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AD-minister

versión impresa ISSN 1692-0279

AD-minister  no.24 Medellín ene./jun. 2014

 

ARTÍCULO

 

Las pymes españolas en Latinoamérica: barreras a la exportación

 

Spanish Sme's In Latin America: Export Barriers

 

Jesus Arteaga Ortiz1

Rubén Fernández Ortiz2

Mónica Clavel San Emeterio3

 

1 Ph.D. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. España. Correo electrónico: jesus.arteaga@ulpgc.es

2 Ph.D. Universidad de La Rioja, España. Correo electrónico: ruben.fernandez@unirioja.es

3 Ph.D. International University of La Rioja, España. Correo electrónico: mclavel.se@gmail.com

 

Recibido: 29/12/2013 Modificado: 31/03/2014 Aceptado: 06/05/2014

 


 

Resumen

El principal objetivo de este artículo es contrastar si la importancia relativa atribuida a las diversas barreras a la exportación varía en función del destino de las exportaciones de la empresa. Para ello, se analizaron las 463 respuestas obtenidas de una población de pequeñas y medianas empresas, mediante un proceso de reducción de la dimensionalidad, con el fin de proporcionar unos factores, sobre el listado de 26 barreras individuales posibles, tras una profunda revisión de la literatura. Se utilizó un análisis de componentes principales con rotación Varimax. Posteriormente, se han comparado los resultados de Latinoamérica con aquellos obtenidos en otros mercados de destino situados en la Unión Europea, África y el resto del mundo. Y los resultados nos confirman parcialmente la existencia de diferencias en la percepción de barreras en función de los mercados mayoritarios de destino de la exportación. Además, se comentan algunos resultados de barreras a nivel individual.

Palabras clave: Pymes; teorías de internacionalización y modos de entrada; exportación; análisis factorial.

Clasificación JEL: F29; F23; M16.


 

Abstract

The main aim of this article is to check if the relative importance attributed to the different export barriers varies as a function of the firm's export destination. To reach that goal, we analyzed 463 responses from a population of small and medium enterprises, through a dimensionality reduction procedure to composite factors, from a list of 26 possible individual barriers, obtained after reviewing the existing literature on export barriers. Factor analysis with Varimax rotation was used. Results for the region are compared with those to other destination markets in the European Union, Africa and the rest of the world. And the results confirm partially, the existence of differences of export barriers perceptions as a function of the firm's export destination. Some results from individual barriers are also described,

Keywords: Sme; internationalization theories and foreign market entry; exports; factor analysis.

JEL Classification: F29; F23; M16.


 

Introducción

Apenas hay una actividad empresarial que sea más importante que la exportación como el primer paso para conseguir los objetivos de los directivos en cuanto a la internacionalización de sus empresas. Una vez que surge una mentalidad exportadora, ésta puede convertirse en una buena plataforma hacia la exportación. Sin embargo, los directivos son conscientes de que la exportación puede adoptar múltiples formas y de que la elección de la mejor alternativa dependerá de los recursos de la empresa, así como de las oportunidades y de los obstáculos, reales y percibidos, que se encuentren en el mercado de destino (Leonidou, Katsikeas, & Coudounaris, 2010).

Considerando los objetivos de nuestro trabajo, se debe mencionar que hay numerosos estudios sobre el comportamiento internacional de las empresas, especialmente en cuanto a la exportación. Tradicionalmente, la actividad exportadora ha sido el modo de entrada más extendido, especialmente entre las pequeñas y medianas empresas (pymes). En su forma más básica, la exportación requiere un menor compromiso financiero, de recursos humanos y de otros recursos, y suele conllevar menos inversión y una mayor flexibilidad en los mercados (Young, 1987), frente a las grandes empresas, que requieren altos y continuos niveles de inversión, que podrían constituir un obstáculo importante (Tvaronaviciene, 2006; Travkina & Tvaronavièiene, 2011).

El camino más directo y común para las pymes que desean internacionalizarse es exportar (Mittelstaedt, Harben, & Ward, 2003; Zeng, Shen, Tam, & Wan, 2010). Una amplia consideración de las exportaciones, proporciona una buena base para entender por qué las exportaciones, en una era de globalización, no han perdido importancia, sino que, al contrario, continúan siendo la fuente esencial de ingresos para los países y para las empresas. Es más, las exportaciones constituyen un importante competidor para la inversión directa extranjera, como la primera y más importante forma de internacionalización (Pinho & Martins, 2010; Uner, Kocak, Cavusgil, & Cavusgil, 2013).

Es especialmente importante que se cree una mentalidad exportadora a través de la formación, la imitación, la actitud estratégica, el fomento de las políticas u otros medios adecuados para superar los miedos y la resistencia a la actividad exportadora, porque, con el tiempo, la exportación, sin lugar a dudas, hará crecer a la empresa a lo largo de las diferentes etapas, y mediante diversas formas de enfocar la actividad empresarial.

