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Encuentros

Print version ISSN 1692-5858

Encuentros vol.12 no.1 Barranquilla Jan./June 2014

 

Hacia una Universidad Investigadora, Educadora y Administradora de lo público en el contexto de la globalización

Towards a University Researcher, Educator and Administrator of the public in the context of globalization

Katia Milena Martinez Heredia1
Teresita Álvarez2

1 Universidad Autónoma del Caribe, Barranquilla, Colombia. Katia.Martinez@uac.edu.co
2 Universidad del Zulia, Zulia, Venezuela. teresitaalvarez@hotmail.com

Cómo referenciar este artículo:
Martinez H. Katia & Álvarez T. (2014). Hacia una Universidad Investigadora, Educadora y Administradora de lo público en el contexto de la globalización. Revista Encuentros, Universidad Autónoma del Caribe, 12 (1), 61-74.

Fecha de recibido: 13 de octubre de 2013. Fecha de aceptación: 15 de diciembre de 2013


Resumen

Este artículo de reflexión, desde la Teoría Crítico-Social, es resultado de la investigación "De-construcción teórica del paradigma Bio-político, a través de sujetos colectivos en el escenario de la globalización", adelantada en el estudio doctoral en Ciencias Sociales mención Gerencia en La Universidad del Zulia, Venezuela. Este artículo reflexiona sobre el contexto de la globalización, desde la perspectivas de la Universidad, como institución Investigadora, Educadora y Administradora de lo público, y contó con el apoyo del Programa de Comunicación Social-Periodismo de la Universidad Autónoma del Caribe, en la línea de investigación Región, Desarrollo y Comunicación. El análisis es interdisciplinario y vislumbra discusiones interesantes en el marco de la discusión nacional e internacional entre dos visiones de Universidad de sus investigadoras. Los resultados cualitativos de esta investigación enriquecen la discusión frente a nuevas e innovadoras formas de vivir y saber en el mundo, acompañadas por herramientas tecnológicas, de comunicación y discursos que se construyen a partir de nuevos referentes.

Palabras clave: globalización, universidad, investigación, educación.


Abstract

This article from reflection, from Theory Critical-Social, is the result of the investigation, "De-constructing theoretical paradigm Bio-political, through collective subjects in the context of globalization", advanced in doctoral study in Social Sciences references management at the University of Zulia, Venezuela. This article reflects on the context of globalization, from the perspectives of the University as an institution Researcher, Educator and Administrator of the public, and had the support of the Social Communication and Journalism at the Universidad Autónoma del Caribe, on the line research Region, Development and Communication. The analysis is interdisciplinary and glimpses interesting discussions within the framework of national and international discussion between two visions of their research University. The qualitative results of this study enrich the debate against new and innovative ways to live and learn in the world, ac companied by technological tools, communication and ideologies built from new referents.

Key words: globalization, university, investigation, education and planning.


"La educación es la disciplina de la libertad..."
FERNANDO SAVATER (1988)

"La importancia de la política radica en la posibilidad de comenzar algo nuevo".
HANNAH ARENDT.

"Mientras no relacionemos el conocimiento según los conocimientos del conocimiento complejo, seremos incapaces de conocer el tejido común de las cosas; solo veremos los hilos del tapiz, pero no podremos ver el dibujo en su conjunto".
EDGAR MORIN (2011)

Los agentes de la economía mundial adoptan decisiones políticas sin una legitimación político-democrática.
ULRICH BECK

Introducción

El fenómeno de la globalización económica y de internacionalización de la economía a escala planetaria ha permeado las distintas esferas de la sociedad. Las condiciones de desigualdad, pobreza y marginalidad en lo social, la corrupción, el clientelismo y la violencia política al interior de los Estados Latinoamericanos, más la realidad de una creciente brecha macro-económica entre países industrializados y países agrícolas, exige con suma urgencia una redefinición de la visión de desarrollo que se quiere posicionar. Surge la pregunta epistemológica por descubrir en cuál de los dos enfoques de desarrollo, si sobre la visión de crecimiento económico o sobre la visión social del desarrollo sería posible articular a la educación como uno de los componentes necesarios para la consecución de tales objetivos. No cabe duda que la educación es, desde las ciencias sociales, uno de los eslabones de cambio social, y si se quiere, como un ámbito emancipador y transformador del sistema económico y político de los Estados.

Así como el comercio, la educación también se vio volcada a procesos de transnacionalización, internacionalización, privatización e inversión extranjera dentro de las economías anexas al libre mercado. Los indicadores educativos se convirtieron en una condición impositiva para medir y evaluar los procesos en los colegios, en las universidades y en todas aquellas instituciones prestadoras del servicio en términos cuantitativos. Ello ha significado una política impositiva de control de calidad, sobre indicadores medibles, observables y cuantificables, ajustado a estándares internacionales y homogeneizadores desde los países del Norte (G-7) sobre los países del Sur en todo globo. "La globalización, en esta perspectiva, haría referencia a los mecanismos uniformizadores a través de los cuales transcurre la mundialización del proceso en sus diferentes manifestaciones" (Fazio, 2001, p. 8). Una mundialización tecno-económica que ha permeado las estructuras pedagógicas, académicas y administrativas de los centro de enseñanza, donde importan más el número de referencia y la cantidad dejando en un segundo plano las condiciones cualitativamente importantes de calidad de la educación.

