al., 1995), por otro lado, el MUNSH posee una adecuada estabilidad temporal -0.70- (Kozma et al., 1997). Cabe destacar que con posterioridad a la construcción del MUNSH, fue creada una versión resumida de esta escala denominada Protocolo Reducido de la Felicidad (Short Happiness and Affect Research Protocol [SHARP]) por Stones, Stones, Kozma, Hirdes y Gold en 1996. Esta escala mantiene la misma estructura factorial propuesta por el MUNSH (4 subescalas), obteniendo una correlación alta con dicha escala (0,95) e indicadores de confiabilidad y consistencia interna adecuados de r = 0,52 en 18 meses; alfa de Conbach >0,82 (Kobayashi, Cloutier-Fisher & Roth, 2009; Stones et al., 1996).

Sin embargo, y teniendo en consideración las adecuadas propiedades psicométricas reportadas por el SHARP, esta medida resulta ser menos específica y sensible que la versión extensa (MUNSH).

Además de las ventajas psicomé tricas del MUNSH y del hecho de estar construido especialmente para adultos mayores, su base teórica integra los dos componentes de la felicidad, hasta ese momento típicamente separados referidos a afectos -positivos y negativos- y lo cognitivo (satisfacción con la vida). Por ello, resulta un instrumento adecuado para intentar su adaptación y validación para una población culturalmente diferente, y para la cual no se dispone de instrumentos propios tampoco. El MUNSH permite evaluar los aspectos afectivos o anímicos a corto plazo en conjunto con la valoración cognitiva a largo plazo que las personas hacen de su propia vida, la satisfacción vital, totalidad o conjunto que, para sus autores, es la felicidad.

Variables asociadas al estudio del BS y el MUNSH

Existen numerosas líneas de investigación asociadas al BS, entre las cuales destacan, por su frecuencia, aquellas referidas a género y condición civil de las personas (véanse Diener, 2006; Diener et al., 1999; Ryan & Deci, 2001). Respecto del género, Diener et al. (1999) muestran que generalmente no hay diferencias y que cuando éstas se observan son muy débiles, a favor de las mujeres, y eventualmente desaparecen cuando se controlan otras variables demográficas. En lo concerniente a género y SV, felicidad, autoestima, soledad, salud y edad subjetiva, Pinquart y Sorensen (2001) han hecho una de las pocas revisiones cuyo resultado es que las mujeres mayores reportan menor bienestar y un autoconcepto menos positivo que los hombres, en todas las medidas (excepto en edad subjetiva). En Brasil, Liberalesso (2002) muestra que las mujeres puntúan algo más alto en satisfacción global con la vida que los hombres y que, para ambos sexos, a más edad y mayor educación, mayor satisfacción vital. Otros estudios de esta autora señalan que las mujeres que viven solas no se sienten aisladas ni en soledad, consideran que vivir solas es una contingencia del ciclo de vida individual, que los amigos son más efectivos que los parientes, y que sus relaciones recientes son más relevantes que las antiguas. Liberalesso reporta además que mujeres entre 55 y 75 años, puntúan alto en satisfacción global con la vida, independientemente de la edad. Asimismo, Alarcón (2001) concluye que la felicidad no difiere según género ni declina con la edad.

Revisiones relativamente recientes convergen en la conclusión de que, al igual que ocurre con los ingresos, el estado civil, la salud, el nivel educativo y otras características demográficas, el género explicaría muy poco la variación de los niveles de BS de las personas (Diener et al., 1999; Diener, Oishi & Lucas, 2003, Inglehart, 2002). Sin embargo, Inglehart (2002) sugiere que posiblemente las diferencias de género, podrían estar invisibilizadas al no analizarse suficientemente las interacciones entre género y edad. Sostiene que en países occidentales ricos las mujeres aparecen más felices que los hombres durante la juventud, pero a medida que envejecen dicha relación se invertiría, diminuyendo las diferencias de género. Según Inglehart, la menor satisfacción y felicidad de las mujeres adultas mayores no sería, sin embargo, una condición de género inherente a la naturaleza femenina, ya que está ausente en muchos países asiáticos, africanos y latinoamericanos.

Otra complicación surge del hecho que los autores no siempre hacen las distinciones necesarias entre los conceptos de BS y de SV, lo que puede contribuir a confundir las evaluaciones relativas a si hay o no diferencias de género. Además, el uso del término BS no es independiente del enfoque subyacente, si hedónico o si eudamónico, y ello debería ser explicitado. No ocurre así, por ejemplo, en el estudio de adultos mayores de Mella, D' Appolonio, Maldonado, Fuenzalida y Díaz (2004) donde se utiliza, en el título del trabajo, el término bienestar subjetivo, mientras que en su marco teórico se adopta como concepto central el de "bienestar psicológico" de Ryff (1989) al respecto -perspectiva eudamónica - , pero el instrumento que aplican para medir el BS es el de SV de Diener, Emmons, Larsen y Griffin (1985), autores de perspectiva hedónica. En aquel estudio, el instrumento de SV de Diener es reportado bajo el encabezado de Escala de Bienestar Subjetivo.

