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Apuntes: Revista de Estudios sobre Patrimonio Cultural - Journal of Cultural Heritage Studies

versión impresa ISSN 1657-9763

Apuntes v.22 n.2 Bogotá jul./dic. 2009

 


Ciudad de Goiás.
Desafíos para el presente
* **

Gustavo Neiva Coelho1

Milena d'Ayala Valva2

gncoelho@gmail.com
1 Universidad del Estado de Goias, Brasil
Arquitecto Urbanista y maestro en historia en la universidad federal de Goias con estudio en la formación del espacio urbano en las ciudades mineras del siglo XVIII, con especial énfasis en la ciudad de Goiás. Profesor de teoría e historia de la arquitectura en la Pontificia Universidad Católica de Goias. Publicó: "el espacio urbano en buena aldea: entre el erudito y vernáculo", que le dio el reconocimiento de la medalla del mérito cultural, concedida para el consejo del estado de la cultura y, dos veces, fue nominado al premio nacional Rodrigo Franco Melo (elección regional).

2 Arquitecta urbanista maestra en arquitectura de la Universidad Federal de Minas Gerais y candidata a doctora en arquitectura y urbanismo de la Universida de Sao Paulo, profesora del curso de arquitectura y urbanismo de la Universidad del estado de Goias.

El articulo presenta el proceso de reconocimiento de la ciudad de Goiás, como patrimonio de la humanidad, UNESCO. Además es una reflexión sobre la política de incentivos para el desarrollo turístico y económico para la preservación del patrimonio.

** Artículo traducido para este número de Apuntes. Titulo original Cidade de Goias. Desafíos para o presente, traducción Álvaro Días.

Recibido: 30 de noviembre de 2009 Aceptado: 26 de febrero de 2010



Resumen

Este texto tiene como objetivo presentar el proceso por el cual atravesó la ciudad de Goiás, antigua capital del estado de Goiás, en el centro de Brasil, desplegada como resultado de la economía minera en el siglo XVIII para lograr el reconocimiento por la UNESCO como patrimonio de la humanidad. El título también sirve para reflexionar sobre la falta de políticas de incentivos para el desarrollo turístico y económico con la preservación del patrimonio y la relación del centro histórico conservado, con un entorno moderno.

Palabras Clave: Patrimonio, arquitectura, Ciudad de Goias.

Descriptores: Goiás, Brasil; historia, siglo XVIII, turismo cultural, Patrimonio de la Humanidad, industria minera.



City of Goiás.
Challenges for the Present

Abstract

This text aims to present the process through which passed the city of Goias, the ancient capital of the state of Goiás in central Brazil, implanted as a result of the mining economy in the eighteenth century to achieve recognition by UNESCO as a world heritage. It also serves to reflect on the management of such title, the lack of political incentives to the development of tourism and economic with the preservation of heritage and the relationship of preserved historic center, with modern environment.

Key Words: Heritage, Architecture, City of Goiás.

key Words Plus: Goiás, Brazil; History, 18th Century, Cultural Tourism, World Heritage Areas, Mining Industry.



Cidade de Goiás.
Desafios para o presente

Resumo

Este texto tem como objetivo apresentar o processo pelo qual passou a cidade de Goiás, antiga capital do estado de Goiás, na região central do Brasil, implantada em decorrência da economia mineradora no século XVIII, para conseguir o reconhecimento por parte da UNESCO como Patrimônio do Mundo. Serve também para refletir sobre a gestão desse título, a falta de políticas de incentivo ao desenvolvimento turístico e econômico com a preservação do patrimônio e a relação do centro histórico preservado, com o entorno moderno.

Palavras chaves: Patrimônio, arquitetura, cidade de Goiás.

Palavras chave descritor: Goiás, Brasil, história, século XVIII, o turismo cultural, Património Mundial, a indústria de mineração.

* Los descriptores y key words plus están normalizados por la Biblioteca General de la Pontificia Universidad Javeriana.


La ciudad de Goiás, cariñosamente conocida como Goiás Velho es un núcleo urbano que se encuentra en el centro del Estado de Goiás, al pie de la Serra Dourada. Es una ciudad que tuvo un crecimiento considerable a partir de la segunda mitad del siglo XX d.C., duplicando el número de habitantes en los últimos 30 años, pero que ha conseguido preservar su núcleo histórico original.

