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Colombia Médica

On-line version ISSN 1657-9534

Colomb. Med. vol.51 no.4 Cali Oct./Dec. 2020  Epub Dec 26, 2020

https://doi.org/10.25100/cm.v51i4.4486 

Articulo de Revisión

Control de Daños Prehospitalario: ¡Para Los Cristaloides, Para La Hipotermia Y…! ¡Para El Sangrado!

Juan José Meléndez-Lugo1 
http://orcid.org/0000-0002-3351-9971

Yaset Caicedo2 
http://orcid.org/0000-0002-6128-0128

Mónica Guzmán-Rodríguez3 
http://orcid.org/0000-0002-5515-263X

José Julián Serna4  5  6  7 
http://orcid.org/0000-0001-9829-8930

Juliana Ordoñez5 
http://orcid.org/0000-0001-9208-1239

Edison Angamarca8 
http://orcid.org/0000-0002-7904-2646

Alberto García4  5  6 
http://orcid.org/0000-0002-4096-1434

Luis Fernando Pino5  7 
http://orcid.org/0000-0002-1179-2854

Laureano Quintero5  9 

Michael W. Parra10 
http://orcid.org/0000-0001-6496-6275

Carlos A. Ordoñez4  5  6 
http://orcid.org/0000-0003-4495-7405

1 Hospital Rafael Angel Calderon Guardia, Department of Surgery, San José, Costa Rica.

2 Fundación Valle del Lili, Centro de Investigaciones Clínicas (CIC), Cali, Colombia

3 Universidad de Chile, Instituto de Ciencias Biomédicas, Facultad de Medicina, Santiago de Chile, Chile.

4 Fundación Valle del Lili, Department of Surgery, Division of Trauma and Acute Care Surgery, Cali, Colombia.

5 Universidad del Valle, Facultad de Salud, Escuela de Medicina, Sección de Cirugía de Trauma y Emergencias, Cali Colombia

6 Universidad Icesi, Cali, Colombia.

7 Hospital Universitario del Valle, Sección de Cirugía de Trauma y Emergencias, Cali, Colombia

8 Hospital UTPL, Department of Surgery, Loja, Ecuador.

9 Centro Médico Imbanaco, Cali, Colombia.

10 Broward General Level I Trauma Center, Department of Trauma Critical Care, Fort Lauderdale, FL, USA


Resumen

La resucitación en el control de daños debe iniciarse lo más rápido posible después de presentado el evento traumático para evitar descompensación metabólica y aumento de la mortalidad. El objetivo de este artículo es sustentar nuestro enfoque respecto a la atención prehospitalaria y presentar nuestra experiencia en la implementación de la iniciativa “Stop the Bleed” en Latinoamérica. La atención prehospitalaria es la fase Cero de la resucitación del control de daños. Por medio de la implementación de la iniciativa “Stop the Bleed” se identificó que el personal prehospitalario tiene una mejor percepción sobre el uso de técnicas hemostáticas como el torniquete que el personal hospitalario. Se recomienda el uso de torniquetes como medida de control de sangrado en extremidades. El manejo de líquidos debe realizarse usando cristaloides a bajos volúmenes, con bolos de 250 mL para cumplir el principio de la hipotensión permisiva con un rango entre 80 y 90 mm Hg de presión arterial sistólica. Se deben realizar medidas para evitar la hipotermia como el uso de sábanas térmicas o paso de líquidos calientes. Estas medidas no deben retrasar en ningún momento el tiempo de traslado para recibir la atención hospitalaria.

En conclusión, la atención prehospitalaria es el paso inicial para garantizar las primeras medidas de control de sangrado y de resucitación hemostática de los pacientes. Realizar intervenciones tempranas sin acortar el tiempo de traslado a la atención hospitalaria son las claves para aumentar la tasa de supervivencia.