Hugo Fazio Vengo plantea que:

En el plano económico, los principales agentes son las empresas transnacionales, los grandes inversionistas privados, los bancos y las agencias financieras multilaterales, entre las que se destacan el FMI y el Banco Mundial. El resultado de esta globalización en lo económico consistiría en la consolidación de circuitos tras-fronterizos autónomos que actúan al margen de los espacios nacionales. (2001, p.10)

Dicho fenómeno ha sido diseñado, concebido epistemológicamente y ejecutado macro-políticamente desde el punto de vista economicista-reduccionista y positivista, visión que clasifica, estandariza, especializa y estratifica. Ello se demuestra en los rankings mundiales que ubica a los países industrializados desarrollados en los primeros lugares y a los países agrícolas subdesarrollados en los últimos lugares, teniendo como fundamento la escala de indicadores de medición internacional obtenidos. No es casualidad encontrar en Instituciones como la Harvard Business School que aún en estos tiempos de pluralidad ideológica y autonomía de cátedra de las democracias avanzadas se siga enseñando economía neoclásica, como la única perspectiva para leer y aprender la realidad.

Así lo reveló el Star Viewer Team International en el 2011, titulando Máxima indignación en Harvard: Los alumnos de la cátedra de Introducción a la Economía de la Universidad Harvard exigen nuevas perspectivas académicas. El motivo de la protesta es por lo que consideran el vacío intelectual y la corrupción moral y económica de gran parte del mundo académico, cómplices por acción u omisión en la actual crisis económica, que prepara a los profesionales economía más influyentes del mundo con visiones reduccionistas, dejando de lado el abanico de posibilidades teórico-conceptuales vigentes, con apertura ideológica, con autonomía para el aprendizaje y flexibilidad hacia la generación del conocimiento. El artículo alude a que ya hace casi 200 años, John Stuart Mill al asumir como Rector de la Universidad de Saint Andrew, recordaba al claustro de profesores de dicha universidad, que la función de las universidades no es hacer que los estudiantes aprendan a repetir lo que se les enseña como verdadero sino que su función es formar personas con capacidad de pensar por si mismas. Y es obvio que la incapacidad de las universidades actuales de formar economistas críticos y sensatos no responde únicamente a posturas personales e ideológicas de docentes y/o autoridades universitarias, sino más bien responde a factores relacionados con el rol que las universidades cumplen en la reproducción de las relaciones de poder dentro del sistema capitalista en su fase neoliberal

Entonces surge la pregunta, ¿De qué manera debe la Universidad, como institución, responder a sus objetivos misionales, a los intereses de la sociedad y a las necesidades del contexto?

Y el problema no es apenas que la visión de preponderancia a aspectos cuantitativos, sino que no suelen ser buenas representaciones de lo cualitativo. Edgar Morin (2011) afirma que:

Es muy importante subrayar la necesidad de una reforma del conocimiento, ya que hoy en Francia, el problema de la educación y de la investigación se ven reducidos a términos cuantitativos: "más créditos", "más enseñantes", "más informática", etc. Con ello se enmascara la dificultad esencial que está en el origen del fracaso de todas las reformas sucesivas de la enseñanza: no se puede reformar la institución sino antes haber reformado las mentes, pero antes no se puede reformar las mentes si antes no se han reformados las instituciones. (p. 145)

Este artículo de reflexión, producto de la investigación "De-construcción teórica del paradigma Bio-politico, a través de sujetos colectivos en el escenario de la globalización", adelantada en el estudio doctoral en Ciencias Sociales mención Gerencia en La Universidad del Zulia, Venezuela., tiene como objetivo hacer una reflexión del contexto de la globalización, tomando como referencia los efectos, transformaciones, crisis, carencias y perspectivas de la Universidad, como institución Investigadora, Educadora y Administradora de lo público, con el apoyo del Programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Autónoma del Caribe, en la línea de investigación Región, Desarrollo y Comunicación. El análisis es interdisciplinario y vislumbra discusiones interesantes en el marco de la discusión nacional e internacional entre dos visiones de Universidad de sus investigadoras. Así mismo, se fundamenta en la teoría crítica, y sus conclusiones permiten seguir en la búsqueda permanente del conocimiento, intentando aprender, desaprender y re-aprender, como bien lo manifiesta Morin en su libro La Vía, para el futuro de la humanidad, de cara a los procesos de transformación que merece la educación.

1. El carácter investigativo de la Universidad

El proceso de mundialización económica se convirtió en una expresión del proceso de la globalización después de 1989, con la expansión de la economía Neoliberal Británica y Norte-americana. La idea de crecimiento a escala global surge a partir de entonces con la expansión del capitalismo, como sistema único, uniformador y homogéneo, que impulsa y promueve el dominio y control del capital financiero más la suma del PIB (Producto Interno Bruto) de los países del planeta. Todo ello se convierte en la fuerza hegemónica de la economía globalizada que afianza la idea de crecimiento económico vista desde occidente, direccionado intelectual y moralmente al poder político.

Dicha tensión se sustenta en la idea sólida y justificada de los asesores económicos de las principales organizaciones mundiales y países decisores frente a una idea fragmentada y obsoleta para los humanistas y defensores de derechos humanos que observan las intensificaciones y afectaciones de los procesos globalizadores y globalizantes cada vez más afincados en las estructuras sociales de los países. Según la profesora Socorro Ramírez:

Los actores sociales que hoy en día poseen un mayor grado de incidencia en el ámbito internacional son, tal vez, las empresas o corporaciones multinacionales y transnacionales. Ellas impulsan la reducción del Estado y la redefinición de sus funciones. Para captar la atención y las inversiones de las multinacionales, los Estados compiten hoy por reducir su injerencia en la economía, liberar el comercio, suprimir impuestos y aranceles, privatizar sectores estratégicos de la economía, contener los salarios, flexibilizar las condiciones laborales, etc. En este desfase entre el carácter transnacional de las grandes empresas y el carácter meramente nacional de las instituciones políticas, habría que buscar, tal vez, una de las razones de la creciente crisis de legitimidad de las democracias. (p. 4)

Es por esto que desde esta perspectiva asistimos no solo a una crisis coyuntural, sino a una multi o policrisis estructural compleja que vive el mundo moderno globalizado con visiones epistemológicas e ideológicas coincidentes. Ello se entiende como una crisis cognitiva, diría Morin (2010) es decir una crisis del pensamiento sobre el cual está cimentado epistemológicamente el sistema actual. Se sufre de una crisis paradigmática que aboga por el economicismo, el reduccionismo, el binarismo y la causalidad línea, donde la política, la economía, y lo socio-cultural se analiza, se estudia y se interpreta desde una racionalidad científica, meramente cuantitativa, cuyos elementos se observan separadamente y de manera unidimensional.