En diciembre de 2001 la ciudad de Goiás fue reconocida como Patrimonio Mundial por la UNESCO. Las primeras manifestaciones de interés cuanto al reconocimiento de la ciudad de Goiás como Patrimonio de la Humanidad tuvieron lugar a principios de la década de los 90, cuando moradores locales con apoyo de técnicos del Instituto del Patrimonio Histórico Artístico y Nacional (IPHAN) dieron inicio a las discusiones respecto al tema. Los trabajos se intensificaron cuando, en la mitad de la década, la visita informal de una historiadora vinculada al ICOMOS1 — Suzana Sampaio— a la ciudad, se convirtió en apoyo incondicional a la pretensión iniciando así los trámites legales exigidos.

Como fundamento de la propuesta se presentaron argumentos relacionando con la integridad original del trazado urbano, las características arquitectónicas vernaculares y de la especificidad de las técnicas de construcción utilizadas. Se describió también acerca del aislamiento al que la ciudad fue sometida, primeramente durante el siglo XIX d.C., como consecuencia del agotamiento de la minería como base económica y, en un segundo momento, en la década de 1930, cuando perdió el estatus de capital, para Goiânia, ciudad moderna construida con ese fin.

Las exigencias presentadas por la UNESCO, el apoyo de Suzana Sampaio y el gran entusiasmo de la población local hicieron con que los gobiernos Federal y Estatal se unieran al poder Municipal y se involucraran en el proyecto, de la misma forma que algunas empresas y comerciantes que se presentaron como voluntarios, teniendo en cuenta intereses particulares.

Una de las primeras medidas fue la creación de un grupo centralizador de las acciones, denominado Movimiento Pro Ciudad de Goiás, que congregaba diversas personalidades vilaboenses ligadas a los organismos públicos, culturales y a los comerciantes establecidos en la ciudad.

Fueron varios años de estudios, clasificaciones, inventarios pormenorizados de la arquitectura y del trazado del centro histórico y de su entorno, de los grados y niveles de preservación, construcción de obras públicas, como por ejemplo el complemento de las redes de agua y alcantarillado, el cambio de las redes eléctricas y telefónicas de aéreas a subterráneas, la mejora del pavimento y la descontaminación del tramo urbano del río Vermelho, que cruza la ciudad en el sentido oriente-occidente.

Por otro lado, estudios sobre la culinaria local, descripción de fiestas folclóricas, producción de artesanal, red de atención al turismo, posibilidad de oferta de sitios para turismo ecológico y cultural también fueron hechos con el objeto de atraer a un mayor número de turistas con la divulgación hecha por la Agencia de Turismo del Estado. Planes de interpretación y proyectos de señalización fueron implementados con el objetivo de orientar a los turistas.

Fueron organizados estudios y hubo la producción de textos utilizados para la propuesta y para trabajos de educación patrimonial, buscando involucrar a la población en general, sea a través del salón de clases, sea en las reuniones y audiencias públicas organizadas para presentación y divulgación de los avances logrados en las negociaciones con gobierno y la UNESCO.

El 30 de junio de 1999, la propuesta de inscripción de la Vila de Goiás a la Lista del Patrimonio Mundial llegó al Itamaraty2 para ser enviada al ICOMOS. Visita de los técnicos del ICOMOS a la ciudad, comandados por el arquitecto Alfredo Conti, en enero de 2000, definió los caminos finales que deberían ser seguidos. En marzo de 2001 el ICOMOS aprobó por unanimidad la pretensión de Goiás al título, y en julio del mismo año la UNESCO refrendó el parecer técnico del ICOMOS y, en 13 de diciembre de 2001, el proceso tuvo su culminación en la reunión de Helsinki, cuando fue finalmente homologado el título, pasando Goiás a ser reconocida como Patrimonio Mundial, que al lado de Brasilia representan a la región central del país.

