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Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud

Print version ISSN 1692-715X

Rev.latinoam.cienc.soc.niñez juv vol.10 no.1 Manizales Jan./June 2012

 

Segunda Sección: Estudios e Investigaciones

 

Integración subjetiva y apoyo institucional percibido entre estudiantes de secundaria en Chile*

 

Integração subjetiva e apoio institucional percebido entre estudantes do Ensino Médio no Chile

 

Subjective integration and perceived institutional support among secondary students in Chile

 

 

 

 

Rodrigo Asún1, Soledad Ruiz2, Roberto Aceituno3, Juan Ignacio Venegas4, Alejandro Reinoso5

 

1 Académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. Sociólogo, Master en Metodología de las Ciencias del Comportamiento por la Universidad Autónoma de Madrid. Correo electrónico: rasun@uchile.cl

2 Académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. Psicóloga, Master en Psicología Social Comunitaria por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Correo electrónico: marruiz@uchile.cl

3 Académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. Psicólogo, Doctor en Psicopatología y Psicoanálisis por la Universidad de París 7 Denis Diderot. Correo electrónico: raceitun@uchile.cl

4 Magister en Métodos de Investigación Social de la London School of Economics and Political Science. Sociólogo, magíster en Métodos de Investigación Social por la London School of Economics and Political Science. Correo electrónico: jivenegas@u.uchile.cl

5 Académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Psicólogo, Doctor en Ciencias Sociales por la Pontificia Universidad Gregoriana, Roma. Correo electrónico: lareinoso@uc.cl

 

 

Artículo recibido en agosto 8 de 2011; artículo aceptado en octubre 18 de 2011 (Eds.)

 


Resumen:

En este artículo presentamos resultados respecto de la asociación entre el nivel de integración subjetiva de los jóvenes y las jóvenes estudiantes de enseñanza media de Santiago de Chile, y su percepción de disponer de apoyo por parte de instituciones sociales, empleando los constructos de anomia y alienación. Determinamos que los niveles de alienación de los jóvenes son intermedios, aunque muy altos en la percepción de desunión social. Percibimos que brindan un mayor soporte las instituciones educativas, de salud y policiales, y lo opuesto ocurre con las políticas y FF. AA. Encontramos una asociación entre la alienación y la percepción de apoyo institucional. Concluimos que el generar condiciones institucionales para la integración subjetiva de los jóvenes es una tarea pendiente.

Palabras clave: juventud, alienación social, integración social, norma social, anomia, apoyo institucional.


Resumo:

Neste artigo apresentamos resultados sobre a associação entre o nível de integração subjetiva de jovens estudantes do ensino médio em Santiago, Chile, e sua percepção de ter o apoio de instituições sociais usando os conceitos de anomia e alienação. Que seja determinado que os níveis de alienação dos jovens são intermediárias, mas muito alto na percepção da desunião social. Instituições que são percebidas proporcionando maior apoio são instituições de saúde, educação e polícia, e o oposto ocorre com as políticas e as forças armadas. Encontramos uma associação entre a alienação e a percepção de apoio institucional. Concluímos que as condições institucionais para a geração de integração subjetiva dos jovens é uma tarefa pendente no Chile.

Palavras-chave: jovens, alienação social, integração social, norma social, anomia, apoio institucional.


Abstract:

This article presents the results of a research project on subjective integration and its association to perception of institutional support among secondary students in Santiago, Chile, using psychosocial alienation and anomie constructs. Intermediate levels of general alienation and high levels in lack of social cohesion were found. Institutions that are perceived providing higher support are educational, health and police institutions; in contrast, political institutions as well as armed forces are perceived providing less support. A significant association was found between alienation levels and perception of institutional support. It is concluded that generation of institutional conditions for subjective integration of young people and solidarity ties strengthening are still unresolved tasks in Chile.

Keywords: youth, social alienation, social integration, social norm, anomie, institutional support.


 

1. Introducción

Uno de los desafíos más complejos de toda reconstrucción democrática en países subdesarrollados, consiste en ser capaces de construir una sociedad en que los ciudadanos y ciudadanas no sólo estén materialmente integrados, sino que tengan, además, sentimientos de pertenencia e inclusión social. Ese ha sido uno de los retos más relevantes que ha enfrentado Chile en las últimas tres décadas.

Numerosas investigaciones han mostrado (Valenzuela, 1982; Agurto, Canales & de la Maza, 1985; Weinstein, 1991), que en los tiempos de la dictadura militar predominaban entre los y las jóvenes chilenos, condiciones objetivas y subjetivas de exclusión.

Tampoco parece discutible que las condiciones materiales de vida de los chilenos y chilenas y, por añadidura, de las generaciones más jóvenes, han mejorado ostensiblemente en los últimos 30 años, como señala un informe oficial (Instituto Nacional de la Juventud, 2006): existe actualmente un amplio sistema de libertades políticas, se respeta el derecho de negociación y agrupación, ha habido un mejoramiento de los sistemas de protección social, han aumentado los salarios reales por hora y la cobertura de los sistemas educativos medio y superior. Desde el punto de vista del consumo, los chilenos y chilenas tienen más acceso a la tecnología, a la vivienda y a bienes de consumo que en el año 1989. La economía del país ha crecido a un promedio cercano al 5,5% durante el período y han disminuido claramente los niveles de pobreza e indigencia. ¿Implica ello que la percepción subjetiva de integración ha aumentado también?