Morin (2010) argumenta que:

Un pensamiento complejo cuyos principios hemos definido, permite desarrollar la aptitud para reaccionar de forma pertinente en una situación nueva como ya hemos dicho, los analfabetos del siglo XXI no serán los que no sepan leer y escribir, sino los que no puedan aprender, desaprender y reaprender." (2010, p. 37).

Ello apunta hacia un conocimiento contextual, global, multidimensional y complejo, que sea capaz de captar y leer la complejidad de la vida, relacionando la trinidad individuo-sociedad-especie. Es el llamado a revolucionar las ciencias de la vida, a revolucionar epistemológicamente las ciencias que transversalizan el mundo de la vida. Reformar la educación fundamentalmente debe conducirnos, afirma Morin, a entender que el conocimiento es interpretable e interpelable de manera integral y relacionada, siendo capaces de conocer el tejido común de las cosas desde lo concreto y abstracto y de manera interrelacionada, practicando la reflexividad sobre las condiciones históricas, culturales y sociales de la propia existencia.

Es desde la transformación de las instituciones, pero también de las mentes y de la visión de educación y de universidad, de la escuela, de la enseñanza, y de todas aquellas prácticas que como la internet abren la puerta de acceso y accesibilidad a los ciudadanos del mundo, sobre la base de la libertad de información, democráticamente abierta para el uso y socialización, gozando de bienes culturales antes restringidos por una élite, pero que ahora se instalan a través de dispositivos en red que contribuyen a la constitución de bienes cognitivos y culturales comunes para una futura sociedad mundo. América Latina carece desafortunadamente de la capacidad de ver los problemas de manera compleja, el paradigma positivista, economicista, reduccionista y binarista al que nos acogimos históricamente estuvo imbricado en el modelo de desarrollo marcadamente dependiente del modelo Español-Europeo y Norteamericano, lo que produjo lentas y retrasadas políticas económicas, sociales y culturales.

Solo en el caso Colombiano, más de la mitad de la población es pobre, con niveles altos de analfabetismo y con condiciones difíciles de acceso a la educación básica primaria, básica secundaria y media vocacional, técnica, tecnológica y profesional o superior, aun cuando se están haciendo esfuerzos económicos más no sociales para solventar la situación. Sin embargo, para cada caso particular de cada país en todo el continente Latinoamericano las condiciones de acceso a la educación formal son diversas, y seguramente dependerá del modelo de desarrollo al que se han acogido en los últimos tiempos, no so pena de ello, hay que decir que el problema educativo del continente no es un problema de la exclusividad de algunos países, el problema de la educación es generalizado, es decir planetario o global, es un problema de método: de la manera, la forma y el modo en que el ciudadano ha aprendido y ha aprehendido a entender su realidad, a tomar decisiones, a solucionarlos problemas y a dirimir conflictos.

En la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior del 5 al 9 de octubre de 1998. Sobre la DECLARACIÓN MUNDIAL SOBRE LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN EL SIGLO XXI: VISIÓN Y ACCIÓN, en el Artículo 1 del mismo documento, sobre la misión de educar, formar y realizar investigaciones, se argumenta la importancia de:

A) formar diplomados altamente cualificados y ciudadanos responsables, capaces de atender a las necesidades de todos los aspectos de la actividad humana, ofreciéndoles cualificaciones que estén a la altura de los tiempos modernos, comprendida la capacitación profesional, en las que se combinen los conocimientos teóricos y prácticos de alto nivel mediante cursos y programas que estén constantemente adaptados a las necesidades presentes y futuras de la sociedad;

B) constituir un espacio abierto para la formación superior que propicie el aprendizaje permanente, brindando una óptima gama de opciones y la posibilidad de entrar y salir fácilmente del sistema, así como oportunidades de realización individual y movilidad social con el fin de formar ciudadanos que participen activamente en la sociedad y estén abiertos al mundo, y para promover el fortalecimiento de las capacidades endógenas y la consolidación en un marco de justicia de los derechos humanos, el desarrollo sostenible la democracia y la paz;

C) promover, generar y difundir conocimientos por medio de la investigación y, como parte de los servicios que ha de prestar a la comunidad, proporcionar las competencias técnicas adecuadas para contribuir al desarrollo cultural, social y económico de las sociedades, fomentando y desarrollando la investigación científica y tecnológica a la par que la investigación en el campo de las ciencias sociales, las humanidades y las artes creativas;

D) contribuir a comprender, interpretar, preservar, reforzar, fomentar y difundir las culturas nacionales y regionales, internacionales e históricas, en un contexto de pluralismo y diversidad cultural;

E) contribuir a proteger y consolidar los valores de la sociedad, velando por inculcar en los jóvenes los valores en que reposa la ciudadanía democrática y proporcionando perspectivas críticas y objetivas a fin de propiciar el debate sobre las opciones estratégicas y el fortalecimiento de enfoques humanistas;

F) contribuir al desarrollo y la mejora de la educación en todos los niveles, en particular mediante la capacitación del personal docente.

