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Universitas Psychologica

Print version ISSN 1657-9267

Univ. Psychol. vol.13 no.2 Bogotá Apr./June 2014

https://doi.org/10.11144/Javeriana.UPSY13-2.pepm 

Predictores del estrés parental en madres de familias en riesgo psicosocial*

Parenting Stress Predictors in Mothers of Families at Psychosocial Risk

Lara Ayala-Nunes**
Ida Lemos***
Cristina Nunes****
Universidade do Algarve, Portugal

*Artículo de investigación. Agradecimientos. Este trabajo fue parcialmente financiado por la Fundação para a Ciência e Tecnologia (Portugal) y se realizó en 2011.
**Estudiante de Doctorado en la Universidad de Sevilla. Becaria de la Fundação para a Ciência e a Tecnologia (Portugal). Centro de Investigação sobre o Espaço e as Organizações. Universidad del Algarve. Correo electrónico: lara.ayala88@gmail.com
***Directora del Máster en Psicología Clínica y de la Salud. Profesora auxiliar en el Departamento de Psicología y Ciencias de la Educación. Centro de Investigação sobre o Espaço e as Organizações. Universidad del Algarve. Correo electrónico: ilemos@ualg.pt
****Profesora asociada en el Departamento de Psicología y Ciencias de la Educación. Centro de Investigação sobre o Espaço e as Organizações. Universidad del Algarve. Correo electrónico: cs-nunes@ualg.pt

Recibido: diciembre 21 de 2012 | Revisado: junio 21 de 2013 | Aceptado: noviembre 11 de 2013


Para citar este artículo

Ayala-Nunes, L., Lemos, I. & Nunes, C. (2014). Predictores del estrés parental en madres de familia en riesgo psicosocial. Universitas Psychologíca, 13(2), 529-539.doi:10.11144/ Javeriana.UPSY13-2.pepm


Resumen

En este estudio se han analizado las relaciones entre el estrés parental, las competencias parentales percibidas y la contribución de factores sociodemográficos y psicológicos para la explicación del estrés parental. Participaron 80 madres portuguesas usuarias de servicios de protección a menores en riesgo. Los resultados mostraron niveles muy elevados de estrés parental -especialmente en madres con hijos adolescentes y desempleadas- y relaciones significativas entre el estrés y las competencias percibidas como madre. La satisfacción con el rol maternal y el empleo fueron los factores más robustos a la hora de explicar el estrés parental, prediciendo un 37% de la varianza.

Palabras clave: Estrés parental, competencia parental percibida, familias en riesgo psicosocial, parentalidad.


Abstract

In this study we analyzed the associations between parenting stress, parental sense of competence and the contribution of socio-demographical and psychological factors to the explanation of parenting stress. Participants were 80 Portuguese mothers, recipients of the child protection services. Results showed high levels of parenting stress, especially in unemployed mothers with adolescent children, and significant associations between parenting stress and perceived parental competences. Maternal role satisfaction and employment were the most robust factors on the explanation of parenting stress, predicting 37% of the variance.

Keywords: Parenting stress, parental sense of competence, families at psychosocial risk, parenting.


Introducción

Las 'familias en riesgo psicosocial' son aquellas en las que los responsables del cuidado y educación de los menores ejercen sus funciones parentales de forma inadecuada o negligente, comprometiendo el desarrollo de los niños, aunque no con un grado de severidad tal que justifique decretar medidas de desamparo (Rodrigo, Maiquez, Martín & Byrne, 2008). Estas familias enfrentan a menudo dificultades económicas y desempleo, viven en zonas inseguras y cuentan con una red de apoyo social insuficiente (Menéndez, Hidalgo, Jiménez, Lorence & Sánchez, 2010; Nunes, Lemos, Ayala Nunes & Costa, 2013). Estos factores provocan estrés en los padres y, por consiguiente, sus hijos sufren con frecuencia las consecuencias de ese estrés, ya que la cantidad y calidad de los recursos disponibles para afrontar los estresores determinarán la ocurrencia de una parentalidad disfuncional (Farkas & Valdés, 2010).