Respondiendo a esa pregunta, una investigación previa (Aceituno & cols., 2009) ha evidenciado que, si bien se puede constatar una disminución significativa de los niveles medios de anomia y alienación subjetiva en los jóvenes chilenos encuestados en el año 2007 en comparación con el año 1989, dicha disminución parece de pequeña magnitud comparada con los cambios en las condiciones materiales, sociales y políticas que ha experimentado Chile a partir de la recuperación de la democracia. Así, si bien los jóvenes y las jóvenes manifestaban menores niveles de impotencia frente al futuro, mostraban casi igual percepción de aislamiento social. Además, el nivel de heterogeneidad de las distribuciones de puntuaciones obtenidas fue alto, lo que permitió constatar una pluralidad de posiciones subjetivas en el mundo juvenil.

Desde el punto de vista estructural, la hipótesis que explicaría dicho desfase es que algunas continuidades no interrumpidas desde fines de los años 80, como la persistencia de las desigualdades sociales (Instituto Nacional de la Juventud, 2006) y su alta reproducción generacional (Núñez & Risco, 2004), incide en que los jóvenes y las jóvenes de Chile continúen rechazando, en una medida no despreciable, la sociedad en la que viven.

Sin embargo, aunque esa hipótesis sea correcta, ella no explicaría la importante heterogeneidad en los niveles de integración subjetiva detectada en los jóvenes chilenos. En el presente artículo exploramos una posible explicación de esas diferencias: la desigualdad en la percepción de apoyo institucional. Sin embargo, antes de presentar el estudio, desarrollaremos brevemente el modo en que la investigación sobre juventud ha trabajado el tema de su integración subjetiva a la sociedad adulta.

La siempre pendiente integración social juvenil

La integración de los jóvenes a la sociedad adulta siempre ha sido vista por los especialistas chilenos en juventud como un tema complejo y no plenamente logrado.

Ya desde los inicios de la investigación académica en juventud en los años 50, ésta se centró en una mirada epidemiológica, que consideró a la adolescencia como una etapa crucial en el itinerario de vida, en la cual la toma de decisiones y sus eventuales riesgos eran fundamentales en el proceso de integración e inclusión social. Los conceptos de riesgo social y el estudio del consumo juvenil de drogas y alcohol arrancan desde esta perspectiva (Asún, 1991). Durante los años 60, la emergencia política de la juventud universitaria tiene como consecuencia la deriva de la investigación en juventud hacia su estudio en cuanto actor social, y sus propuestas de diseño de una nueva sociedad y, por tanto, de nuevas formas de inclusión social (Mattelart & Mattelart, 1970).

A partir del golpe de Estado, el aumento de la desigualdad y la posterior aparición de las protestas contra la dictadura, giran la investigación en juventud hacia los sectores populares y su exclusión. En este contexto, uno de los enfoques más citados que se utilizó para explicar el comportamiento de los jóvenes populares fue el de la anomia social (Valenzuela, 1984).

Luego de la recuperación democrática, la investigación en juventud parece constatar un proceso aparentemente contradictorio, pero que expresa los dos lados de una misma demanda: los jóvenes y las jóvenes tienen fuertes expectativas de integración social (Instituto Nacional de la Juventud, 2006), mientras que mantienen un discurso crítico respecto de las condiciones materiales y relacionales imperantes en la sociedad adulta, lo que lleva a algunos de ellos a construir espacios culturales alternativos (Zarzuri & Ganter, 2005).

En suma, no es novedad en la investigación sobre juventud en Chile la pregunta por su integración social. No obstante, más polémico resulta el utilizar hoy en día las categorías de anomia y alienación como herramientas conceptuales para comprenderla. A continuación justificaremos dicha opción.

Los conceptos de anomia y la alienación como herramientas para describir la Integración subjetiva

Desde la década de 1980 ha sido frecuente emplear el concepto de "alienación", y especialmente el de "anomia", para explicar la relación subjetiva de los jóvenes con la sociedad y algunas de sus conductas, a menudo consideradas problemáticas (Aguilera, 2009). Esta opción ha sido criticada por una importante corriente de investigadores e investigadoras, pues entienden que posicionarse desde este concepto implicaría desvalorizar las producciones culturales juveniles, y no percibir lo propositivo y constructivo de su crítica (Tijoux, 1995; Muñoz, 2004).

Evidentemente, no es en ese sentido que nos proponemos emplear esos conceptos en la presente investigación. Por el contrario, suponiendo que la integración subjetiva al orden normativo imperante en una sociedad constituye un continuo que transcurre entre un polo de plena aceptación a otro de total rechazo, hemos pretendido emplear los constructos aludidos para estudiar la posición que ocupan los jóvenes y las jóvenes, sin inferir que esa posición implique tener mayor o menor capacidad de formular propuestas respecto de un orden normativo alternativo.

