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Opinión Jurídica

versión impresa ISSN 1692-2530

Opin. jurid. vol.17 no.spe35 Medellín jul./dic. 2018

https://doi.org/10.22395/ojum.v17n35a4 

Artículos

De la guerra a la esperanza: las estrategias de afrontamiento de reintegrados de las Autodefensas Unidas de Colombia*

From War to Hope: Coping Strategies of the Members of the Autodefensas Unidas de Colombia that Reintegrated to Society

Da guerra à esperança: as estratégias de afrontamento de reintegrados das Autodefesas Unidas da Colômbia

Paula Andrea Cárdenas Echeverry** 

Ana Milena Montoya Ruiz*** 
http://orcid.org/0000-0002-4821-7415

Olga Cristina Gutiérrez**** 

** Psicóloga, Universidad de San Buenaventura, Medellín, Colombia. Especialista en Estudios de Género, Universidad de Medellín, Colombia. Asesora de reintegración en el componente de comunidades de Medellín y municipios del Área Metropolitana de la Agencia Colombiana para la Reintegración de Grupos Alzados en Armas (ACR), Medellín, Colombia. Correo electrónico: paulacardenase@hotmail.com

*** Abogada, Universidad de Medellín, magíster en Género, Sociedad y Política del Programa Regional de Formación en Género y Políticas Públicas Prigepp-Flacso, Buenos Aires, Argentina. Candidata a Doctora en Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín. Docente e investigadora del Grupo de Investigaciones Jurídicas y coordinadora de la Clínica Jurídica en Género y Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Medellín, Medellín, Colombia. Correo electrónico: ammontoya@udem.edu.co

**** Trabajadora Social de la Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín, Colombia. Especialista en Estudios de Género, Universidad de Medellín. Trabajadora Social de la Secretaría de la Mujer y la Familia del municipio de Caldas, Antioquia. Correo electrónico: alejin09@hotmail.com


RESUMEN

El presente artículo es producto del estudio exploratorio “Estrategias personales en hombres y mujeres excombatientes de las Autodefensas Unidas de Colombia y resignificación de su proyecto de vida” realizado en la ciudad de Medellín, Colombia, el cual a partir de los testimonios de dos excombatientes, identificó y analizó las estrategias de afrontamiento incorporadas en su proceso y que han incidido en la resignificación de sus experiencias de vida en la guerra. La investigación usó la metodología del estudio de caso, aplicada en un hombre y una mujer excombatientes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que culminaron su proceso de reintegración −promovido por la Agencia Colombiana para la Reintegración− y que decidieron participar de la investigación voluntariamente. A partir de sus testimonios se realizó un acercamiento a algunas experiencias compartidas por hombres y mujeres en la guerra y se dio cuenta de la influencia que tienen las condiciones socio-históricas y de género para reconstruir un proyecto de vida en la legalidad. Finalmente, como producto de este diálogo se formulan algunas propuestas para las intervenciones de excombatientes del conflicto armado en Colombia como aportes al proceso de reincorporación actual.

Palabras clave: conflicto armado en Colombia; Autodefensas Unidas de Colombia; reintegración y reincorporación de excombatientes; estrategias personales de afrontamiento; enfoque de género

ABSTRACT

This paper is a product of the exploratory study “Personal strategies in men and women, excombatants of the Autodefensas Unidas de Colombia and the resignification of their life project”, carried out in the city of Medellín, Colombia, based on the testimonies of two ex-combatants. It identifies and analyses the coping strategies incorporated in the process that have influenced the resignification of their life experiences in the war. The methodology applied was case studies with ex-combatants, a man and a woman, of the Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) who completed their reintegration process, promoted by the Colombian Agency for Reintegration and who voluntarily participated in the investigation. With their testimonies, an approach to some of the experiences shared by men and women in the war was possible, and the influence of socio-historical and gender conditions to reconstruct a life project in legality was made evident. Finally, some proposals are formulated for the interventions of ex-combatants of the armed conflict in Colombia as contributions to the current reincorporation process.

Keywords: armed conflict in Colombia; Autodefensas Unidas de Colombia; reintegration and reincorporation of ex-combatants; personal coping strategies; gender approach

RESUMO

O presente artigo é produto do estudo exploratório “Estratégias pessoais em homens e mulheres ex-combatentes das Autodefesas Unidas da Colômbia e ressignificação de seu projeto de vida”, realizado na cidade de Medellín, Colômbia, o qual - a partir dos depoimentos de dois ex-combatentes - identificou e analisou as estratégias de afrontamento incorporadas em seu processo e que incidiram na ressignificação de suas experiências de vida na guerra. A pesquisa usou a metodologia do estudo de caso, aplicada em um homem e uma mulher ex-combatentes das Autodefesas Unidas da Colômbia (AUC) que culminaram seu processo de reintegração (promovido pela Agência Colombiana para a Reintegração) e que decidiram participar da pesquisa voluntariamente. A partir de seus depoimentos realizou-se uma aproximação a algumas experiências compartilhadas por homens e mulheres na guerra e notou-se a influência que as condições sócio-históricas e de gênero têm para reconstruir um projeto de vida na legalidade. Finalmente, como produto desse diálogo, formulam-se algumas propostas para as intervenções de ex-combatentes do conflito armado na Colômbia como colaborações ao processo de reincorporação atual.

Palavras-chave: conflito armado na Colômbia; Autodefesas Unidas da Colômbia; reintegração e reincorporação de ex-combatentes; estratégias pessoais de afrontamento; abordagem de gênero

INTRODUCCIÓN

La investigación exploratoria sobre estrategias personales que intervienen en la construcción de un proyecto de vida de hombres y mujeres excombatientes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) se desarrolló en la ciudad de Medellín en el 2016 con el propósito de explorar, en los testimonios de un hombre y una mujer, las experiencias de excombatientes sobre su vida antes, durante y después de la guerra. Los criterios de selección de los entrevistados fueron su género, la culminación satisfactoria de su proceso de reintegración promovido por la Agencia Colombiana para la Reintegración y su voluntad para compartir su historia, ellos narran su vida antes de ingresar al grupo, durante su participación en el mismo y luego de su desmovilización, así como su posterior proceso de reintegración. El presente artículo da cuenta de sus voces y cómo resignifican su experiencia de vida luego de la participación activa en un grupo armado, en este caso particular, de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), bloque Norte, La Mesa y Calima. Con el análisis de sus testimonios no se pretende realizar generalizaciones sobre las vivencias en la guerra, se busca más bien reconocer motivaciones, expresiones, razones y sensibilidades suscitadas en el ejercicio de resignificar o no una experiencia vital como la participación en la guerra, y destacar algunas experiencias que puedan compartir con otros que hayan vivenciado dicha situación.

La propuesta estriba en realizar un abordaje de esta experiencia desde una mirada de género y psicológica para comprender las diferentes formas en las que los entrevistados vivieron la guerra y cómo su experiencia personal en ella les permitió desarrollar estrategias personales para resignificar sus vidas y construir un proyecto de vida distinto en la legalidad. Se adoptan los postulados de Verena Stolke (2004) sobre el concepto de género que surge a partir de la crisis de las nociones de cultura, naturaleza y sociedad; estos permiten comprender que las relaciones socio simbólicas asignadas a las mujeres en relación con los hombres son variables y por lo tanto, aptas para su transformación para superar las relaciones inequitativas entre hombres y mujeres y las condiciones socio culturales que naturalizan el papel de las mujeres en el mundo social. La mirada a sus testimonios, a la luz de esta categoría analítica propuesta por la teoría crítica feminista, permite comprender las motivaciones y las circunstancias diferenciales que mujeres y hombres experimentan en sus vidas antes, durante y después de la guerra, a partir del marco de las diferencias de género que organizan el mundo social y cómo estas se trastocan en el contexto de la guerra, definen roles de género en la milicia y posibilitan el uso de estrategias de afrontamiento personal para reincorporarse a la vida civil.

