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Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud

versão impressa ISSN 1692-715X

Rev.latinoam.cienc.soc.niñez juv v.9 n.2 Manizales jul./dez. 2011

 

 

Segunda Sección: Estudios e Investigaciones

 

Diferencias Transculturales en la Manifestación del Bullying en Estudiantes de Escuela Secundaria*

 

Diferenças Trans-Culturais na Manifestação do Bullying nos Estudantes da Escola Secundária

 

Bullying Transcultural Differences in High-School Students

 

 

Maria Teresa Paredes1, Leonor I. Lega2, Hannia Cabezas3, Marjorie E. Ortega4, Yeni Medina5, Carolina Vega6

 

1 Profesora Pontificia Universidad Javeriana-Cali. Directora Instituto Albert Ellis de Colombia. Supervisora Terapia Racional Emotivo Conductual (Trec). Licenciada en Psicologia, Universidad Javeriana-Cali, Colombia. Especialista en Desarrollo Intelectual y Educación. Correo electrónico: aellis.colombia09@gmail.com

2 Catedratica de Psicologia, Saint Peter's College. PhD Psychology, Temple University (Philadelphia, USA), Post-PhD (post-doctorado) Terapia Racional Emotivo Conductual (Trec), Albert Ellis Institute N. Y. Correo electrónico:llega@spc.edu.co

3 Profesora de la Facultad de Educacion, Universidad de Costa Rica. Marjorie. M.S. Profesora de la Escuela de Orientación y Educación Especial, Facultad de Educación, Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica. Correo electrónico: hanniac@gmail.com

4 Profesora Saint Peter's College. Licenciada en Psicología, Saint Peter's College.

5 Profesora Saint Petr's College. Licenciada en Psicología, Saint Peter's College.

6 Profesora Saint Peter's College. Licenciada en Psicología, Saint Peter's College.

 

 

Artículo recibido en abril 12 de 2010; artículo aceptado en agosto 12 de 2010 (Eds.)

 


Resumen:

Con un diseño de grupos apareados por edad y grado escolar, comparamos los resultados de dos investigaciones sobre bullying, realizadas en Colombia y Costa Rica. El propósito fue identificar los comportamientos de los agresores y agresoras para configurar su perfil, y explorar la variable género en este fenómeno. Utilizamos el "Cuestionario Paredes, Lega Vernon para Deteccion del Bullying" en 824 estudiantes de 6o a 8o. El resultado de un MANOVA de dos vías mostró diferencias significativas en las categorías género y país, y una relación significativa en la interacción género y país.

Palabras clave: Hostigamiento entre pares, intimidación, agresión, colegio, diferencias de género, transcultural, Colombia, Costa Rica.

 


Resumo:

Com um desenho de grupos juntados por idade e grau escolar, comparamos os resultados de duas investigações sobre "bullying", realizadas em Colômbia e Costa Rica. O propósito foi identificar os comportamentos dos agressores e agressoras para configurar seu perfil, e explorar a variable género neste fenómeno.Utilizamos o "Cuestionario Paredes, Lega Vernon para Deteccion do Bullying" em 824 estudantes de 6ou a 8ou. O resultado de um MANOVA de duas vias mostrou diferenças significativas nas categorias género e país, e uma relação significativa na interacção género e país.

Palavras-chave: Hostigamiento entre pares, intimidação, agressão, colégio, diferenças de género, transcultural, Colômbia, Costa Rica.

 


Abstract:

A matched group design by age and grade level compared the results of two previous single experiments done in two different countries, Colombia and Costa Rica, on the phenomenon of bullying. The purpose was to identify the aggresor's behavior to make and compare their profile and the explore the variable of gender in this issue. The study consisted of 824 male and female participants, ages of 12 to 16, grades 6th to 8th,, anonimously answered the Paredes, Lega, Vernon Questionary for Bullying Detection. The results of a two-way MANOVA showed that there were main effects in gender and country, and a significant gender and country interaction.

Keywords: Intimidation, agression, peer agression, school, gender differences, transcultural, Colombia, Costa Rica.

