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Apuntes: Revista de Estudios sobre Patrimonio Cultural - Journal of Cultural Heritage Studies

Print version ISSN 1657-9763

Apuntes vol.26 no.1 Bogotá Jan./June 2013

 

Contribución al estudio del patrimonio de Cacela: cartografía, arquitectura y paisaje en el contexto del algarve oriental en Portugal

Contribution to the Study of Cacela's Heritage: Cartography, Architecture and Landscape in Portugal's Eastern Algarve Context

Contributo para o estudo do património de Cacela: cartografia, arquitetura e paisagem no contexto do algarve oriental em Portugal

Miguel Reimão Costa*
mrcosta@ualg.pt

Desidério Batista**
dbatista@ualg.pt

*Profesor Auxiliar de la Facultad de Ciencias y Tecnología (FCT) de la Universidad del Algarve, en Portugal, donde desde 2001 enseña Teoría y Proyecto de Paisaje en el Master de Arquitectura del Paisaje. Doctorado en Artes y Técnicas del Paisaje de la Universidad de Évora. Investigador del Centro de Historia del Arte e Investigación Artística de la Universidad de Évora (CHAIA).
**Profesor auxiliar en la Facultad de Ciencias y Tecnología (FCT) de la Universidad del Algarve en Portugal. Docente en las Maestrías de Arquitectura del Paisaje (FCT) e Historia del Algarve (Facultad de Ciencias Humanas y Sociales) de la misma universidad. Investigador del Centro de Estudios de Arqueología de las Universidades de Coimbra y Oporto / Campo Arqueológico de Mértola (CEAUCP / CAM). Doctorado en Arquitectura de la Universidad del Oporto (FAUP).

Artículo de investigación. El articulo cruza los resultados de la disertación de la Maestría concluida por uno de los autores en 1997, en Recuperación del Patrimonio, que ha incidido sobre la aldea histórica de Cacela y su entorno, con una investigación más reciente sobre los asentamientos de pequeña dimensión en Portugal que ahonda en los temas del paisaje, el urbanismo, la arquitectura tradicional y la cartografía.

Recepción: 17 de septiembre de 2012. Aceptación: 15 de mayo de 2013.


Cómo citar este artículo

Reimão, M., Batista, D. (2013). Contribución al estudio del patrimonio de Cacela: cartografía, arquitectura y paisaje en el contexto del algarve oriental en Portugal. En Apuntes 26 (1): 62 - 77.


Resumen

El presente artículo estudia la cartografía de Cacela en el sur de Portugal con el propósito de interpretar su transformación a través del tiempo, considerando la arquitectura, el urbanismo y el paisaje de forma integrada. La lectura de esa transformación se lleva de la mano de las principales cartas de Cacela que coinciden con el inicio del siglo XVII, la aproximación al final del Antiguo Régimen y la transición del siglo XIX al XX, asociando cada uno de estos tiempos a un modo particular de representación. La interpretación de las diferentes cartas está organizada, en términos metodológicos, a partir del recurso a fuentes escritas de la época, culminando con la elaboración de un dibujo final que contiene la representación del espacio edificado y del paisaje de Cacela a mediados del siglo pasado. Este trabajo se inscribe en una investigación más amplia sobre las aglomeraciones urbanas de pequeña dimensión en las diversas subunidades geográficas del sur de Portugal, comprendiendo el paisaje, la morfología urbana y el levantamiento integral de todo el núcleo edificado.

Palabras clave: Patrimonio cartográfico, paisajes culturales, poblamiento disperso, morfología urbana, arquitectura tradicional

Descriptores: Desarrollo urbano-Historia-Cacela (Portugal), arquitectura y sociedad-Historia, espacio urbano


Abstract

This article focuses on the old cartography of Cacela, in southern Portugal, with the aim of reinterpreting its transformation over time, considering thematics such as architecture, urbanism and landscape simultaneously. The understanding of this transformation is marked by major maps and plans of Cacela, that coincide with the beginning of the seventeenth century, the nearing of the end of the Ancien Régime and the transition from the nineteenth to the twentieth century, associating each of these times to a particular mode of representation. The interpretation of these different maps is combined with the reading of historic written sources of each period, culminating in the design of a final plan that represents the reconstitution of the urban area and the landscape of Cacela in the middle of the twentieth century. This work is part of a broader research on small clusters in different geographic subunits of southern Portugal, which includes the study of landscape and urban form as well as the full survey of the entire settlement. It confirms Cacela as a small town in the historic scattered population of the lower Algarve, subjected to a significant transformation between the late nineteenth century and the first decades of the twentieth century.

Keywords: Cartographic heritage, cultural landscapes, rural settlement, urban morphology, traditional architecture

Keywords plus: Urban Development-History-Cacela (Portugal), architecture and society, history, urban space


Resumo

O presente artigo incide na cartografia de um mesmo lugar - Cacela no sul de Portugal - com o propósito de reinterpretar a sua transformação ao longo do tempo, considerando a arquitetura, o urbanismo e a paisagem de forma integrada. A leitura dessa transformação é balizada pelas principais cartas de Cacela, que coincidem com o início do século XVII, a aproximação ao final do Antigo Regime e a transição do século XIX para o século XX, associando cada um destes tempos a um modo particular de representação. A interpretação das diferentes cartas é organizada, em termos metodológicos, a partir do recurso a fontes escritas da época, culminando com a elaboração de um desenho final com representação do espaço edificado e da paisagem de Cacela em meados do século passado. Este trabalho inscreve-se numa investigação mais abrangente sobre os aglomerados de pequena dimensão nas diversas subunidades geográficas do sul de Portugal, compreendendo a paisagem, a morfologia urbana e o levantamento integral de todo o núcleo edificado. Confirmará Cacela como um pequeno centro do povoamento disperso característico da história do Baixo Algarve que será objeto de uma significativa transformação entre os finais do século XIX e as primeiras décadas do século XX.

