INTRODUCCIÓN
El fuego está presente naturalmente en la mayoría de los ecosistemas ajustando su estructura y permitiendo mantener su diversidad y estabilidad [1]. En Colombia los incendios son un tema que ha ganado relevancia debido a las fuertes temporadas cálidas que se han experimentado en los últimos años. Muchos de los estudios relacionados con el tema suelen estar asociados principalmente a las afectaciones de las coberturas vegetales, pero típicamente no se ha avanzado mucho en la influencia de estos fenómenos sobre las propiedades geotécnicas de las capas del suelo sub-superficial.
Los incendios forestales inciden negativamente sobre el medio ambiente y en particular sobre el ecosistema afectado; por ellos es necesaria una evaluación rigurosa del daño ocasionado para emprender acciones efectivas que permitan su regeneración. En este sentido, el suelo como componente fundamental de este ecosistema puede llegar a sufrir modificaciones importantes en sus propiedades químicas y físicas [2].
En relación con los atributos químicos existen innumerables trabajos en la literatura que indican aumento en los contenidos de N, P, K, Ca, y Mg mineralizados inmediatamente después del proceso de ignición, con una consecuente elevación del pH [3,4], en función de la ceniza que tiene alta concentración de algunos de estos nutrientes [3], así como de la degradación de casi toda la materia orgánica [4]; al descender el contenido de materia orgánica a bajos niveles, se genera una pérdida de los complejos arcillo-húmicos, vitales para la resistencia del suelo a la erosión y al transporte [2].
En cuanto a los atributos físicos de un suelo, los incendios forestales pueden ocasionar cambios texturales. Se ha observado, en zonas afectadas por el fuego, aumento de partículas gruesas, como arenas y gravas [5] [6] y disminuciones, por tanto, en los contenidos de partículas finas como arcilla y limo. Los minerales de la fracción arcilla pueden modificar su estructura por la acción de las altas temperaturas; estos cambios están relacionados con la intensidad del fuego y se hacen visibles solo cuando los minerales de la arcilla son susceptibles de variar con el calor [7]. Adicionalmente, el fuego puede causar modificaciones en la tasa de infiltración [8] y evaporación del agua, en la porosidad y en el aumento del grado de susceptibilidad de los suelos a la erosión hídrica y eólica [9]. Si tras la acción del fuego la cobertura vegetal no se recupera antes de que se produzcan las primeras lluvias de carácter torrencial, el impacto de las gotas de agua sobre el suelo desnudo contribuirá a destruir los agregados [10]. Las fracciones más finas taponarán los poros, reducirán la velocidad de infiltración, aumentarán la escorrentía [11], favorecerán la erosión superficial y contribuirán al desencadenamiento de movimientos en masa [12].
A partir del siguiente estudio se pretende mostrar, de forma detallada, los cambios que se presentan en algunas propiedades geotécnicas de un suelo ubicado en la región tropical en estado natural cuando pasa por un proceso de ignición en laboratorio, que permite simular lo que podría ocurrir cuando un suelo es sometido a un incendio.
1. LOCALIZACIÓN Y GEOLOGÍA
La muestra de suelo para la ejecución de los ensayos se extrajo de una vertiente; específicamente el material fue tomado de la zona noroccidental del municipio de Medellín en predios de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional (coordenadas 6°16´30.31´´N-75°35´32.87´´O; altitud de 1554 msnm) (figura 1). En el sector, la precipitación y temperatura promedio anual son de 1571 mm y 24 °C, respectivamente [13].
Predominan en el área de vertiente los flujos de lodo y escombros, distribuidos en forma aleatoria, que suprayacen a los suelos residuales derivados de la Anfibolita de Medellín. En la zona los flujos están recubiertos por delgadas capas orgánicas y en algunos sectores están mezclados o cubiertos por llenos antrópicos. El suelo fino que conforma el flujo de lodos o que embebe como matriz al flujo de escombros es de naturaleza limo-arcillosa, arcillo-arenosa o limo-arenosa [13].
Los flujos de lodos se diferencian por su color amarillento y gris, y se encuentran cubriendo los flujos de escombros. En estos últimos predomina una matriz fino-granular limosa (MH o ML) con variaciones locales a arcillosa o arenosa (CL o SM) [14].
