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Biosalud

Print version ISSN 1657-9550

Biosalud vol.9 no.1 Manizales Jan./June 2010

 

CAMBIOS EN LA SECRECIÓN DE LOS ESTEROIDES OVÁRICOS Y DE LA HORMONA LUTEINIZANTE DURANTE EL CICLO ESTRAL EN LA OVEJA - UNA REVISIÓN

CHANGES IN THE SECRETION OF OVARIAN STEROIDS AND LUTEINIZING HORMONE DURING THE ESTROUS CYCLE IN THE EWE - A REVIEW

Luis Fernando Uribe-Velásquez1, Ramiro Restrepo-Cadavid2 y José Henry Osorio3

1 Profesor Asociado, Departamento de Salud Animal, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de Caldas. E-mail: lfuribe@ucaldas.edu.co.
2 Estudiante, Programa de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de Caldas. E-mail: ramirojr5@hotmail.com.
3 Profesor Titular, Departamento de Ciencias Básicas, Facultad de Ciencias para la Salud. E-mail:jose.osorio_o@ucaldas.edu.co.

Recibido: noviembre 27 del 2009 - Aceptado: mayo 06 del 2010


RESUMEN

Los machos y las hembras ovinas ubicadas en altas latitudes presentan variaciones estacionales en la actividad reproductiva. La actividad sexual de las ovejas es estimulada por la disminución del fotoperiodo, de suerte que los animales que muestran estacionalidad reproductiva pueden disminuir su respuesta al reducirse la latitud. El eje hipotalámico hipofisiario funcional es esencial para la reproducción en mamíferos. El hipotálamo secreta el decapéptido, hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH), responsable de iniciar una cascada de eventos que regula las gónadas. Durante el ciclo estral de la oveja, los niveles circulantes de la hormona luteinizante (LH) y de la progesterona (P4) están inversamente relacionados, evidenciando que la P4 podría inhibir la secreción tónica de LH. La P4, de acuerdo con sus efectos, es el esteroide ovárico más importante en las hembras mamíferas y está implicada en la compleja regulación de la función reproductiva. Durante la fase luteal del ciclo estral, la P4, producida por el cuerpo lúteo, inhibe la secreción de la GnRH hipotalámica y, consecuentemente, disminuye la concentración periférica de las gonadotropinas. La fase folicular inicia con la disminución de las concentraciones de P4, ocurrida después de la luteólisis, y es caracterizada por el aumento en la secreción de las gonadotropinas y del estradiol (E2). Esta elevación en el E2 circulante provoca el surgimiento del pico preovulatorio de LH, causado por el abrupto y continuo incremento en la secreción de GnRH. Las mediciones seriadas de E2, P4 y LH al momento de la ovulación en la oveja han demostrado que la secreción máxima del estrógeno desde los folículos preovulatorios precede el surgimiento de la LH. Datos recientes han mostrado que otros esteroides secretados por el folículo preovulatorio pueden actuar sinérgicamente con el estradiol para inducir la ovulación. La presente revisión pretende abordar las relaciones temporales existentes entre la circulación de LH y la secreción de los esteroides ováricos, 17-β estradiol y progesterona, durante el ciclo estral de la oveja.

PALABRAS CLAVE: ciclo estral, GnRH, hormona luteinizante (LH), ovulación, progesterona (P4).