Los directivos saben que, en muchos casos, las empresas se ven involucradas en actividades exportadoras desde el momento en que reciben pedidos de sus productos o servicios. Si a las empresas se les hace pequeño el mercado nacional y acaban en el extranjero, existirá un impacto positivo mayor, ya que eso significará que las empresas entrarían en la denominada etapa de la conciencia exportadora (Czinkota, Ronkainen, & Donath, 2004). Los factores externos, dentro y fuera del país, influyen en la decisión sobre el modo de entrada mediante exportaciones. Al plantear un modo de exportación indirecta o directa, cabe destacar que un análisis exhaustivo de los factores queda fuera del alcance de este trabajo, pero sí se puede encontrar en la literatura (Root, 1987). No obstante, es preciso indicar que el modo de exportación, a pesar de que depende de varios aspectos importantes como la exportabilidad del producto, la idoneidad de la empresa, la financiación y la logística, entre otros, no puede subestimar la importancia de las barreras que se pueden encontrar en el proceso. Estas barreras, las percibidas y las reales, siguen surgiendo como resultado de las condiciones cambiantes, debido al papel que desempeñan dos vectores fundamentales que dan forma al mundo actual: la tecnología y la globalización. Asimismo, las consideraciones institucionales y de las políticas exteriores pueden disuadir las exportaciones mediante nuevos controles y procesos de concesión de licencias de exportación.

Aparentemente, se puede pensar que los vínculos históricos, culturales y lingüísticos hacen que a las empresas españolas les resulte mucho más sencillo exportar a países de Latinoamérica que a empresas de otros países del mundo. Es más, las grandes empresas españolas han logrado un posicionamiento relativamente exitoso en los países latinoamericanos gracias a su participación activa en la primera oleada de privatizaciones en esta región a través de la inversión extranjera.

Sin embargo, la importancia de las barreras a la exportación en sus múltiples formas, formales e informales, explícitas e implícitas, reales y percibidas, directas e indirectas, materiales o imperceptibles, hace que un estudio de esta naturaleza sea de gran importancia para identificar y evaluar la importancia de estas barreras en una región que, durante las dos últimas décadas, ha puesto en marcha una política de apertura económica y que quiere dar una impresión rápida de la facilidad para entrar en estos mercados. De hecho, Latinoamérica emprendió una profunda reforma económica, tal y como se recoge en el listado de diez recomendaciones políticas conocido como el Consenso de Washington de 1989. La liberalización del comercio fue una de las recomendaciones que señalaron que las restricciones cuantitativas al comercio deberían ser sustituidas inmediatamente por aranceles, y que estos deberían, a su vez, reducirse, progresivamente, hasta lograr un arancel bajo y uniforme del orden del diez por ciento (o como máximo de alrededor del doce por ciento).

A pesar de la apertura económica de Latinoamérica, desde el punto de vista de la liberalización del comercio o teniendo en cuenta otras medidas importantes como la liberalización financiera, los tipos de cambio, la privatización y la inversión directa en el exterior, la desregularización, los derechos de propiedad, la reforma fiscal, las prioridades del gasto público y la disciplina fiscal, resulta relevante, como una cuestión empírica, preguntarse si la liberalización del comercio ha sido un elemento facilitador o disuasivo de las exportaciones a la región. Por lo tanto, el objetivo de este trabajo es identificar y analizar las barreras a la exportación percibidas en los mercados de destino cuando las pequeñas y medianas empresas españolas exportan a países de Latinoamérica. Es importante destacar que los resultados de esta región se han comparado con aquellos obtenidos por las mismas empresas que han exportado a otros mercados de destino situados en la Unión Europea, en África y en el resto del mundo.

El resto del trabajo está organizado de la siguiente manera: en el siguiente apartado se revisa la literatura existente sobre barreras a la exportación para proponer las hipótesis contrastables sugeridas por la literatura. A continuación, se describe la metodología empleada en este estudio en lo relativo a la unidad de análisis, las escalas de medida, el instrumento estructurado empleado en la encuesta, y el tipo de análisis estadístico formulado. En el siguiente apartado se analizan los resultados. Finalmente, en el último apartado se presenta un resumen de este trabajo y se proponen algunas conclusiones.

 

Barreras a la exportación

La mayoría de los estudios sobre barreras a la exportación reconocen que existe una relación entre la percepción de ellas y el grado de desarrollo exportador. Sin embargo, raramente se ofrece una definición de las barreras a la exportación (Kedia & Chhokar, 1986; Christensen, Da Rocha, & Gertner, 1987; Sharkey, Lim, & Kim, 1989; Gripsrud, 1990; Yang, Leone, & Alden, 1992; Westhead, Wright, & Ucbasaran, 2002; Fernández–Ortiz, Arteaga– Ortiz, & Mihi Ramírez, 2012). En términos generales, las barreras se analizan sin 1) hacer mayor hincapié en el concepto intrínseco de obstáculo a la exportación; 2) intentar revelar su naturaleza; 3) tratar de fijar sus límites (Morgan & Katsikeas, 1997).

Si bien es cierto que los factores externos pueden impedir la exportación, no es menos cierto que también pueden estimularla si se perciben como oportunidades (Papadopoulus & Martin, 2012). Sin embargo, Leonidou (1995) amplía el abanico de esos impedimentos y define las barreras a la exportación como ''todo obstáculo actitudinal, de estructura, opera tivo o cualquier otro impedimento, que dificulte o inhiba la voluntad de la empresa de iniciar, desarrollar o mantener la actividad internacional'' (p. 13). A su vez, clasifica las barreras en dos categorías básicas: internas y externas. Respecto a las internas, aclara que son aquellas que surgen dentro de la organización, por lo general asociadas a los recursos o a la estrategia de marketing de exportación de la empresa. En cuanto a las segundas, externas a la empresa, este autor afirma que las barreras encontradas provienen del exterior de la empresa, ya sea de los mercados extranjeros o de ámbito nacional (por ejemplo, la falta de unos incentivos nacionales adecuados). Por su parte, Bauerschmidt, Sullivan y Gillespie (1985) plantean que las percepciones de barreras potenciales a la exportación cuentan con algunas dimensiones subyacentes, que Westhead et al. (2002) engloban en cuatro categorías básicas: obstáculos estratégicos, de información, de procedimiento y operacionales.