Palabras clave: Trauma; Atención prehospitalaria; control de daños; hemorragia; hipotermia; Torniquetes; Choque hemorrágico; Soluciones cristaloides; Hipotermia; Vasoconstricción; Sangrado

Abstract

Damage control resuscitation should be initiated as soon as possible after a trauma event to avoid metabolic decompensation and high mortality rates. The aim of this article is to assess the position of the Trauma and Emergency Surgery Group (CTE) from Cali, Colombia regarding prehospital care, and to present our experience in the implementation of the “Stop the Bleed” initiative within Latin America. Prehospital care is phase 0 of damage control resuscitation. Prehospital damage control must follow the guidelines proposed by the “Stop the Bleed” initiative. We identified that prehospital personnel have a better perception of hemostatic techniques such as tourniquet use than the hospital providers. The use of tourniquets is recommended as a measure to control bleeding. Fluid management should be initiated using low volume crystalloids, ideally 250 cc boluses, maintaining the principle of permissive hypotension with a systolic blood pressure range between 80- and 90-mm Hg. Hypothermia must be management using warmed blankets or the administration of intravenous fluids warmed prior to infusion. However, these prehospital measures should not delay the transfer time of a patient from the scene to the hospital. To conclude, prehospital damage control measures are the first steps in the control of bleeding and the initiation of hemostatic resuscitation in the traumatically injured patient. Early interventions without increasing the transfer time to a hospital are the keys to increase survival rate of severe trauma patients.

Key words: Trauma; Prehospital care; Damage Control; hemorrhage; Tourniquets; Shock; Hemorrhagic; Crystalloid Solutions; Hypothermia; Hemostatic Techniques; Blood Volume; Emergency Medical Services; Compartment Syndromes; Reperfusion

Contribución del estudio

1) ¿Por qué se realizó este estudio?
La resucitación en el control de daños debe iniciarse lo más rápido posible después de presentado el evento traumático para evitar descompensación metabólica y aumento de la mortalidad. El objetivo de este artículo presentar los principios de la atención prehospitalaria y la experiencia en la implementación de la iniciativa “Stop the Bleed” en Latinoamérica.
2) ¿Cuáles fueron los resultados más relevantes del estudio?
Se recomienda el uso de torniquetes como medida de control de sangrado en extremidades. El manejo de líquidos debe realizarse usando cristaloides a bajos volúmenes para cumplir el principio de la hipotensión permisiva. Se debe evitar la hipotermia con el uso de sábanas térmicas o paso de líquidos calientes. Estas medidas no deben retrasar en ningún momento el tiempo de traslado para recibir la atención hospitalaria.
3¿Qué aportan estos resultados?
La atención prehospitalaria es el paso inicial para garantizar las primeras medidas de control de sangrado y de resucitación hemostática de los pacientes.

Introducción

La hemorragia severa de origen traumático es la principal causa de muerte prevenible en adultos jóvenes 1,2. Este desafío en la atención temprana del trauma se asocia a una mayor tasa de mortalidad, especialmente, en las primeras dos horas después del trauma. Esto convierte que el control del sangrado sea la condición sensible al tiempo por excelencia3,4. La resucitación de control de daños (RCD) es un esfuerzo por entender la respuesta metabólica al trauma y entender las medidas que pueden ser implementadas para revertir el compromiso fisiológico, siendo una evolución de la cirugía de control de daños 5. En el año 2001 se introduce la fase cero de la cirugía de control de daños que corresponde a las medidas iniciales de control en el ambiente prehospitalario 6. Sin embargo, existe controversias sobre cuales medidas deben ser implementadas, especialmente, las de control de sangrado prehospitalario 7-10. Por esta razón, el grupo de cirugía de trauma y emergencias (CTE) de Cali, ha desarrollado una campaña para Colombia y otros países latinoamericanos como Costa Rica y Ecuador, con el curso “Stop the Bleed”, que tiene como meta enseñar medidas básicas al personal de salud o comunitario. El objetivo de este artículo es presentar nuestro enfoque, basado en la experiencia en la enseñanza del curso “Stop the Bleed” para Latinoamérica y describir algunas particularidades en la atención prehospitalaria relacionadas con la resucitación de control de daños.

Este artículo es un consenso que sintetiza la experiencia lograr durante los últimos 30 años en el manejo del trauma, cirugía general y cuidado crítico del grupo de cirugía de Trauma y Emergencias (CTE) de Cali, Colombia conformado por expertos de Hospital Universitario Fundación Valle del Lili y el Hospital Universitario del Valle “Evaristo García”, con la Universidad del Valle y la Universidad Icesi, en colaboración con la Asociación Colombiana de Cirugía y la Sociedad Panamericana de Trauma, en conjunto con especialistas nacionales e internacionales de EE.UU y Latino América.