En las narraciones de esta mujer y este hombre se identifican las estrategias personales de afrontamiento de personas que han vivido la guerra desde posiciones distintas en el grupo armado y que permiten la transformación de su realidad y de su entorno al momento de reincorporarse a la vida civil. Las estrategias de afrontamiento, en tanto recursos psicológicos, cognitivos y conductuales de los sujetos para hacer frente a demandas internas y ambientales para solucionar el estrés o para superar obstáculos, son la categoría central para analizar los testimonios de los entrevistados y sus capacidades adaptativas para reincorporarse a la civilidad después de la guerra. Este concepto se sustenta en diversas posturas teóricas y conceptuales, entre ellas las teorías psicológicas de Lazarus y Folkman (1984) sobre estrategias centradas en el problema, centradas en las emociones y estrategias de evitación, así como en las dimensiones del desarrollo humano basadas en las teorías del desarrollo humano −en especial la de Rice (citado por Kail y Cavavaugh, 2011)− con énfasis en la multidimensionalidad expresada en cuatro procesos: desarrollo físico, desarrollo cognitivo, desarrollo emocional o socio afectivo, y desarrollo social.

También encuentran sustento en la perspectiva ecológica y sistémica de Kail y Cavavaugh (2011) que, inspirados en la teoría desarrollada por Urie Bronfenbrenner (1987), afirman que “la persona forma parte de una serie de sistemas complejos e interactivos”, estos son microsistemas conformados por personas y objetos en el entorno inmediato de la persona; mesosistemas que conectan entre sí a todos los microsistemas; exosistemas que son aquellas situaciones sociales que quizá la persona no experimente directamente, pero que pese a ello influyen en el desarrollo; y macrosistemas entendidos como las culturas y subculturas que engloban al microsistema, mesosistema y exosistema. Ambos modelos ayudan a comprender el contexto del proceso de reintegración al ser un proceso de carácter multidimensional en cada una de sus etapas.

Según las estrategias personales de afrontamiento propuestas por Lazarus y Folkman (1984), el afrontamiento es un proceso cambiante en el cual el individuo debe contar con estrategias defensivas o con estrategias que sirvan para resolver problemas, por lo que dichas estrategias se van definiendo en la medida que va cambiando su relación con el entorno. A partir de estos postulados teóricos, se pueden comprender los procesos de cambio y transformación de la realidad de las personas excombatientes entrevistadas, quienes hacen uso de estrategias de afrontamiento de acuerdo con su experiencia en la guerra para iniciar una nueva vida por fuera de la dinámica del conflicto.

Ambos entrevistados realizaron valoraciones cognitivas sobre los hechos y sus consecuencias, lo cual les permitió tomar decisiones y hacer apreciaciones posteriores sobre aquellos hechos que consideraron amenazantes y estimar sus recursos personales para evitar o reducir las consecuencias negativas de las situaciones que enfrentaron. Ambos lograron valerse de estrategias personales gracias a sus experiencias personales, historias de vida y preconceptos que los condujeron a construir nuevos proyectos de vida adaptativos y acordes con su nueva realidad, además avanzaron en la resignificación de su pasado en la guerra a partir de su presente, otorgándole a esta experiencia un nuevo sentido en su presente y futuro.

La concepción del proyecto de vida que mejor responde a las experiencias analizadas y a los procesos de reintegración de hombres y mujeres excombatientes, la formuló el psicólogo cubano D’Angelo (1986), para quien el proyecto de vida es “un subsistema autorregulador de la personalidad en el que se integran elementos cognoscitivos, instrumentales, afectivos y motivacionales en determinadas tareas generales a desarrollar en la vida del individuo” (p. 36), de ahí que los excombatientes, en su proceso de reintegración, avancen en la definición de ideales propios y en planificar un camino personal para alcanzarlos.

Como se dará cuenta en los testimonios de los entrevistados, las personas que se encuentran vinculadas a la guerra no logran construir un proyecto de vida con facilidad, porque esta ha transcurrido en medio de un riesgo constante, día a día y bajo las dinámicas de los grupos armados que les impiden configurar su historia personal y les imposibilita proyectarse a corto, mediano y largo plazo. Lo anterior se refleja en historias de vida de algunos excombatientes que han participado en la Ruta de Reintegración1 y que se caracterizan por ser personas cuya actuación es inestable, con incongruencias entre sus actividades diarias y los propósitos que verbalmente dicen que les gustaría alcanzar, lo que los conduce a tener experiencias de vida centradas totalmente en el presente. No obstante, solo algunos de ellos, como los entrevistados, han logrado reconstruir sus proyectos de vida y resignificar su futuro a partir del pasado, porque su personalidad y vivencias −antes y durante la guerra− les han facilitado construir estrategias personales para dar un nuevo sentido a sus experiencias en el conflicto para rezurcir sus vidas en el marco de la civilidad mediante la afirmación de sus propios ideales.

La resignificación de la experiencia de vida, según Cazau (2000), supone encontrar un nuevo significado o sentido a una situación, síntoma o conducta, es decir que existiría la posibilidad de resignificar el presente en función del pasado, lo cual implica dar un nuevo sentido a una experiencia actual en función de algo que ocurrió. Resignificar el pasado en función del presente supone dar un sentido distinto a lo ocurrido en función de una situación nueva; resignificar el presente en función del futuro implica construir un nuevo proyecto de vida; y resignificar el futuro en función del presente implica cambiar los proyectos futuros debido a situaciones presentes. En los testimonios de los excombatientes entrevistados es posible identificar que ambos logran resignificar presente, pasado y futuro, logran darle un nuevo sentido al presente desde el momento de su desmovilización.

Al ingresar a la Ruta de Reintegración los excombatientes logran resignificar su pasado y su futuro gracias al acompañamiento psicosocial que reciben y se proponen sanar las experiencias vividas en la guerra para comenzar la construcción de un proyecto de vida en el marco de la legalidad, en el que otorgan un nuevo significado a su vida después de la guerra, a su vida personal y a su entorno. A partir del testimonio de los dos entrevistados se observa que en sus casos este reto torna diferente por su condición de género y los roles que la sociedad espera que ellos cumplan. Es así que se puede afirmar que las diferencias de género influyen en la resignificación de las experiencias en la guerra y los propósitos para su proyección a futuro.

En este artículo se presentan, en primera instancia, elementos generales de la Política de Reintegración de la Agencia Colombiana para la Reintegración y la Ruta de Reintegración. Luego se contextualiza sobre el proceso de desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia y algunos avances de la Política de Reintegración Social y Económica alcanzados con dicho proceso. En un tercer aparte se presenta la metodología del estudio para la indagación de las estrategias de afrontamiento en los testimonios de los excombatientes entrevistados. En cuarto lugar, se da cuenta de los resultados de la investigación. Seguidamente se presenta la discusión y el análisis de los testimonios. Posteriormente se proponen algunas recomendaciones para la intervención y reincorporación de excombatientes del conflicto armado colombiano para finalizar luego con unas conclusiones generales sobre el estudio.