Palavras-chave: Património cartográfico, paisagens culturais, povoamento rural, morfologia urbana, arquitetura tradicional

Palavras-chave descritores: Desenvolvimento Urbano-História-Cacela (Portugal), arquitetura e sociedade, história, espaço urbano

doi:10.11144/Javeriana.APC26-1.cepc

*Los descriptores y keywords plus están normalizados por la Biblioteca General de la Pontificia Universidad Javeriana.


El patrimonio cartográfico constituye un instrumento fundamental para el estudio integrado de la arquitectura, el urbanismo y el paisaje, aduciendo la dimensión espacial a los distintos recursos para la lectura y la interpretación de un lugar a partir de la historia. Al asociar una dimensión expresiva al designio de la representación, la cartografía tiende a fijar una determinada situación en un momento preciso, adquiriendo importancia, no solo por el conjunto de los elementos presentes, sino también por aquellos ausentes. La existencia de un patrimonio cartográfico relacionado a distintos períodos permite, para determinados objetos de estudio, balizar la interpretación del proceso histórico de transformación y organizar la lectura de las restantes fuentes, sean ellas documentos escritos o los propios elementos construidos del espacio urbano o del paisaje que permanecen hasta nuestros días. Es en este contexto que se inscribe el presente artículo cuyo propósito es caracterizar el proceso de la transformación del núcleo histórico de Cacela, situado en la orla litoral del Algarve en el sur de Portugal (Figura 1), procurando considerar de forma articulada los temas de la arquitectura, el urbanismo y el paisaje. La reconstitución de este proceso incide privilegiadamente en la interpretación de un conjunto significativo de cartas de diferentes períodos levantadas a partir de inicios del siglo XVII hasta llegar a la elaboración de una planta de reconstitución de la población a mediados del siglo XX con una representación integral, desde la organización interna de los edificios hasta tocar los temas fundamentales del paisaje. Cacela constituye un interesante objeto de estudio en la medida en que, a pesar de la pequeña dimensión del núcleo edificado, concentra un patrimonio cartográfico muy particular. Algunas razones concurren para convertir el paisaje de Cacela en uno de los lugares más representados de la región. Ante todo, es posible distinguir su dimensión en tanto lugar fortificado, con una importancia continuada desde el período islámico, lo que convierte a esta población en uno de los objetos de la cartografía militar de los siglos XVII y XVIII. Muchas son las razones de orden militar que podremos invocar, así como las motivaciones de orden político y administrativo que están relacionadas, por ejemplo, la fundación de Vila Real de Santo Antonio en 1775, o con la integración del termo1 de Cacela bajo el dominio de aquella ciudad del urbanismo iluminista implantada en el margen derecho del rio Guadiana, al frente de Ayamonte en España.

Entre las razones que concurren en el significativo patrimonio cartográfico de Cacela, es importante considerar aún, aquellas relacionadas con el paisaje natural y con el propósito de representación de las dinámicas propias de la barra de Cacela en el extremo oriental del sistema lagunar de la Ria Formosa. Y por fin, hemos de considerar también razones de orden patrimonial relacionadas con el estudio o con el designio de protección de las diferentes expresiones asociadas a las comunidades que ocuparon este territorio en diferentes ciclos, mediante el registro de su patrimonio histórico, no solamente en períodos más recientes, sino desde finales del siglo XIX con la elaboración de una carta esquemática para la localización de diversos hallazgos arqueológicos puestos al descubierto por las obras de abertura de una nueva carretera de acceso a la población.

Relação, declaração e Planta da V.a de Cassela

La primera carta del pueblo de Cacela que estudiaremos constituye una de las representaciones de las diversas poblaciones constantes en las Diligencias que en 1617 "se mandó hacer sobre las obras y fortalezas del reino del Algarve y de la Calheta de Sines" (Massai, 1617). El encargado de estas Diligencias era el ingeniero militar Alexandre Massai (15..-1638) que trabajaba con Frei João Vicenzo en Nápoles, al servicio del rey Felipe II de España. Por su destacado desempeño fue enviado a Portugal y arribó allí en 1589 (Guedes, 1988, p. 77). El documento de las Diligencias, junto con la documentación producida por otros autores, constituyeron la Descripción y plantas de la costa, de los castillos y fortalezas, desde el reino del Algarve hasta Cascais (...) que sería ofertado al Rey D. João IV por Frei Luís da Natividade2. Alexandre Massai terminaría después retomando y profundizando sobre las Diligencias de 1617 para elaborar su Descripción del reino del Algarve, datada de 1621, en la que incluyó algunas poblaciones ausentes en el primer códice3.

A pesar de constituir una planta con información menos detallada a nivel de la caracterización del paisaje (por comparación con el dibujo de otros lugares constantes en el documento como Albufeira o Vila Nova de Portimão), la representación a colores en la identificación entre otros de los elementos de la fortaleza a construir (en amarillo) o que se encuentran en ruinas (en rojo), y su descripción con recurso a su dimensionamiento o posición geográfica, otorgan a la planta del pueblo de Cacela y su relación, una importancia decisiva en cuanto documento fundamental, sobretodo para la caracterización de la población, pero también por ofrecer información adicional bastante útil para la interpretación de su hinterland.

Con respecto a la caracterización del paisaje, vista en la relación que acompaña la referida planta, la descripción hecha sesenta años antes por Frei João de S. José que ya entonces declaraba que la población de Cacela se "derramaba" por el espacio rural para vivir en granjas y fincas en las que se dedicaba al cultivo de cereales y de higos (Guerreiro y Magalhães, 1983, p. 54). Esta descripción es retomada por Alexandre Massai en el momento en que alude a que:

(...) los moradores de la dicha Va que son 180 vecinos viven en redor de la Va en granjas apartadas de ella el termo es tierra fértil de frutos (...) tiene una playa de más de seis leguas en la que se desembarca fácilmente (Massai, 1617).

De acuerdo con las descripciones anteriores resalta, como elementos fundamentales, el predominio de un poblamiento disperso ligado a la exploración de la tierra, envuelta por un pequeño núcleo amurallado, aun cuando degradado y con funciones administrativas, militares y religiosas.