Epidemiología

El trauma es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 4,9 millones de personas murieron en 2016 a causa de algún tipo de trauma 11. Las tasas de mortalidad fueron más altas en países de bajos ingresos, principalmente debido a accidentes de tránsito. En Colombia, de acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) 12, El trauma es la principal causa de muerte en adultos jóvenes y la segunda causa de muerte en general en la mayoría de las ciudades de Colombia, el DANE estimo en 34216 muertos por trauma en 2007.El Instituto Nacional de Salud de Colombia (INS) consideró que el 54% de todos los pacientes que murieron entre 1998 y 2011 eran prevenibles; de este porcentaje, la mayoría se debieron a heridas por armas de fuego, seguido por armas cortopunzantes y accidentes automovilísticos 12,13.

Se estima que más del 50% de los pacientes con hemorragia severa no alcanza a tener una atención oportuna y fallecen antes de la atención básica o durante su traslado. En el 2014 se analizaron las muertes relacionados a trauma incluyendo 1848 registros, identificando 305 asociados a hemorragia no controlada. El 44.9% de estas muertes se atribuyó a hemorragias potencialmente prevenibles. El 35.8% de estas muertes ocurrieron en al ambiente prehospitalario y 20.4% fallecieron en la primera hora después del ingreso. El trauma en zona no compresible se asoció en un 74.5%, con una distribución del 21.6% en tórax, 38.2% tórax y abdomen, 15.7% en abdomen y 24.5% otras zonas 14.

Fisiopatología

La resucitación de control de daños en el contexto prehospitalario se enfoca hacia la prevención y tratamiento agresivo de la triada letal de hipotermia, acidosis y coagulopatía descrita por Moore et al. (15, y recientemente ampliado por Ditzel et al. (16, a rombo letal con la inclusión de la hipocalcemia. Los pacientes traumatizados que presentan la clásica triada de la muerte tienen una mortalidad de hasta 50% 17. Tanto la hipotermia como la acidosis producen coagulopatía por la alteración de la agregación plaquetaria, al disminuir la actividad de los factores de coagulación e interferir con la fibrinolisis 18,19. Sin embargo, la coagulopatía observada no sólo se atribuye a la descompensación metabólica, sino que también se asocia a efecto de algunas medidas de resucitación, como la administración excesiva de líquidos 20,21.

La hemostasia transitoria facilitada por la vasoconstricción periférica permite la preservación del volumen circulante, que se está perdiendo por las áreas de las lesiones que han sido afectadas por la cinética del trauma 22. Este efecto del trauma se ha descrito en dos momentos diferentes: el primer hit, son las reacciones locales y sistémicas por la transferencia energía directa que genera sangrado, hipoxia y daño tisular; el segundo hit, son reacciones secundarias a la lesión y a la respuesta metabólica como son los fenómenos de isquemia/reperfusión, el síndrome compartimental, las infecciones, entre otros 23,24.

Abordaje inicial

La valoración inicial permite determinar el estado del paciente y las posibles decisiones más oportunas para su correcto manejo. De acuerdo al PreHospital Trauma Life Support (PHTLS) la valoración inicial del paciente debe estar enfocada a 25:

  1. Control del sangrado mayor (X)

  2. Vía aérea (A)

  3. Ventilación (B)

  4. Circulación (C)

  5. Estado neurológico (D)

  6. Exposición y control del ambiente (E)

El primer punto crítico en la atención prehospitalaria es poder determinar si el paciente presenta una hemorragia que ponga en riesgo la vida, La iniciativa “Stop the Bleed” recomienda realizar una estimación del estado volémico y de flujo del paciente a partir de signos clínicos para su reconocimiento 26. Estos signos clínicos deben ser evaluados en conjunto y no tener únicamente un parámetro para establecer el estado hemodinámico del paciente. La proporción de sangre perdida respecto a la volemia del paciente en fases tempranas puede generar cambios como el aumento de la frecuencia cardiaca, cambios en el patrón respiratorio o la calidad de la onda de pulso. A medida que la pérdida supera más del 15% ya se encuentra taquipnea, palidez mucocutánea, pero aún sin cambios en la presión arterial. Pérdida de más del 30% se asocia a hipotensión, alteración del estado de conciencia o reducción del gasto urinario. Por lo cual, esperar a la hipotensión como signo de la descompensación hemodinámica, podría ya ser tarde para intervenir 27,28. Se recomienda tener como referente a la presión arterial sistólica (PAS), siendo el punto de alarma una PAS menor de 90 mm Hg 25,29.

