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Biosalud

Print version ISSN 1657-9550

Biosalud vol.14 no.1 Manizales Jan./June 2015

https://doi.org/10.17151/biosa.2015.14.1.2 

DOI: 10.17151/biosa.2015.14.1.2

EFECTO DEL ALBENDAZOL Y LA VITAMINA A PERIÓDICOS SOBRE HELMINTOS INTESTINALES Y ANEMIA EN NIÑOS DEL URABÁ ANTIOQUEÑO (COLOMBIA)

EFFECT OF PERIODIC ALBENDAZOLE AND VITAMIN A TREATMENT ON INTESTINAL HELMINTHS AND ANEMIA IN CHILDREN FROM URABÁ (ANTIOQUIA, COLOMBIA)

Jaime Carmona-Fonseca1
Adriana Correa-Botero2

1 Magister en salud pública, Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia;. Medellín, Colombia. Correo electrónico: jaimecarmonaf@hotmail.com
2 Maestría en Salud Colectiva, Investigadora de planta del grupo Salud y Comunidad-César Uribe Piedrahita (Universidad de Antioquia). Medellín, Colombia. Correo electrónico: adcorreab@gmail.com

RESUMEN

Problema: En Colombia no hay informes sobre efectos en humanos del tratamiento periódico antihelmíntico-vitamina A. Objetivo: Evaluar efectos de albendazol/pamoato de pirantel-vitamina A trimestrales sobre Ascaris lumbricoides, Trichuris trichiura, Necator americanus y sobre niveles séricos de retinol y hemoglobina, en niños del Urabá antioqueño. Metodología: Estudio clínico, aleatorio, con grupos paralelos, cerrado, intervenidos y evaluados cada 3-4 meses por 4 veces, seguidos 12 meses. Intervención: suministro de pamoato de pirantel (pamoato) (< 2 años) o albendazol (≥ 2 años), con o sin vitamina A oral. Resultados: Ingreso: 25% presentó desnutrición crónica y hemoglobina (g/L), 106 g/L en < 2 años y 115 g/L en ≥ 2 años. A) Prevalencias: estrongiloides 7%, uncinarias 29%, áscaris 45%, tricocéfalos 45%. Cambios postratamiento: pamoato únicamente causó reducción de áscaris y, en general, aumentó tricocéfalos y uncinarias. Albendazol: redujo cada helminto, como lo hicieron tratamientos sin este medicamento, pero fue mayor con albendazol. B) Cambio en carga parasitaria: únicas diferencias significativas fueron para tricocéfalos con pamoato-vitamina y albendazol-vitamina, por aumento, y áscaris con albendazol-vitamina, por reducción. No hubo diferencia significativa entre ingreso y egreso en niveles de hemoglobina ni retinol en ninguno de los cuatro tratamientos. Conclusiones: En general, no hubo efecto del albendazol sobre la carga helmintiana, pero sí efecto moderado sobre la prevalencia de uncinarias, áscaris y tricocéfalos. Quizás la desparasitación de solo parte de la población < 15 años, sin tratar el resto de convivientes, y el mantenimiento de muy deficientes condiciones de vida expliquen estos resultados.

Palabras clave: helmintos intestinales, albendazol, pamoato de pirantel, vitamina A, hemoglobina, retinol, niños, eficacia, Colombia.

ABSTRACT

Problem: There are no reports about the effect of periodic anthelminthic-vitamin A treatment in humans In Colombia. Objective: To evaluate effects of albendazole/ pamoate pyrantel-vitamin A administered quarterly on Ascaris lumbricoides, Trichuris trichiura, Necator americanus, and on serum retinol and hemoglobin levels in children from Urabá (Antioquia, Colombia). Methodology: Clinical, randomized, controlled trial with parallel groups intervened and evaluated each 3-4 months for 4 times, followed 12 months. Intervention: administration of pyrantel pamoate (pamoate) (< 2 years) or albendazole (≥ 2 years), with or without oral vitamin A. Results: Entry: 25% presented chronic malnutrition and hemoglobin, 10.6 g/L (< 2 years) and 11.5 g/L (≥ 2 years). A) Prevalence: strongyloides 7%, uncinaria 29%, ascaris 45%, whipworms 45%. Post-treatment changes: pamoate only caused reduction of ascaris and, in general, increased whipworms and uncinarias. Albendazole: reduced the prevalence of each helminth, as treatments without this medication did, but it was higher in treatments with albendazole. B) Change in parasite load: only significant differences were for whipworms with pamoate-vitamin and albendazole-vitamin, because of increase, and ascaris with albendazole-vitamin, because of reduction. No significant difference between entry and leave in hemoglobin or retinol levels in any of the four treatment groups. Conclusions: Overall, there was no effect of albendazole on helminth communities, but there was moderate effect on prevalence of uncinaria, ascaris and whipworms. Possibly deworming only part of the population < 15 years without treating the rest of cohabitants, and the maintenance of very poor living conditions can explain these results.

Key words: intestinal worms, albendazole, pyrantel pamoate, vitamin A, hemoglobin, retinol, children, efficacy, Colombia.


INTRODUCCIÓN

La anemia y la deficiencia de vitamina A alcanzan su máxima frecuencia en zonas donde parásitos intestinales, paludismo y desnutrición coexisten, de tal manera que la tríada desnutrición-parasitosis intestinal-paludismo ejerce poderosa y perjudicial influencia en los habitantes de estas regiones, en especial en niños y embarazadas (1-6).

