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Universitas Psychologica

Print version ISSN 1657-9267

Univ. Psychol. vol.16 no.2 Bogotá Apr./June 2017

https://doi.org/10.11144/javeriana.upsy16-2.iein 

Artículos

Instrumento para evaluar la intención de niños mexicanos para consumir bebidas alcohólicas desde la Teoría de la Conducta Planeada*

Instrument to evaluate the intention of Mexican children to consume alcoholic beverages based on the Theory of Planned Behavior

Edith Carolina Hernández Chávez1  a 
http://orcid.org/0000-0001-5317-7289

Martha Leticia Salazar Garza2 

María de los Ángeles Vacio Muro3 

Solveig Eréndira Rodríguez-Kuri4 

1Universidad Autónoma de Aguascalientes, México

2Universidad Autónoma de Aguascalientes, México

3Universidad Autónoma de Aguascalientes, México

4Centros de Integración Juvenil, México


Resumen

El incremento en el consumo de alcohol y la disminución en la edad de inicio requieren del desarrollo de propuestas preventivas dirigidas a población en edad más temprana, sustentadas teórica y empíricamente, como la Teoría de la Conducta Planeada (TCP). Para ello se debe conocer la intención que tiene el sujeto de consumir esta sustancia, por lo que se vuelve necesario evaluar sus creencias de comportamiento, normativas y de control sobre la conducta de interés. Un medio para evaluar dichas creencias lo constituyen las escalas de medición. El objetivo de este trabajo fue describir el proceso que se siguió para construir un instrumento, válido y confiable, que mide la intención de los niños de consumir bebidas con alcohol desde la Teoría de la Conducta Planeada. A diferencia de los estudios reportados desde esta teoría con adultos, no se encontró diferencia entre las creencias normativas y la importancia que se les da. En cuanto al control conductual percibido, los niños no identifican barreras para el consumo en el cuestionario, solo facilitadores. Esto puede estar relacionado con que en esta edad, es una conducta experimental. Por lo tanto la forma de calificar el instrumento para obtener la puntación en intención tuvo que modificarse.

Palabras clave TCP; cuestionario; consumo de alcohol; niños

Abstract

The increase in alcohol consumption and the decrease in the age of onset requires the development of preventive proposals aimed at younger age population, theoretically and empirically supported. Theory of Planned Behavior (TCP) has this base, for it must know the intention of the subject of doing, being necessary to assess their behavioral beliefs, normative and control on the behavior of interest. A means of assessing such beliefs is constituted by the measurement scales. The aim of this study was to describe the process followed to build a valid and reliable instrument, which measures the intention of children to consume alcoholic beverages from the The|ory of Planned Behavior. Unlike the reported studies from this theory with adults, there were no differences between normative beliefs and the importance they are given. In terms of perceived behavioral control, children did not identify barriers to consumption in the questionnaire, only facilitators. This may be related to the fact that at this age, this is an experimental behaviour, so the way to qualify the instrument to get a score in intention had to be modified.

Keywords TPB; questionnaire; alcohol consumption; children

Introducción

El consumo de alcohol a nivel global ha ido en aumento, y se ha convertido en un problema social y de salud pública debido a las consecuencias que de ello se derivan. En México, la Encuesta Nacional de Adicciones del 2011 reportó que más de tres millones de adolescentes, de entre 12 y 17 años, habían bebido una copa completa de alcohol en el año previo al estudio. Para el 2011, la misma encuesta reportó un incremento significativo en cuanto a beber una copa completa en las diferentes prevalencias evaluadas: alguna vez en la vida pasó de 35.6% a 42.9%, en el último año de 25.7% a 30% y en el último mes de 7.1% a 14.5%.

Por otra parte, existen estudios realizados en algunas entidades de la República Mexicana que han reportado la ocurrencia de consumo experimental en niños de educación primaria, quienes ya han probado una bebida con alcohol alguna vez en la vida. Por ejemplo, García y Carvalho (2008) realizaron un estudio con 39 niños de primer grado de educación primaria, con edades de 6 y 7 años, en donde se identificó que el 30.6% ya había ingerido una cerveza alguna vez en su vida. Este tipo de hallazgos demandan acciones preventivas dirigidas a los niños escolares.