La lectura de la estructura de la población y de las cualidades del paisaje rural envolvente, marcada por pomares de secano y cereales por donde la población se distribuía a vivir en granjas, cortijos y haciendas, parece revelar el tipo de organización social adoptado por los poderes político y eclesiástico, y por los hábitos sociales de sus habitantes, constituyendo estos el reflejo de las condiciones del medio físico, económico y cultural en el que viven (Batista, 1997, p. 48), una cuesta insegura frecuentada por piratas, una plaza fuerte en acelerado proceso de degradación física y sin habitantes por falta de condiciones de seguridad y un hinterland fértil y productivo que sobrevive basado en una economía rural, según Henrique Sarrão "(...) con mucho rendimiento de higo, aceite de oliva, almendra y otros frutos de cargamento" (Guerreiro y Magalhães, 1983, pp. 163-169).

La planta se desdobla en un folio de tres partes que permite establecer la relación entre el núcleo edificado y la línea de la costa, dejando de por medio, la indicación de la escala de "brazas de diez palmos" y la rosa de los vientos. El conjunto de las construcciones que constituyen el núcleo edificado es representado de modo descontextualizado, sin la sugestión de la topografía o la indicación de elementos naturales que se puede observar en otras plantas del códice. En contrapartida, se introducen diversas informaciones relativas a la organización del espacio interno de las edificaciones, confiriendo a esta representación una calidad muy particular que resulta de la representación simultánea, aunque poco detallada, de Cacela a la escala de la arquitectura, el urbanismo y el paisaje. Esta solución es posible también en función del reducido número de edificaciones que hacían entonces parte del núcleo que Alexandre Massai refiere: "(.)non contener en si misma más que el dicho castillo, una Iglesia y tres moradas de casas, una de las cuales sirviendo de casa de Audiencia" (Massai, 1617).

Como habría de esperarse, la caracterización del castilloadquiere prevalencia no solo en la planta sino, sobre todo, en las partes escritas del documento, en las que se da cuenta de la ruina del muro virado al mar (en rojo en la planta) y la degradación de algunas de las construcciones localizadas en su interior. Entre otros trabajos, Massai preconiza la mejoría o el cambio de las casas que quedan del alcaldemor (D) contiguas a la pared sur arruinada, el arreglo del extenso tejado del granero (G) encostado al muro a naciente, la integración de la cobertura en el cuartel de la guardia (C) junto a la pared en ruina y, del lado de afuera, la ejecución de un pequeño foso con su puerta levadiza (B), además de la fortificación de la muralla a partir del nuevo dibujo de las torres (en amarillo en la planta, figura 2). Exterior al castillo se representa la picota (S), la Iglesia de la Virgen de la Asunción junto al muro sobre el acantilado, la casa del párroco y otras dos más dibujadas de forma indiferenciada, además de las casas del Ayuntamiento, en el límite norte del núcleo, adosadas al trazado no representado de la muralla árabe-medieval.

El pueblo que Massai describe se restringe a un número reducido de construcciones, constituyendo de este modo, una sombra de la población del período islámico (García, 2002) o de aquella que ha merecido el fuero en el reinado de D. Dinis en 1283. La desventura en que había caído la población se reflejaba aún en el estado de degradación a que habían llegado algunas de sus construcciones y en el abandono de la fortaleza. Y es en este contexto que será el propio Massai quien la defenderá:

"(...) que se destruya [el castillo] y se cambie la iglesia a otro lugar más para el interior y que el sitio de la población deje de existir por tener la playa más de seis leguas como he dicho y en toda ella se desembarque y non es segura" (Massai, 1617).

Pero al contrario de lo que pronosticaría y defendería el ingeniero militar, estas condiciones se conservaron luego como los elementos fundamentales de composición preservados en las cartas que estudiaremos a continuación y entorno a las cuales se dieron las principales transformaciones del pueblo.

Carta Topográfica dos baldios e terras incultas do termo da Vila de Cacela (...)

José Sande Vasconcelos (1730-1808), ingeniero militar y cartógrafo, es autor de cerca de media centena de trabajos cartográficos y dibujos sobre la región del Algarve, elaborados entre 1772 y 1808 (Brabo, 2004), entre los cuales se encuentran otros mapas parietales. Entre estos, constituye un documento de fundamental importancia para el estudio de la arquitectura, urbanismo y paisaje de Cacela la Carta Topographica de los baldíos y tierras incultas del termo da Villa de Casella [...] (Vasconcelos, 1775). De manera contraria a lo que su título podría suponer, se trata de una referencia imprescindible para la interpretación y reconstitución de la evolución del paisaje del Algarve Oriental, al contribuir a la identificación y caracterización de sus estructuras y elementos fundamentales tanto de origen natural (el acantilado, riberas, línea de cuesta, etc.), como de origen antrópico (población, edificios aislados, red vial, vallados, cultivos arbóreos, etc.).

Esta carta se inscribe en un conjunto de tres levantamientos topográficos mandados a hacer por el Marqués de Pombal en el reinado de D. José (1714-1777) para las tierras de Arenilha, Castro Marim y Cacela (Correia, 1997, p. 96), en el contexto de la fundación de Vila Real de Santo Antonio, después de 1774. Sande Vasconcelos, que será también uno de los ingenieros militares responsables de dirigir la implantación del nuevo pueblo concebido a partir de Lisboa (Correia, 1997, p. 84), elaborará la referida carta justamente en 1775, año de la extinción del municipio de Cacela y de su integración en el recién-criado municipio de Vila Real de Santo Antonio.

La carta comprende un registro gráfico minucioso, detallista y creativo que nos permite la lectura inmediata del relevo a través de la individualización de la sierra (representada con un dibujo más grosero por corresponder a un territorio menos accesible y conocido) y de la planicie costera (con una ocupación humana mucho más intensa debido a la presencia de tierras fértiles y agua "abundante"), y respectivo patrón de paisaje, con representaciones bastante cuidadas de las parcelas de cultivo, densidades y tamaño de la vegetación arbórea, así como de otros elementos que organizan el paisaje, como el acantilado, la red hidrográfica, la red vial, los asentamientos de labranza, los setos vivos de compartimentación y los muros, o estructuras hidráulicas.