Sin embargo, a lo largo de estas dos décadas posteriores a la firma de la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior se empezaron a generar discusiones permanentes alrededor de los objetivos, y aún la discusión sobre el tipo de universidad que se quiere consolidar sigue en pie. Inicialmente se planteaba que era urgente preservar, reforzar y fomentar aún más las misiones de educación superior, es decir, la investigación, el desarrollo sostenible y el mejoramiento del conjunto de la sociedad, cuyos retos abogan por la pertinencia, la internacionalización y la calidad de la educación, sobre un nuevo paradigma que privilegie el aprendizaje continuo y la universidad abierta a la sociedad. El profesor Luis Enrique Orozco Silva (1992)1 plantea que "en la universidad hay que buscar un equilibrio, para lo cual no hay una fórmula a priori, entre docencia, investigación y formación, proyecto institucional lo llamamos nosotros, es decir, apoyo a lo que significa la expresión hacer universidad". No obstante, esta premisa generó serios debates no solo teóricos sino también prácticos, ya que dimensiones como "pertinencia" sin identidad o "competencias" sin el fortalecimiento de los procesos de desarrollo del pensamiento, prevalecieron en todos los niveles de la educación desde pre-escolar hasta el nivel profesional, debilitando las dimensiones humanísticas de la formación integral del discente.

Orozco Silva insiste en que:

Al decir que la Formación Integral compromete al quehacer universitario en su conjunto se está señalando que todos los niveles de la institución están involucrados en ella y permeados por sus fines: el profesor, el estudiante y el directivo de la universidad. En la interacción diaria se define el clima formativo, el "éthos universitario". Tal interacción define prácticas administrativas, docentes, investigativas, de relación humana en el interior de las cuales todos dan testimonio de su visión del "mundo de la vida" de la sociedad en que se vive, de las producciones del espíritu humano en general. En ellas, el estudiante y el profesor resultan esencialmente modificados; es decir, con cambios -positivos o negativos- en su "forma". En la medida en que de tales interacciones salgan fortalecidos, "crecidos", con una "forma superior", se dice que se trata de una "experiencia formativa", o que se recibe una "educación superior" y para lo superior. (p.18)

No obstante, continúa una muy fuerte preocupación sobre la investigación en la universidad y lo que implica hacer ciencia, teniendo en cuenta que para ello es necesario generar unas condiciones físicas, financieras, académicas, que coadyuven en este propósito institucional. G. Bachelard (Tomado de Orozco Silva, 1999) afirma que la discusión en torno a los intereses en la ciencia tiene especial significación en los medios académicos por dos razones a- Una cierta esquizofrenia reinante en quienes aceptan en el debate ideológico la no neutralidad de la ciencia y de modo paralelo realizan prácticas positivistas de investigación y un cierto abandono de toda discusión teórica sobre los supuestos de la investigación que realizan bajo el prurito de considerar estas aproximaciones inútiles dado el afán de eficacia que los agobia b- La sobredeterminación de cosmovisiones o ideologías de corte positivista en boga en los programas académicos; visible en la negación de hecho de asumir la tematización de toda vinculación intrínseca entre los intereses y valores del investigador con las exigencias del método; y el escaso margen que los programas dejan para la formación teórica de los estudiantes, cayendo de hecho en un cientificismo que excluye de la formación toda recurrencia a la intuición en nombre de las exigencias de una racionalidad recortada. (p. 549)

Es por ello que pensar la investigación implica reconocer e identificar qué se investiga, cómo se investiga, por qué se investiga, para qué se investiga, con quiénes se investiga y a la luz de qué disciplinas, campos, o ciencias se investiga. Por lo anterior es importante hacer énfasis en que la interdisciplinariedad, la trans-disciplinariedad y la multi-disdplinariedad, son necesarias, por no decir obligatorias, para la investigación universitaria en aras de transversalizar el conocimiento desde multiplicidad de enfoques y diversidad de perspectivas. Ello sería un ideal de la investigación universitaria, lo que llevaría a los académicos de la investigación a avanzar en este complejo camino, que si se hace seriamente y con rigor, puede llevar a las universidad a la generación de nuevo conocimiento, no solo dentífico-cuantitativo, sino también dialéctico-teórico y/o cualitativo. Humboldt diría que "la particularidad de las instituciones científicas superiores debe ser el tratamiento de la ciencia como un problema aún no resuelto del todo que debe ser objeto de constante investigación" (GS, X, pág. 251). La invitación es entonces a ubicar la investigación como "la generación, desarrollo, integración y comunicación del saber en todas las áreas del conocimiento y dominios de la cultura", como lo expresa la docente Chilena PhD. Rosa Devés Alessandri, a través de su conferencia "El rol de investigación en la Educación Superior", quien sugiere un cuerpo académico cuya formación, oficio y vocación estén sustentados en la investigación, planteamientos a lo que cabría incluirles políticas públicas de investigación más democráticas y descentralizadas que permitan la inclusión y la participación de sectores o regiones excluidas y con escasas oportunidades, que atiendan o que redunden en la atención a problemáticas o realidades sociales, culturales o económicas, sobretodo en estos tiempos de contradictorias condiciones globalizadoras.