ABSTRACT

Ewes and rams from temperate latitudes show seasonal variations in reproductive activity. Sheep sexual activity is stimulated by alterations in the photoperiod, so that animals displaying reproductive seasonality can reduce their response to seasonality as latitude decreases. A functional hypothalamic pituitary axis is essential for mammalian reproduction, since the hypothalamus secretes the decapeptide, gonadotropin-releasing hormone (GnRH) that is responsible for initiating the cascade of events that regulate gonadal function. During the estrous cycle of the ewe, circulating LH and P4 levels are inversely related, thus providing circumstantial evidence that progesterone may inhibit tonic LH secretion. Progesterone (P4), in terms of the cumulative duration of its effects, is the most important ovarian steroid secreted during the lifetime of the female mammal and it’s central to the complex regulation of normal reproductive function. During the luteal phase of the estrous cycle, the P4 produced by the corpus luteum inhibits hypothalamic GnRH secretion, and consequently, peripheral gonadotrophin concentrations are low. The follicular phase, which is initiated by the decline in circulating P4 concentrations after luteolysis, is characterized by increased gonadotrophin and Estradiol (E2) secretion. This rise in circulating E2 induces the preovulatory LH surge, which is caused by a robust, abrupt, and continuous increase in GnRH secretion. Serial measurements of E2, P4 and LH during ovulation time in the ewe have shown that maximum secretion of estrogen from pre-ovulatory follicles precedes the LH surge. Recent data show that other steroids secreted by the pre-ovulatory follicle may act synergistically with oestradiol in inducing ovulation. The present review was undertaken to observe discuss the temporal relationship between circulating LH and the secretion of the ovarian steroids, estradiol 17-β and progesterone, during the oestrous cycle in the ewe.

KEY WORDS: GnRH, luteinizing hormone (LH), oestrous cycle, ovulation, progesterone (P4).


INTRODUCCIÓN

La hipófisis anterior secreta los pulsos de hormona luteinizante (LH) en respuesta a la hormona liberadora de gonadotrofinas (GnRH), la cual es liberada al flujo portal-hipofisiario por el hipotálamo (1). Los mecanismos cerebrales que modulan la liberación pulsátil de la GnRH, que a su vez induce los pulsos secretorios de LH, representan un papel importante en el mantenimiento del ciclo. La frecuencia de los pulsos de GnRH/LH es más elevada en la fase folicular que durante la fase luteal, aumento que contribuye al desarrollo folicular ovárico (2).

Los cambios en la frecuencia y amplitud de los pulsos de LH son un reflejo de la intensa acción de los esteroides sexuales (1). Las ovejas ovariectomizadas que reciben implantes subcutáneos de estradiol (E2) presentan una frecuencia de pulsos de LH, que varía inversamente dependiendo de la cantidad de hormona presente en el implante. El índice de secreción de los pulsos de LH depende también de la estación, pues los efectos inhibitorios de una dosis de E2 son más bajos durante la estación reproductiva que en la fase anestral. Esa respuesta de E2 durante la estación reproductiva es restaurada en ovejas ovariectomizadas cuando son tratadas con progesterona (P4), lo cual explica la acción sinérgica de estas hormonas esteroidales. Esta variación estacional en la curva de dosis-respuesta de E2 y de LH, unida al sinergismo de P4, puede explicar la mayoría de los cambios de la secreción pulsátil de LH observada en ovejas enteras (3, 4).

La literatura consultada mostró evidencias en la oveja referentes al control de LH, por parte de los esteroides ováricos. La P4 tiene su acción principal en el hipotálamo, reduciendo la frecuencia de los pulsos de LH y aumentando su amplitud, mientras que el E2 actúa en la hipófisis disminuyendo la amplitud de los pulsos sin afectar la frecuencia (1, 5). Estos hallazgos también fueron observados por otros investigadores (6) que estudiaron los efectos de P4 y E2 en la secreción de LH.

La amplitud de los pulsos de LH es reflejada por la cantidad liberada de esta hormona almacenada en la hipófisis, hecho que está determinado por la frecuencia de los pulsos de GnRH (7). En el anestro, la acción del E2 es más acentuada por la disminución de los episodios de secreción de GnRH y por inhibir también la frecuencia de los pulsos de LH, hecho que posiblemente está mediado por los péptidos opioides endógenos (8). En un estudio fue reportado que el E2 es el principal responsable de la baja frecuencia de los pulsos de LH en ovejas enteras, durante el anestro (5).