 


 

1. Introducción

 

El bullying se reconoce actualmente como un problema mundial, y Olweus (1973a; 1977b; 1978; 1979) es considerado el pionero en la investigación sistemática sobre este tema. Sus investigaciones sobre el fenómeno del bullying inician en la década del 70 en Escandinavia, y el impacto de sus hallazgos suscitó interés en investigadores e investigadoras de Finlandia (Lazgerspetz et al., 1982), Estados Unidos (Perry et al., 1988), Irlanda (O'Moore & Brendan, 1989), Australia (Rigby & Slee, 1991), Inglaterra (Smith, 1991), Canadá (Ziegler & Rosenstein-Manner, 1991), Japón (Hirano, 1992), Países Bajos (Haese-Lager & Van Lieshout, 1992) y España (Ruiz, 1992). Estos estudios son citados por Olweus (1998) como las investigaciones que permitieron reconocer la presencia transcultural del problema, debido a que los resultados confirmaban la existencia del bullying en los respectivos países en los que se llevó a cabo cada una de ellas. En 2008 se realizó un estudio transcultural sobre la prevalencia de víctimas de bullying en colegios de once países europeos, con el fin de investigar la asociación del problema con factores físicos, socio-demográficos y psicosociales en una muestra de niños, niñas y adolescentes de 8 a 18 años. Esta investigación encontró que hay presencia de bullying y una considerable variación entre países (desde 10.5% en Hungría hasta 29.6% en Reino Unido). Los jóvenes y las jóvenes tienen mayor probabilidad de ser víctimas de bullying en Austria, Países Bajos, España, Suiza y Reino Unido, y baja probabilidad en Francia, Grecia y Hungría (Analitis, Klein, Ravens-Sieberer, Detmar, Erhart, Berra, Alonso, Rajmil, & European Kidscreen Group, 2009). Otra investigación transcultural muy citada en la literatura sobre este fenómeno, fue la realizada por Smith, Morita, Junger-Tas, Olweus, Catalano y Slee en 1999, y también da cuenta de la variabilidad de la presencia del problema en cada país. Asimismo, en la muestra total colombiana, la presencia del problema fue del 24.7% (Paredes, Álvarez, Lega & Vernon, 2008), mientras que en la muestra costarricense fue de 19.1% (Cabezas, Pizarro & Jiménez, 2007). Este cúmulo de investigaciones en tan diversos países mantienen en común y de manera consistente, a través de las décadas, la diferencia en la proporción de la presencia del problema, además de otros aspectos.

El bullying puede ser descrito como un tipo de agresión dividido en cuatro categorías: física, verbal, psicológica y social (Davis & Davis, 2008). Los tipos de comportamientos incluidos en esas categorías son empujar, golpear, amenazar, extorsionar y aislar, entre otros. Quien lleva a cabo estas acciones, es denominado agresor, y se caracteriza fundamentalmente por la impulsividad y la necesidad de dominar a otros. También tiene problemas para controlar la rabia y los sentimientos de hostilidad frente al ambiente y las otras personas en general, y claramente niega sus acciones; vuelca la culpa a los demás por su comportamiento, o minimiza sus propios hechos. Asimismo, expresa poca empatía por los sentimientos de otros, percibe erróneamente hostilidad en las acciones de otros y ve la agresividad como la única forma de preservar su autoimagen. En la aparición del comportamiento de acoso se relacionan otros dos factores, además de las características personales mencionadas anteriormente. Un segundo factor que se ha asociado a la aparición del bullying, son las características de las familias de los agresores o agresoras. En general los padres y madres exhiben pocas destrezas para solucionar problemas, así como para mantener relaciones con otros adultos; son inconsistentes y/o abusivos con la disciplina, y no están interesados en conocer siempre el paradero de sus hijos o hijas (Olweus, 1998; Olweus, 2001; Cabezas & Jiménez, 2007; Paredes, Álvarez, Lega & Vernon, 2008). Un tercer factor se relaciona con la escuela. Aspectos como la inconsistencia y la ambigüedad de las normas que dificultan su ejecución por parte de los sujetos adultos, o reglas muy generales, favorecen que los agresores y agresoras aprendan que sus comportamientos son aceptables. Asimismo, la ausencia o poca claridad de los canales de comunicación entre estudiantes, profesores y profesoras, y padres y madres, y en general la poca intervención de los profesores y profesoras en los incidentes de agresión entre estudiantes, se reconocen como factores asociados a la escuela que favorecen la aparición y permanencia del problema (Garbarino & DeLara, 2002; Olweus, 2001; Olweus, 2003).