2. El carácter educador de la Universidad

El proceso tridimensional globalización-desarrollo y occidentalización, al producir grandes riquezas, genera de igual forma grandes guetos de miseria, exclusión y marginalidad en los países del sur y en los países periféricos. La idea de desarrollo desde occidente promueve a toda costa la híper-competitividad internacional, la liberalización de los mercados, la desregulación de la economía, la transnacionalización de bienes y servicios, y un conjunto de políticas macro-económicas lideradas por el FMI y el BM, entre las que se puede mencionar la privatización de los bienes públicos (uno de ellos la educación), que promueven la minimización del Estado y la maximización de la economía.

Zygmunt Bauman (2007) expresa que:

No se puede dar marcha a tras a la globalización. Uno puede estar a favor o en contra de esta nueva interdependencia mundial. Pero si hay muchas cosas que dependen de nuestro consentimiento o resistencia a la equívoca forma que hasta la fecha ha adoptado la globalización. (p. 46)

Sin embargo, para Pablo Múnera (2010):

La globalización es un proceso de transformación social a escala planetaria, sobre el que ya no se escoge si se entra o no, sino que desborda cada vez más los intereses particulares, tornándose ingobernable al tiempo que gana autonomía, por lo que aun siendo una abstracción, escoge cada vez más a su antojo, sin reconocer los límites hasta donde llegar- y todo parece indicar que no hay recodo del planeta al que no desee penetrar, pues vemos cada vez más como los vestigios de oposición van cayendo lentamente. Es ingenuo luchar frontalmente contra ella y más pretender derrotaria globalmente, en su ámbito. La única manera es ir creando oasis en medio del desierto, en que se convierte cualquier proyecto homo-geneizador, pero que por la misma pretensión de totalidad, es ilusorio y siempre dejará espacios para germinen algunas semillas. (p.161-162)

La posibilidad por una sociedad más justa, más humana, de mayores oportunidades, más equitativa, menos individualista y más colectivista, donde los niños y jóvenes puedan acceder a sus derechos a toda plenitud, es todavía una tarea a cumplir. La tarea es asumir la globalización de manera crítica pero propositiva. El acceso a la educación en el mundo aún es uno de los objetivos planteados por la ONU como objetivos del milenio que incluye la erradicación de la pobreza, como una tarea de todos los países del mundo, lo que supone desde ya un fracaso de todas las organizaciones mundiales, que descaradamente han sido permisivas y tolerantes frente a la aplicación de las políticas macroeconómicas, a escala planetaria, sin controles ni regulaciones de fondo que le den equilibrio al fenómeno, más la minimización del Estado, que otorga las complacencias legales al conjunto de los agentes del sistema internacional que cada vez es menos democrático, más autónomo, más cerrado, más perverso y más autoritario, generando decadentes condiciones de vida en la sociedad, quien espera respuestas.

Según las Organización de las Naciones Unidas la actual crisis financiera y económica mundial se ha convertido en una crisis mundial de empleos que ha llevado las tasas de desempleo a niveles significativamente más elevados. Esto ha perjudicado en particular a los pobres y a los más vulnerables. En 2008 había alrededor de 633 millones de trabajadores, el 21,2% de los trabajadores del mundo, que vivían con sus familias con menos de1,25 dólares por día, y en 2009 ese número aumentó en 215 millones, incluidos100 millones en el Asia meridional y 28 millones en África al sur del Sáhara1. Esto sugiere que había hasta un 7% más de trabajadores que corrían peligro de caer en la pobreza entre 2008 y 2009. Aunque es posible que haya algunas señales de recuperación en unas pocas de las grandes economías emergentes, para los más vulnerables las crisis mundiales están muy lejos de haber terminado. El desempleo y el trabajo precario siguen siendo altos. Los ingresos de los hogares pobres en las zonas urbanas y rurales sufren a raíz de reducciones en sus salarios y sus ganancias, aumentos de la informalidad, migraciones inversas y precios volátiles de los alimentos y los combustibles. Se prevé un período prolongado de desempleo, dado las lecciones de las crisis financieras anteriores2

Precisamente, ello ha traído como consecuencia que la tendencia globalizadora haya permeado y afectado de igual manera a la educación, si bien existen instituciones de educación superior estatales, la mayoría de instituciones que intentan cubrir el déficit de cobertura en Colombia, particularmente, son las de corte privado, situación que deja por fuera a muchos estudiantes con ganas, motivación e interés de estudiar en lo técnico, tecnológico o profesional. De hecho entre lo técnico, tecnológico y profesional también existe una discusión profunda, ya que es la dinámica del mercado la que va marcando la pauta sobre el tipo de estudiante que se quiere formar y sobre qué conocimientos y saberes debe ser su formación, a solicitud de las empresas y corporaciones multinacionales que así lo requieren. Menos profesionales, más técnicos, menos saberes integrales, más tecné al servicio de la industria y la manufactura, y adicional a ello mano de obra más barata y explotada.

Es por eso que llama la atención las actuales condiciones y necesidades de la educación superior en el mundo. Me refiero a la relación de oferta y demanda que ha surgido debido a las múltiples exigencias y a las múltiples necesidades del mercado. Es acaso la educación una mercancía más del mercado en donde unos compran y otros venden a satisfacción de unos y otros? ¿Es la educación un bien público o privado? Es la Universidad un proveedor y los estudiantes clientes?

