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Anagramas -Rumbos y sentidos de la comunicación-

versão impressa ISSN 1692-2522

anagramas rumbos sentidos comun. vol.14 no.27 Medellín jul./dez. 2015

 

EDITORIAL

 

Lo virtual en la era del autismo intelectual

 

The virtual in the intellectual autism age

 

 

César Cardona Cano1

 

1 Magíster en Comunicación Educativa de la Universidad Tecnológica de Pereira y la Universidad de Medellín. Comunicador y Relacionista Corporativo de la Universidad de Medellín, docente investigador de tiempo completo en las áreas de Radio y Sonido, y jefe del Programa de Comunicación y Entretenimiento Digital de la misma institución. Realizador, músico y locutor comercial. Docente de Medios Audiovisuales en la Colegiatura Colombiana, y en el Politécnico Jaime Isaza Cadavid, y de Sonido, en la Universidad de Manizales. Premio Nacional de Cultura, Ministerio de Cultura, 2009. Universidad de Medellín. ccardona@udem.edu.co

 


Resumen

El presente texto ofrece algunas reflexiones teóricas y visiones del autor sobre la relación del hombre de hoy con el fenómeno de la comunicación digital, también conocida como comunicación virtual, a través de Internet, unas reflexiones que aparecen del trabajo investigativo sobre el modelo convergente del canal de televisión pública Telemedellín, y en las que se explora el panorama de las relaciones del hombre con el otro, consigo mismo y con las cosas, desde la mediación de la computadora. Por otro lado, indaga sobre la composición de las redes sociales y su producto, la comunidad virtual, lugar en el que se producen los intercambios e interrelaciones humanas. Y finalmente, intenta mostrar el desasosiego del hombre de la época actual, encontrándolo como un ser solitario que lucha por un lugar en el mundo.

Palabras clave: virtualidad, comunidad, internet, comunicación, red informática.


ABSTRACT

This paper offers some theoretical considerations and visions of the author about the relationship of modern man with the phenomenon of digital communication, also known as virtual communication via the Internet. Some reflections that appear investigative work on the convergent model of public television Telemedellín. It explores the landscape of human relationships with others, with himself and with everything from computer mediation. On the other hand, it also explores the composition of social networks and their product, the virtual community, where exchanges and human interactions are produced. And finally, this article tries to show the restlessness of mankind today, finding human beings as loners who fight for a place in the world.

Key words: virtuality, social networking, convergence, interactivity, computer network.

Palavras–chave: virtualidade, redes sociais, convergência, interatividade, rede de computadores.


 

 

La pregunta por el otro en el contexto de lo virtual

No, no hay ninguno como yo, pero... mira, ¿ves esos pájaros? Alguien tuvo que escribir un programa para controlarlos, del mismo modo existe un programa para regular los árboles, el viento, el alba y el ocaso. Hay programas funcionando en todas partes. Aquellos que realizan bien su cometido, su misión son invisibles, no podrías saber si están aquí, pero los otros... bueno, siempre se oye hablar de ellos.

Diálogo entre Oráculo y Neo. Andy Wachowski, Larry Wachowski. 1999. The Matrix

En pocos años la revolución tecnológica ha hecho que la manera de comunicarnos sea distinta, interviniendo el modo de relacionarnos y de ver el mundo. Las nociones de tiempo y espacio hoy son diferentes, y el asombro que produce el encuentro con el mundo ha desaparecido. Este artículo se pregunta por ese fenómeno, reflexiona sobre la manera en que, sin importar la procedencia, la posición social ni el nivel educativo, el mundo se vuelve pequeño y el tiempo corto. La soledad hace su aparición y media en las relaciones con el otro y con la vida.

Si algo ha cambiado radicalmente desde las postrimerías del siglo pasado y hoy sigue transformándose, es la comunicación, sobre todo en sus dinámicas, los usos y los aparatos que intervienen en ella. Para Gabás (1980, p.104), la comunicación en la práctica es "una interacción mediada por símbolos", concepto que se acerca a Habermas, en tanto es necesario usar la intersubjetividad para comprender la conducta humana. La comunicación siempre ha sido un campo de preocupación para la sociedad; el desarrollo de tecnologías y medios ha ido configurando la manera como el hombre se relaciona consigo mismo, con el otro y con su entorno.

