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Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud

versão impressa ISSN 1692-715Xversão On-line ISSN 2027-7679

Rev.latinoam.cienc.soc.niñez juv vol.21 no.2 Manizales maio/ago. 2023  Epub 08-Set-2023

https://doi.org/10.11600/rlcsnj.21.2.5321 

Estudios e Investigaciones

Influencia del contexto en el desarrollo cognitivo infantil: revisión sistemática*

Influence of context on children's cognitive development: systematic review

Influência do contexto no desenvolvimento cognitivo infantil: revisão sistemática

Lic María A. Benítez1 

Ph. D. Verónika Díaz Abraham2 

Ph. D. Nadia R. Justel3 

1 Universidad de Palermo, Argentina. Laboratorio Interdisciplinario de Neurociencia Cognitiva, Centro de Investigación en Neurociencia y Neuropsicología, Universidad de Palermo, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Buenos Aires, Argentina. Lic. en Musicoterapia, Universidad de Buenos Aires. 0000-0001-5231-8430. H5: 2. Correo electrónico: mariabenitez@conicet.gov.ar

2 Universidad de Palermo, Argentina. Laboratorio Interdisciplinario de Neurociencia Cognitiva, Centro de Investigación en Neurociencia y Neuropsicología, Universidad de Palermo, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Buenos Aires, Argentina. Dra. en Neurociencias, Universidad Nacional de Córdoba. 0000-0001-5003-4274. H5: 7. Correo electrónico: abrahanveronika@conicet.gov.ar

3 Universidad de Palermo, Argentina. Laboratorio Interdisciplinario de Neurociencia Cognitiva, Centro de Investigación en Neurociencia y Neuropsicología, Universidad de Palermo, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Buenos Aires, Argentina. Dra. en Psicología, Universidad Nacional de Córdoba. 0000-0002-0145-3357. H5: 16. Correo electrónico: nadiajustel@conicet.gov.ar


Resumen (analítico)

Durante los últimos años diversas investigaciones analizaron la asociación entre contexto y desarrollo infantil. Un problema central es si el ambiente influye en el desarrollo cognitivo. El contexto está compuesto por diferentes niveles que interactúan entre sí e influyen en las personas: el microsistema, mesosistema, exosistema y el macrosistema. El objetivo de esta revisión sistemática es indagar acerca de los factores que pertenecen al contexto y modularían el desarrollo infantil. A través de una búsqueda de artículos empíricos en revistas científicas indexadas, se seleccionaron 22 artículos, los cuales fueron analizados mediante la comparación de las variables: población, país, instrumento de evaluación, constructo evaluado, frecuencia de evaluación y resultados. Los resultados muestran que los factores ambientales pertenecientes a cada nivel analizado tienen la capacidad de modular el desarrollo infantil.

Palabras clave: Contexto cultural; desarrollo infantil; cognición. Tesauro de Ciencias Sociales de la Unesco

Abstract (analytical)

Over the past few years, research has focused on the association between context and child development. One of the central problems addressed is whether a child’s environment influences cognitive development. The context consists of different levels that interact with each other and influence people: the microsystem, mesosystem, exosystem and macrosystem. The goal of this systematic review is to investigate factors that form part of the context and affect child development. Twenty-two articles were selected through a search of empirical articles in indexed scientific journals. These were analyzed by comparing the variables used: population, country, evaluation instrument, evaluated construct, evaluation frequency and results. The results show that environmental factors belonging to each context level have the capacity to modulate child development.

Keywords Environment; child development; cognition

Resumo (analítico)

Nos últimos anos, a investigação analisou a parceria entre o contexto e o desenvolvimento infantil. Um dos problemas centrais é se o ambiente influencia no desenvolvimento cognitivo. O contexto é composto por diferentes níveis que interagem entre si e influenciam as pessoas: o microssistema, o mesosistema, o exosistema e o macrosistema. O objetivo desta revisão sistemática é indagar sobre os fatores que pertencem ao contexto e modular o desenvolvimento infantil. Através de uma pesquisa de artigos empíricos em revistas científicas indexadas, foram selecionados 22 artigos, os quais foram analisados mediante a comparação das variáveis: população, país, instrumento de avaliação, constructo avaliado, frequência de avaliação e resultados. Os resultados mostram que os fatores ambientais pertencentes a cada nível analisado têm a capacidade de modular o desenvolvimento infantil.