1. LA POLÍTICA DE REINTEGRACIÓN Y SU RUTA

La Política de Reintegración de la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) y la Ruta de Reintegración, de la cual hicieron parte los entrevistados, retoma los modelos explicados y se propone fortalecer las dimensiones del desarrollo humano, entre ellas, las dimensiones personales, familiares, de salud, habitabilidad, seguridad, educativas, productivas y ciudadanas con un énfasis particular en la construcción de estrategias de afrontamiento, entendidas como herramientas y mecanismos que cada individuo construye a partir de la evaluación de sus situaciones personales. El plan de trabajo propuesto por la Ruta de Reintegración se sustenta en las dimensiones del desarrollo humano y su implementación pretende la trazabilidad de las metas según la experiencia y el avance de las personas en proceso de reintegración.

A continuación, se detallan las ocho dimensiones y sus finalidades, comprendidas en la Ruta de Reintegración de la Agencia Colombiana para la Reintegración:

  1. La dimensión productiva se encuentra orientada a generar capacidades que faciliten la inserción económica de las personas en proceso de reintegración, de manera que tanto ellas como sus grupos familiares puedan disfrutar de los derechos económicos y desarrollar un proyecto de vida productivo, según sus expectativas y el entorno en el cual se encuentran (ACR, 2016). la labor realizada en esta dimensión ha provocado que las personas en proceso de reintegración se inserten al sector productivo auto-gestionando su trabajo y /o vinculándose formal o informalmente.

  2. Por su parte, la dimensión familiar se ha abordado a partir de la identificación y resignificación de sistemas de creencias que impiden el funcionamiento familiar, de este modo se fortalece la generación de pautas de relaciones funcionales y vínculos, así como la prevención de la violencia intrafamiliar (ACR, 2016). Durante la implementación de la Ruta de Reintegración con las personas que se adscriben al proceso, la familia se convierte en el factor protector importante, por ello quienes cuentan con un núcleo familiar significativo permanecen más decididamente en la legalidad que aquellas personas que no lo tienen.

  3. La dimensión de habitabilidad se ha centrado en darle sentido a la casa como elemento físico y a las relaciones que ocurren tanto al interior de la misma como en su entorno, las cuales son importantes en la superación de la vulnerabilidad y en el bienestar físico y psicológico de las personas en proceso de reintegración, así como de su grupo familiar (ACR, 2016). En términos prácticos, el logro de esta dimensión se ha dificultado porque no existen subsidios de vivienda con destinación específica para los excombatientes que hacen parte del proceso, lo que representa una constante queja de su parte.

  4. La dimensión de salud implica el acceso al Sistema General de Seguridad Social en Salud de la persona en proceso de reintegración, al igual que de su grupo familiar, para que reciban atención clínica personalizada en casos que se ameriten, formación en hábitos de vida saludables y acompañamiento psicológico a través de asesorías para superar las afectaciones en su salud mental y potenciar sus habilidades personales (ACR, 2016).

  5. De otro lado, la dimensión educativa es central para las personas en proceso de reintegración, esta se orienta al acceso a la educación para mejorar sus activos en términos de conocimientos y formación que faciliten su desarrollo personal y social, así como el acceso a oportunidades productivas. Alrededor del 90% de las personas que se desmovilizaron eran analfabetas, el sistema educativo, con un modelo pensado en adultos con altas vulnerabilidades, ha permitido que 93% de estos superaran el analfabetismo, lo que ayuda a que sus proyectos de vida sean favorables en términos de sostenibilidad en el tiempo (ACR, 2016).

  6. La dimensión anterior se encuentra relacionada con la dimensión ciudadana que propende por la participación activa, el goce de derechos y el cumplimiento de deberes de las personas en proceso de reintegración, tal que se construyan nuevas formas de relacionarse con la sociedad en el marco de la legalidad, y reconociendo su situación jurídica y compromisos adquiridos al desmovilizarse y desvincularse, relacionados con la reconciliación y su contribución a los mecanismos de justicia transicional (ACR, 2016).

  7. Por su parte, la dimensión de seguridad se encuentra enfocada en la prevención de la victimización y la reincidencia de las personas desmovilizadas. Desde esta se promueven factores protectores y acciones pertinentes en los casos en los que la seguridad de las personas en proceso de reintegración se ve amenazada (ACR, 2016).

  8. Finalmente, la dimensión personal se considerada el pilar del proceso de reintegración porque a partir de ella se construyen las estrategias para garantizar el funcionamiento adecuado de las demás dimensiones. Para su fortalecimiento, se trabaja en la resignificación de los relatos con los que cada persona interpreta su experiencia de vida, que en ocasiones genera malestares psicológicos y dificultades para el desenvolvimiento adecuado en el contexto civil. Además, se potencian todas aquellas características y estrategias personales de afrontamiento para adaptarse a la vida en la legalidad, lo cual ayuda a fortalecer relaciones intrapersonales y socio-grupales y a promover en los individuos la construcción de un proyecto de vida (ACR, 2016).

En conclusión, las dimensiones priorizadas por la Ruta de Reintegración contribuyen a que los excombatientes superen sus vulnerabilidades y ejerzan su plena ciudadanía de manera responsable dentro de la legalidad. Según la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) la Ruta de Reintegración es el camino que cada participante en el proceso debe recorrer para reintegrarse plenamente a la vida social y económica (ACR, 2016) mediante un plan de trabajo concertado entre la persona desmovilizada y el profesional que le acompaña en su proceso. Por último, es un compromiso de quienes participan de esta ruta entender la realidad de cada persona en relación con el proyecto de vida deseado, en el que se formulan metas de acuerdo con sus posibilidades internas y del contexto en el cual los excombatientes construirán su proyecto: “con la ruta se espera que las personas en proceso de reintegración comprendan que es posible materializar sus aspiraciones de vida en la legalidad” (ACR, 2016).

2. LA DESMOVILIZACIÓN DE LAS AUTODEFENSAS UNIDAS DE COLOMBIA Y LOS AVANCES DE LA POLÍTICA DE REINTREGACIÓN SOCIAL Y ECONÓMICA

Las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) fue una organización paramilitar contra insurgente que surgió en Colombia en la década de 1980, de la mano de los carteles del narcotráfico, con la finalidad de combatir a organizaciones de izquierda y proveer seguridad a narcotraficantes y terratenientes víctimas de extorsiones y amenazas de los grupos guerrilleros. En su actuación, construyeron vínculos con agentes del Estado para coadyuvar operaciones militares y fueron responsables de múltiples masacres civiles y delitos, entre ellos, delitos de narcotráfico y delitos de lesa humanidad.

Las AUC se desmovilizaron de forma colectiva a partir del 2003 con la desmovilización del Bloque Cacique Nutibara en el marco del Política Internacional de Desarme Desmovilización y Reintegración (en adelante Política de DDR) acogida por Colombia para acompañar el desarme de los grupos armados vinculados al conflicto armado. Dicho plan de desarme, desmovilización y reintegración se construyó de acuerdo con los estándares internacionales incluidos en la Política de Reintegración Social y Económica (República de Colombia, 2008). Durante su ejecución, tuvo lugar la desmovilización colectiva e individual de los integrantes de grupos armados ilegales, entre los que se distinguen las siguientes categorías: 1) personas en proceso de reintegración (en adelante PPR), y 2) personas desmovilizadas culminadas (en adelante PDC). Desde de Información para la Reintegración SIR, 2016)2.