Aunque, como acabamos de apuntar, son escasas las definiciones sobre las barreras u obstáculos a la exportación, la referencia a la importancia de estos impedimentos sí es notoria, constituyendo uno de los tópicos de investigación con mayor presencia en la bibliografía sobre la exportación (Da Silva, 2001). No obstante, los estudios sobre la exportación han tendido a combinar la investigación sobre barreras a la exportación con otros aspectos de carácter organizativo o relacionados con la competitividad, no llegando a aportar un marco teórico para el estudio de impedimentos a la exportación (Morgan & Katsikeas, 1997; Trakarnthai & Netwong, 2010; Arteaga–Ortiz & Fernández–Ortiz, 2010). A este respecto, la mayoría de los investigadores que han estudiado el proceso de exportación suelen coincidir en la idea de que es fundamental entender los obstáculos a la exportación, así como su influencia en la actividad exportadora, tanto a nivel macroeconómico como a nivel microeconómico (e. g. Chung, 2003; Julian & Ahmed, 2005).

El considerable número de estudios que hasta el momento habían abordado la problemática de las barreras a la exportación ya fue destacado por Bilkey (1978). Quizás la causa del incremento del número de estudios relativos a barreras a la exportación podría encontrarse en el creciente proceso de internacionalización y globalización, además de en la importancia que conceden los directivos a las barreras a la exportación (Sharkey et al., 1989).

Los trabajos empíricos revisados que tenían entre sus objetivos describir las dimensiones subyacentes al conjunto de barreras a la exportación han adoptado una metodología generalmente empleada sólo con fines exploratorios. Así, en términos generales, el objetivo de todos estos estudios se ha basado en reducir la dimensionalidad de la escala de medición utilizada y, en consecuencia, la obtención de un número reducido de barreras que resuman el gran número de obstáculos a la exportación (Bauerschmidt et al., 1985; Sharkey et al., 1989; Ramaswami & Yang, 1990; Gripsrud, 1990; Yang et al., 1992; Morgan & Katsikeas, 1997; Westhead et al., 2002; Arteaga–Ortiz & Fernández–Ortiz, 2010; Bruneckiene & Paltanaviciene, 2012). Sin embargo, nos encontramos con una falta de consenso en cuanto al número de factores subyacentes y al contenido de cada uno de ellos, lo que parece estar motivado por la utilización de listados de barreras diferentes y poco integradores de los resultados alcanzados en estudios previos (Uner et al., 2013).

Por tanto, no existe ni un número homogéneo de barreras existentes, ni de sus tipos, ni un criterio uniforme de importancia relativa sobre cuáles son las barreras más significativas, su tipología o la escala que las pueda englobar. Como ejemplo de esta heterogeneidad, podríamos citar a Schroath y Korth (1989), quienes, en su estudio empírico, obtuvieron un total de 211 barreras que finalmente se englobaron en 9 tipos, mientras que en otros estudios se identificaron 10 barreras (Rabino, 1980) o 5 factores a partir de las 17 barreras identificadas por Bauerschmidt et al. (1985) en su revisión teórica, u otros como los 5 grupos obtenidos de las 20 barreras utilizadas por Kedia y Chhokar (1986), los 3 factores de las 10 barreras posibles identificadas por Gripsrud (1990), los 9 factores obtenidos de las 22 barreras utilizadas por Leonidou (1995), los 8 factores finales descritos por Da Silva (2001) de un listado inicial de otras 30 barreras, o los 6 factores obtenidos por Julian y Ahmed (2005) de las 23 barreras.

De este modo, en la bibliografía existente relativa a las barreras a la exportación, podemos encontrar que la mayoría de los estudios reconocen que existe una relación entre la percepción de las barreras a la exportación y el desarrollo de la actividad exportadora. Además, según Rocha, Freitas y Silva (2008), la necesidad de entender la naturaleza y el papel que desempeña la percepción de las barreras a la exportación ha inspirado también a un gran número de investigadores. No obstante, debido a la falta de una base sólida que permita clasificar los principales obstáculos a la exportación con los que se encuentran las pymes, existe todavía en la actualidad una laguna en la investigación sobre las barreras a la exportación (Pinho & Martins, 2010).