Palavras-chave: Contexto; infância; desenvolvimento cognitivo

Introducción

En los últimos años se profundizó el análisis del vínculo entre contexto y desarrollo infantil (de Castro et al., 2019; Fernández-Rodríguez, 2021; Vázquez-Salas et al., 2020). Uno de los primeros debates dentro del campo del desarrollo infantil se refería a la medida en que las niñas y niños son producto de su composición genética o del entorno en el que crecen. Los profesionales de la psicología de principios del siglo XX cuestionaban si niños y niñas nacen pre-programados para comportarse de cierta manera en función de su genética o si absorben las influencias de las personas y los lugares en sus vidas, por lo que quienes les crían moldean su carácter y su forma de ver el mundo (Angoff, 1988; Horn et al., 1976). Este debate ha ido madurando con el tiempo, y en los últimos años investigadores y teóricos han llegado a coincidir en que, si bien las personas nacen con características innatas, estas se encuentran influenciadas por los entornos en los que viven (Miguel et al., 2019; Rangaswami, 2021; Sánchez-Reyes et al., 2019).

La perspectiva bioecológica plantea que existe una interacción entre el desarrollo humano y un conjunto de sistemas ambientales interdependientes: el microsistema, mesosistema, exosistema y macrosistema (Bronfenbrenner & Evans, 2000). Desde este punto de vista, el desarrollo infantil se entiende desde sus características biológicas, cognitivas, emocionales, comportamentales y contextuales; mientras que el contexto como un sistema organizado en estructuras interdependientes que permiten comprender el desarrollo humano a lo largo de su ciclo vital.

El microsistema está constituido por las personas e instituciones que se encuentran más próximas a la niñez e influye directamente sobre su desarrollo (Bronfenbrenner & Evans, 2000). El mesosistema está conformado por la interacción de dos o más microsistemas. El exosistema se constituye por instituciones que influyen indirectamente sobre el desarrollo infantil (por ejemplo, gobierno, industria, medios de comunicación). Por último, el macrosistema es el conjunto de normas, valores y creencias sostenidos por una sociedad (Bronfenbrenner & Ceci, 1994).

El contexto brinda un soporte para la generación de experiencias positivas que promueven el desarrollo infantil (Lerner, 2018). Empero, los ambientes desfavorables también influencian las trayectorias del desarrollo (Johnson et al., 2016). El nivel socioeconómico (en adelante NSE), los niveles de formación académica (en adelante NFA), así como la ocupación familiar, las condiciones de la vivienda, la salud, la calidad del ambiente escolar, familiar y el soporte proveniente de las distintas redes sociales que rodean la infancia influyen en diversos dominios cognitivos (Li et al., 2017; Lipina, 2021).

Las teorías clásicas asumen que el desarrollo en sus grandes rasgos es universal en todas las culturas (Skolnick, 1975). Empero, existe evidencia de diferencias transculturales en investigaciones comportamentales (Amir & McAuliffe, 2020; Redshaw et al., 2019), cognitivas (Masuda et al., 2008; Nisbett & Miyamoto, 2005) y de mecanismos neuronales (Han & Northoff, 2008; Hedden et al., 2008). Sin embargo, la mayoría de los estudios en este campo se realizan en países de Norteamérica y Europa (Blanco et al., 2020), lo cual se constituye como una gran limitación en este campo de investigación. El trabajo hasta la fecha que documenta estos impactos en otras regiones, como Latinoamérica, es limitado.

Sobre la base de tales antecedentes surgen las siguientes preguntas que guían este estudio: ¿el cambio en los estilos de vida de acuerdo con cada contexto tiene la capacidad de modular el desarrollo infantil? De ser así, ¿cuál es la mejor manera de entender las diferencias individuales dentro de un contexto sociocultural? ¿Es necesario adoptar consideraciones transculturales acerca del desarrollo cognitivo? Para entender el importante y complejo papel que juegan los contextos socioculturales en el desarrollo infantil, es importante distinguir la influencia de cada uno de los componentes contextuales. Por este motivo, el objetivo de esta revisión es recopilar y describir estudios empíricos que muestran cómo el desarrollo cognitivo infantil sería influenciado por el contexto. El estudio de esta temática es importante para comprender el papel del ambiente en la cognición.

Método

El informe de esta revisión sistemática se guió por los estándares de la Declaración Prisma para las revisiones sistemáticas (Page et al., 2021). Se realizó un estudio retrospectivo de la literatura sobre cuatro elementos ambientales: el microsistema, el mesosistema, el exosistema y el macrosistema. Estos cuatro factores fueron abordados como componentes contextuales que influenciarían el desarrollo cognitivo infantil.