El interés en preservar el conjunto arquitectónico y el trazado de la ciudad, mantenidos prácticamente intactos desde la década de 1720, viene desde los años 1950, cuando fueron hechos las primeras conservaciones aisladas en la ciudad. Las características especiales de la arquitectura religiosa, el riguroso patrón de la arquitectura residencial, donde se encuentran únicamente dos modelos de planta, repetidos de manera exhaustiva y una arquitectura oficial que es resultado de reformas y adaptaciones hechas a lo largo de los siglos XVIII y XIX d.C., llevaron a la comprensión de que el conjunto arquitectónico y urbanístico de la ciudad de Goiás es único en todo el centro-oeste brasileño. La ciudad de Goiás, antigua Vila Boa, primer núcleo urbano establecido por portugueses y paulistas en la región de las minas de los Goyazes en las primeras décadas del siglo XVIII d.C., en consecuencia de la explotación del oro, es actualmente el núcleo que mejor preserva y mantiene, en el Estado de Goiás, las características propias de aquel momento de ocupación del territorio portugués en las Américas. Otros centros goianos como Meia Ponte —actual Pirenópolis—, Jaraguá, Corumbá de Goiás, Santa Luzia —actual Luziânia—, Bonfim —actual Silvânia—, que aparecieron en la misma época, con las mismas características constructivas y técnicas de implantación, no pudieron preservar sus centros históricos como ha logrado la antigua capital.

El aislamiento geográfico, la irregularidad topográfica de su territorio y la pérdida de la condición de capital del estado, para Goiânia, en la década de 1930, hicieron con que el progreso y la modernización de la arquitectura y las intervenciones urbanas no tuvieran allí la acogida encontrada en otras regiones del Estado.


1. La Tradición del lugar

Fundado en 1727, la aldea Sant'Anna se presenta más como un aglomerado de mineros implantado por bandeirantes paulistas durante las primeras décadas del siglo XVIII d.C., en el rastro de los descubrimientos de minas que habían determinado y todavía incentivaban el aparecimiento de núcleos como Vila Rica, São João del Rey y Sabará en Minas Gerais, y Cuiabá y Vila Bela da Santíssima Trindade en Mato Grosso.

El descubrimiento de oro provoca una carrera de aventureros sedientos de riqueza fácil hacía esas regiones, resultando en el aparecimiento de una forma diferenciada de ocupación espacial en comparación con la que hasta entonces era conocida en la colonia. Los núcleos establecidos en ese momento, pasan a representar a un Brasil de organización y economía urbanas, en oposición al Brasil de los siglos anteriores, cuya economía de característica agraria estimulaba el establecimiento de una población más rural que urbana.

Las opciones de desarrollo económico existentes hasta ese período proporcionaban el aparecimiento de núcleos que tenían por finalidad casi que única dar apoyo a la economía rural, con gran parte de la población viviendo en las cercanías de los sitios de producción agropecuaria, mientras que las ciudades estaban prácticamente desiertas durante la mayor parte del año.

Los cambios que aparecieron con la llegada del siglo XVIII d.C. y con la economía de la minería suceden de manera radical. El proceso de minería, por su propio carácter de organización, no comporta el establecimiento de la población de forma rural o aislada. La organización del trabajo bien como la necesidad de estructuras que faciliten la recaudación de impuestos convierte la implantación del establecimiento urbano en elemento de importancia fundamental.

En el caso de la estructura de Vila Boa, varios son los elementos que contribuyen para que el espacio se organice de la manera como se encuentra establecido hasta los días de hoy. Estos elementos —es bueno resaltar— son característicos del modo habitual de organización de las ciudades establecidas por los portugueses en sus colonias, con clara influencia tanto de la ciudad de origen europea cristiana cuanto de origen árabe, con la elección de un terreno más alto, plano y alejado de la orilla del río para la construcción de la capilla y de las viviendas de los habitantes más abastados. Otros elementos dignos de observación son la utilización del trazado del camino real como eje de desarrollo urbano y su designación en el interior del núcleo como calle Direita.

Y es así que aparece la aldea, con su primera ocupación minera establecida en las inmediaciones de Cambaúba, con la capilla y las viviendas en la plaza conocida posteriormente como del Palacio y el camino real, que, viniendo de São Paulo hacía Cuiabá, pasa entonces a ser reemplazado en el espacio urbano por las calles Cambaúba, Mercadores y Direita —las actuales

Ocupando las dos orillas del río Vermelho, en terreno accidentado, la reciente aldea de Sant'Anna se desarrolla según las características generales de las poblaciones establecidas por los colonizadores en las regiones de minería, o sea, sin seguir un plan preestablecido, como era común en las poblaciones españolas en América y mismo en aquellos establecimientos urbanos del territorio brasileño, donde el interés de ocupación era indispensable. Con las calles siendo definidas a partir de la construcción de los edificios, que acompañan la ondulación del terreno, la ciudad nace con una organización muy particular, mostrando, a lo largo de toda su estructura, las marcadas influencias de la cultura portuguesa, tanto en la forma de construir cuanto en la de organizar centros urbanos.