El estudio del estrés parental ha desempeñado un papel importante en la comprensión de los procesos familiares. Ser padre o madre es una tarea complicada, dificultada por la heterogeneidad de las características de los niños, la complejidad de los procesos de desarrollo y las constantes exigencias inherentes al rol de cuidador (Crnic & Low, 2002). Como sería de esperar, el estrés parental es más intenso cuando los progenitores enfrentan graves adversidades (Anderson, 2008). El marco conceptual de Abidin (1992) sugiere que existen tres fuentes principales de estrés en las relaciones paterno-filiales: las características del menor (edad, sexo y conducta), las características de los padres (edad, satisfacción marital, estilos de afrontamiento, sentimiento de las competencias parentales) y los factores sociodemográficos, como la precariedad económica, monoparentalidad y falta de apoyo social (Belcher, Watkins, Johnson & Ialongo, 2007).

El estrés parental ha sido consistentemente asociado a resultados negativos en la familia (Deater-Deckard, 1998). La literatura ha descrito un amplio abanico de dimensiones afectadas por el estrés, como el bienestar psicológico de los padres, sus actitudes parentales y las interacciones y el desarrollo de sus hijos (Abidin, 1995; Crnic & Low, 2002; Deater-Deckard, 1998). Crnic y Greenherg (1990) observaron que el estrés se hallaba asociado a la insatisfacción parental y a una baja satisfacción con la vida y Whiteside-Mansell y colaboradores (2007) encontraron asociaciones positivas entre el estrés parental y la depresión. En lo que respecta a su influencia en las actitudes parentales y las interacciones paterno-filiales, el estrés parental se asoció positivamente a una mayor frecuencia de castigos abusivos y a una menor responsividad emocional de las madres con sus hijos (Martorell & Bugental, 2006; Whiteside-Mansell et al., 2007). Los padres que experimentan estrés estimulan menos a sus hijos a través de interacciones sociales (Deater-Deckard, 1998) y es más probable que estos tengan un apego inseguro (Jarvis & Creasey, 1991). Por ello, no es sorprendente que el estrés parental sea considerado como un factor crítico en la etiología del maltrato y la negligencia infantiles (Holden & Banez, 1996; Whipple & Webster-Stratton, 1991).

Los principales aspectos del desarrollo infantil perjudicados por el estrés son los problemas de conducta de tipo internalizado y externalizado (como la agresividad), déficits en la competencia social y una mayor probabilidad de ser diagnosticados de algún trastorno psicológico (Abidin, Jenkins & McGaughey, 1992; Anthony et al., 2005; Barry, Dunlap, Cotten, Lochman & Wells, 2005; Cabrera, González & Guevara, 2012).

Teniendo en cuenta estos efectos perjudiciales del estrés parental en el bienestar de los progenitores, en la relación padres-hijos y en el desarrollo de los niños, se consideró importante estudiar esta dimensión en familias en riesgo psicosocial.

Como se ha señalado anteriormente, las competencias parentales percibidas — definidas como el grado en que los padres se sienten eficaces y confían en sus capacidades para afrontar los desafíos relacionados con la educación de sus hijos (Johnston & Mash, 1989)- han sido uno de los factores asociados al estrés parental y a la depresión (Gondoli & Silvenberg, 1997; Porter & Hsu, 2003).

Además, varios estudios han observado que las madres que se sienten eficaces en su rol tienden a adoptar prácticas parentales positivas (Coleman & Karraker, 1997), a ser más afectuosas, a establecer un apego más seguro con sus hijos (Izzo, Weiss, Shanahan & Rodriguez-Brown, 2000; Teti & Candelaria, 2002) y a estar más implicadas y supervisar más a sus hijos adolescentes (Gondoli & Silverberg, 1997; Shumow & Lomax, 2002).

Asimismo, las competencias parentales percibidas tienen efectos sobre el desarrollo del niño. Por ejemplo, Coleman y Karraker (2003) observaron que una elevada eficacia percibida en las madres en determinadas tareas (como alimentar al niño y jugar con él) predecía un elevado entusiasmo, obediencia y afecto infantiles, así como una evitación y negatividad bajas. Hill y Bush (2001) constataron que las competencias percibidas por los padres estaban inversamente asociadas a la ansiedad relatada por los niños.