En cuanto al ámbito geográfico, en la mayoría de los estudios se ha seleccionado como unidad de análisis a empresas de un determinado país, generalmente estadounidenses (e. g. Rabino, 1980; Bauerschmidt et al., 1985; Hise, 2001). Fuera del ámbito de Estados Unidos, pero sí anglosajón, podemos citar los trabajos realizados por Morgan y Katsikeas (1997) y por Westhead et al. (2002) con empresas del Reino Unido. También es destacable el estudio de Gripsrud (1990) relativo a empresas noruegas del sector de la pesca. En el contexto brasileño, se han llevado a cabo otros estudios, como el de Mayo (1991) y el de Karakaya (1993). En el caso español, se podría citar el de Jiménez Castillo, Estrella Ramón, Ruiz Real, & Sánchez Pérez (2013). Sin embargo, Kaynak y Kothari (1984) se interesaron por conocer las diferencias entre la importancia de las barreras a la exportación percibidas por empresas norteamericanas de dos países: Estados Unidos y Canadá, concretamente de los estados de Texas y Nueva Escocia, respectivamente. En este estudio se encontraron diferencias significativas entre ambos, lo que pone de manifiesto la posible existencia de distintas percepciones de las barreras en función del país de origen.

Además, en la bibliografía relativa a la actividad exportadora se ha destacado que el destino de la exportación está asociado a la percepción de las barreras a la exportación (Leonidou, 1995). Sin embargo, y siguiendo a Gripsrud (1990), la mayoría de los estudios sobre barreras a la exportación no han especificado el destino de las exportaciones. Por ello, este autor argumenta que ''los resultados obtenidos son [sólo] una media de los obstáculos percibidos en diferentes países'' (Gripsrud 1990, p. 476, énfasis añadido).

Para apoyar este planteamiento, Bodur (1986) encontró diferencias significativas en la percepción de obstáculos entre las empresas que exportan a Europa o a Oriente Medio.

Solamente unas pocas barreras coincidieron en ambos grupos de empresas, e incluso éstas se percibieron con distinta intensidad. De manera similar, Karakaya (1993), en un estudio basado en la teoría del ciclo de vida del producto, aportó evidencias empíricas sobre el destino de las exportaciones como variable que influye en la percepción de las barreras. Por su parte, Da Silva (2001), consciente de la posible influencia del destino geográfico de las exportaciones sobre la percepción de las barreras, limitó su estudio a empresas que exportaban a un mercado común como Mercosur. Por tanto, la revisión bibliográfica nos conduce a formular la siguiente hipótesis de trabajo: H: La importancia relativa atribuida a las diversas barreras a la exportación varía en función del destino de las exportaciones de la empresa.

 

Metodología de la investigación

 

Unidad de análisis

Para lograr nuestros objetivos empíricos, hemos seleccionado una población determinada de pequeñas y medianas empresas. Por un lado, el proceso de internacionalización obedece a una secuencia estratégica de acercamiento a los mercados exteriores, que se aplica a las pequeñas y medianas empresas que estén dando sus primeros pasos en las operaciones comerciales internacionales (Young, 1987). En este proceso, la exportación representa una de las primeras etapas y es, conforme a los postulados de la escuela escandinava, un paso casi obligatorio para las pequeñas y medianas empresas (Serra, Pointon, & Abdou, 2012; Martin & Drogendijk, 2014).

Por otro lado, en España, las pequeñas y medianas empresas constituyen el 99,9% del total de empresas y generan el 64% del total de las ventas, pero tan solo el 44% del volumen total de exportación (Tabla 1). Además, el 95,7% de las grandes empresas españolas realizan actividades exportadoras, mientras que ese porcentaje se reduce al 30,7% entre las empresas de menos de 20 empleados (Ortega & González, 2000). De esta manera, se podría afirmar que la diferencia en la actividad exportadora de dichas pymes se debe a la percepción, con mayor intensidad, de las barreras a la exportación.

La unidad de análisis del presente estudio está integrada por empresas españolas exportadoras no consolidadas o no exportadoras, pero interesadas en la exportación y que participan en el programa Plan Iniciación Promoción Exterior (PIPE). Se trata de un programa de ayuda a la internacionalización y, en concreto, al fomento y al desarrollo en las etapas de promoción y comercialización de las pymes españolas no exportadoras, con interés en la exportación, o exportadoras no consolidadas. Este programa está organizado y dirigido por el ICEX4 y por el Consejo Superior de Cámaras de Comercio de España, con la colaboración de las comunidades autónomas. Todas las instituciones y organizaciones involucradas en la gestión del programa realizan anualmente varias campañas publicitarias y acciones directas de difusión a través de las oficinas nacionales, regionales y locales, en cooperación conjunta con asociaciones empresariales, por lo cual estimamos que pocas empresas no exportadoras, independientemente de su interés por la actividad exportadora, no deberían formar parte del programa. Aún más importante resulta el hecho de que este estudio haya seleccionado un conjunto de datos basado en el programa PIPE, lo que hace que la fuente de información estadística se base en un censo conocido de población de empresas de renombre en diversos sectores económicos, formado por más de 2000 nuevas empresas exportadoras durante el año 2000 (Ortega & González, 2000). La población total de nuestro estudio se eleva a 2590 empresas, por lo que incluye a todas las empresas que han participado en el citado programa desde 1997, año de su implantación, hasta noviembre de 2002.

El instrumento de medición utilizado para la recolección de información fue el cuestionario postal autoadministrado, remitido a las empresas que forman parte de la población. El cuestionario postal autoadministrado fue considerado como la mejor opción, debido a que la población objeto de estudio era numerosa, estaba geográficamente dispersa (Ortega, 1990), y los recursos financieros disponibles para llevar a cabo el estudio eran limitados. El cuestionario remitido a las empresas fue el resultado de un cuidadoso proceso de elaboración. Por su parte, el instrumento fue probado antes de su presentación de acuerdo con las recomendaciones señaladas por Ortega (1990) en lo que a brevedad, sencillez, relevancia y precisión se refiere. Para facilitar las respuestas de los encuestados y para evitar un bajogrado de cumplimentación, se utilizaron preguntas cerradas o semiabiertas, surgidas fundamentalmente a partir de la revisión de la bibliografía empírica.