Ha de resaltarse, con respecto a la representación gráfica del paisaje y a la comunicación de la información contenida en la carta, la elevada calidad de la representación de los cultivos arbóreos con sugerencia de perspectiva y proyección de sombra en el terreno, lo que desde luego supone información verdaderamente útil para la percepción de los principales usos del suelo, al mismo tiempo que identifica, tanto las granjas y los casales diseminados por el espacio rural en el que habita la mayoría de la población, como los principales usos y funciones del edificado en el núcleo urbano que, a pesar de la pérdida del poder político-administrativo (reflejo de la extinción del Consistorio), parece continuar desempeñando un importante papel en cuanto centro religioso y militar.

En este sentido, la calidad de la representación gráfica con recurso al color y la riqueza del contenido cartográfico expresado tanto en la espacialización urbana y reconocimiento de los principales edificios del poblado, como en la toponimia que identifica los sitios, las unidades fundiarias (división de propiedad) y sus propietarios y/o aforadores (quienes alquilan las tierras), las estructuras hidráulicas (pozos, norias, fuentes) y los edificios asociados a la producción (hornos de cal, lagar de aceite de oliva, etc.), nos permiten evaluar el elevado valor de la Carta Topográfica del Termo de Cacela como elemento ilustrativo y demostrativo de la realidad paisajística del Algarve Oriental a finales del siglo XVIII. De esta forma, la referida carta muestra ser muy valiosa al permitir visualizar por primera vez, el paisaje cultural de Cacela (Batista, 1997, p. 49) a través de una concepción cartográfica inclusiva y unificadora de sus espacios urbano, rural y natural, resaltando en su análisis dicha información acerca de sus principales características, componentes y calidades.

Es posible definir cinco líneas morfológicas fundamentales en términos de estructura del paisaje por donde se procesa tanto la circulación de los recursos naturales (agua, aire, sedimentos, fauna), como la circulación y distribución locales relativas a la población y los bienes. Estas líneas corresponden, en el sentido norte-sur, a las líneas de talweg formadas por las riberas de las Ortas (actual ribera de Cacela) y del Junco; y corresponden, en el sentido este-oeste, a la línea de cumbre que define la primera línea de cerros en el inicio de la sierra y que corre paralela a la línea de cuesta (de la cual dista poco más de tres kilómetros), al camino de Tavira para Castro Marim flanqueado por vallados y a la ladera abrupta de declive escarpado que constituye el acantilado que hace la transición entre la planicie y el mar. De hecho, en esta época el actual cordón de dunas que define la península de Cacela no existía, como se puede verificar en esta Carta Topográfica y comprobar en el Mappa Hydrographico da Costa do Reyno do Algarve comprehendido entre as barras do Guadiana e de Tavira, elaborado también por Sande Vasconcelos en 1793.

La organización del paisaje se completa a partir de la dispersión del caserío, forma predominante de poblamiento que tiene como centro el pequeño y contenido núcleo urbano de Cacela implantado en la cumbre del acantilado, a través de una estructura fundiaria definida mayoritariamente por parcelas anchas donde plantaciones arbóreas, más o menos geométricas, alternan con plantaciones más densas y de menor tamaño, adivinándose en el primero caso el cultivo bajo los árboles, tal vez de cereales, representado por un grafismo de líneas rectas paralelas, a semejanza de surcos. La respectiva clase fundiaria

parece corresponder a los nobles, hidalgos y clero, comprobada con la identificación de sus propietarios (Granja del Gobernador de la Vila de Santo Antonio de Arenilha, Granja de D. Maria Franca, Granja de los Religiosos Agostinhos, etc.) y por la presencia de mayorazgo (Morgadinho), y localizados fundamentalmente en el litoral. Ya en la sierra la situación es distinta con la presencia de Sesmarias y una gran indefinición cartográfica con lo que respecta a la forma de la tierra y sus usos, denotando la idea de la presencia de terrenos no cultivados y baldíos.

El patrón del paisaje se caracteriza por un fuerte contraste entre estas dos situaciones morfo-estructurales. Por una parte la llanura costera a la que corresponde una ocupación humana más intensa, una tipología agraria basada en pomares con cultivo anuales bajo los árboles y huertas cuya existencia se comprueba con la existencia de la ribera de las Ortas (Huertas), así como por un conjunto significativo de estructuras de captación de agua (norias, pozos, fuentes) que revelan la presencia de recursos hídricos tanto superficiales como subterráneos y con estructuras de producción que dan indicios de la presencia de olivares (lagares) y de calcáreos (hornos de cal). Por otra parte, el sistema montañoso al norte, al que corresponde, como mencionado anteriormente, un paisaje menos humanizado.

Por todas estas razones, la Carta Topographica dos baldios e terras incultas representa, por excelencia, un pueblo disperso en el paisaje con un sinfín de granjas y casales, remitiendo a las diversas descripciones de los periodos tardo-medieval y moderno. De esta representación aún hace parte la población, en la que se juntan las estructuras de los poderes religioso, militar y administrativo que, por las razones ya expuestas, continuará a revelarse poco atractivo para la fijación de nuevos moradores. Aunque permanezca un pequeño núcleo en lo alto del acantilado, es posible registrar, a través de la comparación con la carta de Massai elaborada más de siglo y medio antes, un conjunto significativo de transformaciones: en "las casas del párroco y otras dos más" con la alteración de las construcciones originales y la implantación de una edificación entre aquella y la picota, en la presencia de un nuevo edificio en el lado opuesto, subtitulado como "casas del Gobernador"; o en el prolongamiento significativo de la alineación de las antiguas casas del Ayuntamiento y de la Prisión.