Sin perjuicio de lo anterior, el resultado de Mella et al. (2004) indica que la SV está relacionada positivamente con el apoyo social percibido, negativamente con la depresión, y que las mujeres presentan significativamente más SV que los hombres. Esto último es convergente con lo reportado por Moyano y Ramos (2007) en una muestra amplia de 927 participantes de 17 a 77 años, donde las mujeres presentan mayor SV que los hombres sin diferir en felicidad.

Respecto del estado civil, Veenhoven (1997) mostró que en la mayoría de los países las personas solteras experimentan menos placer en la vida que las personas casadas. Divorciados y viudos son particularmente infelices, y la diferencia entre solteros y casados aumenta todavía más entre ricos y pobres. También criticó que las investigaciones correlacionales acerca de estado civil y felicidad, no permiten saber si, por ejemplo, el matrimonio causa felicidad o si es más probable que quienes son más felices, se casen. Posteriormente, Diener et al. (1999) mostraron que el matrimonio ha sido consistentemente asociado al BS, en investigaciones regionales y nacionales en Estados Unidos de América, Canadá, Noruega y otros países, y que no se registran diferencias de género. Resultados similares a aquellos hemos reportado previamente para población chilena (Moyano & Ramos, 2007) en que los participantes se declaran más bien felices en la Escala de Felicidad Subjetiva de Lyubomirsky y Lepper (1999), independientemente de su género y edad. El grupo de jóvenes (hasta 25 años) está menos satisfecho con su vida en la Escala de Satisfacción de Diener et al. (1985), que cualquier otro grupo etario, los cuales a su vez no presentan diferencias entre sí. Según estado civil, las personas casadas aparecen con mayores niveles de felicidad y de SV que las solteras.

No obstante ser la vejez una etapa de pérdidas y de desafíos amenazantes, hay investigaciones que muestran que con la edad el BS incluso aumenta (Carstenten, 1998), mientras otras indican que la satisfacción de las personas de ambos sexos disminuye conforme la edad, en personas de 18 a 65 años (Clemente, Molero & González, 2000). Al no estar dirimida la participación de la variable género en el BS (ni su eventual interacción con la edad), es de interés explorarla aquí, a lo cual agregamos la variable estado civil, ambas en su relación con la felicidad medida por el MUNSH y la SV medida por la ESV de Diener et al. (1985).

Kozma y Stones (1983) aplicaron el MUNSH y otros cuestionarios para identificar predictores de felicidad en adultos mayores de 64 años canadienses, mediante un estudio longitudinal de 18 meses. Para los participantes urbanos e institucionalizados, los principales predictores de felicidad fueron siempre la satisfacción residencial, salud, actividades y cambios en los eventos vitales. Para los habitantes rurales, solo la salud y el estado marital permanecieron consistentemente como predictores de felicidad. Los predictores difieren entre subgrupos, y la felicidad permanece estable en los últimos años de la vida. Myers y Diener (1997) muestran que las personas felices y satisfechas están contentas con sus relaciones familiares y con sus amistades cercanas. En algunos estudios de autorreporte de felicidad, se presentan también otros indicadores de BS; por ejemplo, las personas felices se muestran menos hostiles, menos abusivas y menos susceptibles a sufrir enfermedades, comparadas con otras depresivas.

En síntesis, para no incurrir en inconsistencias o incluso en contradicciones, parece necesario tener en cuenta la distinción entre los conceptos de BS, SV y felicidad, cuando se intenta concluir acerca de los resultados de las investigaciones en este ámbito. El BS es un macroconstructo compuesto por afectos (positivos y negativos) y cogniciones (referidas a lo específico y lo general), y corrientemente en las investigaciones se miden alguno(s) de sus dos componentes mayores o, a veces, subcomponentes de cada uno, y sólo excepcionalmente todos, de modo que resulta generalmente impreciso referirse al BS sin más, sin hacer explícito a cuál(es) o sobre cuál(es) de sus componentes trata efectivamente la investigación. Así, el BS es a veces entendido como felicidad (subcomponente afectivo), definida como la experiencia frecuente de emociones positivas en el tiempo (Lyubomirsky, King & Diener, 2005), otras como SV (subcomponente cognitivo), definida por Shin y Johnson (1978 citados en Diener et al., 1985) como una evaluación global personal de la calidad de vida, sobre un criterio a la vez personal (y a partir de la cual éstos últimos autores crearon la Escala de Satisfacción Vital [ESV] en 1985, de amplio uso hasta hoy).