2. MATERIALES Y METODOLOGÍA
De la zona de estudio se extrajeron muestras a una profundidad entre 0,5 y 0,7 m, como se presenta en la figura 2. Las muestras extraídas fueron del tipo inalteradas (tubos shelby y bloques) y remoldeadas (bolsas plásticas), y corresponden al flujo de lodos descrito anteriormente. Con el material alterado se realizaron ensayos de determinación del contenido de humedad, límites de Atterberg, gravedad específica, granulometría por mallas e hidrómetro, determinación de pH (H2O y KCl), capacidad de intercambio catiónico (CIC), miniatura compactada tropical-rápida (MCT) y difracción de rayos X. Con las muestras inalteradas se efectuaron ensayos de microscopía electrónica de barrido (MEB), succión por el método del papel filtro, desagregación y pinhole test.
Cada uno de los ensayos fue realizado siguiendo las Normas ASTM, las cuales se especifican para cada ensayo, además de verificar la repetitividad en los procedimientos.
Para comparar la influencia de la temperatura, todos los ensayos fueron ejecutados tanto con el suelo en estado natural como con el suelo después de ser sometido a ignición en laboratorio, por medio de una mufla, manteniendo una temperatura de 1000 °C durante 30 min, y 1 hora y 30 min, dependiendo del tamaño de la muestra para garantizar la ignición (figura 3). Se seleccionó dicha temperatura considerando que aproximadamente hacia los 980 °C la estructura de los suelos comienza a modificarse [15].
3. CARACTERIZACIÓN FÍSICA
Los ensayos de caracterización física, como contenido de humedad, límites de Atterberg, gravedad específica, granulometría por tamizado y lavado sobre la malla N° 200, se realizaron de acuerdo con las normas ASTM [16-20], respectivamente, y con la finalidad de evaluar las propiedades índice del material.
Miniatura compactada tropical (MCT)-rápida
Este ensayo fue implementado por Nogami y Cozzolino en 1985 [21], y básicamente consiste en realizar una clasificación rápida de los suelos con base en la contracción del diámetro y la penetración de unas pastillas moldeadas en anillos de, aproximadamente, 5 mm de espesor y 20 mm de diámetro. Dicha clasificación divide los suelos tropicales en dos grupos, laterítico (L) y no laterítico (N) y en cuatro subgrupos, arenas (A), arenoso (A’), arcilloso (G’) y limoso (S’) (figura 4).
4. ANÁLISIS QUÍMICO, MINERALÓGICO Y ESTRUCTURAL
Determinación del pH del suelo
Para establecer si existe una variación en la acidez o alcalinidad y definir también el predominio en el nivel mineralógico del suelo estudiado antes y después de la ignición, se debe determinar el pH del suelo. Para ello, se realiza la prueba correspondiente a la Norma ASTM [22] en agua y en solución de cloruro de potasio (KCl); la diferencia entre estos dos valores (ΔpH), en el caso de ser positiva, indica predominio de oxihidróxidos de hierro y aluminio; por el contrario, si este valor es negativo indica prevalencia de arcillominerales [23]. La alcalinidad del suelo se clasifica según los rangos de la tabla 1, a partir del pH en agua.
Denominación | Rango |
Ultra ácido | < 3,5 |
Extremadamente ácido | 3,5 - 4,4 |
Muy fuertemente ácido | 4,5 - 5,0 |
Fuertemente ácido | 5,1 - 5,5 |
Moderadamente ácido | 5,6 - 6,0 |
Ligeramente ácido | 6,1 - 6,5 |
Neutro | 6,6 - 7,3 |
Ligeramente alcalino | 7,4 - 7,8 |
Moderadamente alcalino | 7,9 - 8,4 |
Fuertemente alcalino | 8,5 - 9,0 |
Fuente: [38]
Determinación de algunos elementos químicos
En estos ensayos se obtiene el valor del contenido de materia orgánica, aluminio (usando KCl 1M), calcio, magnesio, sodio, potasio (usando acetato de amonio 1M) y de la capacidad de intercambio Catiónico (CIC) del suelo, definida como la capacidad que tiene un suelo para retener y liberar iones positivos, y es constituida por la suma de cationes básicos Ca++, Mg++, Na+, K+ y de cationes ácidos H+,Al+++) [10].
El método usado para la determinación del contenido de materia orgánica es AS-07, de Walkley & Black [24].
Difracción de rayos X
Este método se establece en [25] y es muy usado en la identificación de minerales en suelos de grano fino, y consiste en determinar los espaciamientos entre los planos atómicos y los ángulos incidente y difractado, correspondientes al momento en que ocurre la difracción de los rayos X sobre el material; estos dos parámetros han sido identificados para muchos materiales cristalinos, por ende, la clasificación de los minerales se realiza de forma comparativa por medio de difractogramas [26]. La confrontación de los resultados de la muestra natural y la quemada al horno permite determinar los cambios mineralógicos generados por el proceso de ignición.