El suministro periódico a toda la población de antihelmínticos de amplio espectro (como albendazol y mebendazol) se propone, desde hace decenios, para reducir y controlar tanto los helmintos intestinales patógenos como su efecto nocivo (deficiencia de hierro, anemia, morbilidad). Se procura el control específico y principalmente de Ascaris lumbricoides, Trichuris trichiura, Necator americanus y Ancylostoma duodenale. Para el fin y los helmintos anteriores, está demostrada la eficacia de albendazol y mebendazol (7-9). Ese suministro periódico de antihelmínticos debe ser: a) con medicamentos de amplio espectro (albendazol, mebendazol, pamoato de pirantel); b) masivo (a todos los miembros de una comunidad, sin examen previo de materia fecal); c) repetido dos a cuatro veces por año; d) aplicado en poblaciones donde la prevalencia de geohelmintos exceda 50% de la población en edad escolar. Se insiste en que solo el tratamiento masivo y repetido logra disminuir eficaz y significativamente la prevalencia y la carga helmintiana (10). La OMS y la OPS han elaborado protocolos para desparasitación masiva y periódica, y en Colombia hay uno de ellos (11). También recomiendan tratamiento con dosis única de albendazol o mebendazol a niños desnutridos y anémicos entre 2 y 5 años, en áreas de alta transmisión de uncinarias o tricocéfalos (7, 9, 12).

Una prevalencia como la anterior sucede en Turbo y El Bagre (Antioquia, Colombia), donde 68% de niños de 4-10 años tiene áscaris, 44% tricocéfalos y 38% uncinarias (4). Allí hay alta endemia de tricocefalosis y de desnutrición crónica (2, 4, 5, 13).

El albendazol es un benzimidazólico con eficacia terapéutica similar a la del mebendazol contra áscaris (> 90%), pero mayor contra uncinarias (60-89% vs. 20-89%) y mucho mejor contra tricocéfalos (20-89% vs. 0-19%) (7, 9); también tiene actividad antigiardiásica (14-17) y antiamibiana (15-16). Una revisión sistemática dice que la eficacia del albendazol contra diferentes parásitos es la siguiente (18): uncinarias 78% (n = 68 estudios), A. duodenale 92% (n = 23), N. americanus 75% (n = 30), A. lumbricoides 95% (n = 64), T. trichiura 48% (n = 57), E. vermicularis 98% (n = 27), S. stercoralis 62% (n = 19), H. nana 68% (n = 11), Taenia spp. 85% (n = 7) (18).

La droga de elección para estrongiloides es la ivermectina, mientras que el albendazol o el tiabendazol son alternativas (19). En la práctica clínica (no en programas de desparasitación masiva), se sugiere dar 400 mg/día por 3 días para estrongiloides, Taenia spp. e Hymenolepis nana (18).

Varios geohelmintos patógenos tienen resistencia a albendazol y a otros medicamentos. Una dosis única de 400 mg de albendazol contra áscaris, tricocéfalos y uncinarias [medida según recuento de huevos por gramo (hpg) de fecales entre 14 a 30 días postratamiento], es eficaz cuando logra una reducción del recuento de hpg mayor de 95% para áscaris y mayor de 90% para uncinarias, pero para tricocéfalos no se ha establecido un estándar (20).

Por otra parte, la OMS tiene, desde hace varios decenios, una política de suministro periódico de vitamina A para niños y gestantes para enfrentar la elevada frecuencia de deficiencia de vitamina A y prevenir sus nocivos efectos (12, 21). La OMS promueve la integración de programas sanitarios como el suministro periódico de antihelmínticos y suplemento de vitamina A (22).

Una revisión de 2012 concluyó que la carga de la deficiencia de vitamina A todavía es común (23). En Colombia, un estudio nacional sobre niveles de vitamina A en niños menores de 5 años (n = 1.774) mostró que 14% tenían < 20 ug/dl y 34% tenían 20-29,9 ug/dl (< 20 ug/dl se considera deficiencia) (24). Los niños de 4-10 años de Turbo y El Bagre tienen consumo semanal de alimentos fuentes de vitamina A muy bajo (5). La satisfacción alimentaria de requerimientos nutricionales familiares de fuentes de vitamina A solo se alcanza en 55% de las familias y fue en grado bajo a medio (5).

En Colombia no hay informes publicados sobre los efectos del suministro simultáneo de suplemento de vitamina A y antihelmíntico de amplio espectro, dados en forma masiva y periódica a poblaciones específicas, como menores de 15 años.

Este escrito da a conocer los resultados de una investigación cuyos objetivos fueron medir el efecto contra A. lumbricoides, T. trichiura y N. americanus del tratamiento simultáneo con albendazol y vitamina A dados cada 3-4 meses por 4 veces a menores de 15 años, residentes en Urabá, así como los efectos sobre la hemoglobina y el retinol sanguíneos. Como se usó pamoato de pirantel en los menores de 2 años de edad y albendazol en los de 2 y más años, también se comparó el efecto antihelmíntico de cada medicamento. Este efecto se evaluó en función de la prevalencia y de la intensidad o carga parasitaria antes y después del tratamiento.

MATERIALES Y MÉTODOS

Sitio del estudio. Clase de diseño. Diseño muestral.