Respecto de diferencias de género en el BS y aun con las dificultades conceptuales recién referidas, existe alguna evidencia de diferencias a favor de las mujeres, para el caso de Chile al menos respecto de SV, aunque no respecto de felicidad, en tanto que a nivel internacional estas diferencias también incluirían la felicidad y especialmente cuando las mujeres son jóvenes, ya que una vez mayores descienden en SV y felicidad, mientras a su vez los hombres suben en ambos. También, y desde un punto de vista metodológico, se requiere cautelar la interacción entre edad y sexo. Por último, pareciera ser más o menos consistente, internacionalmente, el resultado de que las personas casadas tienen más SV y felicidad que personas solteras, divorciados o viudas.

El propósito de la presente investigación es, por tanto, examinar el comportamiento psicométrico del MUNSH en un población chilena de adultos mayores controlando las variables sexo y estado civil. Con el propósito de aportar a la validez concurrente del MUNSH, éste es aplicado concurrentemente con la Escala de Satisfacción con la vida (destinada al público general; Diener et al., 1985) y con la Escala de Depresión de Yesavage (EGADY), esperándose encontrar correlaciones positivas y negativas, respectivamente, con cada una de ellas.

Método

El presente estudio, de carácter psicométrico, consistió en la aplicación del MUNSH para medir felicidad, conjuntamente con otros dos instrumentos destinados a evaluar satisfacción con la vida (ESV) y depresión (EGADY). Se reportan algunas de las propiedades psicométricas de la Escala MUNSH, controlando la variable sexo como criterio de discriminación.

Población y muestra

330 adultos mayores fueron evaluados y seleccionados por medio de un muestreo no probabilístico; por conveniencia, fueron distribuidos para la aplicación piloto (n = 30) y para la aplicación definitiva (n = 300).

Instrumentos

Escala de Felicidad de la Universidad Memorial de Newfoundland ([MUNSH] Kozma & Stones, 1980)

Este instrumento permite la evaluación de la felicidad en adultos de todas las edades (Kafka & Kozma, 2002). Consta de 24 ítems, 10 referidos a afecto (5 a afecto positivo [PA] y 5 a negativo [NA]) y 14 ítems de experiencia (7 de experiencias positivas [PE] y 7 de experiencias negativas [NE]); cada ítem comprende tres alternativas de respuesta (sí, no, no sé). Altos valores en la escala implican un mayor BS. El MUNSH arroja índices de consistencia interna de 0.85 y de estabilidad temporal de 0.70, a su vez se ha reportado alta convergencia con otras escalas que expresan indicadores de felicidad (Kozma et al., 1997).

Escala de Satisfacción con la Vida (Diener, Emmons, Larsen & Griffin, 1985)

Está compuesta por 5 ítems tipo Likert de siete niveles. Su versión original arroja un índice de confiabilidad de 0.87 y de estabilidad temporal de 0.82, por su parte el análisis factorial por componentes principales revela un único factor que explica el 66 % de la varianza. Moyano y Ramos (2007) presentan una versión chilena con índices de consistencia interna de 0.86 y de estabilidad temporal de 0.83, y una solución factorial de una sola dimensión (65 % de la varianza).

Escala de Depresión Geriátrica de Yesavage, de Brink y Yesavage (EGADY).

Creada en el año 1982 en formato de respuesta sí-no con 30 preguntas, fue reducida en 1986 a 15 preguntas por Sheikh y Yesavage, manteniendo sus propiedades psicométricas originales, la que fue a su vez reducida a 5 ítems por Hoyl, Alessi, Harker, Josephson, Pietruszka, Koelfgen, Mervis, Fitten y Rubenstein (1999), resultando en población norteamericana tan efectiva como la versión de 15 preguntas para el diagnóstico de depresión, con una sensibilidad de 97 % y especificidad de 85 %. Esta versión abreviada de 5 ítems fue validada en población chilena de pacientes adultos mayores ambulatorios, obteniéndose una confiabilidad de 0,72, una sensibilidad de 0.88, una especificidad de 0.90, un valor predictivo positivo de 0.88 y un valor predictivo negativo de 0.90 por Hoyl et al. (2000), y es la utilizada aquí.

Procedimiento

En una primera instancia, se tradujeron los ítems del MUNSH del inglés al castellano, posteriormente se piloteó la escala en una muestra pequeña, verificándose su adecuación lingüística. Para la selección de la muestra, se realizó una revisión y selección de clubes de adultos mayores de un listado obtenido por la Oficina del Adulto Mayor de Talca (ciudad capital regional) y se cursaron cartas de solicitud para la aplicación de los instrumentos referidos. Dado el escaso número de adultos mayores de sexo masculino en estos clubes, para completar la muestra prevista se procedió a ubicarles en forma individual (80 %), siguiendo la técnica de "bola de nieve" (Taylor & Bodgan, 1992) en las ciudades de Talca y Curicó.

El MUNSH fue aplicado dependiendo del estado de conservación de las funciones cognitivas del entrevistado(a), mediante administración por parte del entrevistador, cuando fue evidenciada alguna dificultad de lectura de los ítems, o simple comodidad o preferencia del entrevistado -alrededor de 180 casos- y autoadministración para los restantes 120.