Si bien existe acuerdo sobre las características generales del comportamiento del agresor o agresora, en este estudio nos proponemos explorar formas específicas de manifestación del perfil del agresor en el contexto de bullying en dos países: Colombia y Costa Rica.

Un propósito adicional de este análisis fue explorar si el género juega un rol en la forma de expresión del perfil del agresor en los dos países, Colombia y Costa Rica.

 

2. Descripción del estudio

Los estudios sobre bullying del presente artículo fueron inicialmente conducidos separadamente en los dos países, teniendo en cuenta la equivalencia de las muestras en cuanto a grado escolar, edad, género y estatus socioeconómico. En los dos países realizamos el mismo procedimiento, en el cual los colegios fueron contactados para que permitieran aplicar a sus estudiantes de 6o, 7o y 80 grado, una encuesta basada en la literatura de Olweus. La descripción detallada de la construcción del instrumento y sus características se encuentra en el volumen 6(1), 2008, pp. 304, 305 de esta revista, (Paredes, Álvarez, Lega & Vernon, 2008). Para este estudio, analizamos en las dos muestras las preguntas pertinentes al agresor o agresora.

Los resultados de estos estudios mostraron que tanto en Costa Rica como en Colombia, los estudiantes y las estudiantes habían experimentado algún tipo de agresión en algún momento de la vida escolar, y que una proporción importante de ellos y de ellas percibía ser agredida por lo menos una vez al mes (Cabezas, 2007; Cabezas & Jiménez, 2007; Paredes, Álvarez, Lega & Vernon, 2008).

Al examinar los resultados de las investigaciones en Colombia y Costa Rica encontramos diferencias en la forma en que se manifiesta la agresión entre los jóvenes y las jóvenes, de acuerdo con el género. Aunque en los varones la forma predilecta de agredir de ambas muestras es la física, se perciben algunas diferencias en los dos grupos. En los varones costarricenses, la agresión se presenta a través de golpes, empujones, por medio de amenazas, con armas punzo-cortantes (2.8%), y a través del uso de palabras grotescas, pero mediando en la mayoría de los casos el contacto físico. En los varones colombianos predominan los golpes (32.6%), la ridiculización -principalmente por medio de apodos-, las palabras soeces, la amenaza de golpes (todas las agresiones verbales 13.3%) y la exclusión en el 5,1% de los casos. Es importante resaltar que entre los jóvenes y las jóvenes de Colombia no se presentó una proporción significativa de amenaza con arma (1.5%), especificando además que el arma ha sido algún objeto típico del trabajo escolar, como una tijera o una regla.

Los varones costarricenses justifican la agresión diciendo que sus iguales "son tontos", "más débiles", "menores" o que "no reaccionan". Los jóvenes de la muestra colombiana justifican la agresión alegando que ellos sólo querían "molestar", por "desquitarse", por "rabia", o porque "el otro molestaba".

Las jóvenes costarricenses argumentan la agresión aduciendo que sus víctimas "son frágiles", "tímidas", "más pequeñas" o "les caen mal". Asimismo, agreden de manera solapada, haciendo uso del chantaje e intimidando a sus víctimas al decirles que van a "divulgar un secreto" o a "contar algo que les avergonzaría". Utilizan menos el contacto físico; sin embargo, en Costa Rica el uso de palabras fuertes y grotescas es común entre las mujeres, al igual que en los varones. Las jóvenes colombianas utilizan principalmente formas verbales de agresión, por medio de apodos o insultos (16.2%), seguido de golpes (8%), y todas las formas de exclusión (7%), animando a otras y a otros a no "juntarse" con la compañera. Al igual que las costarricenses, utilizan la amenaza de propagar un falso rumor. La principal razón de las jóvenes colombianas para agredir a otras o a otros, es "desquitarse", "sólo porque quise", o "sólo molestando". Ambos grupos perciben la indefensión y debilidad en sus víctimas, y ello les lleva a provocar dolor en forma intencional, lo que les hace sentir tanto a los hombres como a las mujeres de las dos muestras, satisfechos, poderosos, y cómodos con su comportamiento.