Se llevó a cabo una revisión de la bibliografía en las bases de datos Redalyc, Scielo, Science Direct, PubMed y Taylor & Francis, con el objetivo de garantizar una cobertura adecuada y eficiente de los artículos, debido a que las mismas permiten el acceso a artículos en revistas de todo el mundo, en variadas disciplinas de investigación. En cada una de ellas se utilizaron, en una primera instancia, las siguientes palabras claves: infantes, desarrollo cognitivo, función cognitiva, microsistema, mesosistema, exosistema, macrosistema, en español y en inglés. Se combinaron los operadores booleanos AND y OR, según conveniencia. Luego, a partir de los títulos y resúmenes, se identificaron los artículos más relevantes, así como también a partir de la revisión de las referencias de estos.

Los criterios utilizados para filtrar los resultados ajustándose a la temática de la revisión fueron: a) que se tratara de investigaciones empíricas; b) que el artículo planteara una relación entre las funciones cognitivas de las niñas, los niños y el contexto; c) que indagaran el efecto de algunos de los componentes del contexto, el microsistema, el mesosistema, el exosistema y el macrosistema en relación al desarrollo cognitivo infantil; d) que contuvieran las palabras clave para los términos relevantes en español/inglés; y e) que estuvieran comprendidos entre los años 2001 a 2020 (Patino & Ferreira, 2018).

Con respecto a la estrategia de análisis de datos, en primer lugar, los investigadores realizaron la búsqueda de manera independiente a partir de las palabras claves. La misma arrojó 8730 resultados, de los cuales se seleccionaron 430 artículos considerados adecuados, a partir de la lectura de sus títulos. Por medio de la lectura del resumen de cada artículo se estableció un total de 102 publicaciones que cumplían con los criterios de inclusión y, mediante un último filtro determinado por la lectura completa del manuscrito, se descartaron 75 publicaciones.

La muestra final estuvo conformada por 22 artículos empíricos: 12 sobre factores del microsistema y el mesosistema, cinco sobre elementos del exosistema y cinco sobre componentes del macrosistema. Estos fueron interpretados de forma independiente utilizando un enfoque cualitativo, identificando categorías teóricas derivadas de los datos mediante la utilización de un método comparativo constante, teniendo en cuenta las siguientes variables de análisis: a) población de estudio; b) país de la muestra; c) instrumento de evaluación utilizado; d) constructo evaluado; e) frecuencia de evaluación; y f) resultados obtenidos. En la figura 1 se observa el diagrama de flujo de la selección de los artículos.

Figura 1 Flujo de selección de los artículos 

Resultados

Microsistema y mesosistema1

La estructura más cercana e influyente al desarrollo infantil es el microsistema (Bronfenbrenner & Ceci, 1994). Los estudios muestran cambios neurales en la niñez como adaptación al microsistema (Lipina & Segretin, 2015; tabla 1).

Tabla 1 Resumen de las características principales de los estudios de microsistema y mesosistema 

El nivel de monitoreo parental (entendido como la vigilancia y el conocimiento de la familia acerca de las acciones diarias de las niñas y niños; Fröjd et al., 2007) y la calidad de la relación entre familia-infante influyen en el desarrollo infantil (Wu et al., 2020). Se examinó la relación de estas variables, junto al ambiente escolar y a los procesos de autorregulación y de adaptación infantil a los cambios del entorno. Las niñas y niños con altos puntajes en monitoreo parental, calidad de relación familiar y ambiente escolar lograron mayores puntajes en las pruebas de autorregulación y de adaptación al entorno (Brody et al., 2002). El acompañamiento y soporte familiar durante la infancia cumplen una función protectora de su desarrollo y la observación constante de la familia promueve la competencia autorregulatoria y la resiliencia en niñas y niños, lo que les permite adaptarse mejor a los cambios.

Se evaluó si el NSE predecía el desempeño infantil en habilidades de lectura (Lawson & Farah, 2017). Mientras menor era el NSE, menor era el puntaje en las pruebas evaluadas, debido a que las niñas y niños estarían expuestos a mayores niveles de estrés y tendrían menores posibilidades de que las familias puedan invertir en actividades que favorezcan su desarrollo cognitivo.

Un estudio relacionó el nivel de alfabetización, lenguaje, aritmética, estado físico, socioemocional y capacidad de aprendizaje infantil de 35 países africanos (McCoy et al., 2017). Las niñas y niños con NSE bajo no lograron los conocimientos y el desarrollo socioemocional esperado para su edad. El estudio refiere que esto puede deberse a que se encuentran expuestos a factores de riesgo como enfermedades infecciosas, desnutrición, pobreza y baja disponibilidad de recursos sanitarios y educativos de alta calidad.