Esos desarrollos le han otorgado un carácter de eficiencia, calidad y competitividad que va de la mano con las características de un mundo cada vez más globalizado, más occidentalizado, más competitivo, más conectado y más solitario. La humanidad ha pasado del telégrafo al teléfono, del teléfono a la radio, de la radio a la televisión, de la televisión a la informática, posteriormente a los sistemas multimedia, y hoy, a los espacios virtuales y transmediales representados por comunidades o individuos solitarios. Tal y como se analiza en el libro Cuatro veces Medellín (Álvarez, Arango, Cardona y Giraldo, 2014, p. 34), "... en las pantallas de un grupo social sabemos mucho de quién es ese grupo en determinado momento, pero también de lo que sueña ser en un futuro y de los caminos que está proyectando para serlo".

Las tecnologías de información y comunicación han influido de manera determinante en las generaciones actuales para las que la dimensión técnica de la comunicación y su estilo racional y sistemático han sustituido a la experiencia humana y social; muchos expertos perciben estas tendencias, a modo de epifanía, como la solución para los problemas en el progreso del hombre, reconfigurando la manera de ser humanos.

Esta dinámica ha modificado la manera en que los individuos ven el mundo y se relacionan con él. De la necesidad de transitar entre lo analógico y lo digital, entre lo físico, concreto y real hacia lo inminente, abstracto y simulado, es decir, a lo virtual, inmersos en un proyecto globalizador, resultan fenómenos como el achatamiento del tiempo y el espacio, el derrumbamiento de las fronteras entre lo privado y lo público y la demarcación de límites invisibles y dinámicos en términos de lo digital (Mejía, 2006, p.23); todo esto en la búsqueda de la conformación de comunidades que trasciendan las fronteras y los territorios gracias a que las distancias y temporalidades se dan en términos de capas de datos y de velocidad de procesamiento. El concepto opuesto al de vinculación es el de aislamiento o soledad. Como lo define el psicólogo Alejandro Rocamora Bonilla (2006) citando a Irving Yalom.

Desde el punto de vista clínico, se pueden diferenciar tres tipos de aislamientos: el aislamiento interpersonal, que se experimenta como soledad y está en relación con la dificultad de comunicación con el otro, por causa del estrés, la masificación, la aceleración, etc. de la vida cotidiana; el aislamiento intrapersonal, se refiere a la falla de los mecanismos internos integradores del individuo que le sitúan en una posición neurótica; y el aislamiento existencial, que persiste aunque se esté en compañía (p. 7).

Tal concepción está integrada a dinámicas globales de estados y conglomerados económicos que involucran hasta la más elemental relación de padres e hijos, y se ha situado en la comunicación como baluarte de la sociedad actual. Presenciamos el advenimiento, en palabras de Marco Raúl Mejía, de una neutralidad ética salida de una visión científicotécnica, con visos positivistas e instrumentalistas, generando un movimiento del engranaje social en el que se incluyen objetos, valores y visiones de una manera tan atropellada que no queda claro cómo es el fenómeno que se presenta hoy.

La relatividad de la duración del tiempo y la invisibilidad de los límites del espacio propician el cuestionamiento de los escenarios normativos, convencionales y regulares, creando el imaginario de una supuesta neutralidad ética, algo así como andrógenos políticos. Este panorama constituye un trasfondo en donde ningún avance tecnológico alcanza la esfera social en su esencia, mucho menos la humana, y evita la construcción de posiciones políticas fundamentadas, homogeneizando el modo de pensar y actuar de los individuos.

 

Subjetividad subjetivada

Lo expuesto hasta acá es el fundamento para entender que en las tensiones de lo local y lo global, lo colectivo y lo individual, lo institucional y lo subjetivo, se juega buena parte del sentido que para un ser humano tienen la vida. De ahí que lo imaginario sea portador de una cantidad desbordante de información de un grupo social, pues allí llegan a tener peso no sólo los discursos oficiales, mediáticos emanados desde el poder, sino una serie de expresiones locales, realmente locales, donde toman fuerza expresiones individuales muy potentes que tantas veces pueden ser el obstáculo para que los mensajes que se envían desde los medios no sean tomados como se proponían los emisores ((Álvarez, Arango, Cardona y Giraldo, 2014, p. 34).

Hasta aquí se puede intuir fácilmente cómo del cambio de la época y la inmersión en el orden de las relaciones virtuales surge una subjetividad contradictoria, que no está guiada por teorías absolutas o códigos omnipresentes. Hoy, la manera en que se construyen los procesos de socialización es diferente y las fronteras de la individualidad son más marcadas.

La multiplicación de los medios, las formas y la cantidad de conexiones segrega a ciertos sectores de población que por su formación y su generación están por fuera del movimiento tecnológico y, peor aún, de las dinámicas de comunicación actuales ya que no conciben las nuevas formas de relacionarse, y el sistema no es incluyente.