La Política Internacional de Desarme, Desmovilización y Reintegración propuso diferentes procesos para la reintegración a la vida civil, entre ellos el desarme, que corresponde a “la dejación o entrega de armas, material de guerra e intendencia, equipos de comunicación, entre otros bienes de una estructura armada, disponiendo estos elementos para su destrucción definitiva” (Observatorio de Paz y Conflicto, 2015c, p.4), lo cual evita que las armas queden en manos de grupos armados delincuenciales. También está la desmovilización, por medio de la cual se diluye formalmente la estructura militar y se individualizan sus integrantes para transitar así de lo colectivo al individuo. Como producto del desarme y la desmovilización tiene lugar la reinserción, proceso en el cual se brinda asistencia a corto plazo a los excombatientes para su estabilización en la civilidad. Finalmente, se lleva a cabo el proceso de reintegración que atiende a aspectos políticos, sociales y económicos por medio de los cuales los excombatientes construyen su proyecto de vida y los relaciona con su entorno, lo cual requiere, adicionalmente, la preparación, sensibilización e intervención en las comunidades receptoras.

Para responder a las exigencias del proceso de desmovilización en Colombia, su implementación, se vincularon 49.156 personas al proceso de reintegración, de las cuales 14.233 han terminado su proceso y adquirido la calidad de personas desmovilizadas PDC (Sistema particularmente por el aumento de personas que ingresaron al programa con la desmovilización masiva de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y la necesidad de entender la reintegración como un programa sostenible de largo plazo, se creó la Alta Consejería Presidencial para la Reintegración en septiembre de 2006; en 2011 se convirtió en la Agencia Colombiana para la Reintegración, cuya denominación y estructura se modificó mediante el Decreto Ley 897 de 2017 y se convirtió en la Agencia para la Reincorporación y Normalización ARN, atendiendo a lo establecido en el Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, suscrito entre las FARC-EP y el Gobierno Nacional (en adelante Acuerdo Final) para gestionar, implementar, coordinar y evaluar la política, planes, programas y proyectos de reincorporación y normalización de los integrantes del grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC-EP, y la política de reintegración de personas y grupos alzados en armas.

El cambio institucional de una Alta Consejería a una Agencia del Estado significó un avance para garantizar la continuidad y el fortalecimiento de la Política de Reintegración, toda vez que dicha agencia posee autonomía administrativa, financiera y presupuestal, y una estructura organizacional sólida (DNP, 2008). A partir de su creación, los procesos de reintegración que tienen lugar en los territorios son una responsabilidad de las autoridades nacionales y locales, asistidas por entidades internacionales como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP OEA) que han acompañado los procesos de reintegración.

Durante 2016 en Colombia se desmovilizaron, entre guerrilleros y paramilitares, alrededor de 58.000 personas, ingresaron al proceso de reintegración 49.156, de las cuales 29.749 pertenecían a las autodefensas y 19.407 a los grupos guerrilleros. De estos, el 13,2% eran mujeres y el 86,8% hombres. De estos, en la ciudad de Medellín había 5.001 hombres y 474 mujeres, lo que representa el 91,1% y el 8,9% correspondientes de desmovilizados en la ciudad, de los cuales 1.663 hombres (33,2%) y 206 mujeres (66,7%) habían culminado para el 2016 la Ruta de Reintegración de manera exitosa (Sistema de Información para la Reintegración SIR, 2016). Con respecto a las AUC, que entre 2003 y 2006 protagonizaron una desmovilización colectiva, la ciudad de Medellín se registraron 4.446 desmovilizados, de los cuales 191 −que representan el 4,3% de los demovilizados− eran mujeres y 4.255 hombres −que representan el 95,7% del total− (Sistema de Información para la Reintegración SIR, 2016). De la población participante en la Ruta de Reintegración en el proceso de las AUC en la ciudad de Medellín (191 mujeres y 4.255 hombres), 1 6 mujeres −que representan el 60,7%− culminó exitosamente su proceso de reintegración, mientras que solo 1.476 hombres −que representan el 33,2% de la población beneficiaria− terminaron exitosamente (Sistema de Información para la Reintegración SIR, 2016).

De las anteriores cifras se infiere un mayor compromiso por parte de las mujeres excombatientes en su proceso personal de reinserción a la civilidad y mayor capacidad de resignificar su experiencia de guerra para construir un nuevo proyecto de vida, toda vez que la mayoría de la población femenina adquirió el estatus de persona desmovilizada con un proceso cerrado. Asimismo, los reportes realizados por la Agencia Colombiana para la Reintegración (2015) dan cuenta de que las mujeres construyen con mayor facilidad estrategias personales, se muestran más resilientes, comprometidas y persistentes, lo que les permite reintegrarse con mayor disposición a la civilidad, reafirmar sus capacidades personales y asumir un rol importante en la prevención y solución de conflictos, y en la consolidación de la paz. Dicho protagonismo ha sido objeto de reconocimiento por medio de la Resolución 1325 de 2000 de la Organización de las Naciones Unidas ONU que reconoció el papel de las mujeres en la prevención y solución de los conflictos, así como en la consolidación de la paz.

La Resolución 1325 de 2000 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas estableció como prioritario que los excombatientes participaran en la planificación para el desarme, la desmovilización y la reintegración, procesos en los que se deben tener presentes las variadas necesidades de los excombatientes según sean del género femenino o masculino y de los familiares que tienen a su cargo. Por esto mismo, en la implementación de la Ruta de Reintegración destacó el protagonismo de los excombatientes y reflejó mayor compromiso de las mujeres en su proceso personal, como se da cuenta en los testimonios narrados. Las mujeres excombatientes construyen con mayor facilidad estrategias personales, siendo ellas más resilientes, comprometidas y persistentes con su propia vida, lo que les permite insertarse con mayor disposición a la civilidad, reafirmar sus capacidades personales y asumir un rol importante en la prevención y solución de conflictos.

3. METODOLOGÍA DE ESTUDIO E INDAGACIÓN DE LAS ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO

Durante el desarrollo de la investigación se recogieron dos testimonios voluntarios de un hombre y una mujer entre 30 y 40 años de edad, excombatientes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y residentes en la ciudad de Medellín. Además del género −hombre o mujer− como criterios de selección se incluyeron la culminación satisfactoria de sus procesos de reintegración en el marco del programa de la ACR y su participación voluntaria para compartir sus historias de vida. La selección de los entrevistados la realizó una de las autoras del presente texto, quien durante el estudio se desempeñó como asesora de reintegración en el componente de comunidades de Medellín y municipios del área metropolitana de la ACR y acompañó sus procesos directamente.

Durante el desarrollo del estudio se realizaron varios encuentros y entrevistas a los excombatientes, se usaron técnicas de recolección de información cualitativa apropiadas para la construcción de los estudios de casos propuestos en este estudio exploratorio. En las entrevistas semiestructuradas se profundizó en temas como las dinámicas familiares, las violencias contra la mujer, la autonomía económica, las pérdidas significativas, los obstáculos, la superación de los mismos y la capacidad de resiliencia; las experiencias límite relacionadas con la muerte, los roles dentro del grupo armado, relaciones interpersonales, relaciones de poder; la experiencia de la desmovilización, el proyecto de vida y la resignificación de las experiencias. Esto temas se encuentran estrechamente relacionados con los subsistemas a los que hace referencia Bronfenbenner (1987) y las dimensiones del desarrollo humano insertas en la de reintegración −personal, productiva, familiar, de habitabilidad, de salud, educativa, ciudadana, y de seguridad− que permiten la trazabilidad de las metas según la experiencia y el avance de las personas en el proceso. Para efectos de este estudio, se enfatiza especialmente en la dimensión personal por ser el pilar del proceso de reintegración a partir del cual se construyen las estrategias personales de afrontamiento, se da inicio a un proyecto de vida en la legalidad y se avanza en la resignificación de la experiencia, lo que fortalece estrategias para que el individuo impacte y se interrelacione en contextos particulares y en la sociedad.