Existen precedentes de esta posición. Así por ejemplo, a diferencia de las formulaciones estructurales de Durkheim (1897/1987) o Merton (1965), que incorporan el concepto de anomia a una teoría respecto de la desorganización social producto del cambio acelerado o la transformación de las metas y fines sociales, y que en consecuencia entienden la conducta anómica como expresión más o menos irracional y defensiva de dicha desorganización, proponemos continuar el trabajo de Leo Srole (1956) quien, luego de considerar de limitada utilidad las definiciones de Durkheim y Merton, propuso entender la anomia como una medida de la falta de integración de los sujetos a su sociedad, es decir, como expresión de un rechazo a incluirse en el orden normativo existente, sin que esto signifique tener que optar por ninguna matriz explicativa de dicha subjetividad.

En esta mirada, los componentes usualmente incluidos en la anomia constituyen cinco temas en que los individuos marcarían diferencias con el orden actual: a) se percibe que las autoridades son indiferentes a las necesidades de los individuos (exclusión); b) se cree que el orden social es impredecible (incertidumbre); c) se percibe que la posibilidad de logro de las metas culturales aceptadas socialmente está disminuyendo (degradación); d) se piensa que no hay posibilidad de obtener apoyo de las otras personas (extrañamiento); y e) se aprecia que el obedecer las normas culturalmente establecidas no tiene sentido (falta de normas).

Esta manera de concebir la anomia ha sido muy productiva, puesto que numerosas investigaciones empíricas e instrumentos se han basado en ella. Por ejemplo, sólo en la investigación latinoamericana reciente, Valdenegro (2005) la utiliza para explicar la delincuencia juvenil, Zoghbi (2009) la emplea para estudiar la conducta laboral, Abello y cols. (2008) describen con esta herramienta el nivel de bienestar de una población, mientras que Laca, Mejía y Yáñez (2011), recurren a ella para estudiar la identidad mexicana.

Paralelamente, una deriva similar ha seguido el concepto de "alienación". Este constructo también tiene un origen estructural, entendiéndose, dentro de la tradición marxista, como una condición de aquellas formaciones sociales que separan al trabajador o trabajadora del producto de su trabajo. No obstante, diversos autores y autoras, entre quienes destaca Seeman (1959), comenzaron a utilizarlo para hablar de una condición subjetiva: la percepción de un sujeto de estar aislado valorativa, normativa y afectivamente del resto de la sociedad, e incluso de sí mismo.

De esta forma, Seeman (1959) propuso para el concepto una estructura de 5 dimensiones: a) impotencia, es decir, percepción de que ninguna conducta que el sujeto pueda realizar cambia realmente las cosas; b) aislamiento subjetivo, es decir, la creencia de que las metas sociales o creencias fundantes de una sociedad no significan nada; c) sin sentido, es decir, falta de capacidad para comprender el mundo social en que se está inmerso; d) anomia, es decir, la creencia en que respetar las normas socialmente aprobadas es poco productivo para el logro de las metas personales; y e) auto-extrañamiento, es decir, la tendencia de un individuo a decidirsu conducta por demandas externas y no por motivaciones internas.

Este concepto también se ha utilizado en tiempos recientes para estudiar la subjetividad juvenil e infantil; por ejemplo, Rayce, Holstein y Kreiner (2008) lo emplean para estudiar las percepciones de salud en adolescentes, Safipour, Schopflocher, Higginbottom y Emami (2011) lo asocian con el ser joven inmigrante, mientras que Reijntjes et al. (2010), lo relacionan con la conducta agresiva ante el rechazo de los pares.

De la lectura de las dimensiones propuestas para la anomia y la alienación como fenómeno subjetivo, podemos inferir que, pese a que algunos autores y autoras se han centrado en el alto grado de solapamiento entre ambos para considerarlos términos relativamente intercambiables (Safipour et al., 2011), hablando estrictamente podría considerarse a la alienación como un concepto más amplio, que incluye a la anomia.

En todo caso, ambos se emplean usualmente en la misma forma en que los incorporaremos a esta investigación, es decir, como herramientas conceptuales para describir la percepción que tienen los sujetos respecto a la organización (o desorganización) social y normativa de la sociedad en la que viven, entendiendo por ello la valoración de las relaciones con otros, la estabilidad, comprensividad y legitimidad de las normas sociales, y la capacidad del sistema para proveer recursos que permitan conseguir las metas personales.

Concepto de apoyo institucional

En ciencias sociales, el "apoyo institucional" ha sido un concepto poco utilizado y, además, ha tenido un significado polisémico. Así, se pueden encontrar algunos estudios que lo asimilan a la noción de "legitimidad" social, entendiéndolo como el apoyo específico y/o difuso que las personas otorgan a las instituciones del Estado (Caldeira & Gibson, 1995), en tanto que otros lo entienden como el soporte material que las organizaciones gubernamentales o no gubernamentales brindan a las personas.

En este último sentido, predominan estudios respecto del sostén dado por instituciones educativas (véase por ejemplo: Hinck & Brandell, 2000; Olcott & Wright, 1995) o por organizaciones dedicadas a promover el desarrollo económico (por ejemplo: Keleman, 2010; Vasconcelos & Morschel, 2009). En general, estos estudios han demostrado lo crucial del apoyo o carencia de sostén institucional (usualmente materializado en recursos monetarios o en tutorías puntuales) para los logros educativos y económicos.