La presente revisión pretende abordar las relaciones temporales existentes entre la circulación de la LH y la secreción de los esteroides ováricos, 17-β estradiol y progesterona, durante el ciclo estral de la oveja.

CONCENTRACIONES DE LA HORMONA LUTEINIZANTE (LH) EN SANGRE

Las hembras ovinas muestran dos modelos de secreción de LH: un modelo tónico continuo a través del ciclo estral que controla la actividad folicular y luteal; y un segundo modelo, con el surgimiento de la LH preovulatoria que induce la ovulación y la luteinización (9, 10). Así mismo, investigaciones desarrolladas en animales ovariectomizados, indicaron que la P4 puede ejercer una potente inhibición de la secreción tónica de la LH en ovejas (11).

La vida media de la LH en el suero ovino puede oscilar entre 23 minutos a dos horas (1, 12, 13, 14, 15, 16, 17); de la misma forma, se pueden realizar muestreos sanguíneos al menos cada 30 minutos para obtener una cantidad suficiente de puntos que caractericen la dinámica pulsátil de la LH en sangre (13, 14, 18). Posiblemente los estrógenos reducen el contenido de residuo de carbohidratos presentes en las glicoproteínas, y esto disminuye la vida media de la LH liberada (10).

La frecuencia de los pulsos de la LH es la variable que refleja más consistentemente el comportamiento de la hormona, en cuanto que todas las otras variables referentes a la secreción de la LH (concentración media y amplitud de los pulsos) pueden ser confundidas por los cambios resultantes en la amplitud de los pulsos de la GnRH y de la respuesta hipofisiaria. La amplitud de los pulsos de GnRH puede ser influenciada por los cambios en la síntesis y almacenamiento de la hormona en el ámbito celular (4). Igualmente, la frecuencia de los pulsos de la LH es la señal más importante usada por el sistema nervioso central para controlar el sistema reproductivo (19).

La frecuencia pulsátil de la LH está determinada totalmente por el hipotálamo, a través del control de la frecuencia de los pulsos de GnRH; sin embargo, la amplitud de los pulsos de LH está definida potencialmente, además la amplitud de la GnRH, por los factores pituitarios (respuesta de los gonadotropos a la GnRH) (10).

Las concentraciones plasmáticas de LH son bajas a través del ciclo estral (20, 21, 22, 23), y presentan valores inferiores a 3,38 ng/mL durante la estación reproductiva (24); por su parte, los patrones de secreción son caracterizados por pulsos inconstantes (14). La respuesta esteroidogénica de los ovarios varía con la fase del ciclo y refleja cambios en las características de la población folicular (25).

Algunos investigadores observaron en ovejas mestizas que la frecuencia de los pulsos de la LH aumentó al inicio y al final del ciclo estral, manteniéndose baja en la mitad de la fase luteal, en tanto que la P4 presentó efectos importantes en la regulación de la secreción tónica de la LH en hembras cíclicas, por la alteración en la liberación de la frecuencia de los pulsos de la LH (26). Los resultados encontrados por investigadores en ovejas mestizas, constataron una frecuencia de seis pulsos cada seis horas al inicio (primer día) y al final de la fase luteal (día 15), en cuanto que en la mitad de este período (días 7 a 12), los pulsos disminuyeron, mostrando un pulso cada seis horas (27).

Usando autotransplante ovárico en ovejas mestizas, se observó en los días 12, 14 y 16 del ciclo estral, una frecuencia de los pulsos de la LH cada dos horas, momento en el cual la concentración basal de la LH aumentaba de 0,57 ± 0,08 ng/mL a picos de 2,97 ± 0,57 ng/mL (28). Durante la luteólisis y con la disminución de la P4, la secreción de LH está aumentada, presentando una mayor frecuencia de los pulsos y una reducción de su amplitud, que culmina con un pico preovulatorio de LH más o menos cuatro días después de iniciada la luteólisis (4, 29, 30).