Al respecto, la Teoría de la conducta Planeada (TCP) ha desempeñado un papel importante en la orientación dentro del campo de la salud, debido a que en los últimos años su uso se ha incrementado en el contexto de las intervenciones preventivas, y cuenta con una amplia base empírica que permite verificar su validez en diferentes poblaciones y con respecto a diversas conductas, entre ellas el consumo de sustancias adictivas (Hardeman, et al., 2002). Sin embargo, desde esta teoría no se reportan estudios de consumo de sustancias en niños.

Desde la TCP, se plantea que el comportamiento social humano es considerado como razonado o planeado porque es consistente con las creencias del sujeto: la gente considera las consecuencias probables de su comportamiento de acuerdo con lo que se espera normativamente que haga o no haga, y los factores que posibilitan o impiden dicho comportamiento (Fishbein & Ajzen, 2010). Esto no quiere decir que las personas tengan una intención consciente ante todas las conductas que realizan o que se detengan a pensar qué decisión tomarán ante cada situación que se presente. La intención se activa de manera espontánea ante situaciones relevantes (Ajzen & Fishbein, 2000), por lo que resulta un buen predictor cuando las conductas son nuevas o se están aprendiendo.

La intención está conformada por la actitud, la norma subjetiva y el control conductual percibido. La intención es considerada como un antecedente inmediato del comportamiento y se refiere a la estimación que hace una persona sobre la probabilidad de realizar un determinado comportamiento. La evaluación de la intención se puede realizar preguntando directamente a los individuos sobre la probabilidad de que se realice una conducta, o de forma indirecta a través de la obtención de las creencias de comportamiento, las creencias normativas y las creencias de control de los individuos.

La actitud es una disposición latente para responder favorable o desfavorablemente a un objeto psicológico (Fishbein & Ajzen, 2010). Se desarrolla a través de las creencias que se tienen sobre un objeto, es decir, la propia conducta del sujeto es un objeto de evaluación. Planteada en estos términos, en la TCP existen tres formas de adquirir las creencias: 1) las creencias descriptivas que se desarrollan por observación directa, 2) las creencias inferenciales que se dan mediante el contacto con otra persona o por las características inobservables como la audacia[1] y 3) las creencias informativas expuestas por los otros acerca de un objeto. De esta manera, la actitud de adquiere automáticamente hacia un objeto cuando se aprenden las asociaciones de este con otros objetos, ante los cuales ya hay una actitud previa.

La norma subjetiva es el conjunto de creencias que evidencian la percepción que tiene el sujeto sobre lo que las personas significativas para él esperan que haga y la motivación que tiene éste para cumplir o no con dichas expectativas (Fishbein & Ajzen, 1975; Ajzen, 1989; Morales, Rebolloso, & Moya, 1994).

El control conductual percibido es el conjunto de creencias que tiene el sujeto sobre si tiene las capacidades y/o habilidades necesarias para realizar un comportamiento determinado, además de si el ambiente favorece u obstaculiza el que lleve a cabo el comportamiento (Fishbein & Ajzen, 2010). En este influyen tanto variables internas o que dependen del individuo, tales como la percepción de capacidad o habilidad de acción; como variables externas o que dependen del medio, por ejemplo la oportunidad de acción, obstáculos, tiempo o cooperación (Carpi & Breva, 1997). El concepto se ha comparado frecuentemente con la auto-eficacia percibida, propuesta por Bandura (1977).

Desde esta teoría existen estudios con niños, un ejemplo es el realizado por Martin, Jacobsen, Lucas, Branch, y Ferron (1999) con niños de cuarto grado de primaria respecto a la intención de usar bloqueador solar como una medida para prevenir el cáncer de piel. Ellos construyeron un cuestionario válido y confiable con el que midieron la intención de los niños para usar el bloqueador antes y después de un taller de prevención sobre este tema. Además evaluaron la conducta durante el mes anterior y en el próximo mes, y encontraron correlaciones entre las puntuaciones altas en intención y el uso del bloqueador. Sin embargo, los trabajos para medir la intención desde este modelo teórico y con esta población, son escasos en la literatura.