En términos del apoyo subjetivo que las personas creen recibir de las instituciones a las que pertenecen, se ha utilizado mucho más frecuentemente el concepto de "apoyo organizacional percibido", concepto frecuentemente utilizado para explicar las diferencias en rendimiento laboral de los trabajadores y trabajadoras (Rhoades & Eisenberger, 2001), respecto del cual se han diseñado diversos instrumentos de medición.

La debilidad de estas dos últimas perspectivas consiste en que estudian solamente la forma en que los apoyos objetivo y subjetivo de una organización inciden en un sujeto que específicamente pertenezca a ella, pero no inquieren respecto de la percepción de soporte que tienen las personas pertenecientes a una determinada sociedad respecto de las instituciones y organizaciones que la constituyen. Por otro lado, también parece limitante la primera perspectiva, que si bien estudia la relación subjetiva entre las personas y las instituciones del Estado, se concentra sólo en las instituciones estatales y, además, supone una dirección contraria a la que en este estudio nos parece más sugerente: investiga la transferencia de legitimidad desde las personas a las instituciones, en vez de explorar la percepción que tienen los sujetos de ser apoyados en sus proyectos vitales por el entramado institucional del que forman parte.

Por ello, en esta investigación adoptamos un enfoque divergente a los anteriores: definimos el "apoyo institucional" como el soporte real que reciben las personas del entramado de instituciones estatales y no estatales que constituyen su sociedad, al tiempo que se supone que los sujetos, con base en sus experiencias, conversaciones e interacciones cotidianas con esas instituciones, construyen una "percepción" respecto de la magnitud de dicho apoyo. A esto último lo hemos llamado "apoyo institucional percibido".

La relevancia del concepto propuesto se entiende asociado con el hecho de que la investigación se realizó en el marco de una sociedad latinoamericana, en donde la carencia de un Estado de Bienestar y la presencia de una democracia no totalmente consolidada, no permite dar por sentado el que la población se sienta apoyada por las instituciones sociales. Además, dado lo crucial del período de vida que están viviendo los jóvenes y las jóvenes para la constitución de sus biografías, es posible pensar que ellos y ellas serán aún más sensibles a la percepción de apoyo institucional que los adultos. Por ello, en esta investigación planteamos que el nivel de apoyo institucional que los jóvenes y las jóvenes creen posible recibir por parte de una serie de relevantes organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, puede explicar en parte su sensación de extrañamiento respecto de la sociedad en que viven.

En otras palabras, es posible pensar que la manera que tiene una sociedad para hacerse presente a los ciudadanos y ciudadanas, y crear condiciones para ser percibida como un espacio protector en que las personas puedan lograr sus objetivos, es por medio de instituciones que sean vistas como un soporte social cercano.

No hemos encontrado reportes previos de este tipo de enfoque en la literatura, a excepción del Informe de Desarrollo Humano de Chile consagrado al poder (Pnud, 2004), en el que se reportó, en una muestra adulta, que las personas perciben, en general, un bajo nivel de apoyo institucional, pero sin que se haya investigado sobre los efectos de esta situación en la legitimidad del orden social.

Descripción de la investigación

En este trabajo pretendimos estudiar el nivel de integración subjetiva de los jóvenes chilenos, utilizando como categoría la alienación psicosocial, pues asumimos que dicho constructo incluye a la anomia y constituye la expresión de las demandas y malestares de los jóvenes y de las jóvenes frente al medio social en el que les toca vivir. Por ende, puede ser comprendido como el reflejo subjetivo de los desafíos de integración social que estructuralmente Chile no ha logrado resolver.

Así mismo, suponiendo que uno de los desafíos pendientes que este país no ha cumplido -pese a su desarrollo económico-, es brindar a su población mayores niveles de seguridad colectiva frente a potenciales riesgos biográficos o sociales, postulamos que, justamente aquellos jóvenes que perciban menos posibilidades de recibir apoyo por parte de las instituciones más relevantes del país, experimentarán mayores niveles de alienación.

En este marco, trazamos como objetivos de esta investigación: a) construir una escala tipo Likert para medir alienación psicosocial juvenil; b) describir el nivel de alienación psicosocial y de apoyo institucional percibido por los jóvenes y las jóvenes de Chile; y c) determinar el nivel de asociación entre la alienación psicosocial y el nivel de apoyo institucional percibido.

 

2. Metodología

Muestra y Procedimiento

El procedimiento de selección de la muestra consistió en construir una tipología de colegios de Santiago de Chile en función del nivel socioeconómico de sus estudiantes, clasificando cada colegio en nivel social bajo, medio o alto. Los criterios utilizados para clasificar cada establecimiento educacional fueron: a) la dependencia administrativa (distinguiendo colegios privados, particulares subvencionados y municipales) y, b) la comuna de ubicación (las que fueron clasificadas en comunas mayoritariamente habitadas por personas de nivel social alto, medio y bajo). En función de esos criterios, elegimos intencionadamente siete establecimientos educacionales: dos de nivel alto, tres de nivel medio y dos de nivel bajo.