Otros trabajos han encontrado que la amplitud y frecuencia del pulso son variables y dependen de la fase del ciclo estral (16). En un estudio en que se utilizó autotransplante ovárico en ovejas, se observó un aumento progresivo en la frecuencia de los pulsos de LH durante la transición de la fase luteal y el inicio de la fase folicular (25). Estos autores evaluaron la frecuencia de la LH durante el primer y el tercer día del ciclo estral y encontraron valores semejantes a los observados al inicio de la fase folicular.

Algunos investigadores evaluaron la LH en ovejas Rommey en el noveno día del ciclo estral, y encontraron una concentración media de 1,8 ± 0,1 ng/mL, 8,4 ± 0,4 pulsos de LH cada nueve horas y una amplitud de 2,0 ± 0,2 ng/mL (31). Estudiando también la LH en la mitad de la fase lútea en ovejas Ile-de-France, otros investigadores encontraron que las concentraciones fueron menores que en la citación anterior (32).

En tres momentos diferentes del ciclo estral en ovejas Suffolk, se reportó el siguiente perfil de LH: una fase folicular con una concentración media de 4,43 ng/mL, 4,55 pulsos cada 12 horas y con una amplitud de 7,37 ng/mL; al inicio de la fase lutea (7 días después del retiro de la esponja), una concentración media de 1,77 ng/mL, un pulso cada ocho horas y una amplitud de pulso de 4,87 ng/mL; y al final de la fase luteal (11 días después del retiro de la esponja), una concentración media, frecuencia de los pulsos y amplitud de 1,60 ng/mL, un pulso cada ocho horas y 5,07 ng/mL, respectivamente (33). Por otro lado, un grupo de ovejas mestizas presentaron durante la fase folicular del ciclo estral una frecuencia de 42,1 pulsos cada 12 horas, con un intervalo medio de 20 minutos y una amplitud de 0,8 ng/mL (10).

Trabajos recientes, en los cuales se utilizaron ovejas adultas de raza Finn, mostraron que la frecuencia de los pulsos y la concentración media de LH fueron significativamente más superiores durante la fase folicular (16 a 26 horas después de la inyección de prostaglandina) que en la fase luteal (antes de la inyección de prostaglandina) (34). Durante la fase folicular, en ovejas Merino se observó una amplitud de pulso de 2,4 ng/mL y una concentración media de 3,9 ng/mL entre las 36 y las 24 horas antes del pico de la LH; mientras que entre las 24 y las 0 horas antes del surgimiento de LH, la amplitud del pulso de la LH fue de 1,2 ng/mL con una concentración media de LH de 1,4 ng/mL. En relación con la frecuencia de los pulsos, no se detectó diferencias significativas entre los dos momentos estudiados (35).

En otro trabajo se estudió la frecuencia de los pulsos de LH en dos momentos del ciclo estral en ovejas Rambouillet, y se encontraron valores al tercer día de 3,2 pulsos cada seis horas cuando las concentraciones de P4 eran bajas, al contrario de lo observado en el día 12, cuando fue visto un pulso cada seis horas con altas concentraciones de P4, sin mostrar cambios significativos en la amplitud de los pulsos (36). Es posible que la concentración de P4 hubiera sido suficientemente elevada durante la fase luteal para provocar la máxima supresión en la frecuencia de LH (34).

Algunos autores que investigaron las concentraciones séricas de LH al final de la fase luteal en ovejas mestizas Suffolk con Whiteface, no encontraron diferencias significativas en la amplitud del pulso, frecuencia del pulso y concentración media entre los días 11, 12 y 14 del ciclo estral (5). Otros investigadores obtuvieron, en el día 14 del ciclo estral, una mayor frecuencia pulsátil de LH (37).