Respecto a la figura del informante, hemos de señalar que las personas elegidas como destinatarias del cuestionario y, por consiguiente, las que nos proporcionan la información necesaria para llevar a cabo nuestra investigación, son las máximas responsables de la exportación en sus respectivas empresas, ya que son éstas quienes tienen mayor capacidad de decisión dentro de su empresa en lo que a la actividad exportadora se refiere.

Colaboraron con la investigación un total de 478 empresas de las 2590 a las que se envió el cuestionario, por lo que el porcentaje de respuesta resultó ser del 18,5%, lo cual nos permite asumir un margen de error del 4,22%. Sin embargo, la tasa de respuesta real fue del 18%, al descartar 15 cuestionarios recibidos, pues no tenían debidamente cumplimentadas las preguntas básicas, no habían sido contestadas por la persona indicada o se consideraron respuestas no fiables.5 Por consiguiente, el error muestral definitivo fue del 4,5%.

En cuanto a los sectores a los que pertenece la muestra de pymes, el 23,6% proviene del sector agroalimentario, el 26,1% del de bienes de consumo, el 37,7% de productos industriales y el 7,6% del sector servicios. Con respecto al tamaño en función del número de empleados, el 25,3% de las empresas encuestadas se encuadraron como microempresas (de 1 a 9 empleados), el 56,3% como pequeñas (de 10 a 49), y el 17,3% medianas (de 50 a 249).

 

Escalas utilizadas y análisis estadístico

Se identificó una lista final de 26 variables a partir de la revisión de la bibliografía existente sobre las barreras a la exportación,6 así como del análisis de los resultados obtenidos de las entrevistas desarrolladas durante la etapa previa al test, siguiendo la metodología desarrollada por diferentes autores (e. g. Gripsrud, 1990). Así, desde el ítem 1 hasta el 26 del instrumento de medición, se mostró a los directivos encuestados un listado de las distintas barreras a la exportación con las que se pueden encontrar las empresas. En concreto, se pidió a los encuestados que indicaran la medida en que las distintas barreras a la exportación dificultaban la iniciación o la expansión de la actividad exportadora de su empresa. Todas las barreras están estructuradas en función de las escalas actitudinales tipo Likert valoradas del 1 al 7, y cuya codificación comprende desde no dificulta a dificulta mucho, respectivamente.

Por un lado, y con el fin de reducir la dimensionalidad de la escala utilizada en el cuestionario para la medición del conjunto de las posibles barreras a la exportación, y facilitar, al mismo tiempo, el análisis y la interpretación de los datos, con la menor pérdida de información posible, se aplicó el método factorial denominado análisis de componentes principales con rotación Varimax. Dicho análisis también se utiliza para reducir la dimensionalidad de cada una de las escalas asociadas a los cuatro tipos de barreras identificados en la bibliografía. De esta forma, se pretendía evaluar la validez de dichas escalas.

Por otro lado, y con el fin de proporcionar una medición precisa de las escalas utilizadas, se realizaron un análisis de fiabilidad de las escalas y un test de validez. En concreto, se aplicaron tanto un test de fiabilidad (George & Mallery, 1995; Babbie, 1995) como un test de validez del contenido (Venkatraman & Grant, 1986; Babbie, 1995). Además, para determinar la validez del instrumento de medición, se aplicó el test de validez convergente y discriminante, para averiguar si, a priori, una técnica de medición falsa registra un número determinado de dimensiones y los resultados del análisis factorial así lo ponen de manifiesto (Peter, 1981). Para contrastar la hipótesis asociada a las posibles diferencias en las barreras a la exportación percibidas en función de los mercados de destino, se llevó a cabo, a su vez, un análisis de varianza one–way. También se emplearon, a posteriori, la prueba T de Tukey (1953) y la prueba S de Scheffé (1953), así como procedimientos de comparación múltiple, para investigar qué categorías presentaban diferencias significativas.

Finalmente, y con el fin de identificar y describir las barreras a la exportación percibidas con mayor frecuencia por las empresas españolas participantes en el estudio en función del destino mayoritario de sus exportaciones, se realizaron análisis de frecuencias absolutas y relativas, y se calcularon estadísticas que incluyen medidas de tendencia central (e. g. media, mediana y moda) y de dispersión (desviación estándar y desviación cuartil). Para la consideración de empresas exportadoras según cada uno de los destinos geográficos, el análisis se limitaba exclusivamente a aquellas empresas que destinaban más del 50% del total de su exportación a uno de los cuatro destinos geográficos señalados: Latinoamérica, la Unión Europea, África y el resto del mundo (Tabla 2).

 

Análisis de los resultados

La hipótesis de nuestro estudio plantea que las barreras a la exportación podrían variar en función del destino de las exportaciones. La Tabla 3 recoge los resultados de los análisis ANOVA one–way aplicados a cada uno de los siete tipos de barreras a la exportación obtenidos a partir del método de rotación Varimax y tras limitar las exportaciones de las empresas a los cuatro mercados de destino, con la finalidad de identificar posibles diferencias significativas.