Otro estudio evaluó asociaciones entre el NSE y funciones ejecutivas de niñas y niños de diversos grupos socioeconómicos y orígenes étnicos, hallando que a mayor NFA, mayores eran los puntajes en flexibilidad y memoria de trabajo (Conway et al., 2018). El NFA propiciaría un ambiente emocional que beneficiaría el desarrollo infantil. Idea que coincide con otro estudio que reportó que, pese a que todas las niñas y niños tenían un NSE desfavorable, aquellas que poseían NFA altos tenían un coeficiente intelectual mayor (Sidhu et al., 2010). También se halló que las y los escolarizados en escuelas privadas lograban puntajes más altos en las pruebas ejecutivas (Ardila et al., 2005). Esto se correspondió con el NFA.

Una investigación evaluó la relación entre NFA, lenguaje, habilidades visoespaciales, memoria de trabajo y episódica, inhibición, flexibilidad cognitiva, alerta fásica y tónica de niñas y niños (Catale et al., 2012). Quienes tenían bajos NFA alcanzaron menores puntajes en las pruebas ejecutivas, de lenguaje y memoria. El estudio señala la necesidad de incluir análisis de factores genéticos para poder explicar sus resultados.

Hackman et al., (2014) estudiaron a personas durante su infancia y adolescencia con el objetivo de identificar si el NSE era un factor predictor del rendimiento de la memoria de trabajo. Al no hallar asociaciones, alegaron que el efecto que podrían tener estos componentes del microsistema en la memoria de trabajo se observaría antes de los 10 años. La memoria de trabajo surge alrededor de los seis meses de edad y continúa complejizándose hasta la edad adulta temprana (Ortega & Ruetti, 2014) por lo que el argumento del estudio podría no ser válido.

Se analizó la relación de la vivienda y la presencia de un ambiente caótico hogareño en el desarrollo cognitivo (Seidler & Ritchie, 2018). El estudio evaluó las habilidades de lectura, matemática, espaciales, de vocabulario y de conocimientos generales básicos en niñas y niños y registró información acerca del NSE, NFA, la ocupación familiar y la atmósfera del hogar -medida como caos o tranquilidad-. Un NSE bajo se asoció con un hogar desordenado y caótico, así como con un desempeño cognitivo infantil bajo, concluyendo que quienes viven en hogares caóticos sufren niveles elevados de estrés que perjudicarían su desarrollo cognitivo (Lupien et al., 2009).

Existen factores de riesgo que forman parte del microsistema como el déficit en la calidad de la interacción con la familia y un ambiente hogareño estresante. Una investigación tomó datos de una encuesta que evaluaba la existencia de depresión, discapacidad física, abuso de sustancias, alcoholismo, violencia doméstica, estrés financiero, falta de trabajo, edad materna adolescente, habilidades básicas de cuidado y hacinamiento en la familia y emocionalidad, problemas de conducta, hiperactividad y comportamientos prosociales de la niña o el niño a los 3 y a los 5 años. Se estudió la prevalencia de estos factores a los 9 meses, a los 3 y a los 5 años de las niñas y niños y les realizaron una prueba de vocabulario. En el 28% de las familias existían dos o más factores de riesgo a partir de los 9-10 meses de edad de las niñas y niños, y esta prevalencia se asoció con un perjuicio en el desarrollo infantil (Sabates & Dex, 2015).

Otro estudio analizó si el desempeño cognitivo infantil se veía afectado por el cambio constante de residencia familiar (Roy et al., 2014). Evaluó a niñas y niños que se habían mudado o habían permanecido en un mismo lugar durante toda su crianza junto con el nivel de pobreza del lugar, su capacidad ejecutiva y su comportamiento en el aula. El estudio halló que la inestabilidad residencial se correspondía positivamente con dificultades en autorregulación, atención y comportamiento infantil. La inestabilidad producida por las mudanzas generaría niveles de estrés que afectarían el desarrollo.

Un estudio evaluó la relación entre el nivel de formación docente, la calidad educativa y las habilidades académicas infantiles (Early et al., 2006). El personal docente con mayores años de educación tenía una mayor calidad educativa, un mejor vínculo con el alumnado y este mostraba mejores desempeños en lenguaje y números. Una mayor formación podría reflejar un mayor compromiso con la educación produciendo una ganancia para el desarrollo infantil (Morales-Nava et al., 2021).

Exosistema

El exosistema está formado por elementos que no interactúan directamente con las niñas y niños; por ejemplo, el gobierno, la industria o los medios de comunicación (tabla 2)

Tabla 2 Resumen de las características principales de los estudios del exosistema 

Se investigó si el horario laboral familiar influía en el desempeño infantil en lectura y matemática. Quienes tenían madres con trabajo nocturno tuvieron puntajes bajos en lectura y matemática; y quienes tenían padres con trabajo nocturno lograban puntajes bajos solo en matemática (Han & Fox, 2011). La ausencia nocturna materna afectaría más a la cognición infantil que la ausencia paterna.