Manejo inicial

La fase Cero de la resucitación de control de daños, también conocida como resucitación de control de daños remoto, se enfoca en las intervenciones prehospitalarias a los pacientes de trauma severo. Las medidas que se deben realizar independiente de los recursos o localización geográfica deben ser: control de sangrado, hipotensión permisiva, fluidoterapia, control de temperatura y traslado inmediato a un centro de atención definitiva.

Control de sangrado

En un paciente con sangrado activo, el control de sangrado es la intervención de prioridad más importante. Si el sangrado persiste, la recuperación metabólica no es posible, acentuando la deuda metabólica que complica la exanguinación 30.

El Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca de los Estados Unidos de América, en colaboración con el American College of Surgeons, realizó un llamado a actuar con el lanzamiento de la iniciativa “Stop the Bleed”, en el año 2015 31,32. El objetivo principal de esta iniciativa es instruir a las personas sin entrenamiento en actuar para controlar el sangrado de víctimas de eventos violentos de trauma con hemorragia potencialmente fatal. El primer punto en el control del sangrado es identificar el sitio del sangrado externo y controlarlo directamente. La primera técnica es realizar presión directa. Se debe realizar presión a los sitios de sangrado externo hasta que se detenga, idealmente de manera sostenida, sobre una superficie firme, con o sin apósito 33. Cuando la presión de la herida no es efectiva o es difícil de realizar; por ejemplo, en heridas sobre cavidad o en sitios de unión (axila, región inguinal o el cuello), se debe realizar un empaquetamiento de la herida. Esta se logra mediante la inserción completa de un material con consistencia de tela o apósito desde la parte más profunda de la herida hasta la parte más superficial contra la resistencia, de tal forma que, mientras más llena esté la herida, mejor será el empaquetamiento, aunque no se debe sustituir la presión directa de la misma. Cualquier material se puede utilizar como material de empaquetamiento, pero el complemento ideal serían los apósitos hemostáticos, con el fin de facilitar la formación del coagulo. Algunos ejemplos son la celulosa oxidada, el pegamento de fibrina, los adhesivos sintéticos, y otros como Zeolite® o el Chitosan® que son las últimas generaciones de hemostáticos locales 34.

Para el sangrado que proviene de las extremidades y para los casos que no se encuentren en zonas de unión se deben utilizar los torniquetes como primera línea (Figura 1). A pesar de que su utilización llego a ser muy controversial en el pasado, la evidencia actual sustenta su utilización prehospitalaria en pacientes víctimas de trauma civil 35,37. En estas circunstancias, los torniquetes han probado ser efectivos en alcanzar control temporal de sangrado, con bajas tasas de complicaciones. Una de las principales limitaciones con respecto a la colocación de torniquetes es la falta de entrenamiento. La iniciativa “Stop the Bleed”está orientado al manejo de torniquetes de aplicación de combate (CAT), con la limitación de que la correcta aplicación de estos torniquetes no es trasladable a otros tipos de torniquetes comerciales o artesanales. La principal indicación para la utilización de torniquetes es el sangrado mayor proveniente de extremidades. Se deben considerar 5 aspectos importantes a la hora de colocar un torniquete (Figura 2) 38,39:

Figura 1 Torniquete de aplicación en combate siendo colocado en un paciente con trauma de extremidad en la escena.  

Figura 2 Cinco referentes del manejo de un torniquete prehospitalario 38,39  

El grupo de cirugía de trauma y Emergencias de Cali (CTE) ha sido pionero en la educación de personal médico y no médico mediante el curso de “Stop the Bleed” para Latinoamérica, llevando esta iniciativa a Colombia, Costa Rica y Ecuador. En nuestra primera experiencia con el entrenamiento de 265 personas, se analizó si existía diferencia en el entrenamiento si el curso era dictado por cirujanos o por un estudiante de medicina. Se identificó que, del personal con entrenamiento prehospitalario previo al curso, sólo el 84.2% respondió saber aplicar alguna técnica para el control de sangrado, y sólo el 43.4% colocaría un torniquete en caso de sangrado, pero esta percepción cambió posterior al curso, ya que el 90% de los participantes afirmaron que colocarían un torniquete. Además, no se encontró diferencia significativa entre el personal entrenado por cirujanos o por estudiantes de medicina 40,41. En análisis posteriores también hemos explorado qué factores relacionados con los individuos se pudieran asociar con el correcto uso del torniquete, identificando que el número de entrenamientos (la toma de cursos previos como el Basic Life Support, Advance Cardiovascular Life Support, PHTLS, entre otros), haber usado previamente el torniquete y ser del personal no médico se asocia con una mayor probabilidad del buen uso del torniquete. Esto podría deberse en parte a que durante la educación médica se ha enseñado que el torniquete puede ser una técnica perjudicial, lo que ya ha sido controvertido con la literatura reciente.