Desde la Universidad de Bolognia en 1088, la universidad es en el sentido más amplio una institución por excelencia, centro de saberes, productora de nuevos conocimientos, lugar para la reflexión, el debate y la crítica. Sin embargo, más adelante, con el modelo de Humboldt, desde 1811, se pensó que "la universidad debe ser también un establecimiento de cultura general, una alma máter que reúna todas las disciplinas sin tratar de impartir una apariencia de formación profesional". Los dos modelos básicos de universidad: la del Medioevo y la de inicios del siglo XIX, tienen, a su vez, dos propósitos con la investigación: en la una es un ser y en la otra un hacer. Dice Humboldt "el buen investigador es el buen docente. Y un buen docente que tiene infarto intelectual 'mortuus est', o sea, un docente que no lee, que no está al día ni siquiera debiera estar en la universidad". Eso significa que la universidad no solo necesita investigadores sino también docentes y pedagogos al servicio de la educación, con vocación, con disciplina de estudio, lectores, y sobre todo docentes comprometidos ética y moralmente con la enseñanza. Decía Humboldt: "nuestro último deber en la existencia es hacer que...mediante nuestra acción vital, el concepto de humanidad adquiera en nosotros un contenido tan rico como sea posible. Para ello hay que vincular nuestro yo con el mundo" (GS, I, pág. 283). Señaló que "la formación personal sólo puede proceder de la organización del mundo" (GS, VII, pág. 33).

Al parecer hoy la prioridad y la pertinencia de la educación superior es atender las necesidades del contexto, ya sea a través de la educación virtual, la educación emprendedora, la universidad corporativa, la educación transnacional, entre otras versiones, aun cuando se sigue poniendo en riesgo la calidad de la misma, colocándola al servicio del mercado y no a la inversa, el mercado al servicio de la educación, o en términos recíprocos. Ello nos lleva inmediatamente a pensar reflexivamente sobre el carácter educador de la universidad, cuando ya se ha trasegado en el tiempo y se ha dado pausa para repensarse y autocuestionarse. Sin embargo William Ospina (2001) opina que la educación, a diferencia de otros campos no ha evolucionado de la misma manera y se ha quedado anclada en el tiempo, dejando abandonados sus principios axiológicos fundadores. No obstante, pedagogos como Dewey, Neill, Montessori, Skinner, Freire, Freinet, Giroux que a lo largo de la historia le han aportado a la educación hoy vuelven a tener sentido dado los grandes cambios y las transformaciones o deformaciones que está viviendo la humanidad.

La educación en general y la universitaria particular esta hoy atravesando por una múltiples crisis, pero una de ellas es la crisis de identidad, que permea su calidad. Ello quiere decir que al hablar de calidad de la educación es necesario hablar de las dimensiones que ella promueve, involucrando las dimensiones sociales, humanísticas, profesionales, disciplinares, administrativas, gerenciales, investigativas, pedagógicas y académicas. Superponer una de estas dimensiones o darle más importancia a una sobre otras conlleva a la perdida de la identidad a que hago referencia. No es posible seguir hablando de la calidad de la educación sino de una educación de calidad. En este sentido el orden si altera el producto. El sustantivo no puede ser el valor esencial, debe ser el nombre educación la que nos lleve a pensar la calidad en sus múltiples perspectivas. Sobre eso hay muchos debates en progreso, pero lo interesante de ello es poder entender que la pertinencia académica, es un propósito de la educación y una búsqueda permanente, una construcción colectiva de los discentes, docentes, padres de familia y de la comunidad en general, incluyendo a las instituciones públicas como privadas, quienes le dan sentido al proceso de reconocimiento de la calidad. "La universidad, la de cualquier sitio y, con ella, la nuestra, está como el ser humano, frente a una crisis de identidad. No la van a salvar los encolerizados, o los habilidosos y trepadores que la usen para otros fines. Si se salva, será por los que al dotarla de un ideal de servicio social, le respeten la dignidad de su pensamiento que, al fin y al cabo, ha sido su verdadera esencia, por lo menos, en las sociedades imperfectas de las imperfectas democracias que están muy lejos de haber terminado su misión en la historia" (Orozco, 2002)

Se requiere más cualificación y menos cuantificación de la educación. Educar significa ayudar a pensar, a reflexionar y por ende a transformar la realidad circundante, en el que deben participar todos los actores en un esfuerzo mancomunado que apunte a materializar los objetivos misionales de la educación, a partir de un proyecto educativo común que le dé sentido a la luz de sus tres funciones sustantivas: docencia, investigación y extensión social. Pablo Múnera (2010) alude que una de las funciones generales de la educación debe ser:

Enseñar para la comprensión de la condición humana y para la vida misma; en segundo término, le educación en cualquier tiempo y lugar debe ser para la libertad, liberadora, en la medida en que al ofrecer nuevos conocimientos debe ampliar las posibilidades de elección y la visión del mundo de sus educandos; y finalmente debe ser propio de toda educación y más si es superior el estímulo del pensamiento crítico, pero no como sistema cerrado, como la crítica por la crítica, o la crítica como principio y fin a la vez, sino como el espíritu que subyace a toda transformación, que tendrá mejor asidero y legitimidad si se promueve ante la reflexión y la autocrítica (p. 113-114)

Es decir que la Universidad debe preguntarse permanentemente por los ¿qué?, ¿por qué?, ¿cómo?, ¿dónde?, ¿con quién o quiénes? y ¿para qué? de los procesos y de los resultados educativos que impulsen no solo lo cuantitativo sino también las dimensiones cualitativas de manera recíproca y dialogada. Es importante considerar en este punto del análisis que no se puede caer nuevamente en determinismos egoístas de un lado y del otro; la realidad concreta de las universidades de los países subdesarrollados, como Colombia, invita hoy a pensar la universidad, sus funciones, sus prácticas, sus actores, sus objetivos, su misión visión frente a los procesos de cambio y de transformación que exige y merece la sociedad.

Ahora bien, estos propósitos no se logran unidireccionalmente, ello implica la participación activa y comprometida de todos actores representativos de la comunidad educativo: docentes, discentes, padres de familia, directivos, Estado y sector productivo, quienes, en el marco de sus funciones y tareas, deben entender y comprender colectivamente las líneas a seguir, a la luz de un proyecto educativo transformador y de cara a las realidad globalizadora que está en juego.