Es de este pequeño núcleo con "cinco casas"4que nos da cuenta el cura de Cacela en respuesta a la encuesta de 1758, cuando hace notar que gran parte de sus construcciones, incluyendo la Iglesia y la Fortaleza, ya habían sido objeto de obras de reconstrucción y reparación por los efectos del terremoto de 1755 (Cavaco, 2005, pp. 389-392). La iglesia de Cacela es representada sin la casa de la Misericordia o cualquier otro cuerpo anexo, sin conferirse especial cuidado al dibujo de la Capilla-Mor que había sido arruinada por el sismo ya referido. Es decir que no hay alteraciones significativas entre las cartas de Massai y de Sande Vasconcelos. No se puede afirmar lo mismo a propósito del dibujo de la fortaleza que, manteniendo el recorte de las torres al norte, fue objeto de una campaña de reconstrucción del muro sur que le confirió el característico dibujo abaluartado de las fortificaciones modernas. La reestructuración de la fortaleza de Cacela durante este periodo, incluye todavía el patio de armas, con la desaparición de las construcciones dibujadas en la carta de Massai, desde las casas del Alcalde-Mor hasta el granero y las construcciones sobre las torres.

Las edificaciones localizadas en el interior de la fortaleza a mediados de mil setecientos corresponden a dos alineaciones construidas en la perpendicular al plano de la fachada norte, del cual se alejan algunos metros. Esta organización es representada, no solo en la Carta Topográfica de los baldíos y tierras incultas que hemos estudiado, sino también en el dibujo de la fortaleza de Cacela del mismo autor que integra el Mappa da configuração de todas as praças fortalezas e baterias do reyno do Algarve(Vasconcellos, 1788). Esta representación, elaborada más de una década después, añade algunas informaciones a la carta de 1775, tanto en relación al estado de conservación y situación de las obras por terminar, como en relación al componente programático, localizando el cuartel de la guarnición en la edificación ponente el cuartel del Gobernador y el almacén arruinado en la edificación naciente5.

Pero la fuente que se revel a más importante para este propósito es la Planta do estado antigo e presente da fortaleza de Cacela (Figura 3), elaborada también por Sande Vasconcelos entre los años de 1794 e 17956. Este dibujo confronta las plantas y los alzados de la fortaleza antes y después de las obras a las que ha sido sujeta debido al mal estado en el que se encontraba después del terremoto de 1755, dando cuenta de las obras en los baluartes, las torres y los muros, de la reedificación de las plataformas y de la ejecución de los parapetos. Del mismo modo, registra la transformación de dos alineaciones preexistentes edificadas que fueron objeto de un prolongamiento, tanto en el sentido sur como norte (hasta la muralla norte de la fortaleza), asociada a una relocalización de la puerta de acceso al interior de la fortaleza y a la transformación de lo que podría quedar de la casa de la guardia dibujado en la carta de Massai (Figura 2). Entre las valencias integradas, se registran los tejeros para artillería y reparos (entre las edificaciones referidas y los muros naciente y ponente de la fortaleza), el almacén para palamenta y el almacén de la pólvora que corresponde a la única célula abovedada del conjunto.

Planta de uma zona de terreno ao norte da igreja de Cacella (...) de Lima de Azevedo (1884) e Plano hidrográfico da Barra de Cacela de J. Herz (1915)

Otro trabajo cartográfico relevante para el estudio es la Planta de una zona de terreno al norte de la iglesia de Cacella donde se encontraron algunas antigüedades que han sido entregadas al Instituto Arqueológico de Faro (escala 1/3000) dibujada por Lima de Azevedo con fecha de febrero de 1884, que el arqueólogo Estácio da Veiga acabó incluyendo en su edición de las Antiguidades Monumentais do Algarve (Figura 4) (Veiga, 2005, p. 276). Esta fue dibujada con el propósito de localizar un conjunto de materiales y vestigios arqueológicos puestos al descubierto por la construcción de la carretera municipal de unión de Cacela "(...) con el puente nuevo en la carretera real n°78 (...)" (actual EN 125), esta planta nos termina de proveer de un conjunto significativo de informaciones sobre la organización del núcleo de Cacela en un momento inmediatamente anterior a una fase de grandes alteraciones que tienen lugar entre la última década del siglo XIX y el segundo cuarto del siglo XX. Cacela permanecerá hasta entonces como una plaza fuerte de un pueblo de casales dispersos en el paisaje, tal como aparece en las sucesivas descripciones entre el periodo tardo-medieval y la segunda mitad de mil ochocientos. También Estácio da Veiga reforzará esta condición cuando, a propósito de la construcción de dicha carretera, se refiere a la misma: "(...) para abrirse el camino de la Iglesia a los moradores más apartados de la parroquia (...)" (Veiga, 2005, p. 275).

La planta es bastante cuidada en la representación de los elementos que conforman el espacio público del núcleo, dibujando el límite recortado de la Iglesia (ya con las construcciones a ella adosadas), el recorte de la fortaleza confinante con el espacio público, la banda de casas que definen su limite al norte (donde se integraban las casas del Ayuntamiento) y aún la casa del Párroco y el cementerio. Es la construcción del cementerio al norte del atrio de la iglesia en la transición del siglo XVIII al siglo XIX, que constituye el cambio más significativo que registra la planta. Su implantación aparece asociada a la desaparición de aquella que era probablemente la edificación subtitulada como Caza do prior (casa del cura) en la planta de Massai (Figura 2). Así las cosas, la edificación hoy designada como casa del párroco no corresponde a la construcción original de mil seiscientos, aunque como hemos visto, una parte de ella aparezca representada en la carta de Sande Vasconcelos entre aquella y la picota.

Tal como ocurre con otras poblaciones de pequeña dimensión que puntuaban el poblamiento disperso del Bajo Algarve a mediados del siglo XIX, también Cacela será objeto de una transformación considerable, entre el inicio de la última década de aquella centuria y las dos primeras décadas del siglo XX. Para este análisis podemos recurrir a la comparación del dibujo de Lima de Azevedo datado de 1884, la representación de la población constante en el Plano hidrográfico da Barra de Cacela de 1915, a la escala 1:10 000, de autoría de J. Herz, 1° Teniente (con correcciones hechas en 1916 por el Capitán E.T. d'Almeida Carvalho), para concluir que es efectivamente en este periodo de poco más de treinta años que la población presenta mayor crecimiento (Figura 5) (Hertz y d'Almeida Carvalho, 1916).