La narración y el análisis de sus testimonios se realizaron en orden cronológico, es decir que se hizo una reconstrucción de su historia de vida, antes de ingresar al grupo armado, durante su participación y luego de su desmovilización. El énfasis recayó en la última etapa, en los avances de su proceso de reintegración y en la consecución exitosa de las dimensiones de intervención propuestas por la ruta. Finalmente, la lectura de sus historias se realizó con perspectiva de género debido a que esta mirada otorga una lectura e interpretación diferencial acerca del rol del hombre y la mujer en la guerra, sus posiciones sobre el conflicto y la construcción cultural y social de género que les permiten −en tanto seres humanos− proponerse un proyecto de vida distinto al de la guerra a través de la resignificación de su experiencia.

Por último, se revisaron fuentes documentales acerca de la participación de hombres y mujeres en la guerra, estadísticas, estudios e informes de la ACR y otros estudios del mismo talante.

4. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

A continuación se da cuenta de los testimonios de un hombre y una mujer excombatientes que culminaron el proceso de la Ruta de Reintegración y participaron voluntariamente de la investigación, compartieron sus experiencias en la guerra, así como los desafíos que les implicó la reinserción. Sus relatos confirman sus capacidades y presentan las estrategias personales que poseen y de las que se han valido para reingresar a la civilidad. Aunque los testimonios de vida de los entrevistados son particulares, estos reflejan experiencias vividas durante la guerra y las expectativas que motivan a combatientes a su desmovilización y retorno a la civilidad, en la cual se les exige reconstruir su proyecto de vida y comenzar de nuevo.

4.1 Testimonio de una mujer excombatiente: la guerra tocó mi puerta

Mi vida antes de ingresar a las AUC, era como la de cualquier familia […] que tiene sueños, que tiene metas, que tiene proyectos […] Nunca pensé que la guerra fuera a tocar a mi puerta. (entrevista personal, mujer excombatiente, 2016)

Con esta frase comienza su relato una mujer de 39 años que desde sus 11 años vivió en un contexto del conflicto armado. Fue madre adolescente de tres hijos, producto de una relación que sostuvo, obligada por sus padres. A los 19 años y como producto de la guerra, perdió a su esposo, según cuenta, a manos de la guerrilla. Quedó sola, “sin piso” −como ella lo describe− y responsable de tres hijos que le fueron arrebatados por sus suegros por no contar con recursos para su manutención. “Luego de rodar por varios trabajos”, esta mujer fue acosada sexualmente en el último de ellos antes de ingresar a las AUC. La presión por recuperar a sus hijos, los efectos de la violencia sexual de la cual fue víctima, la falta de dinero para sobrevivir y la escasa comunicación con su madre fueron factores que, sumados a la oferta llamativa de ingresar a la guerra, fueron motivos suficientes para ingresar a este grupo armado como alternativa para solucionar sus dificultades.

La guerra hizo parte de la historia de vida de esta mujer a temprana edad, fue para ella la única opción para asegurar su subsistencia, “me llené de rencor, de rabia, de verme tan joven sin oportunidad de trabajo, la única oportunidad que vi en el momento fue esa, porque allá tenía un sueldo, porque le iba a dar un bienestar a mis hijos” (entrevista personal, mujer excombatiente, 2016). En las AUC desempeñó el rol de escolta, que según ella, le había sido asignado porque “siempre fui una mujer muy valiente, siempre he demostrado mi jerarquía, mi carácter fuerte, siempre he sido una persona muy inteligente” (entrevista personal, mujer excombatiente, 2016). Por sus cualidades personales, dice ella, le fue otorgado un rango distinto en la organización al que tenían las otras mujeres combatientes dedicadas a las actividades de ranchería, como la elaboración de uniformes y alimentos, vigilancia de bienes, cuidado de heridos o inteligencia urbana.

Esta mujer no habló de discriminaciones al interior del grupo armado, aunque en su discurso dejó entrever situaciones que dan cuenta de que sí existieron. Afirmó haber conocido solo a una comandante, cargo que según ella, no desempeñaban las mujeres porque representaba gran responsabilidad en la organización e implicaba liderazgo, toma de decisiones y ganarse el respeto de los hombres, “yo que estuve de jefe de seguridad de mi jefe, yo sé lo duro que es lidiar con un grupo de hombres que no aceptan [a] una mujer que los mande, entonces es bastante difícil” (entrevista personal, mujer excombatiente, 2016). De allí se puede deducir que las mujeres sentían temor de ser líderes en las estructuras armadas y decidían no hacerlo.

En su narración se detecta la importancia que le mereció y aun le merece su familia, sus hijos en especial. De hecho, al referirse a las dificultades de adaptación una vez ingresó al grupo, comenta que asimilarlo fue complejo, el “recordar que tenía una familia de bien, una familia que me había enseñado principios, y valores” (entrevista personal, mujer excombatiente, 2016). Las emociones encontradas que le suscitaba el hecho de estar allí se convirtieron en noches de insomnio, como bien lo relata ella misma: “en la noche te acuestas y se te pasan por la mente un montón de cosas, lloras en soledad, pero cuando llega el día siguiente tienes que ser fuerte y levantarte con la frente en alto, que nadie te vea llorando para que no te vean como una débil” (entrevista personal, mujer excombatiente, 2016). Ella no podía reflejar debilidad, mucho menos con el rango que tenía. Afrontó situaciones dolorosas como la muerte de amigos, castigos, la lejanía de su familia; también sintió afecto por la organización armada: “siempre estábamos unidos, creo que el dolor de todos era de uno solo, siempre nos apoyábamos mutuamente […] nunca se peleaba el uno con el otro, éramos unas personas unidas” (entrevista personal, mujer excombatiente, 2016).

Estuvo en las AUC durante diez años con el objetivo de recuperar a sus hijos y darles lo mejor que pudiese, y aunque lo logró muchos años antes de desmovilizarse, ya era difícil para ella renunciar a la guerra y a la organización una vez se encontró adentro. Tiempo después, la desmovilización −al igual que la guerra− toco su puerta. Un día en el que se encontraba descansado, fueron hasta su casa a contarle las novedades. No lo tomó muy bien, pues sabía que esto podría facilitar la estigmatización, pero finalmente accedió a desmovilizarse: “no anhelaba la desmovilización porque era quedarme reseñada por el Estado, que todo el mundo supiera, que te colocaran el sello en la frente: ‘es una desmovilizada’, no quería eso” (entrevista personal, mujer excombatiente, 2016).

Salir nuevamente al mundo no fue fácil para ella, sintió temores y prevenciones y vivió reencuentros con su familia que no sabía a qué se dedicaba.