Otro estudio evaluó a madres trabajadoras y a niñas y niños de NSE bajo mediante cuestionarios que evaluaban estrés, horario laboral, comportamiento agresivo, atención y quejas somáticas infantiles. Bajos puntajes en las pruebas comportamentales se relacionaron con madres con trabajos nocturnos y con mayores niveles de estrés familiar (Joshi & Bogen, 2007).

Una investigación evaluó si la duración y el contenido de exposición a contenidos multimedia afectaba el desarrollo cognitivo de bebés a partir de los 6 meses de edad (Tomopoulos et al., 2010). Realizaron un análisis de 259 díadas madre-bebé con NSE bajo. La duración y el contenido de exposición a los medios fueron registrados todos los días durante ocho meses. A los 14 meses de edad se evaluó la cognición. Las niñas y niños con 60 minutos o más de exposición diaria a los medios lograron menores puntajes en lenguaje y desarrollo general. Esto podría deberse a una disminución en el contacto de la díada madre-infante.

Otro estudio analizó si una ayuda económica estatal influiría en el desarrollo infantil. Compararon niñas y niños con y sin ayuda económica en lenguaje, estatura y nivel de hemoglobina (anemia), antes y tres años después de recibir la ayuda. Quienes recibieron la ayuda estatal se desempeñaron mejor en las pruebas de lenguaje. No se hallaron otras diferencias (Fernald & Hidrobo, 2011). El estudio no recabó información sobre los insumos conseguidos a partir del bono por lo que no logró explicar cómo es que la ayuda económica se vinculó con una mejora en el lenguaje infantil.

Los Servicios Integrados de Desarrollo Infantil (ICDS) proporcionan complementación alimentaria, inmunización, chequeos médicos y educación a menores de seis años. Se analizaron los datos de una encuesta con información acerca de las habilidades de lectura, escritura y aritmética de niñas y niños con y sin dichos servicios. Las niñas y niños con ICDS lograron puntajes más altos en todas las pruebas. Estos servicios juegan un papel fundamental en el desarrollo infantil puesto que reducen las brechas relacionadas con el género (debido a que paliarían la desventaja que experimentan las niñas debido al sesgo en la asignación intrafamiliar de recursos para la educación y la nutrición, debido al contexto patriarcal) y con los ingresos económicos que garantizan el acceso a salud y educación (Vikram & Chindarkar, 2020).

Macrosistema

El macrosistema se encuentra conformado por las normas, valores culturales, costumbres y creencias de una sociedad (Bronfenbrenner & Ceci, 1994; tabla 3).

Tabla 3 Resumen de las características principales de los estudios del macrosistema 

Se analizaron datos acerca de religiosidad familiar, comportamiento, desarrollo emocional y desempeño cognitivo infantil en lenguaje y matemáticas. Se halló que la religión familiar influyó positivamente en el comportamiento prosocial y emocional infantil. La religión favorecería el desarrollo de comportamientos saludables debido a que las redes proporcionadas por las congregaciones propician interacciones que refuerzan comportamientos positivos para socializar y comunicarse. Aunque podría socavar el desarrollo infantil cuando la misma se convierte en una fuente de conflicto familiar (Bartkowski et al., 2008).

Se estudiaron diferencias en el temperamento y control inhibitorio de niñas y niños de Italia y Estados Unidos (Cozzi et al., 2013). Quienes nacieron en Italia alcanzaron puntuaciones altas en pruebas de afectividad, impulsividad, placer de baja intensidad, sensibilidad perceptiva y anticipación positiva. Quienes eran estadounidenses alcanzaron puntajes altos en frustración, placer de alta intensidad, timidez, tranquilidad y control inhibitorio. La estimulación social observada en el modo de crianza italiana podría producir que las niñas y niños expresen una mayor satisfacción por situaciones sociales. Las familias estadounidenses reflejan ideales culturales de autosuficiencia, lo que podría explicar el alto control inhibitorio y la baja impulsividad.