Finalmente, para facilitar en la toma de decisiones del control de sangrado, proponemos el siguiente algoritmo de manejo: (Figura 3)

Figura 3 Algoritmo de control de sangrado prehospitalario de paciente con trauma 

Hipotensión permisiva

El Dr. Cannon observó durante la Primera Guerra mundial que la aplicación de fluidos a los pacientes traumatizados en shock hemorrágico puede aumentar el sangrado por disrupción de coágulos al aumentar la presión arterial 42. Sin embargo, solo hasta la década del 90, la hipotensión permisiva fue retomada y estudiada 43. El objetivo principal de la hipotensión permisiva es disminuir la cantidad de fluidos aplicados al paciente con sangrado masivo mientras se logra la hemostasia quirúrgica, manteniendo la presión arterial mínima necesaria para la perfusión de órganos vitales.

Bickel y Mattox, en 1994 evaluaron a pacientes resucitados con alta demanda de líquidos vs a pacientes con restricción de volumen. Encontraron una reducción en la mortalidad del 8% en pacientes hipotensos víctimas de trauma penetrante en torso comparado con el grupo de resucitación sin restricción de líquidos 43. Sin embargo, estos hallazgos han sido difíciles de replicar en estudios subsecuentes. Dutton et al. (44, encontraron que la titulación de la terapia inicial con fluidos a un valor de PAS menor al normal durante hemorragia activa, no afectó la mortalidad en pacientes víctimas de trauma penetrante o cerrado.

Fluidoterapia

Se ha demostrado que el tipo de líquidos usado para la reanimación puede tener repercusión en el desenlace clínico de los pacientes. Existe información suficiente que justifica la utilización de cristaloides, ya que ni los coloides, ni las soluciones hipertónicas, han mostrado beneficio con respecto a los cristaloides isotónicos 45-49. La utilización de hemoderivados como el plasma o incluso de sangre total fuera del hospital no es una práctica disponible extensamente por lo que no será discutido en esta sección. Sin embargo, los autores reconocen que mientras más temprano se realice el control de sangrado y la reposición del volumen perdido con sangre total, mejor serán los desenlaces clínicos.

Los cristaloides son soluciones basadas en electrolitos utilizados actualmente como primera opción de líquido de resucitación previo a la admisión hospitalaria. La solución salina normal (NaCl al 0.9%) y el lactato de Ringer (Solución con lactato como amortiguador) son los cristaloides más frecuentemente disponibles. Una de las principales limitaciones de su uso como liquido de resucitación es su reducida capacidad de expandir el volumen plasmático. Cerca del 20% del líquido infundido permanece en el compartimento intra vascular y el resto se difunde al espacio intersticial 50.

Se requiere del establecimiento de criterios claros para definir las situaciones en las que los pacientes con sangrado que pone en riesgo la vida se podrán beneficiar de la infusión de cristaloides, La Tabla 1 resume los determinantes usuales de la resucitación con líquidos 51-55. Guiar la resucitación por medio de valores preestablecidos de PAS podría implicar la aplicación de grandes cantidades de fluidos y esto conlleva consecuencias serias. Los peligros principales asociados a la utilización de cristaloides son: el aumento el sangrado como consecuencia a disrupción del coagulo, la coagulopatía dilucional, riesgo de edema, la disfunción de órgano terminal, la sobrecarga de líquidos, las complicaciones cardiacas, respiratorias, gastrointestinales e inmunológicas, las alteraciones electrolíticas, el síndrome compartimental en extremidades e intracavitario, la disminución en la cicatrización y el aumento en general en la mortalidad 56-60.

Tabla 1 Determinantes principales para establecer metas de fluidoterapia como tiempo de traslado, mecanismo de trauma y compromiso neurológico 51-55.  

Factor Indicación
Tiempo de arribo al hospital >10-15min de tiempo de transporte
Mecanismo de trauma Trauma penetrante: pas <60-70 mm Hg
Trauma cerrado: pas <80-90 mm Hg
trauma craneo-encefálico (tce) trauma cerrado + tce: pas <100-110 mmHg

Nuestro grupo, en acuerdo con las guías internacionales, recomienda iniciar la infusión de cristaloides en bolos de 250 ml de solución de cristaloides para minimizar las dificultades asociadas con la fluidoterapia y la importancia de simplificar en la medida de lo posible la toma de decisión en el ámbito prehospitalario 61,62.