El análisis factorial y de los principales componentes para reducir la dimensionalidad aplicado, en un principio, a 26 variables asociadas a la escala de medición de las barreras a la exportación mediante el método de rotación Varimax, dio como resultado siete factores, lo que provocó una diferencia total del 59,1%. Dos de los ítems: costes de transporte y embarque, y costes de adaptación del producto a los mercados de exportación, tuvieron cargas factoriales menores. Por tanto, se eliminaron de la lista inicial de variables. Sin embargo, la repetición de todo el proceso dio lugar a la explicación de una diferencia elevada del 60,1% para los siete factores compuestos. Esto constituyó el modelo final aceptado para corroborar los resultados empíricos del estudio (Tabla 4).

En efecto, la decisión de aceptar el modelo final se encuentra respaldada por el coeficiente alfa de Cronbach de 0,87, por lo general muy bueno para la coherencia interna del modelo estructural cuando es superior a 0,8 con respecto al papel que desempeñan los siete factores compuestos independientes que se identificaron. Por otro lado, el resultado del test KMO es de 0,85 y la esfericidad de Bartlett de 3262,37 (GL = 276; valor p = 0,000), lo que permite refutar la hipótesis de que la matriz de correlaciones que se consideró en los test es la matriz de identidad.

No se encontraron diferencias significativas entre las empresas y los principales mercados de destino en cuanto a la percepción de barreras de conocimiento (p = 0,35), barreras culturales (p = 0,08), barreras arancelarias (p = 0,89), barreras de recursos (p = 0,44) y barreras de adaptación al mercado (p = 0,06). Por lo que respecta a las barreras exógenas, si bien el análisis ANOVA one–way detecta la existencia de diferencias (p = 0,04), ni la prueba T de Tukey ni la prueba S de Scheffé mostraron diferencias significativas entre este tipo de barreras y las exportaciones a los mercados de destino especificados. Por el contrario, los análisis realizados señalaron la existencia de una conexión estadística entre las barreras de apoyo privado y logística, y los mercados de destino, confirmada, además, por la prueba T de Tukey y la prueba S de Scheffé, con un nivel de significación inferior al 5%, obteniéndose diferencias significativas (p<0,007) entre ellas.

 

Barreras de apoyo privado y logística

En primer lugar, aquellas empresas que destinaron más del 50% de sus exportaciones a África mostraron diferencias significativas con respecto a aquellas que destinaron más de la mitad de sus ventas al exterior a Latinoamérica y al resto del mundo. De tal forma que, tras analizar los valores medios alcanzados por dichos mercados geográficos en este tipo de barreras, las empresas cuyas exportaciones se dirigen mayoritariamente a África perciben mayores barreras de apoyo privado y logística que las que exportan al resto del mundo. En segundo lugar, también se observan diferencias significativas entre aquellas empresas que exportan principalmente a Latinoamérica y las que lo hacen a África. En efecto, las primeras perciben las barreras relativas al apoyo privado y logística con menor intensidad que las segundas.

Por otra parte, el objetivo del estudio era identificar las barreras que más dificultan la iniciación o la expansión de la actividad exportadora con respecto al mercado de destino (Tabla 5). Concretamente, los análisis de frecuencias y las estadísticas descriptivas calculadas para cada uno de los 26 ítems incluidos en el cuestionario nos permiten realizar las siguientes observaciones:

  • Las mayores barreras a la exportación son las barreras de conocimiento y las barreras de adaptación al mercado. En particular, las principales barreras que componen este último factor: localización de un distribuidor adecuado, la selección de canales de distribución adecuados, y la intensidad de la competencia en los mercados de exportación constituyen las barreras que más dificultad presentan para las empresas españolas cuyo principal mercado de destino son países de la Unión Europea (ver Tabla 7, en el anexo).
  • En cuanto a los valores medios por destino geográfico, apenas se observan diferencias, oscilando entre los valores de las empresas que exportan a Latinoamérica (media = 4,04) y a la Unión Europea (media = 3,91).
  • Cuando el mercado de destino mayoritario de las exportaciones españolas lo constituye alguno de los países miembros de la Unión Europea,7 resulta significativo que las barreras arancelarias obtengan un resultado no muy diferente a la de otros destinos como Latinoamérica, África y el resto del mundo. Esto resulta paradójico, dado que uno de los pilares básicos de la Comunidad Económica Europea, desde el Tratado de Roma, su tratado constitutivo, se basa precisamente en la libre circulación de mercancías y en la creación de un espacio común europeo. Para ello se constituyó una unión aduanera, que va más allá de una simple zona de libre cambio, creándose a partir de 1993 el mercado único europeo, cuyo objetivo principal es facilitar la libre circulación de mercancías y, consecuentemente, eliminar cualquier barrera arancelaria o no arancelaria que obstaculice o dificulte dicha libertad. Así, en la Tabla 6 mostramos cómo las barreras relativas a la normalización y a la homologación de los productos, las arancelarias y las de documentación y burocracia requeridas para la actividad exportadora, se posicionan de una manera similar para los distintos mercados de destino.