La investigación se hizo en zonas urbana y rural de El Tres, corregimiento del municipio de Turbo, en la zona de Urabá, departamento de Antioquia. El Tres tenía alrededor de 10.000 habitantes, entre ellos 3.500 menores de 15 años (datos de la Secretaría Muncipial de Salud de Turbo, 2012). La cabecera de El Tres cuenta con tres barrios: Medellín, Obrero y Amstercol, aunque lo más importante son las 37 veredas que posee. Hay una invasión (Santo Domingo) en la margen izquierda del río Guadualito, en la cual las condiciones son de extrema marginalidad. Un puesto de salud y varios centros educativos atienden las demandas. El acueducto funciona por horas y, por ello, el agua lluvia y los pozos para aguas subterráneas se alternan como solución. Las aguas residuales se hacen llegar al río (en 2012 se propuso el diseño de los planes maestros de alcantarillado de éste y otros corregimientos y la ejecución de la primera fase). La basura la recoge el carro recolector. Tiene energía eléctrica y servicio de telefonía fija. Hay transporte permanente en buses hacia y desde Turbo y Apartadó. Las condiciones de vida son dificientes y llevan a alto porcentaje de necesidades básicas insatisfechas (25, 26).

Los niños se captaron en su vivenda o escuela, tras visita de los investigadores a las familias en barrios y veredas, cuando se explicó el proyecto y se invitó a participar. Se anotaron las que aceptaron vincularse y la lista se usó para obtener la muestra de niños para asignarlos aleatoriamente a uno de los cuatro grupos. Todos los niños ingresaron al estudio en un momento único. Solo 11 familias no aceptaron participar, porque viajarían fuera de la zona en las semanas siguientes.

La investigación aplicó un diseño clínico controlado, con cuatro grupos paralelos, con asignación aleatoria. Esta asignación se hizo con muestreo aleatorio simple aplicado al listado de familias con niños menores de 15 años; todos los niños de una misma familia entraron al mismo grupo. El diseño fue enmascarado, pues los niños y sus responsables ignoraron a cuál grupo de tratamiento pertenecían, pero sí lo sabían los investigadores. El diseño también fue cerrado, ya que solo hubo un momento de ingreso al estudio. Cada niño fue intervenido y evaluado cada 3-4 meses por cuatro veces, y seguido por 12 meses, así:

a) Tratamiento: día 1 pos-examen, meses 3, 7 y 11.
b) Examen coprológico: día 1 pretratamiento, meses 4, 8 y 12.

La intervención consistió en suministrar vitamina A y antihelmíntico intestinal, dosificados en función de la edad y el peso corporal de los niños. Cada tratamiento fue administrado por los investigadores, en forma estrictamente supervisada. El efecto se midió según el cambio en la prevalencia y la intensidad o carga de helmintos intestinales [huevos por gramo (hpg) de material fecal], específicamente A. lumbricoides, T. trichiura, N. americanus. El efecto se determinó mediante el análisis del coprológico y quienes lo realizaron –que no fueron los investigadores– ignoraron a cuál grupo pertenecía la muestra evaluada.

Se usó el programa público Epidat 3.1 para calcular el tamaño muestral para comparar dos proporciones emparejadas o de muestras pareadas (antes y después del tratamiento). Se usaron estos parámetros estadísticos y epidemiológicos (4):

a) Prevalencia promedio de los tres helmintos más frecuentes (T. trichiura, A. lumbricoides, N. americanus) es 50% ([68+44+38]/3 = 50).
b) Prevalencia postratamiento: se espera que sea cero, pero eso lleva a una diferencia entre "antes" y "después" que es muy grande (50-0 = 50) y se reduce la muestra; se supuso, entonces, que el tratamiento debía reducir a 30% la prevalencia postratamiento (esta "poca" diferencia entre 50% y 30% obliga a mayor tamaño muestral).
c) Nivel de confianza de 99%.
d) Potencia de la prueba 99%.

Así se llega a un tamaño muestral de 289 niños/grupo. Considerando el largo seguimiento previsto de 12 meses y las muy difíciles condiciones sociopolíticas en la zona (confrontaciones armadas, amenazas, desplazamientos, etc.), se decidió aumentar el tamaño muestral en mínimo 35% para compensar las pérdidas, es decir tomar muestras de 390 niños por grupo, cifra que se elevó a 400. En total deben estudiarse 1.156 niños en la muestra definida con los criterios estadísticos y epidemiológicos, que se incrementan a 1.600 niños (400 x 4) para compensar pérdidas.

Criterios de inclusión y exclusión

Los criterios de inclusión fueron: a) Tener menos de 15 años de edad. b) Ser residente habitual del lugar, sin interrupción mayor de 30 días, por cualquier motivo, y máximo por dos veces durante el período de 12 meses de seguimiento; si se trata de dos o más interrupciones, ellas no podrán sumar más de 60 días en total y no podrán ser más de 30 días en forma consecutiva. c) Aceptar participar voluntariamente en el estudio y firmar el consentimiento informado.

Tras ingresar al estudio, los criterios de exclusión fueron: a) Ausentarse del lugar. b) Exigir contraprestación de cualquier índole para continuar en el estudio. c) Retirar el consentimiento informado.

Grupos de estudio y seguimiento

Los grupos fueron: 1) Pamoato de pirantel o albendazol más vitamina A. 2) Vitamina A. 3) Pamoato de pirantel o albendazol. 4) Control: no recibió ni vitamina A ni antihelmíntico.