3. La planificación Universitaria: una propuesta no una receta

Después de la caída del muro de Berlín, de la desintegración de la U.R.S.S. y de la finalización de la guerra fría con el posicionamiento del sistema económico capitalista los Estados-Nacionales entraron en un proceso de ajuste y reacomodamiento político, económico y socio-cultural.

Esos mismos cambios estarían articulados a las nuevas tendencias globalizadoras y al emergente modelo Neoliberal de cara a los procesos de internacionalización y transnacionalización mercantil, de mano de las súper potencias globales como los G-7, los G-8, organismos internacionales como la ONU, el FMI, el BM y el FMI, quienes coadyuvaron en la consolidación e intensificación del nuevo paradigma del desarrollo. Los Estados-Nacionales subdesarrollados por su parte se alienaron y se adaptaron a los nuevos cambios, dejando de lado sus prioridades o mejor, entregando sus responsabilidades públicas al mercado.

Es por ello que Estados como Colombia, México, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, entre otros países del continente han cedido parte de su soberanía, de su independencia y de su autonomía territorial y política a las llamadas naciones del primer mundo. Asegurar el bien público de la educación, protegerlo y garantizarlo al conjunto de la sociedad es una de las funciones constitucionales y de las responsabilidades más importantes del Estado de Derecho. Ahora bien, dentro del escenario global en el que nos encontramos el Estado ha minimizado sus funciones sustantivas y a maximizado las del mercado (entendiendo por mercado al conjunto de individuos o asociaciones de individuos involucrados en la dinámica comercial, económica y mercantil, como las empresas, las corporaciones u organizaciones que intercambian o que se someten a un proceso transaccional), quien hoy permea las decisiones de la vida económica, política y social, incluyendo las del sector de la educación.

En tal sentido, el Estado ha abandonado sus prioridades, dejando de destinar los recursos y los rubros suficientes en materia educativa, ha dejado de invertir en infraestructura, en cualificación profesoral, en cobertura, ha abandonado a sectores vulnerables de la sociedad, dejado en últimas, de asegurar el patrimonio nacional educativo. Todo ello ha generado el detrimento y el deterioro de la educación en todas sus dimensiones, afectando lo académico, lo administrativo, lo pedagógico, lo físico, lo investigativo, lo social y en general todos los procesos que la enriquecen. Por todas las situaciones de multicrisis del contexto global y del escenario de problemáticas en el plano local, el Estado aún se encuentra en el deber de:

  1. Asumir los retos y los desafíos tanto económicos y sociales de la educación, incluyendo la educación universitaria.
  2. Promover procesos de construcción colectiva y de empoderamiento, en el que participen COMUNIDAD UNIVERSITARIA (estudiantes, docentes, padres de familia, egresados) - ESTADO (Funcionarios públicos, asesores de políticas públicas, gobierno nacional) - MERCADO (empresas locales y extranjeras, organizaciones de la sociedad civil).
  3. Diseñar e implementar las políticas públicas universitarias de cara a la comunidad educativa y a la sociedad, sobre paradigmas holísticos e integrales, más humanistas menos economicistas.

Sin embargo, resulta interesante entender que planificar, es más que una de las etapas del proceso de la administración, puede ésta definirse como un proceso en sí mismo, en el que deberían estar involucrados, no solo los administradores, gerentes o directores de las organizaciones. En la planificación, y más en el caso de la planificación universitaria, a la que se está haciendo referencia, debe surgir el interrogante sobre quiénes participan en la planeación institucional, a la luz de qué metodologías de trabajo aportan en el enriquecimiento de la planeación institucional y en qué medida la planeación universitaria puesta en práctica es un resultado de los intereses, motivaciones, querellas, de los miembros de las comunidad educativa. El profesor William Rojas Rojas, profesor de la Universidad del Valle-Colombia, en su libro: Modernidad y Humanidad: lo inhumano en la organización y en el trabajo (2003), argumenta que "no es posible pretender invitar al empleado a liberarse, a expresarse, a adherirse a valores compartidos, sino se desmitifica la idea de los administradores son los "actores" casi únicos que conciben y dirigen los programas tendientes a la "nueva cultura" deseada, difundida" (p. 25)

Así mismo, ni el Estado podría estar de espaladas a la sociedad, ni las Instituciones de educación superior invisibilizar a sus actores representativos, ni las empresas lograrían una planificación con sentido, si no comprenden el valor del sujeto y de la importancia de la participación activa de los miembros de las organizaciones en el construcción de propuestas conducentes al mejoramiento de ellas mismas y por ende de la sociedad, y de su transformación. Es por ello que cuando se solicitan investigadores idóneos en distintos campos, cuando se solicitan docentes de las distintas disciplinas, o bien sea profesionales capaces y competentes para coordinar proyectos al interior de las universidades, se supone que no se están buscando máquinas, sino sujetos pensantes, críticos, reflexivos, propositivos, siempre y cuando las "reglas de juego" se sostengan en la participación, como es el ser de todo escenario de la democracia.

Es por ello que los nuevos escenarios a los que se enfrenta la planificación universitaria en el contexto institucional implican un reconocimiento de las cambiantes relaciones del contexto local, regional y mundial, la visión del Estado y el mercado, las múltiples problemáticas de la producción del conocimiento, la preparación permanente del potencia3 humano y la radical importancia de la investigación y la docencia, como funciones sustantivas de la vida universitaria. Lo fundamental, de la planificación universitaria, es que pueda definir muy bien el paradigma sobre el que sustentará sus acciones. Un paradigma basado en el conocimiento, en los procesos como modelo de gestión, en el buen gobierno y la gestión por resultados, en los procesos académico-pedagógicos, en la visión de la calidad educativa, a partir de decisiones compartidas y la complementariedad de esfuerzos, o la articulación de todos ellos, serían entonces, motores que movilizarían la gerencia del conocimiento en el contexto institucional.