El aumento demográfico que entonces se observó habla sobre una población que asocia la pesca artesanal a la actividad agrícola en el trabajo simultáneo de las faces marítima y terrestre, construyendo un modelo de ocupación y organización del paisaje basado en el desarrollo de las actividades agromarinas, perpetuando un proceso de (trans)formación paisajística de acuerdo con la dinámica histórica local en sus dominios económico, social y político-militar. El desarrollo del trazado vial que justificó la elaboración de la planta de 1884, con el objetivo de unir al exterior, sirve de matriz al crecimiento del poblado traducido en una concepción de cariz habitacional y en la implantación de otro cementerio, lo que contribuyó para el (re)diseño urbano del antiguo pueblo con lo que respecta a su morfología urbana y a su perímetro.

La transformación del núcleo durante este periodo comporta, a nivel de la disposición de las nuevas edificaciones, dos temas fundamentales, como los son la formación de un nuevo conjunto edificado entre la fortaleza y las antiguas casas del ayuntamiento y la prisión a través de la ocupación parcial del espacio central de la población y la alineación de nuevos edificios a lo largo del nuevo acceso, en el lado ponente. En el primer caso, se asiste a una reconfiguración del espacio central de la aldea y a la constitución de una nueva calle con declive acentuado que sirve de acceso a los espacios agrícolas a naciente y a la ría. En el segundo caso, se retoma un tema fundamental de la arquitectura de la región de este periodo relacionado con el propósito de implantación de la edificación a lo largo de los nuevos ejes que se abren entre tanto, muchas veces asociados al designio de la representación y al cuidado en la composición de la fachada con la integración de elementos decorativos.

El Plano hidrográfico de la Barra de Cacela es sumamente importante, no solo para descifrar las razones de aquellas alteraciones urbanísticas y paisajísticas, sino también por que constituye una herramienta de apoyo inestimable para la identificación y caracterización del paisaje en sus contextos urbano, rural y natural, en el periodo que comprende la última década del siglo XIX y la primera del siglo XX. A la escala del paisaje y a través de un dibujo con criterio y colorido que recurre a colores sepia y verdes secos, vislumbramos, tanto la infra estructuración de la nueva barra de Cacela, como el aumento de la superficie cultivada y respectiva producción agrícola, que la cuidada y minuciosa representación gráfica de los cultivos arbóreos y sub arbustivos parece reflejar. El desarrollo de este territorio está aún asociado a la implantación de una fábrica de ladrillo doscientos metros a ponente de Cacela, que está en el origen de otro pequeño poblado de estructura incipiente, correspondiente al actual Sitio da Fábrica, en un lugar donde la carta de Sande Vasconcelos no registraba ninguna construcción.

La mejoría de las condiciones de navegabilidad de la nueva barra (por donde se hacia el acceso al puerto de Tavira) otorgó condiciones óptimas para la reactivación del comercio marítimo a través de las exportaciones y de la actividad pesquera y motor del desarrollo socioeconómico local (Cavaco, 1976, p. 254), estas se materializaron en la construcción de las instalaciones para dos salvavidas localizados a ponente y levante de Cacela y de un faro (representado en amarillo) en la desembocadura de la ribera, en la boca de la nueva barra. Es la conjugación de estos factores la que termina contribuyendo al crecimiento urbano y demográfico de la antigua Vila. El registro cartográfico del plano incide sobre la zona terrestre continental y también sobre la formación lagunar en constante alteración, volviendo a enfatizar la idea del núcleo urbano y del paisaje como una unidad espacial que continúa mereciendo un tratamiento cartográfico unificador e integrador de sus distintas dimensiones y morfologías (urbanísticas, arquitectónicas, ruralistas, paisajísticas).

En el primer caso se hace evidente el dibujo del núcleo urbano implantado a la cota 25.8, la referencia a las coordenadas del campanario de la iglesia (Lat. 37° 9' 19''.8 N; Long. 7° 32' 40''.9 W), la fuerte presencia del acantilado y de las riberas representadas de modo bastante expresivo, así como los campos agrícolas con una representación que permite adivinar la geometría regular de las parcelas cultivadas, con o sin árboles, e irregular de los pomares de secano o, aún, alguna ocurrencia que por lo inusual en el contexto de estudio, es objeto de identificación como la presencia de una mancha de eucaliptos en el extremo superior izquierdo del dibujo.

La forma como el presente plano hidrográfico narra el cuadro paisajístico de Cacela en tanto reflejo de la conjugación de las potencialidades naturales del territorio y del dinamismo socioeconómico del medio, le confiere gran importancia al añadir al papel de registro cartográfico, su valor como documento histórico cuya información nos ayuda a trazar la evolución del paisaje del Algarve Oriental, en el contexto de cambio que se reconoce en el paisaje algarvio.

Una nueva carta para el estudio integrado del paisaje y del núcleo urbano de Cacela en el inicio de la segunda mitad del siglo XX

El propósito fundamental para la elaboración de la presente carta está relacionado con la caracterización del antiguo pueblo y de su envolvente territorial, en el inicio de la segunda mitad del siglo pasado, en un momento en que su organización es, por una parte, testigo de la continuación de su papel como centro religioso y militar y por otra parte, el reflejo de la consolidación de una pequeña comunidad que permanece ligada, simultáneamente, a las actividades de la ría y del campo (Figura 6). De algún modo, este dibujo procura aún constituir una resonancia de las diversas cartografías de la historia de Cacela, retomando la sugerencia de la carta de Massai de la representación simultanea de aspectos relacionados con el paisaje, el urbanismo del pueblo y la organización interna de las diferentes edificaciones7.