La vitamina A se dio por vía oral, así: menores de 6 meses recibieron 50.000 UI, los de 6-12 meses tuvieron 100.000 UI, mayores de 12 meses recibieron 200.000 UI (21). El albendazol se dio en dosis única: 400 mg en suspensión a niños de 2-5 años y tabletas masticables a mayores de 5 años (7, 9). Los menores de 2 años recibieron pamoato de pirantel en suspensión (10-20 mg/kg), antihelmíntico de amplio espectro (áscaris, uncinarias, oxiuros y otros, y muy poca contra tricocéfalos) (7, 9, 27). Es usual emplear la combinación pamoato de pirantel y pamoato de oxantel por su mayor espectro y actividad antihelmíntica, pero solo se usó la primera droga.

Evaluaciones de laboratorio

El coprológico se hizo al inicio del estudio (antes del tratamiento), al finalizar éste (en el egreso, tras 12 meses de seguimiento) y en cada uno de otros dos controles (hacia los meses 4 y 8 de seguimiento). Se tomó una muestra única de aproximadamente 3 g de fecales y se adicionó formol 10% hasta cubrirla; se guardó por 4-7 días. Los huevos de helmintos y los quistes de protozoos se conservan bien en formol 10% y durante ese tiempo, pero no se conservan bien los trofozoítos (28).

El examen coprológico fue hecho por profesionales con amplia experiencia, en el Laboratorio de Parásitos Intestinales, Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia. Se buscó la presencia de helmintos y protozoos y se cuantificaron sus huevos, larvas, trofozoítos y quistes. Se hizo "examen directo" con solución salina-lugol y, si este carecía de todo parásito, se pasó a "examen por concentración" con formol-éter según Ritchie. Ambos exámenes se efectuaron con los procedimientos clásicos (28); únicamente cuando la segunda evaluación fue negativa se declaró como tal a la muestra.

El recuento de huevos de helmintos se hizo con el procedimiento de Beaver: estudio de una placa con aproximadamente 2 mg de heces y se recorre toda la lámina. El recuento de huevos obtenido se multiplica por 500 para dar el resultado en huevos por gramo de fecales (28).

La intensidad o carga de la infección por helmintos, a partir de la cantidad de hpg, se valoró según la OMS (29), con el supuesto de que un gusano adulto equivale a estos hpg, según Maldonado (30): áscaris 1000, tricocéfalos 200 y uncinarias 17,5.

La hemoglobina se analizó con equipo automático Celltac Auto Nihon Khodan® MEK 8118 (Nihon Khodan Co, Tokio, Japan) (31), en el Laboratorio Clínico del "Hospital Francisco Valderrama" de Turbo. Los valores de referencia del laboratorio donde se hizo el análisis para definir anemia fueron ≥ 110 g/L (≥ 11 g/dl) para niños de 6 meses a 6 años y ≥ 120 g/L (≥ 12 g/dl) para los de 7-14 años.

El retinol se evaluó en el Laboratorio de Nutrición del Instituto Nacional de Salud (Bogotá) con el método de cromatografía de alta resolución para líquidos (HPLC), con cromatógrafo líquido Water 600 E con detector UV. Se consideraron deficientes los valores inferiores a 0,698 umol/L (20 ug/dl) (24).

Análisis estadístico

Son cuatro tratamientos diferentes y dos grupos de edad y su antihelmíntico específico: pamoato de pirantel para < 2 años y albendazol para ≥ 2 años. En total, hay ocho estratos.

El efecto del tratamiento (cambios en prevalencia y en carga/intensidad de infección) se midió en los cuatro grupos y en cada uno de los cuatro controles periódicos.

Para hacer más simple la presentación de los resultados, estos se centran en comparar los datos en el ingreso y en el egreso a los 12 meses, es decir se omiten aquí los datos de los controles 2 y 3.

Todas las decisiones sobre significación estadística se tomaron con un valor de probabilidad (p) menor de 5%. Para el análisis de los datos se usaron los programas SPSS 10 y EpiInfo 6.0.

Se usaron las expresiones "p" para indicar probabilidad, "X2" para referirse a ji al cuadrado, K-W para anotar Kruskal-Wallis.

Aspectos éticos

El proyecto fue avalado por el Vomité de Bioética del Instituto de Investigaciones Médicas de la Facultad de Medicina, de la Universidad de Antioquia. Cada acudiente responsable del paciente firmó el consentimiento informado antes de ingresar. Se cumplieron las normas contempladas en la Resolución 8430 de 1993 del Ministerio de Salud de Colombia, en el Código de Nuremberg, 1947, y en la Declaración de Helsinki, 1987. Al fin del estudio, los niños que no habían recibido antihelmíntico o vitamina A fueron tratados con esos medicamentos.

RESULTADOS

Los tamaños grupales quedaron así: antihelmíntico-vitamina A 443 (27,7%), vitamina A 389 (24,3%), antihelmíntico 387 (24,2%), control 381 (23,8%), para un total de 1.600 niños. Cada tamaño grupal cumple el tamaño muestral mínimo definido (n = 289). Durante el estudio se produjeron 345 pérdidas (cada grupo aportó 21-22% de ellas), quedando 1.255 niños (mínimo aceptable: 1.156 = 289 x 4). No hubo diferencia significativa entre los perdidos y los que permanecieron en cuanto a lugar de residencia, sexo, edad, estado nutricional, anemia, niveles de ferritina, retinol, proteína C reactiva y parásitos intestinales (especie, prevalencia, intensidad/carga de infección parasitaria).