Mi hermana era la única que sabía, ella cuidaba de mis hijos, siempre le pedía a Dios de rodillas que me llevará con bien a la casa, soñaba con verme trabajar, viviendo con mis hijos, teniendo una vida normal, ella anhelaba que yo llegará pronto a casa, cuando llegué yo le prometí que no volvería a coger un arma en mi mano y que lo que había hecho era por mis hijos. (entrevista personal, mujer excombatiente, 2016)

Comenzó su proceso de reintegración, durante el cual recibió amenazas y fue desplazada de su ciudad natal, pero nunca desistió, piensa que este proceso le brindó las bases para continuar construyendo su proyecto de vida sin volver a empuñar un arma y alejarse del conflicto armado. Después de haber culminado la Ruta de Reintegración, siente que cuenta con herramientas para construir su proyecto de vida al margen de la guerra y afrontar situaciones límites como el de la muerte violenta de su mejor amiga.

Actualmente, esta mujer excombatiente terminó su proceso de reintegración, aunque no ha hecho realidad −por completo− sus proyectos de tener un negocio y ser una profesional, no desiste. Finalizó su relato con un mensaje para sus compañeros desmovilizados:

[…] luchen por sus sueños, por su familia, sobre todo, es lo más importante, es como el pilar de uno para salir adelante, que no vuelvan atrás, que lo que importa es reconocer que cometimos un error, pero que también es de valientes seguir luchando y hacer las cosas bien, que nunca es tarde, nunca es tarde […]” (entrevista personal, mujer excombatiente, 2016)

4.2. Testimonio de un hombre excombatiente: mi familia, mi motor

Te sientas en la sala de tu casa, ves tu niño pequeño que se encuentra ahí frente a ti, piensas en verlo crecer y salir adelante. Veo a mi hijo y pienso qué hago para que a él no le falte nada y no tenga que vivir lo que yo he vivido. (entrevista personal, hombre excombatiente, 2016)

La vida de este hombre de 40 años de edad, excombatiente de las AUC, ha sido compleja. Es un hombre de carácter fuerte y pocas palabras, se considera a sí mismo como una persona tranquila y reservada. Su familia y el compromiso con sus hijos es el motor de su existencia y la causa que justificó su ingreso a la guerra para vengar el daño que la guerrilla causó a su familia. Desde pequeño trabajó en la minería con su padre, cumplidos sus 17 años, siendo aún menor de edad, ingresó al Ejército Nacional de Colombia. A sus 25 años se incorporó a las filas de las AUC en los bloques Metro, Central Bolívar y Calima.

Las vivencias de este hombre en su juventud dan cuenta de la necesidad de los grupos armados ilegales y de la fuerza pública de reclutar jóvenes para enfilar los ejércitos. Debido al reclutamiento, dichos jóvenes anulan sus sueños, se ven obligados a empuñar un arma y ser carne de cañón de la guerra: “a los 17 años, yo estaba en noveno, empezaron los problemas en el pueblo, la guerrilla era la que mandaba, entonces nos invitaban a participar en ella, ellos estaban en todas partes, incluso cuando jugábamos futbol ellos estaban ahí presentes, por eso yo me fui para el Ejército” (entrevista personal, hombre excombatiente, 2016). Su familia fue extorsionada por la guerrilla, esta se apropió de todos sus bienes y enterró todos sus sueños y proyectos, quedaron sumidos en la desesperanza.

[…] mi familia tenía un plantecito de ganado, yo trabajaba con mi papá. Pero la guerrilla empezó a robarse el ganado, desde ese momento empezaron los problemas, ya no podíamos bajar por allá. Prácticamente nos dejaron en la quiebra, quedamos desprotegidos, mis hermanos y yo empezamos de rebusque barequeando y miniando. (entrevista personal, hombre excombatiente, 2016)

Como efectos de la guerra, tuvo que sobrellevar un sinnúmero de perdidas familiares y sufrimientos emocionales que desataron el suicido de uno de sus hermanos y la enfermedad mental de otro de ellos a causa del alcohol.

[…] a mi hermano, después de lo que pasó le da miedo salir a la calle, él se asoma a la puerta de la casa y saluda y ahí mismo, corre pa’ dentro, se esconde […] cuando los hermanos míos lo encontraron, ya nosotros lo dábamos por muerto. (entrevista personal, hombre excombatiente,2016)

Los hechos precedentes, los sentimientos de dolor y desolación por el sufrimiento de sus padres y las continuas propuestas de reclutamiento por parte de los grupos armados influyeron en su determinación de ingresar a las filas del grupo armado que prometía poner límites a esta situación.

[…] después de lo que sucedió con mi familia estuve trabajando en un municipio como vigilante, pero la guerrilla también tenía presencia en este municipio, por esa razón me retiré y busqué trabajo en Medellín pero no encontré ninguno, por eso me devolví para el pueblo y me encontré con varios amigos que habíamos estado en el Ejército, pero ahora ellos estaban en las Autodefensas, ante la persecución de la guerrilla ingresé cuando apenas estaban empezando las autodefensas a surgir. (entrevista personal, hombre excombatiente, 2016)

Este trabajo, aunque era ilegal, le permitió recuperar su tranquilidad y poner fin a su sufrimiento.

Durante nueve años en las filas de las AUC y su paso por distintos bloques, desempeñó diferentes roles al interior de la organización. Debido a que tenía experiencia en la milicia, participó en labores de inteligencia urbana, patrullaje y comandancia de escuadra. Aunque él no considera que hubiese discriminación entre hombres y mujeres al interior del grupo, afirma que en los tres bloques a los que perteneció nunca hubo comandantes mujeres, ni fueron ellas seleccionadas para realizar el curso de formación que exigían para ser comandante.

En su relato acerca de sus experiencias en la guerra develó que las AUC y el Ejército llevaron a cabo operaciones conjuntas para derrotar militarmente a su enemigo común, la guerrilla:

[…] es cierto que nosotros nos unimos [al] Ejército para combatir a la guerrilla, incluso tuvimos intercambio de armas y se operó en lo rural y en lo urbano, lo que pasa es que uno no dice nombres, pero sí es cierto. (entrevista personal, hombre excombatiente, 2016)

Las vivencias de la guerra lo enfrentaron a situaciones límites, no solo con su familia sino también con sus compañeros y culpabiliza a la guerrilla de las consecuencias. Recuerda en su relato que “[…] a uno de mis compañeros lo mandaron a asesinar a alguien, ¿si me entiende?, a ese alguien lo tenían encapuchado, tapado, y cuando él lo asesina, cuando lo destaparon, él vio que era su hermano […]” (entrevista personal, hombre excombatiente, 2016). Más adelante, y con el objetivo de que su compañero se recuperara un poco de dicha tragedia, se lo llevó a trabajar a otro lado, lejos de allí, y una noche, con su estado de conciencia alterado por el licor, delante suyo, este se suicidó porque no soportaba haberle quitado la vida a su hermano gemelo.

El proceso de desmovilización y el ingreso a la civilidad produjo en él escepticismo y rechazo, en primer lugar, porque no recibía los beneficios económicos por el cumplimiento de sus funciones en el grupo armado, en segundo lugar, por temor a ser perseguido, en especial por aquellos compañeros de fila que no se desmovilizaron y que posteriormente fundaron las bacrim (bandas criminales o también conocidas como bandas emergentes en Colombia). A pesar de su desconfianza, decidió desmovilizarse e iniciar el proceso de reintegración, el cual se interrumpió por un proceso penal en su contra por un homicidio que no cometió, pero mientras se demostraba su inocencia, estuvo sindicado durante un año en la cárcel de Bellavista.