Un estudio (Kuwabara & Smith, 2012) investigó si existían diferencias en el procesamiento visual en la infancia de oriente (Japón) y occidente (Estados Unidos). En el primer experimento, realizaron una tarea de emparejamiento de tarjetas con objetos simples o detallados. Las niñas y niños estadounidenses obtuvieron puntajes más bajos cuando tuvieron que emparejar tarjetas con objetos detallados, pero esto no ocurrió con las niñas y niños japoneses, debido a que en occidente tienen una visión focalizada en el objeto, mientras que en oriente una más contextual. En el segundo experimento realizaron una tarea de búsqueda visual que les requería encontrar un objeto específico dentro de un campo visual desordenado, pero organizado como una escena (una ciudad, por ejemplo). Quienes eran estadounidenses alcanzaron puntajes más altos que las niñas y niños japoneses, reafirmando la hipótesis de contextualización versus focalización en el objeto. En el tercer experimento realizaron una tarea de búsqueda con diferentes objetos desordenados dentro de un fondo blanco. No se hallaron diferencias entre los grupos. El estudio sugiere que existirían trayectorias de desarrollo diferentes entre oriente y occidente, puesto que se observa una disociación en el desempeño del emparejamiento perceptual y en tareas de búsqueda de objetos. Sus hallazgos muestran la diversidad cultural en la cognición humana y cómo el entorno establece trayectorias de desarrollo diferentes en cada cultura

Otro estudio comparó la memoria episódica de niñas y niños canadienses y chinos a través entrevistas. Durante cuatro minutos recordarían tantos recuerdos tempranos como les fuera posible, identificando la edad que tenían en cada evento y cómo se sintieron cuando ocurrió el mismo (Peterson et al., 2009). Además, se les preguntó cuál era su primer recuerdo de la infancia. Quienes eran más pequeños proporcionaron recuerdos de eventos que ocurrieron a edades más tempranas. Además, las niñas y niños canadienses evocaron más recuerdos de edades más tempranas que la infancia china. Esto puede deberse al hábito cultural de compartir narrativas o historias, la cual podría servir como un medio para que las niñas y niños desarrollen formas específicas para recuperar recuerdos. Este hábito se observó en la cultura canadiense en contraste con la cultura china.

A pesar de que se han hallado diferencias en el desarrollo cognitivo y temperamental infantil según el contexto cultural, un estudio demostró que ciertas capacidades se despliegan de manera sincrónica en sociedades de todo el mundo. La capacidad infantil de atribuir pensamientos e intenciones a otras personas conocida como teoría de la mente ha sido estudiada en relación con si es modulada por factores culturales (Callaghan et al., 2005). Utilizaron la prueba de Sally-Anne para medir la comprensión de las falsas creencias en Canadá, India, Perú, Samoa y Tailandia. Los resultados mostraron que existe una sincronía en el inicio del desarrollo de la habilidad de inferir estados mentales. Las niñas y niños logran comprender la tarea de falsas creencias aproximadamente entre los 3 y los 5 años en sociedades de todo el mundo. El estudio refiere que no logra comprender si la sincronía observada es el resultado de la maduración biológica esperable o de experiencias que son universales, o ambas. El efecto de este factor macrosistémico en el desarrollo infantil aún debe investigarse.

Discusión

El objetivo de la presente revisión fue recopilar y describir los estudios que mostraron cómo diferentes factores del contexto influían sobre el desarrollo cognitivo infantil.

Se analizaron en primer lugar aspectos del microsistema, hallando que diversas características de la familia como el nivel de monitoreo (Brody et al., 2002), el horario laboral (Han & Fox, 2011), el NSE (Lawson & Farah, 2017; McCoy et al., 2017), la calidad de la relación (Hackman et al., 2014), el NFA (Ardila et al., 2005; Catale et al., 2012; Conway et al., 2018; Sidhu et al., 2010), el nivel de hacinamiento y las características del hogar (Hackman et al., 2014; Sabates & Dex, 2015; Seidler & Ritchie, 2018) afectan el desarrollo cognitivo en diferentes culturas. Desde el punto de vista del mesosistema se encontró evidencia del efecto de la relación bidireccional entre la familia y la escuela (Brody et al., 2002), el NFA y NSE (Conway et al., 2018) en el desarrollo. Es necesario analizar no solo cada elemento que conforma el contexto infantil, sino también las interrelaciones entre factores para comprender de manera íntegra las variables que podrían estar incidiendo sobre su desarrollo cognitivo.