Al estudiar el comportamiento de la LH durante 24 horas y realizar muestreos sanguíneos cada 20 minutos en ovejas mestizas Border Leicester con Merino, durante la fase luteal del ciclo estral, se observó en el noveno día 5,9 pulsos cada 24 horas y una amplitud de pulso de 1,4 ng/mL; ya en el día 13 del ciclo, fueron encontrados 5,5 pulsos cada 24 horas, con un intervalo entre pulsos de 252 minutos y una amplitud de 1,1 ng/mL (38). Igualmente, al investigar también durante 24 horas el comportamiento de LH en dos momentos del ciclo estral, se encontró en la fase folicular (entre las 24 y las 28 horas después de la inyección de prostaglandina-PGF) 18 pulsos cada 24 horas, una amplitud media de 0,7 ± 0,1 ng/mL y una concentración basal media de 0,8 ± 0,2 ng/mL (39). Entre tanto, durante la fase luteal (día 10 del ciclo estral) se observó una frecuencia de 8 pulsos cada 24 horas, una amplitud de 0,9 ± 0,3 ng/mL y la concentración basal media de 0,5 0,2 ng/mL, valores que también fueron observados en el décimo día de la fase luteal por otro investigador en ovejas Finn-Merino con autotransplante ovárico (25).

En un estudio sobre la amplitud de los pulsos de LH y el número de ovulaciones durante el ciclo estral en ovejas Scottish Blackface se destacó que durante la fase folicular, la amplitud de los pulsos de la LH fue significativamente menor en animales con dos o tres ovulaciones que en animales con apenas una; sin embargo, la frecuencia de los pulsos de LH no presentó cambios significativos (40). Lo anterior también fue reportado en ovejas adultas Finn con diferentes tasas de ovulación, en donde verificaron que no hubo cambio significativo en la frecuencia de los pulsos ligados a la ovulación (34). En ese mismo sentido, utilizando dos razas con alta y baja tasa de ovulación (Romanov e Ile-de-France), se evidenciaron diferencias significativas en la concentración media de LH durante la fase luteal (días 9 - 11), con valores superiores para la raza Romanov (41).

Se ha reportado cambios diurnos y nocturnos en la frecuencia de los pulsos de LH en ovejas Columbia, al realizar toma de muestras sanguíneas durante 24 horas en la mitad de la fase luteal del ciclo estral (días 9 - 10), durante cinco ciclos de la estación reproductiva. El intervalo entre pulsos fue mayor en el inicio y en el final de la estación reproductiva, durante las muestras nocturnas (42).

Los folículos ováricos y, posiblemente, el estroma del ovario, responden rápidamente a las fluctuaciones episódicas en la concentración de la LH, y están involucrados en el feedback negativo existente entre el ovario y el sistema hipotalámico-hipofisiario (28). El crecimiento y la manutención del folículo dominante son dependientes de la alta frecuencia de los pulsos de LH, pudiendo llevar a la preservación del folículo dominante por un mayor tiempo (43).

En un estudio sobre los efectos de la progesterona exógena (CIDR) sobre las variables de la LH en ovejas Bergamacia (44), se encontró que en el primer y sexto día del ciclo estral la frecuencia de los pulsos fue mayor en el grupo control que en el grupo tratado con el dispositivo de progesterona. Sin embargo, la amplitud del pulso y las concentraciones basales permanecieron sin alteraciones.

En la Tabla 1 se muestra una recopilación de la frecuencia, de la amplitud del pulso y de las concentraciones basales de la hormona luteinizante (LH) en diferentes razas ovinas.

Tabla 1

CONCENTRACIONES DE PROGESTERONA (P4) EN SANGRE

Las células de la teca y de la granulosa tienen la capacidad de producir P4 a partir del colesterol. Esta conversión es estimulada por la LH en las células tecales y por la FSH/LH en las células de la granulosa. La conversión de P4 en andrógenos solamente es realizada por las células de la teca (45). En las hembras ovinas, la P4 es secretada solamente por el cuerpo lúteo y la placenta, siendo necesarias concentraciones mínimas de LH para estimular esta secreción (46).