En cada uno de los establecimientos seleccionamos al azar un curso de cuarto año medio (último año de enseñanza escolar), donde aplicamos el cuestionario. Realizamos la aplicación en septiembre y octubre de 2007 en forma auto-administrada, con un encuestador o encuestadora que entregaba las instrucciones y respondía dudas. En la tabla 1 presentamos las principales características sociodemográficas de la muestra obtenida.

 

 

Instrumento

Para medir la alienación psicosocial dispusimos de los ítems de la escala homónima desarrollada y validada (empleando jueces y análisis de las covarianzas entre los ítems) por Aceituno y Drago (Aceituno, 1989), quienes adaptaron y formularon ítems apoyándose en las escalas y conceptualizaciones clásicas de Srole (1956), Seeman (1959), Dean (1961) y Jessor y Jessor (1977).

Dicha escala estaba formada originalmente por 35 afirmaciones tipo Likert, con tres alternativas de respuesta que medían 3 dimensiones de alienación: aislamiento subjetivo, impotencia y anomia (excluimos las dimensiones de sin sentido y auto extrañamiento, pues consideramos que esos temas eran más una consecuencia de la alienación que parte constituyente del constructo). Por otra parte, dividimos esta última dimensión en cuatro subdimensiones: exclusión, incertidumbre, degradación y extrañamiento.

Decidimos sumarle a ese instrumento 4 ítems, pues constatamos que el concepto de anomia que se utilizó no hacía referencia a la legitimidad del funcionamiento normativo y su conflicto con las metas personales. Por ello, creamos afirmaciones inspiradas en la escala de Lacourse, Villeneuve y Claes (2003), quienes incluyeron preguntas que contextualizaban dicho orden normativo al espacio escolar.

Por su parte, medimos la percepción de apoyo institucional a través de la pregunta: si tuvieras un problema importante ¿cuáles de las siguientes organizaciones crees que te podrían acoger o ayudar? Cuyas alternativas de respuesta eran: 1) creo que no me podría ayudar; 2) no sé; 3) creo que me podría ayudar.

Esta pregunta debía contestarse para 13 instituciones sociales relevantes en Chile, desde las más locales o cercanas a los jóvenes y a las jóvenes, como el colegio, hasta las más lejanas, como los tribunales de justicia. Con las respuestas de los sujetos, construimos un índice sumativo de percepción de apoyo institucional que tuvo una fiabilidad Alfa ordinal de 0,73 (McDonald, 1985), por lo que consideramos adecuada su utilización.

Análisis de datos

Utilizamos el análisis factorial exploratorio para datos ordinales, con el fin de reconstruir la escala de alienación psicosocial y determinar una nueva estructura interna del constructo, pues consideramos que en el año 1989 se habían utilizado para ese fin herramientas estadísticas desaconsejadas hoy en día, lo que establecía una duda respecto de los resultados obtenidos. No estimamos necesario volver a someter los reactivos a jueces, pues ello había sido realizado en el año 1989 y su redacción era homóloga a las empleadas en escalas actualmente en uso, como las validadas por Jessor y Jessor (1977), Roberts (1987), Mau (1992) o Rodríguez (2006).

En relación con la determinación de la asociación entre la percepción de apoyo institucional y la alienación psicosocial, utilizamos la correlación de Pearson cuando se cumplía el supuesto de normalidad, y la de Spearman cuando no. Empleamos la prueba no paramétrica h de Kruskall-Wallis para determinar la asociación entre los componentes del apoyo institucional y la alienación. Consideramos como criterio de significación p<0,05.

 

3.- Resultados

Construcción de la Escala de Alienación Psicosocial

Decidimos reconstruir sin juicios previos la escala a partir de los 39 ítems disponibles, por lo que optamos por el Análisis Factorial Exploratorio (AFE) para la determinación de la estructura interna del instrumento y la eliminación de reactivos inadecuados. Este AFE lo realizamos sobre las correlaciones policóricas entre ítems, dado el carácter ordinal de las respuestas (Dolan, 1994). Como procedimiento de estimación utilizamos los mínimos cuadrados no ponderados, ya que permiten obtener resultados adecuados en presencia de correlaciones policóricas (Maydeu-Olivares, 2001). Optamos por rotar la matriz por el procedimiento direct oblimin, para permitir la detección de factores relacionados, y por el Análisis Paralelo para determinar el número de factores (O’Connor, 2000). Todas estas operaciones las realizamos a través del software Factor (Lorenzo-Seva & Ferrando, 2006).

Previo a la realización del AFE, eliminamos tres ítems porque no discriminaban entre los sujetos, concentrando más de un 85% de las respuestas en alguna categoría extrema.

Con los 36 ítems restantes aplicamos el AFE para determinar la estructura más simple que se ajustaba a los datos. Obtuvimos una primera estructura insatisfactoria por lo compleja (7 factores) y por contener ítems con comunalidades muy bajas. Procedimos a eliminar las afirmaciones menos explicadas por el modelo hasta producir una solución de 16 afirmaciones que se ajustaba muy adecuadamente (GFI=0,98) y dejaba residuales pequeños (RMSR=0,0521), con una estructura de 4 factores que explicaba el 56,3% de la varianza, en la que todos los ítems tenían comunalidades mayores a 0,285.

Mostramos en la tabla 2 la estructura de relaciones entre cada factor y los 16 ítems . Hemos eliminado las lambdas menores a 0.3 para simplificar su inspección.