Resultados

Adaptación y propiedades psicométricas del MUNSH

La versión traducida fue aplicada en una primera instancia a 30 adultos mayores, no observándose problemas de comprensión de ítems, por lo cual se optó por mantener esta versión, que arrojó un coeficiente alfa de Cronbach de 0.81. Posteriormente, se aplicó el MUNSH a una muestra de 300 personas de más de 65 años, obteniéndose un alfa de 0.90. Ambos coeficientes resultaron similares a la cifra de 0.86 obtenida por Kozma y Stones (1980).

La Escala de Satisfacción con la Vida de Diener (ESV) arrojó un coeficiente alfa 0.83, mientras que el de la Escala Geriátrica Abreviada de Depresión de Yesavage (EGADY), fue de 0.63.

Respecto de la estructura factorial del MUNSH, un análisis de componentes principales efectuado mediante rotación Varimax (KMO = 0.886) y Prueba de Esfericidad de Bartlett significativa (273 gl , p <0.000), genera seis factores donde los tres primeros explican, respectivamente el 31,7 %, 7,1 % y 5,3 % (cargas factoriales en Tabla 1). El Factor 1 que denominamos Dimensión Negativa de Experiencia (13 ítems), Factor 2, Dimensión Positiva de Afecto-Satisfacción (10 ítems), Factor 3, Dimensión Positiva de Experiencia-Felicidad (6 ítems), el Factor 4, Experiencia Positiva (4 ítems), el Factor 5, Dimensión Pesimismo-Depresión-Resentimiento (Afecto y experiencia negativos) (5 ítems) y, por último, el Factor 6, Experiencia positiva de Interés-Satisfacción sin buena salud (4 ítems).

Del análisis ha sido obtenida una solución de seis factores independientes, de las cuales la primera concentra un 31,7 % de la varianza. Así, en su mayoría, los participantes de esta muestra han coincidido en pensar principalmente en experiencias de tipo negativo al responder el MUNSH. Los ítems con valores más altos corresponden a confusión por no saber qué hacer, sentir que la vida es dura la mayor parte del tiempo, que están pasando por el momento más triste de sus vidas, dónde las cosas se van poniendo peor, y hay monotonía y aburrimiento. Por el contrario, el segundo factor está referido al aspecto positivo del afecto y la satisfacción, donde las cargas factoriales más altas corresponden a considerarse afortunado(a), estar satisfecho con la vida actual, aunque generalmente no satisfecho por la forma que aquella ha tomado, pero sin resentimiento, particularmente contento con su vida y satisfechos(as) cuando miran su vida hacia el pasado. El tercer factor remite en sus ítems de mayor carga factorial a sentirse en la cima del mundo, a estar y sentirse tan feliz como cuando joven, mientras que el cuarto factor alude a gustarles su lugar de vida, no sentirse solos(as) o alejados(as) de los demás, satisfechos(as) con el pasado y no aburridos(as) actualmente. El quinto factor refiere a estar pesimista, sintiendo que no vale la pena seguir viviendo, resentido por la forma actual que la vida ha tomado, y depresivos(as) o muy infelices, mientras que el sexto y último factor remite a considerar que las cosas realizadas y actuales son siempre interesantes, que la salud no es tan buena como la de la juventud ya ida, y satisfacción.

Para explorar la validez convergente y predictiva de la presente versión del MUNSH, en esta muestra, se procedió a establecer medidas de correlación de los resultados obtenidos del MUNSH con la ESV y la EGADY. Como era esperado, se observa correlación positiva entre el MUNSH y la ESV (r =0.623; p <0.01), y negativa con la EGADY (r = -0.746; p <0.01). Por otra parte, se observa una correlación moderada y negativa entre la EGADY y la ESV (r = -0.429; p <0.01).

Resultados descriptivos del MUNSH, la ESV y el EGADY

El puntaje promedio para la muestra en el MUNSH fue de 13,5 (regular), en un rango que va desde -24 a 24 puntos, donde el 0 es el puntaje de corte entre bajos y altos índices de felicidad. Los hombres obtuvieron un promedio de 11,88 con una DE de 10.29, mientras las mujeres promediaron un índice mayor de 15,13 con una DE de 9.54 (Tabla 2).

Un 55,5 % de los participantes son casados, y obtienen un índice promedio de 15,14 con una DE de 8.69. Por otro lado, un 45,5 % son solteros, viudos o separados, quienes en conjunto obtienen un promedio de 11,53 con una DE de 11.16, no encontrándose diferencias estadísticamente significativas entre ellos (p >0.05).

Un 90 % de los participantes evaluados afirman que se encuentran particularmente contentos con sus vidas, así como también otro porcentaje elevado (82,5 %) se siente satisfecho cuando mira su vida hacia atrás, y una proporción considerable (76,6 %) expresa no sentirse depresivo ni muy infeliz. Por otro lado, un 41% de los evaluados cree que este año pequeñas cosas les molestan más, así como también un 32,5 % considera que las cosas se ponen peor a medida que se envejece.