En el primer apartado se estudiaron 39 países pertenecientes a América, Asia, África y Europa. De los 12 estudios, siete se realizaron en América: seis de ellos en Estados Unidos y uno en México y Colombia (Ardila et al., 2005; Brody et al., 2002; Conway et al., 2018; Hackman et al., 2014; Lawson & Farah, 2017; Roy et al., 2014); tres se realizaron en Europa (Catale et al., 2012), uno en Asia (Sidhu et al., 2010) y uno en África (McCoy et al., 2017). Una problemática para destacar es la falta de estudios replicados en una mayor cantidad de países. No se hallaron estudios que incorporaran culturas de América del Sur, Oceanía y países orientales, por lo que muchas de las conclusiones acerca de las respuestas universales esperables en la realización de tareas cognitivas podrían estar siendo sesgadas por la observación de contextos específicos como el estadounidense o europeo (Barrett, 2020; Tyler, 2020). Un abanico poblacional más amplio, incluyendo a población latinoamericana, por ejemplo, podría contribuir a la eliminación de este sesgo, puesto que, sin estudios cognitivos más inclusivos, nuestro retrato de la cognición humana permanecerá incompleto.

A la vez, solo uno de los estudios evaluó un elemento perteneciente a la escuela (la formación docente), pese a ser este un factor relevante al microsistema infantil (Early et al., 2006). Por otro lado, cuatro estudios analizaron la variable NSE (Conway et al., 2018; Lawson & Farah, 2017; McCoy et al., 2017; Seidler & Ritchie, 2018) y es llamativo que dos de ellos (Lawson & Farah, 2017; Seidler & Ritchie, 2018) tomaron únicamente el nivel de ingreso económico y NFA para categorizar a la variable. Si bien hasta la fecha no existe un acuerdo de indicadores socioeconómicos a nivel mundial que permita la comparación de los estudios entre diferentes países, el personal investigador acuerda que estos dos factores no son suficientes para establecer un NSE (Atkinson & Marlier, 2010). La medición de este factor es muy importante para evaluar su impacto en el desarrollo infantil debido a que es útil para la gestión eficaz de programas a nivel nacional e internacional en relación con el cuidado de la infancia. La cuantificación de los indicadores socioeconómicos es un paso fundamental para establecer de forma concreta el alcance de los programas que intentan palear las desigualdades contextuales y evaluar el impacto de las medidas adoptadas para promover el desarrollo infantil (Chakraborty et al., 2020)

Otro aspecto importante es la variabilidad de funciones cognitivas investigadas y de evaluaciones que se utilizaron para recolectar los datos. En este apartado se analizaron más de 40 aspectos del desarrollo infantil. Aunque los estudios no analizaron las mismas variables, solo uno no encontró algún tipo de relación entre las variables contextuales y el desarrollo (Hackman et al., 2014). Si bien ello permite afirmar la importancia de ampliar el conocimiento en este tipo de análisis en futuros trabajos sobre la temática (Tam & Milfont, 2020), una limitación general de los estudios correlacionales hallados es que puede determinar la asociación entre la exposición y los resultados, pero no puede predecir la causalidad (Lau, 2017).

Por otro lado, observamos que cuatro estudios realizaron medidas longitudinales (lapsos de hasta seis años después de la línea de base. La implementación de métodos longitudinales es necesaria para obtener una imagen precisa de la naturaleza y las fuentes de los cambios en el desarrollo (Veldhorst et al., 2022). Sin embargo, los diseños transversales pueden proporcionar evidencia de relaciones entre variables y pueden usarse para descartar muchas posibles explicaciones alternativas para esas relaciones y pueden utilizarse para para evaluar si las variables en las que estamos interesados están relacionadas, para construir un caso causal (Spector, 2019).

Respecto del exosistema, se analizó cómo ciertas particularidades del trabajo familiar (Han & Fox, 2011; Joshi & Bogen, 2007), la exposición a diferentes medios de comunicación (Tomopoulos et al., 2010) y las políticas de estado (Fernald & Hidrobo, 2011) afectaban el desarrollo infantil. Se estudió la incidencia de estos aspectos en tres contextos particulares (el estadounidense, el ecuatoriano y el indio). Las fortalezas que hallamos son: tres de los cinco estudios son longitudinales y uno tomó en cuenta variables fisiológicas como la altura y hemoglobina en sangre (Fernald & Hidrobo, 2011). Este último aspecto se destaca debido a que coincidimos con la investigación del desarrollo (Blair & Raver, 2012) que plantea que las trayectorias de maduración infantil se encuentran determinadas por lo biológico y por el ambiente de forma conjunta (Armstrong-Carter et al., 2020; Caplan et al., 2019). Por último, un solo estudio (Fernald & Hidrobo, 2011) realizó medidas pre-post intervención. Debido a que estas permiten establecer el nivel de desempeño antes y después de la condición a la cual es expuesta la muestra y analizar los cambios que podrían estar asociados con dicha condición (Green et al., 2014), consideramos que es este un aspecto a implementar en estudios futuros.