En 1736, poco menos de una década después de la fundación de la aldea, la necesidad de un mayor control en el cobro de los impuestos, de una mayor fiscalización del contrabando, además de la defensa y posesión del territorio en las disputas con los españoles, llevaron al rey de Portugal a determinar, a través de una Carta Regia, con fecha del 11 de febrero de aquel año, la fundación de una villa destinada a albergar la administración de una nueva Capitanía, denominada Minas de Goyaz, desmembrada de la de São Paulo. Surgió, de esa manera, Vila Boa de Goiás, tan cercana a la aldea de Sant'Anna que, con el tiempo y el aumento de la población, terminó por incorporarla a su estructura urbana. El nuevo núcleo tenía en su nombre un doble homenaje: el primer al fundador Bartolomeu Bueno da Silva y el segundo a los antiguos habitantes de la región, los indígenas Goiás.

De la misma forma que su trazado, la arquitectura de Vila Boa sigue el modelo tradicional portugués, ya diseminado por toda la colonia en los casi doscientos años de ocupación. A pesar de utilizar los mismos materiales y técnicas, en comparación con otras regiones mineras, en especial Minas Gerais, lo que se ve en Goiás es una simplicidad que no combinaba con su condición de capital de una de las mayores capitanías de Brasil.

Al estudiarse la arquitectura instituida en la ciudad de Goiás es posible observar la existencia de características propias que diferencian ese núcleo de aquellos establecidos en otras regiones de minería de la colonia. Con respecto a las edificaciones residenciales, lo que se puede notar es una incidencia muy pequeña de construcciones de dos pisos, ese modelo de construcción no es considerado representativo dentro de la malla urbana. La predominancia de casas de un solo piso es evidente, sin embargo no existe una variación significativa en lo que se refiere a la forma y a la organización interna de esas viviendas.

Manteniendo siempre el mismo patrón tanto de construcción como de organización de los espacios internos, las viviendas edificadas en Goiás se organizan, invariablemente, alrededor de un pasillo longitudinal central, o mismo lateral. Dependiendo del ancho del terreno, a lo largo del pasillo se desarrollan las habitaciones principales en una rígida jerarquía que determina en una primera etapa el área social, en una segunda el íntimo, quedando la parte de convivencia familiar y de servicios establecida siempre en la parte posterior de la edificación.

Las fachadas, con una innegable monotonía constructiva, invariablemente están pintadas de blanco y emplean colores fuertes solamente en los marcos de puertas y ventanas, todos elaborados en madera.

En lo que se refiere a los edificios religiosos, las construcciones son muy sencillas, de dimensiones reducidas, estando más cercanas al modelo presentado por las capillas campestres portuguesas que del modelo de los edificios encontrados en la costa brasileña, o mismo en las construcciones barrocas de Minas Gerais. Por lo general esos edificios establecen una organización interna que podría fácilmente ser clasificada como modesta, estando sus plantas divididas básicamente en nave, capilla central y sacristía, eventualmente con de espacio para consistorio o para depósitos. Raros son los casos en que esa división es más compleja o con un número mayor de compartimentos.

La fachada, compuesta de un cuerpo único, tiene como aperturas la puerta principal centralizada, dos ventanas rasgadas, con guarda-cuerpo empotrado, que hacen la iluminación del coro, y un óculo, ubicado en el centro del frontón que compone la parte superior, cerrando el desván creado con la inclinación del tejado. En Goiás, la torre del campanario prácticamente no existe. La campana está instalada en una estructura de madera ubicada al lado del edificio, o aún, si falta espacio para tal estructura, en una de las ventanas, como es el caso de la Iglesia de Nossa Senhora do Carmo.

De las edificaciones religiosas reminiscentes del siglo XVIII d.C., todavía existentes en la ciudad de Goiás, las que presentan un mayor grado de interés, son las iglesias de Nossaa Senhora da Boa Morte y la de Nossa Senhora do Carmo. La primera, es la única que muestra en su fachada elementos propios del barroco, además posee la planta de la nave en forma de un octógono irregular. La segunda, de fachada más sencilla, presenta la planta de la nave en octógono regular y un bien elaborado pupitre, además de arcos en la sustentación del coro.