En la Escala de Satisfacción con la Vida (ESV) se obtuvo un puntaje promedio de 18,31 (DE de 4,04; máximo = 25, mínimo = 7), en un rango que va desde 5 a 25 puntos. El 65 % de los encuestados se encuentra por sobre el promedio de la muestra, presentando índices moderadamente elevados de satisfacción con la vida. En la EGADY se obtuvo un promedio de 0.89. Un 79 % de la muestra obtuvo un puntaje menor a 2 puntos lo que sugiere ausencia de depresión, mientras que un 21 % de los sujetos obtuvo un puntaje igual o superior a 2 puntos, indicando presencia de depresión.

Al cruzar las variables estado civil y sexo, se obtienen cuatro grupos con tamaños muestrales entre 28 y 71 personas, los que presentan diferencias significativas en las escalas MUNSH y ESV, pero no en la escala EGADY (Tabla 2). Sin embargo, como se trata de subgrupos disímiles en edad, no es posible explicar aquello por la edad. Así, por ejemplo, no se puede sostener que las mujeres casadas o solteras presenten más síntomas depresivos, ya que un grupo es de mayor edad que otro. Para controlar estadísticamente el efecto de las diferencias de edad, se realizó un análisis de covarianza, donde la variable edad es homogeneizada o neutralizada entre los grupos de modo tal que cualquier diferencia pueda ser atribuida al sexo, al estado civil o a la interacción de ambos. Al analizar en detalle los valores ajustados (Tabla 3), se registra que en las escalas MUNSH y ESV, las mujeres presentan puntuaciones mayores que los hombres, y las personas casadas respecto de las solteras-viudas-separadas. Para la escala EGADY, solo se observan efectos atribuibles al estado civil, donde las personas casadas obtienen puntuaciones más bajas -menos síntomas de depresión- que las personas solteras-viudas-separadas. No se observan efectos de interacción en ninguna de las tres escalas y las variables involucradas permiten explicar entre 9,3 % y el 0,6 % de la variabilidad de los resultados. Así, estas variables sociodemográficas no permiten explicar sino solo un muy escaso porcentaje de la variabilidad de las puntuaciones obtenidas en la MUNSH, la Escala SV y la EGADY.

Confección de Baremos del MUNSH

Con el propósito de contribuir a posteriores aplicaciones e interpretación de puntajes obtenidos en el MUNSH, se ha procedido a elaborar baremos. La aplicación de la Prueba t de Student para muestras independientes, arrojó diferencias estadísticamente significativas (t = 2.31; p <0.05) en los puntajes según sexo en el MUNSH, motivo por el cual es pertinente que los baremos sean diferenciados para cada submuestra según sexo. El análisis de los puntajes según cuartiles permite proponer los baremos de la Tabla 4.

Discusión y conclusiones

En primer lugar, el MUNSH resultó ser un instrumento muy confiable (Cronbach = 0.90) como medida de felicidad en población de adultos mayores (65 años y más) de las dos más grandes ciudades de la región del Maule, Talca y Curicó, en Chile. Resultados similares a los de la validación original del MUNSH (Kozma & Stones, 1980) de una correlación alta y positiva entre la felicidad medida por este instrumento y la SV evaluada por el índice de satisfacción con la vida LSI-Z (r = 0.76), han sido encontrados en el presente estudio, al obtenerse una correlación moderadamente alta y significativa entre el MUNSH y la ESV (r = 0.623; p <0,000).

La exploración de la estructura del MUNSH ha mostrado la existencia de un factor -encabezando una estructura de seis - que reúne un 31,75 % de la varianza y compuesto fundamentalmente por ítems de experiencia negativa. Esto resulta distinto a lo reportado por los autores del instrumento quienes muestran la existencia de un solo factor explicativo del 61,7 % de la varianza de los datos de 301 participantes urbanos, rurales e institucionalizados en Canadá.

Respecto a aspectos descriptivos de las variables evaluadas en el proceso de validación, se observan aspectos relevantes tales como el género donde fueron encontradas diferencias marcadas y estadísticamente significativas entre los puntajes de BS de hombres y mujeres, a favor de éstas últimas. Antes de discutirlo, recordemos más globalmente que en Chile hay más adultos mayores de sexo femenino que masculino, 959.429 vs. 758.049, (INE, 2003) y esta diferencia es aún más marcada entre las 218.594 personas de esta población que están agrupadas en 7 668 clubes del adulto mayor distribuidos en el país (Servicio nacional del Adulto Mayor [SENAMA], 2006). Así, es característico en todo el país, y no sólo de la región de la cual la muestra fue extraída, que las mujeres tienen una muy marcada presencia -y también involucra-miento y compromiso- en las actividades que son organizadas en estos clubes. Las diferencias de género en la participación social podrían estar siendo causadas también -o adicionalmente - por la importancia o valor diferencial que mujeres y hombres otorgan a las redes de apoyo social, a la comunicación interpersonal, y a viajar, tres actividades o funciones esenciales en estos clubes. Si bien la facilidad para contactar participantes mujeres en los clubes del adulto mayor representa una ventaja, también abre la advertencia respecto de cómo interpretar resultados obtenibles de esta población de adultos mayores, a nivel nacional. Erróneamente, podría atribuirse al sexo el BS superior encontrado en las mujeres cuando en realidad pudiera ser más precisa y probablemente explicable por los eventuales efectos de la asociatividad -red social, apoyo, soporte, relaciones interpersonales- materializada en su pertenencia y participación en organizaciones comunitarias de adultos mayores. Un modo de verificarlo sería comparar el BS de mujeres adultas mayores pertenecientes y no pertenecientes a estos clubes, controlando el factor disponibilidad de redes sociales y amistades (apoyo) en número y, eventualmente, en calidad.