Microscopía electrónica de barrido (MEB)
El microscopio empleado por esta técnica funciona por medio de un campo electrónico en donde inciden rayos de electrones, en cuya interacción adquieren energía cinética que al impactar sobre la muestra provoca una disipación de una serie de señales que generan una imagen, que permite estudiar la estructura del material. Por medio de este instrumento se puede, además, analizar la composición química del suelo y corroborar la presencia de ciertos minerales a través de su morfología o de los elementos presentes [27].
5. CARACTERIZACIÓN MECÁNICA
Para la caracterización mecánica de los suelos, se realizaron ensayos de pinhole test, desagregación y succión por el método del papel filtro.
Los procedimientos de los ensayos de corte directo, succión por el método del papel filtro y pinhole test, se realizaron según las normas ASTM [28,29] y la norma brasilera ABNT-NBR [30]. El ensayo de desagregación no cuenta con norma acreditada, se siguieron los procedimientos recomendados en Camapum et al [31].
Pinhole test
El ensayo de pinhole test proporciona una medida cualitativa y cuantitativa de la erodabilidad interna de los suelos. Su procedimiento consiste en realizar un agujero de 1 mm de diámetro en todo el centro longitudinal de una muestra cilíndrica con el objetivo de simular grietas o fracturas de una masa de suelo; por este orificio se hace fluir agua con varias cargas hidráulicas y se obtiene un promedio de caudales [30]. La finalidad de este ensayo es estudiar el efecto de arrastre de partículas de suelo por la circulación del agua, mediante la relación carga-descarga vs cabeza hidráulica [31].
Desagregación
El ensayo de desagregación consiste en labrar dos muestras cúbicas de 6 cm de lado; una de las muestras se somete a inmersión total en agua destilada y la otra a una inmersión parcial agregando una cantidad de agua destilada equivalente a 1/3 de la altura de la muestra cada 15 minutos hasta cubrir totalmente la misma; a medida que se agrega el agua se anotan los cambios sufridos en la muestra. Después de transcurridas 24 horas se observan las muestras y de forma cualitativa se evalúan sus variaciones para analizar su estabilidad o desagregación [31].
Succión por el método del papel filtro
Este ensayo se efectúa siguiendo la norma ASTM [29] de forma que determina tanto la succión matricial como la succión total. En el caso del suelo natural el ensayo se realizó siguiendo trayectoria mixta de humedad; o sea, se partió de la humedad natural y a partir de esta se humedecieron y se secaron las pastillas. Para la muestra sometida a ignición, debido a la dificultad de moldear pastillas después de quemadas, se optó por moldearlas y luego quemarlas en el horno, por lo que el proceso de humedecimiento se dio a partir de muestra seca y agregando agua hasta el máximo contenido de humedad que pudieran tener las mismas.
6. ANÁLISIS DE RESULTADOS
Caracterización física
En la tabla 2 se presenta el resumen de algunas de las propiedades índice del suelo tanto natural como quemado.
Suelo natural | Suelo quemado | |
Contenido de humedad natural (%) | 36 | NA |
Saturación inicial (%) | 78 | 0 |
Límite plástico (%) | 41 | NP |
Límite líquido (%) | 75 | 53 |
Índice de plasticidad (%) | 34 | NP |
Gravedad específica | 2,53 | 2,96 |
Índice de vacíos inicial | 1,2 | 1,8 |
NA (No aplica), NP (No presenta)
Fuente: elaboración propia.
Estudios previos han mostrado cómo los incendios forestales pueden ocasionar cambios texturales en los suelos, causando aumento de partículas gruesas, como arenas y gravas, y disminuciones, por tanto, en los contenidos de partículas finas como arcilla y limo [2,5,6]. En este caso se observa cómo la temperatura claramente afecta las propiedades índice del suelo: inmediatamente después del fuego el material pasa de un limo de alta plasticidad (MH) en estado natural, a generar agregaciones cambiando la textura por tamaños más gruesos tipo arena (SP) al quemarse (figura 5), disminuyendo sus límites. En el caso de la gravedad específica, se evidencia un aumento al pasar de un estado a otro, que da indicios de cambios en la composición mineralógica; sin embargo, esto se verifica con los resultados del ensayo de difracción de rayos X. En cuanto a la relación de vacíos se dio un incremento debido a la desecación extrema de la muestra que genera aglomeración y grietas y, por ende, un aumento en los vacíos del suelo.
