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Apuntes: Revista de Estudios sobre Patrimonio Cultural - Journal of Cultural Heritage Studies

versión impresa ISSN 1657-9763

Apuntes v.20 n.1 Bogotá ene./jun. 2007

 


Editorial


Las misiones jesuíticas y la configuración del Nuevo Mundo

Los dos siglos que siguieron a la conquista del territorio americano constituyen un periodo importante en la construcción y la transculturación en la región. A este periodo, que muchos autores sitúan entre los siglos XVII y XVIII, se le ha denominado coloquialmente "colonial" y adquiere gran importancia en nuestra historia por situarse en él la base para el ordenamiento del territorio desde los aspectos geográficos, sociales, culturales, religiosos y políticos que hasta nuestros días delimitan y estructuran la forma como vivimos en este continente.

En este marco, el aporte más significativo y paradigmático de la Compañía de Jesús en el tiempo transcurrido entre su llegada -comienzos del siglo XVII- y expulsión -finales del siglo XVIII- son las misiones. Estas se constituyen en una experiencia singular por la forma en que fueron dominados territorios y evangelizadas comunidades, tomando como punto de partida la experiencia europea articulada con la visión de las comunidades indígenas de su entorno geográfico y contexto espiritual.

A través de la educación y la evangelización, los jesuitas estructuraron un sistema de dominio eficiente que incluía un profundo conocimiento del otro, no desde una visión de dominio sino de mutuo respeto que aseguraba su supervivencia. El sistema de misiones, reproducido a lo largo del continente, permitió asegurar y controlar los bordes fronterizos; entre otros aportes, las misiones permitieron desarrollar un complejo estudio cartográfico e identificar vías de comunicación fluvial entre vastas regiones de América.

Por estas razones, el número que ahora se presenta, está dedicado al tema de las misiones en América y proporciona una mirada a la institución más prestigiosa y representativa de la Compañía de Jesús para este periodo, por ser la que más aportes y huellas ha dejado en la estructura territorial de nuestro continente.

Los artículos se estructuran a partir de un texto que introduce al tema de las misiones desde los antecedentes religiosos, el marco geográfico, social y cultural en el cual se desarrollaron estas instituciones. De la misma forma, da cuenta de la experiencia del misionero que no sólo toma como referencia la experiencia europea para ser trasvasada a lo americano, sino que se preocupa por entender las culturas locales, aprendiendo sus lenguas y, con ello, su cosmovisión, para desde allí crear un modelo propio de interacción entre los dos mundos. En segundo lugar, señala las misiones localizadas en el territorio colombiano, peruano, chileno, boliviano, paraguayo y brasileño, en donde la comprensión de los marcos arquitectónicos, urbano y territorial introducen al lector en el conocimiento formal y funcional de la misión; y como tercer tema, se exponen estrategias para valorar y conservar este tipo de patrimonio religioso singular en América.

En este sentido, el artículo del padre José del Rey Fajardo S. J señala la forma en que los jesuitas, a través del sistema de misiones, se constituyen en los primeros religiosos y tal vez los primeros colonizadores que reconocen en el otro un ser con una cosmogonía diferente a la suya y con una lectura equilibrada de su entorno físico y espiritual. Así, las misiones jesuíticas no intentan imponer sino interactuar y, por esta razón, los misioneros aprenden la lengua, las costumbres y los modos de vida para estructurar un sistema de creencias y de organización a través de la educación y la cultura, conformando un nuevo tipo de población y de relaciones de trabajo que harían sostenibles las misiones como un proyecto de gran éxito en el continente. Desde las misiones se crean nuevas proyecciones artísticas mestizas en el campo del teatro, la poesía, la música, la pintura y la escultura propias del territorio americano.

Este marco es importante para comprender la función de cada uno de estos sistemas en el territorio frente al objetivo de colonización y, a través de la investigación realizada por el arquitecto Felipe González, se da cuenta de la espacialidad de sus construcciones y de la función de cada uno de sus espacios, sus relaciones arquitectónicas, urbanas y de elementos constructivos para las misiones localizadas en el Casanare, Meta y Orinoco colombianos. En este texto es importante resaltar cómo la misión no desconoce un entorno y desde el uso de materiales nativos se fundamentan nuevas formas y lenguajes que dan cuenta del barroco americano que, en principio, es el lenguaje mestizo del nuevo continente.

Por su parte, Ramón Gutiérrez explica la forma en que el sistema de misiones se apropia del archipiélago de Chiloé en el sur de Chile y crea un esquema en el cual existía una misión central y, por cada isla, un templo religioso que visitaban periódicamente. Esta estructura permitió el control sobre la totalidad de las islas y la forma de evangelización permitió generar una estructura de gobierno regentada por los misioneros, pero apoyada por los indígenas. No obstante, en el momento de la expulsión de los jesuitas y la gobernación por la provincia de Perú deviene una pérdida en su estructura económica y social. Aún en la actualidad son visibles los templos misioneros en esta zona.

En cuanto a la Misión de Moxos en Bolivia, es importante anotar que el arquitecto Victor Limpias establece la relación existente entre el territorio y la construcción de la misión localizándola en los sitios estratégicos de las culturas prehispánicas y, al igual que el arquitecto González, hace énfasis en la apropiación de los sistemas constructivos tradicionales prehispánicos ante la nueva doctrina. En su texto documenta la proyección artística de esta misión y la adaptación que de sus materiales hacían en los nuevos instrumentos musicales.