Las concentraciones de P4 en sangre periférica comienzan a aumentar en los dos o tres días después de la ovulación, cuando el nuevo cuerpo lúteo inicia su actividad. Las concentraciones máximas fueron observadas entre los días 10 y 12 (5 pg/mL) y se mantuvieron hasta la luteólisis entre los días 14 y 15 (27). Las concentraciones se mantienen bajas a través de la fase folicular hasta la ovulación (21, 30). Las concentraciones de P4 durante el primer día del ciclo estral presentaron valores menores a 1 ng/mL, y a partir de los días 2 y 3 aumentaron gradualmente (1,5 ng/mL) hasta alcanzar su máxima concentración de 3,5 ng/mL en el día 13 del ciclo estral. A partir de ese día, las concentraciones disminuyeron a 0,5 ng/mL en el final del ciclo (41). En una investigación se encontraron concentraciones plasmáticas de P4 al tercer día de 1,79 ± 0,23 ng/mL, las cuales alcanzaron una concentración máxima de 4,90 ± 0,50 ng/mL en el día 12 del ciclo, con una concentración media desde el día cuatro al 14 de 5,11 ± 2,02 ng/mL, y en los otros días del ciclo, las concentraciones se mantuvieron por debajo de 2 ng/mL (36). En ovejas deslanadas, se encontró un pico de P4 sérica en el noveno día del ciclo estral con un valor de 1,8 ng/mL, momento a partir del cual las concentraciones disminuyeron significativamente hasta alcanzar valores menores a 1 ng/mL en el día 17 (23).

Algunos autores investigaron ovejas mestizas Dorset-Rambouillet durante siete ciclos estrales consecutivos, y reportaron que las concentraciones plasmáticas de P4 fueron bajas (0,2 ng/mL) en el segundo día, con un leve incremento en el quinto día (0,4 ng/mL) (47). Las concentraciones aumentaron de 0,6 ng/mL en el sexto día a 1,1 ng/mL en el noveno día, con un aumento significativo en el día 10 (2,4 ng/mL) que se mantuvo hasta el día 16. Luego, las concentraciones diminuyeron en el día 17 a 0,6 ng/mL (47). Durante la luteólisis, las concentraciones sanguíneas de P4 disminuyen y alcanzan en 24 horas los valores más bajos durante el ciclo (48).

Las concentraciones plasmáticas de P4 en ovejas mestizas con muestreo durante 24 horas en los días 10 y 16 del ciclo, no presentaron cambios evidentes en los horarios diurnos y en la frecuencia de los pulsos en los días estudiados; sin embargo, hubo diferencias en la amplitud de la P4 entre las hembras (37).

Algunos autores trabajaron con tres razas que presentaron diferentes tasas de ovulación (alta, media y baja), y encontraron concentraciones plasmáticas de P4, respectivamente, de 8,0 ± 0,75; 7,3 ± 0,69 y 6,1 ± 0,68 ng/mL (49).

Otros trabajos mostraron claramente que la P4 puede inhibir la secreción tónica de LH (50), y a su vez, la LH puede estimular la secreción de E2 en hembras ovinas (51). En el laboratorio diversos investigadores concluyeron que las concentraciones fisiológicas de P4 también provocaron una marcada inhibición en la secreción tónica de LH en ovejas ovariectomizadas, efecto que está aumentado por la E2 (52).

Las concentraciones de P4 en respuesta a la sincronización con prostaglandina o CIDR + eCG (gonadotrofina coriónica equina) fueron investigadas (53). En este trabajo los animales sincronizados con el CIDR + eCG presentaron un aumento en las concentraciones plasmáticas de P4 desde el sexto hasta el décimo día después de la ovulación (54). Resultados semejantes han sido observados en cabras Alpinas, sincronizando el estro con diferentes dosis de eCG (200, 300 y 400 UI), durante la estación de mayor actividad reproductiva en Brasil (55).

CONCENTRACIONES DE ESTRADIOL (E2) EN SANGRE

La androstenediona es el precursor para la síntesis de E2 en el ovario ovino (46). La producción de estrógeno depende de la disponibilidad del substrato de andrógenos (testosterona y androstenediona) y de la actividad de la aromatasa en el folículo (56, 57).