De acuerdo con Davis & Davis (2008), "la probabilidad de que los jóvenes intimiden aumenta cuando los adultos y los compañeros ven el comportamiento de los agresores y no hacen nada para detenerlo, mostrando así su aprobación" p. 16 .

Este aspecto se ve reflejado en los estudios previos en cada país, al detectarse las pocas medidas correctivas de que fueron objeto los protagonistas, ya que en la muestra costarricense, en un 61% de los hombres y en un 59.5% de las mujeres sus conductas agresivas no tuvieron consecuencias, por lo que ninguno de los grupos asumió la responsabilidad de sus actos; igualmente, en la muestra colombiana, en el 71% de las mujeres y en el 64% de los varones no se tuvo ninguna consecuencia.

En diversos estudios se ha encontrado que la relación por género de jóvenes que intimidan en los centros educativos es de 3:1, (tres hombres por cada mujer); sin embargo, en las muestras de este estudio los datos obtenidos indican que en ambos grupos de uno y otro país, los escolares participan arremetiendo contra sus iguales en una proporción aproximada de 5:4 (cinco hombres por cuatro mujeres, 27.3% hombres, 22.3% mujeres) en Colombia, y en una proporción aproximada de 1:1 (un hombre por una mujer 9.4% mujeres, 9.7% varones) en Costa Rica. Es decir, en los dos países ambos géneros participan en comportamientos agresivos frecuentes en proporciones similares (Olweus, 1991; Olweus, 1993; Olweus, 1998; Ortega, 1994; Cerezo, 2006; Cabezas, 2007; Paredes, Álvarez, Lega & Vernon, 2008).

 

3. Método

Participantes

El estudio lo constituyeron un total de 824 estudiantes voluntarios de sexto, séptimo y octavo grado: 463 participantes fueron provenientes de Colombia (202 varones, 261 mujeres) y los otros 361 participantes provinieron de Costa Rica (175 varones, 187 mujeres). La edad de los participantes varió de 12 a 16 años.

Instrumento

El "Cuestionario Paredes, Lega, Vernon para detección del Bullying", llamado inicialmente "Bullying-Cali", está basado en la literatura de Olweus (1998), y un objetivo importante que persigue es precisar u operacionalizar los comportamientos del agresor o agresora, de las víctimas, e identificar la proporción de estudiantes que no se sitúa en ninguna de las anteriores categorías. Para el propósito de esta investigación comparamos ocho preguntas del cuestionario dirigidas a los agresores y agresoras, con el interés de explorar aspectos específicos en la manifestación del bullying en cada país, teniendo en cuenta los comportamientos de golpear, amenazar, excluir y ridiculizar. Tuvimos en cuenta que puede ocurrir otra forma de agresión, por lo que preguntamos por otra forma y su descripción. El cuestionario permite identificar aspectos subjetivos del comportamiento del agresor o agresora, indagando la razón por la cual agrede a otros, el sentimiento posterior a realizar la agresión y si percibe que su comportamiento tuvo alguna consecuencia en él mismo o en ella misma. Asimismo indaga sobre el lugar donde ocurre la agresión y si durante la ejecución de este comportamiento, otros compañeros o compañeras están presentes. El instrumento también incluye preguntas generales como género, edad y grado escolar. Idénticas preguntas se realizaron a los estudiantes en ambos países.