Los hombres fueron 785 hombres (49%) y las mujeres 815 (51%) en el ingreso. Los residentes de zona urbana del corregimiento fueron 304 (19%) y de la rural 1.296 (81%).

Se obtuvo la muestra para el coprológico en 1.545 niños en el ingreso (otros 55 no se obtuvieron porque no fue aportada la muestra o porque se deterioró antes del examen).

La distribución por edad fue similar por sexo, zona de residencia (urbana, rural) y vereda vs. barrio [p(X2) > 0,05] y grupo de tratamiento [p(X2) > 0,066]. La edad promedio fue 6,68 años.

Los promedios de hemoglobina y retinol mostraron estos valores: Niños menores de 7 años: hemoglobina 106 g/L (10,6 g/dl) al ingresar y 113 g/L (11,3 g/dl) al egresar; retinol 0,876 umol/L (25,1 ug/dl) en ingreso y 0,743 umol/L (21,3 ug/dl) en egreso. Ni en el ingreso ni en el egreso hubo diferencia por grupo de tratamiento [siempre p(K-W) ≥ 0,265].

Niños con 7 y más años de edad: hemoglobina 115 g/L (11,5 g/dl) en ingreso y 117 g/L (11,7 g/dl) en egreso; retinol 0,970 umol/L (27,8 ug/dl) en ingreso y 0,757 umol/L (21,7 ug/dl) en egreso. Ni en el ingreso ni en el egreso hubo diferencia por grupo de tratamiento [siempre p(K-W) = 0,219].

En el ingreso, la prevalencia de protozoos patógenos fue 7% de E. histolytica y 28% de G. lamblia en niños menores de 2 años. En niños de 2 y más años, las prevalencias fueron 24,5% y 34,5%, respectivamente. Los helmintos patógenos estuvieron en 44,5% y 73% de los niños de cada uno de esos dos grupos etáreos, en el mismo orden. Hubo coinfección significativa entre protozoos patógenos y helmintos patógenos en 19% (34/182) de los menores de 2 años [p(X2)= 0,006], pero no en aquellos con 2 y más años: 37,0% (505/1636) [p(X2)= 0,503].

Los resultados siguientes tienen este orden, que se anotan para facilitar su comprensión:

1. Comparación, en cada edad (< 2 y ≥ 2 años), de los cuatro grupos de tratamiento al ingreso y al egreso en función de prevalencia y carga de cada helminto.
2. Comparación de la carga helmintiana en ingreso y egreso: medición antes y después del tratamiento.
3. Comparar el efecto producido por pamoato de pirantel con el producido por albendazol.
4. Efecto del tratamiento sobre la hemoglobina y el retinol.

Algunos de los puntos tienen, además, subdivisión interna, en función de la edad de los niños (< 2 y 2 y más años, pues recibieron diferente antihelmíntico).

1) Comparación, en cada edad (< 2 y ≥ 2 años), de los cuatro grupos de tratamiento al ingreso y al egreso en función de prevalencia y carga de cada helminto

La prevalencia de helmintos patógenos en ingreso y egreso por edad y grupo de tratamiento mostró lo siguiente:

Menores de 2 años (n = 192):

a) Prevalencia en el ingreso: los grupos son comparables, pues la prevalencia de cada helminto patógeno fue homogénea.
b) Prevalencia en egreso: los grupos de tratamiento son similares, lo que sugiere posible ausencia de efecto del tratamiento.

Niños de 2 y más años (n = 1.353):

a) Prevalencia en el ingreso: los grupos son comparables excepto según los áscaris [p(K-W) = 0,016]; los demás [p(K-W) > 0,295].
b) Prevalencia en el egreso: no son comparables, debido a que la prevalencia fue estadísticamente diferente para todos los helmintos excepto los estrongiloides, lo que sugiere un posible efecto del tratamiento, que enseguida se examinará.

La Tabla 1 presenta datos detallados de los cambios en prevalencia helmintiana (porcentaje) entre ingreso y egreso, según grupo de tratamiento y edad (albendazol vs. pamoato de pirantel). En cada grupo de tratamiento y cada edad se toman los niños con helmintos en ingreso, así como niños con helmintos en egreso. Para facilitar la presentación de los datos, la comparación estadística se restringió a los cambios en los grupos 1 (albendazol-vitamina A) y 3 (albendazol), para examinar si en ellos hubo cambios significativos en la prevalencia entre ingreso y egreso. Esto se aprecia: a) En menores de 2 años: ningún cambio de prevalencia entre ingreso y egreso fue significativo, lo que sugiere que el tratamiento no hizo variar la prevalencia.

b) Niños de 2 y más años: hay diferencia significativa entre ingreso y egreso en ambos grupos (1 y 3) en áscaris y uncinarias, así como en el grupo 1 para tricocéfalos. Los estrongiloides no variaron significativamente en ninguno de los dos grupos de tratamiento.

En los grupos 2 (vitamina A) y 4 (control) los cambios, en general, tienden a mostrar aumento leve o estabilidad de la prevalencia en el egreso, respecto al ingreso. En los niños de 2 y más años la tendencia general en esos grupos 2 y 4 es a la baja leve o la estabilidad.