De acuerdo con los registros de la Conservatoria del Registro Civil de Vila Real de Santo Antonio, en 1960 el número de habitaciones en la población era de 24 y el número de habitantes 72, verificándose un decrecimiento relativo con respecto a la situación documentada en 1928 con 26 habitaciones y 109 vecinos (Batista, 1997, p. 76). Este es un anuncio temprano de la disminución en la populación que se acentua en las décadas siguientes, pero todavía con una población activa dividida entre las actividades marítimas y campestres, que evidencia la unión del núcleo urbano al territorio envolvente. En este, la densidad de población rural es, según los datos, una de las más elevadas del Algarve Oriental con 150 a 250 habitantes por km2 (Cavaco, 1976, p. 172), lo que parece ratificar el tipo de poblamiento que siempre lo caracterizó: uno de carácter mixto con una aldea (ahora con más gente que en los siglos anteriores) y casas dispersas de pequeños cultivadores en parcelas de cultivo propias (lo que indicia la división catastral) o a través de la densificación de la dispersión a lo largo de las carreteras (Cavaco, 1976, pp. 175-176).

En este sentido, el paisaje de Cacela en el inicio de la segunda mitad del siglo XX (Figura 7) recuerda el modelo de ocupación y organización detectado para los siglos anteriores, que era ya el resultado de una larga evolución y que se traduce, tal vez entonces más que nunca, en el hecho de que el paisaje corresponde a una parte intrínseca del núcleo urbano y no tiene sentido fuera de él, lo que confiere a su población de agricultores, pescadores y mariscadores (y algunos militares) un papel esencial en la manutención de su imagen unitaria e indivisible que se refleja tanto en el trabajo del campo, como en el trabajo del río, como si se tratara de la tierra, para la producción de bivalvos en viveros.

El área agrícola se caracteriza por los campos plantados de almendros, higueras, algarrobos y olivos, entre viñedos, huertas y parcelas sin árboles que comportan cultivos al aire libre, casi siempre con rotación bianual de un cereal (trigo y cebada) con una leguminosa (haba, guisante, garbanzo) y sin barbecho anual (Figura 6). El río se divide en una estructura reticular, a la imagen del catastro, limitado por estacas, drenado y mejorado con arena limpia para la producción de almejas y ostras, en un proceso minucioso de construcción de un nuevo paisaje que acentúa la unión de la población a su hinterland. La planta que se presenta es testigo, precisamente, de eso: la (trans)formación de un paisaje biológicamente equilibrado (integrado al Parque Natural de la Ría Formosa, área de paisaje protegido de interés nacional e internacional) y culturalmente significativo, resultado de la acción de una pequeña comunidad de pescadores-agricultores y de la reacción de la Naturaleza, pero también de los designios de los poderes político-militar y eclesiástico que continúan atribuyéndole al antiguo pueblo funciones centrales de carácter histórico de vigilancia y de control de la cuesta y de servicios religiosos que exceden en mucho las necesidades del territorio más próximo (Figura 8).

Además de registrar las diferentes morfologías asociadas a los diversos periodos de transformación del núcleo edificado, la planta ahora elaborada permite verificar los cambios que ocurren a partir de finales de la tercera década del siglo pasado, en un momento en el que el crecimiento de la aldea tiende a perder relevancia. Durante este periodo, además de la construcción de algunas edificaciones adicionales en la alineación dispuesta a lo largo de la carretera de acceso a la población, se asiste a la implantación de nuevos edificios disociados en los límites del núcleo o contiguos a estructuras preexistentes, notablemente al norte y al sur del antiguo cementerio (Figura 9).

A nivel tipo-morfológico, las nuevas casas que marcan la transformación de la aldea después de finales del siglo XIX remiten a la prevalencia de la edificación de planta rectangular con dos líneas de compartimientos correspondientes a una cobertura de dos aguas (Figura 10) con paredes estructurales en la envolvente externa y en la alineación de la cumbrera (de albañilería de piedra o tapia) y compartimentación con paredes ligeras (de adobe o tabique). Esta constituye la solución privilegiada de la arquitectura de la región a partir de la segunda mitad del siglo XIX, que puede ser encontrada, con todas sus variantes, en áreas de planicie o de montaña, en espacio rural o urbano. Cuando se implantaba en un área de declive más acentuado, esta forma comprendía frecuentemente la integración de un medio piso inferior (alineado con la pared estructural de la cumbrera) resultando en una fachada anterior de dos pisos y en una fachada posterior de un solo piso. Es también lo que ocurre con algunos edificios de Cacela localizados en la calle de acceso a la aldea y en el nuevo conjunto edificado que reconfigura su espacio central.

Clasificada como inmueble de interés público en 19968, Cacela mantendrá desde esta fecha, en lo esencial, los límites que la conformaban a mediados del siglo XX. Hasta aquella fecha las alteraciones del núcleo edificado incidirán fundamentalmente en el espacio público y en la gradual transformación de su conjunto edificado. En el primer caso, el espacio central del núcleo, entonces marcado por una modelación irregular9, será organizado, a principios de la década de 1970, en plataformas de nivel que acaban por separar el espacio alrededor de la iglesia del espacio frente a la fortaleza. La transformación de los edificios habitacionales comprende, hasta las décadas de 1960 y 1970, un conjunto de diferentes intervenciones tanto de reorganización del espacio interno, como de transformación de la fachada. Pero a partir de entonces la transformación de una parte significativa de los conjuntos edificados se vuelve más intrusiva, con la renovación integral de algunas casas y la ocupación de diversos espacios exteriores privados con construcción nueva.

También el espacio agrícola comienza a ser objeto de un proceso de intervención basado en el desconocimiento de la cultura local que inicia la substitución de agro-sistemas tradicionales por especies vegetales exóticas que contribuyen a la adulteración y degradación del paisaje rural. Se verifican, entonces, cambios en la composición social del territorio en estudio, con la substitución de la población tradicional por otra nacional o extranjera, que aquí adquiere su segunda habitación y que puede estar en el origen del fenómeno a través de la importación de modelos ajenos a la riqueza y singularidad de aquello que nos ha sido legado por civilizaciones y generaciones anteriores y que constituye un patrimonio colectivo insubstituible cuya salvaguarda y valorización debe ser un objetivo a alcanzar.