Para darnos una visión sobre el proceso de expulsión de la Compañía de Jesús en las selvas amazónicas del actual territorio del Perú, la historiadora del arte Sandra Negro analiza lo que este hecho significó tanto para los jesuítas como para los indígenas. En él relata los grandes esfuerzos de la Compañía por mantener la estructura de la misión antes de pasar al Virreinato de Perú y, al igual que en el caso de Chiloé, el gran impacto que esta situación generó en estos sitios, pues al ubicarse en los bordes fronterizos no pudieron mantener la cohesión entre grupos lograda por la misión.

Entretanto, Graciela Viñuales centra su trabajo en las misiones jesuíticas de guaraníes localizadas en los territorios actuales de Argentina, Paraguay y Brasil, y resalta que la planificación física de la misión se acompaña de una visión general de los aspectos sociales, culturales, políticos y económicos dentro de un marco religioso. Lo más importante es que el misionero no sólo se apoyaba en la visión que traía de Europa sino también articulaba la visión del guaraní sobre el mundo y lo natural. El conjunto, por tanto, tuvo una evolución pragmática para las formas tradicionales de colonización de los diferentes grupos y se continuó y ajustó con la experiencia desarrollada a lo largo de casi dos siglos de estadía en el continente.

Finalmente, en esta edición se reúnen dos miradas sobre la forma de conservación y preservación de estas huellas de la colonización del continente: la primera hecha por el arquitecto restaurador Lorenzo Berg Costa, en la restauración en la iglesia de San Francisco de Castro, localizada en el archipiélago de Chiloé. En éste se conserva una buena cantidad de estas estructuras edilicias y, mejor aún, se preserva la función religiosa legada desde los jesuitas, patrimonio vivo de una cultura particular. Las intervenciones se fundamentan en estos hechos intangibles que se representan desde la implantación geográfica del poblamiento en el archipiélago resaltando su carácter de mar interior frente a las poblaciones localizadas a mar abierto, el aprovechamiento de los recursos naturales, las relaciones de trabajo dentro de la sociedad, los mitos, los santos patronos y la gastronomía. En cuanto a los hechos construidos es importante señalar la adaptación de los sistemas constructivos tradicionales y el generalizado uso de la madera que aún permanecen en la actualidad.

El segundo de estos casos de intervención tiene que ver con la experiencia brasileña que señalan los maestros Luiz Antônio Bolcato Custódio y Vladimir Fernando Stello. Los autores enuncian tres momentos de ocupación al territorio del Brazil por parte de los misioneros y las comunidades indígenas: la primera por Paraguay, la segunda por la banda oriental del Río Uruguay y la tercera correspondiente al retorno de las poblaciones a sus tierras luego de la expulsión de los religiosos. A través de este texto, y desde los momentos en que han dejado sus huellas físicas, es posible entender la trayectoria de la preservación y valorización de las evidencias de las misiones, desde su tipología urbana misionera hasta las características arquitectónicas de las mismas con su patrimonio inmaterial. En el texto se señalan las diferentes visiones en el tiempo frente a aquello que debía ser protegido y recuperado, y que en definitiva afirmaba la idea de nación o, posteriormente, la identidad cultural de las comunidades que las contenían. Los trabajos de recuperación del patrimonio inmaterial y material constituyen una de las fortalezas del patrimonio religioso en este país que da cuenta de varios aspectos, comenzando por el ordenamiento territorial, la estructura urbana, las características arquitectónicas y el uso de un lenguaje formal que derivó en una ornamentación mestiza que hoy llamamos barroca, así como en la proyección artística de este periodo definitivo en la conformación de la identidad de nuestro continente.

Como reflexión final, es necesario preguntarse: ¿cómo se entendería actualmente nuestro continente sin la expulsión de los jesuitas? ¿La geografía y apropiación del territorio hubiera cambiado los ejes comerciales consolidados en los siglos XIX y XX? ¿El sistema educativo hubiera alcanzado otros niveles en Latinoamérica?

Lo expuesto en esta edición servirá para echar una mirada a este periodo tan particular en nuestra historia y que, en definitiva, ayudó a consolidar un continente. Desde la Dirección Editorial quisiera agradecer al Comité Editorial por convocar y seleccionar los trabajos presentados; a los autores porque con sus trabajos consolidan una parte de la biblioteca americana tan importante como es el tema de la misiones jesuíticas; y a los pares evaluadores Cristina Damm de Frias, arquitecta urbanista; Maria Herrera Ángel, doctora en geografía; María del Pilar López Pérez, maestra en historia; Rosario Salazar Bravo, magíster Scientia Rum; padre Fabio Ramírez, S. J., doctor en filosofía; Rafael López Guzmán, doctor en historia del arte; José Manuel Gómez Vidal, licenciado en historia del arte; y, Analmente, al arquitecto Ernesto Otaegui Pérez-Cotapos, quienes con su apoyo hicieron posible esta edición. Esperamos seguir profundizando en aspectos singulares que, en alguna medida, configuran la identidad actual de nuestro continente mestizo.


Lina Constanza Beltrán-Beltrán
Editora
Apuntes: revista de estudios sobre Patrimonio Cultural
Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Arquitectura y Diseño

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