Control de la hipotermia

La hipotermia es un factor importante que contribuye a empeorar la coagulopatía en pacientes sangrantes, empeorar la función cardíaca y la acidosis metabólica. Existen varias causas potenciales de hipotermia en pacientes con traumatismos, por ejemplo: la exposición al frío en el lugar de la lesión, la reanimación con líquidos a bajas temperaturas y los trastornos metabólicos debidos al trauma en sí. La hipotermia podría clasificarse en 3 categorías: leve (34-36° C), moderada (34-32° C) y grave (<32° C) 8. Aunque los peores resultados se observan en pacientes con temperaturas <32° C 63, el aumento de mortalidad se ha asociado con temperaturas inferiores a los 35° C 64. Se pueden intentar varias medidas para mantener una temperatura por encima de los 35° C en pacientes con trauma grave, como el uso de mantas térmicas, la infusión de los líquidos intravenosos a 39° C y el control rápido del sangrado.

Traslado inmediato

El personal prehospitalario nunca debe retrasar el transporte al centro hospitalario por realizar intervenciones de reanimación para pacientes con sangrado mayor, especialmente cuando se enfrentan a hemorragias no compresibles. El transporte rápido es tan importante que algunos estudios han encontrado que cuando es inmediato tiene beneficio sobre la mortalidad, incluso cuando el transporte no es realizado por personal paramédico 65,66. Es imperativo que el personal prehospitalario persiga como objetivo disminuir los tiempos de respuesta, los tiempos en escena y los tiempos de transporte para dar oportunidad de manera efectiva a los pacientes gravemente heridos. Además, el desafío para la atención prehospitalaria es identificar circunstancias que justifiquen las intervenciones agresivas fuera del hospital como la colocación de torniquetes en pacientes con sangrado masivo de las extremidades como intervención salvadora de vidas, así como la permeabilización de la vía aérea, la terapia de fluidos en pacientes atrapados con lesiones por aplastamiento, entre muchas otras.

El futuro

El grupo de cirugía de trauma y emergencias de Cali, Colombia, ha sido pionero en innovación y atención del paciente traumatizado. A medida que nuestra experiencia crece con técnicas novedosas como el uso del Balón de Oclusión Endovascular Aórtico (REBOA, por sus siglas en inglés), reanimación hemostática y complementos farmacológicos, se deben hacer esfuerzos para trasladarlos al entorno prehospitalario. Creemos que tecnología como la del REBOA no necesariamente es el futuro del trauma sino el presente mismo, por lo que es importante que los centros de trauma en nuestra región comiencen a crear su propia experiencia con dichas tecnologías. Con un mundo cada vez más avanzado, creemos que los protocolos de estabilización para el personal prehospitalario en nuestra región y la implementación de cursos para enseñar habilidades básicas como la colocación de líneas arteriales en arteria femoral común están a la vuelta de la esquina. Junto con el REBOA, el futuro tiene desafíos adicionales a medida que crece la evidencia en torno a la reanimación hemostática, y la utilización de sangre total dentro y eventualmente fuera del hospital. Por último, debemos entender que el tiempo es esencial en el trauma y los pacientes requieren un manejo agresivo y eficaz desde el inicio mismo de la lesión. Para dar la mejor oportunidad a nuestros pacientes, nuestros sistemas de trauma deben mantenerse al día con la tecnología actual, por lo que, y especialmente para los casos de transporte prolongado, tenemos que considerar estas nuevas técnicas como desafíos para mejorar los resultados de los pacientes 67,68.

Conclusión

La atención prehospitalaria es el primer paso en garantizar las primeras medidas de control de sangrado y de resucitación hemostática de los pacientes. Realizar intervenciones tempranas sin acortar el tiempo de traslado a atención hospitalaria son las claves para aumentar la tasa de éxito de las demás intervenciones que se realizan en el control de daños. Estrategias como la iniciativa “Stop the Bleed” pueden brindar herramientas a personal no médico para realizar maniobras tempranas que pueden hacer la diferencia.

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Recibido: 31 de Julio de 2020; Revisado: 11 de Septiembre de 2020; Aprobado: 20 de Diciembre de 2020

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