  • Debemos destacar el hecho de que la intensidad de la competencia en los mercados de exportación (media = 4,41) para las empresas españolas no se encuentre entre las cinco primeras barreras más percibidas cuando el mercado de destino es Latinoamérica, pero que sí sea la segunda más percibida cuando el mercado de destino es un país miembro de la Unión Europea.
  • De igual manera, la barrera denominada riesgo de perder dinero al vender en el extranjero es percibida con una intensidad considerablemente menor en Latinoamérica (media = 3,80) que en la Unión Europea (media = 3,29), en el resto del mundo (media = 3,38) y en África (media = 3,46).
  • Por otra parte, cuando el riesgo por la variación de los tipos de cambio de las monedas es considerado una barrera a la exportación debido a las fluctuaciones de los tipos de cambio en el mercado de divisas, los resultados de Latinoamérica (media = 3,53) son significativamente mayores que en los otros tres destinos posibles. Este resultado es coherente con el analizado anteriormente, que, junto con la barrera denominada alto valor del euro, supone un menor obstáculo cuando el mercado de destino de las exportaciones españolas es Latinoamérica, que cuando es África, el resto del mundo o la Unión Europea (media = 3,26). En efecto, dado que el euro es la moneda común de la Unión Europea, las empresas europeas, entre las que se incluyen las españolas, se encuentran ante una situación de alta competencia entre ellas, lo que influye en sus estrategias para fijar los precios y hace que la competencia sea todavía más intensa. Además, tal y como hemos mencionado anteriormente, este hecho se traduce en una percepción mayor de las barreras a la exportación.
  • Finalmente, en cuanto a las barreras a la exportación menos percibidas por los directivos responsables de la exportación de las empresas españolas, resulta significativo que la barrera costes de transporte y embarque sea la menos percibida cuando el mercado de destino es Latinoamérica. Esto es significativo, puesto que, a primera vista, parece carecer de fundamento si se contrasta con los resultados obtenidos para otros mercados de destino y en cuyos casos se situó entre las 10 primeras barreras a la exportación más percibidas por las empresas españolas. La segunda barrera menos percibida es la de falta de especialistas en comercio internacional en los bancos con los que los directivos de las empresas exportadoras negocian. Asimismo, la cuarta barrera menos percibida por estos directivos corresponde a la falta de una red en el exterior de los mismos bancos con los que estos directivos trabajan en España. Dicha barrera puede deberse al espectacular incremento de la inversión española en el exterior durante los década de los noventa. En este sentido, la mitad de esta inversión está destinada a países latinoamericanos, y cerca del 18% del total está dedicado a la intermediación financiera, a la banca y a los seguros, lo que puede explicar por qué esta barrera tiene una menor percepción para Latinoamérica que para otros mercados de destino.

 

Conclusiones

Este estudio ha pretendido realizar una investigación de las percepciones que tienen los directivos de las empresas españolas sobre las barreras a la exportación en función de los mercados de destino, que incluyen Latinoamérica, la Unión Europea, África y el resto del mundo. A pesar de que la investigación se centraba exclusivamente en el caso de los países latinoamericanos como principales receptores de las exportaciones españolas, se incluyen también análisis comparativos con otras regiones del mundo. Asimismo, se plantea la hipótesis de que la percepción de las barreras a la exportación depende del mercado de destino. La mayor parte de los estudios sobre las barreras a la exportación reconocen que existe una relación entre la percepción de éstas y el grado de desarrollo de la actividad exportadora. Sin embargo, no es posible encontrar en la bibliografía un consenso definitivo con respecto al número y a los tipos de barreras existentes, así como a la importancia relativa en que algunas de estas barreras son más significativas. Por otra parte, la percepción de las barreras a la exportación parece ser un factor específico del país. Para demostrar empíricamente la percepción de las barreras a la exportación de los mercados de destino, hemos seleccionado una población de 2590 pequeñas y medianas empresas españolas que participaron en el programa PIPE. Tras revisar la bibliografía existente sobre las barreras a la exportación y analizar los resultados de las entrevistas realizadas a los directivos responsables de la exportación durante la etapa previa al test, se confeccionó una lista de 26 variables. Mediante un instrumento de medición, se realizó la encuesta a los directivos responsables de la exportación de sus empresas, con el fin de determinar si las diferentes barreras a la exportación que ellos percibían dificultaban o no la iniciación o expansión de la actividad exportadora de sus empresas, y en qué medida lo hacían.

A continuación, se analizaron las respuestas obtenidas de la encuesta mediante un proceso de transformación con el fin de obtener una reducción de la dimensionalidad con los principales componentes y el análisis factorial a través del método de rotación Varimax. Como resultado, se obtuvieron siete factores compuestos básicos: barreras de conocimiento, barreras exógenas, barreras culturales, barreras de apoyo privado y logística, barreras arancelarias, barreras de recursos, y barreras de adaptación al mercado.

Uno de los resultados más sorprendentes de este estudio corresponde al caso del papel fundamental que desempeña el apoyo y la logística por parte del sector privado. Concretamente, se comprobó que las empresas que habían destinado menos del 50% de sus exportaciones a África mostraban diferencias significativas con respecto a aquellas empresas que habían destinado más del 50% de sus exportaciones a Latinoamérica o al resto del mundo. De hecho, las empresas entre las que Latinoamérica figura como principal mercado de destino perciben las barreras relativas al apoyo privado y logística con menor intensidad que las empresas cuyo principal mercado de destino es África.