Enormemente sobrios en su composición son también los edificios representativos de la arquitectura oficial, en su mayoría no fueron proyectados específicamente, sino adaptados para las funciones a que servían. Ese tipo de edificación está representado, en la ciudad de Goiás, por la Casa de Câmara e Cadeia, por el Quartel do XX, por el Palacio Conde dos Arcos y por la casa da Real Fazenda. De esos cuatro edificios, solamente el primer fue construido con base en un proyecto previamente elaborado, los demás son el resultado de una serie de intervenciones y reformas ejecutadas a lo largo del tiempo en edificios residenciales adquiridos y adaptados para atender a las necesidades de uso militar, residencia oficial y centro administrativo.

Terminando de componer los elementos de carácter oficial, encontramos esparcidas por el medio urbano fuentes y pozos, construidos en puntos estratégicos de la ciudad, a medida que el núcleo crecía y las necesidades de la población, cuanto al abastecimiento de agua aumentaba. Así, encontramos las fuentes da Carioca y da Boa Morte, además de las menores, existentes en la plaza Tiradentes y en la plaza São Francisco, como también los pozos, ya desactivados, de la calle Santa Bárbara. De muy buen acabado son los pozos privados de la iglesia da Boa Morte, del Quartel do XX y del Palacio Conde dos Arcos, además de otros construidos posteriormente en viviendas privadas.

Por lo general, a pesar de ser un conjunto muy sencillo, la arquitectura del período colonial encontrada en la ciudad de Goiás es la más representativa de toda la que fue establecida en el estado durante los años de ocupación y colonización.

Utilizando básicamente el barro como principal elemento de construcción, la arquitectura de la ciudad de Goiás presenta edificios residenciales construidos, en su mayoría, con estructura autónoma de madera, empleando el adobe como elemento de sellamiento. Algunos edificios más nobles presentan la pared de la fachada principal elaborada en tapia, lo que puede ser entendido como una forma de diferenciación con relación a las demás viviendas.

Los edificios públicos de arquitectura oficial y religiosa, elaborados con mayor esmero, presentan sus paredes construidas en tapia o mismo en bloques de piedra, como es el caso de la iglesia de Santa Bárbara, o en una técnica que asocia los dos procesos, la tapia y la piedra, como se puede ver en la edificación de la iglesia de São Francisco.

El tejado, también de barro, está hecho con teja canal, apoyado en estructura de madera. A partir de los primeros años del siglo XX d.C., varios edificios tuvieron sus fachadas modificadas por la inclusión elementos decorativos.

Con relación a la decoración interna, es grande el número de edificios que disponen de habitaciones revestidas, con varios modelos de acabado, la sala de estar por lo general es donde ese elemento se revela con mejor patrón de acabado.

Insertados en el área central de la ciudad conservada por el Patrimonio Histórico Nacional, todavía pueden ser encontrados el antiguo Lyceu de Goiás y la Escola Normal, cuyo edificio era también conocido como Palácio da Instrução. Esos dos monumentos, que no fueron preservados individualmente, pero como conjunto, presentan elementos propios de la arquitectura eclética y merecen destaque tanto por la importancia que tuvieron como centros de enseñanza de la antigua capital cuanto por sus características arquitectónicas de singular belleza.

En lo que se refiere al espacio urbano, a partir de la implantación de la villa, con la demarcación del espacio de la plaza, con sus principales edificios, se percibe una constante preocupación por parte de los administradores en el sentido de mantener el orden y regularidad en la conformación urbana de ese núcleo. Tanto la documentación cuanto los estudios realizados sobre las primeras décadas de existencia de la villa demuestran esa preocupación. Sin embargo, en intento más contundente en el sentido de definir el trazado y la conformación de la capital acontece en 1782, bajo la orientación del gobernador Luiz da Cunha Menezes. Se elaboró, un plan de expansión para la villa, acompañado del primer código de posturas, en que se definían reglas para nuevas construcciones urbanas y para las posibles obras de reforma y mantenimiento.

Durante todo el siglo XIX d.C. y los primeros años del siglo XX d.C., varios fueron los intentos de ordenamiento del espacio urbano de la capital de Goiás, hechos a través de los códigos de postura, publicados sistemáticamente durante todo el período. El estudio y la documentación del espacio ocupado fueron procedimientos rutinarios, produciendo una serie de planes de la ciudad, los cuales hoy sirven como base para el estudio de su crecimiento y ordenamiento.