MCT rápida
Según la clasificación MCT rápida el suelo natural se clasifica como LG’ (arcillas lateríticas y arcillas lateríticas arenosas) y el suelo quemado como NA (arena no laterítica), resultados que concuerdan con lo obtenido en la granulometría y lo reportado en la literatura [2], donde se pasó de una textura fina a una textura gruesa. La clasificación MCT se hace con base en la tabla propuesta por Nogami [21].
7. ANÁLISIS QUÍMICOS
Determinación de pH del suelo
Con relación al pH del material, la mayoría de las investigaciones coinciden en que el pH del suelo aumenta después de las quemas, pero en este caso disminuyó, mostrando como ocurrió en los estudios posteriores al año 2002, que el pH del suelo disminuye el primer mes, y aumenta poco tiempo después (tabla 3) [32]. Con la disminución del pH se pasa de un suelo moderadamente ácido a extremadamente ácido por efecto de la temperatura.
Suelo | pH en agua | pH en KCl | Δ pH |
Natural | 5,89 | 5,15 | -0,74 |
Quemado | 3,6 | 4,61 | 1,01 |
pH (Potencial de hidrógeno), KCl (cloruro de potasio), Δ pH (diferencia de pH en KCl y agua)
Fuente: elaboración propia.
La diferencia en el suelo del pH en agua y en KCl muestra también un cambio en la composición mineralógica, ya que para el suelo natural es negativo y para el suelo quemado es positivo, aspecto que puede verificarse en los resultados de difracción de rayos X, donde se pasa de tener una abundante cantidad de arcillo-minerales como la caolinita, a oxihidróxidos de hierro y aluminio como hematita y mullita.
Cantidad de algunos elementos químicos
En la tabla 4, se observa con relación a la capacidad de intercambio catiónico (CIC), que el suelo natural presenta un valor de 9.9 cmolc kg-1 justificado en la alta presencia de caolinita, cuyos valores de CIC varían entre 3 y 15 cmolc kg-1. Posteriormente al quemar el suelo hay un cambio mineralógico importante que hace que su CIC disminuya a 0,8 cmolc kg-1 que puede relacionarse con su aumento en hematita y el paso de cuarzos de baja a cuarzos de alta ya que estos tienen valores de CIC entre 1 y 4 cmolc kg-1 [33]. Al igual que se encontró en otros estudios [2], la disminución en la cantidad de materia orgánica al someter un suelo directamente al fuego, se traduce en un descenso en la capacidad de intercambio catiónico. Todos estos cambios son variaciones de vital importancia no solo en la ingeniería, sino en la agricultura, tal como lo muestran otras investigaciones en el área [3].
8. DIFRACCIÓN DE RAYOS X (DRX)
Como se puede observar en las figuras 6 y 7, al realizar el ensayo de difracción sobre la muestra en estado natural, se identificaron y cuantificaron cualitativamente minerales como la goethita, caolinita y cuarzo.
Es posible que el comportamiento mecánico de este suelo esté fuertemente influenciado por la presencia de la caolinita (arcillo mineral), debido a que existe un alto contenido de la misma, lo que implicaría la existencia de un aporte importante de la cohesión a la resistencia al corte del material.
Adicionalmente, se observó que, al someter el suelo a altas temperaturas, se presentaron cambios en la mineralogía, tal como se ve en las figuras 8 y 9. Dichos cambios consisten en la transformación de los minerales existentes. En estas figuras se ve que la muestra quemada presentó hematita, cuarzo y mullita.
Se considera que parte de la caolinita existente en la muestra natural se transformó en mullita [34], mientras que el cuarzo de baja se transformó en un cuarzo de alta [35] y la goethita dio lugar a la hematita [36].
9. MICROSCOPÍA ELECTRÓNICA DE BARRIDO (MEB)
Las imágenes obtenidas en el MEB (figura 10) muestran que ambos suelos tienen una estructura similar, homogénea con partículas aplanadas; se observa, además, que el suelo quemado tiene mayor presencia de macroporos, poros de tamaño intermedio y microporos que el suelo natural (producto de las agregaciones), confirmando los resultados obtenidos en la curva característica de retención de agua.
10. CARACTERIZACIÓN MECÁNICA
Pinhole test
En el suelo natural se evidencia un suelo no erodable debido a la escasa variación de los caudales de carga y descarga para una misma cabeza (figura 11), lo que puede estar relacionado con la alta presencia del mineral de caolinita que es estable en presencia de agua [31].