Lo anterior lleva a pensar en un modelo integrador, contextual, histórico y pertinente a las realidades sociales, políticas, culturales y económicas, que sugiere un trabajo con carácter igualmente integrador, contextual, histórico y pertinente a la realidad educativa y pedagógica, que permita consensuar los debates, a fin de revisar y re-evaluar los modelos tradicionales y co-construir proyectos alternativos que apunten a cumplir con las funciones sustantivas y el deber ser de la educación.

Todo ello supone un escenario de planificación que debe procurar por:

  1. La definición de la filosofía de gestión que se pretende impulsar.
  2. La articulación de los planes de desarrollos nacionales, regionales y locales con los proyectos institucionales.
  3. La identificación diagnóstica de problemas educativos, administrativos, docentes, investigativos y de contexto.
  4. El fortalecimiento del gobierno escolar.
  5. La direccionalidad compartida (Zambrano, 2006).
  6. La definición del proyecto educativo institucional. (PEI)
  7. El apoyo constante del Estado.
  8. La potenciación del recurso humano.
  9. La administración de los recursos económicos de cara a la sociedad.
  10. Políticas de democratización para los educandos y educadores.
  11. La evaluación permanente.
  12. La investigación, la pedagogía, la extensión y la proyección social, sobre la base de valores y principios institucionales como la ética, la democracia, la responsabilidad, la igualdad, la dignidad humana y la critica, pilares fundamentales de un co-gobierno.
  13. Entre otros aspectos de carácter económico, político y social que transversalizan este análisis.

Conclusiones

No obstante, el papel de la educación en los procesos de cambio y de transformación en diversas partes del mundo como el Este-asiático, Brasil, México, Venezuela o Estados Unidos, dan ejemplo del carácter transformador y emancipador que adquiere la educación superior al interior de la sociedad, entendiendo que para cada caso es distinto, teniendo en cuenta las particularidades culturales, de los sistemas políticos y de las realidades económicas, más el contexto histórico de los países mencionados. El sentido social que la educación superior logra repercute en toda y cada una de las esferas y de la vida en comunidad, así como también en la economía, dado que los objetivos comunes por los que la educación superior debe propender son la generación y producción de nuevo conocimiento, la generación de comunidades académicas de reflexión y permanente aprendizaje de las problemáticas sociales, culturales, políticas y económicas, lo que significa finalmente una búsqueda incesante de alternativas posibles para la resolución de estas mismas.

Morin (2001) propone ver el mundo de problemas del devenir histórico. Plantea que el problema de la educación debe reformar antes que a las instituciones a las mentes, es decir, desde una concepción complejizada de los términos, de racionalidad, de cientificidad, de complejidad, de modernidad occidentalizada y de desarrollo en términos del crecimiento económico. América Latina requiere una dosis de complejidad y menos linealidad, requiere más conocimiento de lo humano, de la historia, de la ética, del contexto Latinoamericano, y de la autocrítica o reflexividad muy necesaria entre nuestras Naciones.

No existe un marco institucional perfecto ni una universidad perfecta ni una planificación universitaria perfecta. Lo importante es imaginar las tantas posibilidades de construir un mundo más humano, en medio de un mundo globalizado. Las múltiples opciones políticas, sociales, humanas, y de vida que aún existen por explorar son innumerables, ya que no basta con solo denunciar o criticar. Desde un sentido humanístico, pero también heuristico, se hace urgente pensar nuestras incertidumbres, nuestras vicisitudes y nuestras múltiples problemáticas Latinoamericanas, siendo complejos como sujetos y con la máxima posibilidad y libertad de pensamos y reflexionamos desde una mirada crítica, a fin de escudriñar las reales oportunidades con las que contamos para empezar a generar cambios significativos y procesos revolucionarios de emancipación. El mundo lo necesita y muy a pesar de los grandes problemas y conflictos sociales que padece el mundo es relevante retornar a lo cualitativo, a partir de nuevos referentes y nuevos discursos éticos, estéticos y poéticos.

No hay una receta exacta, este análisis es solo un acercamiento más al deber ser de la universidad, en la búsqueda por un modelo de planificación que propenda por la protección, la defensa y la garantía del acceso al bien público de la educación, a través de procesos democráticos, participativos e incluyentes para cada uno de los actores y agentes representativos del Estado y de la sociedad en general.


Notas

1 Conferencia "La calidad de la educación superior pública y los retos con la reforma de la ley 30 de 1992", dictada el 24 de mayo en el Paraninfo de la Universidad de Antioquia. En: http://www.universidad. edu.co/index.php?option=com_content&view=article&id=3050:es-unaobligacion- nuestra-pensar-la-universidad- que-queremos-y-decirselo-alpais& catid=36:ensayos-acadcos&Itemid=81
2 Organización Internacional del Trabajo, Global Employment Trends, enero de 2010. En: Informe del Secretario General Sexagésimo quinto período de sesiones. Tema del programa provisional: Erradicación de pobreza y otras cuestiones de desarrollo. Actividades del Segundo Decenio de las Naciones Unidas para la Erradicación de la Pobreza (2008-2017).
3 En: Martinez, Katia, y Téllez, Sandra. (2013). La comunicación en las instituciones de carácter público: de lo institucional a lo participativo. Revista Anagramas. Universidad de Medellin. Enero julio.


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