Por lo tanto, el objetivo de este artículo fue diseñar un instrumento psicométrico valido y confiable que midiera la intención con sus componentes conductuales, normativos y de control de niños de quinto y sexto grado de primaria, respecto a probar una bebida con alcohol.

Método y materiales

Participantes

En este estudio participaron 1420 niños de entre 9 y 13 años de edad, estudiantes de quinto y sexto grado de educación básica de primarias públicas del estado de Aguascalientes, México. Para seleccionarlos se realizó un muestreo por conglomerados en diferentes primarias pertenecientes a una zona escolar del estado, elegidas al azar.

Procedimiento

La TCP propone que se realice una evaluación previa de las creencias que los sujetos tienen respecto a la conducta de interés, por lo que en un primer momento se usó la técnica de grupos focales y la aplicación de formatos de respuesta libre por separado, con dos muestras diferentes de niños escolares de quinto y sexto grado, para identificar las creencias sobresalientes de los niños respecto al consumo de alcohol. Además, se determinó cuál de las técnicas resultaba más efectiva para identificar estas creencias (para mayor información véase Hernández, Salazar & Vacio, 2013).

Una vez que se contó con un banco de datos, se construyó el primer cuestionario, el cual se sometió a jueces expertos en niños y en construcción de instrumentos. Se realizaron las modificaciones y se obtuvo la validez de contenido mediante el jueceo de expertos en la TCP. Se contó con un cuestionario que fue sometido a una prueba piloto antes de realizar la aplicación final, con el fin de verificar cuestiones propias del cuestionario además de cuestiones logísticas.

Después de que se aplicaron los cuestionarios, la información fue transcrita en una base de datos en el Paquete Estadístico para las Ciencias Sociales (SPSS), en su versión 19 y se realizaron los análisis correspondientes.

Consideraciones éticas

Se contactó al coordinador de la zona escolar y se obtuvieron por escrito los permisos necesarios para acceder a las primarias a su cargo y realizar las aplicaciones a los alumnos; manteniendo la confidencialidad de sus datos al no pedirles nombre, y cuidando de los aspectos éticos para una aplicación de esta naturaleza.

Resultados

Respecto a la construcción del cuestionario, se presentan los siguientes datos:

Validez de contenido

Con la información recabada mediante las técnicas de grupos focales y formatos de respuesta libre, se construyeron los ítems de un primer cuestionario, el cual fue sometido a revisión por jueces expertos, ya fuese en la construcción de instrumentos para niños o bien, con maestros de primaria, para que revisaran elementos de redacción, claridad de las instrucciones y claridad de los ítems. Después de realizar las modificaciones pertinentes, el cuestionario fue sometido a jueceo por expertos en la TCP para obtener la validez de contenido. A los jueces se les pidió que clasificaran los ítems en las diferentes categorías propuestas por la teoría. Finalmente, se modificaron aquellos ítems en los que el grado de acuerdo entre los jueces fue menor al 80%.

Análisis de discriminación de reactivos

Para discriminar entre los reactivos y elegir aquellos que permanecerían en el cuestionario, se realizaron diferentes análisis. En un primer momento, se prepararon los datos con la identificación de los valores perdidos. Cuando se estableció que no pasaban del 5%, se sustituyeron por la media de cada variable. Luego en cada una de las dimensiones (actitud, norma subjetiva, control percibido e intención) se obtuvieron las puntuaciones totales, se dividieron en dos grupos a los sujetos, los más altos y más bajos, con estos datos se realizó un análisis de medias a través de la prueba t para muestras independientes, para determinar si existían diferencias significativas entre las puntuaciones de ambos grupos, luego se obtuvo la prueba de esfericidad de Bartlett y la prueba Kaiser-Meyer-Olkin; aquellos reactivos que obtuvieron niveles adecuados en estas pruebas fueron incluidos en los análisis posteriores (Kerlinger & Lee, 2002; Rodríguez-Kuri, 2002; Hardeman et al., 2002).