La reducción neta del porcentaje de prevalencia (porcentaje de prevalencia en ingreso – porcentaje de prevalencia en egreso) según cada helminto en los grupos 1 y 3 fue así:

a) Niños menores de 2 años: excepto para áscaris, hubo aumento de la prevalencia en los dos grupos.
b) Niños de 2 y más años: hubo reducción de la prevalencia para los cuatro helmintos. La mayor reducción se obtuvo en áscaris (alrededor de 23%), seguida de uncinarias (aproximadamente 20%), luego tricocéfalos (6%) y por último estrongiloides (3,5%).

La reducción relativa del porcentaje de prevalencia [100 – (prevalencia egreso * 100)/prevalencia ingreso] según cada helminto en los grupos 1 y 3 fue así (Tabla 1):

Menores de 2 años: los tratamientos 1 y 3 (que tienen pamoato de pirantel con o sin vitamina A, respectivamente) únicamente causaron reducción de la prevalencia de áscaris, mientras que, en general, aumentaron la de tricocéfalos y uncinarias. Niños de 2 y más años: todos los cuatro tratamientos, en general, redujeron la prevalencia de cada helminto, pero la reducción causada por los tratamientos 1 y 3 es francamente superior a la asociada a los otros dos tratamientos (vitamina A, control).

2) Comparación de la carga helmintiana en ingreso y egreso: medición antes y después del tratamiento

En el ingreso, los niños de < 2 y ≥ 2 años tuvieron estos promedios de hpg: áscaris 33.878 y 24.718, tricocéfalos 1.583 y 3.200, uncinarias 1.850 y 1.008. De acuerdo con Maldonado (30), un áscaris adulto equivale a 1.000 hpg, un tricocéfalo adulto a 200 hpg y una uncinarias adulta a 17,5 hpg. En el ingreso, los niños de < 2 años tuvieron entonces, en promedio, 34 áscaris adultos, frente a 25 de los niños con ≥ 2 años. Tuvieron 8 y 16 tricocéfalos adultos, respectivamente, y 106 y 58 uncinarias, en el mismo orden.

El análisis del efecto del tratamiento comparando la cantidad de hpg antes y después del tratamiento, en cada tratamiento, cada edad y cada helminto indica (Tabla 2):

• Tratamiento 1: en < 2 años, únicamente difieren los tricocéfalos, por el gran aumento en el egreso; en ≥ 2 años, en los tres helmintos hay diferencia, con gran reducción en áscaris y uncinarias y cambios muy leves en tricocéfalos.
• Tratamiento 2: en < 2 años, únicamente difieren los tricocéfalos, por su fuerte incremento; en el grupo ≥ 2 años, solo difieren los áscaris, por su moderada disminución.
• Tratamiento 3: en < 2 años, ninguna diferencia fue significativa; en ≥ 2 años, hubo intensas reducciones significativas en áscaris y uncinarias.
• Tratamiento 4: en < 2 años, solo fue significativa la diferencia en tricocéfalos, por el leve aumento; en ≥ 2 años, los áscaris y tricocéfalos mostraron significación, por la reducción leve a moderada en ambos.



Las únicas diferencias significativas aparecen para áscaris en < 2 años, con tratamiento 1, por reducción; en tricocéfalos en < 2 y en ≥ 2 años por aumento con el tratamiento 1. Este análisis confirma que, en general, no hubo efecto del tratamiento.

La Figura 1 ilustra la diferencia relativa en hpg en ingreso y egreso dada en porcentaje, en cada helminto, edad y tratamiento [100 – (hpg egreso x 100)/hpg ingreso] para niños con hpg > 0:

a) En áscaris, en < 2 años, la variación de hpg es errática, pues los tratamientos 1 y 3, que tienen pamoato, producen efecto contrario, con intensidad de 30-40%, y el tratamiento control produce reducción de 40%. En áscaris, en niños de ≥ 2 años, todos los tratamientos excepto el control causan reducción de los hpg, siendo mayor la asociada al tratamiento 3 (albendazol), con 55%.
b) En tricocéfalos, en < 2 años, la variación de hpg muestra aumento en todos los tratamientos, hasta de 250% (tratamiento 1), excepto en control que causa reducción de 28%. En niños ≥ 2 años, los tratamientos 2 y 3 causan aumento notorio y el control produce reducción de 14%.
c) En uncinarias, en < 2 años, todos los tratamientos, excepto el 2, causan reducción de 48-53%. En niños ≥ 2 años, los cuatro tratamientos producen reducción y la mayor se asocia al tratamiento 1 (52%), seguida del 4 (49%), el 3 (41%) y el 2 (28%).

3) Comparar el efecto producido por pamoato de pirantel con el producido por albendazol

Se comparan los promedios de reducción/alza relativa de hpg de cada helminto, en los dos grupos etáreos, o sea < 2 años que recibieron pamoato de pirantel y ≥ 2 años que recibieron albendazol. La comparación se centra en los tratamientos 1 y 3 (pamoato pirantel-vitamina A vs. control y albendazol-vitamina A vs. control). La reducción/alza relativa de hpg (hpg en ingreso – hpg en egreso) fue así (Tabla 3): la combinación albendazol-vitamina A (tratamiento 1) es claramente superior a pamoato de pirantel-vitamina A, porque la primera siempre produjo reducción de cada helminto, mientras la segunda se asocia a aumento de áscaris y tricocéfalos. Albendazol y pamoato de pirantel dados solos (tratamiento 3) siempre redujeron cada helminto, pero el poder de albendazol es claramente superior al del pamoato de pirantel contra áscaris y uncinarias e igual contra tricocéfalos, contra los que ambos son evidentemente ineficaces. La mayor eficacia de ambos medicamentos es contra uncinarias.