La ampliación y especialización, la recomposición e integración de nuevas formas de la actividad humana se intercalan generando nuevos modos de saber y nuevos intereses, convenciones y tipos de comunicación, la mayoría de las veces totalmente segmentados. Agrupan y segregan a la vez. En este mundo global, el hombre va buscando pares que lo saquen del agobio de la soledad y recurre a aquello que lo diferencia de los demás, lo divergente en el plano de lo real lo hace a un lado para identificarse con otros que son sus iguales. Comunidades a partir de la identificación del otro y del yo propio.

Incluso en el ámbito familiar se ha reflejado este cambio; la interacción hoy se disgrega en una suerte de procesos de calidad, indicadores y datos verificables que evidencian la mutación del entorno inmediatamente cercano. El individuo se encuentra en una sin salida, inmerso en la formación de un sistema objetivo, competitivo y homogeneizador. Por esto, el sujeto es alguien involuntariamente cosificado, sumergido en un espacio–tiempo de múltiples subjetividades co–existentes en la propia. Ciudadanos de la metrópoli global, insertos en la lógica de ser positivos, modernos, consumidores de tecnología, náufragos ante la marea globalizadora como seres fichados, medidos, estratificados, segmentados, pero anónimos y solos. De ahí, que seamos todos y no seamos ninguno; el asunto se reduce a un avatar.

Es en este punto donde se hace evidente cómo el espacio–tiempo se acorta y se desata un sentimiento de soledad, voluntario, en algunos casos, e involuntario, en la mayoría; embarga al hombre despojándolo de sentido y dejándole recuerdos efímeros de infinitas conexiones e informaciones siempre fragmentadas. Este estado puede ser autoprovocado, en la medida en que se acepta un fácil estado de entumecimiento intelectual. Solo encuentra paliativos en el consumo de cultura digital de masas y cierta ilusión de realizarse como el avatar que se quisiera ser. Todo está a la mano siempre que se tenga poder adquisitivo, quienes no lo tienen son invisibles; no ocurre lo mismo en el mundo físico; tal condición es propia del espacio tiempo virtual.

Martin Buber, desde 1923, planteó el problema de las relaciones de los hombres entre sí y de los hombres con las cosas en el contexto del espacio–tiempo. Compara al hombre con los demás seres vivos y con las demás cosas, con el fin de captar al hombre entero.

La relación con el Tú es inmediata. Entre el Yo y el Tú no media ningún sistema conceptual, ninguna presciencia y ninguna fantasía; y la memoria misma se transforma, pues desde su aislamiento se precipita en la totalidad (...) Toda mediación es un obstáculo. Sólo donde toda mediación se ha desmoronado acontece el encuentro (Buber, 1923, p. 19).

Finalmente, solo queda despertar del fácil letargo tecnológico para darle un giro copernicano a la forma en que hoy se ve y experimenta el mundo. Es necesario intentar ponerle fin a la crisis contemporánea de la incapacidad del humano de dominar el ecosistema tecnológico que ha creado. Las ciencias naturales y sociales deben confluir para ofrecerle a la sociedad maneras de habitar su entorno desde la humanidad misma, no desde el instrumento, aunque sin desestimarlo como motor del progreso y el bienestar, mediador en la sociedad de nuestros días y, muy seguramente, en la futura.

 

Bibliografía

Arango, C; Álvarez, M; Cardona, C; Giraldo, A. 2014. Cuatro veces Medellín. Agendas de lo imaginario en el sonido, la televisión, la publicidad y la prensa. Medellín: Sello Editorial Universidad de Medellín.         [ Links ]

Buber, M., Ich und Du, Insel–Verlag, Leipzig, 1923 (Primera edición en alemán). [ed. Esp. Yo y Tú, Caparrós Editores, Madrid, 1998]         [ Links ].

Gabás, Raúl. 1980. Habermas: dominio técnico y comunidad lingüística. Barcelona: Ariel.         [ Links ]

Mejía, Marco Raúl. 2006. Educación(es) en la(s) Globalización(es) I. Bogotá: Desde Abajo.         [ Links ]

Rocamora, A. (2006) Nuevas patologías psiquiátricas. Recuperado el 25 de junio de 2015. Disponible en: http://psicologoslaureanocuesta.org/articulos/patopsiq.pdf        [ Links ]

Peirce, C. S. 1965. Collected papers (8 vols.). Cambridge: MA: Harvard University Press.         [ Links ]

 

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