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Revista Ciencias de la Salud

versión impresa ISSN 1692-7273versión On-line ISSN 2145-4507

Rev. Cienc. Salud v.2 n.2 Bogotá jul./dic. 2004

 

La enseñanza virtual en el contexto de la educación actual

Virtual learning in the context of the present education

Claudia T. Gutiérrez Villamil*, Luz Helena Hernández Calderón**, Gilberto González Hernández***, César Augusto Guevara Beltrán****, José Luis Flórez Castillo

* Médica cirujana de la Universidad del Rosario, especialista en Medicina Interna, en Medicina Nuclear (Universidad del Rosario) y en Educación Médica (Universidad de la Sabana). Jefe de Educación Médica en la Fundación Cardioinfantil -Instituto de Cardiología y docente de Medicina Nuclear en la Universidad del Rosario.
** Administradora de empresas de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB) y coordinadora de los núcleos integradores de la Facultad de Administración de Empresas de la UNAB.
*** Docente del área de lingüística y literatura en la Universidad de Pamplona.
**** Ingeniero industrial, MBA del Convenio ITESMUNAB y docente de la Facultad de Ingeniería Financiera de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB). Docente del Departamento de Lenguas de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB).

Recibido: septiembre de 2004. Aceptado: septiembre de 2004.


Resumen

La enseñanza virtual ha venido incursionando en forma progresiva en la educación actual, principalmente como método de formación y actualización en la población adulta después de graduada. Sus características exigen un replanteamiento de las funciones tanto de los alumnos como de los docentes. Este artículo pretende, por un lado, evaluar las similitudes y diferencias entre la enseñanza presencial y la virtual, y, por otro, mostrar algunas de las habilidades requeridas por los docentes para realizarla.


DISCUSIÓN

Las prácticas de educación a distancia se iniciaron con el objetivo de hacer llegar la educación a todo aquel que la necesita. Algunos autores han expresado sus dudas respecto al hecho de que exista una verdadera teoría de la educación a distancia, pero también ha habido quienes han intentado demostrar lo contrario: que ésta, o éstas, existen (1).

El término virtual se ha relacionado con el aspecto tecnológico, concretamente con el uso cada vez más frecuente de internet. En este sentido, el ciberespacio se ha considerado como un lugar deslocalizado donde existen objetos virtuales y ocurren fenómenos también virtuales, que son producto de manipulaciones cibernéticas de fenómenos reales (2). Uno muy importante es la educación que, de modo paulatino, pero seguro, ha venido incursionando en este proceso y que exige de las universidades, como ámbitos centrales de desarrollo, hacer parte de la organización de este nuevo modelo, no sólo en el diseño, sino en la capacitación de sus estudiantes y docentes.

¿Qué es un programa virtual? Es la modalidad en la cual se logra un encuentro educativo a través del uso de internet. Aquí se conciben los mismos espacios interactivos que en la educación presencial, pero de manera virtual: aulas, laboratorios, bibliotecas y el ambiente en general. Sin embargo, la apropiación de los conocimientos, la forma de transmitirlos, el trabajo grupal, etc. se revelan cada vez más como manifestaciones de lo real, ya que en el momento en el que se actualizan en mensajes, producen efectos educativos palpables, es decir, se vuelven reales. Desde esta perspectiva, la educación virtual es una modalidad más del aprendizaje y no se opone a lo real.

¿Qué tienen en común la educación presencial y la virtual? En líneas generales, los siguientes aspectos:

  • La adquisición, construcción o apropiación del conocimiento como objetivo común de la formación.
  • La interacción y la comunicación como procesos pragmáticos.
  • La disposición psicológica de los agentes educativos; disposición que debe reflejarse en actitudes como constancia, disciplina, cooperación y deseo de investigación.
  • La gestión, la administración y la organización de los procesos a través de equipos humanos calificados.
  • A estos aspectos hay que oponer las diferencias entre las dos modalidades. En esencia, podemos mencionar:

  • La educación virtual requiere alto grado de tecnología, en el sentido de no sólo disponer de ella, sino en cuanto a saber utilizarla con la mayor eficiencia posible.
  • La dinámica del profesor y del estudiante varían. El profesor debe favorecer una comunicación continua para cumplir sus funciones; el estudiante, por su parte, debe ser más activo en su propio aprendizaje y en su comunicación con el docente, los tutores y el resto del grupo. “Si no se comunica, no existe”, es una especie de axioma de la educación virtual.
  • La comunicación escrita es el eje del proceso educativo, por lo cual se requieren competencias de orden lingüístico, comunicativo, organizativo, colaborativo y, por supuesto, tecnológicas.
  • El manejo del tiempo y el espacio. Mientras la modalidad presencial, como su nombre lo indica, se fundamenta en el contacto personal físico y sincrónico; en la virtual, el espacio físico queda eliminado, se rompe el paradigma “la enseñanza requiere contacto personal (físico)”, para dar paso al contacto asincrónico entre los agentes educativos. En este sentido, hay flexibilización en el manejo del tiempo, y surge un nuevo locativo o lugar de encuentro: el ciberespacio.
  • Como consecuencia de lo anterior, las posibilidades de ampliación del radio de acción de la educación virtual crecen considerablemente, ya que pueden romper las fronteras nacionales y alcanzar a diferentes personas y culturas del mundo, sin necesidad de desplazamientos físicos. Podemos afirmar que la educación virtual universaliza y permite la universalización del pensamiento.
  • De acuerdo con los anteriores planteamientos, podemos ahora preguntarnos cuál es la función del maestro en la educación virtual. La respuesta se puede concretar en los siguientes puntos:

    Primero, el docente virtual debe asumir un nuevo rol educativo: el de guía del estudiante, acompañante en su búsqueda de conocimiento, pero de un modo casi invisible. Debe revisar todo lo que hace, pero dejándolo libre para que actúe solo. Debe hacerse visible cuando note que está disperso o perdido, para guiarlo por el camino del conocimiento, mediante un trato cordial, agradable, de preguntas sugerentes y de señalamiento de rutas posibles, sin hacerse notar. El maestro ya no es dueño absoluto del saber; posee sí un saber, pero su acción no es transmisionista, sino de orientación del estudiante para que sea él mismo el protagonista del aprendizaje (3).

    Segundo, debe desarrollar habilidades en el manejo de espacios virtuales y estrategias educativas como foros, organización y manejo de grupos de trabajo, cronogramas, tareas, determinación de calificaciones y estadísticas, entre otros.

    Tercero, debe examinar, meditar y establecer un diálogo descubridor que entusiasme y rete a sus estudiantes. La clave radica en lograr que entre todos ellos se cree una interdependencia para que interactúen permanentemente.

    Cuarto, debe propiciar y estimular la interacción y el trabajo cooperativo: esta labor se entiende como el desarrollo de la conciencia de grupo en el trabajo, para favorecer no sólo el aprendizaje personal, sino también el de todos los compañeros, mediante la argumentación, la comunicación permanente, los acuerdos y las conciliaciones, todo ello con el propósito de construir conocimiento y alcanzar objetivos de aprendizaje. En síntesis, y a riesgo de resultar reiterativos en este punto, podemos decir que el docente virtual debe tener en cuenta las siguientes consideraciones si quiere lograr una interacción real y sumamente efectiva:

  • Organizar el grupo en subgrupos y asignar roles y responsabilidades, teniendo en cuenta que la cooperación implica interdependencia y compromiso comunitario.
  • Prepararse mentalmente, en el sentido de no pensar que la tecnología o las máquinas van a ser la garantía de la calidad del trabajo virtual. El maestro debe partir de la consideración de que esa tecnología es sólo una herramienta que tiene que saber aprovechar. Del mismo modo, es necesario que se disponga para asumir un nuevo rol en los procesos de formación: el de acompañante y guía.
  • Planificar cuidadosamente las estrategias de motivación y participación de los estudiantes basándose en metas y responsabilidades compartidas.
  • Dirigir las actividades desde una posición de igualdad y libertad, lo cual implica ceder al deseo de control absolutista; interesarse de forma permanente en los procesos, y participar en la cualificación de la interacción y la cooperación en cada uno de los grupos de trabajo.
  • Quinto, debe combinar la rigidez y la flexibilidad de tal forma que evite la distancia transaccional y genere dinámicas de comunicación y de interacción. Esta función supone dominar los procesos de enseñanza para que el aprendizaje sea abierto y flexible y, a la vez, pueda definir pautas y procedimientos de acción, pero teniendo en cuenta que no sean tan rígidos que desestimulen la iniciativa e intervención de los alumnos (4).