 

 

Se puede apreciar en la tabla 2 que el primer factor está determinado por afirmaciones relacionadas con asignar más o menos legitimidad al orden normativo vigente frente a las metas personales en el contexto educativo, por lo que lo hemos denominado Factor Anomia.

Por su parte, el segundo factor está asociado con frases que tienen que ver con la percepción de existencia o no de redes sociales alrededor de los jóvenes, por lo que hemos llamado a este factor Aislamiento Social.

Con relación al tercer factor, se encuentra relacionado con cinco ítems que hablan de la posibilidad de controlar el futuro, por lo que lo hemos etiquetado como Impotencia.

Finalmente, el cuarto factor se relaciona con la visión que se tiene de la naturaleza de las relaciones interpersonales en el conjunto de la sociedad. Por ello, lo hemos denominado Desunión Social.

Incluimos al final de la tabla 2 la fiabilidad de cada factor y del instrumento total, estimados con el índice alfa ordinal (McDonald, 1985). Se puede observar que la consistencia interna de algunos factores de la escala no es demasiado alta, pero son aceptables dado lo breve del instrumento.

La correlación entre los 4 factores encontrados fue baja o nula, como se muestra en la tabla 3, por lo que se trata de dimensiones prácticamente independientes.

 

 

En suma, hemos construido un instrumento breve y multidimensional para medir la alienación psicosocial, que muestra una estructura interna teóricamente coherente y es consistente con los datos, por lo que sostenemos que resulta útil para estudiar la percepción subjetiva que tienen los jóvenes y las jóvenes respecto de la sociedad adulta.

Descripción del nivel de Alienación Psicosocial de los jóvenes

Con el fin comparar de los resultados, dividimos la sumatoria de puntuaciones de cada factor o escala total por el número de preguntas utilizadas para su cómputo. De esta forma, los valores se distribuyen entre 1 para la mínima alienación y 3 para la máxima.

La figura 1 resume los promedios que obtuvimos luego de dicha transformación. Se puede observar que las puntuaciones de los jóvenes se encuentran en niveles relativamente intermedios en la alienación total y en el factor de anomia, pero no así en los factores de aislamiento social e impotencia, donde los encuestados y encuestadas alcanzan puntuaciones comparativamente más bajas, y en el factor desunión social, en donde la puntuación media es notablemente más alta.

 

 

En otras palabras, los jóvenes y las jóvenes asignan sólo regulares grados de legitimidad a las normas que ordenan su vida cotidiana, al tiempo que muestran una fuerte incredulidad frente a la existencia de actitudes de solidaridad y cercanía entre las personas en la sociedad actual.

No obstante, cuando nos referimos a ellos mismos y su medio inmediato, manifiestan que sí les es posible controlar su vida y su futuro, rechazando también con mucha claridad la percepción de que ellos y ellas sean incapaces de construir lazos significativos con las personas cercanas. Esta configuración parece estar describiendo un discurso claramente crítico con la sociedad, que enfatiza su falta de cohesión, pero que al mismo tiempo asegura que ellos y ellas, personalmente, no se encuentran impotentes ni aislados de redes significativas de apoyo próximo.

Es posible que ello explique el vuelco "intimista" que algunos estudios detectan en los jóvenes chilenos, que tenderían a concentrarse y a valorar sus redes personales y familiares, y a desconectarse de proyectos y relaciones "societales" que constituirían, a juicio de los jóvenes y de las jóvenes, un espacio menos seguro (Injuv, 2006). Podríamos señalar, utilizando la terminología de Putman, que el problema de sociabilidad de la sociedad chilena está situado más en la confianza "diluida", que incluye la seguridad que se deposita en quienes no conocemos personalmente, que en la confianza "densa", es decir, la asignada a nuestra red de personas cercanas (Sandoval, 2011).

Descripción de la Percepción de Apoyo Institucional

La figura 2 presenta los promedios de apoyo obtenidos para cada institución consultada. Se puede observar que existe una amplia heterogeneidad en la percepción de apoyo institucional, desde el mayor soporte brindado por la institución educativa, a los partidos políticos que casi no son fuente de sostén.

Estos resultados son coherentes con los reportados por Baeza (2011) para la confianza: los jóvenes y las jóvenes tienden a tener menor confianza en las instituciones políticas representativas, y mayor en las instituciones imparciales (de salud, tribunales, y especialmente educativas) o de orden, ocupando posiciones intermedias las instituciones de control (en este caso representadas por la iglesia).

La posición desigual de la institución policial y de las FFAA se puede explicar por la alta legitimidad que ha tenido tradicionalmente en Chile la primera, frente a la aún presente desconfianza de la ciudadanía respecto de la segunda, producto de su implicación en la dictatura.

Nótese también que las instituciones del campo privado (bancos y servicios de salud privados), se ubican en lugares intermedios, entre las poco apoyadoras instituciones políticas y las brindadoras de mayor sostén, que en general son instituciones públicas. Eso implica que, si bien no aparece un juicio crítico consolidado sobre estas instituciones, también se constata que ellas no se han transformado en alternativa al Estado como proveedor de soporte a la población, lo que podría estar mostrando una limitación del proyecto neoliberal en Chile: pese a sus esfuerzos, los jóvenes y las jóvenes aún se consideran más protegidos y sostenidos principalmente por las instituciones públicas.