Los siguientes resultados son aún más importantes, por lo que merecen una atención especial:

  • En primer lugar, las barreras de conocimiento y las barreras de adaptación al mercado son las principales barreras a la exportación percibidas por las empresas españolas. Además, se señaló que la localización de un distribuidor adecuado, la selección de canales de distribución adecuados, así como la intensidad de la competencia en los mercados de exportación son los componentes principales del factor de adaptación al mercado.
  • En segundo lugar, cuando el principal mercado de destino de las exportaciones españolas es un país miembro de la Unión Europea, las barreras arancelarias presentaban casi los mismos resultados que las barreras percibidas para otros mercados de destino como Latinoamérica, África y el resto del mundo. No cabe duda de que este resultado se contradice con los objetivos de la Unión Europea.
  • En tercer lugar, la intensidad de la competencia en los mercados de exportación para las empresas españolas no figura entre las cinco barreras principales percibidas cuando el mercado de destino es Latinoamérica.
  • En cuarto lugar, la barrera denominada riesgo de perder dinero al vender en el extranjero es percibida de manera menos significativa en Latinoamérica que en la Unión Europea, el resto del mundo y África.
  • En quinto lugar, el riesgo por la variación de los tipos de cambio de las monedas se considera una barrera a la exportación debido a las fluctuaciones de los tipos de cambio en el mercado de divisas. En el caso de Latinoamérica, esta barrera es significativamente mayor que las percibidas en otros mercados de destino.
  • En sexto lugar, la barrera a la exportación que menos perciben los directivos responsables de la actividad exportadora de las empresas españolas es la barrera de costes de transporte y embarque cuando el mercado de destino es Latinoamérica. Este resultado parece carecer de fundamento, pues, según la bibliografía, la distancia geográfica es considerada una barrera principal a la exportación. Sin embargo, se puede afirmar que, por un lado, gracias a los avances en las comunicaciones y en los medios de transportes disponibles en todo el mundo, los costes asociados a la distancia geográfica se han visto reducidos considerablemente. Por otro lado, existen datos que muestran que, debido a la situación económica mundial, el concepto de distancia psicológica ha sustituido a la distancia física como una barrera, según las opiniones tanto de los profesionales como de los investigadores (Joliet & Hubner, 2003; Zaheer, Schomaker, & Nachum, 2012; Martin & Drogendijk, 2014).

En un último análisis, podemos afirmar con seguridad que este estudio ha contribuido positivamente a arrojar luz sobre un tema de investigación importante, en diferentes aspectos. La mayoría de los estudios sobre barreras a la exportación tratan fundamentalmente los casos de unos pocos países tradicionales, como Estados Unidos o Reino Unido. En el pasado, se han llevado a cabo pocos estudios con el objetivo de entender el caso de las empresas exportadoras españolas, particularmente con respecto a Latinoamérica y a otros mercados de destino. Esto cobra especial relevancia en un momento en el que las grandes empresas españolas que realizan una inversión directa en Latinoamérica pueden competir o complementarse con las exportaciones que generan las pequeñas y medianas empresas españolas, en esa misma región. Por tanto, se abren nuevas vías para la investigación empírica, así como implicaciones para los directivos de exportación y responsables de las políticas públicas de fomento de la exportación.

En cuanto a las implicaciones prácticas y recomendaciones relativas a políticas gubernamentales, entendemos que los resultados de este estudio pueden ser tenidos en cuenta para determinadas políticas gubernamentales de promoción de exportaciones. En este sentido, al existir diferentes tipologías de barreras en función de los distintos mercados, si las autoridades desean aumentar las exportaciones hacia una determinada región geográfica, deberán tomar medidas específicas distintas que si intentar aumentar la exportación hacia otra determinada región.

No obstante, los resultados de este estudio deben interpretarse con cautela y siempre dentro del contexto adecuado, con el fin de proponer tanto las limitaciones como las indicaciones para próximas investigaciones. A pesar de que estudios de este tipo puedan ser específicos del país y del sector, los resultados también provienen del ámbito de las técnicas estadísticas disponibles y sus limitaciones, que pueden dificultar la interpretación de los resultados de la investigación. Concretamente, la muestra final de una población relativamente alta de empresas españolas no fue demasiado amplia, por lo que cualquier intento de repetir el estudio podría dar lugar a patrones de cargas factoriales diferentes (aun cuando el estudio contaba con uno de los niveles de respuesta más elevados para este tipo de encuestas). Además, incluso si se emplearan los mismos datos, el hecho de extraer cuatro factores, tal y como se propuso inicialmente para el estudio, o un número de factores distinto de siete, tal y como finalmente se decidió, puede dar como resultado patrones distintos. Del mismo modo, si se repitieran los resultados, las diferencias podrían deberse a la variación de respuestas de los directivos encargados de la exportación o a la manera en que éstos interpretan o perciben las barreras a la exportación, más que al contenido de la materia. Las etiquetas que se asignaron a los siete factores compuestos identificados no tienen por qué reflejar de manera fiel los conceptos subyacentes que conforman la base de los factores que se extrajeron finalmente en el estudio. Sin embargo, los tres primeros confirman los estudios precedentes. Con respecto al cuarto (las barreras de procedimiento), nuestro estudio propone dividirlo en cuatro nuevas categorías, hasta alcanzar un total de siete factores.


 

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