4) Efecto del tratamiento sobre la hemoglobina y el retinol

El promedio de hemoglobina en el ingreso fue estadísticamente igual en los cuatro tratamientos, variando entre 110 y 111 g/L (11,0 y 11,1 g/dl) e igual sucedió en el egreso, cuando estuvo entre 114 y 115 g/L (11,4 y 11,5 g/dl).

En menores de 7 años, el promedio de hemoglobina fue 106±15 g/L (10,6±1,5 g/dl) en el ingreso y 113±10 g/L (11,3±1,0 g/dl) en el egreso, sin diferencia significativa entre grupos de tratamiento en ninguno de los dos momentos. En los niños de 7 y más años la hemoglobina fue 117±12 g/L (11,7±1,2 g/dl) en el ingreso y el egreso. No hubo diferencia por grupo tratamiento en ninguno de los dos momentos. Si los valores de referencia para definir anemia son ≥ 110 g/L (≥ 11, g/dl) para niños de 6 meses a 6 años y ≥ 120 g/L (≥ 12,0 g/dl) para los de 7-14 años, hay que decir que en general tanto los menores de 7 años como los de 7 y más años estuvieron anémicos en el ingreso.

El promedio de retinol fue de 0,873 umol/L (25,0 ug/dl) en el ingreso y 0,743 umol/L (21,3 ug/dl) en el egreso en menores de 7 años, comparado con 0,984 y 0,747 umol/L (28,2 y 21,4 ug/dl), respectivamente, en los de 7 y más años. No hubo diferencia por grupo de tratamiento en ninguno de los dos momentos. Si el umbral de referencia es de 0,897 umol/L (25 ug/dl), es claro que estos niños están, en general, en situación deficitaria.

DISCUSIÓN

Aspectos técnicos del estudio

El tipo de estudio usado está de acuerdo con las recomendaciones para evaluar la eficacia de intervenciones como las aquí examinadas (32, 33). El tamaño y clase de los grupos definidos se estableció con base en criterios estadísticos y epidemiológicos y aquellos, junto con el tiempo de seguimiento, son suficientes para medir en forma adecuada la eficacia de las intervenciones.

Las pérdidas en cada grupo fueron iguales y relativamente pocas, mucho más si se considera el prolongado seguimiento (12 meses) y, sobre todo, las difíciles condiciones de trabajo en la zona, por los conflictos sociales y armados allí imperantes, zona cuyo aporte es muy significativo a los mínimo 5-6 millones de desplazados forzados registrados en Colombia (34). Los niños perdidos y los que llegaron al final no mostraron diferencia, en el ingreso, en cuanto a las variables analizadas y, en consecuencia, las pérdidas no afectan la validez.

La muestra estudiada tuvo una base poblacional clara y precisamente definida y que incorporó, además, a la casi totalidad de los niños residentes en ese lugar. Quedaron representados ambos sexos y todas las edades. En cuanto a las clases sociales, la población allí residente la integran básicamente personas de origen y actividad campesina, con muy deficientes condiciones de vida (5, 6, 13, 25, 26, 35).

Los procedimientos y las técnicas usadas para el examen de parásitos intestinales y que llevaron a las frecuencias aquí registradas, requieren los siguientes comentarios: se recogió muestra única y se examinó placa única de heces, mediante examen directo, y no dos o tres placas consecutivas o seriadas por muestra, mientras que el examen por concentración (técnica de Ritchie) se usó exclusivamente para muestras con resultado negativo en este examen directo. Las muestras examinadas no estaban frescas sino conservadas en formalina 10%, que poco afecta los quistes de amibas y giardias y los huevos de helmintos. El recuento de huevos de helmintos, hecho con el procedimiento de Beaver, es simple pero muy variable, es relativamente preciso para contar los huevos de uncinarias y áscaris y menos exacto para tricocéfalos. La medición de la cantidad de helmintos adultos a partir del recuento de sus huevos, según el criterio de Maldonado (30), depende de este recuento de huevos por gramo de materia fecal, por lo que hay que concluir que lo mismo sucederá con la cantidad de helmintos adultos que se mida. Las consideraciones previas permiten decir que la prevalencia real de parásitos intestinales en estos niños debe ser más alta y que los datos aquí informados representan el mínimo. Por otra parte, la medición de la intensidad de la infección helmíntica se hizo según lo recomendado por la OMS. Las técnicas inmunológicas para diagnóstico de parásitos intestinales generalmente se señalan como superiores al coprológico, pero no siempre demuestran esa superior calidad.

Comparación con resultados de otras investigaciones

En resumen, este trabajo halló que, después del tratamiento, hubo fuerte reducción de la prevalencia y de la cantidad de hpg de áscaris y uncinarias en todos los grupos de tratamiento pero especialmente en los grupos 1 (antihelmímtico-vitamina A) y 3 (antihelmímtico), que contrasta con un aumento general observado de hpg de tricocéfalos. Las prevalencias pretratamiento y postratamiento, sin discriminar por antihelmíntico, fueron: 44% vs. 28% para áscaris, 45% vs. 27% para tricocéfalos, 29% vs. 10% para uncinarias, 8% vs. 2% para estrongiloides. Los datos también sugieren que el pamoato fue inútil y que el albendazol pareció útil contra áscaris y uncinarias pero no contra tricocéfalos.