Diseño

El estudio se realizó a partir de un diseño de grupos apareados entre sujetos. Las variables independientes fueron país (Colombia y Costa Rica) y género (mujeres y varones). Se justifica la utilización de este diseño dado el objetivo del estudio y la homogeneidad de los grupos a estudiar. El análisis multivariado de la varianza o MANOVA, permite examinar las diferencias en dos o más variables dependientes simultáneamente frente a las variables independientes descritas.

Procedimiento

Como este estudio es una comparación de dos investigaciones realizadas previamente en diferentes países, es importante aclarar que aunque el procedimiento varía ligeramente en cada país, tanto en Colombia como en Costa Rica los colegios fueron escogidos entre aquellos que mostraron algún interés en el tema de la investigación a realizar. Los cuestionarios fueron entregados a los estudiantes y las estudiantes que estaban presentes en el salón de clases en los grados 6°, 7° y 8°, y los sujetos participantes respondieron el cuestionario anónima y voluntariamente. Aunque las investigaciones iniciales incluían más centros educativos, para establecer la equivalencia transcultural de ambos países requerida por el diseño para muestras apareadas, escogimos del estudio colombiano 7 colegios de la zona urbana de Santiago de Cali (Paredes, Álvarez, Lega & Vernon, 2008) y 7 colegios del estudio en Costa Rica de las zonas de Coronado, Alajuela, Alajuelita y Cartago (Cabezas, 2007; Cabezas, 2007).

 

4. Resultados

Los resultados de un MANOVA de dos vías (mujeres vs. varones, Colombia vs. Costa Rica) mostraron que hay diferencias significativas en los puntajes del cuestionario, en las variables género y país; hay mayor diferencia entre mujeres, y mayor interacción significativa entre los hombres.

Hay también diferencias significativas entre países (Colombia vs. Costa Rica) respecto a las siguientes sub-categorías: "Golpear" F (1,820) = 113.8, p < .05, "Excluir" F (1,820) = 128.8, p < .05, y "Ridiculizar" F (1,820) = 157.6, p < .05. Estos resultados dicen que la probabilidad de que los comportamientos de agresión sean iguales en los dos países es menor a 0.05. La anterior probabilidad se cumple también para el aspecto subjetivo o la razón por la cual los jóvenes y las jóvenes agreden, dado por "Motivo para agredir" F (1,820) = 29.4, p < .05; se cumple igual probabilidad para "Solo o acompañado" F (1,820) = 124.6, p< .05, "Consecuencia" F (1,820) = 199.09, p <.05; y Sentimiento por la acción: "Feliz" F (1, 820) = 15.7, p < .05, "Satisfecho" F (1, 820) = 57.3, p < .05, "Preocupado" F (1, 820) = 41.3, p < .05.

Encontramos también diferencias significativas en género (varones vs. mujeres) en las siguientes sub-categorías: "Golpear" F (1,820) = 106.2, p <.05, "Motivo" F (1,820) = 5.18, p < .05, Frecuencia F (1, 820) = 5.22, p < .05; Sentimiento por la acción: "Satisfecho" F (1,820) = 23.7, p < .05.

Hubo una interacción entre país y género en términos de "Golpear" F (1,820) = 79.14, p <.05, "Amenazar" F (1,820) = 15.14, p < .05, "Solo o acompañado" F (1,820) = 3.83, p < .05, Sentimiento por la acción: "Satisfecho" F (1,820) = 22.5, p < .05 y "Frecuencia" F (1,820) = 9.98, p < .05.

Por último, hallamos también una interacción significativa País x Género (p < .05), es decir, el fenómeno se presenta en los dos países y se manifiesta de manera particular según el género.

 

5. Discusión

Los resultados obtenidos con el Manova ofrecen un amplio panorama de las diferencias entre los dos países en la manifestación del fenómeno, según el género.