Habiendo conservado por prácticamente doscientos años la condición de capital, además de ser el primer núcleo la recibir el título de ciudad en el estado de Goiás, la antigua Vila Boa es todavía el aglomerado urbano goiano que posee el mayor número de edificios bajo leyes de protección, además de contar también protección especial, con el mayor conjunto arquitectónico y paisajístico del estado.

A principios de la década de 1950 se inició el proceso de conservación en ámbito federal, con la inscripción de algunos monumentos goianos en el Libro de Conservación de las Bellas Artes. Esa conservación, posteriormente ampliada, resultó, en el año de 1978, en la Ruta Histórica de la Ciudad de Goiás que, además de las edificaciones ya protegidas desde la primera intervención del IPHAN en la ciudad, pasaba a incluir varios sitios públicos, comprendiendo el entorno inmediato de los principales monumentos y las calles y plazas que los conectaban dentro de la malla urbana. En 1980, la Ley Estatal n° 8.915, de 13 de octubre, ponía bajo protección del estado todo el acervo ya protegido por el gobierno federal. En 2000, el reconocimiento como Patrimonio Mundial completó todo un proceso de estudios, investigaciones y empeño de la población y de los organismos vinculados a la preservación y valorización del patrimonio cultural en Goiás.


2. La inundación

Diciembre de 2001 fue un mes de grandes celebraciones en la ciudad para conmemorar el nuevo título y la nueva condición de la ciudad, pero fue también el marco del inicio de una tragedia. El último día del año de 2001 quedó en la historia de la ciudad de Goiás como el de la mayor inundación del siglo. Otras crecidas del río Vermelho ya habían alcanzado las mayores proporciones, a Anales del siglo XVIII d.C. y otra, ya en el siglo XIX d.C., más precisamente en 1836.

Solamente 18 días después del reconocimiento de la ciudad de Goiás como Patrimonio de la Humanidad, la inundación del día 31 de diciembre de 2001 destruyó gran parte del patrimonio urbano de la ciudad ubicado a las orillas del río Vermelho, en el tramo que va desde la plaza de la Carioca hasta la plaza del Mercado. Tramos de calles fueron destruidos, puentes, como los del Cambaúba, de la Casa de Cora y del Carmen, sencillamente fueron arrastrados por las aguas, viviendas tuvieran paredes y techos comprometidos, o destruidos, y monumentos, como el pedestal de la Cruz de Anhanguera, fueron totalmente destruidos.

Una de las primeras cuestiones levantadas por el sentido común fue la de que, el grado de destrucción sufrido por la ciudad era suficiente para provocar una intervención de la UNESCO retirando el título por el cual la población tanto había luchado.

Inmediatamente después que las aguas del río volvieron a su cauce natural, la población y gobierno se movilizaron con el objetivo de trabajar en la recuperación de la ciudad y superación de las pérdidas provocadas por la inundación. Algunos arquitectos que estaban en la ciudad, se pusieron a disposición del IPHAN para, con su trabajo profesional y voluntario, colaborar en lo que fuera posible en el sentido de revertir la situación.

Proyectos fueron presentados al monumenta,3 programa responsable por la concesión de recursos federales destinados a la preservación del patrimonio, y, en la medida en que los recursos eran puestos a disposición, empezaron las obras de reconstrucción de la ciudad, de sus edificios y monumentos.


3. Administración de los hechos

La inundación de diciembre de 2001 aconteció en un momento particularmente crítico para la ciudad, cuando, al mismo tiempo en que se celebraba el título, las dos principales fuentes de poder dentro del municipio se encontraban en un serio enfrentamiento. El Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional —IPHAN— y la administración municipal se encontraban en una disputa, debido a que algunas obras realizadas por el alcalde habían sido embargadas por el organismo federal, eso provocó una serie de desentendimientos, impidiendo incluso el buen andamiento de las obras de recuperación.

En ese momento, la institución responsable por el Museo Casa de Cora Coralina fue quien asumió el control, en conjunto con el MONUMENTA de las partidas presupuestarias destinadas a las obras que deberían realizarse, cuidando de los contratos y de la contabilidad.