    Sexto, debe propiciar la metacomunicación como un concepto genérico utilizado para cualquier tipo de comunicación virtual o presencial, que se puede resumir en el siguiente axioma: “Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional tales que el segundo califica al primero, y es por ende una metacomunicación ” (5). El contenido es todo lo verbal, se transmite con códigos, que es lo que algunos autores señalan como comunicación digital. Lo relacional es lo no verbal (posturas, miradas, etc.), que es lo que algunos autores llaman comunicación analógica. El metalenguaje o metacomunicación es la comunicación sobre la comunicación, esto es, la comunicación que da una clave de sentido al mensaje comunicado. Este sentido puede estar implícito, es decir, contenido en la relación que une a las dos partes, o puede estar explícito mediante alguna expresión verbal o algún gesto que subraya el significado del mensaje —por ejemplo, una mímica amenazadora o decir “esto es una broma”—. Es un medio para despejar ambigüedades que puedan nacer de la confusión entre los diferentes ámbitos.

    En relación con la metacomunicación, Bordenave nos explica que cuando una persona comunica algo en general, necesita dar a sus interlocutores una idea acerca de cómo desea que su mensaje sea decodificado o interpretado (5). Éste es un concepto genérico utilizado no sólo para la comunicación virtual, sino también para la presencial, con el cual se busca clarificar ideas por diferentes medios. En nuestro caso, de manera más concreta, se trata de organizar los conceptos y, a la vez, ir aclarándolos para poder comunicar un mensaje claro y concreto.

    Finalmente, el maestro debe realizar el trabajo de hilvanado, que consiste en ordenar, correlacionar y concretar las ideas y conceptos alrededor de un tema específico, dentro de cualquier equipo virtual. Esta labor surge como imperativo de cualquier trabajo cooperativo o colaborativo, cuando surgen preguntas del tipo: en esencia, ¿qué hemos alcanzado? ¿Cuál es la síntesis sustancial?


    BIBLIOGRAFÍA

    1. Sangrà A. Educación a distancia, educación presencial y usos de la tecnología: una tríada para el progreso educativo. Edutec (Revista Electrónica de Tecnología Educativa). 2002 May [citado 2004 Jul 16];(15). Disponible en: http://www.uib.es/depart/gte/edutec-e/revelec15/albert_sangra.htm.

    2. Silvio J. La virtualización de la universidad: ¿cómo transformar la educación superior con la tecnología?. Caracas: IESALC/UNESCO; 2000.

    3. Unigarro M. El maestro y la enseñanza flexible. En: Encuentro formativo en el ciberespacio: educación virtual . 2nd ed. Bucaramanga: UNAB; 2004.

    4. Harasim L, Hiltz SR, Turoff M, Teles L. Redes de aprendizaje: guía para la enseñanza y el aprendizaje en red. Barcelona: Gedisa; 2000.

    5. Bennati MA. Comunicación virtual y vínculos personales [monografía en internet]. Argentina: Red Psicología Online [Consultado 2004 Jul 9]. Disponible en: http://pcazau.galeon.com/artpsi_comvi.htm.

    6. Candia A. La educación virtual: ¿una alternativa a la educación tradicional? [monografía en internet]. Buenos Aires: Eduforum; 2004 [consultado 2004 Ago 15]. Disponible en: http://www.utdt.edu/eduforum/ensayo10.htm.

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