Es llamativa la considerable variación entre Colombia y Costa Rica en cuanto a la prevalencia del bullying, y a la vez, la clara revelación de los comportamientos del agresor o agresora, que finalmente configuran su perfil. Encontramos que en las dos muestras el comportamiento de agresión "amenazar", no presenta una diferencia significativa. Observamos que los varones costarricenses utilizan más el contacto físico con la víctima, sumado a las palabras fuertes y las amenazas, mientras que los varones colombianos utilizan más las amenazas, los apodos, las ridiculizaciones y los golpes. Es también particular en los sujetos costarricenses que los aspectos subjetivos o razones para actuar de esta manera están puestos en características -reales o no- de la víctima, mientras que en los colombianos, los aspectos subjetivos están expresados en términos de su propio deseo de actuar de esta manera, no por una característica del otro. Es decir, a nivel de las razones que los agresores se dan para actuar así, los varones costarricenses no toleran ciertas características de sus compañeros, y los varones colombianos creen que su deseo es suficiente para desplegar el comportamiento agresivo. De igual manera, las mujeres costarricenses justifican sus acciones en relación con características de las víctimas y las mujeres colombianas en relación con sus deseos. De cara a la prevención y la puesta en marcha de programas anti-bullying, vale resaltar esta diferencia en el perfil de los agresores y agresoras de cada país. Estos resultados sugieren que en Costa Rica, el objetivo se debe orientar hacia la tolerancia, y en Colombia el objetivo se debe orientar hacia la aceptación de los propios límites. La investigación sobre este problema, en general ha enfocado los programas hacia la tolerancia y es gracias al análisis de las interacciones de idénticas variables en dos ambientes culturales diferentes que esta investigación identifica esta importante diferencia.

La muestra colombiana expresa de manera significativa índices mayores en todas las acciones agresivas, tanto en varones como en mujeres, pero vale la pena resaltar la mayor diferencia entre las mujeres de cada país en cuanto a la forma de agresión. Las agresoras costarricenses utilizan principalmente las palabras fuertes y el chantaje, y las colombianas utilizan los apodos, los insultos, los golpes y la exclusión. También encontramos que existen diferencias significativas según el género en la forma de expresión del perfil del agresor en los dos países, es decir, el rol de género mantiene su expresión bien diferenciada en cuanto a la agresión en el fenómeno del bullying. Esto sugiere que tanto la investigación sobre bullying como los programas anti-bullying deberán mantener estrategias de detección y prevención sensibles a la diferencia por género.

Establecimos también que el comportamiento de amenaza es la forma más generalizada de agresión en los dos países y en ambos géneros.

Estas diferencias hacen evidente que, si bien el fenómeno del bullying es un problema generalizado en todas las latitudes, sus formas de manifestación difieren, y esto exige que los programas y formas de detección se ajusten de manera particular a cada país, y además es probable que aspectos etnoculturales y regionales den respuesta a la variación.

Colombia y Costa Rica presentaron diferencias en la forma y en el grado en que se expresa la agresión; asimismo, estos países están afectados por factores socio-culturales muy diferentes y específicos, principalmente enfocados hacia la situación e historia de violencia. Por ejemplo, en el caso de Colombia vale la pena resaltar que la Organización Panamericana de la Salud (Paho) en 1997 reportó un índice de violencia (número de muertes violentas por 100,000 habitantes) entre los más altos de Latinoamérica; más de 10 años después, Alejandro Gaviria (2010), columnista del diario El Espectador, menciona en su columna:

    (…) el director del Instituto colombiano de Medicina Legal anunció un incremento de 16% de los homicidios durante el año anterior. El número de asesinatos pasó de 14.138 en 2008 a 16.363 en 2009. La tasa anual ya se acerca a 38 muertes por cada cien mil habitantes. El Plan de Desarrollo planteaba, cabe recordarlo, llevar la tasa de homicidios de 33 a 30 entre 2006 y 2010: una meta modesta que no va a cumplirse.

Es decir, Colombia permanece con unos altos índices de criminalidad y violencia crónicos, mientras que el índice de Costa Rica estuvo entre los más bajos. Una década atrás, Costa Rica era considerada la "Suiza de Latinoamérica", aunque su situación está empezando a cambiar.