La secreción de E2 varía considerablemente en las diferentes fases del ciclo estral, presentando su menor valor en el décimo día (en la mitad de la fase lútea) y en el primer día del ciclo, y las mayores concentraciones al final de la fase folicular, en ovejas con autotransplante ovárico (58). En ese mismo sentido, otros autores describieron el surgimiento de dos picos de E2 antes y después de la aplicación de PGF, siendo que el segundo coincidió con el surgimiento preovulatorio de LH (48). También fue reportado con excepción del primer día del ciclo, que cada pulso de LH fue seguido por un aumento en las secreciones de E2 y de androstenediona, y posiblemente, la caída de las dos hormonas en el primer día del ciclo podría ser atribuida a la doble acción de LH en la inducción de la ovulación (58).

El origen del E2 presente en la circulación periférica durante las fases folicular y luteal del ciclo estral en la oveja, es el ovario que contiene un folículo dominante con un diámetro entre 3,5 y 4,5 mm (46, 51, 59), o dos o más folículos grandes, siendo esta secreción estimulada por la LH (58). De esta misma forma, estos folículos mayores son capaces de producir más E2 in vitro que los menores (60, 61, 62), debido a la conversión de andrógenos provenientes de la teca interna por acción de la aromatasa presente en las células de la granulosa (39); por el contrario, los folículos atrésicos secretan altas concentraciones de andrógenos y P4.

En otro trabajo se concluyó que solamente el 30% de los folículos grandes cultivados in vitro son esteroidogénicamente activos, y los folículos pequeños pueden ser activados cuando se les administra gonadotrofinas de tipo eCG (63). Así mismo, la concentración de E2 plasmático en la vena ovárica es mayor del lado que contiene el folículo mayor que en la vena del lado contralateral. Entre tanto, la secreción de E2 fue más elevada en el ovario con un cuerpo lúteo, y no fueron observados cambios siguientes a su enucleación, lo cual indica que la mayor cantidad de E2 secretado fue debida a la coexistencia del ovario con un cuerpo lúteo presente (51). Estas altas concentraciones de E2 originadas por el folículo pueden causar cambios en el desarrollo de los oocitos en todos los folículos preovulatorios, y de la misma manera, pueden alterar la función de los oviductos o el útero (64).

El folículo ovárico es la fuente principal de androstenediona, a pesar de que pequeñas cantidades sean derivadas del cuerpo lúteo y, posiblemente, del estroma (46, 65). Los cambios observados en los patrones de secreción de E2 pueden ser atribuidos a las capacidades de las secreciones de los folículos en las diferentes fases de maduración y en su control gonadotrófico (58). La actividad de la aromatasa evaluada por diversos investigadores en ovejas Merino y sus cruces, fue menor en los folículos con avanzada atresia, lo que permite concluir que los folículos grandes poseen baja actividad de la aromatasa en las fases más avanzadas de atresia (56).

En ovejas Merino durante la fase folicular, se encontraron concentraciones de E2 de 7 y 8 pg/mL (entre las 36 y 24 horas antes del pico de la LH), que aumentaron hasta 10 ó 15 pg/mL (entre 24 y 0 horas antes de la liberación de LH) (35). Según diversos autores, la concentración plasmática de E2 permanece baja durante el ciclo estral (11,2 ± 0,36 pg/mL) hasta el día de la presentación del estro (21,1 ± 2,01 pg/mL) (21, 66).

Se ha determinado, además, que las concentraciones plasmáticas de E2 en ovejas Merino en diferentes días después de la ovulación (día 2, 9 y 19) presentan valores de 0,50 ± 0,15, 0,67 ± 0,14 y 1,63 ± 0,63 pg/mL, respectivamente, para los diferentes días en el estudio (67).