Los resultados obtenidos aquí aportan evidencia de que las mujeres tienen más BS como medido por la MUNSH que los hombres, con independencia del estado civil y, adicionalmente, ellas presentan aún un mayor BS si tienen estado civil de casadas. También ocurre similar respecto de la SV, donde las mujeres casadas aparecen más satisfechas con sus vidas que los hombres solteros, y por encima también de mujeres solteras y hombres casados, no diferenciándose éstos dos últimos entre sí. Se afirman aquí, entonces, muy claramente diferencias de género a favor de las mujeres, como aparentemente en los demás estudios realizados con población latinoamericana (Liberasso, 2002; Moyano & Ramos, 2007), y a diferencia de lo reportado en las evaluaciones reseñadas con población de países desarrollados del mundo occidental. Sin perjuicio de ello, no puede dejar de advertirse que los niveles totales de felicidad y satisfacción vital (MUNSH y SV) para el total de la muestra, no son altos sino más bien regulares. Ello se puede prestar a variadas conjeturas para intentar explicar porqué, al menos en nuestro país, la condición de vejez no es una en cual las personas lo pasen muy bien, o todo lo bien que sería deseable.

Respecto de síntomas depresivos, se observa solo un efecto principal, mostrando a las personas solteras con mayor cantidad de síntomas depresivos que las casadas, siendo esto aún más marcado en las mujeres solteras. Respecto de la depresión y a diferencia de la felicidad medida por MUNSH y ESV, la variable sexo no tiene efecto en esta muestra. Por último, no se observa interacción entre sexo y estado civil para ninguna de las tres variables (felicidad, SV y depresión).

Globalmente, este resultado apoya dos de los planteamientos de Inglehart (2002); uno, que hay diferencias sexuales en la felicidad -MUNSH aquí- (BS denomina aquél) a favor de las mujeres y que, para detectarlo con seguridad, se debe realizar análisis (de covarianza en este caso), para controlar el posible efecto de la variable edad y, dos, que las mujeres latinoamericanas (como las africanas y asiáticas), a diferencia de las europeas y estadounidenses (países occidentales ricos), tienen efectivamente mayor felicidad y SV -es decir mayor BS - que los hombres de su misma cultura. Del mismo modo, el estado civil también tiene un efecto independiente sobre la felicidad, la SV y la ausencia de depresión, mostrándose, como en investigaciones previas, que estar casado está asociado a más felicidad, más SV y a menor presencia (o a ausencia) de síntomas depresivos que si se está soltero, viudo o divorciado.

En lo concerniente a los factores explicativos de la felicidad, es confirmado también que en esta muestra de adultos mayores de 65 años y, del mismo modo como ocurre con población joven y adulta (Diener et al., 1999; Diener et al., 2003), que las variables sexo, edad, y estado civil contribuyen escasamente (menos del 10 %) a la comprensión de qué afecta el BS. Es aplicable entonces también a esta población de participantes la propuesta de Diener et al. (2003) de que hay que investigar otros factores de naturaleza psicológica -más que socio-demográfica o sociológica- para mejorar nuestra comprensión de la felicidad y del BS particularmente la personalidad, dado que está fuerte y establemente correlacionado con éstos. Tomando en cuenta estudios meta-analíticos que sugieren que en promedio la extraversión correlaciona .38 con el afecto positivo, y que empleando diversos métodos de medida utilizados para modelar la asociación entre extraversión y afecto positivo, la correlación a menudo alcanza 0.80, así como la existencia de altas correlaciones entre neuroticismo y afecto negativo, llevan a concluir a Diener et al. (2003) que la extraversión y el neuroticismo constituyen las conexiones básicas entre personalidad y BS.

Por cierto, las variables asociatividad y participación sociales (apoyo social como consecuencia esperada) en clubes de adultos mayores, son más modificables cuando se trata de intervenir para aumentar la felicidad y en general el BS en la población de adultos mayores. De reafirmarse tal relación en futuras investigaciones, se podría justificar el desarrollo de programas sociales que fomentaran el interés de mujeres -pero muy especialmente de los hombres al constituir minoría en los clubes hoy-, por pertenecer a estos clubes aumentando así la participación social de éstos últimos (actualmente a todas luces más refractarios), mejorando su nivel de felicidad, de BS, y por ende su CV.