Por otro lado, el suelo quemado no alcanza cabezas superiores a 160 mm y presenta caudales mayores que el suelo natural; esto se corrobora con la MEB y en el ensayo de succión, donde se observa una estructura más abierta y, por tanto, mayor espacio para la fluencia del agua en el suelo sometido a ignición [37]. De igual forma en el suelo quemado se genera una mayor diferencia entre el caudal de la carga y la descarga, clasificando el material como potencialmente erodable. La literatura registra cómo tras los incendios se ha detectado una reducción de la estabilidad de los agregados, relacionada con la pérdida de materia orgánica o con las características intrínsecas del suelo como es su composición textural [2], aumentando el grado de susceptibilidad delos suelos a la erosión hídrica y eólica [9].
Desagregación
En el ensayo de desagregación para el cubo de suelo natural que estuvo bajo inmersión total, se presentó un desprendimiento parcial de partículas en una esquina; sin embargo, en general conservó su forma y tamaño original. La muestra sometida a inmersión parcial se partió en dos sin disgregarse y sin presentar dispersión de partículas, lo anterior se observa en la figura 12. Este fenómeno sucede por expansión osmótica, evidenciada cuando la concentración de iones en la fase sólida es mayor que en la solución ambiente; en tal caso el agua se mueve por la muestra tratando de disminuir esa concentración, y causa la fractura [31].
En la muestra de suelo quemado no se presentó ningún cambio en la forma de los cubos en inmersión total y parcial, ni hubo desprendimiento de partículas; esto puede deberse a que, al tener una muestra totalmente seca, el agua que ingresa no requiere disminuir ninguna concentración iónica, por lo cual la muestra no sufre expansión y, por ende, no presenta desmoronamiento; adicionalmente, la formación de agregaciones le confiere mayor estabilidad (figura 13).
Curva característica de retención de agua
En la figura 14, se observan las curvas características del suelo natural y quemado, tanto para la succión matricial como para la succión total.
En el caso de la succión matricial del suelo natural, presenta una curva más suave que la del suelo quemado, revelando una variación progresiva de los vacíos de macroporos a microporos. También al presentar vacíos más pequeños se generan succiones mayores (curva por encima de la del suelo quemado). En la muestra expuesta a ignición, la curva característica evidencia gran cantidad de macropororos (entre 25% y 58% de humedad) y microporos (a partir de 12% de contenido de humedad).
Los poros mayores con succiones menores en la muestra quemada afectan la respuesta mecánica del suelo y lo tornan potencialmente menos competente y más susceptible a procesos de erosión superficial.
Adicionalmente, se puede observar que existe un efecto químico marcado (succión osmótica) en ambas muestras de suelo; en el caso de la muestra natural es más fuerte en la región de los macroporos, y en el suelo quemado en la región de los poros de tamaño medio.
CONCLUSIONES
Los suelos de zonas tropicales afectados por las altas temperaturas generadas por los incendios sufren grandes cambios en cuanto a su estructura, composición química y mineralogía, que inciden en su comportamiento físico-mecánico. El suelo quemado se torna más ácido, con mayor relación de vacíos y aumento del valor de la gravedad específica de los sólidos, menor capacidad de intercambio catiónico, menor cantidad de caolinita, variación en su textura (de grano fino a grano grueso); su plasticidad y succión disminuyen, con un consecuente aumento en erodabilidad del material, al tener un suelo que permite una mayor circulación de agua a través de él.
Los cambios mineralógicos que sufre el suelo al ser sometido al proceso de ignición son bastante significativos, siendo sumamente importante en el suelo analizado la variación de la caolinita a mullita, que induce un comportamiento mecánico más frágil, lo que implica contar con un material más parecido al de un suelo granular que a uno cohesivo, tornándolo más susceptible a procesos erosivos.
Los suelos sometidos a temperaturas altas presentan frecuentemente inestabilidades, y se erosionan más pronto que cuando no han sido sometidos a dicho fenómeno. Con los resultados anteriores se corrobora que adquieren una estructura más abierta, que disminuye la succión del material y lo convierte en un suelo más erodable y que acumula más agua, factores que pueden propiciar el desencadenamiento de movimientos en masa.
Se recomienda, en futuros trabajos, variar parámetros tales como la temperatura, el tiempo, la cantidad de material expuesto y el tipo de suelo sometido a ignición, que permita una generalización del efecto de la quema en los materiales. Se propone dejar abierto como campo de investigación, efectuar una mayor cantidad de ensayos, teniendo en cuenta que los suelos tropicales presentan gran variabilidad en sus propiedades.
Pero es claro que esta investigación abre un camino importante y les muestra tanto al ingeniero como a la comunidad en general, la gravedad de la ocurrencia de estos fenómenos (incendios) y las potenciales afectaciones en el campo agrícola y geotécnico.