 

 

No obstante, dado el nivel de privatización del sistema educativo chileno, no podemos atribuir a un supuesto carácter público el que se encuentre ubicado entre las instituciones más apoyadoras. Parece más bien, que en un marco de desconfianza en las redes sociales diluidas, son las redes e instituciones cercanas, más el propio esfuerzo personal, los elementos decisivos para el logro de las aspiraciones personales (Baeza, 2011). En ese contexto, es posible que, tanto el conocimiento directo del medio escolar, como la centralidad de éste para las aspiraciones de movilidad, expliquen la gran cantidad de expectativas puestas en este sistema.

En relación con el promedio general de apoyo institucional, se evidencia que se encuentra sobre la puntuación central de la escala, por lo que no se puede afirmar que exista, en términos generales, una sensación de desprotección institucional en los jóvenes encuestados.

Relación entre la Alienación Psicosocial y la percepción de apoyo institucional

Se puede observar en la tabla 4 que efectivamente el nivel de alienación y la percepción de soporte institucional se encuentran asociados negativa y significativamente. Además, se puede constatar que esa asociación es producto, principalmente, de la relación entre el apoyo y uno de los factores de la escala de alienación: la anomia.

En otras palabras, los jóvenes y las jóvenes que perciben menos capacidad de las instituciones relevantes de Chile para brindarles apoyo, son quienes menos legitimidad le otorgan al orden normativo en general y al cumplimiento de las normas sociales en particular. Estos resultados son coincidentes con lo afirmado por Sandoval (2011) quien, desde otras herramientas conceptuales, señala que las premisas de la cohesión social son la participación política y la confianza interpersonal e institucional.

 

Por su parte, en la tabla 5 se pueden apreciar las relaciones entre las instituciones que conforman la escala de apoyo institucional y la alienación subjetiva y sus factores. Se puede observar que a nivel global sólo tienen efecto significativo en la alienación el soporte percibido de las fuerzas policiales, de las instituciones de salud privada y de los partidos políticos. Las mismas anteriores, menos los partidos políticos, inciden en el factor Aislamiento social.

Una configuración distinta explica el factor anomia: inciden en ella las fuerzas armadas y de seguridad, y las instituciones encargadas del gobierno local y la educación.

 

 

En términos generales, es de destacar la relevancia de las fuerzas de seguridad en la alienación de los jóvenes. Posiblemente ello expresa una demanda por protección frente a un medio social que potencialmente puede ser hostil, y si ello no se obtiene, se incrementa la sensación de extrañamiento frente a la colectividad.

Por otro lado, los jóvenes y las jóvenes parecen validar más el orden normativo si sienten el respaldo de las instituciones de educación, de seguridad y de gobierno local, por lo que podríamos considerar que son esas instituciones las que sirven de fuentes normativas para ellos y ellas, por lo que si esas instituciones fallan en sus cometidos, se tiende a desvalorizar la estructura de normas que limita sus comportamientos, abriendo la puerta a la legitimación de conductas extra-normativas.

Finalmente, es interesante señalar tanto la no existencia de relación entre el apoyo institucional percibido y las percepciones de impotencia y desunión social, como el que el soporte de instituciones aparentemente tan relacionadas con la cohesión social y la estructura normativa, como son los tribunales de justicia y las iglesias, no incidan en ningún aspecto de la alienación psicosocial.

4.- Conclusiones

El proceso de construcción de la escala de alienación psicosocial confirmó que este constructo tiene una naturaleza multidimensional y que, en esa medida, puede incluir el concepto de anomia coincidentemente con lo reportado por Lacourse, Villeneuve y Claes (2003).

De la misma forma, encontramos una estructura de 4 factores relativamente independientes, de forma similar al de otros estudios con adolescentes como el de Mau (1992). No obstante, la configuración reportada en el presente estudio tiene la particularidad de separar dos nociones que en otras investigaciones se encuentran en la misma dimensión: la percepción de aislamiento social individual, de la apreciación de la cohesión o desunión a nivel societal.

En otras palabras, para los jóvenes entrevistados constituyen temas distintos la evaluación de sus redes personales de sociabilidad y el juicio que se forman respecto de la capacidad de la sociedad chilena de brindar espacios comunes de sociabilidad. Así, frente al primer tema (confianza "densa") los entrevistados y entrevistadas manifestaron, en promedio, un claro grado de satisfacción, mientras que frente al segundo reportaron una fuerte crítica (confianza "diluida).

Si seguimos la interpretación de Baeza (2011), tenemos dos alternativas para explicar este fenómeno: por un lado, esta situación podría ser más una propiedad de la sociabilidad latinoamericana que un problema, pues en esta región la confianza se adquiriría sólo a través de la experiencia directa, o, por otro lado, podría constituir un efecto de las amplias desigualdades sociales imperantes en esta zona, ya que esa fragmentación social provoca desconfianza frente al desconocido.