Validez factorial y confiabilidad

Después se obtuvo el análisis de confiabilidad mediante el alfa de Cronbach por dimensión, eliminando aquellos que obtuvieran puntajes menores a 0.2 en la correlación ítem-total. Finalmente, se realizó un análisis factorial exploratorio, empleando el método de componentes principales con rotación varimax (Kerlinger & Lee, 2002; Rodríguez-Kuri, 2002; Hardeman et al., 2002).

Por otro lado, respecto a la información recabada se encontró que:

De una población total de 4 703 niños de quinto y sexto grado de primaria, pertenecientes a una zona escolar del estado (comunicación directa CDE, Septiembre 2013), se aplicaron N=1 420 cuestionarios (auto aplicables), equivalentes al 30.21% del total de la población. De esta muestra el 49.5% fueron niños y 48.1% niñas, con una edad promedio de 10.47 años (DE= 1.32), 50% de quinto grado y 50% de sexto grado. El 56.2% de los niños reportaron haber probado una cerveza alguna vez en su vida, mientras que el 43.1% reportó nunca haber probado una cerveza en su vida.

Dimensión de Actitud

De acuerdo a los análisis realizados, existen diferencias significativas entre las medias de los grupos con los puntajes más altos y los más bajos, los 18 reactivos que la componen inicialmente, obtienen puntuaciones de 0.2 y superior en cuanto a la correlación ítem-total, así como niveles adecuados en la prueba de esfericidad de Bartlett p> 0.05 (11285.493), que indica independencia entre las variables consideradas para el análisis factorial; además de una dependencia alta (0.89) en la varianza explicada entre las variables según la prueba Kaiser-Meyer-Olkin, por lo que los reactivos fueron considerados para los análisis posteriores (ver Tabla 1).

TABLA 1 Puntuaciones t y correlación ítem-total 

Fuente: elaboración propia.

De acuerdo al análisis factorial, se eliminan los reactivos 5, 6, 10 y 11 porque se colocaron en dos factores diferentes. Sin embargo, a pesar de que los 14 reactivos que se muestran en la Tabla 2 tienen cargas factoriales aceptables, teóricamente deben permanecer los reactivos en pares, es decir, la creencia y su importancia, esto es un elemento indispensable para obtener la calificación del cuestionario. No obstante, los reactivos 5, 6, 8 y 9 no tuvieron su contraparte para ser considerados. Finalmente son 10 los reactivos que permanecieron en esta dimensión: ¿Probar cerveza para olvidarme de mis problemas, para mejorar mi salud, para relajarme, para sentirme más valiente, para emborracharme, es? Y los reactivos que miden su importancia son: ¿Probar cerveza cuando tenga un problema, es?, ¿Probar cerveza cuando esté enfermo, es?, ¿Probar cerveza cuando quiera estar relajado, es?, ¿Probar cerveza para sentirme más valiente, es?, ¿Probar cerveza para ponerme borracho, es?

TABLA 2 Cargas factoriales y coeficiente alfa de Cronbach de la dimensión 

Factor 1: importancia de la creencia Factor 2: evaluación de la creencia (malo-bueno) Factor 3: evaluación de la creencia (nada agradable-agradable)

Fuente: elaboración propia.

Dimensión de Norma Subjetiva

Está compuesta por 8 reactivos en los cuales al comparar las medias mediante la prueba t para muestras independientes, se encontraron diferencias significativas entre los grupos con puntajes más altos y los más bajos, todos con puntuaciones mayores a 0.4 en la correlación ítem total. Además contaron con niveles adecuados en la prueba de esfericidad de Bartlett p>0.05 (4910.3) que indican independencia entre las variables consideradas para el análisis factorial; además de una dependencia alta (0.88) en la varianza explicada entre las variables según la prueba Kaiser-Meyer-Olkin. Por lo que todos los reactivos se consideraron en los análisis posteriores (Ver Tabla 3).

TABLA 3 Puntuaciones t y correlación ítem-total 

Fuente: elaboración propia.

El análisis factorial mostró que esta dimensión explica el 53.27% de la varianza y obtuvo un alfa de Cronbach de 0.87. Todos los reactivos cargan en un solo factor (ver Tabla 4), por lo que no puede hablarse de creencias normativas y de la importancia que tiene para los niños cumplir con dicha norma. Elemento que tendrá que ser considerado al momento de la calificación del instrumento.