Se analizaron estudios del macrosistema que compararon las culturas estadounidense, japonesa, italiana, canadiense, china, india, peruana, tailandesa y de Samoa, con relación a los aspectos del desarrollo infantil. Observamos la fortaleza de este apartado en un estudio que realizó modificaciones en las pruebas de acuerdo con cada cultura en particular controlando que la medición de la prueba estandarizada no se vea alterada (Callaghan et al., 2005). Con respecto a este punto, coincidimos con un estudio que plantea que si las pruebas no han sido estandarizadas previamente en las culturas en las cuales se evaluará la misma, pueden acarrear resultados no representativos (Reynolds et al., 2021). La evaluación y estandarización debe adaptarse a cada contexto y no al revés. Debido a que solo un estudio cumplió con esta característica y no halló diferencias en el desempeño de niñas y niños pertenecientes a cinco culturas, ¿podrán explicarse las diferencias halladas en el resto por la inadecuación cultural de las pruebas seleccionadas? Además, existe un déficit tanto en la fundamentación de la elección de las culturas que se evalúan -inexistente en la mayoría de los casos- como en el establecimiento del aspecto cultural específico que incide en la variable del desarrollo analizada. Las discusiones en general se centran en inferencias que no se encuentran sustentadas directamente por los datos recolectados ni por el análisis de estos.

El tamaño muestral que utilizan los estudios, fue otro aspecto observado. En el primer apartado, un solo estudio (Catale et al., 2012) contó con uno menor a 100. En el segundo apartado, en todos los casos el tamaño es superior a 250 niñas y niños. En el último apartado, cuatro de los siete estudios contaron con uno mayor a 200 (Bartkowski et al., 2008; Callaghan et al., 2005; Cozzi et al., 2013; Peterson et al., 2009). Este factor se correlaciona positivamente con nivel de confianza y la precisión de las estimaciones y negativamente con la dispersión de los datos, por lo que tiene una incidencia directa en las conclusiones a las que se arriban (Schober & Vetter, 2019).

Por último, es importante destacar las limitaciones que presenta este artículo. La inclusión de otras bases de datos podría haber arrojado resultados diferentes. Solo se trabajó con artículos publicados en revistas científicas en el idioma inglés y español. Los factores antes mencionados podrían haber sesgado la identificación y la selección de los estudios e influido en los resultados obtenidos en esta revisión (Kullmann, 2020). Destacamos la necesidad de actualizar y ampliar la diversidad de los estudios en relación con la temática incluyendo las cuestiones antes mencionadas con el fin de generar nuevas reflexiones respecto a los alcances y limitaciones de estos.

Los estudios que analizaron la relación entre el contexto y el desarrollo infantil indican que el ambiente donde las personas crecen genera consecuencias sobre su desarrollo. La fortaleza de esta revisión es que ha logrado sistematizar la investigación de los últimos 20 años en relación con esta temática y exponer un tópico que demanda una comprensión más intercultural e interdisciplinaria del desarrollo (Bender & Beller, 2019; Yoshida & Smith, 2003), por lo que las consideraciones acerca de esta temática no deben limitarse al contexto, sino que deben incluir los orígenes biológicos y neurológicos de los procesos evolutivos. Este tipo de investigación contribuye al enriquecimiento del marco teórico acerca del desarrollo infantil y brinda herramientas para repensar el abordaje clínico y la implementación políticas educativas y estatales al cuidado de la infancia desde cada contexto en particular. Los estudios expuestos muestran la diversidad en el rendimiento de la cognición humana debido a la exposición a cada contexto particular y aquellos mecanismos del desarrollo que son comunes a culturas de todo el mundo.

Agradecimientos

Este trabajo contó con el apoyo de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica mediante el subsidio Pict 2017 0558 (N Justel).

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* El artículo hace parte del proyecto «Tratamientos no invasivos para la modulación de funciones cognitivas», financiado por Conicet, Unsam, Funintec, ANPCyT (Pict 2014-1323; Pict 2017-0558). Realizado entre septiembre de 2020 y febrero de 2021. Área: ciencias sociales. Subárea: psicología

1Debido a que el mesosistema está conformado por la interacción de dos o más microsistemas, ambos sistemas 1 se presentan de manera conjunta para su desarrollo teórico.

Para citar este artículo: Benítez, M. A., Díaz, V., & Justel, N. R. (2023). Influencia del contexto en el desarrollo cognitivo infantil: revisión sistemática. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 21(2), 1-27. https://dx.doi.org/10.11600/rlcsnj.21.2.5321

Recibido: 06 de Julio de 2022; Aprobado: 15 de Noviembre de 2022

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