Las experiencias personales y familiares dolorosas y escabrosas en la vida de este hombre han impedido una resignificación reflexiva de su proyecto de vida actual y fijar metas que le permitan avanzar en su proceso de manera constructiva y optimista. Aunque es una persona cuya desmovilización terminó de manera exitosa, aún no supera algunos dolores, todavía siente rabia, para él es difícil superarlo. Nunca quiere volver a empuñar un arma y al describir su vida, cuenta que la vive con un poco de amargura, pero también feliz al lado de su familia. Piensa que así como él siente rencor hacia algunas personas, otros también han de conservarlo en su contra: “[…] el problema es que a donde vayas, siempre vas a tener ese acecho, uno siempre va a cambiar de lugar, pero siempre lo van a perseguir […]” (entrevista personal, hombre excombatiente, 2016). No obstante, en su testimonio expresa que el acompañamiento psicosocial del proceso de reintegración le ha aportado herramientas para mejorar su forma de relacionarse con otras personas, incluida su familia, la cual es su motor y su razón de ser y de transformarse: (entrevista personal, hombre excombatiente, 2016).

5. DISCUSIÓN Y ANÁLISIS DE LOS TESTIMONIOS

Los testimonios del hombre y la mujer entrevistados dan cuenta de que el ingreso y permanencia en la guerra según el género es distinta, aunque ambos procedan de zonas rurales con presencia de grupos con prácticas de control en el territorio. Dicha situación facilitó su ingreso al grupo armado para huir de sus condiciones de vida en ese momento, sus vivencias en la guerra se encuentran marcadas por su condición y situación de género. Las diferencias en su ingreso y permanencia, los roles a los que accedieron en el grupo armado, sus deseos y subjetividades, así como el lugar que ocupan en el mundo, son diferencias insoslayables para construir y apropiar las estrategias personales de afrontamiento.

De otro lado, en sus relatos dan cuenta de malestares psicológicos asociados a su condición de ser hombre y/o mujer, así como de dificultades generales producidas por la guerra que influyeron en su proceso de inserción en la vida civil. Algunas de estas experiencias son: la pérdida de su infancia y adolescencia, el matrimonio servil o el matrimonio a temprana edad, el embarazo adolescente y el trabajo infantil que supuso actividades peligrosas. Todas estas situaciones determinaron su ingreso voluntario al grupo insurgente con la esperanza de mejorar las condiciones de vida propias y de sus familias.

Los entrevistados asumieron el rol de proveedor desde temprana edad “desde muy sardino empecé a trabajar, yo ayudada a mi mamá y de todos fui quien más aprendió a cocinar para despachar a mis hermanos al colegio” (entrevista personal, hombre excombatiente, 2016). En el caso de la mujer, el vínculo con sus hijos y su deber como proveedora y cuidadora fue determinante para su ingreso: “tenía la necesidad de sacar a mis hijos como fuera adelante” (entrevista personal, mujer excombatiente, 2016). Estos asuntos mediaron en la construcción de un carácter fuerte frente a la necesidad de responder a situaciones que no correspondían con su capacidad de afrontamiento.

Las pérdidas significativas, entre ellas la muerte violenta de familiares y amigos, provocadas por actores armados, “Un grupo armado había matado a las personas más cercanas a mí, mi esposo y mi primo […] la rabia, el rencor, el dolor, la angustia me llevaron a vengar la muerte de mis seres queridos” (entrevista personal, mujer excombatiente, 2016) y pérdidas patrimoniales por la sustracción y destrucción de bienes a manos de grupos insurgentes, “la guerrilla empezó a robarse el ganado, prácticamente nos dejaron en la quiebra […] la decisión fue por la misma rabia que sentía de llegar a la casa y no encontrar nada y que otras personas se habían quedado con lo que tenía papá (entrevista personal, hombre excombatiente, 2016), alimentaron sentimientos de venganza y resentimientos hacia sus perpetuadores, lo que incidió en su decisión de ingresar al grupo armado. A estas pérdidas, se suman experiencias límites relacionadas con la muerte durante su militancia, en la que se expusieron a la pérdida de su propia vida y sufrieron por las muertes de sus compañeros.

La experiencia de guerra de los entrevistados influyó en que vivieran su vida como un devenir diario, sin proyectarse hacia el futuro, porque lo consideraban incierto. Durante su permanencia en el grupo no construyeron un proyecto de vida a largo plazo. Sus expectativas personales se centraron en continuar en las AUC, ejercían roles y rangos importantes dentro de la organización. El grupo fue su fuente de ingresos y su familia.

Su cohesión con el grupo les impidió en un principio, percibir la desmovilización como una alternativa para construir un proyecto de vida, pero accedieron a ella por obediencia y disciplina militar. No obstante, como producto del proceso de reintegración, construyeron una mirada diferente sobre la guerra y su vida en la civilidad. Sus historias de guerra dan cuenta de la manera en que las estrategias de afrontamiento varían según la valoración que los entrevistados realizan de su situación presente, de la estructura de su personalidad y de sus historias de vida, razón por la cual valoran reintegrarse a la vida civil y la perciben como una oportunidad.

Las historias sobre la guerra dan cuenta de la manera en la cual las estrategias de afrontamiento varían según la valoración que realiza el individuo sobre su situación presente, la estructura de su personalidad y de sus historias de vida. Como consecuencia de su reintegración, tanto el hombre como la mujer adoptaron estrategias personales activas, adaptativas y focalizadas en la evaluación, siendo las mujeres más optimistas. A partir del análisis realizado se concluye que la mujer es más resiliente que el hombre, toda vez que este continúa focalizando en la emoción, sin poder trascender la situación y obtener una nueva perspectiva que oriente su proyecto de vida. Aunque los entrevistados consideraron la inserción a la vida civil como una situación amenazante y, durante el proceso de reintegración ganaron confianza en sí mismos.

Por último, los entrevistados asumieron estrategias personales para afrontar su nuevo lugar en el mundo por fuera de la guerra y resignificar su experiencia. Su capacidad de resiliencia supuso una estrategia para mantenerse en la legalidad, y se fortaleció con el proceso de reintegración, les permitió proyectarse de manera diferente, aunque les implicara recomenzar una y otra vez. La resiliencia atraviesa todas las esferas de su proyecto de vida, lo fortalece y les permite adaptarse con facilidad a las nuevas situaciones que los apartan de hacer de la guerra su opción de vida.

De los anteriores testimonios, es posible realizar inferencias, las cuales no se pueden entender como generalizaciones sobre las diferencias de género que existen en la guerra, entre ellas destacan las diferencias en los móviles que justifican su ingreso, las condiciones de su permanencia y los roles que asumen en los grupos armados, los cuales se trastocan por el quehacer de la guerra, pero no eliminan las relaciones asimétricas de poder entre hombres y mujeres. Ejemplo de lo anterior es la poca frecuencia con la que las mujeres ejercían el cargo de comandantes, además, la disciplina militar no les permitía tener una conciencia apropiada de sí mismas, de su afectividad y emocionalidad. Al igual que los hombres, ellas adaptaron sus comportamientos y expresiones a las reglas impuestas por el grupo.