TABLA 4 Cargas factoriales y coeficiente alfa de Cronbach de la dimensión 

Factor 1: creencias normativas

Fuente: elaboración propia.

Dimensión de Control Conductual Percibido

Inicialmente estaba compuesta por 12 reactivos, sin embargo como se muestra en la Tabla 5, el reactivo 7 no alcanzó una diferencia significativa al comparar los grupos altos y bajos y el reactivo 8 tuvo una correlación ítem-total menor a 0.2. Las medias restantes de los grupos con puntuaciones altas y bajas presentaron diferencias significativas, por lo que ningún otro reactivo fue eliminado. Por otro lado, los niveles en la prueba de esfericidad de Bartlett p>0.05 (7432.46) que indican independencia entre las variables consideradas para el análisis factorial, fueron adecuados; además de contar con una dependencia alta (0.86) en la varianza explicada entre las variables según la prueba Kaiser-Meyer-Olkin, por lo que no son considerados en los análisis posteriores.

TABLA 5 Puntuaciones t y correlación ítem-total 

** Reactivos que obtienen una puntuación menor a 0.2

Fuente: elaboración propia.

En la Tabla 6 se muestran las cargas factoriales y el alfa de Cronbach de la dimensión de Control Percibido. En este caso, el análisis factorial arroja un solo factor con 9 reactivos, con un alfa de 0.72. Este factor se trata de las oportunidades para que los niños prueben una cerveza. Quedan fuera los reactivos relacionados con habilidades para retirarse de la situación o negarse.

TABLA 6 Cargas factoriales y coeficiente alfa de Cronbach de la dimensión de Control Percibido 

Factor 1: Exposición a oportunidades

Fuente: elaboración propia.

Dimensión de Intención

Está compuesta por tres reactivos. Como se muestra en la Tabla 7, estos cuentan con cargas mayores a 0.2 en cuanto la correlación ítem-total y se encontraron diferencias significativas entre las medias de las respuestas de los grupos más altos y más bajos. Los reactivos mostraron niveles adecuados en la prueba de esfericidad de Bartlett p>0.05 (2309.129) que indica independencia entre las variables consideradas para el análisis factorial; además de una dependencia media (0.742) en la varianza explicada entre las variables según la prueba Kaiser-Meyer-Olkin, por lo que se llevó a cabo el análisis factorial exploratorio. Esta dimensión obtuvo un alfa de Cronbach de 0.88 y el análisis factorial mostró que todos los reactivos son parte de un mismo factor, el cual explica el 100% de la varianza (ver Tabla 8).

TABLA 7 Puntuaciones t y correlación ítem-total 

** Reactivos que obtienen una puntuación menos a 0.2

Fuente: elaboración propia.

TABLA 8 Cargas factoriales y coeficiente alfa de Cronbach de la dimensión 

Factor 1: Intención

Fuente: elaboración propia.

Discusión

Se contó con una escala auto-aplicable que evalúa Actitud, Norma Subjetiva, Control Conductual Percibido e Intención; además de la ocurrencia del comportamiento alguna vez en la vida y en el último mes. Este instrumento estuvo conformado por 31 reactivos con opciones de respuesta de 4 puntos tipo Likert, además de un apartado con las instrucciones, datos de identificación y un ejemplo para familiarizar a los niños con la forma de respuesta. Por lo que se puede decir que se generó un instrumento con niveles adecuados de confiabilidad y validez.

El uso de grupos focales y formatos de respuesta libre permitió tener un panorama general de la Actitud en la población de estudio respecto a la conducta de intención para probar una cerveza. Dado que los reactivos fueron construidos con base en la información recabada a partir de ambos recursos, le da un peso empírico importante.