Sin embargo, la forma como las obras fueron ejecutadas dejaron a desear. Técnicas y materiales originales fueron dejados a un lado, se utilizaron otros más modernos, especialmente debido a la total falta de mano de obra especializada que pudiera realizar la recuperación pocos fueron los habitantes que pudieran opinar sobre las alteraciones hechas a sus casas y, por sugerencia del organismo gubernamental de preservación, el IPHAN, algunas edificaciones de carácter más eclético, construidas en períodos posteriores al siglo XVIII d.C., deberían tener sus fachadas alteradas para asumir características propias de la arquitectura tradicional. El resultado de esos cambios en algunos casos, perjudicó considerablemente el conjunto, ya que, edificios del siglo XX d.C., cuya composición y ritmo difieren por completo de los utilizados en la arquitectura setecentista, con la alteración, tuvieron tanto ritmo cuanto composición alterados, dejando de ser lo que eran y tampoco consiguieron reproducir el resultado pretendido, quedando completamente fuera de lugar.

Eso no era especialmente una novedad, ya que el IPHAN había actuado de manera similar en 1950 cuando había defendido que las fachadas de todas la viviendas deberían ser cambiadas a una conformación colonial, incluso las construcciones del siglo XIX d.C. y principios del XX d.C. —todas de carácter eclético— que, de cierta forma, mostraban el proceso evolutivo por el que habían pasado nuestras ciudades más antiguas.

Proyectos encargados posteriormente por organismos gubernamentales financiados a través del MONUMENTA, relacionados con la revitalización de la orilla del río Vermelho, terminaron por no ser ejecutados debido a la injerencia de las instancias de gobierno que casi diez años después del accidente, la plaza de Mercado se encuentra en el mismo estado de abandono en que se había convertido con la inundación, cuando varios edificios fueron destruidos, dejando desocupados los terrenos donde se encontraban.

Pero algunas acciones importantes pueden ser encontradas en la ciudad. La necesidad cuanto a la atención y orientación turística ha favorecido la creación del Centro de Educación Profesional —CEP— que, además de preparar mano de obra especializada para atención en hoteles y restaurantes, también pasó a cuidar de la especialización de operarios vinculados a la construcción civil, más específicamente para obras de restauración. A pesar de ser un proyecto de buena visibilidad, los resultados todavía no se perciben, ya que una serie de trabas políticas y burocráticas han, de cierta forma, impedido su pleno desarrollo.

La creación de un programa de financiación a bajo costo para conservación de fachadas, estructuras y red eléctrica residencial, fue un incentivo a la población para que los edificios residenciales tuviesen su mantenimiento garantizado, además de la exención del impuesto predial para los propietarios que, por sus propios medios hagan la conservación.

Dentro de un amplio proyecto de preservación de la orilla del río, hasta el momento, el gobierno municipal ha ejecutado la restauración del antiguo matadero —edificio de característica eclética, de la segunda mitad de siglo XIX d.C.— que pasó a ser utilizado como referencia y apoyo a la artesanía local, además de tener su entorno recuperado y adaptado como una gran plaza de eventos para fiestas y conciertos, lo que ha sido bien recibido por la población.

La ciudad pasa hoy por su tercera gestión administrativa después de la concesión del título y se ha hecho muy poco con el objetivo de promover su crecimiento turístico y cultural. Existe instalado un pequeño núcleo de la Universidad Federal de Goiás, ofreciendo los cursos de Derecho y Servicio Social, además de otro de la Universidad Estatal de Goiás, con cursos en la área de Historia, Geografía y Literatura que atienden a la población local y de municipios aledaños, sin embargo, no se ha constituido en un centro de atracción efectiva de estudiantes, como acontece con Ouro Preto en Minas Gerais, o mismo otras ciudades históricas en otros estados brasileños.

De cierta forma, algunas acciones culturales, ya existentes antes del título, pasaron a ser divulgadas con mayor intensidad, haciendo con que, en determinados momentos del año, la ciudad sea objeto de atención temporal. En los últimos años, el carnaval, que era abominado por la población local, por el tipo de turista que atraía, ha sufrido serias modificaciones, dejando de ofrecer fiestas con carros de sonido y mucho ruido, para volver a reproducir el carnaval característico de las primeras décadas del siglo XX d.C. y que, por lo general ha atraído otro tipo de turista, menos agresivo y depredador como el que visitaba la ciudad en tempos pasados.

El Festival Internacional de Cine Ambiental (FICA) que ya ha cumplido una década de existencia, también viene pasando por una selección del tipo de público que atrae, invirtiendo más en acciones vinculadas a su objetivo principal, con cursos, seminarios y exposiciones que atienden a un público interesado en cine, eliminando las actividades paralelas de las primeras ediciones, que atraían un turista de gusto más diverso y menos cultural.