Otro factor que diferencia socio-culturalmente a los dos países se refiere a la ausencia de ejército en Costa Rica. Sus ciudadanos no deben hacer servicio militar. Su sistema particular de vida le hace ser un pueblo pacífico, conservador, y respetuoso de la libertad civil y política. La medida de abolir el ejército fue tomada en el año 1948, y ello cerró desde entonces cualquier militarización futura (Molina & Palmer, 1997). Un aspecto completamente contrario se presenta en Colombia, en el que de manera más enfática, y como medida para frenar el gran alcance de los grupos al margen de la ley, en los últimos 8 años el actual gobierno incrementó el número de activos de su ejército y propuso una alternativa militarista y de fuerza como parte estructural para frenar el problema de la violencia organizada y generalizada.

Teniendo en cuenta la constante variabilidad de los resultados de amplias investigaciones transculturales sobre la presencia del bullying (Olweus, 1998; Smith, 1999; Analitis, 2009), se puede decir que la diferencia encontrada entre Colombia y Costa Rica es coherente con los resultados de las investigaciones transculturales a nivel mundial, y que además, diferencias tan marcadas a nivel institucional, político o de violencia crónica, no parecen explicar la presencia del problema. Es probable que los factores socioculturales puedan estar explicando la variación en el perfil del agresor o agresora, y es interesante seguir investigando sobre estas variables, dado que los resultados de este estudio muestran diferencias con la literatura sobre el tema en cuanto a la proporción de mujeres respecto de varones que agreden frecuentemente a otros en la escuela.

Establecimos también la menor utilización en las mujeres de la fuerza física en sus agresiones. Esta diferencia en la expresión de la agresión física entre varones y mujeres podría ser parcialmente atribuible a las diferencias biológicas. Se ha encontrado que niveles altos de testosterona pueden llevar a más agresión, por lo que este factor puede explicar en parte que los varones sean más propensos a ser más agresivos que las mujeres (Harris, Rushton, Hampson & Jackson, 1996).

Asimismo, aspectos como las horas que los niños, niñas y jóvenes pasan frente a programas violentos, podría considerarse como un factor importante en la proporción de aparición del problema en cada país. De acuerdo con Sandoval (2006), el desarrollo de diferentes patrones de comportamiento de las audiencias ha sido gradualmente influido por la televisión, factor actual de mayor importancia en el mismo. Para Huesmann, et al. (2003), este es uno de los puntos concluyentes de su estudio con jóvenes en donde manifiestan que los programas que causan mayor efecto son aquellos en donde ellos y ellas se identifican con personajes violentos, y que esa violencia es reconocida, ya que "el héroe" de esta forma está acabando con el mal, y por el hecho de hacerlo es reconocido, situación que no escapa a los niños y niñas costarricenses, quienes empiezan a mirar con buenos ojos que el héroe con quienes se han identificado, golpee, patee, y mate a sus adversarios, como una forma de justicia, incorporando de esta manera estos comportamientos en su vida diaria.

De otro lado, la interacción significativa país x género muestra que es probable que las diferencias post hoc entre países en cuanto a la expresión física está en gran parte explicada por diferencias expresas entre los varones colombianos y los costarricenses, en lugar que por diferencias históricas y culturales de los países. Futuras investigaciones podrían explorar si hay también algún tipo diferencia etnocultural y/o de género en las víctimas del bullying.

Dadas las diferencias de los dos países, es probable que las distancias encontradas en los resultados de este estudio se relacionen con factores estructurales como educación, salud o políticas sociales, que futuras investigaciones podrían examinar.

 


Notas.

* Este artículo de investigación científica y tecnológica hace parte del proyecto denominado Segunda Fase de la investigación sobre el Fenómeno del Bullying. Financiado por la Pontificia Universidad Javeriana de Cali. Inscrito como proyecto de investigación del Grupo Estudios en Cultura, Niñez y Familia. Código del proyecto: 02100218. Registro: Rii-282. Inicio febrero de 2009, finalización junio de 2010.

 


 

Lista de referencias

 

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    Referencia para citar este artículo: Paredes, M. T., Lega, L. I., Cabezas, H., Ortega, M. E., Medina, Y. & Vega C. (2011). Diferencias Transculturales en la Manifestación del Bullying en Estudiantes de Escuela Secundaria. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 2 (9), pp. 761 - 768.