Con esta población y con esta conducta parece que no hay diferencia entre las creencias normativas y la importancia que se les da, esto puede deberse al nivel de desarrollo en que se encuentran los niños, en el cual no cuestionan aún las creencias de sus padres. Lo anterior puede tener relación con lo reportado en el estudio de Rodríguez-Kuri (2002), donde el autor menciona que para los adolescentes mexicanos la familia es muy importante, incluso durante la adolescencia tardía, es mediadora de sus creencias normativas, a diferencia de otras poblaciones como los norteamericanos por ejemplo, que reflejan que los pares comienzan a ser el grupo de referencia más importante a partir de la adolescencia media (Guo, Hill, Hawkins, Catalano, & Abbott 2002).

Por otro lado, el que el análisis factorial no mostrara diferencias entre las creencias y la importancia puede estar relacionado con la forma en que se desarrollan estas creencias, es decir, al ser un comportamiento nuevo que en su mayoría ha sido experimental, el niño no ha tenido contacto frecuente para desarrollar creencias duraderas relacionadas con el consumo de alcohol a partir de la propia experiencia de consumo. Las creencias se retroalimentan a partir de la experiencia, lo que promueve nuevas evaluaciones sobre un comportamiento.

En cuanto a la dimensión de Control Conductual percibido, aunque la información obtenida en los grupos focales y en los formatos de respuesta libre permitieron identificar tanto barreras como facilitadores del medio, así como habilidades para que los niños probaran o no una cerveza, después de los análisis de esta fase solo permanecieron los reactivos acerca de los facilitadores. Estos resultados pueden estar relacionados con la falta de experiencia de los niños, ya que probar una cerveza no es un comportamiento frecuente. Probablemente, el que los niños no tengan experiencia con el consumo de cerveza, limita su claridad respecto a las barreras que se pueden encontrar para su consumo, ya que no se han enfrentado a esa posibilidad. De igual forma ocurre con las habilidades de resistencia, pues no han tenido la oportunidad de enfrentarse a situaciones de consumo en las que pongan a prueba sus habilidades para no consumir. Más bien, se enfrentan a situaciones en las que sus padres o familiares les ofrecen una cerveza y ante los cuales no se niegan para probarla. Sin embargo, se considera que están en proceso de identificarlas, dado que sí fueron referidas en los grupos focales.

En cuanto a la dimensión de Intención, se incluyeron en el cuestionario tres reactivos, debido a que los tres términos han sido usados en estudios previos (Fishbein & Ajzen, 2010) y se pretendió saber cuál de ellos podría reflejar de mejor manera la Intención de los niños; luego de la aplicación y de obtener las cargas factoriales se decidió que permaneciera el reactivo: En el próximo mes, ¿probaré cerveza?

Una limitación de este estudio fue que a diferencia de otros, para poder obtener la calificación del cuestionario fue necesario proponer otro tipo de procedimiento, pues en dos de las dimensiones, se obtuvo solo un factor y no dos como se propone desde la TCP, por lo tanto no se calificó de la misma forma.

En conclusión, el instrumento construido durante esta fase es una herramienta potencial para futuras investigaciones en las que se pretenda conocer la Intención de niños escolares de quinto y sexto grado de primaria para probar una cerveza. Incluso, puede ser utilizado para propuestas preventivas, pues parte de un modelo teórico sustentando empíricamente y cuenta con niveles adecuados de confiabilidad.

Agradecimientos

Este trabajo forma parte del proyecto de maestría de Edith Carolina Hernández Chávez (generación enero de 2012-Diciembre de 2013), el cual ha sido posible gracias a una beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). De igual manera se agradece a Ortiz Noriega Silvia Jazmín, Pérez Castro José Luis, Real Hernández Gisell Anaid y Aguilera Rubalcava San Juana, estudiantes de pregrado y/o posgrado en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, quienes contribuyeron con su trabajo en campo para que este proyecto se llevara a cabo.

Referencias

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*Artículo de investigación

1Brunner (1965) en Ajzen y Fishbein (1980) menciona que existen dos formas de adquirir creencias no observables: a) haciendo uso de las relaciones aprendidas, b) recurriendo a sistemas de codificación formal de la lógica.

Recibido: 28 de Mayo de 2014; Aprobado: 24 de Enero de 2017

aAutor de correspondencia. Correo electrónico: psic.carolinahdz@gmail.com

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