Es de valor para las personas y para servir a una política pública que se quiera eficaz para cautelar el bienestar de los adultos mayores, centrarse en las propias percepciones de éstos, y solo como control de validación eventual apoyarse en indicadores externos, por muy objetivos que éstos puedan ser. Es relevante detenerse en las implicancias sociales de investigaciones de este tipo, dado el cambio demográfico en Chile y otros países de América. La identificación de los factores que determinan la CV, la felicidad y el BS de este segmento cada vez más numeroso de la población, es muy relevante, ya que al haber vida más prolongada y en mejor condición de salud, el nivel de actividad y participación social serán más elevados, demandando nuevos recursos sanitarios de infraestructura y servicios satisfactores de las necesidades emergentes. Se requiere depurar el conocimiento del BS de adultos mayores, para posibilitar satisfacerles de forma más adecuada en programas derivados de una política pública actualizada. El diseño y evaluación de intervenciones psicosociales enfocadas en mejorar el BS de esta población, constituyen oportunidades de contribución para la Psicología y sus profesionales, en la sociedad actual y futura.


Referencias

Alarcón, R. (2001). Relaciones entre felicidad, género, edad y estado conyugal. Revista de Psicología, 19 (1), 29-46.        [ Links ]

Bradburn, N.M. (1969). The structure of psychological well-being. Chicago: Aldine.        [ Links ]

Brown, J., Bowling, A. & Flynn, T (2004). Models of quality of life: A taxonomy, overview and systematic review of the literature. European Forum on Population Ageing Research and European Group on Quality of Life Extending Quality of Life in Old Age (EQUAL), Sheffield, UK.        [ Links ]

Carstenten, L. L. (1998). A life span-approach to social motivation. En J. Heckhausen & C. S. Dweck (Eds.), Motivation and Self-Regulation across the Life Span (pp.341-364). New York: Cambridge University Press.        [ Links ]

Clemente, A., Molero, R. & González, F. (2000). Estudio de la satisfacción personal según la edad de las personas. Anales de Psicología, 16 (2), 189-195.        [ Links ]

Cruise, S. H. & Alan, Ch. (2006). Internal consistency, reliability and temporal stability of the Oxford Happiness Questionnaire. Social Behavior and Personality, 34 (2), 123-126.        [ Links ]

Chile, Instituto Nacional de Estadística. (2003). Catastro de población. Adultos mayores por regiones, comunas y porcentajes. Recuperado el 22 de marzo de 2009, de http://www.senama.cl/Archivos/967.pdf        [ Links ]

Chile, Servicio Nacional del Adulto Mayor. (2006). Adulto Mayor. Avances en las Políticas Sociales. Chile: Ministerio Secretaría General de la Presidencia.        [ Links ]

Diener, E. (2006). Guidelines for national indicators of subjective well-being and ill-being. Applied Research in Quality of Life, 1 (2), 151-157.        [ Links ]

Diener, E., Emmons, R., Larsen, R & Griffin, S. (1985). The Satisfaction with Life Scale. Journal of Personality Assessment, 49, 71-75.        [ Links ]

Diener, E., Oishi, S. & Lucas, R. (2003). Personality, culture and subjective well being: Emotional and cognitive evaluations of life. Annual Review of Psychology, 54, 403-425.        [ Links ]

Diener, E., Suh, M. E., Lucas, R. E. & Smith, H. L. (1999). Subjective well being: Three decades of progress. Psychological Bulletin, 125 (2), 276-302.        [ Links ]

Faruk, O. (2009). Happiness revisited: Ontological well-being as a theory-based construct of subjective well-being. Journal of Happiness Studies, 10, 505-522.        [ Links ]

Hoyl, M., Valenzuela, E. & Marín, P (2000). Depresión en el adulto mayor: evaluación preliminar de la efectividad, como instrumento de tamizaje, de la versión de 5 ítems de la Escala de Depresión Geriátrica. Revista Médica de Chile, 128 (11), 1199-1204.        [ Links ]

Hoyl, M., Alessi, C., Harker, J., Josephson, K., Pietruszka, F., Koelfgen, M. et al. (1999). Development and testing of a five-item version of the Geriatric Depression Scale. Journal of the American Geriatrics Society, 47 (7), 873-878.        [ Links ]

Inglehart, R. (2002). Gender, Aging and Subjective Well-Being. International Journal of Comparative Sociology, 43, 391-408.        [ Links ]

Kafka, G. & Kozma, A. (2002). The construct validity of Ryff's scales of Psychological Well-Being (SPWB) and their relationship to measures of subjective well-being. Social Indicators Research, 57 (2), 171-190.        [ Links ]

Kobayashi, K. M., Cloutier-Fisher, D. & Roth, M. (2009). Making meaningful connections: A profile of social isolation and health among older adults in small town and small city, British Columbia. Journal of Aging and Health, 21 (2), 374-397.        [ Links ]