Conclusiones

De fundación antigua, Cacela ocupa un punto notable del litoral dominando un vasto territorio entre España y Tavira, con evidente vocación para haber desempeñado a lo largo del tiempo, un importante papel en la vigilancia y la defensa de la orla costera. De esto son testimonio las murallas árabe-medievales y la fortaleza de los siglos XVII-XVIII. Asimismo, un rol crucial en las funciones político-administrativas de un termo de tierras fértiles, entre 1283 (año en que recibe foro de D. Dinis) y 1775 (año de su extinción como sede de municipio y la integración de su territorio al recién fundado municipio de Vila Real de Santo Antonio), y funciones religiosas que la iglesia y los cementerios ponen en evidencia. Ha de ser la conjugación de estos factores asociado posteriormente a su valor patrimonial, lo que la tornan, integrada en su cuadro paisajístico, en un objeto de representación cartográfica privilegiado a partir de 1617.

A partir del conjunto de Cartas considerado como más representativo de la condición arquitectónica, urbanística y paisajística de Cacela en cada periodo o momento histórico, el presente artículo pretende contribuir a la identificación y caracterización de la arquitectura, urbanismo y paisaje del antiguo pueblo a través de una visión espacialmente amplia y temporalmente dinámica, procurando trazar el perfil evolutivo de las principales transformaciones de los distintos espacios (edificado, urbano, agrícola, lagunar) en las diferentes épocas históricas y encontrar las razones que las justifican considerando el contexto del Algarve Oriental.

En el contexto de cambio que se reconoce en el paisaje litoral del Algarve, la interpretación de las referidas Cartas permitió detectar permanencias e identificar alteraciones, más o menos profundas, tanto en lo que respeta a las estructuras y elementos construidos por el hombre, como las murallas, las casas, los caminos y los campos agrícolas, como en lo que respecta a aquellos causados por la acción de la naturaleza, como las riberas, la línea de cuesta y la formación lagunar.

De las permanencias y de las transformaciones registradas por la cartografía al largo del trayecto histórico de Cacela resultó una población de notable originalidad, especial significado y fuerte simbología, integrada en un paisaje con identidad elevada y una extraordinaria capacidad narrativa acerca de las comunidades humanas aquí instaladas y sus actividades a través del tiempo. En efecto, la adaptación del poblado al territorio constituye durante siglos un entendimiento específico del paisaje. Sin embargo y debido al proceso de evoluciónestas relaciones dejaron de existir. La imagen y las funciones tanto del pueblo, como del espacio cultural y natural que lo envuelve, van perdiendo su significado paulatinamente y acaban por anularse, como parece ser. Por ello el núcleo urbano fue y tendrá que continuar siendo el punto de partida y un referente para el equilibrio del paisaje del cual hace parte, siendo fundamental la manutención o el refuerzo de su razón de ser en el territorio y en la región.


Pie de Página

1Término antiguo para municipio.
2>Este códice hace parte del Archivo Nacional de la Torre del Tombo integrando la documentación adquirida a la Casa Cadaval y está disponible en http://digitarq.dgarq.gov.pt/details?id=3908671
3Además de Cacela, Tavira, Faro, Loulé, Albufeira, Vila Nova de Portimão, Alvor, Lagos (Balieira) y Sagres, solamente para referir las poblaciones localizadas en el Algarve que han merecido la atención de las Diligencias, se añadieron a la descripción del Reino del Algarve: Alcoutim, Santo Antonio da Foz do Guadiana, Castro Marim, Alcantarilha, Silves, Lugar do Bispo y Aljezur. Sobre la comparación de los textos de ambos documentos ver Guedes (1998, pp. 151-166).
4"Solamente tiene un castillo cerca de la Iglesia, que ha padecido grande ruina en el terremoto del año mil y setecientos y cincuenta y cinco, lo cual está casi reparado, y poco le falta para estar lo todo se acaso se acabar la obra, y cinco casas y las del Ayuntamiento que completan la dicha Vila, están casi reparadas" (Cavaco, 2005, p. 392)
5Si recurrimos a la lectura de la Carta atendiendo a la explicación que se halla en su frontispicio, donde se refiere que: "Las líneas que van de rojo son las obras de piedra y cal, las que están en negro son las de tierra; y las que se representan de puntitos son las arruinadas", podremos comprender que también la parte que servía para los cuarteles se encontraba en mal estado de conservación.
6La planta ha sido dibujada aún en el tiempo del Gobernador del Reino del Algarve, Conde de Val de Reis, entre 1787 y 1795, pero ciertamente ya después de concluida la obra, lo cual, de acuerdo con la inscripción fijada sobre la puerta de la fortaleza, debió ocurrir en 1794
7Este dibujo ha sido elaborado por los autores del presente artículo tomando como base un levantamiento topográfico cedido por el Gabinete Técnico de las Aldeas del Sotavento del Algarve (Gtaa-Sotavento). El levantamiento de la fortaleza y de los conjuntos edificados que no han sufrido alteraciones significativas en las últimas décadas, así como la reconstitución de las restantes edificaciones es también de la misma autoría. El levantamiento de la iglesia y de la casa del párroco ha sido igualmente concedido por Gtaa-Sotavento.
8Se clasifica así mediante el Decreto n°2/96 de 6 de marzo con la Zona Especial de Protección delimitada en Portaría n°83/2010, de 27 de enero de 2010 y Portaría n°264/2010, de 15 de abril. Para mayor información ver: http://igespar.pt/pt/patrimonio/pesquisa/geral/patrimonioimovel/detail/72984
9Tal como se puede constatar a través de la fotografía de este espacio anterior a la intervención en la Fortaleza datada de 1945 bajo la responsabilidad de la Dirección General de los Monumentos Nacionales (DGMEN). Para mayor información ver: http://www.monumentos.pt/Site/APP_PagesUser/SIPA.aspx?id=29536


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