Examinando el comportamiento de E2 en ovejas mestizas Suffolk con Whiteface durante la estación reproductiva, otros autores encontraron concentraciones séricas de 4 - 6 pg/mL entre los días 10 y 14 del ciclo estral (3).

En la oveja los folículos presentan dos fases de secreción hormonal: en la primera, en folículos entre 2 y 4 mm de diámetro, la FSH aumentó la actividad de la aromatasa, generando un incremento en la producción de E2. En la segunda, en folículos mayores de 4 mm, se presentó máxima actividad de aromatasa y aumento en la producción de E2, lo que podría estar relacionado con los andrógenos de la teca (45).

Durante la luteólisis, la secreción de E2 inicia su incremento en respuesta al aumento en la frecuencia de los pulsos de LH (51), culminando en el pico de E2, lo que desencadenará el aparecimiento preovulatorio de GnRH y la liberación de las gonadotrofinas. Posteriormente, la secreción de E2 disminuye rápidamente y alcanza las menores concentraciones después del pico de LH. Se destacó un aumento significativo en la concentración de E2 en los días 3 y 4 del ciclo, seguida por las fluctuaciones regulares a través de la fase luteal (30). Otros investigadores también relataron algunas elevaciones en las concentraciones de E2 en los días seis a nueve, cambios que pueden estar ligados al desarrollo de las ondas foliculares (46). Así mismo, fueron observadas leves oscilaciones entre el tercer y octavo día del ciclo estral (68). Trabajando con ovejas mestizas Border Leicester con Merino, además del aumento significativo en los días tres y cuatro, fueron reportados otros dos aumentos significativos en los días seis a nueve y 11 a 15 del ciclo estral, de suerte que se puede concluir que pueden ser observados los tres aumentos significativos en las concentraciones plasmáticas de E2 durante la fase lútea del ciclo estral, hecho que puede ser derivado de folículos diferentes al folículo ovulatorio (69).

En la fase luteal en ovejas con alta y baja ovulación, se reportaron concentraciones plasmáticas de E2 de 2,7 ± 0,3 a 0,9 0,1 y de 3,0 ± 0,8 a 0,8 ± 0,2 pg/mL, respectivamente (66).

En un trabajo realizado con ovejas Bergamacia fue observado un aumento en las concentraciones plasmáticas del E2 después de la sincronización de las hembras ovinas con CIDR y 500 UI de eCG al momento de la retirada del dispositivo (70). Es interesante que las dosis de eCG seleccionadas con regularidad para inducir el estro y la ovulación en ovejas previamente tratadas con P4, sea una dosis que no perjudica la dinámica folicular, pero incrementa la estrogenicidad dentro de rangos fisiológicos (71).

CONCLUSIONES

Las observaciones y consideraciones resultantes de la revisión, originadas de las relaciones temporales entre LH, estradiol y progesterona, son las siguientes: 1) la progesterona juega un papel importante en el control de la secreción de la LH durante el ciclo estral de la hembra ovina; 2) la habilidad de la P4 para regular la liberación de LH puede ser un factor importante en el control de la fertilidad; 3) al presentarse una disminución en la amplitud o fases luteales cortas podrían provocarse liberaciones prematuras de LH, lo que implica un tiempo insuficiente para el adecuado desarrollo folicular; 4) los efectos supresores de la progesterona exógena en la frecuencia pulsátil de LH pueden afectar el crecimiento del folículo dominante en hembras ovinas; y 5) las diferencias en las concentraciones circulantes de P4 y del E2 en las hembras ovinas tratadas con diferentes fármacos (prostaglandinas, progestágenos, gonadotrofinas) pueden explicar las diferentes respuestas en el intervalo de la estro-ovulación y la sincronía del mismo. Así, una mejor comprensión de estas diferencias podría permitir una mejora en los métodos de sincronización del estro y aumentar las oportunidades en la implementación de la inseminación artificial a tiempo fijo y de otras biotecnologías reproductivas.


REFERENCIAS

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