Es importante notar que existen pocos estudios sobre el papel de las competencias parentales percibidas en el desempeño de los padres y en la adaptación de sus hijos en poblaciones de riesgo, dado que la gran mayoría de los estudios publicados fueron realizados con muestras comunitarias (Jiménez, Dekovic & Hidalgo, 2009).

Todos los estudios internacionales realizados con familias en riesgo apuntan a una asociación negativa entre estas dos dimensiones, es decir, los progenitores que se sienten menos eficaces y menos satisfechos en su rol parental tienden a experimentar niveles más elevados de estrés parental (Farkas & Valdés, 2010; Jackson, 2000; Raikes & Thompson, 2005). Sin embargo, existen menos estudios que hayan considerado el papel predictor de las competencias parentales en el estrés parental en familias en riesgo psicosocial. Los datos disponibles del estudio de Chang y Fine (2007) con una muestra de 580 madres jóvenes de baja clase social, candidatas al programa Early Head Start, apuntan hacia la importancia de la autoeficacia en la predicción de la experiencia de estrés a lo largo del tiempo.

En Portugal, no se encontró ninguna investigación que relacionase estas dimensiones en familias normativas o en riesgo psicosocial. Que se sepa, los únicos estudios publicados sobre familias en riesgo se refieren a las características que estas valoran en los técnicos y viceversa (Sousa & Eusébio, 2005), a la composición de las redes de apoyo social (Nunes et al., 2013; Sousa, 2005) y a la forma como las familias coordinan el apoyo formal e informal (Sousa & Rodrigues, 2009). Así, los objetivos de este estudio fueron los siguientes: 1) analizar los niveles de estrés parental de las madres de familias en riesgo psicosocial y sus competencias parentales percibidas y 2) estudiar la relación entre las dos dimensiones y su asociación con las características sociodemográficas. Se pretendió, asimismo, identificar los factores que explican el estrés parental en estas familias.

Método

Tipo de estudio

Se trata de un estudio transversal y exploratorio, de plano descriptivo y correlacional.

Participantes

Participaron en el estudio 80 madres provenientes de familias en riesgo psicosocial del Algarve (Portugal). Se trata de un muestreo intencional; las participantes estaban en contacto con instituciones que atendían menores en riesgo y fueron seleccionadas en función de los siguientes criterios: 1) ser madre o cuidadora de un menor y 2) experimentar varios problemas y situaciones de riesgo para sus hijos que, aunque importantes, no alcanzasen la severidad suficiente para decretar medidas de desamparo.

La edad de las participantes estaba comprendida entre los 19 y los 70 años de edad (M = 39.14; DE = 9.48) y la mayoría tenía un bajo nivel de estudios. El 61.25% no poseía estudios o no había completado la enseñanza primaria (Tabla 1). En cuanto a la estructura familiar, la mayoría (88.61%) vivía en una familia estable (sin cambios recientes en su composición) y estaban casadas o convivían (77.5%), constituyendo una familia biparental en el 75% de los casos. La mayoría de las participantes (60%) estaba desempleada en el momento de la entrevista y el 75% de las madres que trabajaban poseían trabajos de baja cualificación. Las familias presentaron una gran variabilidad en sus ingresos mensuales: en promedio contaban con 839 € mensuales (DE= 462.59), aunque se observaron valores que oscilaban entre los 200 y los 2.200 € mensuales por hogar. En lo que respecta al tamaño de la familia, esta estaba constituida en promedio por cerca de cinco miembros (M = 4.69; DE = 1.59) y promediaban aproximadamente tres hijos (DE = 1.68).

Instrumentos

Cuestionario de datos socíodemográfícos y familiares (Nunes et al., 2013)

Recoge información sociodemográfica (edad de la madre y de sus hijos, nivel educativo de las participantes, sexo de sus hijos), familiar (situación de convivencia, número de personas que viven en el hogar, número de hijos), económica (cantidad, procedencia y estabilidad de los ingresos familiares) y laboral (tipo y calificación laboral).

Parenting Stress Index - Short Form ([PSI-SF]; Abidin, 1995)

Este instrumento evalúa tres dominios de 12 ítems cada uno del estrés asociado a la parentalidad: el Malestar Personal (ej.: "Me encuentro atrapado por las responsabilidades de ser padre/madre"), la Interacción Disfuncional Progenitor-Niño (ej.: "Cuando hago algo por mi hijo, tengo la sensación de que no me lo reconoce lo suficiente") y el grado en el que el cuidador evalúa a su hijo como un niño difícil (ej.: "Mi hijo parece llorar y ponerse tonto más a menudo que la mayoría de los niños"). El Malestar Personal cuantifica la molestia que el individuo experimenta en su papel de progenitor y su reacción a las restricciones que le coloca la parentalidad. La subescala "Interacción Disfuncional Progenitor-Niño" se centra en la percepción del progenitor frente al cumplimiento de sus expectativas por parte de su hijo, si las interacciones con este suponen un refuerzo positivo y la medida en que se siente aceptado y vinculado a su hijo. La sub-escala "Niño Difícil" se centra en algunas conductas del niño que hacen que sea fácil o difícil lidiar con él y mide su aceptación, humor y adaptabilidad. Una puntuación más elevada significa mayor nivel de estrés. El alfa de Cronbach obtenido en nuestra muestra para el total de la escala (Estrés total) alcanzó un valor del 0.83 y de 0.64 en el Malestar Personal, 0.55 en Interacción Disfuncional Progenitor-Niño y α = 0.84 en la subescala Niño Difícil.

Parental Sense of Competence (Johnston & Mash, 1989)

Esta escala evalúa la competencia parental percibida a través de dos dimensiones: la eficacia y la satisfacción. La dimensión "Eficacia" se compone de siete ítems que evalúan en qué medida el progenitor se siente competente en su rol de padre o madre (ej.: "Yo sería capaz de decirle a una madre primeriza qué es exactamente lo que tiene que hacer para ser una buena madre"). La subescala "Satisfacción" posee nueve ítems y apunta a determinar el grado en el que el progenitor se siente satisfecho con el rol (ej.: "Con la edad que tiene mi hijo, ser madre no es agradable"). En total, el cuestionario se compone de 16 frases con seis respuestas posibles, que van desde el 1 (No, totalmente en desacuerdo) al 6 (Sí, totalmente de acuerdo). Las puntuaciones más elevadas corresponden a una percepción de eficacia y satisfacción parental mayores. El análisis de fiabilidad del instrumento realizado a partir de la muestra del presente estudio reveló valores aceptables: α = 0.73 para Eficacia y α = 0.69 para Satisfacción.

Procedimientos

Las participantes dieron su consentimiento informado y se les explicó el objetivo del estudio, garantizando el anonimato y confidencialidad de sus respuestas. Los instrumentos fueron aplicados en una entrevista individual con la duración aproximada de 60 minutos.

Los datos fueron codificados y analizados estadísticamente con el programa PASW® (Predictive Analytics SoftWare - Versión 18). En primer lugar, se procedió al análisis descriptivo de los datos, presentando el tamaño de la muestra y la distribución de los porcentajes de las variables nominales y ordinales, media, desviación estándar y valores máximos y mínimos para las variables cuantitativas. A continuación, se analizaron las asociaciones entre las variables sociodemográficas, el estrés parental, las competencias parentales percibidas y las correlaciones entre estas dimensiones y sus respectivas subescalas. Se utilizó el coeficiente r de Pearson para las variables cuantitativas y el rs de Spearman cuando se incluían variables ordinales. Por último, se elaboró un modelo de regresión jerárquica múltiple con el fin de determinar qué variables predecían el estrés parental y su poder explicativo.

Resultados

Estrés parental, competencias parentales percibidas y características sociodemográficas

Las participantes mostraron un índice de Estrés Parental de 96.77 puntos (DE = 22.06) (Tabla 2). Esta puntuación media corresponde a un nivel clínicamente significativo de estrés (Abidin, 1995). Este autor considera que puntuaciones medias superiores a 30 en las subescalas reflejan niveles elevados, lo que se verifica en todas ellas, especialmente en el Malestar Personal. Se observó que la mayoría de las participantes (55%) relataron índices clínicos de Estrés Parental (> 90) y el 9% de las participantes obtuvieron niveles altos (85-90). En lo que respecta a las Competencias Parentales Percibidas (Tabla 2), en promedio las participantes exhibieron un índice de Eficacia percibida relativamente elevado ( M = 29.68; DE = 4.8), ya que la puntuación máxima posible en esta subescala es de 36 puntos y la mínima de 7. En contraste, reportaron niveles medios-altos de Satisfacción con el rol (M = 31.36; DE = 7.78), ya que la puntuación máxima posible es de 54 y la mínima de 9 puntos.

Se constató la existencia de correlaciones estadísticamente significativas entre la mayoría de las dimensiones evaluadas, con asociaciones moderadas y elevadas (Tabla 2). La Eficacia parental estuvo negativamente correlacionada con el Estrés Parental (r = -0.23; p < 0.05) y con la subescala Interacción Disfuncional Progenitor-Niño (r = -0.24; p < 0.05). No se encontró una asociación estadísticamente significativa entre la Eficacia sentida como madre y la Satisfacción con el rol. El Estrés Parental se halló negativamente asociado a la Satisfacción con el rol parental (r = -0.48; p < 0.001). Las sub-escalas Malestar Personal, Interacción Disfuncional Progenitor-Niño y Niño Difícil se correlacionaron significativa y negativamente con la Satisfacción (r = -0.52; p < 0.001, r = -0.46; p < 0.001 y r = -0.25; p < 0.05, respectivamente). En la Tabla 2 se observan correlaciones positivas entre el Estrés Parental, Malestar Personal e Interacción Disfuncional Progenitor-Niño con la edad del menor (r = 0.24; p < 0.05; r = 0.23; p < 0.05 y r = 0.26; p < 0.05, respetivamente). La Satisfacción con el rol parental estuvo negativamente asociada a la edad de la madre (r = -0.24; p < 0.05) y a la del menor (r = -0.36; p < 0.001).

Predictores del estrés parental

Se utilizó un modelo de regresión jerárquica múltiple para evaluar el poder de las variables sociodemo-gráficas, la Eficacia parental percibida y la Satisfacción con el rol maternal en la predicción del Estrés Parental de las participantes. Se consideraron tres bloques de posibles predictores: variables asociadas al niño (edad), variables sociodemográficas de la madre (nivel de estudios y situación laboral - empleada o desempleada) y variables psicológicas de la madre (eficacia sentida como madre y satisfacción con el rol). Los valores del factor de inflación de la varianza (FIV) fueron inferiores a 10 y las estadísticas de tolerancia superiores a 0.2. Así, se verificó que no existía colinealidad entre los predictores. La Tabla 3 muestra los resultados del modelo de regresión. El primer bloque (Paso 1) explicó apenas 6% de la varianza de la puntuación en Estrés Parental, a pesar de que la edad del menor fuese un predictor significativo. Al añadir las variables sociodemográficas (Paso 2), el análisis reveló que, además de la edad del menor, la situación laboral de la madre constituía un predictor significativo. El nivel de estudios materno, a pesar de no ser un predictor significativo del Estrés Parental, contribuyó para aumentar el poder explicativo del modelo (β = 0.14), por lo que se decidió incluirlo. En cuanto a las variables psicológicas (Paso 3), se concluyó que, además de la edad del menor y la situación laboral, la satisfacción parental surgía como un predictor significativo del estrés parental. La eficacia parental percibida, a pesar de no alcanzar un nivel de significancia estadística (p > 0.05), permaneció en el modelo explicativo del estrés parental, pues mostró un valor beta aceptable (β = -0.17). La regresión jerárquica múltiple reveló que la situación laboral y la satisfacción con el rol eran los predictores más robustos del estrés parental. Las participantes que se sentían más satisfechas con su rol materno y que trabajaban sufrían menos estrés parental que las madres más insatisfechas con la parentalidad y desempleadas. Asimismo, aun sin alcanzar significación estadística, se observó que las participantes con hijos mayores, con un nivel educativo más elevado y que se sentían menos eficaces como progenitoras tendían a relatar niveles superiores de estrés parental. El modelo final predecía 37% de la varianza en las puntuaciones en Estrés Parental.

Discusión

Se observó que las participantes presentaron niveles muy elevados de estrés parental. Estas puntuaciones fueron superiores a aquellas observadas en otros estudios con muestras de riesgo psicosocial (Anderson, 2008; Belcher et al., 2007; Farkas & Valdés, 2010) y de la población normativa (Pérez, Lorence & Menéndez, 2010). Las participantes mostraron más estrés en la subescala Malestar Personal del PSI-SF, semejantemente a las de la muestra de Farkas y Valdés (2010), y el nivel más bajo de estrés se registró en la Interacción Disfuncional Progenitor-Niño.

Estos resultados hacen suponer que los aspectos que preocupan más a las participantes en relación con su maternidad son aspectos personales (como su reacción individual a las demandas de la parentalidad) más que las características de sus hijos y de su relación con ellos (Farkas & Valdés, 2010). Otra hipótesis es que sus preocupaciones se centren más en sus problemas contextuales (ej.: falta de recursos económicos, desempleo), lo que es plausible debido a los desafíos que enfrentan estas familias. El malestar psicológico es más prevalente entre las poblaciones pobres, dado que sufren más acontecimientos de vida negativos y tienen menos recursos para afrontarlos (Magnuson & Duncan, 2002), por lo que es de esperar que las madres de esta población sufran niveles elevados de estrés parental.

Se comprobó que el estrés parental estaba asociado a la edad del menor, lo que es corroborado por el estudio de Anderson (2008) con padres de una muestra en riesgo de abuso de sustancias. Las madres de adolescentes presentaron niveles significativamente superiores de estrés asociado a las funciones maternales. Ser padre de un adolescente puede ser una experiencia estresante debido a los cambios que atraviesa la relación paterno-filial (Anderson, 2008). Los padres de adolescentes sufren niveles más elevados de depresión y ansiedad, tienen menos satisfacción con la parentalidad, una autoestima más baja y creen menos en sus competencias que los padres de niños (Dekovic, 1999). Además, los padres que viven en la pobreza enfrentan desafíos sustanciales en la educación de sus hijos adolescentes y el conflicto paterno-filial y los problemas de conducta tienden a aumentar entre el principio y el medio de la adolescencia, por lo que es de esperar que sufran un estrés más acentuado (Ingoldsby et al., 2006). Las madres de adolescentes también se sentían menos eficaces y satisfechas con el rol parental que las madres de niños, dato también observado por Ardelt y Eccles (2001).

Los niveles de eficacia parental percibida fueron muy semejantes a los observados en padres de la población general (Coleman & Karraker, 2003; Gilmore & Cuskelly, 2009; Johnston & Mash, 1989), aunque se mostraron menos satisfechas con el rol parental que estos (Johnston & Mash, 1989; Pérez et al., 2010). El hecho de que los niveles de competencias parentales percibidas de las madres de familias en riesgo psicosocial no difieran significativamente de aquellos de la población normativa contradice parcialmente los resultados encontrados en la literatura. Por ejemplo, Sanders y Woolley (2005), al evaluar los niveles de eficacia parental percibida en madres de niños de los 2 a los 8 años observaron que las madres del grupo clínico reportaron niveles de eficacia percibida significativamente más bajos que las madres del grupo no clínico. Sin embargo, estos resultados no son tan contradictorios como pueden parecer. Estas madres tienen que lidiar a diario con varias adversidades, como la presión económica, la falta de apoyo social y el desempleo. El malestar causado por estas adversidades puede constituir un obstáculo a los sentimientos de satisfacción parental, una vez que criar y educar un niño en estas condiciones es una tarea especialmente ardua. El logro de cuidar y criar sus hijos a pesar de las limitaciones y obstáculos puede contribuir para aumentar sus sentimientos de eficacia. Otra explicación posible es que estas madres posean una visión distinta de lo que es ser una madre competente de aquella compartida por otros grupos sociales, o que tengan una visión idealizada de sus competencias.

Otro aspecto notable es que la eficacia percibida y la satisfacción con el rol materno no estuvieron significativamente relacionadas, aunque se observó una tendencia a que una parte de las madres se sintiese eficaz como madre pero no satisfecha y viceversa. Estos resultados también fueron observados por Menéndez y colaboradores (2010), y tienen implicaciones importantes a la hora de diseñar intervenciones psicosociales con estas familias, ya que la mayor parte de los programas de entrenamiento parentales incide en al aumento de la eficacia percibida y de las competencias (Dekovic et al., 2010). Sin embargo, el estrés parental está más asociado a la satisfacción con el rol parental que con la eficacia percibida en el desempeño del este rol, por lo que los programas de intervención deberán incluir en sus objetivos el aumento de la satisfacción parental.

En el modelo explicativo del estrés parental que se propone, se constata que los predictores más significativos fueron la edad del menor, la situación laboral materna y la satisfacción con el rol. Al añadir el nivel educativo materno y la eficacia parental percibida, el modelo final predecía el 37% de la varianza en el estrés parental. Estos resultados fueron consistentes con los de Anderson (2008). En cuanto a la contribución del trabajo materno para el estrés parental, se encontró que las participantes desempleadas relataron sufrir más estrés parental que las que trabajaban. Estos resultados fueron observados en otras investigaciones (Pérez et al, 2010; Whiteside-Mansell et al., 2007). El trabajo materno puede tener beneficios para los niños de familias de clase social baja, a través de sus efectos positivos en la parentalidad (Zaslow & Emig, 1997). Los beneficios que las madres pobres pueden retirar del trabajo (incluso del mal remunerado) incluyen una mayor autoestima, eficacia y esperanza (Magnuson & Duncan, 2002) y un bienestar más elevado puede, a su turno, mejorar las prácticas parentales y las relaciones familiares. A este respecto, Pérez y colaboradores (2010) observaron que cuanto mayor era el número de horas que los padres pasaban en el trabajo, menor era el nivel de estrés parental. El hecho de tener otro papel social (de trabajadora), además del de madre, puede llevar a que las dificultades en la maternidad no se sientan como un fracaso personal de forma tan intensa. Por otro lado, el trabajo permite establecer relaciones sociales, que podrán servir de apoyo, mitigando el estrés parental, lo que es particularmente importante para estas familias que tienen redes de soporte social reducidas y con una composición inadecuada, para darles el apoyo que necesitan (López et al., 2007; Menéndez et al., 2010).

En cuanto a la eficacia parental percibida, otros autores también constataron el papel explicativo en el estrés parental de madres de clase social baja (Raikes & Thompson, 2005). El efecto de la satisfacción con el rol en el estrés parental también fue observado en madres y padres de la población general (Pérez et al., 2010).

Se puede concluir que una percepción positiva y satisfactoria del papel de madre ejerce un efecto protector, disminuyendo el grado de estrés parental en un contexto difícil para cuidar y educar a los niños. La satisfacción parental fue un factor más importante en la predicción del estrés parental que la percepción de eficacia en el desempeño del rol, similarmente a lo observado por Pérez y colaboradores (2010). Una explicación posible para este resultado es que la eficacia percibida, al ser una variable mayormente cognitiva (Jones & Prinz, 2005), puede ser racionalizada, y las causas que se atribuyen a los sentimientos de baja eficacia no sean tan inductoras de malestar como las que se imputan a los sentimientos de insatisfacción con la parentalidad.

La inexistencia de estudios de estandarización de los instrumentos utilizados para la población portuguesa dificultó la comparación de las puntuaciones obtenidas con la población general, por lo que se debió recurrir a estudios realizados con padres y madres de países y culturas distintas de la portuguesa. Para solventar esta laguna, es indispensable realizar la validación de estos instrumentos en población portuguesa. En el futuro, estas variables podrían ser estudiadas con los padres y madres, así como incluir a los menores como informantes.

El uso exclusivo de medidas autodescriptivas y de apenas un instrumento para medir cada variable constituyen limitaciones del estudio. Los trabajos futuros deberán incluir información recogida a través de varios métodos (ej.: observacionales) y diversas fuentes (incluyendo otros miembros de la familia y técnicos de las instituciones). Que se sepa, hasta la fecha ningún otro estudio publicado había abordado el estrés parental y las competencias parentales percibidas en familias portuguesas en riesgo psicosocial, por lo tanto, el presente estudio es una contribución para la comprensión de la parentalidad en estas familias.


Referencias

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