En cualquier caso, el nivel intermedio de alienación subjetiva que se ha encontrado se construye a partir de niveles desiguales: predomina en los jóvenes y en las jóvenes una evaluación positiva de su capacidad de incidir en su futuro y de sus redes personales de sociabilidad, al tiempo que se asigna una legitimidad regular a las normas sociales, y claramente se evalúa de modo negativo el nivel de cohesión social imperante.

Esta configuración también podría validar la reflexión que Lechner (2000) hacía sobre Chile, caracterizándolo como una sociedad que vive un proceso de modernización y desarrollo económico acelerado, pero que no reflexiona ni invierte en la construcción colectiva de un "nosotros" que reconstruya el tejido social y las redes de solidaridad más amplias, adaptándolas a las nuevas condiciones económico/ estructurales.

En ese contexto, no es extraño que los jóvenes y las jóvenes reaccionen volcándose en sus redes personales de apoyo para dar viabilidad a sus proyectos biográficos, y tiendan a sentirse alienados, tanto de las normas sociales que les ponen restricciones, como de un medio social que se les aparece como poco acogedor y amenazante (Injuv, 2006).

Como ya hemos señalado, en esta investigación planteamos que una manera que tiene una sociedad para hacerse presente a los ciudadanos y ciudadanas, y crear condiciones para ser percibida como un espacio protector en que se puedan concretar las metas de las personas que la conforman, es por medio de instituciones que sean vistas como un soporte social cercano.

Los resultados mostraron que, si bien el nivel de soporte subjetivo del conjunto de las instituciones consultadas fue intermedio, constatamos una fuerte lejanía de las personas respecto de instituciones cruciales para la constitución de los sujetos como ciudadanas y ciudadanos.

De esta forma, aun cuando las instituciones encargadas de la educación, de la salud y de la seguridad de la población fueron percibidas como fuentes de apoyo social, las fuerzas armadas, los partidos políticos, el gobierno nacional, el gobierno local y las organizaciones locales no gubernamentales, fueron muy escasamente identificadas como potenciales fuentes de soporte social. Nótese en el listado anterior, que de las 5 instituciones más débilmente percibidas como fuentes de apoyo institucional, 4 son instituciones de gobierno y representación sociopolítica.

Es posible interpretar estructuralmente estos resultados en el sentido de una notable deficiencia en la capacidad de la sociedad chilena para transmitir a sus integrantes más jóvenes su condición de ciudadanos y ciudadanas representados por organizaciones políticas de nivel local y nacional. Por otro lado, desde el punto de vista de los jóvenes y las jóvenes, esto, más que evidenciar apatía o desinterés por la política, podría estar expresando que ellos y ellas ya se han volcado con claridad hacia nuevas prácticas en dicho campo, en las cuales pueden incorporar con más facilidad sus sentidos y valores (Baeza y Sandoval, 2009).

Una reflexión particular merece también la muy positiva valoración del sistema educativo como fuente de apoyo. En términos concretos, esto implica que los jóvenes y las jóvenes han puesto sobre él un gran peso como viabilizador de sus proyectos vitales, confianza que posiblemente se deba a que ha cumplido efectivamente ese rol anteriormente (Baeza, 2011). Por ello, el que actualmente existan dudas sobre su capacidad de soporte en el futuro, posiblemente explique la intensidad con que los jóvenes se han comprometido en su defensa y transformación en los últimos años.

La asociación encontrada entre la alienación subjetiva y el apoyo institucional percibido fundamenta el que se sostenga que esta carencia puede ser una de las fuentes de la desintegración subjetiva que algunos jóvenes sienten respecto de la sociedad chilena, especialmente en lo que dice relación con la validación de las normas sociales.

En síntesis, si se considera que los jóvenes, por encontrarse en las fases iniciales del proceso de construcción de sus proyectos vitales, son particularmente sensibles a los problemas de soporte social que brinda una determinada comunidad, y por tanto pueden servir de indicadores de las carencias en esa dimensión, este estudio confirma y precisa algunos de los hallazgos previos del equipo investigador.

Anteriormente se sostenía que la sociedad chilena enfrentaba problemas para establecer un proyecto colectivo y un sentido de pertenencia en sus miembros (Aceituno & cols., 2009). Especificando lo anterior a la luz de los resultados de este estudio, podemos afirmar que Chile no ha logrado responder a algunos de los desafíos que se le presentaron como producto de la recuperación de su democracia y de su proceso acelerado de modernización y desarrollo económico: a) no ha logrado crear condiciones para que las personas se perciban como ciudadanos y ciudadanas representados y protegidos por sus organizaciones políticas y de gobierno local o nacional; y b) no ha conseguido reconstruir lazos permanentes de solidaridad que constituyan a la comunidad en un espacio protector y de soporte colectivo.

 


Notas

* En este artículo de investigación científica y tecnológica, reportamos los resultados del proyecto "Integración normativa en jóvenes. Un estudio comparativo 1989-2006", financiado por la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile, Nº SOC 06/25-2, desarrollado entre el 1 de octubre de 2006 y el 30 de junio del 2009.


 

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Referencia para citar este artículo: Asún, R., Ruiz, S., Aceituno, R., Venegas, J. I. & Reinoso, A. (2012). Integración subjetiva y apoyo institucional percibido entre estudiantes de secundaria en Chile. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 10 (1), pp. 321-338.