Asimismo, en la organización existían reglas diferenciales de comportamiento y roles distintivos, mientras los hombres combatían, las mujeres se dedicaban a las labores del cuidado personal de sus líderes o al cuidado colectivo de la tropa. Esta reflexión conduce a la identificación de brechas de género en las guerras, conflictos en los que las mujeres son las principales sobrevivientes y se convierten en excombatientes, madres sin hijos y viudas. Como señala Alexievich,

Los relatos de las mujeres son diferentes y hablan de otras cosas. La guerra femenina tiene sus colores, sus olores, su iluminación y su espacio. Tiene sus propias palabras. En esta guerra no hay héroes ni hazañas increíbles, tan solo hay seres humanos involucrados en una tarea inhumana. En esta guerra no solo sufren las personas, sino la tierra, los pájaros, los árboles. Todos los que habitan este planeta junto a nosotros. Y sufren en silencio, lo cual es aún más terrible. (Alexievich, 2015, p. 12)

6. RECOMENDACIONES PARA INTERVENCIONES CON EXCOMBATIENTES DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA Y PARA SU REINCOPORACIÓN

A partir del análisis de casos acerca de las experiencias de vida en la guerra y la participación en la Ruta de Reintegración de ambos entrevistados, se formulan las siguientes recomendaciones para el mejoramiento de: la Política Nacional de Reintegración Social y Económica para Personas y Grupos Armados Ilegales suscrita en el Conpes 3454 (DNP, 2008); los propósitos de la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN); y el desarrollo efectivo del Programa de Reconciliación, Convivencia y Prevención de la Estigmatización, orientado a materializar la reincorporación económica, política y social de las FARC-EP, que establece las directrices para facilitar a sus exintegrantes la construcción de un proyecto de vida en la civilidad y relaciones democráticas en el marco de la institucionalidad.

En primer lugar, se considera imprescindible la inclusión del enfoque de género y el enfoque diferencial al análisis multidimensional realizado a excombatientes (independientemente de su género) durante su reincorporación, reintegración y estabilización. La inclusión de la dimensión de género es determinante para comprender las vivencias de los excombatientes (independientemente de su género), analizar diferencialmente sus historias de vida y potenciar las estrategias personales a través de las cuales resignificarán sus experiencias en la guerra y construirán un proyecto de vida. En este sentido, es necesario incluir las relaciones de género como criterio de análisis en las metodologías implementadas por los profesionales reintegradores trascendiendo la perspectiva familista en el proceso de atención De esta forma será posible evidenciar el significado que ha tenido la guerra para hombres y para mujeres, y aportar a la construcción de proyectos de vida en la civilidad que cuestionen los valores patriarcales y guerreristas, y que permitan construir relaciones más justas y equitativas.

En segundo lugar, es necesario innovar en las estrategias diferenciales de acercamiento, intervención, acompañamiento y devolución de los procesos sicosociales de las personas excombatientes expuestas en el Conpes 3454 de 2008, por medio de la atención a las diferencias de género, sexo e identidad sexual, este enfoque teórico facilita que la intervención se ajuste a las realidades de los excombatientes (independientemente de su género).

En tercer lugar, es necesario hacer un reconocimiento del papel que juegan los excombatientes en la construcción de los procesos de paz conforme a lo establecido en la Resolución 1325 de 2000 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, concientizarse de las distintas necesidades −según sean del género femenino o masculino− de la persona y las de los familiares que tengan a cargo. En este sentido, es necesario articular los contenidos de la resolución a la implementación de la Ruta de Reintegración y a los procesos de reincorporación definidos en el Programa de Reincorporación Económica y Social de las FARC-EP, establecidos en el Decreto 897 de 2017.

Finalmente, resulta crucial otorgar valor a la experiencia de las mujeres en el proceso de reintegración por ser ellas quienes, en mayor medida, culminan de manera exitosa el proceso. En este sentido, se propone socializar las estrategias que ellas emplean mediante sus testimonios, a otros excombatientes hombres, para compartir sus estrategias de afrontamiento y sus experiencias en el proceso de resignificación de sus vidas. Dicho diálogo permitiría a otros resignificar sus experiencias de una manera más adaptativa y acorde a su realidad. En este sentido, se propone estimular la conformación de redes de mujeres excombatientes que deseen dar testimonio de sus procesos exitosos y compartir sus experiencias de resignificación y construcción de nuevos proyectos de vida luego de un proceso de reintegración y reincorporación.

CONCLUSIONES

Los testimonios sobre la reinserción a la vida civil de los entrevistados dan cuenta de sus experiencias de vida antes, durante y después de la guerra, en ellos se hace posible analizar el proceso de reincorporación a la civilidad y las estrategias personales de las cuales se valieron para afrontar su nuevo lugar en el mundo, por fuera de la guerra. La resignificación de sus experiencias en la guerra evidencian su capacidad de resiliencia y de construir nuevos proyectos de vida, las cuales se fortalecieron con el proceso de reintegración, que les permitió proyectarse de manera diferente, aun cuando les implicara recomenzar, una y otra vez, para permanecer en la legalidad.

No obstante que los hallazgos no se pueden generalizar, el estudio da pistas sobre las vivencias de los excombatientes de ambos géneros en el marco de la Ruta de Reintegración y de experiencias de guerra compartidas. Por su parte, la inclusión de la mirada de género al analizar los testimonios presentados en este artículo, permite reconocer que hombres y mujeres resignifican su experiencia en la guerra de manera diferente, las mujeres se muestran más resilientes que los hombres. En el caso de la mujer entrevistada, la resiliencia atraviesa todas las esferas de su proyecto de vida, lo fortalece y le permite adaptarse con facilidad a las nuevas situaciones. En el caso del hombre entrevistado, aunque se muestra resiliente, tiende a frustrarse frente a la transformación de su proyecto de vida. En ambos testimonios se resalta el trabajo dimensional orientado por la Ruta de Reintegración, el cual se debe complementar con la dimensión de género y las estrategias personales para afrontar y construir su nuevo proyecto de vida coherente con las visiones particulares del mundo como hombres o como mujeres.

Finalmente, esta investigación espera ser un insumo importante para la intervención que se realizará con los miembros de las FARC-EP en lo que respecta a su reincorporación a la vida civil; para que el enfoque de género propuesto en el Acuerdo de Paz (2016) se materialice en cada una de sus estrategias y acciones, así como sus otros enfoques: territorial y diferencial. Se espera hacer posible que se reconozcan y contemplen las necesidades, características y particularidades económicas, culturales y sociales de los hombres y las mujeres en todo su ciclo vital y durante su reincorporación a la legalidad; al mismo tiempo, reafirmar sus aportes como sujetos políticos en la vida pública, el fortalecimiento de la democracia y el mantenimiento y fomento de la paz.

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*Artículo de investigación resultante del estudio exploratorio “Estrategias personales en hombres y mujeres excombatientes de las AUC y resignificación de su proyecto de vida” realizado en el marco de la Especialización en Estudios de Género, de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas y el Grupo de Investigaciones Jurídicas de la Universidad de Medellín en el 2016.

1La Ruta de Reintegración fue definida por la Agencia Colombiana para la Reintegración para la reintegración de personas y grupos alzados en armas, se encuentra integrada por un conjunto de estrategias, metodologías y acciones para lograr la reconstrucción de sus proyectos de vida en la legalidad.

2Este sistema, perteneciente a la Agencia Colombiana para la Reintegración, es una fuente oficial sin acceso público. Los datos fueron obtenidos en septiembre de 2016 por una de las autoras que laboraba en la entidad mencionada.

Recibido: 01 de Octubre de 2018; Aprobado: 16 de Octubre de 2018

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