Las actividades relacionadas a la Semana Santa, con procesiones, celebraciones religiosas y representaciones teatrales callejeras, tienen un atractivo para un público específico que se ha incrementado cada año gracias a la divulgación hecha periódicamente por los medios locales y nacionales.

Iniciativas particulares como la Semana de Arte y el Festival Nacional de Poesía, por falta de incentivo y apoyo del poder público ya no existen más, restando los congresos y seminarios académicos, que son raros, y traen a la ciudad la atención de públicos específicos pero no permanentes, ya que dichos eventos no se repiten con periodicidades preestablecidas.


4. Desafíos del presente

La ciudad de Goiás es un Patrimonio Mundial que pertenece a la cultura del mundo, pero que también convive con la realidad de una ciudad que ostenta varios problemas y que demanda soluciones actuales e integradas. El gran desafío de esa ciudad hoy es pensar en una estrategia global. Soluciones y acciones aisladas ya mostraron que no consiguen la continuidad y eficacia deseadas. Es cada vez más urgente que los organismos de preservación municipal, estatal y federal se unan para reflexionar y proponer soluciones conjuntas. Los desafíos deben ser compartidos entre todos y entre los diferentes sectores y actores. No es posible considerar la preservación de la ciudad como un hecho específico de los organismos de la cultura. Es cada vez más urgente reflexionar y actuar acerca de la calidad y la sostenibilidad ambiental con un rigor mayor en la fiscalización y en la búsqueda por soluciones innovadoras para la ciudad y su territorio.

Es necesario recuperar el entusiasmo y dedicación que todos demostraron en la época de la candidatura al título Mundial. En aquel momento los habitantes del centro histórico se unieron a otras partes de la ciudad en busca de un objetivo común. Pero lo que se nota hace mucho es que el centro histórico de la ciudad no dialoga con los barrios periféricos y esa relación no ha cambiado después que la ciudad se alteró después que la ciudad recibió el título.

El IPHAN posee una gran importancia en la concientización y movilización de la población, pero es necesario que ese organismo dialogue más con los habitantes de toda la ciudad, que acciones de educación patrimonial y ambiental se intensifiquen y que los criterios de preservación del patrimonio construido sean ampliamente divulgados y debatidos. Involucrar las escuelas, los profesores y universidades son acciones eficientes y urgentes en ese proceso.

Si hoy varias ciudades turísticas en el mundo se organizan para manejar el turismo masivo, la ciudad de Goiás necesita urgentemente se organizar para atraer un turismo más significativo. Fuera del calendario oficial de las fiestas ya consolidadas, la ciudad no ha conseguido atraer un número relevante de visitantes, eso viene cada año debilitando la oferta de servicios y contribuyendo para la carencia de ofertas de trabajo en la ciudad y ha ocasionado que la huida de sus jóvenes que van en busca de sitios más atractivos.

Son necesarias voluntad y energía para trabajar por el futuro de la ciudad de Goiás. Después de la declaración de la ciudad como patrimonio mundial existía una creencia de que ese título contribuiría para modificar muchas cosas como, por ejemplo, habría aumento de la oferta de trabajo, del número de turistas y consecuente aumento de renta de la población. Sin embargo, lo que se comprobó es que sin un proyecto claro, principalmente de las autoridades municipales, poca cosas cambian en el escenario económico de la ciudad.



Notas

1 icomos: Consejo Internacional de Monumentos y Sitios.

2 itamaraty: Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.

3 monumenta es un programa vinculado al Ministerio de Cultura y financiado por el BID, con el objetivo de recuperar el patrimonio cultural urbano brasileño.



Referencias

Coelho, G. (2001). O espaço urbano em Vila Boa. Goiânia: Editora UCG.        [ Links ]

Coelho, G. y Valva, M. (2001). Patrimônio cultural edificado. Goiânia: Editora UCG.        [ Links ]

IPHAN/MinC. (1999). Dossiê - Proposição de inscrição da cidade de Goiás na lista do patrimônio mundial. (CD ROM).        [ Links ]

Tamaso, I. (2007). Em nome do patrimônio: representações e apropriações da cultura na cidade de Goiás. Tese de doutoramento: UnB.        [ Links ]

* Cómo citar este artículo: Neiva C., G. y De Ayala V., M. (2010). Ciudad de Goiás. Desafíos para el presente. En: Apuntes 22 (2): 204-215.

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