Kozma, A. & Stones, M. J. (1978). Some research issues and findings in the study of psychological well being in the aged. Canadian Psychological Review, 19, 241-249.        [ Links ]

Kozma, A. & Stones, M. (1980). The measurement of happiness: Development of the Memorial University of Newfoundland Scale of Happiness (MUNSH). Journal of Gerontology, 35, 906-912.        [ Links ]

Kozma, A. & Stones, M. (1983). Predictors of happiness. Journal of Gerontology, 38 (5), 626-628.         [ Links ]

Kozma, A., DiFazio, R., Stones, M. J. & Hannah, T. E. (1992). Long- and short-term affective states in happiness: Age and sex comparisons. Social Indicators Research, 27, 293-309.        [ Links ]

Kozma, A., Stones, S. & Stones, M. J. (1997). Los enfoques top-down y bottom-up del bienestar subjetivo. Intervención Psicosocial, 6, 77-90.        [ Links ]

Lawton, M. P (1975). The Philadelphia Geriatric Center Morale Scale: A revision. Journal of Gerontology, 30, 85-8        [ Links ]

Lewis, C. A., Maltby, J. & Day, L. (2005). Religious orientation, religious coping and happiness among UK adults. Personality and Individual Differences, 38, 1193-1202.        [ Links ]

Liberalesso, N. A. (2002). Bienestar subjetivo en la vida adulta y en la vejez: hacia una Psicología positiva en América Latina. Revista Latinoamericana de Psicología, 34 (1-2), 55-74.        [ Links ]

Lyubomirsky, S., King, L. & Diener, E. (2005). The benefits of frequent positive affect: does happiness lead to success? Psychological Bulletin, 131 (6), 803-855.        [ Links ]

Lyubomirsky, S. & Lepper, H. (1999). A measure of subjective happiness: Preliminary reliability and construct validation. Social Indicators Research, 46 (2), 137-155.        [ Links ]

Mella, R., González, L., D' Appolonio, J., Maldonado, I., Fuenzalida, A. & Díaz, A. (2004). Factores asociados al bienestar subjetivo en el adulto mayor. Psykhe, 13 (1), 79-89.        [ Links ]

Moyano, E. (en prensa). Calidad de Vida en Chile Bicentenario. Talca, Chile: Universidad de Talca. Moyano, E. & Ramos, N. (2007). Bienestar subjetivo: midiendo satisfacción vital, felicidad y salud en población chilena de la Región Maule. Universum, 22, 177-193.        [ Links ]         [ Links ]

Myers, D. & Diener, E. (1997). The pursuit of happiness [Special Issue: The Mind]. Scientific American, 7 (1), 44.        [ Links ]

Neugarten, B., Havighurst, R., & Tobin, S. (1961). The measurement of life satisfaction. Journal of Gerontology, 36, 134-143        [ Links ]

Oyarce, K. & Quiroga, K. (2006). Propiedades psicométricas del Inventario de Depresión de Beck (BDI-IA) en estudiantes de la Universidad de Talca. Memoria no publicada para optar al título de psicólogo de la Universidad de Talca, Chile.         [ Links ]

Pinquart, M. & Sorensen, S. (2001). Gender differences in self-concept a psychological well-being in old age: A meta-analysis. The Journal of Gerontology, 56B (4), 195-213.        [ Links ]

Ryan, M. R. & Deci, E. L. (2001). On happiness and human potentials: A review of research on hedonic and eudaimonic well-being. Annual Review Psychology, 52, 141-166.        [ Links ]

Ryff, C. (1989). Happiness is everything, or is it? Exploration on the meaning of psychological wellbeing. Journal of Personality and Social Psychology, 57, 1069-1081.        [ Links ]

Stones, M., Hadjistavropoulos, T., Tuuko, H. & Kozma, A. (1995). Happiness has traitlike and statelike properties: A reply to Veenhoven. Social Indicators Research, 36 (2), 129-144.        [ Links ]

Stones, M., Kozma, A., Hannah, T. & Mckim, W. A. (1991). The correlation coefficient and models of subjective wellbeing. Social Indicators Research, 24 (4), 317-327.        [ Links ]

Stones, M. J., Kozma, A., Hirdes, J. & Gold, D. (1996). Short Happiness and Affect Research Protocol (SHARP). Social Indicators Research, 37, 75-91.         [ Links ]

Taylor, S. J. & Bodgan, R. (1992). Introducción a los métodos cualitativos de investigación. México: Paidós.         [ Links ]

Tesch-Romer, C., Motel-Klingebiel, A. & Tomasik, M. J. (2008). Gender differences in subjective wellbeing: Comparing societies with respect to gender equality. Social Indicators Research, 85 (2), 329-349.         [ Links ]

Veenhoven, R. (1997). Advances in understanding happiness. Revue Québéçoise de Psychologie, 18, 29-74.        [ Links ]

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons