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Universitas Psychologica

Print version ISSN 1657-9267

Univ. Psychol. vol.14 no.2 Bogotá Apr./June 2015

https://doi.org/10.11144/Javeriana.upsy14-2.pime 

Preferencias implícitas de una muestra española: una técnica novedosa para determinar preferencias raciales*

Implicit Preferences in a Spanish Sample: A New Technique to Determine Racial Preference

Gabriel Dorantes Argandar**
Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México

Javier Ferrero Berlanga***
Francisco Tortosa Gil
Universidad de Valencia, España

*Agradecimientos: La realización de este trabajo no hubiera sido posible sin la colaboración de Brian Nosek y Sriram Natarajan y de todo el equipo de Project Implicit. Gracias por permitirme acceder a su base de datos así como mostrarnos y enseñarnos tanto sobre el IAT. Gracias también a Anthony Greenwald, Mahzarin Banaji y Brian Nosek cuyo ingenio dio luz al IAT.
**Centro de Investigación Transdisciplinar en Psicología. Pico de Orizaba No. 1 Col. Los Volcanes, Cuernavaca, Morelos, México 62350. Tel: +52 777 1756899. Correo electrónico: gdorantesa@uaem.mx
***Facultad de Psicología. Avda. Blasco Ibañez, 21, Valencia, España 46010. Tel: +34 963 983 579. Correos electrónicos: javier.ferrero@uv.es, francisco.m.tortosa@uv.es

Recibido: 22 de mayo de 2012 | Revisado: 10 de junio de 2014 | Aceptado: 11 de marzo de 2014


Para citar este artículo

Preferencias implícitas de una muestra española: una técnica novedosa para determinar preferencias raciales. Universitas Psychologíca, 14(2), 487-498. http://dx.doi.org.10.1H44/Javeriana.upsy14-2.pime


Resumen

Las preferencias raciales expresadas explícitamente pueden carecer de información que sea completa en su contenido, ya sea porque las personas prefieren no expresar sus actitudes per se o tal vez porque no estén al tanto de ellas. El Implicit Association Test (IAT), desarrollado por Greenwald, Banaji y Nosek, evalúa las preferencias implícitas de las personas a través de una plataforma de internet. Demuestra que cuando una persona expresa una preferencia en particular, es posible que no conciba que esa actitud tenga un componente inconsciente y que pueda modificarla. Se obtuvieron 235 sujetos que respondieron a la prueba de preferencia implícita de raza (negra y blanca), a través del portal de internet del IAT Los resultados indican que hay una preferencia explícita hacia personas blancas sobre las personas de color, y que la preferencia implícita es de mayor intensidad que la explícita, en el mismo sentido.

Palabras clave: actitudes implícitas; asociación automática; discriminación racial; Implicit Association Test


Abstract

Racial preferences that are expressed explicitly may lack information and be lacking in character, either because people prefer not to express their attitudes wholly, or because they are not completely aware of them. The Implicit Association Test (IAT), developed by Greenwald, Banaji and Nosek, evaluates the implicit preference of people through an internet platform. It demonstrates that when a person shows a preference in particular, it is possible that said attitude has a component that may not be conscious that could be modified. Sample was comprised of 235 subjects that, through the IAT internet website, completed the race implicit preference task (black and white). Results indicate that there is an explicit preference towards white people over black people, and that implicit preference is of stronger intensity than explicit preference, in the same sense.

Keywords: automatic association; implicit attitudes; Implicit Association Test; racial discrimination


Introducción

Los estereotipos y prejuicios se alojan en la memoria de diversas maneras. Primero, las personas muestran una inclinación hacia el grupo al que pertenecen en la memoria, lo cual puede apreciarse en la ventaja intragrupo que hay en la automaticidad de la velocidad de juicio y en la facilidad de percepción y los patrones de atribución. En otras palabras, las personas reconocen objetivos de su misma raza con mayor precisión que de otras razas, y son capaces de recordar información que hace que los objetivos sean percibidos individualmente con mayor facilidad por personas del mismo sexo más que en un grupo de personas del opuesto. Segundo, el recordar favorece información congruente con los estereotipos que el individuo sostiene, específicamente en ambientes de naturaleza más compleja que caracteriza a la interacción social cotidiana, lo cual sugiere una ventaja de asociación en la memoria (Fiske, 1998). Tal uso de memoria para estudiar estereotipos no es nuevo, y las investigaciones sobre memoria implícita han utilizado el uso de memoria para examinar estereotipos con muy buenos resultados (Banaji & Bhaskar, 2000).

Los esquemas también pueden influir en la evocación de la memoria y de los juicios. Un esquema puede servir como una fuente de claves, generalmente facilitando la evocación de información consistente con el esquema. Tras 20 años de investigación en ciencia cognitiva, hoy en día la memoria se considera la cápsula de Petri en la que los investigadores pueden observar los comportamientos particulares de los estereotipos y prejuicios (Banaji et al. 2000). También puede servir como una guía para reconstruir recuerdos cuando los intentos de evocación fallan o producen resultados ambiguos (Smith, 1998). Por lo tanto, los estereotipos activados no solo sesgan cómo piensa y cómo se comporta una persona, sino también pueden influir en lo que recuerda (Schacter, 2001).

Los mecanismos de selección grupal y categorización influyen en los procesos de evaluación; las expresiones implícitas de creencias y actitudes no están relacionadas con sus versiones explícitas.

Además de los procesos heurísticos, los que también dependen de que estén disponibles en la memoria y sean accesibles desde la misma, son más probables de ser usados en función de la primordialidad y arraigo de los estereotipos con los que están conectados (Petty & Wegener, 1998). Las disociaciones entre estas creencias implícitas y explícitas son fundamentales para entender su naturaleza, la relación que hay entre unas y otras y las consecuencias de cada una de ellas. Además, es necesario entender que es cierto que hay consecuencias de expresiones implícitas y creencias que no han sido atendidas por el poder de recompensa y castigo basado en la membresía del intragrupo al que se pertenece (Banaji & Bhaskar, 2000). Aunque es cierto que las actitudes implícitas se correlacionan acorde con las explícitas, existe una disociación visible entre las medias de las preferencias explícitas hacia ambos grupos, mientras que las preferencias implícitas indican que casi tres cuartas partes de la muestra tienen algún nivel de preferencia hacia las personas blancas sobre las personas negras. Debido a que el procesamiento automático tiende a ocurrir fuera de la percepción de la conciencia, su influencia en el juicio y la toma de decisiones es difícil de eliminar y corregir completamente, aún con un esfuerzo consciente (Moore & Loewenstein, 2004). Algunos estudios han demostrado que las evaluaciones implícitas y explícitas son constructos diferentes, cuya relación está mediada por las características evaluativas que pueden ser tanto interpersonales como intrapersonales (Nosek, 2005). Entonces, ¿se puede decir que los estereotipos que se activan para formar evaluaciones son elegidos a través de procesos completamente dispuestos por el individuo?, ¿toda la información de referencia utilizada para llevar a cabo una evaluación es elegida de manera racional y de una naturaleza que no esté sesgada? Todos las personas utilizan en grados variables la operación de estereotipos implícitos y los prejuicios resultantes. La psicología contemporánea constantemente se pregunta si las experiencias conscientes que los individuos experimentan corresponden al contenido y a los procesos que en realidad ocurren dentro de sus mentes (Nosek, 2005). La permeabilidad de la experiencia cognitiva es por lo general sobreestimada puesto que grandes porciones ocurren fuera del control tanto de los individuos que realizan dichas cogniciones como de los individuos que son afectados por ellas (Banaji & Bhaskar, 2000). Debido a que el procesamiento automático tiende a ocurrir fuera de la percepción de la conciencia, la influencia que también tienen en los procesos de juicio y en la toma de decisiones es difícil de eliminar y corregir completamente (Moore & Loewenstein, 2004).

La problemática es que toda la información de referencia a la que se accede para codificar la información de entrada y llevar a cabo una evaluación no habita en las regiones conscientes de la memoria, no se hace de manera consciente o concienzuda y no depende de lo que el individuo desee recordar o no. El proceso automático preconsciente de algunas características de las personas y su comportamiento ocurre, por definición, sin importar si los procesos de control son activados o no (Wegner & Bargh, 1998). El comportamiento es influenciado por causas que pueden ser intencionales y no intencionales; las evaluaciones de actos voluntarios se pueden realizar a través de deliberada introspección y los actos involuntarios a través de la activación automática. La relación variable entre estos diferentes actos es muy interesante debido a que subraya la diferencia entre lo que existe en realidad en la mente y lo que las personas viven como el contenido de ella (Nosek, 2005). Los sesgos estereotípicos tienden a ocurrir cuando no se hace un esfuerzo por considerar las características particulares de los componentes de una evaluación dada, debido a que el sujeto se encuentra preocupado mentalmente por otros asuntos (Schacter, 2001). He aquí el dilema central de este trabajo: los estereotipos y prejuicios y otras estructuras cognitivas que ejercen cierto control sobre las acciónes habitan fuera del campo consciente de la mente. Las investigaciones en el campo de la ciencia cognitiva muestran claramente que solo se está consciente del contenido de la vida mental, no de lo que está generando ese contenido (Gazzaniga, Ivry, & Mangun, 1998). Si no hay un proceso de control activado, operando para recolectar información que le es relevante, entonces los juicios sociales que se produzcan como consecuencia automática y predeterminada estarán basados mayoritariamente en fuentes de entrada activadas automáticamente (Wegner & Bargh, 1998). Entonces, los procesos cognitivos que deben ser llevados a cabo para realizar una apropiada evaluación durante la vida diaria están sesgados durante la totalidad de su desempeño. En las pruebas que son de carácter más directo, las personas declaran lo que ellas piensan que fueron sus procesos cognitivos, pero más bien están declarando verbalmente sobre el proceso que mentalmente realizaron para producir el mero contenido de su actividad cognitiva a posteriori del hecho mismo que desencadenó el desarrollo de dicha actividad cognitiva (Gazzaniga et al., 1998). Las medidas explícitas contienen no solo lo que el sujeto recuerda, sino también aquello que el sujeto quiere expresar. Bajo condiciones particulares, las medidas implícitas de memoria pueden mostrar recuerdos cuando las explícitas no pueden hacerlo (Banaji, Blair, & Schwarz, 1995).

La dependencia en medidas que son meramente de carácter explícito solamente conducen a una perspectiva científica de la memoria, de tal manera que, en el mejor de los casos, dicho evento parece un recuento parcial de la realidad, y bajo muchas condiciones puede llevar a un entendimiento poco acertado sobre lo que se piensa que es la naturaleza de la memoria (Banaji et al., 1995). Es necesario ponerle mayor atención a los procesos implícitos de los modelos de estereotipia, categorización, esquematización y los heurísticos, y en breve, a los procesos a través de los cuales los individuos fundamentan la naturaleza de sus interacciónes. Las medidas que se utilizan hoy en día para evaluar dichas preferencias se centran en métodos indirectos para evaluar asociaciones entre conceptos y juicios. Los resultados de estas medidas indirectas han sido significativos para los psicólogos, así como para los participantes, pues a menudo descubren que las medidas indirectas son contradictorias de aquellas que son evaluadas directamente (Nosek, 2005). Las medidas implícitas, como el Implicit Association Test (IAT), reflejan aspectos de la persona o de la cultura en la cual habita, así como de la distinción entre la persona y su cultura, que también es significativa (Nosek & Hansen, 2008).

Hoy en día, Project Implicit se ha expandido a más de 30 países, incluyendo España, para estudiar la prevalencia de las actitudes implícitas de las personas a través de las culturas. La presente investigación muestra este interés, traer a la atención de la comunidad científica iberoamericana la presencia de influencias implícitas que determinan el comportamiento de los individuos y su prevalencia a través de toda la población. El IAT es un buen ejemplo de medida indirecta empleada para evaluar los procesos cognitivos implícitos que se encuentran en la base de la interacción. ¿Hay una preferencia en España hacia una categoría racial por encima de las demás? Es evidente que muchos españoles ya han reflexionado seriamente sobre el tema del racismo y su existencia dentro de las fronteras, más allá de un fenómeno que ocurre en otros países, como se pensaba en la década de los 90. Sin embargo, el racismo de hoy en día no es el mismo que en ese entonces; es por esta razón por la cual muchas personas todavía se encuentran renuentes a exponerse y aceptar como válidos muchos estudios que incluyen datos de lo que se viene denominando "el nuevo racismo" (Javaloy, 1994). Por esto, es importante hacer que las personas estén al tanto de las preferencias no conscientes que puedan tener.

Este artículo expone la Prueba de Raza, una de las primeras y más importantes desarrolladas por Project Implicit (Greenwald, McGhee, & Schwartz, 1998; Nosek, Banaji, & Greenwald, 2002). En diciembre del 2008, fue puesta en línea con el fin de extender su uso a la población española, y aunque la recolección de datos para este artículo duró desde entonces hasta abril del 2009, esta y otras pruebas más siguen disponibles en línea en la página de internet: https://implicit.harvard.edu/implicit/spain/

Implicit Association Test

Banaji, Greenwald y Nosek crearon un instrumento para la medición de las actitudes implícitas, el Implicit Association Test (IAT), en español Test de Asociación Implícita (TAI). El modelo moderno —disponible, como ya se dijo, en línea— evalúa las preferencias que las personas tienen hacia un inter-grupo específico como una raza o un género; inclusive, puede medir las preferencias hacia la marca de algún producto en particular. En sí, el IAT mide la relación entre un estímulo presentado y la velocidad con la que se responde a una tarea específica. La propiedad que el IAT tiene de predecir el comportamiento es crítica para la utilidad de la herramienta, tanto en los dominios de la investigación como en su impacto en el mundo real (Chugh, 2004).

¿Cómo funciona el IAT? El Implicit Association Test asume que las asociaciones en la mente pueden ser detectadas al aparejar dos tareas (evaluar un rostro y evaluar el valor de una palabra) en solo un par de respuestas. Si ambas tareas requieren una y la misma respuesta, entonces una asociación entre las dos tareas deberá hacer más fácil el responder. Para ser más específicos, aparejar dos tareas en una respuesta significa pedir a las personas tomar dos decisiones diferentes al realizar exactamente la misma tarea (Moskowitz, 2005). La activación automática de creencias y actitudes acerca de grupos sociales se ha examinado al medir el tiempo que se requiere para producirlas bajo condiciones de restricciónes cognitivas variantes (Banaji & Bhaskar, 2000). La idea basada en que la velocidad de computación mental puede proporcionar una ventana hacia dentro de los procesos sociales no es nueva (Banaji, 2001). Es por esta razón que el IAT establece que una mayor velocidad de respuesta indica un mayor nivel de asociación entre las categorías.

En el IAT, los participantes practican primero clasificando estímulos de grupos sociales en una de dos categorías, por ejemplo categorizando rostros en categorías "Negro" y "Blanco", cada uno asignado a una tecla del ordenador. Después de esto, los participantes practican clasificando adjetivos positivos y negativos usando las mismas teclas de respuesta. Finalmente, en el primer bloque crítico, los participantes llevan a cabo ambas tareas de categorización simultáneamente, alternando el categorizar rostros Negros y Blancos con adjetivos positivos y negativos. Esto significa que un grupo social y una categoría evaluativa comparten una tecla de respuesta (p. ej., rostros negros y palabras positivas comparten una tecla de respuesta, mientras rostros blancos y palabras negativas comparten la otra tecla de respuesta). Debido a que este ejemplo refleja el valor estereotípico asumido en estas categorías sociales, se considera que es una condición compatible. Después de completar la condición, las etiquetas de categoría social son revertidas, creando el opuesto, o la condición incompatible. En este caso, las asociaciones estereotípicas correspondientes al grupo social entran en conflicto con los adjetivos que necesitan ser categorizados usando la misma tecla; se asume que esto crea interferencia cognitiva, llevando a tiempos de reacción más largos. La diferencia en la media de latencia entre las condiciones compatibles e incompatibles se convierte en la variable dependiente de interés en análisis subsecuentes (Dunham, Baron, & Banaji, 2000).

La psicología cognitiva ha enfocado sus esfuerzos en poder describir el funcionamiento del mecanismo mental, y ha ido descubriendo que lo que a primera instancia parecería fácil y racional, bajo análisis profundo está lleno de errores y trampas que yacen en parte en el funcionamiento de la psicología grupal. Este trabajo pretende demostrar que las preferencias implícitas y explícitas son diferentes en su desempeño cuando se evalúa en personas españolas y que es posible que exista un sesgo cuantificable en sus preferencias.

Método

La página web española de Project Implicit tiene como propósito poner al alcance de la población de este país una nueva medida psicológica de naturaleza indirecta y de fácil acceso, que promueva el insight personal al respecto de sus propias actitudes. Además, sirve para la investigación de estas actitudes en la población española que también son utilizadas para realizar estudios a nivel internacional. La Prueba de Raza, que se observa en este estudio, mide las actitudes implícitas hacia las personas negras y blancas, ofreciendo además la posibilidad de correlacionar estos valores con las preferencias explícitas expresadas por los participantes hacia estos grupos raciales.

Participantes

La muestra está compuesta por 235 personas, 92 hombres, 94 mujeres y 49 personas que no especificaron su sexo. La media de edad es de 27.44 años (DE = 10.261), con un nivel educativo de licenciatura y una composición racial en su mayoría europea (50.8 %) y mestizo (16.5 %). La selección de los participantes se realizó a través de la promoción de la página de internet a través de correos electrónicos, redes sociales y socialización con colegas, compañeros y alumnos. Estos accedían al sitio web y completaban la aplicación a través de sus ordenadores personales. El consentimiento se realiza a través de un filtro antes de acceder a las pruebas. Se les informa a los sujetos que participarán en una serie de estudios de interés científico, y para continuar deben de dar clic en un enlace que contiene la leyenda "Acepto participar". Posteriormente, antes de que realicen la prueba, se les da una breve explicación sobre los objetivos de Project Implicit y el propósito de tener estas tareas abiertas al público.

Instrumentos

La Prueba de Raza del IAT utiliza imágenes de rostros de personas negras y blancas, a la par que palabras de contenido valorativo. Estas son presentadas en secuencias específicas que miden la latencia de respuesta y por lo tanto evalúan la fuerza de asociación de los conceptos. La aplicación de la prueba establece un orden aleatorio de los bloques críticos y la colocación (izquierda o derecha) de las cuatro categorías (personas blancas, personas negras, bueno y malo), de tal manera que el orden presentado a continuación es solo un ejemplo de las cuatro posibles combinaciones para los bloques de prueba que se pueden presentar. Los bloques críticos (3.°, 4.°, 6.° y 7.°) evalúan las preferencias implícitas hacia estas categorías.

El IAT depende del indicador de respuesta latente obtenido en el proceso de aparejar objetos actitudinales (p. ej., un grupo social tal como negros-blancos) con una dimensión evaluativa (p. ej., bueno-malo) o atributos específicos que pueden no ser puramente evaluativos (p. ej., yo-otros, casa-carrera, ciencias-artes). En la versión de ordenador, el aparejamiento es obtenido usando el teclado (p. ej., la flecha izquierda) para ser oprimidas en respuesta a ítems de las dos categorías aparejadas (p. ej., blanco + malo), mientras que otra tecla (p. ej., flecha derecha) es usada para el otro par (p. ej., negro + bueno). La velocidad para completar este aparejamiento al compararlo con su opuesto es interpretada como una medida de la fuerza de una evaluación implícita (o sea, una actitud). Así mismo, la fuerza de asociación entre concepto y atributo (p. ej., blanco-negro con bueno-malo) es interpretada como la medida de la fuerza de una creencia implícita o, en otras palabras, un estereotipo (Banaji, 2002).

Análisis de Datos

Greenwald et al. (2003) desarrollaron un método de calificación para el IAT. A través de un largo estudio, identificaron el procedimiento que mejor funcionaba para obtener un resultado concreto del gran contenido de información que arroja el IAT para cada sujeto. Este algoritmo minimiza (1) la correlación entre los efectos del IAT y las latencias medias de respuesta de los sujetos individuales, (2) el efecto del orden en el que se presentan los bloques del IAT y (3) el efecto que tiene el haber completado previamente uno o más IAT, todo esto mientras se retiene una fuerte consistencia interna y se maximiza la correlación entre las medidas implícitas y explícitas. El método "D" (Lane, Banaji, Nosek, & Greenwald, 2007) se obtiene a partir de la diferencia de las medias de la latencia de respuesta de dos bloques combinados del IAT, dividido entre una desviación estándar de latencias de respuesta de los sujetos de ambos bloques combinados. La lógica de este ajuste se basa en las magnitudes de las diferencias entre las medias experimentales que están correlacionadas con la variabilidad de los datos de los cuales son computados. Usar la desviación estándar como un divisor ajusta las diferencias entre las medias para este efecto de variabilidad subyacente (Greenwald et al., 2003).

Resultados

Los siguientes análisis son realizados subsecuentemente a la obtención de las calificaciones D, y es sobre de ellas que se calculan las correlaciones de Pearson. La latencia de respuesta es presentada en puntaje D, donde los valores positivos indican una preferencia implícita hacia las personas blancas, mientras que los valores negativos señalan una preferencia implícita hacia las personas negras. Adicionalmente, ambas preferencias explícitas son valoradas de 0 a 10, donde los valores altos reflejan sentimientos cálidos hacia ese grupo, mientras los bajos, sentimientos fríos hacia ese grupo.

Aunque la latencia de respuesta en puntaje D abarca la mayor parte del espectro (de -1 a 1), la media se encuentra inclinada hacia la preferencia que se tiene por las personas blancas. A continuación, se presenta una agrupación de los valores obtenidos para la latencia de respuesta, de la siguiente manera: nulo (< 0.15), leve (0.15-0.35), moderada (0.35-0.65) y fuerte (> 0.65); cabe subrayar que la preferencia hacia las personas de color blanco está indicada con un valor positivo, mientras que la preferencia hacia las personas de color negro estaría indicada con un valor negativo.

El espectro que transcurre desde la preferencia implícita fuerte hacia las personas negras hasta incluir la categoría de preferencia implícita nula, contiene a 78 de las 235 personas que componen la muestra (33.2 %). Esto indicaría que hay un sesgo muy fuerte dentro de la muestra, pues se puede observar que casi un 70 % de la muestra se encuentra dentro de los rangos de preferencia implícita hacia las personas blancas sobre las personas negras. Más del 35 % tienen una preferencia moderada y más del 15 % , una fuerte preferencia hacia las personas blancas sobre las personas negras. Las correlaciones del puntaje D de la latencia de respuesta con las preferencias explícitas hacia estos grupos raciales determinan que las personas son conscientes en alguna medida de dichas preferencias.

La latencia de respuesta se correlaciona negativamente con la preferencia explícita hacia las personas negras en un grado mínimo, mientras que la preferencia explícita hacia las personas blancas no se correlaciona con esta medida.

Sin embargo, ambas preferencias explícitas se correlacionan positivamente entre sí, lo cual indica que cuando una se incremente, la otra también lo hará, aunque son significativamente diferentes entre sí (t = -5.048 gl = 183, p < 0.001). Adicionalmente, existe una correlación parcial negativa de naturaleza espuria entre la preferencia explícita hacia las personas negras y la latencia de respuesta y una correlación positiva entre ambas preferencias explícitas.

Discusión

Tras la obtención de los valores D, se ha agrupado a los sujetos de acuerdo con su puntaje en siete rangos. En estos se muestra como sólo un 30% de la muestra no se encuentra dentro de los rangos de preferencia implícita hacia las personas blancas, mientras que casi el 70% posee una preferencia implícita de leve a fuerte hacia este grupo. Posteriormente se expone que las preferencias explícitas tienen una débil, cuando no inexistente, relación con las preferencias implícitas. Sin embargo, las preferencias explícitas parecen demostrar tener una relación entre sí, manteniéndose ambas siempre en la misma dirección. Esto hace pensar que los mecanismos que controlan las preferencias no son lineales, los argumentos detrás de una preferencia hacia un intergrupo, no necesariamente son diametrales a aquellos que sostienen el rechazo a su opuesto. Un argumento principal en Lazarus y Folkman (1984) es que los factores situacionales que influyen en la evaluación son difíciles de determinar, debido a que existe una infinidad de elementos en el entorno y un sinfín de aspectos diferentes en la cognición humana. No sólo esto, también los factores culturales influyen las estructuras y procedimientos cognitivos, lo que a su vez afecta la evaluación.

La distribución de las calificaciones obtenidas para cada sujeto sugiere que la preferencia tiene una distribución sesgada, encontrándose la media dentro del rango para la preferencia leve hacia las personas de color blanco y gran parte de la población dentro de los rangos leve y moderado, cuando debería estar más cercana al cero. Su prevalencia a través de la muestra es un indicador que pone de manifiesto la preferencia en la muestra es de magnitud desproporcionada. Las correlaciones indican que las preferencias explícitas son similares a las implícitas, cuando una persona afirma tener una preferencia explícita hacia determinado grupo, su preferencia implícita será similar a esta. Cabe señalar que una persona que califica su preferencia hacia las personas blancas como alta, también le asignará a su preferencia hacia personas negras una calificación alta, aunque significativamente por debajo de la anterior. Esto es consistente con una muestra norteamericana (Nosek et al., 2007) y con un estudio realizado sobre estudiantes portugueses (Neto, 2009).

Lo anterior nos lleva a dos conclusiones importantes: (1) la preferencia hacia las personas de piel blanca es mayor en las medidas implícitas que en las medidas explícitas y (2) la preferencia implícita correlaciona solo con la preferencia hacia las personas negras, de tal manera que únicamente cuando la calificación D indica una preferencia hacia las personas negras, la preferencia explícita también será hacia las personas negras. Esto es consistente con estudios previos sobre el tema realizados en otros países (Banaji, 2001; Dasgupta, 2004; Neto, 2009; Nosek, 2005; Nosek, Banaji, & Greenwald, 2002; Nosek et al., 2007), aunque la baja fuerza de correlación y la carencia de la correlación entre la preferencia explícita hacia las personas blancas y la calificación D amerita una futura evaluación de mayor profundidad. Sin embargo, se cumple el objetivo de este estudio, demostrar que las preferencias explícita e implícita pueden no tener la misma topografía, cuando se evalúa una muestra española. Dada la creciente diversidad que se encuentra en la sociedad, es de importante mérito el promover el entendimiento de las bases para la interacción social entre grupos raciales.

Si estos errores son analizados y puestos en evidencia, se pueden prevenir muchos fallos en la conducta social. La promoción de la existencia de un sesgo actitudinal en la población promoverá una reducción del mismo. Dado que el prejuicio racial ha evolucionado de la abierta hostilidad hacia nuevas formas que se han ido adaptando a los valores de nuestra época, y que supuestamente son igualitarios y democráticos cuando en realidad pueden no serlo (Cardenas, 2007), es preciso evaluar las preferencias implícitas a través de varios ámbitos y lograr establecer el camino a través del cual una persona pueda aprender algo sobre sus propias tendencias implícitas antes de llevar a cabo una conducta social y de esta manera ofrecer a las personas una posibilidad para corregir su conducta de una manera novedosa, dado que las personas emplean procedimientos cognitivos que funcionan correctamente la mayor parte del tiempo, aunque existen ocasiones en las que estos pueden llevar al error (Stillings et al., 1995). Desenterrar la fuente de donde provienen los fallos en las actitudes y exponerlos a las personas de una manera clara y científica puede funcionar, por sí solo, como un factor que promueva el insight y la automejora. Sin embargo, si no hay un proceso de control activado en la mente operando para recolectar información relevante, entonces los juicios sociales subsecuentes estarán basados en gran parte en fuentes de información que son activadas automáticamente dentro de la consciencia de los individuos (Wegner & Bargh, 1998).

El estereotipo de aversión a las personas de color ha sido prevalente en la sociedad contemporánea, y su erradicación es un proceso que se inició hace cientos de años y que probablemente tome otros tantos en terminar de eliminarlo. Las organizaciones mundiales se han encargado de convertir al prejuicio en algo negativo, a tal grado que la mayoría de las manifestaciones a favor de la igualdad de las minorías se han legitimado a nivel mundial y se han llevado a cabo cambios legislativos para impedir las prácticas discriminatorias, con tal de reducir la desigualdad y establecer la tolerancia como una norma social (Espelt, Javaloy, & Cornejo, 2006). Sin embargo, el trato igualitario que se promueve hoy en día está muy por encima de la situación existente hace 100 años. Ahora, es preciso entender que el comportamiento social de las personas tiene influencias que no siempre son controlables, y que por medio de técnicas novedosas se puede detectar y luchar por compensarlas. Las preferencias raciales ya no tienen cabida en una sociedad que pretende promover el trato igualitario a todos sus miembros, independientemente del grupo al cual pertenezcan.

Limitaciones

La muestra utilizada para este artículo es pequeña y su distribución no es tan apegada a la de la población española entera, pero la luz que alumbra sugiere que merece la pena investigar este ámbito a fondo. Si el pensamiento humano fuera tan sencillo y tan fácil de describir, muchos males humanos se habrían erradicado desde hace mucho tiempo. Wegner y Bargh (1998) sostienen que la mayor porción de procesos mentales, incluyendo aquellos de la vida social, se caracterizan por mezclas, transformaciones y relaciones entre muchas variables, además del control y la automaticidad. Por todo ello, sería importante promover entre las personas la consciencia sobre el riesgo que habita en su mente a caer en el prejuicio y perpetuar la desigualdad que tanto esfuerzo está costando a la humanidad erradicar.


Referencias

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