El estudio de 420 niños de la zona urbana de Apartadó usó mebendazol en dosis de 600 mg cada 6 meses por 4 veces; las prevalencias helmintianas pretratamiento pasaron de 41% tricocéfalos, 37% áscaris y 30% uncinarias a 71%, 40% y 6%, respectivamente, a los 6 meses; a 65%, 30% y 4% a los 12 meses (36); así, únicamente uncinarias mostró gran reducción, mientras los áscaris poco variaron y los tricocéfalos se incrementaron.

Cabe destacar que una búsqueda de información en PubMed (4 de junio de 2014; términos: albendazol, Colombia; pyrantel pamoate, Colombia) arrojó resultados negativos. En la misma fecha en LILACS, se obtuvieron dos referencias, ambas previamente conocidas (4, 37). Uno de esos trabajos conocidos (4), con niños de 4-10 años de Turbo y El Bagre, midió el día 8 postratamiento la reducción neta de la carga parasitaria (hpg) atribuible al tratamiento y halló que fue significativa para A. lumbricoides y N. americanus, con valores de 91% y 87%, respectivamente, mientras que para T. trichiura fue 27%. Este dato, junto con el del trabajo presente, parecen confirmar que la sensibilidad de estos dos geohelmintos es adecuada para albendazol en dosis única, al menos en niños de 2 y más años de la zona de Turbo, pero que no es adecuada para tricocéfalos. Igualmente, habría que decir que el pamoato de pirantel en dosis única no presenta eficacia adecuada en < 2 años para ninguno de los tres helmintos.

Se dio albendazol periódico y en un área de alta prevalencia de helmintos, pero no fue aplicación a todos los menores de 15 años, sino a aproximadamente 50% de ellos; no se incluyeron sus convivientes familiares y escolares, a pesar de lo cual se obtuvieron los beneficios consignados, que en prevalencia variaron entre 35% (áscaris) y 58% (uncinarias).

La reinfección con helmintos luego de tratamiento específico acontece muy pronto después del tratamiento y las prevalencias de reinfección a los 3, 6 y 12 meses fueron, respectivamente, de 26%, 68% y 94% para A. lumbricoides; 36%, 67% y 82% para T. trichiura, y 30%, 55% y 57% para uncinarias; los autores hallaron que la prevalencia y la intensidad de reinfección se correlacionaron positivamente con el estado de infección pretratamiento (38).

El suministro trimestral de vitamina A produjo nulo beneficio, comparando valores en ingreso y egreso, y peor es la situación al recordar que este comportamiento fue similar al del grupo control, es decir que el grupo antihelmíntico-vitamina A se comportó igual al control. Las dosis de vitamina A y la periodicidad de suministro se ajustaron a las recomendaciones de la OMS. Ni el antihelmíntico ni la vitamina A influyeron en los niveles de hemoglobina y la situación de anemia de estos niños. No se encontró explicación para el referido comportamiento, algo más difícil de entender si se considera que no fue únicamente el suministro de vitamina A sino, al mismo tiempo, el de albendazol/pamoato de pirantel periódico (39).

En conclusión:

a) Hubo efecto moderado sobre la prevalencia de uncinarias, áscaris y tricocéfalos.

b) Hubo poco efecto del albendazol sobre la cantidad de hpg de áscaris y hubo fuerte reducción en uncinarias, mientras que se aumentaron los hpg de tricocéfalos; el pamoato de pirantel solo redujo los hpg de uncinarias.

c) Albendazol y pamoato de pirantel dados solos (tratamiento 3) siempre redujeron los hpg de cada helminto, pero el poder del albendazol es claramente superior al del pamoato de pirantel contra áscaris y uncinarias e igual contra tricocéfalos, contra los que ambos son evidentemente ineficaces. La mayor eficacia de ambos medicamentos es contra uncinarias.

d) El suministro de antihelmíntico-vitamina A en los meses 1, 4, 8 y 11 de seguimiento, en las dosis recomendadas por la OMS, no produjo mejoría de los niveles de hemoglobina ni retinol de estos niños, comparados con el grupo control, a pesar de que sí hubo significativa disminución de la prevalencia y la carga helmintiana por áscaris y uncinarias, efecto atribuible al tratamiento con albendazol, pero no al pamoato de pirantel. Parece necesario tratar tanto a los niños de las familias como a sus padres y convivientes y a los compañeros escolares para obtener beneficios más claros y elevados al suministrar antihelmíntico-vitamina A. Posiblemente la desparasitación de únicamente parte de la población < 15 años y el mantenimiento de las muy deficientes condiciones de vida expliquen estos resultados.

e) Si se cumpliese el requisito de hacer desparasitación masiva, cabría esperar mayores beneficios que los obtenidos y por eso lo que debe hacerse en regiones como el Urabá y el Bajo Cauca (donde estas helmintiasis tienen igual prevalencia), es instaurar programas de desparasitación masiva y periódica con antihelmínticos de amplio espectro.

DECLARACIÓN DE CONFLICTOS

Ninguno para manifestar.


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